Abejas de la calabaza: Eucera (Peponapis) y Eucera (Xenoglossa)

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Abejas de la calabaza:
Eucera (Peponapis) y Eucera (Xenoglossa)

Carlos H. Vergara

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Cuenta una leyenda de los iroqueses (también conocidos como Haudenosaunee o Gente de la casa larga), una confederación nororiental de nativos norteamericanos históricamente poderosa, que hace muchos años vivían tres hermanas en el campo. La más pequeña —Frijol— todavía no podía caminar, con su vestido verde se abrazaba a la hermana mayor. La segunda hermana —Calabaza—, vestida de amarillo, andaba de aquí para allá. La hermana mayor —Maíz— era muy alta y se mecía con el viento. Tenía una manta verde y el cabello amarillo, muy largo. Las tres hermanas se querían mucho y no podían imaginar la vida sin las otras. A finales del verano desapareció la hermana más pequeña. Las otras dos lloraron hasta el otoño, cuando la segunda hermana también desapareció. La hermana mayor se quedó sola en el campo; no bajaba la cabeza, aunque se sentía muy triste y pensaba que no podría vivir sin sus hermanas. A medida que los días se iban haciendo más cortos y fríos, su manta verde perdía el color; y tenía el cabello seco y enredado. Un día, en la época de la cosecha, la tercera hermana encontró a las otras dos, que se habían ido a refugiar en la casa de un joven guerrero. Al ver que sus hermanas estaban a salvo todas se sintieron muy felices de estar juntas otra vez. Y desde ese día las tres hermanas jamás volvieron a separarse.

Igual que las tres hermanas de la leyenda, las abejas de la calabaza —miembros de los subgéneros Eucera (Peponapis) y Eucera (Xenoglossa)— están íntimamente relacionadas con estas plantas, ya que son especializadas en utilizar el polen de cultivos de importancia económica como calabazas y calabacines (plantas del género Cucurbita). En México se conocen 11 especies de abejas de la calabaza del subgénero Peponapis y seis especies del subgénero Xenoglossa, distribuidas en todo el país. Históricamente, Eucera (Peponapis) pruinosa, la especie más común de abejas de la calabaza, utilizó la calabaza salvaje perenne (Cucurbita foetidissima) en los desiertos de México y el suroeste de los Estados Unidos como fuente principal de polen. Tras la domesticación y generalización de cultivos de Cucurbita en Norteamérica, E. pruinosa comenzó a recolectar polen de plantas domesticadas, además de las silvestres, y su distribución en ese momento se extendió más allá de la distribución de C. foetidissima y la desconexión entre la distribución de la abeja y su planta hospedera silvestre se hizo más notoria. Ya hace 7 000 años C. pepo ssp. ovifera era cultivada en los bosques orientales de Norteamérica y hace 1 000 años C. pepo ssp. pepo (calabaza común o calabaza de Castilla, domesticada independientemente hace 10 000 años en el centro de México) se había convertido en un componente esencial de los agroecosistemas donde se cultivaba maíz a gran escala en la región. Así, la abundancia actual y distribución geográfica de la abeja E. pruinosa son consecuencias del cultivo generalizado de plantas de calabaza domesticadas (Pope et al., 2023).

Estas abejas son solitarias (solo hay una abeja en cada nido): cada abeja hembra construye un nido subterráneo y produce una sola generación por año. La cantidad de huevos que cada abeja hembra pone durante su vida es desconocida, pero la mayoría de las abejas solitarias pone entre unos pocos a docenas de huevos cada año. A menudo estas abejas crean sus nidos en agregaciones (figura 4). Así que, si se encuentra un nido de abejas de calabaza, esto significa que probablemente puede haber otro nido cerca. En tamaño, estas abejas son parecidas a las abejas de miel y tienen rayas pálidas en el abdomen. Además, son voladoras muy rápidas (Fleischer et al., 2023).

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Los machos de las abejas de la calabaza vuelan rápidamente entre las flores colectando néctar y buscando hembras durante las visitas. A diferencia de las hembras, los machos tienen un punto amarillo en la cara. Cuando las flores de calabaza se marchitan por la tarde, los machos se quedan dentro de las flores y a veces pasan la noche ahí. Las hembras visitan las flores temprano en la mañana. Las hembras son más corpulentas que los machos y tienen pelos largos en las patas traseras, que son usados para transportar el polen. Luego de que las flores de calabaza se marchitan a medio día, las abejas hembras vuelven a sus nidos. Ambos sexos de la abeja de calabaza son excelentes polinizadores. Se pueden encontrar densidades de hasta una abeja cada tres flores en algunas partes de los cultivos de calabaza. Las flores de calabaza son completamente polinizadas después de recibir siete visitas de este tipo de abejas (Fleischer et al., 2023).

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