1. Análisis del fenómeno hidrometeorológico huracán Otis

1.1. Resumen

El fenómeno hidrometeorológico del huracán inició como depresión tropical el 22 y tocó tierra el 25 de octubre a las 00:25 horas. El fenómeno había alcanzado la categoría 5, una de las más elevadas en la escala Saffir-Simpson. El objetivo de la presente investigación fue analizar el desarrollo evolutivo del fenómeno hidrometeorológico “huracán Otis” y los impactos que éste dejó a su paso en el municipio de Acapulco, Guerrero. La investigación está planteada dentro de un enfoque cualitativo con técnicas como la observación participante y el análisis de contenido, propias de este enfoque. En un primer momento se realizaron recorridos en las zonas de impacto y se identificaron las principales problemáticas, de las cuales se eligieron 12 por considerarse problemas socioambientales emergentes. Los datos fueron analizados en una matriz llamada Vester. En un segundo momento se realizó el análisis de la información electrónica referente al evento provocado por el huracán en el contexto local, nacional e internacional. Los resultados mostraron que los fuertes vientos fueron letales para la topografía que presenta la ciudad de Acapulco, los destrozos fueron de gran magnitud, se registraron pérdidas humanas, los daños alcanzaron grandes dimensiones y las pérdidas fueron incalculables en distintos sectores económicos. En cuanto a las pérdidas en la biodiversidad, la flora y la fauna también sufrieron un fuerte revés, debido a los desbordamientos de ríos, microcuencas y canales y al deslave de los cerros que causó inundaciones y derrumbes en caminos y carreteras. Se observó arrastre de vehículos y animales domésticos; mientras que los daños causados al ecosistema han sido devastadores. El costo económico, social y ambiental es incuantificable hasta este momento. Los protocolos de alerta y prevención no fueron suficientes para minimizar el impacto sobre la población, por lo que es necesario replantear las políticas públicas que involucren a todos los sectores socioambientales con un mismo objetivo: minimizar el riesgo de la población, a través de un trabajo colaborativo entre autoridades y sociedad en general que permita el diseño de estrategias y protocolos para saber actuar en caso de que ocurran otros fenómenos hidrometeorológico de la magnitud del huracán Otis.

Palabras clave: Acapulco, amenaza natural, cambio climático, gestión de riesgo de desastres, huracanes.

1.2. Introducción

Los fenómenos hidrometeorológicos representan una importante amenaza a nivel mundial, nacional y local, ya que sus impactos no sólo son ambientales, sino también económicos y sociales por las amenazas que representan a la integridad humana y económica. Los desastres asociados a fenómenos naturales representan un importante desafío para los países que están más expuestos a estos fenómenos naturales (Rodríguez Esteves, 2017).

En este sentido, el puerto de Acapulco está situado en una zona costera y ha sido blanco de otros fenómenos hidrometeorológicos, como el huracán Pauline en 1997 y la tormenta tropical Manuel en 2013. Estos fenómenos ambientales fueron intensos y devastadores para la economía de Guerrero.

El 9 de octubre de 1997 la tormenta tropical Pauline (o Paulina) golpeó con fuertes lluvias al puerto de Acapulco pues registró una precipitación de 411.2 mm de agua en menos de 24 horas, la cantidad promedio de agua que se registra en tres meses de lluvia en fases normales. Las intensas lluvias provocaron el incremento de agua en los ríos Papagayo, La Sabana y El Camarón, así como peligrosos flujos de lodo por derrumbes en las zonas altas que rodean a la ciudad; de igual forma se afectó el flujo carretero y hubo puentes destruidos, lo cual dejó incomunicada a la población.

Mientras, en 2013, la letal combinación de la tormenta Ingrid y el huracán Manuel, fue tan devastadora como el huracán Pauline. Unos 16 años después de ese fenómeno, Guerrero volvió a ser escenario de otro evento hidrometeorológico catastrófico. En 2013 el huracán Manuel causó severos daños al estado debido a que se combinó con otra tormenta llamada Ingrid, que se originó en el Golfo de México, mientras que el fenómeno hidrometeorológico llamado Manuel se formó en el Océano Pacífico al mismo tiempo. Al converger ambos fenómenos provocaron un enorme desastre debido a los intensos vientos y a la torrencial lluvia que desbordaron barrancas, canales y ríos, provocando deslaves e inundaciones. Este fenómeno natural afectó a 20 estados del país.

