4. Caracterización de los estilos de crianza y el uso de alcohol en adolescentes mexicanos
https://doi.org/10.52501/cc.165.04
Pedro Moisés Noh Moo
Miguel Ángel Villegas Pantoja
Jesica Guadalupe Ahumada-Cortez
Edna Idalia Paulina Navarro-Oliva
Dimensions
4. Caracterización de los estilos de crianza y el uso de alcohol en adolescentes mexicanos
Pedro Moisés Noh Moo*
Miguel Ángel Villegas Pantoja**
Jesica Guadalupe Ahumada-Cortez***
Edna Idalia Paulina Navarro-Oliva****
DOI: https://doi.org/10.52501/cc.165.04
Resumen
Los estilos parentales se construyen desde la infancia y se consolidan durante la adolescencia, sin embargo, los tipos de crianza ejercidos por los progenitores hacia los hijos pueden repercutir en comportamientos de riesgo como el uso de alcohol. El presente estudio tuvo como objetivo identificar los estilos parentales y el uso de alcohol en 265 adolescentes a través de un estudio transversal de tipo cuantitativo mediante la aplicación virtual de una Cédula de Datos Personales y Prevalencia de Consumo de Alcohol (CDPyCA) y la Escala de Socialización Parental para Adolescentes (espa29). El 66.8% de los adolescentes consumió alcohol alguna vez en su vida, ingiriendo alrededor de tres bebidas alcohólicas por ocasión de consumo. El estilo parental que predominó fue el estilo indulgente y autorizativo de ambos progenitores, aunque los adolescentes que provienen de familias con un estilo de crianza negligente (34.6%) y autoritario (30.8%) presentaron mayores proporciones de consumo de alcohol. La influencia familiar juega un papel determinante en la adquisición de conductas nocivas para la salud. Se propone diseñar estrategias preventivas que integren a los adolescentes y a sus padres, con el objetivo de reducir, limitar y prevenir el consumo de alcohol y fortalecer los estilos de crianza protectores.
Palabras clave: consumo de bebidas alcohólicas, adolescente, crianza del niño.
Introducción
El alcohol es la sustancia psicoactiva legal más consumida a nivel mundial, y su consumo indiscriminado es factor causal de más de 200 enfermedades y trastornos mentales o comportamentales, entre las que destaca cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y alteraciones cardiovasculares, enfermedades infecciosas como la tuberculosis y el VIH/sida. Además, se asocia a conductas violentas, suicidios, lesiones y accidentes, provocando alrededor de 300 millones de muertes al año (equivalente a una muerte cada 10 segundos), de tal manera que el uso de alcohol tiene un impacto negativo en el desarrollo y proyección de vida de la persona, familia y comunidad (oms, 2022).
Un grupo de especial interés para los profesionales de salud y los investigadores son los adolescentes, debido a que esta etapa de la vida se caracteriza por múltiples cambios fisiológicos, psicológicos y sociales (Ahumada-Cortez et al., 2017; Noh-Moo et al., 2023a). Durante estos procesos los adolescentes definen su personalidad, construyen su independencia y fortalecen la autoafirmación, sin embargo, también se encuentran expuestos a diversas conductas de riesgo, como el uso y abuso del alcohol (Noh-Moo et al., 2023a).
Los reportes estadísticos a nivel internacional estiman que el 27% de los adolescentes con edades entre los 15 y 19 años son bebedores, siendo las Américas una de las regiones de la Organización Mundial de la Salud (oms) con mayor prevalencia de consumo de bebidas alcohólicas (38%, oms, 2022). Respecto a México, existen estadísticas que puntualizan que aun cuando las prevalencias de consumo de alcohol alguna vez en la vida (42.9 a 39.8%) y en el último año (31.8 a 28.8%) disminuyeron del 2011 al 2016, en adolescentes de 12 a 17 años se mostró un incremento significativo en el consumo en el último mes (14.5 a 16.1%). Esta misma tendencia se presentó en el consumo excesivo de alcohol en el último año (12.1 a 15.2%) y en el último mes (4.3 a 8.3%), respectivamente (inprfm et al., 2017). Además, las principales encuestas escolares indican que el consumo de alcohol comienza alrededor de los 16 años, con diferencias muy pequeñas entre el sexo masculino y femenino (inprfm et al., 2015).
