IV. Agricultura alternativa

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Luis Alberto Olín Fabela

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Fermín Carreño Meléndez

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Fredyd Torres Oregón

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IV. Agricultura alternativa

Opciones agrícolas alternativas

Es un derecho para todo ser humano tener acceso a un medio ambiente sano, lo que implica cuidar la naturaleza como una necesidad básica para la salud física, mental y espiritual. Esto implica la protección y recuperación del medio ambiente. En el caso de la agricultura alternativa y sostenible, se trata de un enfoque inclusivo que incorpora factores económicos, sociales y ambientales al proceso productivo. Este enfoque promueve una cultura que fomenta una mayor creatividad, socialización de experiencias y organización de los actores involucrados hacia una agricultura sostenible (Mastretta-Yanes et al., 2019).

En México existen grandes oportunidades para producir nutrición de alta calidad, tanto para los países desarrollados como para participar en programas de fortalecimiento de la salud y seguridad. Además, México puede contribuir a la trazabilidad, la historia de cultivo y los ecosistemas ambientales. Esto es realista y puede ser logrado a través de la certificación de procesos y productos por parte de los tres niveles de gobierno. Estas certificaciones pueden crear oportunidades de desarrollo social y económico, generar excedentes en pequeñas y medianas comunidades productoras de alimentos y promover la equidad para los productores agrícolas (Mastretta-Yanes et al., 2019).

Sin embargo, es necesario crear un mercado con precios razonables. Además, se debe fomentar, alentar, recompensar y reconocer la protección del medio ambiente como una prioridad. La agricultura alternativa se presenta como una solución a las crisis socioeconómicas, ambientales, culturales y productivas causadas por la promoción de prácticas agrícolas industriales. No se trata de una posición arbitraria ni de una oposición a la producción a gran escala. Es importante reconocer, reorganizar, actualizar y respetar los modelos de producción agrícola de los indígenas y pequeños productores con conocimientos ancestrales (Mastretta-Yanes et al., 2019).

En cuanto a las técnicas de producción alternativas, se ha propuesto un programa en México para la conservación y uso de la diversidad genética de las plantas domesticadas y sus parientes silvestres. Este programa tiene como objetivo estudiar, conocer y conservar la diversidad genética de los cultivos nativos de México y utilizar esta diversidad para fortalecer la producción de alimentos y fibras de forma socialmente justa minimizando los impactos ambientales. Además, se ha investigado el uso de abonos orgánicos como alternativa sostenible para la fertilización en la agricultura (Beltrán-Morales et al., 2019).

Estos abonos orgánicos son insumos inocuos que proporcionan al suelo y a las plantas los nutrientes necesarios para su conservación y desarrollo (Beltrán-Morales et al., 2019). Se ha demostrado que la aplicación combinada de abono líquido y sólido en la producción de plantines de café puede mejorar la eficiencia productiva y reducir los costos de producción (Jaulis et al., 2020). También se ha estudiado el efecto del compost y el lombria-
bono en el crecimiento y rendimiento de la berenjena. Estos estudios han mostrado diferencias significativas en características como días a floración, altura de planta, número de frutos por planta y rendimiento (Cantero et al., 2015).

La agricultura sostenible también puede beneficiarse de la utilización de extractos vegetales y bioinsecticidas para el control de plagas. Estos productos ofrecen una alternativa más segura y respetuosa con el medio ambiente en comparación con los plaguicidas químicos (Ortiz et al., 2017). Además, se ha investigado el uso de bacterias endófitas y bacterias rizosféricas para mejorar la resistencia de las plantas a metales pesados como el cadmio. Estas bacterias tienen la capacidad de tolerar diferentes concentraciones de cadmio y pueden contribuir a la producción de alimentos más seguros y saludables (Ayubb et al., 2017).

Esta agricultura alternativa y sostenible ofrece una solución a las crisis socioeconómicas, ambientales, culturales y productivas causadas por las prácticas agrícolas industriales. Esta forma de agricultura incorpora factores económicos, sociales y ambientales al proceso productivo y promueve una mayor creatividad, socialización de experiencias y organización de los actores involucrados (Mastretta-Yanes et al., 2019). Además, se han propuesto diversas técnicas y prácticas, como el uso de abonos orgánicos, extractos vegetales y bioinsecticidas, que pueden contribuir a una agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente (Jaulis et al., 2020; Beltrán-Morales et al., 2019; Cantero et al., 2015; Ortiz et al., 2017; Ayubb et al., 2017). Es importante reconocer y valorar los conocimientos ancestrales de los indígenas y pequeños productores agrícolas, y promover su participación en la transición hacia una agricultura sostenible.