De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), la interacción entre estos fenómenos meteorológicos representó uno de los desastres más destructivos de la historia en México y de Guerrero, debido a las emergencias declaradas en los estados de la República mexicana afectados, pues provocó pérdidas humanas, con el deslizamiento de laderas; tal como ocurrió en la comunidad La Pintada, del municipio de Atoyac de Álvarez, en Guerrero, donde ocasionó pérdidas humanas, así como afectaciones millonarias en la infraestructura de las poblaciones golpeadas por el fenómeno.

De igual manera, los datos que presenta el Cenapred, este fenómeno meteorológico ha sido el más mortífero de los últimos 15 años. Una enorme cantidad de seres humanos perdieron la vida por el fenómeno y las pérdidas materiales, sobre todo de viviendas, fueron millonarias (alrededor de 23 000 casas resultaron dañadas y aproximadamente 900 000 personas resultaron damnificadas).

Cabe destacar que los fenómenos de esta naturaleza no sólo afectan a la población local y su infraestructura, sino también a la población que se encuentra en plan de trabajo o de turismo en la ciudad. En el caso del huracán Manuel, 40 000 turistas quedaron varados, quienes fueron auxiliados por las Fuerzas Armadas, rescatados y transportados a un lugar seguro (Martínez, 2023).

La presente investigación tiene como objetivo realizar un análisis sobre el desarrollo evolutivo del fenómeno hidrometeorológico Otis y las afectaciones que dejó a su paso en el municipio de Acapulco, Guerrero.

1.3. Metodología

1.3.1. Descripción del área de estudio

El municipio de Acapulco geográficamente se ubica entre los paralelos 16° 41′ y 17° 14′ de latitud norte y los meridianos 99° 28′ y 101° 00′ de longitud oeste; con una superficie territorial de 1 882.6 km², representa 2.95% de la superficie del estado y ocupa 23% del litoral de playas con vocación turística. Al norte colinda con los municipios de Juan R. Escudero (Tierra Colorada) y Chilpancingo de los Bravo; con el municipio de San Marcos al oriente; al sur con el Océano Pacífico, y al poniente con el municipio de Coyuca de Benítez (Ayuntamiento de Acapulco, 2021; Sectur, 2013). La figura 1, del Emergency Response Coordination Centre (ercc, 2023), muestra el mapa con la ubicación del municipio de Acapulco, sus colindancias y la trayectoria que presentó el huracán Otis.

La investigación sigue una metodología con un enfoque cualitativo, que contempla un análisis descriptivo para ofrecer la imagen global de lo que está sucediendo y ha sucedido con el fenómeno que se estudia. Niño (2011) señala que la precisión de la descripción es fundamental; en ese mismo sentido, Guevara et al. (2020) afirman que este tipo de investigación se caracteriza por describir con claridad lo observado, así como por presentar la descripción clara y precisa de los testimonios de los sujetos de la investigación. En suma, se trata de reunir toda la información posible de lo que se desea conocer para comprender de forma integral el objeto de estudio, desde la perspectiva de los sujetos (Facultad de Educación, 2022).

En este contexto, se analizó el contenido de los medios electrónicos más representativos que abordan la temática por investigar, en un contexto local, nacional e internacional. La recolección de datos se realizó a través de la técnica de análisis de contenido; se utilizó un fichero como instrumento donde se registró la información de manera sistematizada y por fechas.

Esta técnica se utilizó por considerarse adecuada para realizar inferencias a partir de la producción de contenidos electrónicos, así como de publicaciones y comunicados electrónicos. De tal suerte que la técnica de análisis de contenido puede funcionar desde la perspectiva cualitativa, considerando criterios de sistematicidad, objetividad y reproductividad (Ruiz, 2021); de igual manera, Fernández (2002) asegura que esta técnica es útil para investigaciones con enfoque cualitativo, como es el caso de esta investigación.

