5. Las causas de la profesionalización legislativa local en México
https://doi.org/10.52501/cc.199
Sergio Arturo Bárcena Juárez
Fernando Patrón Sánchez
Oscar Medina Llanos
Dimensions
5. Las causas de la profesionalización legislativa local en México
Introducción
En un acercamiento con la diputada Sandra Pámanes (mc), integrante de la LXXVI Legislatura del Estado de Nuevo León (2021-2024), conversamos sobre la profesionalización en el ámbito legislativo. La diputada nos compartió su visión acerca de los elementos que ella consideró como cruciales para el desarrollo de un legislador profesional:
Es un camino que se construye a lo largo del tiempo. La educación formal es un pilar. En la carrera y después como profesora, puedo decir que tengo ciertas bases para entender cómo funciona el marco legal y a tomar en cuenta los desafíos políticos de nuestra sociedad al legislar. Sin embargo, creo que el aprendizaje o que la formación de un legislador no se detiene allí. La experiencia en el terreno es también crucial. Quienes decidimos dedicarnos a esto aprendemos muchísimo de interactuar directamente con la comunidad que representamos, escuchando sus inquietudes, sus necesidades. La colaboración con otros colegas y el trabajo en equipo son también invaluables para desarrollar habilidades de negociación y buscar consensos. Y algo que no podemos dejar de un lado son las capacitaciones y cursos especializados que nos mantienen al día con temas cambiantes. A nosotros y a nuestros equipos. Todo esto nos ayuda a crecer y a estar preparados para ejercer nuestro trabajo de la mejor manera posible, siempre con el objetivo de servir a la gente que nos eligió.1
Las fuentes de la profesionalización legislativa en México han sido objeto de escasa investigación, y esto se debe a diversas razones. En primer lugar, el sistema político y las instituciones legislativas en México han recibido menos atención en comparación con otros países. En México, los estudios han tendido a centrarse más en el análisis normativo que en el estudio de las instituciones o las élites políticas que moldean las dinámicas organizacionales de las asambleas.
En consecuencia, el concepto y análisis de los orígenes de la profesionalización legislativa provienen sobre todo del caso estadunidense (Edelstein, 2012) y de algunos países europeos desde los años setenta, lo que ha generado un amplio conocimiento especializado sobre la función legislativa y las características de las carreras parlamentarias en contextos a menudo ajenos al latinoamericano.
Lo anterior se debe, en buena medida, a que en los Estados Unidos comenzó un importante movimiento académico y político que hizo notar cómo las instituciones estadunidenses incentivaban la profesionalización de los congresistas a través de la reelección consecutiva.
Dicho movimiento fue tan relevante que, en la década de los ochenta se compartía una perspectiva optimista desde la cual se sostenía que la profesionalización de los congresos locales estadounidenses solo podría ir en ascenso. Investigaciones de finales del siglo xx, como la de King (2000), defendieron esta tendencia de creciente profesionalización en las legislaturas estatales, sin señales de detenerse o revertirse en el futuro. De hecho, la creencia general era que el aumento de la profesionalización legislativa mantendría un desarrollo significativo en años posteriores (Malhotra 2008).
Empero, a medida que los congresistas parecían volverse más profesionales, surgieron algunas voces de preocupación advirtiendo que los marcos institucionales estadounidenses podrían estar incentivando a los legisladores a priorizar sus intereses personales por encima de los de las asambleas y los de sus electorados (Rosenthal 1989).
Esta tendencia optimista en torno a la profesionalización de los congresos locales cambió cuando los procesos de profesionalización se desaceleraron significativamente, como lo comenzaron a advertir los estudios de Squire y Hamm (2005) y Kousser (2005). Con ello revivió el interés por conocer los factores que podrían reactivar la profesionalización legislativa en las asambleas subnacionales estadunidenses.
En este contexto político y de investigación es donde surge la interrogante sobre si los órganos legislativos de otros países estarían lo suficientemente profesionalizados para enfrentar los desafíos políticos contemporáneos, como restricciones presupuestarias, una creciente pluralidad partidista y la complejización de las demandas provenientes de comunidades diversas.
En este capítulo nos enfocamos en examinar las posibles causas de la profesionalización legislativa en los congresos locales de México. A lo largo del acápite analizaremos el papel que juega en este proceso una serie de elementos exógenos (como la competitividad electoral y la participación ciudadana) y endógenos (entre los que se incluyen las comisiones legislativas, la capacitación, la solidez de las élites locales y la relación entre las carreras políticas de los congresistas y la solidez estructural de las asambleas).
Además de hacer una breve descripción de las bases político-institucionales de los congresos locales mexicanos, retomamos una serie de entrevistas con legisladoras mexicanas de asambleas locales en distintas entidades, que son testigos cotidianos y pueden dar cuenta del fenómeno de la profesionalización legislativa local en México.
Finalmente, a partir de modelos estadísticos, buscamos validar la incidencia de los elementos endógenos y exógenos sobre la profesionalización legislativa subnacional de los congresos locales y con ello contribuir al debate teórico-empírico en torno a este fenómeno en el contexto mexicano.
Los cimientos de la profesionalización legislativa. Una revisión crítica a la literatura
A partir de una revisión exhaustiva de la literatura hemos identificado distintas fuentes de profesionalización legislativa, que se pueden clasificar en dos grandes grupos: fuentes endógenas y exógenas.
Fuentes endógenas de profesionalización
Los dispositivos endógenos de profesionalización legislativa se manifiestan como elementos relacionados con la estructura, el funcionamiento continuo y la organización de las asambleas. Se trata de factores que nos recuerdan que la profesionalización no es un hecho estático, sino un proceso en constante evolución. Es decir, los legisladores y las asambleas pueden avanzar o retroceder en su nivel de profesionalismo día a día, lo que destaca la importancia de un compromiso continuo para mejorar y fortalecer sus capacidades y eficiencia. Factores como la capacitación constante y el fortalecimiento de las comisiones legislativas contribuyen a este proceso dinámico de profesionalización.
Una de las principales fuentes endógenas de profesionalización, según distintos enfoques teóricos y estudios empíricos, son las comisiones legislativas. Estos órganos pueden servir a los propósitos de la asamblea (Weingast y Marshall, 1998), de los partidos políticos (Cox y McCubbins, 1993) y de los propios congresistas (Fiorina, 1977), pero prácticamente todos los trabajos de investigación hasta ahora realizados apuntan a que las comisiones legislativas (siempre que no tengan cambios sustantivos en su membresía y no sean vulnerables a vaivenes partidistas o de otros poderes) (Makse, 2017) constituyen una fuente significativa de profesionalización endógena (Hamm et al., 2011; Asher, 1974), que especializa a los congresistas como conocedores del proceso legislativo y los avala como expertos en temas específicos de interés público (Strøm, 1998), a la vez que eficienta el uso de los recursos internos de las asambleas para la realización de sus tareas fundamentales.
Otro factor endógeno que desde los estudios especializados se plantea como crucial para la profesionalización es la capacitación, tanto de los legisladores como del equipo de apoyo técnico. Investigaciones recientes han puesto de manifiesto que el tamaño, la estructura organizativa y la del personal de respaldo legislativo no solo contribuyen a la profesionalización interna de la legislatura y perfeccionan la labor de los congresistas, sino que también ejercen una influencia significativa en el entorno político más amplio, otorgando a las legislaturas un papel más relevante en la elaboración de políticas, la supervisión gubernamental y en la toma de decisiones en general (Grossback y Peterson, 2004).
A medida que se fortalecen las capacidades de los legisladores y sus equipos mediante una formación y desarrollo constantes, el cuerpo legislativo se vuelve más competente y eficiente en su funcionamiento. E inversamente, la mayor experiencia y habilidades del personal permite que los legisladores participen en discusiones de políticas más informadas y sofisticadas, lo que a su vez conduce a una legislación más efectiva (Mooney, 1994, 1995; Squire, 2007).
Siguiendo con esta idea, la profesionalización estructural de las asambleas es considerada por ciertos expertos como otro factor que puede influir en el nivel de profesionalismo de los congresistas. En la literatura, se identifican dos grandes perspectivas que abordan esta relación.
Por un lado, encontramos la perspectiva de interacción efectiva. Según esta visión, existe una relación positiva y reforzadora entre la profesionalización estructural de las asambleas y la profesionalización biográfica de los legisladores. Quienes defienden este enfoque sostienen que aquellos congresos donde hay incentivos salariales correctos, la cantidad de recursos adecuados para la operación parlamentaria y una sólida estructura organizativa, tienden a atraer candidatos altamente capacitados y a retener a los legisladores más calificados. Estas personas legisladoras profesionales (preferentemente reelectos por largos periodos) contribuyen a fortalecer las asambleas y consolidar su influencia en el sistema político (Fiorina, 1994; Mershon y Shvetsova, 2013).
Del mismo modo, las asambleas con recursos abundantes funcionan como pilares de carreras políticas sólidas. Pero mientras los políticos forman parte de dichos órganos cuentan con todos los incentivos para especializarse y realizar funciones representativas altamente eficientes. En un estudio llevado a cabo por McCrain y O’Connell (2022) se destaca que las legislaturas locales altamente profesionalizadas en los Estados Unidos actúan como trampolines para políticos progresistas, ofreciendo sólidas estructuras políticas que no solo benefician las campañas proporcionando recursos y visibilidad significativos, sino que motivan a las personas congresistas locales a profesionalizar sus gestiones desde que forman parte de la asamblea local.
Este enfoque plantea, pues, que los incentivos para progresar políticamente, las largas carreras legislativas y las bajas tasas de rotación en las asambleas permiten establecer comportamientos organizativos rutinarios en los congresos, a la vez que promueven la especialización y diferenciación en el interior de estos cuerpos, lo cual resulta crucial para lograr un funcionamiento profesional de las legislaturas (Polsby, 1968; Huntington, 1965).
Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta noción analítica puede tener limitaciones explicativas en contextos como el mexicano, donde la reelección inmediata fue permitida solo recientemente y las tasas de permanencia de los legisladores han sido relativamente bajas. Por lo tanto, la permanencia de los legisladores en la asamblea o el desarrollo de sus carreras políticas futuras no puede considerarse como un indicador confiable de profesionalización legislativa, ya que no depende exclusivamente de sus capacidades o de sus decisiones individuales, sino que está más asociado a decisiones de las cúpulas partidistas, principalmente del aprovisionamiento de recursos y candidaturas (Bárcena, 2021; Valencia, 2022).
Es por lo anterior que, en casos como el mexicano, resulta pertinente revalorar la importancia de los partidos políticos en su relación con la profesionalización de legislaturas y congresistas. Lo que podría definirse como estabilidad en la membresía es la permanencia de una élite partidista en el Congreso. Es decir, cuando un partido se mantiene como fuerza mayoritaria en la legislatura durante un periodo prolongado, existirían, de acuerdo con este enfoque, condiciones para tener altos índices de profesionalización biográfica y estructural.
Uno de los pocos trabajos de investigación que aplica esta perspectiva al contexto latinoamericano es el de Tejerizo et al. (2017), donde se demuestra que en el Congreso de la Ciudad de Buenos Aires la estabilidad de una élite partidista puede tener un impacto positivo en la profesionalización de los congresistas cuando se convierte en la fuerza mayoritaria en la asamblea.
Por el contrario, los trabajos que abogan desde una perspectiva de interacción no determinista entre la profesionalización estructural y la profesionalización biográfica sostienen que la relación entre ambas dimensiones no sigue un curso lineal. Si bien una mayor profesionalización estructural puede atraer a legisladores altamente capacitados o ser un espacio para el desarrollo de carreras exitosas en otros espacios políticos, esto también puede dar lugar a comportamientos oportunistas, que motiven a los representantes a priorizar sus intereses personales sobre los de sus electores (Rosenthal, 1989) o que, por encima de desarrollar sus funciones representativas de manera eficaz, ejerzan su mandato parlamentario solo en busca de consolidar sus futuros políticos.
Además, este enfoque advierte que los órganos legislativos con elevadas tasas de permanencia de sus miembros corren el riesgo de desarrollar élites legislativas estáticas, que se enquisten en las asambleas y que con el tiempo representen prioritariamente los intereses de grupos muy reducidos de la población. Esto sin mencionar que el control de una asamblea por parte de grupos político-partidistas por tiempos prolongados tiende a reducir la diversidad ideológica, de género, étnica, etaria, etc., aspectos fundamentales para la profesionalización de los congresos, según Reingold (2019); Hansen y Clark (2020); Voegele (2014); Guerra Aguijosa (2011); Bárcena y Téllez, (2016).
Como se puede advertir, este segundo enfoque destaca que la profesionalización de los congresos depende de la pluralidad de las asambleas y de la rotación continua de los grupos políticos que las conforman. Al respecto, algunos estudios señalan que, en contextos de cambio político y económico, la profesionalización de las legislaturas está relacionada con modificaciones necesarias en su composición. En países poscomunistas como Estonia, Lituania y Moldavia, la profesionalización política se vinculó con una renovación de las élites al permitir la entrada de nuevas voces en la política, más sensibles a las demandas de ciertos grupos sociales minoritarios que habían sido ignorados durante mucho tiempo (Crowther y Matonyte, 2007).
De manera similar, el estudio de Kontouri (2018) sobre la representación parlamentaria en Grecia respalda la idea de que la crisis económica y la caída del sistema bipartidista provocaron cambios en las élites políticas de la asamblea nacional, dando paso a una generación de legisladores menos dependientes de las redes políticas tradicionales y más orientados a atender peticiones de carácter local.
Los factores exógenos de la profesionalización legislativa
Los factores exógenos de la profesionalización legislativa son elementos externos al funcionamiento y estructura de las asambleas legislativas, pero que ejercen un impacto significativo en su nivel de profesionalismo y eficiencia operativa. Estos están vinculados al entorno o contexto en el que operan los legisladores y no dependen de decisiones internas u organizacionales. Afectan directamente el funcionamiento y desempeño de los legisladores. Elementos como la competitividad electoral y la participación ciudadana generan demandas, presiones y oportunidades que influyen en el proceso de profesionalización de la legislatura. Aunque no están bajo el control directo de la asamblea, es crucial reconocer su relevancia y adaptarse a ellos para impulsar un nivel más alto de profesionalismo en la labor legislativa.