Según Altieri (2018), existen las siguientes diferencias entre los modelos agrícolas de producción tradicionales y alternativos:

Tabla 5. Características de los sistemas agrícolas productivos tradicionales y convencionales

Agricultura convencional

Agricultura alternativa

• Semillas de alto rendimiento

• Semillas criollas adaptadas al agrosistema

• Fertilizantes y plaguicidas sintéticos

• Abonos de síntesis natural, manejo integrado de plagas y enfermedades

• Maquinaria de alto consumo energético

• Labranza mínima

• Políticas de beneficio al productor

• Escasas políticas de beneficio al pequeño productor

• Financiamiento asegurado

• Agricultura sin financimiento

• Alta especialización en capacitación

• Los centros de investigación no son aliados del pequeño productor

• Agricultura por contrato

• Agricultura para mercado local

• Agricultura de exportación

• Agricultura solidaria de intercambio

Como lo sugiere Altieri (2018), la agricultura tiene como objetivo la conservación y gestión de los recursos naturales. Equilibrar y combinar tecnología, políticas y actividades basadas en principios económicos y consideraciones ambientales para mantener e incrementar la producción agrícola a los niveles necesarios para satisfacer las necesidades y deseos de una población mundial en crecimiento y reducir el impacto ambiental y minimizar el daño de los impactos que representan los grandes retos para alcanzar la sustentabilidad.

Una de las formas de producción y cosecha alternativa se realiza en camas de distintas hortalizas tales como brócoli, rábano y espinaca. Esta técnica se puede reproducir en diferentes altitudes, un ejemplo de esta variabilidad es el valle de Toluca, en el Estado de México, se encuentra a 2 622 metros sobre el nivel del mar y está considerada como una zona de producción agrícola de Valles Altos.

Uno de los objetivos de la agricultura alternativa es conservar el agua, el aire, el suelo, los recursos naturales animales y vegetales, así como aquellos recursos que no son tangibles a simple vista tales como los insectos, los microorganismos y sus actividades en beneficio del ecosistema. Los agrosistemas alternativos modifican las determinantes socioeconómicas en la forma que se produce, cómo se produce y quién lo produce (Altieri, 2018).

El arraigo de la producción en diferentes lugares tiene un impacto significativo en las economías y el estatus social de las comunidades. Por ejemplo, si se siembra maíz de temporal en una zona con suelos pobres y bajo régimen pluviométrico, es probable que la cosecha sea insuficiente para satisfacer las necesidades de una familia. Además, la forma en que se produce también está influenciada por los saberes locales y no sólo por la información o tecnología actual. El amor y la pasión de los campesinos que dependen de sus tierras también juegan el papel más importante en la producción (Hernández y Muñoz, 2018; Osorio-García et al., 2015).

Los saberes tradicionales de las comunidades étnicas también son relevantes en este contexto. Estos saberes tienen características como el arraigo territorial, el carácter oral-lingüístico, el dinamismo intergeneracional y la matriz cultural, entre otros. Reconocer y valorar estos saberes permite aumentar las oportunidades para que los profesores puedan incorporarlos en el aula de clase, especialmente en el campo de las ciencias. Esto crea una oportunidad para el diálogo entre los saberes tradicionales y el conocimiento científico escolar, lo que contribuye a la conservación de la matriz cultural de las comunidades (Melo, 2019).

Además, la producción de maíz y la pluriactividad de los campesinos también son factores importantes a considerar. Según un estudio realizado en el Valle de Puebla, México, el 41.4% de los campesinos entrevistados realizaban actividades extrafinca, lo que junto con la superficie agrícola determinaba el nivel de otras actividades agropecuarias. Esto demuestra que la producción agrícola no es la única fuente de ingresos para los campesinos, sino que también se involucran en otras actividades para complementar sus ingresos (Osorio-García et al., 2015).

Esto significa que el arraigo de la producción, los saberes tradicionales y la pluriactividad de los campesinos son aspectos importantes a considerar en el contexto de la producción agrícola. Estos factores influyen en la productividad y el bienestar de las comunidades, y destacan la importancia de valorar y preservar los conocimientos locales en el manejo de los cultivos (Hernández y Muñoz, 2018; Melo, 2019; Osorio-García et al., 2015).