Otra de las técnicas utilizadas aquí fue la observación participante. Para la recolección de datos se empleó el instrumento, “diario de campo”. Para hacer el reconocimiento de los daños materiales observables y de las problemáticas inherentes, se realizaron recorridos en el área de estudio. El primer recorrido se llevó a cabo desde el fraccionamiento Caleta hasta el punto conocido como Barra Vieja. El segundo recorrido se realizó desde la zona centro de la ciudad hacia la periferia de la ciudad, que comprende la salida de Acapulco, lugar conocido como el Quemado, rumbo a Chilpancingo. Un tercer recorrido se hizo hacia la zona de Pie de la Cuesta.

Una vez identificadas las problemáticas más representativas que dejó el fenómeno Otis, éstas se analizaron por medio de la matriz de Vester (Rodríguez-Restrepo, 2020). Esta matriz es un instrumento cualitativo que permite identificar las potencialidades y las problemáticas a partir de un diagnóstico; se aplicó para identificar problemáticas socioambientales como consecuencia del fenómeno hidrometeorológico, asignando un valor categórico al grado de causalidad a cada problemática en relación con los demás.

Identificados todos los problemas actuantes, se estableció una escala de influencia de grado de impacto con las siguientes pautas: Alta influencia = 3; Media influencia = 2; Baja influencia = 1, y Nula influencia = 0.

1.4. Resultados y discusión

Con la finalidad de ordenar los resultados, éstos se presentan por segmentos, siguiendo el orden de la metodología; de esta forma, se ofrece a continuación un análisis cronológico sobre el desarrollo y la llegada del fenómeno hidrometeorológico huracán Otis desde el 22 de octubre de 2023.

1.4.1. Análisis del contenido a través de medios digitales

Para cumplir con el objetivo del análisis de los contenidos electrónicos de diferentes páginas web, que han escrito antes, durante y después sobre el suceso del huracán en Acapulco, Guerrero, México, se presentan algunas fuentes locales y nacionales que fueron consideradas por la seriedad y precisión con la que abordaron el tema de investigación (figuras 2a-2c).

Es importante señalar que para realizar esta actividad fue necesario instalarse cerca de las antenas repetidoras de telecomunicación satelital que fueron instaladas en puntos estratégicos para facilitar el acceso a internet. Elegimos dos sitios habilitados con la red: uno sobre la Costera Miguel Alemán, a la altura del edificio Costera 125, y el otro frente al Zócalo, en el centro de la ciudad y en el puerto de Acapulco (figura 3), para recibir señal de internet y obtener la información sobre lo que estaba aconteciendo tras el paso del huracán Otis en Acapulco. Este proceso tuvo lugar en noviembre y parte de diciembre, cuando comenzó a restablecerse la conectividad en algunas partes de Acapulco.

1.4.2. Crónica de la evolución del huracán y sus efectos

La madrugada del 25 de octubre de 2023, alrededor de las 00:30 horas, tocó tierra en Acapulco, Guerrero, el fenómeno hidrometeorológico llamado Otis, con vientos sostenidos de 270 km/h y rachas de 300 km/h, convirtiéndose así en categoría 5. Este fenómeno natural, por sus fuertes vientos, causó destrozos de grandes dimensiones. Los daños que provocó han sido incuantificables, debido a las pérdidas humanas, a las pérdidas de la biodiversidad, tanto de flora como de fauna, así como a las pérdidas materiales. Los desbordes de ríos, de microcuencas y de canales, y el deslave de cerros, causaron inundaciones y derrumbes carreteros y de otros caminos, arrastre de vehículos, de animales domésticos y de aves de corral. Los expertos han expresado su sorpresa por la rapidez con la que el fenómeno evolucionó a categoría 5, considerándolo un fenómeno atípico.

De acuerdo con el Cenapred, el huracán fue un fenómeno histórico que representó uno de los desastres más destructivos de la historia de México y de Guerrero, debido a las emergencias declaradas en 21 estados de la República mexicana afectados, pues provocó pérdidas humanas, con el deslizamiento de laderas; tal como ocurrió en la comunidad La Pintada, donde ocasionó pérdidas humanas, así como afectaciones millonarias a la infraestructura de las poblaciones golpeadas por el fenómeno. De acuerdo con datos del Cenapred (2023), este fenómeno meteorológico ha sido el más mortífero de los últimos 15 años. Una enorme cantidad de seres humanos perdieron la vida por el fenómeno y las pérdidas materiales, sobre todo de viviendas, fueron millonarias (alrededor de 23 000 casas resultaron dañadas y aproximadamente 900 000 personas resultaron damnificadas).