Las estadísticas antes citadas, muestran que los adolescentes son un segmento poblacional con oportunidad para experimentar y mantener el consumo de alcohol, lo que representa grandes riesgos para la salud integral de los adolescentes, debido a los efectos negativos que tiene la ingesta de esta sustancia (Spear, 2018). De tal manera que los factores que pueden desencadenar el inicio y mantenimiento del consumo de alcohol, así como también los que pueden limitarlo y evitarlo, cobran relevancia científica y social, por lo que es importante el abordaje de estos fenómenos (Moreno et al., 2019).
Entre los factores de riesgo y protección se encuentran las variables familiares, debido a que, la familia es la estructura más importante de la sociedad y es considerada el primer eslabón de socialización de las personas, donde se adquieren y se desarrollan valores, actitudes, creencias y se establecen estilos de vida saludables (Moreno et al., 2019; Villegas-Pantoja et al., 2020). Sin embargo, la familia también puede ser un factor detonante para adquirir comportamientos de riesgos como el uso de sustancias, tal es el caso del consumo de alcohol (López-Cisneros et al., 2020; Villegas-Pantoja et al., 2020).
Una variable de interés dentro del contexto familiar son los estilos parentales o tipos de crianza, los cuales se refieren a la forma en que los progenitores actúan y se relacionan en la formación de los hijos (Moreno et al., 2019). Maccoby y Martin (1983) mencionan que la forma en que los progenitores actúan en la crianza de sus hijos está basada en dos dimensiones: alta demanda o exigencia y afecto o capacidad de respuesta. La combinación de las dos dimensiones da como resultado cuatro estilos parentales o de crianza: autoritario, autorizativo, indulgente y negligente.
Maccoby y Martin (1983) refieren que, en el estilo de crianza autoritario, los progenitores aplican un control estricto, le dan más importancia a la obediencia de los hijos, y en menor medida demuestran afecto. El estilo indulgente o democrático es lo contrario a los padres autoritarios. En este estilo los padres se caracterizan por demostrar afecto, no ejercen control y permiten una mayor autonomía en los hijos. Mientras que el estilo autorizativo se ubica entre los estilos autoritario e indulgente, dado que los padres actúan con base en el razonamiento y reflexión, esto es, muestran afecto, pero a la vez establecen límites en las conductas de sus hijos. Y el estilo negligente se manifiesta por la falta de supervisión (sin normas), guía y afecto hacia los hijos (Becoña et al., 2013; Calafat et al., 2014).
En el ámbito de las adicciones, se ha documentado la relación de algunos de los cuatro estilos parentales con el consumo de alcohol en adolescentes. Por ejemplo, se ha encontrado que el estilo parental autoritario es un factor de riesgo para la ingesta de bebidas alcohólicas, debido a la falta de afecto e implicación paterna en la educación de los hijos (García et al., 2019; Zuquetto et al., 2019). Mientras que el estilo negligente se vincula con un mayor riesgo de experimentar grandes ingestas de bebidas alcohólicas, además que puede ser un factor detonante para iniciar comportamientos de riesgo a temprana edad (Berge et al., 2016; Martínez-Loredo et al., 2016). En cuanto al estilo autorizativo se ha identificado como un probable factor de protección (Calafat et al., 2014). Y, finalmente, el estilo parental indulgente puede ser un factor protector, pero también de riesgo (García et al., 2019) para la ingesta de bebidas alcohólicas (Zuquetto et al., 2019; Calafat et al., 2014).
Frente a estos reportes, es importante mencionar que la influencia familiar es uno de los factores responsables de explicar la adquisición de hábitos que influyen para desarrollar, mantener o eliminar comportamientos en los adolescentes, así como es la encargada de forjar la personalidad y estilos de vida del adolescente, pero también para adquirir y ejecutar conductas nocivas (López-Cisneros et al., 2020; Villegas-Pantoja et al., 2020). Los hallazgos de este estudio contribuirán, en un futuro, al diseño y aplicación de intervenciones con enfoque multidisciplinario que fortalezcan los estilos de crianza protectores, para prevenir el uso o abuso del alcohol en adolescentes. El objetivo del estudio fue conocer el consumo de alcohol en los adolescentes e identificar diferencias de los estilos parentales relacionados con la ingesta de alcohol en adolescentes.