Agricultura orgánica

La investigación del agrónomo Albert Howard (1943) sobre cultivos tropicales señaló que: La planta depende de la nutrición que obtiene del suelo, porque los cultivos asociados con leguminosas se potencian y hay una sinergia entre animales y plantas. La agricultura orgánica no es simplemente una postura contra el uso de químicos o un retorno a antiguas tradiciones agrícolas, sino que se basa en el estudio de:

  • Agricultura ecológica. Se basa en el estudio de la naturaleza y sus ciclos de crecimiento, muerte y decadencia.
  • Microorganismos contra plagas y enfermedades. Uso de entomopatógenos, enemigos naturales, plantas alelopáticas y repelentes que mantienen en equilibrio la población.
  • Materia orgánica. Mantiene las condiciones físico-químicas y biológicas del suelo favoreciendo el desarrollo de la microflora y fauna.

Algunas de las directrices y prácticas de la agricultura orgánica, de acuerdo con Mora (1994), son procurar formas de producción estables y cercanas a la naturaleza, en las que se realiza la elección de cultivos, un manejo agronómico del cultivo y se determina minuciosamente la epoca de siembra. También se plantea y proyecta maximizar la producción ecológica y energética a bajo costo, permitiendo la sostenibilidad regional con el tiempo.

Las prácticas de agricultura orgánica deben usar de recursos locales, para mantener y mejorar las propiedades del suelo a largo plazo y evitar todas las formas de contaminación que puedan resultar de las prácticas agrícolas. Con ello se logra producir alimentos nutritivos en cantidades suficientes, y con ello se minimiza el uso de energía fósil, utilizando y desarrollando técnicas adecuadas, basadas en el conocimiento de los sistemas biológicos. Generando un sistema descentralizado de fabricación y distribución de productos que coadyuven a la preservación y protección de la vida silvestre y su entorno.

Principios de la agricultura orgánica

Dentro de los principios de la agricultura orgánica de Altieri y Nichols (2007) están:

Tabla 6. Principios de agricultura orgánica

Principio

Descripción

Principio de salud

Considera al suelo, la planta, el animal, la persona y el planeta

Principio de ecología

Involucra procesos ecológicos y de reciclaje

Principio de equidad

Propicia la justicia a todos los niveles y a todas las partes

Principio de precaución

Proteje la salud y el bienestar de generaciones presentes, futuras y el ambiente

Agricultura natural

Este tipo de agricultura supone que el flujo de energía a través de componentes vivos y abióticos es necesario para que los ecosistemas funcionen correctamente. Se equilibra gracias a tomar en cuenta el ciclo de vida natural, ya que considera las siguientes leyes fundamentales de la termodinámica:

  • La energía no se puede crear ni destruir (Ley de conservación de la energía).
  • La transferencia de energía de un punto a otro implica alguna pérdida.
  • La eficiencia de conversión de energía nunca es del 100%, lo que implica cierto grado de desorden (entropía).
  • Conclusión: No se produce energía, por lo que las conexiones posteriores no pueden producir más energía que la anterior.

Agricultura alternativa

El nombre de agricultura alternativa se le dio en el primer cuarto del siglo xx y tiene como objetivo crear una relación armoniosa entre los seres humanos y la tierra en términos de producción, protección de la vida natural y paisaje; sus predecesores son Albert Howard, Rudolf Steiner y Mokiti Okada (Kolmans y Vasquez, 1999). Este objetivo persigue, además, la salud a base de una alimentación saludable y en la independencia de los agricultores del almacenamiento de alimentos e insumos (soberanía alimentaria y seguridad alimentaria local). A la hora de construir una agricultura alternativa, hay temas importantes (Ikerd, 2011):

  • Agricultores con educación, dedicación y conocimiento cultural, espiritual y ético.
  • Antecedentes de los sistemas de producción, ambientes agrícolas, biodiversidad y sus relaciones.
  • Una herramienta de trabajo en la que la comunidad microbiana destaca por sus relaciones, especialmente con organismos vegetativos (plantas desequilibradas que producen plagas) y el control biológico.
  • Respetar todas las manifestaciones de la vida, ser limpio, autosuficiente, rentable y social y culturalmente viable.
  • Utilizar sustancias naturales o sintéticas naturales (jugos de plantas silvestres, rocas fosfatadas naturales, sulfatos, frutas, verduras, etc.) en lugar de sustancias artificiales o sintéticas como medicamentos, pesticidas, fertilizantes y plásticos.
  • Existe una forma más limpia de sustentar la vida en la Tierra.
  • Restaurar el estado adecuado al productor.
  • Lograr una producción sostenible y ahorrar biomasa.
  • Integrar el conocimiento de los pueblos indígenas, agricultores y ascendencia negra para proteger los recursos naturales.
  • Ampliar y proteger la diversidad a través de la producción de alimentos saludables.