El impacto de la competencia política y electoral en la profesionalización legislativa ha sido motivo de amplias discusiones en la disciplina. Algunos expertos sostienen que la competencia electoral puede fomentar la profesionalización de los legisladores, ya que, en entornos altamente competitivos, los candidatos buscan destacar y obtener el respaldo de los votantes para ganar futuras elecciones (Nemerever y Butler, 2020). Esto genera incentivos para que los legisladores adquieran habilidades y conocimientos especializados en el Congreso, que les permitan ganar visibilidad entre los votantes y atraer apoyo electoral (Carrol y Eichorst, 2013; Berry et al., 2000).
Estudios adicionales han respaldado esta idea al demostrar que, en distritos competitivos, los legisladores son más efectivos en avanzar proyectos de ley a través del proceso legislativo (Volden y Wiseman, 2014). También se ha observado que cuando los legisladores enfrentan competidores fuertes en elecciones primarias dentro de sus propios partidos, aumentan sus esfuerzos para promover proyectos de ley importantes hasta lograr su aprobación, y con ello consolidarse entre el electorado y dentro de sus partidos (Barber y Schmidt, 2019; Schmidt y Young, 2017).
Investigaciones más recientes han revelado que la competencia electoral influye en cómo los legisladores asignan sus prioridades de desempeño. Aquellos congresistas que no buscan la reelección tienden a presentar menos proyectos de ley y reportan una menor productividad en su trabajo de comisiones (Fouirnaies y Hall, 2022).
Por otra parte, en el contexto de las democracias contemporáneas, se ha planteado una cuestión crucial sobre cómo las elecciones influyen en el comportamiento de los políticos, especialmente cuando la participación ciudadana es baja. Diversos estudiosos han abordado esta relación entre participación ciudadana y profesionalización legislativa, proporcionando perspectivas valiosas que arrojan luz sobre la dinámica de los sistemas electorales y su impacto en las decisiones de los actores políticos (Downs, 1957; Putnam, 2000; Przeworski, 2000; Popkin, 1991).
Según algunos estudios, la participación ciudadana desempeña un papel fundamental en la profesionalización legislativa, ya que genera una mayor demanda de rendición de cuentas y profesionalismo por parte de los legisladores y congresos (Woods y Baranowski, 2006). Los ciudadanos vigilantes pueden exigir representantes competentes y comprometidos, evaluando su desempeño y demandando políticas públicas basadas en evidencia y en beneficio de la sociedad.
La participación ciudadana activa desempeña un papel fundamental en la promoción de la transparencia, la fiscalización y el escrutinio público en el ámbito legislativo, al mismo tiempo que fortalece la calidad democrática y mejora la representatividad (Arceneaux, 2001; Reingold, 2019). Esta implicación de los ciudadanos en el proceso legislativo impulsa a los candidatos a demostrar una mayor competencia y conocimiento en áreas relevantes, ya que los ciudadanos reconocen la importancia de la labor legislativa y pueden exigir estándares más elevados (Uppal y Glazer, 2015; Cook y Fortunato, 2023).
La demanda ciudadana ejerce presión sobre los partidos políticos para que seleccionen candidatos mejor preparados, con experiencia en la formulación de políticas públicas y una comprensión más cercana a las necesidades de la población (Maestas, 2000; Makse, 2017). Además, cuando los ciudadanos participan activamente, se crea un entorno propicio para el escrutinio público y la supervisión de los legisladores. Sin embargo, para que esta supervisión sea efectiva, los ciudadanos deben tener acceso a mecanismos de participación como la comunicación directa con sus representantes, audiencias públicas, consultas ciudadanas y la disponibilidad de información (Bieda y Taccone, 2017).
Es importante tener en cuenta que la participación ciudadana por sí sola no garantiza la profesionalización de los congresos y sus integrantes. Se requiere contar con marcos legales sólidos que promuevan la transparencia, la rendición de cuentas y la ética en la función legislativa (Harden et al., 2021; Papaloi y Gouscos, 2013). Además, es necesario un sistema educativo y político que fomente una ciudadanía informada y crítica, capaz de evaluar y demandar la profesionalización de los legisladores (Uppal y Glazer, 2015; Woods y Baranowski, 2006). En algunos casos, puede ser posible que los ciudadanos no estén plenamente informados sobre el desempeño legislativo o que la participación ciudadana se vea limitada por barreras socioeconómicas o políticas. Por lo tanto, es fundamental fomentar la educación cívica y promover la inclusión y participación equitativa de todos los sectores de la sociedad en el proceso político (Habel y Birch, 2019).
Como se puede advertir, la competitividad electoral y la participación ciudadana están intrínsecamente vinculadas en el proceso de profesionalización legislativa, como lo han mostrado diversos trabajos de investigación. En entornos políticos altamente competitivos, candidaturas y partidos se esfuerzan por destacar entre sus oponentes y obtener el respaldo de votantes para ganar las elecciones. Para lograr este objetivo, congresistas y aspirantes a cargos públicos deben desarrollar habilidades y conocimientos especializados que les permitan presentarse como candidaturas competentes y capaces de representar los intereses ciudadanos de manera efectiva. En paralelo, cuando las ciudadanía está informada, comprometida y participa activamente en el proceso político, tiene más probabilidades de evaluar y exigir de las candidaturas, un mayor nivel de competencia y compromiso. La ciudadanía consciente de la importancia del trabajo legislativo pueden demandar representantes bien preparados, que tengan experiencia en la formulación de políticas públicas y que puedan abordar los desafíos colectivos con efectividad.
La profesionalización de congresos y legisladores locales en México
En esta segunda parte del capítulo procederemos a aplicar los conceptos, ideas y argumentos teóricos de las causas de la profesionalización legislativa al caso específico de los congresos locales de México.
Factores endógenos de profesionalización en los congresos locales de México
Uno de los dispositivos de profesionalización interna que merece especial atención es el papel de las comisiones legislativas en el proceso representativo y de formación de congresistas. En distintas asambleas de México, las comisiones han demostrado ser fundamentales para el proceso de profesionalización de las diputaciones (Fabela, 2020; Bárcena, 2019). En su función de profundizar el análisis y resolución de temas específicos de interés para la sociedad, como el medio ambiente (Castro et al., 2018) o el desarrollo social (Bárcena y Téllez, 2016), las comisiones han adquirido también un papel clave en el fortalecimiento de la capacidad operativa de las asambleas locales y federales.
Entre 2014 y 2021 se conformaron 1 795 comisiones ordinarias en las 64 legislaturas locales que comprenden este estudio. Esto es un promedio de 28 comisiones por legislatura, que van desde las 15 comisiones ordinarias de la LXI Legislatura del Congreso de Yucatán (2015-2018) hasta las 42 comisiones de la LXVII Legislatura de Chiapas (2018-2021).
Las 1 795 comisiones ordinarias reportaron un total de 24 224 reuniones, con un promedio de 14 sesiones por comisión y una media de 378 reuniones de comisiones por legislatura. En este caso, el rango va desde las 3.7 sesiones que promediaron las comisiones de la XLIX Legislatura del Estado de México (2015-2018) hasta las 44 reuniones promedio que se celebraron en la LXIV Legislatura de Oaxaca (2018-2021).
Además de la deliberación y el perfeccionamiento de las propuestas de reforma, la supervisión gubernamental es una de las tareas centrales de las comisiones legislativas. Y la celebración de comparecencias es una de las formas en que las comisiones llevan a cabo esta función.
En el mismo periodo, las comisiones de las asambleas subnacionales de México realizaron 1 589 comparecencias de funcionarios públicos locales. La asamblea local cuyas comisiones dedicaron un mayor porcentaje de sus reuniones a desahogar comparecencias fue la XV Legislatura del Congreso de Baja California Sur (2018-2021). Las 21 comisiones de ese Congreso llevaron a cabo 114 reuniones, de las cuales 27 fueron comparecencias de funcionarios públicos (23.6%). Mientras que las comisiones que dedicaron el más bajo porcentaje de reuniones a la supervisión fueron las de la LXI Legislatura de Jalisco (2015-2018). Las 37 comisiones ordinarias de ese Congreso celebraron un total de 1 350 reuniones, de las cuales solamente 30 (el 2%) se plantearon para desahogar comparecencias de funcionarios públicos.
El congreso de Chiapas vio varios casos de legisladores que cumplieron con ciclos de profesionalización a partir de su sistema de comisiones (que, cabe recordar, es el más numeroso del país). Al respecto, la diputada Aída Jiménez (pri) comentó:
Una de las experiencias más formativas en mi carrera política fue cuando presidí la Comisión de Juventud y Deporte […] me ayudó a abrirme para comprender mejor las necesidades y deseos de los jóvenes en nuestra región. Empecé a entrarle a temas relacionados con problemáticas de los jóvenes de manera más directa, como el feminicidio o la salud, y ya no hablaba nada más de jóvenes como algo tan general que es lo que hacía al principio de la legislatura. Estar en esa comisión me hizo enfocarme y eso me dio un lugar en el Congreso.2
A pesar de que la diputada no fue respaldada por su partido en su intento de reelección para la posterior legislatura, su involucramiento en el tema de los jóvenes le permitió proyectarse hacia otras instancias políticas de la entidad. Al poco tiempo de concluir su mandato legislativo, el perfil de la diputada Jiménez captó la atención del gobernador Rutilio Escandón (Morena), lo que le abrió una nueva oportunidad profesional y asumir el cargo de coordinadora de la zona centro-norte del Colegio de Bachilleres en Chiapas.
Este caso destaca cómo, además de contribuir a la profesionalización de las discusiones y los productos congresionales en temas particulares, la adquisición de conocimientos y experiencia en campos específicos de acción pública puede generar oportunidades para la continuidad de una trayectoria política personal en esferas más allá del ámbito congresional. Es decir, la profesionalización organizativa y estructural de las asambleas (como en este caso, la existencia de una comisión especializada en temas de juventud y deporte) resulta de enorme trascendencia para el desarrollo de las carreras políticas, pero a su vez incentiva a que los congresistas desarrollen conocimientos y experiencias que fortalecen a la propia asamblea.
Otro ejemplo que resalta la importancia de las comisiones legislativas como arenas de profesionalización se observa en una iniciativa de la diputada Karla Salazar (pan), integrante de la LXII Legislatura del Congreso de Yucatán (2021-2024).
Como presidenta de la Comisión Especial de Turismo, la legisladora Salazar promovió un proyecto de decreto para reformar la ley de gobierno del Poder Legislativo del estado de Yucatán, y crear la Comisión Permanente de Desarrollo Turístico y Promoción Internacional. En la exposición de motivos de la iniciativa, dicha comisión se planteaba como un paso necesario para abordar de manera más seria los asuntos relacionados con el turismo en Yucatán.3 Cuando le preguntamos a la diputada promovente sobre este proyecto, nos explicó que:
Tener una Comisión Permanente de Desarrollo Turístico es algo estratégico. No es un capricho personal ni una meta de partido. Por el crecimiento que ha tenido el turismo y lo importante que es para nuestra economía necesitamos legisladores comprometidos y bien informados en este tema. Que puedan proponer las mejoras que se necesitan. Pero también necesitamos asesores que sepan de turismo y cómo aterrizarlo a esas leyes y programas que vamos a crear los legisladores. Por eso pienso que nuestra comisión es clave para que podamos desde el Legislativo garantizar el crecimiento sostenible del turismo en nuestro estado.4
La anterior descripción rescata el rol que desempeñan las comisiones permanentes en los procesos de profesionalización legislativa. Al parecer de la diputada Salazar (y varios legisladores más que respaldaron el proyecto) se reconocía la importancia de una comisión ordinaria de turismo para garantizar que la asamblea yucateca contara, en futuras legislaturas, con un espacio de discusión, supervisión y planeación de política pública especializado, que permitiera abordar de manera más profesional un asunto tan significativo como el turismo.
La capacitación de asesores y congresistas constituye otro importante dispositivo de profesionalización endógena para las asambleas. Se relaciona, en buena medida, con el trabajo de las comisiones, como lo comentó la diputada Cristina Márquez Alcalá (pan). Como presidenta de la Comisión de Justicia en la LXIV Legislatura del Congreso de Guanajuato, la diputada nos compartió que
el apoyo técnico que tenemos las y los diputados de manera institucional es vital para profesionalizar nuestra labor. En el Congreso contamos con una dirección de apoyo parlamentario que son nuestros secretarios técnicos de las comisiones donde tenemos especialistas, abogados todos y expertos en las diferentes materias que se abordan en las comisiones […] y que hacen que la tarea temática del Congreso sea mucho mejor […] y lo más importante, hay capacitación permanente para el área institucional. Hay incluso una partida que permite que puedan ellos seguir estudiando en aras de un mejor desempeño.5
La misma entrevistada añadió que un elemento central para la profesionalización del Congreso de Guanajuato fue la creación de una unidad para el estudio de las finanzas públicas en que
hace que podamos tener un panorama completo de lo que hacemos los legisladores desde que proponemos iniciativas hasta, emitimos un dictamen y vigilamos al ejecutivo […] esta unidad nos permite aprovechar las nuevas tecnologías y si me preguntas este congreso es fuerte porque tiene que ver con este tipo de trabajos en equipo entre legisladores y colaboradores que saben lo que hacen.
Nótese que, además de las instancias de capacitación, la profesionalización de una asamblea también se relaciona con la existencia de estructuras operativas especializadas al servicio de las tareas cotidianas de los congresistas. La unidad del estudio de las finanzas comentada por la diputada Márquez apoya a los legisladores en sus funciones legislativas, de vigilancia y de representación política.
Apuntando también la relevancia de los esfuerzos institucionales de capacitación de personal y conformación de equipos de asesoría en el Congreso local de Chihuahua, la diputada Blanca Gámez (pan) comentó esto:
El Congreso de Chihuahua es de excelencia porque tiene su personal de base muy preparado. Tiene ya muchas personas con una trayectoria y experiencia trabajando en el Congreso desde hace mucho tiempo y que son especialistas en temas de las comisiones, pero aparte saben mucho de proceso legislativo. Porque como diputado no puedes saber todo de todos los temas. Lo más importante es que a ellos el propio Congreso los apoya y los impulsa a seguirse capacitando. Sacan su maestría, su doctorado, porque el Congreso los motiva y les da las facilidades. Entonces siempre me he sentido muy orgullosa del personal que hay en nuestro Congreso. Eso es un impulso a que todo el Congreso funcione bien porque el Congreso tiene un presupuesto y lo invierte muy bien para capacitar al personal.6
Como se puede advertir, la capacitación y la consolidación de cuerpos de apoyo técnico altamente especializados son elementos fundamentales para la profesionalización legislativa, que además se engarzan con el trabajo en comisiones de los congresistas. Estos esfuerzos permiten a los legisladores adquirir la asistencia necesaria para desempeñar eficazmente sus funciones dadas sus restricciones cognitivas y de tiempo, acaso funcionando como un complemento que perfecciona su trabajo en sus distintas tareas asociadas con la actividad parlamentaria que requieren un alto grado de conocimiento técnico y temático.