Método
Diseño de estudio
Estudio con enfoque cuantitativo, descriptivo y transversal (Grove y Gray, 2019), llevado a cabo durante el periodo de agosto a diciembre de 2021. La muestra se seleccionó mediante un procedimiento intencional (a conveniencia) con invitación abierta a través de redes sociales (Facebook, Twitter y WhatsApp). Se integró a adolescentes escolarizados del sur de México, de ambos sexos, con edades entre 12 y 19 años, que contestaron la encuesta en línea mediante invitación abierta, se obtuvo una muestra de 265 participantes.
Instrumentos de medición
En la presente investigación se aplicó una CDPyPCA y la Escala de Socialización Parental (espa29). La CDPyPCA estuvo integrada por 9 reactivos, divididos en dos apartados. El primer rubro se buscó recabar información sobre datos personales como edad, sexo, estado civil, ocupación, personas con las que vive y si tiene hermanos. Las preguntas 7 a la 9 conformaron el segundo apartado y corresponden a las medidas de prevalencia del consumo de alcohol, que tienen por objetivo conocer la prevalencia alguna vez en la vida, en el último año, en el último mes y en la última semana, así como la cantidad ingerida y la edad de inicio de consumo de alcohol.
Los estilos parentales se midieron a través de la espa29 desarrollada por Musitu y García (2001). La escala se aplica en adolescentes a partir de los 11 años, e integra 29 situaciones del contexto familiar que los adolescentes pueden evaluar: 16 situaciones están enfocadas a las conductas que se ajustan a las normatividades de los progenitores (por ejemplo, “respeto los horarios establecidos en mi casa”) y 13 se centran en los comportamientos cuando son contrarios a lo estipulado en la normatividad familiar (por ejemplo, “voy sucio y desaliñado”). Cada una de las situaciones tiene cuatro opciones de respuesta tipo Likert, que va de 1 = nunca a 4 = siempre.
La escala está conformada por siete subsescalas (afecto, diálogo, indiferencia, displicencia, coerción verbal, coerción física y privación), que dan soporte a dos dimensiones: aceptación/implicación y coerción/imposición. La puntuación en la dimensión de aceptación/implicación se obtiene promediando las puntaciones directas de las subescalas de afecto, diálogo, indiferencia y displicencia. La puntuación en la dimensión de coerción/imposición se obtiene promediando las puntuaciones directas de las subescalas de coerción verbal, coerción física y privación. Las puntuaciones para cada subescala van de 1 a 4 puntos. A partir de estas puntuaciones se tipifica el estilo de socialización familiar como autorizativo, indulgente, autoritario o negligente. La escala global presenta una confiabilidad de 0.97. Este instrumento ha sido utilizado en adolescentes escolarizados mexicanos y latinoamericanos, que han reportado un alfa de Cronbach de 0.95 y 0.92, respectivamente (Moreno et al., 2019; Prieto-Montoya et al., 2016). Para el presente estudio arrojó una consistencia interna de a = 0.96.
Procedimiento y consideraciones éticas
Como primer paso para implementar la investigación se obtuvo la aprobación del Comité de Ética y de Investigación de la institución educativa donde se ejecutó la investigación. Posteriormente, los instrumentos de medición se programaron en la plataforma digital Survey Monkey. Esta plataforma tiene como virtud la aplicación en línea de los instrumentos, que pueden ser contestados desde dispositivos inteligentes (como computadoras y móviles).