Con base en lo anterior, se determina que la agricultura alternativa suma un conjunto de prácticas y conocimientos consistentes con principios básicos que se han aplicado con éxito en todo el mundo en beneficio de la naturaleza (ver tabla 7). Estos principios señalan la conservación de la vida; la promoción de la biodiversidad; el mantenimiento y conservación de los ecosistemas naturales (bosque, suelo, agua, etc.); la promoción del uso de activadores del suelo con bio-abonos y abonos verdes; y el utilizar los controles naturales de plagas y enfermedades con el fin de revitalizar el suelo y recuperar su fertilidad.

Tabla 7. Comparación de la agricultura regenerativa y la agricultura convencional

Regenerativa

Convencional

Acceso a alimentos sanos frente a la agricultura de la Revolución verde

Envenena el agua, suelo, alimentos, flora, fauna y al ser humano. Mata a los microorganismos del suelo. Incrementa la contaminación ambiental.

El lema es salud con base en alimento sano

Destruye ecosistemas naturales. Máxima explotación. Máxima ganancia en menor tiempo.

Abasto de alimentos sanos para todos

Toxicidad de alimentos. Olvida los objetivos de los alimentos: ricos, nutritivos y sanos.

Enfermedades degenerativas en animales y personas. Empobrecimiento de suelos, incrementa uso de plaguicidas, semillas mejoradas, maquinaria, monocultivos e incrementa la frontera agrícola destruyendo bosques.

Depende de recursos no renovables y compuestos de síntesis artificial.

Genera descomposición social, inseguridad, hambre y desocupación para la población.

Gliessman (2002) señala que el proceso de cambio de los sistemas tradicionales caracterizados por monocultivos, con alta dependencia de insumos externos a sistemas diversificados con baja intensidad de gestión, es de naturaleza transitoria y consta de tres fases:

Figura 1. Disminución del uso de insumos externos en monocultivos

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1. Insumos agroquímicos

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2. Insumos sintéticos

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3. Rediseño de agrosistemas

Eliminación progresiva y manejo integrado de plagas, enfermedades malezas, suelo y agua.

Sustitución por otros alternativos u orgánicos

Infraestructura diversificada y funcional que subsidie el funcionamiento del sistema.

Durante el desarrollo de estas tres fases de gestión, se tiene como objetivo asegurar los siguientes procesos de agricultura alternativa (Altieri, 2018) (ver figura 2):

Figura 2. Procesos de agricultura alternativa

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Todas estas ventajas son la razón de la transición de la agricultura convencional a la regenerativa, sumando y brindando la base de la nutrición en la sociedad actual.

Figura 3. Cuatro razones para la transición a la regenerativa agricultura

Esta transición se logrará a través de dos pilares agroecológicos clave (Gliessman, 2001):

Figura 4. Pilares de la agroecología

Diferentes perspectivas de la agricultura alternativa

Hay tendencias y posiciones de la agricultura alternativa de tipo biológicas, orgánicas, naturales, ecológicas, biodinámicas, radiónicas, mentalistas, tecnología apropiada, no intervención, biodiversidad, permacultura, regenerativas, asociativas, tridimensionales, mesiánicas y especialmente de microorganismos, según Kolmans y Vásquez (1999), Gliessman (2002), y Altieri (2018):

Tabla 8. Acciones de la agricultura alternativa

Acción

Descripción

1. Agricultura biológica

Las plantas de un cultivo y los animales de una crianza son seres vivos regidos por las leyes de la vida que se deben respetar.

Claude Aubert (iniciador).

Reciclaje de nutrientes: compostaje, abonos verdes, interrelaciones con organismos.

2. Agricultura orgánica

La planta depende de la nutrición del suelo.

3. Agricultura natural

Jean Marie Rogs (iniciador).

El suelo, sistema digestivo de la planta.

4. Agricultura ecológica

El ecosistema, objeto de estudio.

Rotación de cultivos = fertilidad.

Compostaje y abonos verdes.

Control biológico.

Nutrición del suelo.

Cero labranza.

5. Agricultura biodinámica

Rudolf Steiner (iniciador).

La planta, ser biológico en el campo de fuerzas dinámicas telúricas y cósmicas.

Compost, rotación de cultivos, abonos verdes, preparados biodinámicos (minerales) y efecto de la luna.

6. Agricultura radiónica

Todas las formas de vida tienen un campo electromagnético.

7. Agricultura mentalista

Paradigma de la nueva era: alimentación de frutas, hortalizas, miel y cereales.

8. Agricultura de tecnología apropiada

Schumacher: trabajo en grupos pequeños de campesinos y uso de recursos locales.