Cabe destacar que los fenómenos de esta naturaleza no sólo afectan a la población local y su infraestructura, sino también a la población que se encuentra en plan de trabajo o de turismo en las ciudades donde ocurren los desastres. En el caso del huracán Manuel, 40 000 turistas quedaron varados, y quienes fueron auxiliados por las Fuerzas Armadas, rescatados y transportados a un lugar seguro (Martínez, 2023), mientras que en Acapulco fueron alrededor de 50 000 turistas los que quedaron atrapados en la zona turística debido al huracán Otis. Esta información fue proporcionada por autoridades turísticas de Acapulco (El Financiero, 2023).

La ciudad de Acapulco es la cabecera municipal y se encuentra territorialmente organizada por 67 comisarías y 57 delegaciones. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (inegi), en 2020 el municipio de Acapulco de Juárez contaba con una población de 779 566 habitantes, de los cuales 371 794 son del género masculino y 407 772 son del género femenino, y es considerado el municipio más habitado de Guerrero (inegi, 2020).

El aspecto orográfico del municipio presenta tres distintas formas de relieve: un 20% es plano, un 40% es semiplano y un 40% es accidentado. En cuanto a la altitud respecto del nivel de mar es de 169 msnm en la zona costera con alturas máximas en las partes altas de la ciudad. Las cordilleras que rodean a la bahía tienen pendientes pronunciadas y son consideradas zonas de alto riesgo; sin embargo, en éstas prevalece una extensa franja de áreas elevadas que son habitadas por una alta densidad de población, donde sobresale el Parque Nacional El Veladero, una meseta montañosa con una elevación aproximada de 900 msnm (Ayuntamiento de Acapulco, 2020, 2021).

En este contexto el relieve que presenta la ciudad de Acapulco es complicado debido a las formaciones elevadas y abruptas que rodean la bahía. De las partes altas bajan diversas microcuencas, cauces y corrientes relevantes que se encaminan al océano y en su trayecto van seccionado el terreno e incluso las áreas urbanas por donde cruzan debido a que los escurrimientos pluviales no encuentran sus cauces naturales y, en consecuencia, no fluyen adecuadamente, provocando dispersión y desbordamientos de ríos y canales. La infraestructura urbana modificó las características naturales de los cauces, de la cuenca y de la zona de descarga; con ello se alteró el drenaje natural, causando una problemática muy aguda que afecta a diversas zonas de la ciudad (Ayuntamiento de Acapulco, 2020).

Con respecto a la temperatura anual, Acapulco se encuentra entre 31.4 °C la máxima y 24.5 °C la mínima. El régimen de lluvias se presenta en los meses de junio a septiembre, con precipitaciones promedio de 1 367.3 mm al año, con un aproximado de 69 días con lluvia al año. La temperatura oscila entre 27.7 y 25.4 °C, en promedio y enero es considerado el mes más frío del año. De mayo a noviembre las tormentas tropicales y los huracanes son una amenaza constante, intensificándose en verano (Ayuntamiento de Acapulco, 2021).

De acuerdo con Climate Reanalyzer (2024) del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine, durante el periodo mensual que se presentó el fenómeno hidrometeorológico Otis se mantuvo una temperatura diaria de la superficie del mar, en el Océano Pacífico frente a la costa de Acapulco, del 22 al 25 de octubre de 2023, de 20.9 a 20.8 °C, lo que habría sido un factor activador de la evolución de la tormenta tropical a huracán categoría 5 (figura 4). Contrastado con las lecturas de los dos fenómenos naturales Pauline (1997) e Ingrid (2013), se observa un incremento de la temperatura en el presente año (2024) por encima de los años anteriores.

La mañana del 24 de octubre de 2023 las autoridades anunciaban que tomarían precauciones ante el fenómeno hidrometeorológico en forma de tormenta llamado Otis; conforme avanzaban las horas, lo que parecía una simple tormenta se había convertido en huracán categoría 1. Al mediodía, de acuerdo con el servicio hidrometeorológico, presentaba vientos de 130 km/h; las alarmas se encendieron y las autoridades educativas giraron instrucciones para retirar a los estudiantes y suspender labores docentes y administrativas, y se tomaron las medidas necesarias para salvaguardar la integridad de estudiantes y del personal que labora en las escuelas. El mismo proceso se aplicó con los demás trabajadores, cancelando las actividades educativas.