En el estudio de Barraza (2020) sobre los congresos locales de México se destaca que la inversión en personal calificado y tecnología avanzada ha sido crucial para mejorar la eficiencia de las asambleas subnacionales en México. Particularmente la implementación adecuada del servicio civil de carrera en los congresos subnacionales ha contribuido a garantizar una mayor profesionalización de estas instituciones.
Empero, la capacitación legislativa y la conformación de equipos sólidos de apoyo técnico no dependen únicamente de los esfuerzos institucionales de las asambleas. Los partidos políticos juegan un papel fundamental en la consolidación de estos dispositivos de profesionalización parlamentaria.
Siguiendo esta idea, la diputada Cristina Márquez (pan) señaló que:
los asesores que tenemos como legisladores, algunos forman parte de nuestros equipos, pero muchos se forman desde el partido. Tener asesores especializados hace una gran diferencia, yo pienso que en mi partido tenemos excelentes asesores, con mucha y muy buena formación […] al final lo que te quiero decir es que un legislador o legisladora profesional necesita de un equipo de trabajo. Una de dos, o somos abogados especialistas o nos hacemos de un equipo que nos pueda transmitir cómo funcionan las cosas y guiarnos para garantizar que estamos legislando de manera correcta al considerar marcos internacionales con un enfoque de convencionalidad.7
Por su parte, la diputada Soraya Pérez Munguía (pri), integrante de la LXIV Legislatura del Congreso de Tabasco (2021-2024), confirmó que el establecimiento de estructuras de apoyo técnico desde la instancia partidaria resulta crucial para “afinar nuestras iniciativas, investigar temas de presupuesto y conocer lo que se necesita en el estado […] y el partido es el que se encarga de que nosotros tengamos asesores de esa calidad”. 8
Sobre este mismo tema de la profesionalización a través de las estructuras partidarias la diputada Blanca Gámez (pan) puntualizó que:
En Acción Nacional nos capacitaban y nos obligaban a que estudiaras para hacer un buen papel. En el 2012 a mí se me hizo muy buena herramienta que se puso desde el cen [Comité Ejecutivo Nacional] cuando participé para ser diputada federal el partido elaboró un examen que incluía desde la Constitución, reglamento del Congreso, los principios y ética del partido y desde antes nos daban un curso. Lamentablemente solo se hizo en esa vez. Lo que sí se ha seguido es que previo a que empiece el año electoral el partido empieza a capacitar a los candidatos a cargos legislativos. Yo pienso que eso contribuye a tener mejores perfiles.
Sirvan los anteriores testimonios para describir los modos en que la profesionalización legislativa se ve fortalecida por los equipos de apoyo técnico y la capacitación (ya sea que estos provengan de fuentes institucionales o partidistas). Contar con especialistas y asesores altamente preparados respalda a los legisladores en el abordaje de temas complejos, sea en la formulación de iniciativas, la supervisión al Ejecutivo, la revisión de la cuenta pública o la representación de intereses ciudadanos con mayores fundamentos jurídicos, así como con una más sólida especialización temática.
Es fundamental resaltar un hallazgo intrigante presentado por Gurrola (2020) en el contexto del Congreso de Nuevo León. Al indagar con los diputados acerca de la profesionalización, emerge que las personas legisladoras más productivas no son necesariamente aquellas que destacan con mayor visibilidad en el pleno y en las comisiones. Este fenómeno radica en la diversidad de formas de participación que no son perceptibles a simple vista. Por ejemplo, el proceso de dictaminar proyectos o la negociación para asegurar los votos necesarios en la aprobación de legislaciones son estrategias que contribuyen a la productividad legislativa de manera menos obvia.
Un aspecto adicional de gran interés es la percepción de las personas legisladoras en relación con el nivel de profesionalización en la LXXII Legislatura del Congreso de Nuevo León. Se resalta que la idea de ser profesional no necesariamente implica ser un experto en todas las áreas, sino más bien rodearse de personas expertas. Aunque los diputados puedan contar con el respaldo de asesores y tengan experiencia en campos como el derecho, esto no garantiza un conocimiento exhaustivo de todos los temas legislativos. A esto se suma la disposición de los legisladores a aprender, investigar y estudiar los asuntos en análisis, así como a perfeccionar sus habilidades en la técnica legislativa. En este sentido, muchos diputados reciben capacitación y asesoramiento de manera constante.
En la revisión teórica que inicialmente expusimos en este capítulo mencionamos que, además de la compartimentalización del trabajo legislativo en comisiones, los equipos de apoyo técnico y capacitación, existe otra fuente endógena de profesionalización en los congresos. A saber, la relación entre las estructuras congresionales y las biografías de los representantes.
Adelantamos que existen dos posturas encontradas en torno a cómo se pueden interpretar las relaciones entre estas dos fuentes de profesionalización legislativa. Por un lado, se encuentran quienes defienden la permanencia de una élite legislativa (por retención de sus integrantes a través de la reelección o el sostenimiento prolongado de un grupo partidista mayoritario) como factor de profesionalización.
El presupuesto general de esta perspectiva es que, cuando una élite política se mantiene estable y dominante en la legislatura (sea con los mismos congresistas o a través de un partido), tiene los incentivos y recursos necesarios para desarrollar comportamientos organizativos rutinarios que fomentan la especialización y diferenciación de sus miembros. Esto crea una base sólida para el desarrollo de capacidades técnicas y conocimientos especializados en los legisladores y su equipo de apoyo.
La diputada Blanca Gámez (pan) forma parte del grupo de 88 congresistas reelectos durante el periodo de estudio que comprende este libro (2014-2021). De hecho, formó parte de la asamblea que reportó el más alto porcentaje de miembros reelectos de manera inmediata (30.3%) entre una legislatura y otra (el congreso de Chihuahua).
Que el pan fuera el partido mayoritario y la principal fuerza legislativa en el Congreso desde hace varios años hizo que “adentro del partido hubiera competencia. Pero era una competencia sana que nos impulsaba a trabajar arduamente con nuestros electores y a buscar oportunidades para capacitarnos para que nos siguieran considerando para nuevas candidaturas o para seguir en el Congreso”.9 En su explicación, Chihuahua tuvo una alta tasa de reelección porque “la de 2016 fue una legislatura muy corta y desde el inicio, muchos legisladores ya tenían en mente buscar la reelección”.10 Asimismo, comentó:
Yo vi la reelección pues como una oportunidad para hacer mejor las cosas. Porque ya conoces el camino a seguir y sabes cómo abordar los temas. No es que la primera vez lo hagas mal, pero cuando te quieres reelegir lo haces porque ya traes la inercia de trabajo, varios contactos activos y un equipo con el que vienes trabajando y traen todos juntos un ritmo. Por eso creo que reelegirse es muy positivo porque al haber pasado por una curva de aprendizaje en mi primer periodo legislativo, ya estaba familiarizada de nuevo con los procedimientos y después de haber presidido la mesa directiva pues eso me hacía sentir como con más seguridad y más confianza en mi trabajo.11
Por último, la diputada Gámez apuntó que
gracias a que el pan venía como el partido más fuerte y traíamos la mayoría, pues pudimos hacer cosas en beneficio de la asamblea. Nuestra prioridad era impulsar la transparencia y la rendición de cuentas, sabiendo que era necesario mejorar la percepción del Congreso porque así lo decían varias encuestas. Y gracias a que éramos mayoría nos coordinamos para lograr algo benéfico para el Congreso. Porque si hubiéramos tenido que ponernos de acuerdo con muchos más diputados de otros partidos no hubiera sido posible impulsar todos los cambios que nosotros teníamos planeados en la bancada.
Además de ser el único estado que a la fecha no ha visto una alternancia política del partido en el gobierno, Coahuila ha tenido al pri como partido mayoritario en su Congreso desde hace varios años. La diputada Luz Elena Morales (pri), integrante reelecta de ese Congreso, nos compartió lo siguiente:
la gente sabe que, si el Congreso funciona bien o mal, se debe a nosotros. Las diputadas y los diputados del pri tenemos una responsabilidad porque históricamente hemos sido mayoría y partido en el gobierno. Pero yo le veo algo positivo a eso. Cuando hay muchos partidos en el Congreso no hay responsabilidad. Todos se echan la culpa de que haya poca credibilidad en el Congreso o de que una iniciativa o el presupuesto no se apruebe. En cambio, nosotros como partido mayoritario tenemos que rendir cuentas porque a quién más le echamos la culpa.12
De manera similar, la diputada Cristina Márquez (pan) indicó una relación entre la permanencia de una élite partidista en el estado y la profesionalización del Congreso guanajuatense:
Si vamos hacia atrás, desde el 2000 ha sido mayoritariamente panista la conformación de nuestra legislatura y hay un compromiso de quienes integramos el grupo parlamentario para que funcione bien el Congreso. Es un pacto, digamos, que tenemos dentro del grupo y que se pasa de legislatura a legislatura, para promover la profesionalización del personal y de nosotros como grupo. Como ejemplo tienes la legislatura del 2000 al 2003, donde se acordó que Guanajuato iba a ser pionero en el tema de transparencia y por eso fuimos los primeros en legislar y crear un instituto de acceso a la información. Y los que entraron a la siguiente legislatura mantuvieron ese compromiso, impulsaron el tema y así es como se puede avanzar. De otra manera puede llegar un gobierno o una mayoría de oposición y solo por llevar la contra tiran el trabajo y los avances de años porque lo que hacía el partido anterior estaba mal hecho.13
En el contexto de los congresos locales de México, la competencia intrapartidista genera incentivos para que las diputaciones se capaciten y consoliden su posición entre los electores. No obstante, la consecución de acuerdos en beneficio de la asamblea se dificulta cuando el poder partidista está atomizado debido al multipartidismo y la rotación de élites partidarias. Por lo tanto, parece favorecer la profesionalización de los congresos que exista un partido dominante, ya que esto puede contribuir a una mayor estabilidad y continuidad.
Los testimonios rescatados apuntan a que la permanencia prolongada de una élite partidista mayoritaria en los congresos puede generar un mayor sentido de responsabilidad, ya que saben que serán premiados o castigados como partido, lo que incentiva la rendición de cuentas. Además, esta permanencia en el poder asegura que los proyectos y propuestas perduren entre legislaturas, evitando cambios bruscos impulsados por intereses gubernamentales. Esta posición también brinda la oportunidad de establecer redes y alianzas estratégicas, fortaleciendo la capacidad para influir en las decisiones y ejercer el mandato de forma más efectiva. La experiencia acumulada en largos periodos legislativos mejora el desempeño y permite identificar oportunidades para ejercer un liderazgo más efectivo en la legislatura.
Sin embargo, existen perspectivas contrastantes que advierten sobre los riesgos de la conformación de élites que permanecen por largos plazos en control de las asambleas. La concentración prolongada del poder parlamentario puede generar comportamientos oportunistas y falta de diversidad ideológica y representatividad en el Congreso, lo que puede afectar negativamente la profesionalización legislativa. Es decir, existe la noción de que la permanencia prolongada de los miembros en los órganos legislativos puede llevar a la formación de élites legislativas estáticas que representen solo a grupos reducidos de la población, reduciendo la diversidad (ideológica, etaria, de género, ética etc.) en la asamblea. Por lo tanto, la profesionalización de los congresos depende de la pluralidad y la rotación continua de los grupos políticos que los conforman.
La diputada Valentina Batres (Morena) puso como ejemplo el caso de México durante el periodo de hegemonía priista a nivel nacional y comentó que
los políticos se quedaban en el poder por mucho tiempo y eso afectaba la motivación para mejorar en la legislación y las campañas. Si sabían que ganarían sin esfuerzo, no se preocupaban mucho por representar a la gente. Además, se repetían los mismos temas y vicios porque no entraba gente nueva con ideas frescas. Como política de izquierda, que me formé desde la lucha por causas creo en la competencia y la diversidad en la política. Necesitamos cambiar a esa vieja guardia y fomentar la política de causas y no la política de políticos.14
Asimismo, la diputada Norma Edith Benítez Rivera (mc) destacó que
cuando se tiene un partido predominante y que además ya lleva varios años, me ha tocado verlo, lo que empieza a pasar es que los diputados ven el cargo como un trampolín para obtener posiciones políticas más altas, en lugar de enfocarse en su papel como legisladores. Esto pues a fuerzas afecta la profesionalización. Si todos sus esfuerzos van para lograr sus metas personales en lugar de representar adecuadamente a la ciudadanía o impulsar políticas que beneficien al Estado.15
Finalmente, platicamos con la diputada Nadia Esmeralda Ochoa (pvem), quien agregó a la discusión estas nociones:
Definitivamente creo que es crucial incorporar la visión de las nuevas generaciones en el Congreso y más en estados como San Luis, donde a veces somos tan conservadores. Nosotros, los jóvenes, podemos aportar perspectivas frescas y poner sobre la mesa temas que a veces los hombres o las generaciones mayores ni se imaginan que existen. La profesionalización del Congreso pasa por ahí, ya que de lo contrario siempre se legislaría sobre lo mismo, con una visión estancada. Para representar verdaderamente a la sociedad, un Congreso debe ser muy dinámico, y eso implica tener integrantes con visiones nuevas y diferentes.16
La declaración de la diputada Ochoa resuena con el análisis de Rodríguez (2021), donde se comenta cómo la profesionalización legislativa trasciende la mera experiencia y conocimiento técnico. En el caso específico de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en San Luis Potosí, se revela la relevancia de tener miembros del Congreso que aporten diversidad generacional y enfoques distintos para una labor legislativa más dinámica y eficiente.
Esto sugiere que, ante un Congreso cada vez más involucrado en la generación y adaptación de políticas públicas se requiere una representación legislativa actualizada, lo cual encuentra eco en el análisis previo sobre la composición y funciones del Congreso local.
Asimismo, las entrevistas nos permiten diferenciar las dos perspectivas que la literatura ha expuesto en torno a la profesionalización legislativa en su relación con las estructuras congresionales y la consolidación de élites partidarias.