9. Agricultura de no intervención

El ser humano no comprende la naturaleza y no la puede manejar (Fukuoka).

No se labra el suelo, no se emplean fertilizantes químicos solubles.

Filosofía de integración y saber.

El cultivo debe estar alrededor del bosque.

10. Agricultura de biodiversidad (tumba-quema)

Variedad de cultivos y especies en un área.

Descanso de tres años a la tierra.

Semillas adaptables.

Uso de coberturas verdes.

11. Agricultura permanente (permacultura)

Sistemas de producción integrados en armonía con viviendas y personas.

Aprovechamiento y conservación de árboles.

Sistemas mantenidos con sol, lluvia y viento; satisfacen las necesidades humanas (sostenibilidad).

Aprovechamiento de recursos disponibles con el mayor número de funciones de cada elemento del paisaje.

Uso con base en la naturaleza del lugar.

Principios.

Cada elemento es multifuncional.

Planificación eficiente de energía (reciclamiento para ser autosuficiente).

Producción acorde a necesidades.

Diversidad.

Aprovechamiento de todos los recursos naturales como sucesión biológica.

Desventajas vistas como recursos aprovechables.

12. Agricultura regenerativa

Producción de especies hortícolas y frutos en jardines.

Cualquier espacio es útil.

Generación de opciones propias con recursos locales.

Reciclaje de materiales.

Abonos.

Independencia y autogestión frente a mercados foráneos.

13. Agricultura asociativa

Estratos de plantas asociadas: frijol-maíz-calabaza-chile.

Uso de micorrizas.

La asociación favorece la diversidad (ley de asociación).

Ley de la devolución: combate el agotamiento de los recursos.

14. Agricultura tridimensional

Uso del suelo vertical y horizontalmente.

Aprovechamiento de la tierra a un número mayor de cosechas de cada especie.

15. Agricultura mesiánica

Exalta la naturaleza, la humanidad y la paz, vía: verdad-bondad-belleza.

Naturaleza: verdad.

Bondad: alimento.

Belleza: arte.

16. Agricultura microbial

Uso de microorganismos con un proceso armónico de producción.

Si hay organismos benéficos, el cultivo es sano.

Emplea caldos microbiales.

Acolchados

Este tipo de cubierta para los cultivos se refiere a una capa de residuos de plantas, formada naturalmente o aplicada a la superficie del suelo. Lo mismo ocurre con los materiales sintéticos colocados encima. Este proceso se utiliza para mejorar la productividad de los cultivos controlando las malezas y la temperatura del suelo, aumentando la maduración temprana de los cultivos y reduciendo la evaporación del agua del suelo. Su uso implica importantes costos de adquisición, transporte, instalación y manipulación. Y sólo los cultivos económicamente rentables pueden permitírselo. El mantillo es una alternativa a los métodos tradicionales de uso de pesticidas para controlar malezas y patógenos, pero los riesgos ambientales que plantean los mantillos elaborados con materiales plásticos no biodegradables contaminan los campos en los que se instalan. Otras desventajas incluyen la infestación de roedores, plagas e incendios en materiales orgánicos (Zribi et al., 2011).

Acolchado plástico

Se utilizan diferentes tipos de plásticos en cuanto a material, espesor y color, los cuales varían según la aplicación, cultivo y región. El ancho de la película plástica utilizada como relleno varía entre 0.9 m y 1.5 m. En cuanto al espesor, inicialmente se utilizaban láminas más gruesas (30-50 micrómetros), pero ahora se utilizan comúnmente láminas más delgadas de aproximadamente 15 micrómetros (Gutiérrez et al., 2003).

El uso de plásticos, aunque no sean biodegradables, contribuye a la contaminación de paisajes, canales, vertederos y afluentes como ríos, arroyos, terraplenes, presas y pozos. Por eso seguimos proponiendo materiales que se mimetizan con el entorno como materia orgánica y pasan a formar parte del suelo. El polietileno es el material plástico más utilizado para tapicería porque es fácil de procesar; tiene buena resistencia física y química; es duradero y flexible, y es inodoro en comparación con otros polímeros.

El mantillo plástico crea una barrera impermeable al flujo de vapor de agua en la superficie del suelo, alterando los patrones de flujo de calor y evaporación del agua (isa, 2009). Además de la temperatura del suelo, también se promueve la actividad biológica de los microorganismos que se encuentran en este ecosistema.

Almohadillas geotextiles

Los geotextiles son materiales poliméricos permeables (sintéticos o naturales) que pueden o no estar tejidos. Se utilizan para separación, filtración, deshidratación, fortificación, contención de líquidos/gases, control o protección de la erosión. Una de las ventajas del geotextil sobre el polietileno negro es su biodegradación natural.