En la figura 5 se observa cómo fue el desarrollo del fenómeno hidrometeorológico del huracán. Inició como depresión tropical el 22 de octubre; para el día 23 se había convertido en categoría 1, aumentando cada vez más su intensidad. El día 24 de octubre a las 13:00 horas ya se encontraba en la categoría 2; dos horas después subió a la categoría 3; a las 18:00 horas ya había alcanzado la categoría 4; finalmente, a las 21:00 horas el fenómeno había alcanzado la categoría 5, una de las más elevadas en la escala Saffir-Simpson, frente a las costas de Guerrero.

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (Cenapred, 2023), a las 22:00 horas el fenómeno se localizaba a 70 km al sursureste del puerto de Acapulco. Los vientos sostenidos alcanzaron velocidades de 270 km/h; además se registraban ráfagas de 330 km/h y su impacto estaba pronosticado entre las cuatro y seis de la mañana del miércoles 25 de octubre; sin embargo, finalmente el fenómeno tocó tierra en la costa de Acapulco a las 00:25 horas.

A las 13:00 horas las autoridades correspondientes ordenaron suspender las actividades escolares en la entidad. Era un día nublado en Acapulco, no había rastros de lluvia; sin embargo, de acuerdo con la secuencia que muestra la imagen sobre el huracán, ya se encontraba en la categoría 2 sin tocar tierra. Con base en esta información, comenzaron a suspenderse las actividades laborales y se cancelaron algunos eventos programados por la tarde; los supermercados y los centros comerciales anunciaron la suspensión de servicios a partir de las 18:00 horas. Las actividades culturales y de servicio también suspendieron sus activiades y cerraron sus locales. De esta forma se procuró que las personas tuvieran un periodo de tiempo para trasladarse a lugares seguros. De igual manera el gobierno municipal, a través de la Secretaría de Seguridad Vial, ordenaba a la población a retirar sus vehículos de la avenida principal de la Costera Miguel Alemán, previendo que los automóviles fueran arrastados.

Para el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), así como para los expertos de estos eventos, el fenómeno Otis ha tomado a todos por sorpresa debido a su rápida evolución e intensificación en un corto periodo de tiempo. Se le consideró un fenómeno atípico que desconcertó a los organismos oficiales encargados de prevenir estos fenómenos. De acuerdo con el Servicio de Prevención de Huracanes, a las dos de la tarde el fenómeno presentaba vientos de 155 km/h; el huracán se había convertido en categoría 2. Conforme pasaban las horas, dicho huracán se fortalecía de tal forma que alrededor de las cuatro de la tarde había alcanzado vientos de 200 km/h, convirtiéndose así en categoría 3. Mientras transcurrían las horas los vientos se intensificaban y alcanzaban una velocidad de 240 km/h, convirtiendo el fenómeno climatológico en categoría 4 alrededor de las siete de la noche.

A las nueve de la noche las autoridades alertaban a la población para que buscaran refugios seguros, se mantuvieran en casa y estuvieran atentos debido a que el huracán había alcanzado vientos sostenidos de 260 km/h, característicos de la categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson. De esta forma, en un tiempo récord, menos de 12 horas, la tormenta tropical se transformó en huracán categoría 5, considerado el más intenso que haya tocado tierra en el Pacífico mexicano.

Alrededor de las once de la noche el huracán Otis se situaba a menos de 100 km de la ciudad de Acapulco, Guerrero, México, con rachas de vientos de 315 km/h. De acuerdo con el servicio hidrometeorológico, este fenómeno fue considerado el más potente y poderoso de la historia del Pacífico Sur, pues posteriormente se confirmó que los vientos del huracán Otis registraron una velocidad récord de 330 km/h.

De acuerdo con los expertos, nunca en la historia un fenómeno había logrado pasar de tormenta a huracán categoría 5 en menos de 12 horas, como sucedió en Acapulco, con el huracán Otis. Ante este panorama, la catástrofe estaba asegurada, y así fue, ya que arrasó con todo lo que se encontró a su paso.