Una vez programados los instrumentos, la invitación para participar en el estudio se publicó en las redes sociales como Facebook, Twitter y WhatsApp, adicionalmente se hizo la invitación directa a algunos participantes con los que se tenía contacto. Se entregó de manera física o virtual el asentimiento informado a los participantes menores de edad y el consentimiento a los participantes con mayoría de edad. Antes de iniciar con el llenado de los instrumentos se presentó en la misma plataforma el objetivo de la investigación y las instrucciones de llenado, recalcando la importancia de su participación voluntaria y totalmente anónima. Se les describió y explicó que, ante cualquier incomodidad o inconformidad durante el llenado de la encuesta, podían abandonar el llenado sin ninguna repercusión escolar o personal. Las consideraciones éticas del estudio se basaron en lo dispuesto en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud (ssa, 2014).
Análisis estadístico
Los datos se capturaron y analizaron en el paquete estadístico spss versión 24.0, posteriormente, se empleó estadística descriptiva como frecuencias, proporciones, medidas de tendencia central y de dispersión. Además, los datos del estudio no presentaron normalidad con base en la prueba de bondad de Kolmogorov-Smirnov con corrección de Lilliefors. Por último, se aplicó la prueba de Chi Cuadrada para identificar diferencias entre los estilos parentales en relación con el uso de alcohol.
Resultados
El perfil sociodemográfico de los participantes mostró que la gran mayoría de la muestra correspondió a mujeres con 74.7%, con un rango de edad entre 12 y 19 años (M = 17.8, DE = 1.7). Asimismo, 97.7% de los participantes refirió estar soltero, 81% sólo estudia, 65.7% vive con ambos padres y la gran mayoría mencionó no ser hijo único (94.7%).
Se identificó que alrededor de las tres cuartas partes de la muestra ha consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida (66.8%) con un promedio de edad de inicio de consumo de 16.7 años (DE = 1.7). Del total de consumidores, la mitad realizó ingesta de bebidas alcohólicas en el último año (49.9%), una cuarta parte en el último mes (24.5%), y el 6.7% en la última semana, con un rango de ingesta de 1 a 10 bebidas alcohólicas por ocasión de consumo (M = 3.3, DE = 3.1). Al comparar por sexo las prevalencias de consumo, no se encontraron diferencias significativas (p > 0.05).
En la tabla 4.1 se muestran los tipos de crianza de la madre y el padre, donde se puede observar que predominó el estilo parental indulgente y autoritativo en ambos progenitores, aunque en mayor proporción destaca en la figura paterna el estilo indulgente (45.7%), y en menor medida el estilo negligente, autoritario. Mientras que, en los estilos parentales de la madre, destaca el estilo autoritativo (32.5%). Además, se observa que los adolescentes percibieron con mayor proporción a sus padres con un estilo parental negligente (21.4%), mientras que en las madres domina un estilo autoritario (15.5%).
Tabla 4.1. Estilos parentales
Variables | ƒ | % |
Materno | ||
Autoritario | 41 | 15.5 |
Autorizativo | 86 | 32.5 |
Negligente | 42 | 15.8 |
Indulgente | 96 | 36.2 |
Paterno | ||
Autoritario | 25 | 9.4 |
Autorizativo | 62 | 23.4 |
Negligente | 57 | 21.4 |
Indulgente | 121 | 45.7 |
Nota:ƒ = frecuencia, % = porcentaje, n = 265.
Fuente: Elaboración propia.
En cuanto a los estilos parentales y la implicación con el consumo de alcohol, no se presentaron diferencias significativas para los estilos de crianza, materno (p > 0.05) y paterno (p = 0.053) para el consumo de alcohol alguna vez en la vida (tabla 4.2). Esta misma tendencia se observó para el consumo de alcohol en el último año (p > 0.05) y en el último mes (p > 0.05).
Sin embargo, se presentaron diferencias importantes entre los estilos parentales maternos (c2 = 9.868, p = .020) y paternos (c2 = 10.997, p = .012) para la implicación con el alcohol en la última semana, mostrándose altas proporciones de consumo en el estilo materno de tipo autoritario (30.8%), seguido del estilo negligente (26.9%), indulgente (26.9%) y autorizativo (26.9%). Mientras que, en los tipos de crianza paterno, aquellos adolescentes que perciben a su padre con un estilo negligente presentan mayor consumo de alcohol (34.6%), seguido del estilo, indulgente (26.9%), autorizativo (23.4%) y autoritario (9.4%). Cabe mencionar que los adolescentes que percibieron a sus padres con un estilo de crianza indulgente y autorizativo presentaron mayor proporción de no consumo de alcohol.