Mantillo Orgánico

Ayuda a mantener una temperatura constante para favorecer el crecimiento y la actividad de los distintos microorganismos presentes en el suelo y asegurar su actividad. Los materiales más utilizados son aserrín, corteza y hojas de pino, astillas de madera, virutas de madera, residuos de madera, paja, cáscaras de cereales, cáscaras de cacao, hojas, paja, papel, mantillos mixtos y residuos de cultivos. También se usan, restos vegetales incluyen restos de madera cortada en huertos. Se degradan a diferentes ritmos según el tipo de material y las condiciones ambientales (isa, 2009).

Efectos de la temperatura del suelo

El acolchado cambia la energía que llega al suelo, el intercambio de calor, el equilibrio energético y el ambiente térmico. Un aspecto positivo de este acolchado es que reduce las fluctuaciones de temperatura del suelo, mitigando principalmente los picos máximos y mínimos en los 15 cm de profundidad iniciales (Leal, 2007).

Efectos sobre la estructura del suelo y la fertilidad

Gracias a la protección contra los elementos, la estructura del suelo cubierto con mantillo permanece mejor a largo plazo que el suelo desnudo. El efecto positivo del acolchado sobre la estructura del suelo proviene de amortiguar la energía cinética de las gotas de lluvia (y del rocío, si corresponde), aumentando así la extensión física del suelo y sellando la superficie mientras se mantiene la tasa de infiltración del agua en el suelo (Erenestein, 2002).

El aumento de la temperatura y la humedad del suelo promueve la mineralización del suelo, lo que aumenta la disponibilidad de nutrientes para las plantas (como el nitrógeno) y aumenta la materia orgánica. El acolchado protege el suelo de la erosión por lluvia, las tormentas de granizo y el secado por viento. El mantillo orgánico promueve la actividad de la microbiota del suelo y el crecimiento de las raíces, y reduce la compactación del suelo debido a la acumulación de finas partículas de arcilla. La descomposición de la materia orgánica produce compuestos aglutinantes que forman agregados más estables, permitiendo el movimiento de gases —como CO2 y O2— y mejorando la fertilidad del suelo (Erenestein, 2002).

Impacto en la salinidad del suelo

Controlar la salinidad es esencial para una producción óptima de los cultivos. Reducir la evaporación del agua (efecto de evaporoconcentración) y promover el flujo descendente de agua en el suelo (efecto de lavado) son claves para controlar la salinidad en las zonas de raíces de los cultivos. El acolchado es una forma eficaz de reducir el contenido de sal y retener la humedad en la zona de las raíces, especialmente en las primeras pulgadas del suelo. Esto permite el uso de más agua salada sin afectar el crecimiento de las plantas. Zhang et al. (2008) señalan que en suelos desnudos la mayor acumulación de sales ocurre en la superficie del suelo, debido a efectos de concentración evaporativa.

Para Zribi et al. (2011), los efectos del acolchado se pueden dividir en positivos y negativos. Los primeros ayudan a conserva el agua en el suelo y previene y limita la evaporación de las superficies. El agua ahorrada puede ser utilizada por las plantas, que se benefician de un suministro de agua constante y regular; también reduce las fluctuaciones de temperatura de la superficie. El mantillo de plástico y geotextil actúa como un filtro de doble efecto, reteniendo el calor durante el día y liberándolo durante la noche, reduciendo el riesgo de heladas a medida que bajan las temperaturas. El mantillo orgánico mantiene fresca la temperatura del suelo, lo que limita el calentamiento del suelo durante los meses más cálidos. Es un reductor de aumentos en la salinidad del suelo y la concentración de sodio causados por las concentraciones evaporativas de agua y sales en la superficie del suelo; reduce el escurrimiento superficial y la erosión del suelo. Protege la estructura del suelo y aumenta la porosidad y la densidad de las raíces de las plantas, lo que resulta en una mejor absorción de agua y nutrientes y un mayor rendimiento.

Sumado a lo anterior, promueve la descomposición del mantillo orgánico. Agrega materia orgánica al suelo y restablece el equilibrio biológico, físico, químico y ecológico del suelo. Los residuos de cultivos de muy bajo costo proporcionan una cobertura biodegradable a nivel local. Mejora la maduración temprana y, en algunos casos, la calidad del cultivo, y genera mayores beneficios económicos.