El 23 de octubre de 2023, la gobernadora del estado de Guerrero coordinaba los trabajos de salvamento con autoridades federales, estatales y municipales y atendía e implementaba acciones preventivas ante la tormenta tropical Otis, la cual se ubicaba frente a la costa de Guerrero, y cuyo impacto se esperaba que ocurriera el miércoles 25 de octubre de 2023.

Ante el inminente impacto del huracán Otis en Acapulco y Tecpan de Galeana, el 24 de octubre de 2023 la mandataria del estado encabezó la instalación del centro de mando para la atención de los efectos del huracán Otis, con la participación de los tres niveles de gobierno, incluyendo la presencia de la presidenta municipal del municipio de Acapulco, el representante de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de Guerrero, el secretario general de Gobierno, la Décimo Segunda Región Naval, entre otros funcionarios que participaron en la logística de prevención (Gobierno del Estado de Guerrero, 2023a).

Así, se exhortó a la población a permanecer en sus hogares o a buscar refugios temporales seguros durante la contingencia provocada por la tormenta. En este sentido, la gobernadora afirmó que se implementaron acciones para salvaguardar la vida y la integridad de la población y puntualizó:

Prefiero que digan que exageramos con las medidas a que fuimos omisos en no hacer las recomendaciones correspondientes, es mejor prevenir, somos un gobierno responsable que está trabajando, ocupado y preocupado en el bienestar y en salvaguardar la vida de las y los guerrerenses [Gobierno del Estado de Guerrero, 2023c].

El gobierno del estado de Guerrero (2023b), a través de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, advertía sobre los riesgos de que, en las próximas horas, la tormenta tropical se convirtiera en huracán de alta intensidad debido a su potencial de lluvias y a su inminente impacto en Acapulco.

El informe de la mañana del día 24 de octubre destacó que el fenómeno hidrometeorológico se localizaba a 280 km al sursureste de Acapulco, Guerrero, con vientos máximos sostenidos de 100 km/h y rachas de vientos máximas de 120 km/h, y continuaba su desplazamiento hacia el nornoroeste a razón de 13 km/h (Cenapred, 2023).

Este organismo hizo énfasis en que la amplia circulación nubosa de Otis comenzaría a afectar las costas de Guerrero en el transcurso del día, ocasionando precipitaciones de moderadas a fuertes e intensificándose durante la noche y madrugada del miércoles, con lluvias de intensas a torrenciales; rachas de vientos de 70 a 90 km/h y oleaje de dos a cuatro metros de altura en toda la franja costera de la entidad (Gobierno del Estado de Guerrero, 2023d)

Derivado del alto riesgo que representaba el fenómeno hidrometeorológico, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil emitió una alerta preventiva a las autoridades municipales del estado, con la finalidad de extremar medidas de precaución para salvaguardar el patrimonio y la integridad del territorio. Instó a la población a ubicar el refugio temporal más cercano y atender las indicaciones de seguridad y protección civil de las autoridades.

Sin embargo, de los 86 refugios temporales incluidos en el catálogo de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgo y Protección civil, instalaciones escolares y centros de culto (iglesias), sólo funcionaban cuatro según afirmó la titular de este organismo, quien hizo hincapié en la incapacidad de esos centros para dar refugio a las personas que lo necesitaban, debido a que no contaban con las instalaciones adecuadas para fungir como refugios temporales, además de que muchos de ellos sufrieron daños estructurales importantes por la tormenta y las personas prefirieron refugiarse con vecinos o familiares que tuvieran espacios seguros para soportar el huracán.

Finalmente, el huracán Otis tocó tierra el miércoles 25 de octubre a las 00:25 horas, convertido en un huracán categoría 5 en menos de 12 horas, la más alta de la escala Saffir-Simpson, que se basa en la velocidad promedio del viento para medir la intensidad de los ciclones (Cenapred, 2023).

Al respecto, el investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la unam, Jorge Zavala, explicó que a las nueve de la mañana Otis tenía vientos apenas superiores a los 100 kilómetros por hora, típicos de una tormenta tropical. Pero a las nueve de la noche ya superaban los 250 kilómetros por hora y ya era en toda regla un huracán categoría 5. “No se tuvo el pronóstico adecuado 24, 48, 72 horas antes”, dijo Zavala. El académico agregó que los protocolos de seguridad dependen de la categoría del evento meteorológico y del tiempo previo a que se acerque a las costas. Todo fue muy rápido. “Los tiempos de los protocolos no preveían un escenario como el que ocurrió”, afirmó (Camhaji, 2023b).