Por un lado, una visión acaso conservadora que otorga gran importancia a la permanencia de las élites como factor clave para la profesionalización. Esta perspectiva es defendida principalmente por legisladores más experimentados y suele prevalecer en estados donde ha habido predominio de un solo partido político. Consideran que la continuidad en el poder proporciona estabilidad y conocimiento para una legislación efectiva.
De manera opuesta se presenta la perspectiva de cambio y renovación, respaldada a menudo por legisladores jóvenes que experimentan procesos de pluralismo con la llegada de nuevos partidos. Desde esta perspectiva se destaca la necesidad de discreción, pluralidad y dinamismo constante para lograr una legislatura profesional. La diversidad de ideas y enfoques se valora como un elemento fundamental para abordar la representación parlamentaria de forma innovadora.
Fuentes exógenas de profesionalización en los congresos subnacionales de México
En lo que respecta a los factores externos como la competitividad y la participación, que no están bajo el control directo de la legislatura, los cambios en la apertura democrática en México han generado un notable aumento en la competencia electoral. Este aumento ha tenido un impacto relevante en el fomento de la profesionalización legislativa. La nueva dinámica ha obligado a los partidos políticos a adaptarse y buscar candidatos con perfiles más especializados y competitivos. Como resultado, se ha observado una mayor inclusión de expertos en diversas áreas en las listas de candidatos.
Un estudio de Guerra Aguijosa (2011) indagó sobre los efectos de la competencia electoral en los congresos estatales de Nuevo León, Jalisco, Michoacán y Tamaulipas. A partir de más de 300 entrevistas a actores críticos, la autora encontró que la competencia electoral profesionaliza y descentraliza los congresos, fortalece las comisiones, mejora la productividad, aumenta el poder presupuestario y fortalece la capacidad de la Auditoría Superior.
Con base en las consideraciones teóricas de Méndez de Hoyos (2003), Bárcena (2022) constata cómo en los últimos 21 años (hasta la incursión de Morena en el sistema electoral), los niveles de competitividad electoral han experimentado un notable aumento en las elecciones de diputaciones federales de mayoría relativa.
Para medir la competitividad en el orden subnacional analizamos los resultados de 2 025 distritos electos entre 2011 y 2019. Posteriormente generamos un índice cuyos valores oscilan entre 0 (distrito con competitividad nula) y 0.99 (distrito perfectamente competitivo) que se calculó como el inverso de la diferencia porcentual de votos entre partido o coalición ganadora y segundo lugar:
Tras emplear nuestro índice, dividimos los procesos electorales en bienios para quedar con un total de 4 puntos de corte para un periodo de siete años.
Como resultado del análisis notamos que, en el orden subnacional, los datos apuntan hacia una dirección distinta a lo observado en las elecciones de los distritos federales.
La gráfica 5.1 muestra que si bien la competitividad electoral en los distritos locales de mayoría relativa es algo alta (siempre por encima del 80) a partir de 2014 inició un proceso de declive. Es decir, desde 2014 las elecciones para diputación local en distritos de mayoría relativa comenzaron a ser cada vez menos cerradas. En el periodo 2012-2013 una diputación local se ganaba por una diferencia de 12 puntos porcentuales promedio entre el primero y segundo lugar. Sin embargo, para el periodo 2018-2019 esta diferencia promedio se amplió hasta los 16 puntos porcentuales.17
A lo largo del periodo que comprende nuestro estudio, la competitividad más baja (es decir, la elección menos reñida) se registró en el distrito 6 de Coahuila en el proceso electoral 2014. Por el contrario, la elección más reñida se dio en el distrito 6 local de Sinaloa en 2018, donde la candidata priista Ana Cecilia Moreno Romero ganó su reelección por tres votos a la candidata Mónica Cecilia Nava, de la coalición Juntos Haremos Historia.
Gráfica 5.1. Evolución del índice de competitividad para la elección de diputaciones locales de mayoría relativa (2012-2019)
N = 1 951 elecciones distritales para diputaciones de mayoría relativa.
Nota: los puntos negros indican el valor promedio del índice de competitividad para los distritos electos en cada periodo. Las barras entre las cuales se ubican los puntos reportan los intervalos de confianza de las medias aritméticas a un nivel de 95 por ciento.
En los datos de 2012 se incluyen las elecciones de 2011 para conformar la XIII Legislatura del Congreso de Baja California Sur (2011-2014); la LIX Legislatura del Estado de Coahuila (2012-2014); la XXX Legislatura de Nayarit (2011-2014); y la LXXII Legislatura de Michoacán, (2012-2015).
Fuente: Elaboración propia.
Considerando los datos anteriormente expuestos podríamos decir que el último decenio en la política local de México ha sido competido en términos electorales. Hay pocos casos de distritos donde un partido o candidato ejerza un dominio absoluto y son más comunes los distritos donde se han visto alternancias, así como procesos electorales cerrados.
El promedio de competitividad para el primer periodo fue de .886, mientras que la media del segundo periodo cayó a .849. Nótese que hay pocas entidades que rebasan este valor en ambas elecciones. Se trata de los congresos de Aguascalientes, Colima, Jalisco, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Yucatán y Zacatecas.
Por su parte, las entidades más competitivas (promediando sus dos procesos electorales) fueron Michoacán, Jalisco y San Luis Potosí, mientras que los menores índices de competitividad promedio se registraron en las elecciones para diputaciones locales de Chihuahua, Veracruz y Coahuila.
En cuanto a la relación que, teóricamente, guarda la competitividad electoral con la profesionalización legislativa, hay quienes consideran que este es un binomio benéfico para la democracia representativa.
La política activa que más elecciones ha ganado en su carrera es la diputada Aleida Alavez Ruiz (Morena). Actualmente es diputada federal por el distrito 19 de la Ciudad de México. Sin embargo, la diputada Alavez ganó su distrito para ocupar una diputación local en tres ocasiones (2003, 2009 y 2015), además de haber resultado electa en tres ocasiones para ocupar una diputación federal (2006, 2012 y 2018), incluyendo su reelección como diputada federal para el periodo 2021-2024. Con sus más de 18 años de experiencia legislativa ininterrumpida, la diputada Alavez considera que:
las elecciones son la mejor forma de garantizar cumplimiento y rendición de cuentas. Cuando buscas un puesto en tu mismo distrito local o si vas a pasar de uno federal a local la gente ya te identifica y si haces un mal papel, te sacan. Yo sí creo que es necesario hacer un buen trabajo para mantenerse vigente en puestos de elección popular como este. Para los que queremos seguir haciendo carrera, saber que nos pueden sacar nuestros electores con su voto es la más importante de todas las pruebas.18
De manera similar, la diputada Ivón Salazar (pri), presidenta de la Comisión de Igualdad en la LXXVI Legislatura del Congreso de Nuevo León (2021-2024), narró cómo en campaña los propios líderes de su partido le decían: “está difícil ganar porque tienes hijos, no tienes muchos recursos ni posibilidades, pero éntrale porque vas a ganar buena experiencia”.19
La diputada Salazar recordó algunos episodios donde:
por ejemplo, llegábamos a alguna entrevista y llegaba con candidatos hombres y yo tenía que decir dónde había dejado a mis hijos. A mí me preguntaban cómo le hace como mujer, dónde andan sus hijos, su esposo. Si nos daban cinco minutos yo perdía uno y medio explicando que hacía con mi familia y dónde los dejaba mientras estaba de candidata. En cambio, a los hombres no les preguntaban eso. Ellos entraban directos a sus propuestas. Yo me di cuenta de esas desigualdades dentro del partido y en los propios medios, pero no sabía que era violencia.20
Estas vivencias, de acuerdo con la diputada Salazar, impactaron notablemente sobre sus intereses de política pública:
haber vivido todo esto que te cuento y sobre todo haber conocido los testimonios de otras compañeras y de mujeres que no necesariamente se dedican a la política es lo que me tiene aquí. Esa campaña fue lo que me trajo a este tema [refiriéndose a la igualdad de género] y si no hubiera pasado por eso posiblemente ni siquiera sería diputada hoy, porque mi lugar se ganó en el tribunal precisamente por un tema de género. Entonces, sin eso pues no me hubiera preparado tanto en este tema y no me rodearía de la gente que sufre esto, o de las que son especialistas y saben del tema.21
No obstante, hay casos que demuestran que la inercia de la competencia electoral también puede llevar a la desprofesionalización de la labor parlamentaria. Sobre estos riesgos advierte la diputada Cristina Márquez (pan), señalando que las elecciones continuas y competidas
son necesarias para la democracia. Eso nadie lo discute. Pero el problema de eso es que varios caen en lo que se le podría llamar populismo legislativo, en el que creemos que con la creación de un nuevo delito estamos resolviendo el problema de fondo de seguridad en la entidad. Ser un buen legislador significa saber que a lo mejor tomamos las decisiones no más populares y que no nos van a dejar mejor parados con el elector, pero son las que van a permitir que el estado siga funcionando […] entonces yo creo que sí es un riesgo que el legislador se sienta presionado para responderle a sus electores o para reelegirse o para buscar un cargo más arriba y entonces empiece a presentar muchas cosas y que pocas de ellas tengan siquiera sentido en el marco jurídico de la entidad o del país.22
La fórmula para evitar estas “tentaciones de la competitividad electoral” es, según la propia diputada Márquez
trabajar de cerca con la sociedad, tener un diálogo permanente para entonces proponer cosas coherentes para los que van a ser afectados o beneficiados por la norma […] pero, sobre todo, necesitamos una base de preparación fundamental y conocimiento del sistema jurídico. Saber que estamos insertos en un concierto internacional, formamos parte de una república federal y cuáles son las mejores formas que existen para resolver la problemática. Y si no somos abogados o especialistas, hacernos de un equipo que nos lo pueda transmitir.23
Esta “cercanía con la sociedad” que refiere la diputada Márquez como herramienta para evitar la hiperproducción de proyectos normativos sin sustento representativo real fue evidente en el caso de una legisladora cuya carrera política está asociada desde su origen a las luchas de un segmento particular. La diputada Jessica Martínez (Morena) fue electa por la vía plurinominal a la LXXVI Legislatura del Congreso de Nuevo León. Sobre el tema, comentó lo siguiente:
yo entré por cuestión de cuota como la primera diputada en Nuevo León de la diversidad sexual. Es mi mayor orgullo porque toda mi campaña la hice con la bandera de la comunidad […] nuestro mayor logro es que hemos hecho que se hable de estos temas en un Congreso muy conservador, pero no ha sido porque propongamos leyes y busquemos con eso quedar bien dentro de la comunidad. Esto ha sido gracias a que hemos hecho mesas de trabajo con compañeras de la comunidad trans y lo hemos llevado a las secretarías de la mujer, de la inclusión e incluso hay proyectos que han llegado al Ejecutivo. Pero te digo, solo hemos llegado hasta ahí porque hemos construido una agenda desde las bases, con reuniones, mesas, marchas donde rescatamos y entendemos todas las peticiones, las cosas pendientes que tiene la gente de la comunidad, como demandas para reducir la discriminación a grupos vulnerables.24
Por su parte, la diputada Blanca Gámez (pan) abrió una dimensión poco explorada en la literatura y los estudios empíricos que relacionan la competitividad con una mayor profesionalización de congresos y legisladores.
En entrevista, la legisladora Gámez narró una posible consecuencia del hecho de que en 2012 su partido restringió los recursos de campaña para algunas candidaturas, incluida la suya:
mi equipo de campaña, el único que podía pagar yo cuando competí para diputada federal en 2012 era un señor que fue mi chofer, pero me ayudaba en todo lo demás. Hasta a llamar a los electores, ir de puerta en puerta e invitar a los eventos. Y además yo no podía pagarle mucho. Lo natural era que si ganaba yo algo tenía que darle. Y me quedé pensando que por esa prisa de ganar la elección y de que no importa cómo, muchos legisladores llegan al Congreso con compromisos y acompañados de gente que pues no es especialista en el Legislativo. Como diputada una no puede saber de todos los temas, pero tener gente que sí sepa y que sea verdaderamente especialista es lo primero que se debe hacer. Pero si ya hiciste acuerdos o si tienes que estar pagando compromisos que hiciste desde la campaña porque no tenías dinero o no te pusieron un equipo de campaña bien conformado eso acaba siendo negativo para ti como legisladora, y al final a la sociedad se le hace un daño porque eso lo resienten todos.25
La competitividad electoral ejerce un poderoso incentivo que impulsa a los legisladores hacia una mayor responsabilidad y rendición de cuentas frente a sus electores locales. El enfrentamiento continuo y competitivo en elecciones los motiva a realizar un trabajo destacado y mantenerse relevantes en sus cargos. Esto fomenta una mayor cercanía con los ciudadanos y los hace conscientes de que su desempeño tiene un impacto directo en su permanencia en la función pública. Sin embargo, es importante reconocer los riesgos asociados a esta dinámica. Los legisladores podrían verse tentados a presentar propuestas populistas, que carecen de un sólido fundamento, con el objetivo de asegurar su reelección o ascenso político. La limitación de recursos durante las campañas también puede afectar su capacidad para rodearse de equipos especializados, lo que podría afectar negativamente la calidad de su trabajo legislativo.
Por otro lado, la competitividad electoral puede también fomentar la conexión entre los legisladores y ciertos grupos ciudadanos que han sido ignorados en sus demandas, lo cual podría derivar en una especialización indirecta de la labor representativa.
En última instancia, la relación entre competitividad electoral y profesionalización legislativa es compleja y multifacética. Si bien puede ser un incentivo para una mayor responsabilidad, también conlleva el peligro de caer en el populismo legislativo y la desprofesionalización. Para mejorar la calidad del trabajo legislativo, se hace necesario fortalecer la preparación de los legisladores y asegurar condiciones igualitarias para todos aquellos que aspiran a profesionalizarse en la política. Asimismo, es fundamental promover un enfoque informado y bien fundamentado en la toma de decisiones legislativas, evitando la tentación de presentar propuestas meramente populares en detrimento del bienestar general.
A pesar de estas suposiciones y de la creencia de que los legisladores que tienen la intención de postularse en el próximo proceso electoral son más activos y eficaces, Gurrola (2020) desmitifica esta noción al descubrir que, en el Congreso de Nuevo León, de los 10 diputados locales con mayor productividad, solo tres se presentaron como candidatos en las elecciones subsecuentes. De tal manera, en este caso particular, la idea previa no se sostiene.