Por otra parte, de acuerdo con Zribi et al. (2011), los aspectos negativos son los costos de adquisición, instalación, transporte, maquinaria especializada y mano de obra; los problemas ambientales causados por residuos plásticos no biodegradables; el uso de mantillos orgánicos como paja, corteza y aserrín presenta un riesgo de incendio; el potencial de infestación de roedores y, en el caso de mantillo plástico, plagas. Los plásticos pueden provocar cambios térmicos negativos en el suelo para las plantas. El plástico evita que el agua de lluvia penetre en la zona de las raíces y limita la lixiviación de sal. El mantillo orgánico puede introducir semillas de malezas en el suelo.

Permacultura

La permacultura es un enfoque que surgió en los años setenta como una respuesta contracultural al desperdicio e impacto de los recursos naturales, con el objetivo de lograr la máxima reducción energética. Se basa en la idea de una reducción gradual del consumo de recursos y energía, asumiendo que esta reducción es inevitable. Además, propone la disminución del número de personas como parte de su propuesta (Bodin et al., 2017).

La propuesta de la permacultura se fundamenta en un espíritu de respeto por la naturaleza y busca proporcionar abundancia de alimentos, fibra y energía para satisfacer las necesidades locales, imitando patrones y relaciones naturales a través del Diseño Consciente de Paisajes (Holmgren, 2007). Esta propuesta se ve respaldada por los acontecimientos catastróficos ambientales que han ocurrido en el pasado y que continúan en el presente y futuro, como la pérdida de diversidad biológica, el aumento de la contaminación del agua y la atmósfera, el cambio climático, la degradación de los suelos, entre otros (Bodin et al., 2017).

Estos problemas ambientales globales requieren la participación real de toda la comunidad mundial, especialmente de los países industrializados, para generar conciencia y llevar a cabo acciones prácticas que mitiguen y solucionen la crisis ambiental. El cuidado del ambiente se ha convertido en una prioridad en el siglo xxi en diversos ámbitos, como lo económico, lo político, lo jurídico y lo cultural, ya que está en juego la existencia humana y la preservación de la especie (Bodin et al., 2017).

La cultura dominante del consumismo es criticada por la permacultura, ya que promueve medidas económicas disfuncionales de progreso y bienestar que son impulsadas por las élites políticas, económicas y sociales a nivel local y global (Pozas, 2016). Estas élites se resisten a perder influencia y poder ante la adopción de una mayor autosuficiencia y autonomía locales, que son fundamentales en el enfoque de la permacultura.

La permacultura surge como una contracultura al desperdicio e impacto de los recursos naturales, proponiendo la reducción energética y la disminución del consumo de recursos. Se basa en el respeto por la naturaleza y busca proporcionar abundancia de alimentos, fibra y energía a nivel local. Esta propuesta se respalda en los problemas ambientales globales y requiere la participación real de la comunidad mundial. Además, critica la cultura dominante del consumismo promovida por las élites políticas, económicas y sociales.

Holmgren (2007) propone siete dominios de acción mediante lo que se ha llamado la flor de la permacultura:

  1. En el ámbito del manejo de la tierra y la naturaleza, se abarcan diversas prácticas como la agroforestería, el manejo de bosques, huertos, acuacultura, el manejo integrado de plagas, los bancos de semillas, la conservación, la regeneración y el manejo sostenible de espacios silvestres, así como la agricultura orgánica y biodinámica.
  2. En relación a los ambientes construidos, se promueve la construcción utilizando materiales naturales y locales, así como la autoconstrucción y técnicas de eco-construcción como la paca de paja, el adobe, la paja-arcilla y la climatización natural.
  3. En cuanto a las herramientas y tecnología, se fomenta el uso de sanitarios secos, composteros y energías renovables como la solar, eólica, maremotriz, geotérmica y microhidroeléctrica. También se promueven las ecotecnias, tecnologías apropiadas, la reutilización, el reciclaje y el diseño de sistemas ahorradores.
  4. En el ámbito de la educación y cultura, se enfatiza la importancia de la educación ambiental, la implementación de hortalizas escolares, el desarrollo de un espíritu de arraigo, la investigación acción participativa y la educación para la paz.
  5. En relación al bienestar físico y espiritual, se promueven prácticas como el parto en casa, la muerte digna, el yoga, las disciplinas del cuerpo-mente-espíritu, la medicina alternativa y complementaria.
  6. En el ámbito de la economía y finanzas, se fomentan sistemas locales de ahorro y préstamo, inversiones éticas, la relocalización del comercio e intercambio, el mercado de trueque y el voluntariado.
  7. En cuanto a la tenencia de la tierra y el gobierno comunitario, se promueven la creación de cooperativas de producción y consumo, eco-aldeas, comunidades sustentables, así como procesos participativos de toma de decisiones y resolución de conflictos.