Tabla 4.2. Estilos parentales por consumo de alcohol alguna vez en la vida
Estilos parentales | Uso de alcohol | c2 | p | |||
Si | No | |||||
ƒ | % | ƒ | % | |||
Madre | ||||||
Autoritario | 33 | 18.6 | 8 | 9.1 | 5.961 | 0.114 |
Autorizativo | 58 | 32.8 | 28 | 31.8 | ||
Negligente | 29 | 16.4 | 13 | 14.8 | ||
Indulgente | 57 | 32.2 | 39 | 44.3 | ||
Padre | ||||||
Autoritario | 22 | 12.4 | 3 | 3.4 | 7.677 | 0.053 |
Autorizativo | 42 | 23.7 | 20 | 22.7 | ||
Negligente | 40 | 22.6 | 17 | 19.3 | ||
Indulgente | 73 | 41.2 | 48 | 54.5 |
Nota: ƒ = frecuencia, % = porcentaje, c2 = Chi cuadrada, p = significancia estadística, n = 265.
Tabla 4.3. Estilos parentales por consumo de alcohol en la última semana
Estilos parentales | Uso de alcohol | c2 | P | |||
Si | No | |||||
ƒ | % | ƒ | % | |||
Madre | ||||||
Autoritario | 8 | 30.8 | 33 | 13.8 | 9.868 | .020 |
Autorizativo | 4 | 15.4 | 82 | 34.3 | ||
Negligente | 7 | 26.9 | 35 | 14.6 | ||
Indulgente | 7 | 26.9 | 89 | 37.2 | ||
Padre | ||||||
Autoritario | 6 | 23.1 | 19 | 7.9 | 10.997 | .012 |
Autorizativo | 4 | 15.4 | 58 | 24.3 | ||
Negligente | 9 | 34.6 | 48 | 20.1 | ||
Indulgente | 7 | 26.9 | 114 | 47.7 |
Nota: ƒ = frecuencia, % = porcentaje, c2 = Chi cuadrada, p = significancia estadística, n = 265.
Fuente: Elaboración propia.
Discusión
El presente estudio permitió conocer los estilos de crianza y el uso de alcohol en 265 adolescentes mexicanos. Referente a las prevalencias, se mostró que el uso de alcohol alguna vez en la vida, en el último año y en el último mes es mayor a lo reportado por el proyecto de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (encodat) (inprfm et al., 2017) efectuado con adolescentes de 12 a 17 años. Sin embargo, los porcentajes son inferiores a los resultados del estudio efectuado en la zona norte de México a jóvenes universitarios con edades entre 15 y 29 años (Rodríguez-Puente et al., 2022). Las diferencias de los hallazgos pudieran tributar a las características de la muestra (la mayoría son estudiantes de educación media y nivel superior), así como también a los factores escolares o ambientales (transición de la preparatoria a la universidad), aunado a los factores sociales y familiares que son determinantes para el inicio o mantenimiento de la ingesta de bebidas alcohólicas (Noh-Moo et al., 2023b).
Además los participantes del estudio están aún en la adolescencia, etapa donde existe inmadurez fisiológica, metabólica y hormonal. También se sabe que a nivel neurológico la estructura cerebral no se ha desarrollado completamente sobre todo en las áreas del sistema límbico y la corteza prefrontal. Esta condición puede desencadenar impulsividad, falta de control de las emociones y búsqueda de nuevas sensaciones, lo que favorece presentar conductas de riesgo, como el uso o abuso del alcohol. Así que cualquier cantidad consumida de esta sustancia por los adolescentes, se considera excesiva y dañina para su salud (Ahumada-Cortez et al., 2017; Villegas-Pantoja et al., 2020).
De acuerdo con la percepción de los adolescentes, el estilo parental de mayor proporción en ambos progenitores fue el estilo indulgente, seguido del autorizativo, luego el negligente y, finalmente, el autoritario. Este resultado difiere del estudio realizado con adolescentes de la zona norte de México (Moreno et al., 2019), donde predominó el estilo parental autorizativo, seguido del estilo indulgente, después el autoritario y el negligente. Sin embargo, los hallazgos son similares al estudio efectuado con adolescentes españoles (Martínez-Loredo et al., 2016).