Una de las claves para entender los daños provocados por un huracán está en la rapidez del viento porque aumenta exponencialmente la destrucción del fenómeno meteorológico. “Un pequeño incremento en la magnitud del viento aumenta su capacidad de destrucción en una forma enorme”, señala Zavala (Camhaji, 2023b). Las rachas, los picos de velocidad del viento, rondaron los 330 km/h la noche que Otis tocó tierra en Guerrero.

En este contexto, el desastre estaba asegurado: no hubo protocolos que previnieran y mitigaran el daño; los ríos y los canales pluviales se desbordaron y afectaron a la población inundando todo a su paso; los cerros se desgajaron y arrastraron piedras y lodos; los fuertes vientos arrancaron techos de lámina y tejados de casas y negocios; el follaje de los árboles fue arrancado de tajo, y los árboles de mayor tamaño fueron vencidos por los fuertes vientos.

Se colapsaron y se rompieron ventanas, puertas, portones de edificios y casas habitacionales. La población tuvo que enfrentarse a un fenómeno natural de esa magnitud con sus propios recursos e ingenio para salvaguardar su vida y la de su familia; las personas improvisaron refugios para proteger su integridad física. Fue una noche de terror, miedo, tensión y caos. Reinaba una fuerte lluvia y una oscuridad tenebrosa; muchos no lograron sobrevivir ante el despiadado embate de la naturaleza.

La mañana del miércoles 25 de octubre de 2023 amaneció con una lluvia intensa que se extendió durante más de tres horas; el huracán arrasó con todo lo que encontró a su paso. Los habitantes no podíamos creer lo que había sucedido esa madrugada. Amaneció con la ciudad completamente destruida y devastada; el huracán había acabado prácticamente con todo: edificios, casas-habitación, comercios, restaurantes, tiendas de autoservicio, despachadoras de gasolina, escuelas, refugios, iglesias, hospitales; había inundado los fraccionamientos y las casas que se encuentran asentadas en la parte baja de la ciudad y las casas habitacionales de las partes altas lucían sin techos y sin ventanas.

En la parte alta de la colonia Palma Sola hubo desgajamientos provenientes del Parque Nacional El Veladero que dejaron una gran cantidad de casas afectadas, automóviles sepultados, calles cerradas por el lodo, piedras y una importante acumulación de materia orgánica. El mismo escenario se pudo observar en las colonias Progreso, La Venta y Pie de la Cuesta.

Durante los recorridos que realizamos confirmamos que la zona que comprende Pie de la Cuesta hasta la Laguna de Coyuca quedó inundada y devastada su infraestructura; la zona de Acapulco Diamante, donde se localiza el aeropuerto internacional, así como la colonia Bonfil, quedó prácticamente destruida.

Con base en los primeros datos oficiales, los daños arrojan una primera estimación de 580 000 personas damnificadas, 7 000 hectáreas (ha) de construcciones destruidas o dañadas y alrededor de 900 km de caminos y calles inundados o afectados. Las zonas inundadas cubren 900 ha, según datos preliminares de Copernicus (2023b). Poco más de 893 km de carreteras, calles y caminos también sufrieron daños, según esta evaluación (Camhaji, 2023b).

En la figura 6 se aprecian los daños a la zona urbana de Acapulco por el huracán Otis. Esta información preliminar fue proporcionada por el programa espacial de la Unión Europea para la observación de la Tierra, que permite prevenir los impactos de las catástrofes y mitigar los efectos del cambio climático.

Con base en la información oficial del gobierno del estado, la tormenta destruyó 50 torres de alta tensión en la zona afectada, provocando la interrupción de la comunicación electrónica durante meses, dañó el servicio de luz eléctrica, e interrumpió la telefonía e internet. En consecuencia, toda la ciudad de Acapulco se vio incomunicada.

Otro sector severamente afectado fue el hotelero. De acuerdo con información oficial del gobierno del estado, 80% de los hoteles sufrió serios daños en su infraestructura y en sus instalaciones, lo que representa un severo revés a la economía local como consecuencia de la destrucción de la infraestructura urbana de Acapulco. En la figura 7 se muestran las áreas dañadas en color naranja, las zonas destruidas en color rojo, y en color amarillo las partes que posiblemente fueron dañadas.