Todos estos aspectos de la permacultura abarcan diversas áreas de acción que van desde el manejo de la tierra y la naturaleza, la construcción de ambientes sostenibles, el uso de herramientas y tecnología adecuada, la promoción de la educación y cultura ambiental, el bienestar físico y espiritual, la economía y finanzas éticas, hasta la tenencia de la tierra y el gobierno comunitario. Estas áreas de acción se complementan entre sí y buscan promover un estilo de vida sostenible y en armonía con la naturaleza.

Acompañando estos preceptos se suman los siguientes principios de permacultura:

Principio 1.

Observar e interactuar. “La belleza está en los ojos de quien la percibe.”

Principio 2.

Captar y almacenar energía. “Recoge heno mientras brilla el sol”.

Principio 3.

Obtener rentabilidad. “No se puede trabajar con el estómago vacío”.

Principio 4.

Aplicar la autorregulación y estar abierto a la retroalimentación. “Las acciones de los padres influyen en los hijos hasta la séptima generación”.

Principio 5.

Utilizar y evaluar servicios y recursos renovables. “Dejar que la naturaleza siga su curso”

Principio 6.

Evitar producir residuos. “Al evitar la generación de residuos, se evitan cuellos de botella. Más vale prevenir que curar.”

Principio 7.

Diseño desde el patrón hasta el detalle. “No se puede ver el bosque sin los árboles.”

Principio 8.

Integrar en lugar de separar. “Más manos hacen el trabajo más fácil”.

Principio 9.

Utilice soluciones pequeñas y lentas. “Cuanto más grande sea, más fuerte caerá. Lento y constante gana la carrera.

Principio 10.

Utilizar y respetar la biodiversidad. “No pongas todos los huevos en la misma canasta”

Principio 11.

Utiliza los bordes y evalúa los bordes. “No asumas que estás en el camino correcto sólo porque hay demasiados pasos”.

Principio 12.

Acepta el cambio y responde creativamente a él. “Visión no significa ver las cosas como son, sino como serán.”

Aún después de casi medio siglo, los 12 principios de la permacultura de Bill Mollison y David Holmgren entran en vigor en el año 2021 y nos presentan los siguientes desafíos: enriquecer nuestra cultura y educación, de una manera que sea sostenible para nuestra calidad de vida ahora y en el futuro (Reigeluth, 2016).

La educación juega un papel fundamental en la promoción de la sostenibilidad y la calidad de vida. Se ha destacado la importancia de incorporar la educación para el desarrollo sostenible en la formación inicial de los docentes, proporcionándoles las competencias profesionales necesarias (Dahl, 2019). Esto implica que la educación debe centrarse en el aprendizaje más que en una organización basada en el tiempo, y debe adaptarse a las necesidades individuales de los estudiantes (Reigeluth, 2016).

Además, es esencial promover una cultura arraigada y conciencia ambiental en la sociedad. Esto implica fomentar la educación ambiental y la participación activa de los estudiantes en la producción de alimentos a través de huertos escolares (Dahl, 2019). También se destaca la importancia de la investigación acción participativa, que involucra a los estudiantes en la identificación y resolución de problemas ambientales en su comunidad (Reigeluth, 2016).

La permacultura también abarca el bienestar físico y espiritual. Se promueven prácticas como el parto en casa, la muerte digna, el yoga y las disciplinas del cuerpo-mente-espíritu. Estas prácticas buscan promover una mayor conexión con nuestro cuerpo y nuestra espiritualidad, lo que contribuye a una mayor calidad de vida. En el ámbito económico, se promueven sistemas locales de ahorro y préstamo, inversiones éticas y la relocalización del comercio e intercambio. Estas prácticas buscan fomentar una economía más justa y sostenible, que tenga en cuenta el impacto ambiental y social de las actividades económicas. En cuanto al manejo de la tierra y la naturaleza, la permacultura propone prácticas como la agroforestería, el manejo de bosques, huertos y acuacultura, así como la conservación y regeneración de espacios silvestres (Reigeluth, 2016).

Estas prácticas buscan utilizar, de manera sostenible, los recursos naturales y promover la biodiversidad. En resumen, la implementación de los principios de la permacultura nos plantea desafíos en diferentes ámbitos. Estos desafíos incluyen enriquecer nuestra cultura y educación de manera sostenible, promover el bienestar físico y espiritual, fomentar una economía justa y sostenible, y manejar la tierra y la naturaleza de manera sostenible. Estos desafíos requieren de la participación activa de la sociedad en su conjunto, así como de cambios en nuestras prácticas y formas de vida.