Introducción
La pandemia provocada por el virus denominado SARS-CoV-2 no es sólo un problema de salud pública, sino que implica aspectos sociales, políticos, ambientales, culturales y económicos; en tal sentido, involucra a diferentes actores de la sociedad. La aparición en China de la pandemia de COVID-19, así como su expansión por todo el mundo (provocada por un virus zoonótico que puede transmitirse entre animales y humanos, con la consecuente enfermedad respiratoria aguda), propició que el 23 de marzo de 2020 se decretara en México el cierre de todas las instituciones educativas, como una de las primeras medidas que tomó el Gobierno Federal para evitar su propagación. Este cierre trajo beneficios para evitar contagios masivos entre la población, pero también propició en el sector educativo una serie de desafíos ante la contingencia, lo que mostró la capacidad de respuesta de directivos, docentes, estudiantes y padres de familia para hacer frente a la emergencia.
La crisis derivada de la pandemia dejó claro que las autoridades educativas no contaban con estrategias y protocolos claros ante tal situación, pues al ser un problema inesperado, las autoridades educativas no tuvieron tiempo suficiente para poder establecer directrices definidas a fin de elaborar un plan de acción. El caos fue evidente: los docentes hicieron lo que pudieron con lo que tenían y su experiencia fue fundamental, ya que trataban de dar continuidad a la enseñanza. Por otro lado, los estudiantes intentaron hacer lo propio. Miles de estudiantes se quedaron sin clases presenciales, por lo cual el sistema educativo se vio en serios problemas. Ante ello, los subsistemas tuvieron que adoptar un modelo de educación virtual a distancia, mediante la utilización de diferentes plataformas masivas de cursos en línea, herramientas virtuales y redes sociales. En México, las más utilizadas son Moodle, Google Classroom, Microsoft Teams, WhatsApp, Facebook, Instagram, Twitter, correo electrónico, Zoom, Meet, BlueJeans, drones, entre otros; al mismo tiempo, se utilizaron herramientas para que los docentes diseñaran e implementaran contenidos de aprendizaje digital y repositorios externos de soluciones de aprendizaje a distancia, con lo cual tuvieron que adaptar la didáctica de enseñanza-aprendizaje al uso de las tecnologías para garantizar el acompañamiento de los estudiantes.
Una problemática más que se documentó fue que tanto los estudiantes como los docentes no estaban capacitados para el uso de las herramientas tecnológicas antes mencionadas, por lo que se llevó un buen tiempo aprender a utilizarlas; simultáneamente se continuó el ciclo escolar con todas las deficiencias posibles. En este contexto, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), a través de sus oficinas nacionales, instruyó a los colegios estatales y regionales a enfrentar estos nuevos desafíos y a impulsar un plan emergente que presentara con claridad las acciones y las determinaciones emprendidas ante la contingencia en cada estado de la República Mexicana. Para ello implementó estrategias metodológicas en todos sus planteles a nivel nacional, a fin de dar seguimiento a la enseñanza y aprendizaje de forma virtual. Este seguimiento ha incluido el fortalecimiento de las habilidades socioemocionales de los docentes que pertenecen a este subsistema en todos los planteles del país, de tal suerte que cuenten con estrategias para el manejo de emociones, estrés y autorregulación en el contexto de la pandemia y el confinamiento.
Para la mayoría de los profesores no fue una labor sencilla, pues tuvieron que adaptarse rápidamente a una modalidad de enseñanza totalmente distinta a la que venían practicando. A la par tuvieron que lidiar con los estragos de una pandemia global que ha causado fuertes impactos psicológicos en la comunidad educativa: el cierre de los centros educativos, la necesidad del distanciamiento físico, la pérdida de seres queridos y compañeros de trabajo, así como el cambio en los métodos de aprendizaje tradicionales, han generado estrés, presión y ansiedad a los docentes, estudiantes y sus familias.
El proceso de adaptación de contenidos, el uso de las distintas plataformas y la adaptación a las nuevas necesidades educativas emergentes requirieron del uso de distintas competencias profesionales, así como de competencias docentes que permitieran desarrollar el trabajo académico de manera eficaz. De esta manera, las competencias emocionales han sido fundamentales para el desarrollo de conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para identificar, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales que padece la sociedad en general y, en particular, el profesorado y sus estudiantes.
Por otro lado, la Universidad Autónoma de Guerrero, a través de la rectoría, diseñó una serie de acciones estratégicas en apoyo a la comunidad local, sobre todo, para cuidar y proteger la salud e integridad de los universitarios. Dentro de las acciones emergentes estuvo la continuidad de las actividades académicas educativas a través de plataformas virtuales, para lo cual se diseñaron cursos que instruyeran, tanto a los docentes como a los estudiantes, en el manejo de la plataforma Google Classroom: a los docentes se les instruyó en el correcto manejo de las herramientas digitales y el diseño metodológico para continuar las actividades didáctico-pedagógicas; mientras que a los estudiantes se les capacitó para el adecuado uso e incorporación a las actividades académicas a través de la citada plataforma.
En medio del caos y la incertidumbre, el 28 de febrero de 2022, se dio por concluido el periodo de confinamiento. La Secretaría de Educación Pública (sep) instruyó a las instituciones educativas a dar seguimiento al proceso de enseñanza-aprendizaje de manera presencial, en el ciclo escolar marzo-julio 2022, pero con el establecimiento de un estricto protocolo sanitario en las instituciones educativas, donde se recomienda que, de ninguna manera, deben confiarse o relajarse los cuidados y la limpieza, pues el virus llegó para quedarse y actualmente la osm lo ha decretado como endémico.
Finalmente, para la reflexión, la educación en este momento se encuentra en un punto de inflexión a nivel global, dado que se han evidenciado las profundas desigualdades educativas, sociales y económicas, con un planeta dañado y apunto del colapso. Asimismo, la polarización y el impacto devastador de la pandemia coloca al planeta ante un dilema generacional, donde el único camino es un cambio de rumbo radical o continuar por el camino que se tenía antes de la pandemia.