El estudio realizado por Muñoz y Díaz (2017) sobre el Congreso del Estado de México destaca un aspecto importante: la competitividad, a menudo expresada en asambleas plurales, no siempre se traduce en congresos más eficientes o que cumplan adecuadamente sus funciones. Los autores ilustran cómo el aumento significativo de la competencia electoral en los distritos locales de mayoría a partir de la elección de 1996 refleja la intensificación de la competencia partidista en el contexto del Estado de México. Además de que los cambios en el panorama electoral, el marco normativo de la competencia electoral impide que el pri obtenga la mayoría de los distritos por sí mismo. De hecho, desde 2009 el pri tuvo que coaligarse con el Partido Verde Ecologista de México (pvem) y Nueva Alianza (na) para asegurar la mayoría en el Congreso estatal.
Empero, a pesar de este contexto, los autores comprueban que los diputados están dispuestos a ceder buena parte de su función legislativa y de fiscalización a raíz de intercambios y negociaciones entre cúpulas partidistas. La oposición cede el ejercicio de estas facultades a cambio de que no se les fiscalice en los gobiernos municipales. Aun cuando su función más importante es legislar y ejercer el control del gobierno, los datos muestran que el papel real de las diputaciones es limitado en comparación con sus expectativas, aun cuando hay una pluralidad inducida tanto por la competencia como por las reglas electorales.
Ahora bien, la participación ciudadana puede desempeñar un papel crucial en el fortalecimiento y la profesionalización de los congresos en México. A lo largo de los años, el país ha experimentado un aumento en la participación ciudadana y en el interés por los asuntos políticos, creando un entorno propicio para exigir una mayor calidad en la labor legislativa.
La historia política del México contemporáneo no ha sido ajena a la conformación de movimientos sociales y protestas que han generado cambios significativos en la agenda política. Estos movimientos han impulsado la participación ciudadana y concientizado sobre la importancia de tener congresos comprometidos y responsables. Ejemplos recientes incluyen el movimiento estudiantil del 2012 (#yosoy132) y las manifestaciones por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014.
La movilización en redes sociales debido a votaciones en la LXV Legislatura del Congreso Federal, como la reforma eléctrica, la reforma electoral y la reforma de la Guardia Nacional, promovidas por el Ejecutivo Federal, también ejemplifican un importante involucramiento ciudadano en los asuntos legislativos, evidenciando una creciente participación y vigilancia de los ciudadanos en la vida política del país.
De acuerdo con Bárcena (2022), México ha sido testigo de un aumento en la participación ciudadana en los últimos años, particularmente en elecciones federales. Además, la facilidad de acceso a la información y las redes sociales ha permitido una mayor interacción entre ciudadanos y candidatos, fomentando el debate y la discusión sobre temas políticos relevantes. Esta mayor participación ciudadana ha llevado a los legisladores a enfrentar una creciente demanda por parte de la sociedad para que cumplan con sus responsabilidades y actúen en beneficio de los intereses y necesidades populares.
Dicha tendencia es distinta a la observada en las elecciones locales. La gráfica 5.2 comprueba que la participación ciudadana de los últimos años tuvo un comportamiento curvilíneo, con una tendencia a la baja entre 2012 y 2015 para posteriormente describir un ascenso que llega a su promedio máximo (por encima de 60%) en las elecciones para diputación local de 2018 y 2019. Importa mencionar que calculamos el nivel de participación como el cociente de los votos totales (incluyendo abstenciones, no registrados e independientes) entre la ciudadanía inscrita en la lista nominal de cada distrito local electo entre 2012 y 2019.
Gráfica 5.2. Evolución del porcentaje de participación para la elección de diputaciones locales de mayoría relativa (2012-2019)
N = 1, 951 elecciones distritales para diputaciones de mayoría relativa.
Nota: los puntos negros indican el valor promedio del índice de competitividad para los distritos electos en cada periodo. Las barras entre las cuales se ubican los puntos reportan los intervalos de confianza de las medias aritméticas a un nivel de 95 por ciento.
Fuente: Elaboración propia.
Si promediamos la participación electoral para la conformación de las dos legislaturas de cada congreso local aquí estudiadas, tenemos que la cifra más baja se registró en Baja California (33%). El distrito con la menor participación electoral de los 1 359 electos entre 2014 y 2019 fue el distrito 8 de Baja California Sur en 2015, con un porcentaje de participación efectiva de 12 por ciento.
Por el contrario, con un promedio de 73% Yucatán fue la entidad con los más altos niveles de participación ciudadana en los dos procesos electorales analizados. Y el distrito con mayor participación fue el 9 de dicha entidad, con un 95% de asistencia efectiva a las urnas.
La legisladora Karla Salazar (pan) representa a uno de los distritos más participativos a nivel nacional (el 5 de Yucatán con cabecera en Mérida). En referencia a la alta participación de los electores en su distrito, la diputada compartió su perspectiva comentando que eso
me motiva cada día a ser una legisladora más comprometida con sus necesidades. Creo que cuando los ciudadanos se sienten escuchados y representados, se fortalece la confianza en el sistema democrático. Personalmente me siento afortunada de tener esta oportunidad para hacer una diferencia en la vida de las personas que confiaron en mí.
A manera de contraste consultamos a la representante de una entidad con baja participación electoral. El distrito 13 de Coahuila reportó 34% de participación en 2021. La ganadora de la contienda en dicho enclave fue la diputada Luz Elena Morales (pri). Cuando le preguntamos sobre su perspectiva en torno a la relación entre participación electoral y profesionalización, la diputada comentó lo siguiente:
mi distrito en efecto no fue de los que más salieron a votar, pero debes tener en cuenta que a pesar de esos números los electores a los que les hablo se involucran de diferente manera. Por ejemplo, la colaboración con los medios, en particular las reporteras y los colectivos feministas, ha sido muy valiosa en mi trabajo. Gracias a su apoyo, hemos podido llevar temas como la igualdad y la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Mal que bien esto ayuda a que nuestro trabajo en el Congreso y el debate en general sean más profesionales […] no voy a negarte que todavía hay algunos medios se enfocan en aspectos personales o la vida sexual de las políticas, pero ha sido alentador ver que cada vez más ciudadanos se involucran en la política, en gran medida gracias al trabajo de estos colectivos y su labor en la comunicación.
De lo anterior se puede afirmar que ambas legisladoras comparten la visión de la importancia de la participación ciudadana y la colaboración con los medios y colectivos para fortalecer el trabajo legislativo y mejorar el debate político. A pesar de las diferencias en la participación electoral en sus distritos, ambas coinciden en fortalecer la conexión entre los ciudadanos y la labor legislativa para alcanzar una sociedad más informada, igualitaria y comprometida con la política.
El trabajo realizado por Gurrola (2020) en el Congreso de Nuevo León resalta que el proceso legislativo involucra a una gama diversa de actores, que va más allá de los legisladores. Estos actores incluyen asesores parlamentarios y ciudadanos bajo la supervisión de los diputados locales, así como organizaciones de la sociedad civil, cabilderos, medios de comunicación, partidos políticos, sus dirigencias, sectores y otras organizaciones, además del gobierno estatal y municipal. Todos estos agentes tienen la capacidad de influir en la velocidad y el ritmo de la productividad legislativa.
En relación con los diferentes roles y las conexiones con otros actores, en especial el Ejecutivo y los grupos legislativos, los legisladores profesionales adquieren una posición ventajosa toda vez que cuentan con más herramientas para involucrarse en las negociaciones políticas, lo que se convierte en un aspecto de gran relevancia. Sin embargo, esta ventaja está limitada por ciertos factores. Por ejemplo, las posiciones de valor dentro de las comisiones son altamente codiciadas, y la relación con otros actores parece llevar más peso, especialmente para los grupos legislativos en mayoría.
Ya sea mediante el voto o la participación mediante formas más organizadas, el involucramiento ciudadano se revela entonces como factor clave para profesionalizar la labor legislativa, ya que cuando los ciudadanos se informan a través de los medios y participan activamente en la política (generalmente a través de organizaciones civiles), el trabajo de las legisladoras adquiere mayor significado y se enfoca en atender las necesidades reales de la sociedad. La colaboración entre legisladoras, colectivos y medios de comunicación resulta, pues, esencial para avanzar hacia una sociedad más informada, igualitaria y con un debate político enriquecido.
Modelando la profesionalización legislativa y sus causas en los congresos locales en México
A partir de entrevistas y datos agregados el segmento anterior de este capítulo sirvió para perfilar el efecto que ciertas fuentes citadas en la literatura pueden tener sobre la profesionalización de congresos y congresistas locales en México.
El siguiente paso en nuestro análisis consiste en emplear técnicas estadísticas que permitan sustentar o cuestionar las relaciones observadas desde las perspectivas subjetivas de nuestras entrevistadas. Importa decir que los modelos subsecuentes tienen la fuerte limitación de contar aún con pocos casos para establecer generalizaciones continentes, además de que, con la información disponible, solo podemos poner a prueba algunas de las explicaciones tentativas sugeridas tanto por la literatura como por nuestras informantes.
En un primer acercamiento al fenómeno nos centramos en los factores endógenos que tienden a relacionarse con la profesionalización. Los dispositivos endógenos de profesionalización legislativa están relacionados con la estructura y el funcionamiento de las asambleas. Estos elementos destacan que la profesionalización es un proceso en constante evolución, donde las personas legisladoras pueden mejorar o retroceder en su nivel de profesionalismo a diario.
Como paso inicial en este objetivo de investigación realizamos un análisis de varianza (Anova) para examinar la relación entre la variable escalar “años de experiencia” de las 2 237 diputaciones locales y el “nivel de profesionalización estructural” de cada legislatura a la que pertenecen los congresistas bajo estudio.
La variable de experiencia es la agregación de años que cada diputación sumó en su paso por la administración pública (local federal y municipal) y la tenencia de distintos cargos de representación popular antes de acceder a la legislatura. El valor promedio de dicha variable fue de 15.25 años de experiencia acumulada de las diputaciones locales, con una varianza de 11.38 años; y un rango de 0 a 60 años de experiencia.
Por su parte, la variable “nivel de profesionalización estructural” se obtuvo después de dividir los valores del índice estandarizado que calculamos en el capítulo 3 de este libro para cada una de las 64 legislaturas locales. Los puntos de corte de la variable se establecen en el siguiente cuadro.
Cuadro 5.1. Distribución del nivel de profesionalización estructural
Nivel de profesionalización estructural | Valores de referencia | Congresos | Legisladores |
Bajo | 0<.330 | 13 (20.3%) | 1,355 (60.6%) |
Medio | >0.331 a <.660 | 39 (60.9%) | 536 (24.0%) |
Alto | >.661 | 12 (18.8%) | 346 (15.4%) |
Total | 64 (100%) | 2,237 (100%) |
Fuente: Elaboración propia.
Gráfica 5.3. Años de experiencia de los congresistas por nivel de profesionalización estructural de las legislaturas
Fuente: Elaboración propia.
Los resultados del análisis de varianza (Anova de un factor) muestran que existe una diferencia no estadísticamente significativa entre los años de experiencia de las personas representantes en función del nivel de profesionalización estructural de las legislaturas a las que pertenecen (F [2, 2,237] = .110, p = .896). El valor de R-cuadrada de 0.0001 en la Anova indica que una mínima proporción de la varianza en años de experiencia puede ser explicada por el nivel de profesionalización estructural de los congresos. Como se observa en la gráfica 5.3 de cajas, el promedio de años de experiencia de los congresistas (aproximadamente 15 años) prácticamente no varía entre los tres grupos de legislaturas por nivel de profesionalización estructural.
Los hallazgos del análisis en los congresos locales de México plantean interrogantes sobre la perspectiva teórica de interacción efectiva entre la profesionalización estructural y biográfica. A pesar de no encontrarse diferencias estadísticamente significativas en la experiencia legislativa entre los grupos de legislaturas clasificados por nivel de profesionalización estructural, estos descubrimientos cuestionan la solidez de esta relación propuesta.
En contraste, respaldan parcialmente la perspectiva de interacción no determinista entre ambos tipos de profesionalización. A diferencia de contextos como el estadounidense, donde los congresos más profesionalizados estructuralmente atraen y retienen a los mejores perfiles, el caso mexicano no muestra una relación tan clara. Esto puede atribuirse a particularidades del sistema político mexicano, como la reciente incorporación de la reelección legislativa inmediata, ambiciones políticas progresivas, ciclos electorales, centralización de candidaturas en élites partidarias, entre otros factores.
La siguiente hipótesis que pondremos a prueba es la que relaciona la pluralidad con la profesionalización legislativa. En segmentos previos de este capítulo expusimos dos posturas en torno a esta correlación. Por un lado, existe la noción de que, cuando una élite legislativa o partidista se mantiene por periodos prolongados como la facción dominante, las legislaturas tienden a profesionalizarse toda vez que se generan incentivos para la adquisición de conocimientos especializados y experiencia en el ámbito legislativo. Esto se debe a que la estabilidad y continuidad en el poder permiten a los legisladores dedicar tiempo y recursos para formarse en temas relevantes y complejos, lo que a su vez puede mejorar la calidad y eficiencia de la legislación.
En sentido opuesto está la idea de que los congresos que mantienen élites por largos periodos se estancan y no pueden profesionalizarse porque la permanencia prolongada de una élite puede dar lugar a la complacencia y falta de incentivos para innovar o mejorar. Si los miembros de la élite ya se encuentran en una posición de poder consolidada, podrían tener menos interés en adquirir nuevos conocimientos o habilidades que podrían amenazar su dominio político. Además, la falta de renovación en la élite legislativa puede conducir a una resistencia al cambio y a la adopción de prácticas más modernas o efectivas en el proceso legislativo. Esto podría resultar en legislaturas estancadas y menos adaptadas a los desafíos y necesidades cambiantes de la sociedad. En resumen, mientras que la permanencia prolongada de una élite puede generar oportunidades para la profesionalización, también puede dar lugar a la complacencia y el estancamiento.
Para probar estas dos nociones aparentemente contradictorias entre sí recuperamos información histórica de las asambleas contemplando desde cuatro y hasta seis legislaturas hacia atrás. Así, por ejemplo, los datos históricos que acompañaron a la LXIII Legislatura de Aguascalientes (2016-2018) contemplaron información desde la legislatura LVIII (2001-2004) hasta la inmediata anterior (LXII, 2013-2016).