Los hallazgos permiten mostrar mayor percepción del estilo indulgente. Así, se permite demostrar que los adolescentes de la zona sur de México perciben de sus padres afecto o cariño, una comunicación horizontal y directa a través del razonamiento y la reflexión cuando surgen problemas, aunque no identifican con claridad normas o un control estricto. No obstante, en menores proporciones identifican a sus padres estrictos y poco empáticos, con una relación asimétrica (Prieto-Montoya et al., 2016) e indiferentes ante dudas, problemas y conductas que utilizan el regaño y el castigo como forma de reprimir sus comportamientos.
Al analizar la implicación del consumo de alcohol con los estilos de crianza se pudo observar que los adolescentes que provienen de familias con un tipo de crianza negligente y autoritario reportaron un mayor consumo de alcohol en los últimos siete días. Además, se documentó que los adolescentes que percibieron a sus progenitores con un estilo indulgente y autorizativo presentaron menores proporciones de consumo de alcohol. Estos resultados coinciden con los reportes de los estudios realizados con muestra española (García et al., 2019) y brasileña (Zuquetto et a., 2019) donde los adolescentes con madre y padre con un tipo de crianza autoritario y negligente reportan mayor consumo de bebidas alcohólicas que los adolescentes colombianos con progenitores con estilos parentales indulgentes y autorizativos (Prieto-Montoya et al., 2016).
Respecto al estilo autorizativo, los resultados puntualizan que los padres que demuestran amor, cariño, y que también establecen límites en los comportamientos de los hijos, promueven el fortalecimiento de los vínculos afectivos en la familia y facilitan una comunicación asertiva con los adolescentes sobre los riesgos y consecuencias negativas que puede desencadenar el uso de alcohol en su salud y calidad de vida (Moreno et al., 2019). Por otro lado, a pesar de que en el presente estudio el estilo indulgente presentó altas proporciones para no consumir alcohol, estudios en el contexto internacional resaltan que este tipo de crianza puede ser protector o de riesgo para el uso de alcohol (Calafat et al., 2014). Esto debido a que, dentro de sus características, el estilo indulgente al igual que el autorizativo fomenta un ambiente de aceptación, diálogo y afecto. Sin embargo, cuando el hijo/a desobedece, el padre o la madre no establece normas ni límites, ya que creen que los hijos pueden regular su propio comportamiento a través del diálogo y la reflexión, lo cual posibilita comportamientos de riesgo como el uso o abuso de alcohol (Prieto-Montoya et al., 2016).
Es importante mencionar que aun cuando no se hayan encontrado diferencias significativas en las prevalencias de consumo de alcohol alguna vez en la vida, en el último año y en el último mes, es necesario continuar estudiando los diferentes estilos de crianza con el involucramiento de los adolescentes con el uso de alcohol. La presente investigación tiene algunas limitaciones, entre ellas destaca que los análisis y el diseño del estudio no permiten establecer una dirección de causalidad. Aunque sí se sugiere aumentar el tamaño muestral y explorar la relación de los estilos parentales con otras sustancias, como la marihuana en adolescentes y jóvenes, tanto de zona rural como urbana.
Conclusiones
Finamente, los hallazgos indican que los adolescentes que perciben a su padre o madre como figuras autoritarias o negligentes presentan mayor implicación con el uso de alcohol y, en menor medida, los adolescentes que perciben a sus progenitores con un estilo parental indulgente y autorizativo. Se puede constatar que las familias del contexto mexicano están transitando de ser familias autoritarias regidas por el padre, a familias indulgentes (crianza y cuidados a cargo de ambos padres, pero con falta de límites) y negligentes (bajo afecto y bajo control). Esta situación promueve el involucramiento de los adolescentes en comportamientos de riesgo como el uso de alcohol, por esta razón sería importante diseñar estrategias preventivas entre los integrantes del núcleo familiar, que fortalezcan los estilos protectores.
Referencias
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