El primer dato recuperado para hacer este análisis longitudinal fue el promedio histórico del número efectivo de partidos (nep) en las distintas asambleas del país. El nep es un índice de fragmentación retomado de las ciencias económicas, el cual provee una aproximación puntual a la competencia electoral a partir de una transformación no lineal de la fuerza electoral de cada partido en función de los votos obtenidos en determinado proceso. Dicho índice se calcula mediante la fórmula:
Posteriormente, promediamos los valores de las últimas legislaturas y los agregamos al análisis de la legislatura en curso. Por ejemplo, el valor del nep histórico asignado a la LXII Legislatura de Tlaxcala (2015-2018) consistió en promediar los nep de las cinco legislaturas previas: LVII, LVIII, LIX, LX, LXI y LXI. Mientras que el nep histórico asignado a la LXIII Legislatura de Tlaxcala (2018-2021) promedió los nep de las 6 legislaturas anteriores: LVII, LVIII, LIX, LX, LXI, LXI y LXII. Así, por ejemplo, el nep histórico de la LXII Legislatura de Tlaxcala se calculó a partir de los siguientes valores.
Cuadro 5.2. Ejemplo de cálculo de nep histórico para la LXII Legislatura de Tlaxcala (2015-2018)
Legislatura | Años | nep |
LVII | 2002-2005 | 3.122 |
LVIII | 2005-2008 | 4.163 |
LIX | 2008-2011 | 3.710 |
LX | 2011-2013 | 4.900 |
LXI | 2013-2015 | 5.988 |
Suma | 21.883 |
Promedio | 21.883/5=4.377 |
nep_histórico | 4.377 |
Fuente: Elaboración propia.
Además de los nep históricos de cada una de las 64 legislaturas aquí consideradas calculamos un índice de control partidista (icp). El primer paso para generar este índice consistió en identificar al partido o coalición dominante en las cuatro a seis legislaturas previas a las analizadas. Para ello debimos primero reconocer qué partido fue el mayoritario en cada legislatura.
Por mayoritario nos referimos al partido o coalición que haya tenido el mayor porcentaje de integrantes al iniciar la legislatura. Esto incluye grupos parlamentarios que no hayan alcanzado 50% + 1 de la asamblea, basta con que sus miembros conformaran el porcentaje más numeroso de la legislatura. Mientras que por dominante entendemos a aquel partido o coalición que hubiera sido mayoritario en más de 50% de las legislaturas analizadas.
Salvo por la LXII Legislatura de Tlaxcala (2015-2018), en todos los congresos hubo un partido dominante. En todos esos casos, el icp se calculó dividiendo la cantidad de veces que el partido dominante fue mayoritario entre el total de legislaturas consideradas.
Por ejemplo, para obtener el icp de la LIV Legislatura de Morelos (2018-2021) consideramos los valores de las legislaturas previas XLVIII, XLIX, L, LI, LII y LIII. El pan fue el partido mayoritario en el Congreso en las primeras cuatro legislaturas. Por tanto, el pan fue considerado como el partido dominante en ese Congreso. Dado que el pan fue mayoritario en cuatro ocasiones, esa cifra (4) constituye el numerador del índice. Mientras que el denominador está definido por la cantidad total de legislaturas analizadas. En este caso, seis. Por tanto, el icp para la LIV Legislatura del Estado de Morelos fue: 4/6= .66
Otra variable que incluimos en este análisis fue el promedio porcentual de integrantes del partido dominante a lo largo de las legislaturas previas. A este indicador lo denominamos fuerza del partido dominante (fpd). Retomando el caso de Morelos tenemos que el pan (partido dominante) obtuvo el mayor porcentaje de integrantes en cuatro legislaturas: XLVIII (2000-2003), XLIX (2003-206); L (2006-2009); y LI (2009-2012).
Para estimar la fpd de la LIV Legislatura de Morelos (2018-2021) calculamos entonces el porcentaje promedio de integrantes del partido dominante (pan) en las cuatro legislaturas en que fue el partido mayoritario a partir de los siguientes valores.
Cuadro 5.3. Ejemplo de cálculo de fpd para la LIV Legislatura de Morelos (2018-2021)
Legislatura | Años | Coalición/partido mayoritario | % integrantes |
XLVIII | 2000-2003 | pan | 0.500 |
XLIX | 2003-2006 | pan | 0.300 |
L | 2006-2009 | pan | 0.400 |
LI | 2009-2012 | pan | 0.200 |
LII | 2012-2015 | prd-pt-mc | 0.433 |
LIII | 2015-2018 | pri-pvem-panal | 0.367 |
*Suma de porcentajes | 1.400 |
Promedio | 1.400/4=.350 |
FPD | .350 |
*La suma es sobre el porcentaje de integrantes del partido dominante (en este caso el pan) en las legislaturas en que fue mayoritario (en este caso las legislaturas XLVIII, XLIX, L y LI).
Fuente: Elaboración propia.
La intención de los índices anteriores es contar con un cuerpo de variables que permitan poner a prueba las hipótesis de permanencia de élites y pluralidad legislativa. Para ello ajustamos dos modelos de regresión lineal con errores estándar robustos empleando como variables dependientes de los índices estandarizados de profesionalización biográfica y estructural. A continuación se pueden ver los descriptivos de las variables independientes de los modelos.
Cuadro 5.4. Principales descriptivos de las variables independientes del modelo de regresión lineal
Variable | Media aritmética | Desviación estándar | Valor mínimo | Valor máximo |
nep histórico | 3.028 | 0.563 | 2.355 | 4.844 |
ICP | 0.768 | 0.191 | 0.300 | 1.000 |
FPD | 0.539 | 0.081 | 0.359 | 0.682 |
N = 64 legislaturas locales de México electas entre 2014 y 2019.
Fuente: Elaboración propia.
En el capítulo previo calculamos los índices estandarizados de profesionalización biográfica y estructural que servirán como variables dependientes de los modelos a ser ajustados en este capítulo. Sirva el cuadro 5.5 para expresar nuevamente sus principales descriptivos.
Cuadro 5.5. Descriptivos de las variables dependientes. Índices estandarizados de profesionalización legislativa
Variable | Media aritmética | Desviación estándar | Valor mínimo | Valor máximo |
Profesionalización biográfica (estandarizada) | 0.503 | 0.212 | 0 | 1 |
Profesionalización estructural (estandarizada) | 0.315 | 0.224 | 0 | 1 |
N = 64 legislaturas locales de México electas entre 2014 y 2019.
Fuente: Elaboración propia.
A partir del cuerpo de variables arriba descrito (y tras correr pruebas de normalidad en las variables dependientes y de multicolinealidad en las independientes) procedimos al ajuste de nuestros modelos de regresión lineal. El modelo 1 emplea como variable dependiente al índice estandarizado de profesionalización biográfica, mientras que el modelo 2 tiene como variable dependiente el índice estandarizado de profesionalización estructural. Adicionalmente, en cada modelo agregamos al partido dominante como variable de control, pudiendo adquirir los valores de: pri, pan y prd. Véase el cuadro 5.6 con los resultados de los modelos.
Cuadro 5.6. Efectos de la pluralidad, el predominio y la fuerza partidista sobre la profesionalización legislativa. Modelos de regresión lineal
Profesionalización biográfica | Profesionalización estructural | ||||||
b | Error estándar | p | b | Error estándar | p | ||
nep histórico | –0.169 | 0.056 | 0.004 | 0.046 | 0.045 | 0.310 | |
ICP | –0.092 | 0.146 | 0.530 | 0.349 | 0.156 | 0.029 | |
FPD | –0.701 | 0.409 | 0.092 | –0.498 | 0.339 | 0.147 | |
pan_dominante | –0.060 | 0.084 | 0.475 | 0.236 | 0.070 | 0.001 | |
prd_dominante | –0.102 | 0.061 | 0.100 | 0.259 | 0.090 | 0.006 | |
Constante | 1.487 | 0.362 | 0.000 | 0.099 | 0.312 | 0.753 | |
Prob > F | 0.002 | 0.000 | |||||
N | 64 | 64 | |||||
R2 | 0.186 | 0.358 |
Fuente: Elaboración propia.
Del modelo 1 (profesionalización biográfica) importa destacar inicialmente que el valor Prob > F de 0.002 permite sostener que existe evidencia estadística para afirmar que al menos una de las variables predictoras tiene un efecto significativo. Es decir, nuestro modelo de regresión lineal es estadísticamente significativo y válido para realizar predicciones.
Ahora bien, de los cinco predictores seleccionados para explicar la profesionalización biográfica, únicamente en nep histórico de los congresos tuvo un efecto estadísticamente sustancial. De hecho, el coeficiente estimado para el predictor nep histórico fue de –0.169. Esto significa que, manteniendo todas las demás variables constantes, un aumento de una unidad en el promedio histórico del número efectivo de partidos en las legislaturas se asocia con una disminución promedio de –0.169 unidades en el índice de profesionalización biográfica. Es decir, por cada aumento en el nep histórico, las legislaturas reportaron valores 16% menores en su profesionalización de carácter biográfico. Con miras a facilitar la interpretación de esta relación calculamos los efectos marginales del nep, que se expresan en la gráfica 5.4.
Esta relación inversa que arrojó nuestro primer modelo de regresión sugiere que, a medida que la diversidad partidista en la composición legislativa disminuye, a las asambleas acceden congresistas con perfiles biográficos de mayor experiencia.
Gráfica 5.4. Efectos marginales del nep histórico sobre el índice de profesionalización biográfica de los congresos locales de México
Fuente: Elaboración propia.
En otras palabras, los resultados señalan que en aquellas asambleas locales conformadas por pocos partidos efectivos es más probable que haya un alto grado de profesionalización en los perfiles biográficos de su membresía.
Los hallazgos de nuestro análisis respaldan parcialmente a los obtenidos en investigaciones previas como las de Fiorina (1994) y Mershon y Shvetsova (2013), quienes demuestran cómo legisladores profesionales, preferentemente reelectos por largos periodos, contribuyen al fortalecimiento de las asambleas y su influencia en el sistema político. Además, respaldan la idea de que bajas tasas de rotación en las asambleas permiten establecer comportamientos organizativos rutinarios que promueven la especialización y diferenciación, aspectos fundamentales para un funcionamiento profesional de la legislatura según Polsby (1968) y Huntington (1965).
Los testimonios de diputadas pertenecientes a asambleas donde un partido ha sido dominante y mayoritario durante varios años, como en los congresos de Guanajuato, Chihuahua y Coahuila, respaldan esta idea de que un partido dominante y mayoritario fomenta la competencia interna, motivando a los legisladores a profesionalizarse para ganar nuevas candidaturas y mantenerse vigentes ante los electores. Además, incentiva la consecución de acuerdos para mejorar el Congreso y asume la responsabilidad por aciertos o errores a la vez que permite implementar programas de mejora legislativa a largo plazo sin el riesgo de ser derribados por la mayoría de otro partido.
Una posible explicación de este hallazgo es que la presencia de pocos partidos efectivos en una legislatura puede crear un ambiente político más estable y predecible. Cuando los partidos políticos tienen una fuerte dominancia en una asamblea, es probable que cuenten con recursos y estructuras más consolidadas para seleccionar candidatos con trayectorias y perfiles más experimentados y profesionales.
Por otro lado, cuando hay una mayor diversidad partidista en una legislatura, la competencia electoral puede ser más intensa y dinámica. En este contexto, los partidos políticos podrían centrar sus estrategias en captar votantes y obtener la mayoría, lo que podría llevar a la selección de candidatos con perfiles más variados y menos experimentados. Esto podría explicar por qué en legislaturas con mayor pluralidad de partidos efectivos se observa una menor profesionalización biográfica.
Llama la atención que el modelo no permite responder si las élites partidistas que permanecen por periodos prolongados en un congreso estimulan o limitan la profesionalización (tanto biográfica como estructural). Es decir, no contamos con información lo suficientemente sólida como para asumir que los miembros de élites partidistas que se mantienen en el poder durante periodos prolongados pueden desarrollar intereses consolidados y priorizar los intereses de grupos minoritarios o particulares en lugar de representar adecuadamente a la población en su conjunto.
En conclusión, los hallazgos ofrecen una visión matizada sobre la relación entre la permanencia de élites partidistas y la profesionalización legislativa en los congresos locales de México. A pesar de no encontrarse diferencias significativas en la experiencia legislativa entre los grupos de legislaturas clasificados por nivel de profesionalización estructural, se observa que la interacción entre ambos tipos de profesionalización no sigue un curso lineal y está afectada por diversos factores del sistema político y las prácticas políticas en el país. Es esencial considerar estos aspectos para comprender la complejidad de esta relación y buscar mecanismos que fomenten la profesionalización garantizando la diversidad y responsabilidad ante los ciudadanos, con miras a una legislatura más eficiente y representativa en beneficio de la sociedad.
En cuanto al segundo modelo que se aprecia en la gráfica 5.5, encontramos que la profesionalización legislativa solo se ve (estadísticamente) influenciada por el partido que se consolidó como dominante en la legislatura. Dado que los coeficientes para pan y prd fueron positivos, se advierte que el que ambos partidos ejercieran el papel de fuerzas políticas dominantes tuvo un efecto favorable sobre la profesionalización estructural, a diferencia del partido de referencia (pri). Estos efectos se captan con mayor nitidez en dicha gráfica.
Gráfica 5.5. Efectos marginales del partido dominante sobre el índice de profesionalización estructural de los congresos locales de México
Fuente: Elaboración propia.
Como se observa en la gráfica de arriba, el promedio de profesionalización estructural de las 44 legislaturas locales el pri fue dominante por .23 puntos, en promedio. Por el contrario, el promedio de profesionalización estructural de las 11 legislaturas locales dominadas por el pan fue de .47. Y el valor promedio de este índice en el caso de las nueve legislaturas donde el prd fue el partido dominante fue de .49.
Lo anterior significa que en términos de profesionalización estructural de los congresos locales en México no solo es relevante la existencia de una fuerza partidista dominante, sino que importa mucho quién haya ejercido ese dominio en los últimos años. Al parecer, el dominio priista es el que peores resultados produce en términos de profesionalización estructural, mientras que el hecho de que pan o prd sean los partidos históricamente dominantes se traduce en asambleas con mayores niveles de profesionalización estructural.
Hasta ahora hemos analizado la relación entre un conjunto de variables endógenas y la profesionalización legislativa. Esto nos ha llevado a comprobar que, históricamente, la pluralidad partidista acotada contribuye a la profesionalización biográfica; y que la condición mayoritaria ejercida por el pri reduce la profesionalización estructural con respecto de pan y prd.
No obstante, aún queda pendiente probar la influencia de las variables exógenas sobre los dos tipos de profesionalización legislativa.
Importa recordar que los factores exógenos de la profesionalización legislativa, externos a las asambleas legislativas, impactan significativamente en su profesionalización y eficiencia. Elementos como competitividad electoral y participación ciudadana influyen directamente en el desempeño de los legisladores. Aunque no son controlables internamente, es crucial reconocer su relevancia y adaptarse para impulsar mayor profesionalismo en el trabajo legislativo.
Dada la estructura de los datos disponibles optamos por ajustar un modelo de regresión lineal de efectos mixtos con covarianza no estructurada, cuyos detalles metodológicos explicamos más adelante.
La variable dependiente de nuestro primer modelo para medir el efecto de variables exógenas sobre la profesionalización biográfica está dada por la suma de años de experiencia de los legisladores en los ámbitos administrativo y de representación popular.
Por ejemplo, el diputado Juan Antonio García Villa (pan) se afilió al Partido Acción Nacional en 1961 y ejerció cargos tanto en el partido como en el gobierno local de Coahuila, además de haber sido diputado local y federal en distintas ocasiones. Antes de iniciar su mandato como integrante de la LXI Legislatura de Coahuila (2018-2021) la suma de años de afiliación partidista y en todos sus cargos ascendía a 94. En contraste, dentro de nuestra base de datos que contempla la biografía de 2 237 congresistas encontramos ocho legisladores con cero años de afiliación partidaria y que además carecían de todo tipo de experiencia en el ámbito público.
Cuadro 5.7. Descriptivos de la variable dependiente. Suma de años de experiencia partidista y en cargos públicos
Variable | Media aritmética | Desviación estándar | Valor mínimo | Valor máximo |
Suma de años de experiencia | 15.471 | 11.901 | 0 | 94 |
N = 2 237 congresistas locales de México electos entre 2014 y 2019.
Fuente: Elaboración propia.
En función de las consideraciones teóricas en torno a los factores exógenos de profesionalización legislativa, así como la disponibilidad de datos en México decidimos estimar como variables independientes los siguientes indicadores:
Competitividad distrital en la elección actual: analizamos los resultados de 1 359 distritos locales uninominales electos entre 2014 y 2019 a partir de un índice cuyos valores oscilan entre 0 (distrito con competitividad nula) y 0.99 (distrito perfectamente competitivo), que se calculó como el inverso de la diferencia porcentual de votos entre partido o coalición ganadora y segundo lugar.
Competitividad distrital en la elección inmediata anterior: en este caso analizamos los resultados de 692 distritos locales uninominales electos entre 2011 y 2013 empleando el mismo índice arriba mencionado.
Participación distrital en la elección actual: analizamos los resultados de 1 359 distritos locales uninominales electos entre 2014 y 2019 calculando el nivel de participación como el cociente de los votos totales (incluyendo abstenciones, no registrados e independientes) entre la ciudadanía inscrita en la lista nominal de cada distrito local electo entre 2011 y 2019.
Participación distrital en la elección inmediata anterior: consideramos los resultados de 692 distritos locales uninominales electos entre 2011 y 2013 a partir del mismo cociente arriba descrito.
Importa señalar que los datos de competitividad y participación distrital se calcularon de manera directa e individual para cada uno de los 1 359 legisladores de mr electos entre 2014 y 2019. Sin embargo, dado que los congresistas electos por rp (un total de 878 casos) no son asignables a un solo distrito debimos promediar los valores de competitividad y participación de toda la entidad.26
A continuación presentamos los datos descriptivos de cada una de las variables independientes a ser usadas en el modelo.
Cuadro 5.8. Descriptivos de las variables independientes. Competitividad y participación electoral
Variable | Media aritmética | Desviación estándar | Valor mínimo | Valor máximo |
Participación (elección actual) | 0.575 | 0.111 | 0.123 | 0.955 |
Competitividad (elección actual) | 0.864 | 0.096 | 0.313 | 1.000 |
Participación (elección previa) | 0.571 | 0.112 | 0.123 | 0.969 |
Competitividad (elección previa) | 0.876 | 0.089 | 0.313 | 1.000 |
Fuente: Elaboración propia.
Los modelos de regresión lineal de efectos mixtos con covarianza no estructurada incorporan tanto efectos fijos (representados por los coeficientes) como efectos aleatorios (representados por los términos de agrupación y errores aleatorios). Mientras los efectos fijos capturan la relación promedio entre las variables independientes y la variable dependiente, los efectos aleatorios consideran la variabilidad entre las agrupaciones y dentro de cada agrupación. Asimismo, este tipo de modelos se ajustan mediante técnicas de estimación de máxima verosimilitud que buscan los valores óptimos para los coeficientes y las varianzas de los efectos aleatorios que maximizan la probabilidad de los datos observados.
Finalmente, se debe señalar que este modelo de regresión lineal de efectos mixtos con covarianza no estructurada es una extensión del modelo de regresión lineal clásico que permite abordar datos estructurados en niveles jerárquicos o repetidos. Resulta de utilidad cuando los datos presentan correlación dentro de grupos o clústeres y, al mismo tiempo, se desea tener en cuenta los efectos fijos y aleatorios en la relación entre las variables.
La formulación general del modelo de regresión lineal de efectos mixtos con covarianza no estructurada es la siguiente: Y = Xβ + Zu + ε. Donde: Y es el vector de variables de respuesta; X es una matriz de diseño para los efectos fijos, que contiene las variables independientes que se desean modelar; β es el vector de coeficientes para los efectos fijos; Z es una matriz de diseño para los efectos aleatorios, que contiene las variables que representan los grupos o clústeres en los datos; u es el vector de efectos aleatorios y ε es el vector de errores aleatorios.
La principal diferencia entre los efectos fijos y aleatorios radica en su interpretación y estimación. Los efectos fijos se consideran constantes y se estiman con precisión, mientras que los efectos aleatorios se consideran muestras de una población más amplia y se estiman con el objetivo de capturar la variabilidad entre los grupos.
La covarianza no estructurada implica que no se asume un patrón específico para la matriz de covarianza de los errores aleatorios dentro de los grupos. Es decir, no se presupone una relación particular entre los elementos de la matriz de covarianza, lo que permite que los errores aleatorios puedan estar correlacionados de manera compleja y no lineal entre los grupos.
El cuadro 5.9 muestra los resultados de la regresión ajustada con las variables del caso mexicano. Además de los predictores arriba mencionados incluimos un control para elecciones concurrentes. Esta variable controla a las legislaturas por ciclo electoral de manera binaria, distingüendo entre aquellas electas de forma concurrente con gobernador y las electas el procesos intermedios o no concurrentes.
Cuadro 5.9. Efectos de la competitividad y la participación electoral sobre la profesionalización biográfica. Modelo de regresión lineal con efectos fijos
b | Error estándar | p | |
Participación (elección actual) | –3.289 | 3.599 | 0.361 |
Competitividad (elección actual) | 0.937 | 3.178 | 0.768 |
Participación (elección previa) | 9.996 | 3.149 | 0.002 |
Competitividad (elección previa) | 12.931 | 3.452 | 0.000 |
Elección concurrente | 1.453 | 0.996 | 0.144 |
Constante | –1.214 | 4.368 | 0.781 |
N | 2,237 | ||
Grupos | 64 | ||
Tamaño promedio de grupos | 35 | ||
Tamaño mínimo de grupos | 20 | ||
Tamaño máximo de grupos | 75 | ||
Wald chi2(5) | 27.15 | ||
Prob > chi2 | 0.000 |
Estimador | Error estándar | |
Desviación estándar (constante) |
3.382 |
.416 |
Desviación estándar (residual) |
11.368 |
.173 |
Prueba chibar2(01) |
85.04 |
|
Prob >=chibar |
0.000 |
Fuente: Elaboración propia.
Del modelo arriba mostrado importa destacar que las 2 237 observaciones (diputados) se agrupan en 64 clústeres definidos por cada una de las legislaturas analizadas. La distribución de observaciones por grupo varía desde un mínimo de 20 (Congreso de Morelos) hasta un máximo de 75 (Congreso del Estado de México) con un promedio de 35 observaciones (congresistas) por legislatura.
La prueba chi-cuadrado de Wald, con 5 grados de libertad arrojó un valor de 27.15, con un indicador p asociado de 0.000, lo que sugiere que al menos uno de los coeficientes de efectos fijos es significativamente diferente de cero, validando así la significancia global del modelo como instrumento explicativo de la profesionalización biográfica.
El segmento inferior del cuadro describe el resultado de una prueba de razón de verosimilitud (LR test) para comparar el actual modelo de efectos mixtos con un modelo lineal clásico. Para el efecto aleatorio de agrupación por legislatura, el valor estimado para la desviación estándar es de 3.382, con un intervalo de confianza de 95% que va desde 2.656 hasta 4.304. Esto indica la variabilidad entre los grupos en la variable dependiente que no se puede explicar por los efectos fijos. Asimismo, el valor de prueba chibar2(01) es 85.04, con un indicador p asociado de 0.000, lo que indica que el modelo de efectos mixtos es significativamente mejor que un modelo lineal clásico para explicar la variabilidad en los datos. En otras palabras, el modelo de efectos mixtos es una mejora significativa sobre un modelo lineal que no considera los efectos aleatorios entre los grupos.
Finalmente, se debe destacar que las dos únicas variables que mostraron tener efectos estadísticamente significativos sobre la profesionalización biográfica (medida en años totales de experiencia) fueron la participación y la competitividad en los procesos inmediatos anteriores a la elección de las personas congresistas.
El coeficiente de la variable “Participación (elección previa)” indica que, en promedio, un aumento de 1% en la participación de su distrito de la elección inmediata anterior se asocia con un aumento de aproximadamente .99 años en la experiencia acumulada de las diputaciones, manteniendo constantes todas las demás variables del modelo.
Por su parte, el coeficiente de “Competitividad (elección previa)” indica que, en promedio, un aumento de una unidad en el índice de competitividad (que va de 0 a 1) en la elección inmediata anterior se asocia con un aumento de aproximadamente 1.29 años en la experiencia acumulada de las diputaciones, manteniendo constantes todas las demás variables del modelo. Véase la gráfica 5.6 que describe los efectos marginales de los cambios en las variables antes comentadas.
Según los resultados del modelo, tanto el porcentaje de participación como el índice de competitividad de la elección inmediata anterior están positivamente asociados con la experiencia acumulada de los legisladores en años. Esto significa que un mayor nivel de participación y un índice de competitividad más alto en elecciones anteriores se asocian con una mayor experiencia acumulada de las diputaciones a lo largo de su carrera política. Estas relaciones son estadísticamente significativas y pueden tener implicaciones importantes para entender la trayectoria profesional de las personas representantes.
Gráfica 5.6. Efectos marginales de la participación y competitividad electoral (en procesos previos) sobre la profesionalización biográfica de congresistas locales
Fuente: Elaboración propia.
Estos hallazgos respaldan resultados de estudios previos (Carrol y Eichorst, 2013; Berry et al., 2000; Barber y Schmidt, 2019), los cuales comprobaron que la competencia electoral puede fomentar la profesionalización de los legisladores. En contextos altamente competitivos, los candidatos se esfuerzan por destacar y ganar el respaldo de los votantes, lo que incentiva a los legisladores a adquirir habilidades y conocimientos especializados en el Congreso.
Asimismo, algunas de nuestras entrevistadas ofrecieron testimonios que respaldan esta perspectiva al compartir sus experiencias durante las campañas electorales al explicar cómo la competencia electoral es un incentivo para focalizar temáticamente el trabajo parlamentario, para fortalecer sus nexos representativos con los electores o bien, para conformar equipos de trabajo altamente especializados.
Trabajos previos sobre el caso mexicano fortalecen esta noción de que durante las campañas electorales, se evidencia cómo la competencia electoral actúa como un poderoso incentivo de profesionalización para los políticos, impulsándolos a adoptar diversas estrategias para ganar presencia entre los electores y fortalecer sus lazos con ellos. Este fenómeno ha sido respaldado por diversos estudios que arrojan luz sobre los impactos de la competitividad en el sistema político.
Por ejemplo, Langston (2008) destaca cómo la competitividad electoral y la descentralización del poder político en el sistema político mexicano de finales del siglo xx contribuyeron a aumentar la influencia de las élites priistas locales en la nominación de candidaturas para senadurías. Conscientes de la importancia de sus bases de apoyo electoral, estos políticos comenzaron a utilizar sus candidaturas para ganar visibilidad y reconocimiento entre los votantes estatales durante las campañas. Y al resultar electos usaban sus escaños para direccionar recursos federales a sus territorios con el objetivo de obtener candidaturas a gubernaturas. De esta manera, la competencia electoral no solo impulsó la focalización temática del trabajo parlamentario, sino también incentivó el uso estratégico de las candidaturas para fortalecer los nexos representativos con los votantes y con los representados.
Asimismo, Langston et al. (2018) ofrecen una perspectiva adicional al estudiar las campañas para diputaciones federales entre 2006 y 2012. Comentan los autores que, aunque las leyes electorales desincentivaban las campañas personalistas en el periodo analizado, los candidatos encontraban formas de establecer nexos directos con sus votantes a través de acciones de bajo costo y vinculación directa, muy similares a los ejemplos provistos por nuestras entrevistadas que se desarrollan como gestiones, atenciones personalizadas y atención de demandas muy específicas. Dichas acciones generan vínculos valiosos, ya que posteriormente pueden ser utilizados cuando los candidatos buscan ocupar otros cargos políticos. Por otro lado, mencionan que los líderes nacionales de los partidos también reconocen la importancia de las campañas, pero se enfocan en el escenario nacional y la obtención de escaños de representación proporcional. En este contexto, se puede observar cómo la competencia electoral incentiva el establecimiento de conexiones más directas entre las candidaturas y sus votantes, lo que fortalece el compromiso con la base electoral sensibilizando las acciones de las diputaciones con los requerimientos ciudadanos.
Adicionalmente, el estudio de Bárcena y Kerevel (2017) sobre la Cámara de Diputados de México entre 1997 y 2009 revela que, a nivel agregado, la competitividad electoral tiene efectos positivos sobre la profesionalización legislativa. Conduce, en primer lugar, a la postulación de candidaturas más populares y mejor calificadas. Sin embargo, a nivel individual, los incentivos de competitividad no siempre estimulan a las personas legisladoras a generar más propuestas de reforma o a dirigir recursos hacia sus distritos. Estos autores destacan cómo la competencia electoral puede tener resultados positivos en términos generales, pero no necesariamente se traduce en un mayor compromiso individual de las personas congresistas con la representación directa de sus electorados.
Para probar la posible correlación entre los elementos exógenos (competitividad electoral y participación ciudadana en votaciones) y la profesionalización estructural de las asambleas locales optamos por ajustar un modelo de regresión lineal que estableció como variable dependiente al índice estandarizado de profesionalización estructural. Para ver los descriptivos de esta variable refiérase a la gráfica 5.4 de este mismo capítulo.
Ahora bien, como predictores del modelo usamos las mismas variables del modelo anterior: a) competitividad distrital en la elección actual; b) competitividad distrital en la elección inmediata anterior; c) participación distrital en la elección actual; y d) participación distrital en la elección inmediata anterior.
Dado que la profesionalización estructural es una propiedad observable en las legislaturas y no en los congresistas, las unidades para este modelo fueron las 64 legislaturas locales consideradas en el estudio.
Considérese también que los datos de competitividad y participación electoral se calculan por distrito. No obstante, las legislaturas contienen varios distritos uninominales. El promedio de distritos locales por legislatura fue de 32, con un mínimo de 12 (Morelos) y un máximo de 45 (Estado de México).
Teniendo lo anterior en cuenta, la forma de atribuir un solo dato electoral de competitividad y participación a cada una de las 64 legislaturas consistió en promediar los valores de todos los distritos que compusieron cada observación. Así, por ejemplo, la participación atribuida a la LXIII Legislatura del Congreso de Campeche (2018-2021) se calculó sumando el total de votos emitidos en sus 21 distritos electorales (446 634 votos) entre el listado nominal de la entidad (642 056 ciudadanos). El resultado fue 446 634/642 056= 0.695.
En el caso de los datos de la elección previa seguimos el mismo principio, pero atribuyendo a cada legislatura los datos electorales de competitividad y participación del proceso electoral inmediato anterior. A continuación se presentan los descriptivos de esta versión (promediada) de los predictores del modelo.
Cuadro 5.10. Descriptivos de las variables independientes. Competitividad y participación electoral (promedios por legislatura)
Variable | Media aritmética | Desviación estándar | Valor mínimo | Valor máximo |
Participación (elección actual) | 0.571 | 0.103 | 0.236 | 0.746 |
Competitividad (elección actual) | 0.554 | 0.107 | 0.034 | 0.768 |
Participación (elección previa) | 0.868 | 0.066 | 0.646 | 0.965 |
Competitividad (elección previa) | 0.879 | 0.064 | 0.646 | 0.965 |
N = 64 legislaturas locales electas entre 2014 y 2019.
Fuente: Elaboración propia.
Los resultados de la regresión se disponen en el cuadro 5.11. De ellos se puede adelantar que el valor de R-cuadrado es muy bajo (0.050), lo que indica que solo aproximadamente 5% de la varianza de la profesionalización estructural podría ser explicada por las variables independientes incluidas en el modelo. Asimismo, el valor de la probabilidad (Prob > F = 0.601) sugiere que el modelo no es estadísticamente significativo y no proporciona un buen ajuste global a los datos. El error estándar también es alto, lo que implica que las predicciones del modelo tienen un margen de error considerable. Finalmente, los coeficientes de las variables independientes no son estadísticamente significativos, ya que todos los valores de p son mayores que 0.05. Esto indica que no hay una relación lineal significativa entre las variables independientes y la variable dependiente.
Cuadro 5.11. Efectos de la competitividad y la participación electoral sobre la profesionalización estructural. Modelo de regresión lineal
b | Error estándar | p | |
Participación (elección actual) | –0.455 | 0.287 | 0.119 |
Competitividad (elección actual) | 0.281 | 0.545 | 0.609 |
Participación (elección previa) | 0.141 | 0.238 | 0.557 |
Competitividad (elección previa) | –0.098 | 0.647 | 0.880 |
Elección concurrente | 0.012 | 0.061 | 0.849 |
Constante | 0.334 | 0.578 | 0.566 |
N | 64 | ||
Prob > F | 0.601 | ||
R2 | 0.050 |
Fuente: Elaboración propia.
En resumen, con los datos disponibles se advierte que las variables exógenas seleccionadas no tienen un efecto estadísticamente significativo sobre la profesionalización estructural de los congresos. Como lo adelantaron algunas de nuestras entrevistadas en el capítulo previo este fenómeno más bien puede deberse a otros factores, como la disponibilidad de recursos financieros de las entidades, la cultura política local, la influencia de grupos de interés o el contexto histórico y social en el que se desenvuelven las asambleas. Es también posible que nuestras variables no estén siendo capturadas adecuadamente por el modelo de regresión lineal utilizado, y que se requieran enfoques más complejos o datos adicionales para comprender completamente la complejidad del proceso de profesionalización legislativa en el contexto estudiado. Por lo tanto, es importante considerar estas limitaciones y realizar investigaciones más profundas que permitan explorar y analizar de manera más exhaustiva los determinantes de la profesionalización en los congresos locales del país.
Conclusiones
A lo largo de este capítulo hemos debatido acerca de los factores que se asocian como causales de la profesionalización legislativa. Entre ellos, la literatura ha destacado la importancia de la preparación continua de los legisladores y sus equipos de apoyo, así como la relación entre las carreras políticas y los sistemas de comisiones como elementos endógenos que promueven la profesionalización. Además, diversos especialistas han comprobado la incidencia sobre la profesionalización de elementos exógenos a las asambleas, como la competitividad y la participación electoral.
Con base en esta distinción teórica, hemos estructurado nuestro análisis buscando distinguir el papel que juegan estos elementos endógenos y exógenos sobre la profesionalización de los congresos locales en México. Para lograr este objetivo, hemos planteado una crítica metodológica a la literatura tradicional al considerar que la profesionalización no es un fenómeno estático, medible solo en determinados momentos, sino que se trata de un proceso continuo, influenciado por distintos factores que impactan a las asambleas y a sus integrantes de manera constante.
El conjunto de entrevistas con legisladoras de distintos congresos y diferentes extracciones partidarias respalda algunas conclusiones encontradas por trabajos previos, al evidenciar que las comisiones permanentes juegan un papel crucial en la profesionalización legislativa al facilitar la adquisición de conocimientos y experiencia en temas específicos de acción pública. Además, observamos que la capacitación de congresistas y equipos de apoyo técnico resulta esencial para mejorar el desempeño de los legisladores, especialmente en temas complejos y que requieren de una alta especialización.
En cuanto a la influencia de las élites partidistas, encontramos perspectivas contrastantes. Algunas de las legisladoras más experimentadas o pertenecientes a asambleas con élites partidistas sólidamente afianzadas respaldaron la idea de que la permanencia prolongada de un grupo partidista mayoritario fomenta la profesionalización, al proporcionar conocimiento y motivación para capacitarse y consolidar su posición. Además, esto abre la posibilidad para emprender proyectos de profesionalización legislativa de largo plazo, sin el riesgo de que la irrupción de un nuevo grupo político mayoritario elimine o desestabilice dichos programas.
En este sentido, nuestros análisis estadísticos indicaron que la pluralidad partidista acotada se asocia con una mayor profesionalización biográfica de los legisladores. Esto sugiere que cuando ciertos partidos son dominantes y ejercen un papel de fuerzas políticas mayoritarias, se favorece la profesionalización del Congreso al conformarse por integrantes altamente experimentados que adquieren sus capitales y conocimientos a raíz del control que ejercen sus partidos en la política local y que son finalmente las vías que les dan acceso a la asamblea. Asimismo, este tipo de congresos con pluralismo partidista restringido logran establecer comportamientos organizativos rutinarios que promueven la especialización y diferenciación, aspectos fundamentales para el funcionamiento profesional de la legislatura.
Un resultado estadístico que plantea una interesante contradicción con el punto anterior es que la competitividad electoral está positivamente asociada con la experiencia acumulada de los legisladores. Una mayor participación y un índice de competitividad más alto en elecciones anteriores se relacionan con una mayor experiencia a lo largo de la carrera política de los legisladores. Es decir, las elecciones competidas y concurridas aumentan la calidad de los candidatos y legisladores en una asamblea. No obstante, la existencia de congresos fragmentados o con diversos partidos efectivos limita la presencia de estos perfiles.
Algunas de nuestras entrevistadas ofrecieron testimonios que respaldan la perspectiva de que la competencia electoral es un factor clave para la profesionalización legislativa. Estas legisladoras compartieron cómo la competencia electoral actúa como un incentivo para enfocar su trabajo parlamentario en temas específicos y fortalecer los lazos con los electores mediante equipos de trabajo profesionales.
Este aspecto es de gran importancia para la profesionalización legislativa, ya que la presencia de candidatos con perfiles más profesionales y una destacada experiencia en el Congreso local puede llevar a una mayor capacidad para abordar los desafíos legislativos y diseñar políticas públicas más efectivas. Las personas congresistas con trayectorias sólidas y conocimientos específicos están mejor preparadas para proponer soluciones informadas y fundamentadas, lo que puede traducirse en leyes y políticas más beneficiosas para la sociedad.
Además, la participación electoral juega un papel crucial en este contexto. Una mayor participación indica un mayor compromiso y conciencia ciudadana sobre la importancia del voto y su impacto en la vida política del país. Cuando la ciudadanía se siente más comprometida con el proceso electoral, es más probable que tomen decisiones informadas sobre su voto y consideren factores como la preparación y experiencia de las candidaturas al emitir su sufragio.
No obstante, es importante señalar que estos hallazgos se centran en la dimensión de la profesionalización biográfica de los congresistas locales. Al realizar diversos análisis estadísticos, observamos que la profesionalización estructural de los congresos puede estar influenciada por factores distintos, como el presupuesto estatal, los mecanismos de toma de decisiones internas o las relaciones con otros poderes públicos locales y nacionales.
En general, nuestra investigación sugiere que la mejor combinación para un congreso profesional en México se da cuando hay una alta competitividad distrital, pocos partidos en la asamblea y altos niveles de participación ciudadana. Estos factores están relacionados con la presencia de diputaciones altamente experimentadas y preparadas, lo que a su vez influye en la calidad del trabajo legislativo
Por lo anterior, podemos decir que en México existe una conexión electoral que, aunque más sutil que en otros sistemas políticos, está fuertemente mediada por los partidos políticos. Los partidos juegan un papel importante en la profesionalización de los legisladores, buscando perfiles atractivos y con mayor experiencia para competir en distritos con elecciones cerradas y electorados exigentes.
Por otro lado, nuestras entrevistas también respaldan la idea de que la atención a los electorados sensibiliza y profesionaliza a las diputaciones. Al resolver las problemáticas específicas de sus electores, las personas representantes adquieren experiencia en áreas relevantes para su comunidad, como gestión, salud, educación y justicia penal. Este proceso de adquirir conocimientos y sensibilidad hacia las necesidades de sus electores contribuye indirectamente a una mayor especialización en su labor representativa. Es decir, nuestros hallazgos y los resultados de estudios previos respaldan la idea de que la competencia electoral y la participación ciudadana son factores que fomentan la profesionalización legislativa. Las candidaturas en contextos altamente competitivos tienden a esforzarse por destacar y ganar el respaldo de los votantes, lo que incentiva a las personas congresistas a adquirir habilidades y conocimientos especializados para desempeñar eficazmente su labor en el Congreso.
Trabajos previos sobre el caso mexicano respaldan la idea de que la competencia electoral actúa como un poderoso incentivo de profesionalización para los políticos durante las campañas electorales. Diversos estudios han demostrado que la competitividad en el sistema político mexicano ha llevado a los políticos a adoptar estrategias para ganar presencia entre los electores y fortalecer sus lazos con ellos.
Por ejemplo, se ha observado cómo la competitividad electoral y la descentralización del poder político en el sistema mexicano aumentaron la influencia de las élites locales en la nominación de candidaturas para cargos legislativos. Los políticos utilizan sus candidaturas para ganar visibilidad entre los votantes durante las campañas y, al resultar electos, direccionan recursos hacia sus territorios para obtener candidaturas a otros cargos. De esta manera, la competencia electoral impulsa la focalización temática del trabajo parlamentario y el uso estratégico de las candidaturas para fortalecer los nexos representativos.
Además, se ha encontrado que, aunque las leyes electorales desincentivan las campañas personalistas, los candidatos encuentran formas de establecer nexos directos con los votantes a través de acciones de bajo costo y vinculación directa, como gestiones, atenciones personalizadas y atención de demandas específicas. Estas acciones generan vínculos valiosos que pueden ser utilizados cuando los candidatos buscan ocupar otros cargos políticos.
También se ha revelado que, a nivel agregado, la competitividad electoral tiene efectos positivos sobre la profesionalización legislativa. Conduce a la postulación de candidatos más populares y mejor calificados. Sin embargo, a nivel individual, los incentivos de competitividad no siempre estimulan a las diputaciones a generar más propuestas de reforma o a dirigir recursos hacia sus distritos. La competencia electoral puede tener resultados positivos en términos generales, pero no necesariamente se traduce en un mayor compromiso individual de las personas representantes con la representación directa de sus electorados.
Con todo lo anterior es relevante destacar que la profesionalización legislativa debe ser observada desde la arena electoral. Es un proceso que comienza desde las campañas electorales y no se agota en el Congreso. Durante la competencia por el voto, las candidaturas enfrentan una fuerte competencia electoral y se ven motivados a destacar y ganar el respaldo de los votantes, lo que los lleva a adquirir compromisos con agentes que exigen gestiones representativas o beneficios a cambio de su apoyo en campaña. Esta necesidad de obtener el apoyo ciudadano impulsa a las candidaturas a enfocar temáticamente su trabajo parlamentario y fortalecer sus nexos representativos con ciertos grupos organizados de electores, lo que contribuye a la adquisición de habilidades y conocimientos especializados en el Congreso.
Así pues, este capítulo ha servido para fortalecer nuestra noción inicial de que la profesionalización legislativa no se limita a indicadores estáticos, sino que es un proceso continuo y dinámico que abarca desde las campañas electorales hasta el funcionamiento de la asamblea y las relaciones con otros poderes y partidos políticos.