En vista de los daños materiales que sufrió el sector hotelero, se comenzó a evacuar a los huéspedes por medio de transporte terrestre gratuito proporcionado por el gobierno de Guerrero. Se apostaron camiones afuera de los hoteles para transportar a los turistas a sus respectivos destinos: Chilpancingo, Ciudad de México y Zihuatanejo. Quien deseara transportarse vía aérea desde este punto, debido a que las instalaciones y la pista del aeropuerto de Acapulco sufrió daños considerables, por lo cual se cancelaron sus operaciones hasta nuevo aviso, podía hacerlo gracias a que el gobierno de México ofreció transporte gratuito a través de tres distintas aerolíneas que operaron desde el aeropuerto de Zihuatanejo. A partir del 27 de octubre, la Base Militar Número 7 ubicada en Pie de la Cuesta, comenzó a operar como puente aéreo para ayudar a restablecer las comunicaciones y desalojar a la población y a los turistas del puerto que desearan viajar a la Ciudad de México (Animal Político, 2023; Baena, 2023).

Uno de los sectores más seriamente dañados fue el de salud, pues la infraestructura de los hospitales fue seriamente dañada, al igual que sus instalaciones. En consecuencia, la Secretaría de Salud implementó un operativo de contingencia para manejar riesgos sanitarios en situaciones de emergencia ante el desastre y atender las necesidades de la población. Se instalaron cuatro unidades médicas móviles en Tecpan de Galeana que atendieron a los afectados del área de Coyuca de Benítez. Además, en Acapulco se colocaron brigadas de salud y unidades móviles. Tanto las unidades médicas como las brigadas y el personal desplegado en esa contingencia estaban involucrados en labores de promoción de la salud, vigilancia epidemiológica y atención médica (Rico Barrera, 2023). Sin embargo, pese a los esfuerzos que han realizado las brigadas, no ha sido suficiente para atender a un sector que fue seriamente afectado en su salud tanto física como emocional.

1.4.3. Análisis cualitativo descriptivo de los recorridos realizados en el área de contingencia

En suma, los recorridos de campo realizados permitieron identificar 12 problemas socioambientales principales derivados del huracán Otis: Éstos fueron registrados en la matriz de Vester (figura 8). Con base en la interacción de sus categorías, se construyó un plano cartesiano de influencia y dependencia entre los problemas seleccionados. En la figura 9, se aprecia un eje de coordenadas: en el eje X se situaron los valores de los activos, mientras que en el eje Y se situaron los valores pasivos. Lo anterior permitió mostrar la relación entre cada problemática, causas y sus consecuencias.

Con el análisis de los resultados de la matriz del plano cartesiano, se identificaron siete problemas críticos (problemas centrales). Los más relevantes fueron los siguientes: “P1: El impacto por el fenómeno hidrometeorológico” y “P6: Daños en la infraestructura urbana, colapso de servicios de luz y agua potable”, los cuales tienden a establecer una interrelación con el suceso causa-efecto, influyendo con los problemas “P5: Degradación del ecosistema urbano”, “P12: Falta de transporte púbico”, “P11: Pérdidas económicas”, “P2: Colapso de la infraestructura vial”, “P7: Acciones de saqueos a comercios y rapiña a casas habitación” y “P10: Suspensión de actividades educativas”.

Estos problemas constituyen la parte central de nuestro estudio, por lo que se infiere que por estar estrechamente relacionados, su atención contribuiría a mitigar otros daños que se generaban como consecuencia del fenómeno natural.

Asimismo, como problemas activos (problemas raíces) que se desencadenan de los problemas críticos se presentan los siguientes: “P8: Presencia de residuos y escombro” y “P3: Falta de seguridad pública”, que se tornan críticos si no se atienden a la brevedad.

En relación con el problema pasivo (problema efecto) “P4: Degradación de zonas de vegetación”, se encuentra próximo a volverse crítico si no se atiende a la brevedad.

En cuanto al problema indiferente (problema no relacionado) “P9: escurrimientos de aguas residuales”, posee una débil relación con la problemática crítica.

1.4.4. El fenómeno social post-Otis

Uno de los eventos más impactantes del huracán fue el saqueo de supermercados y comercios tras la devastación. El fenómeno social tuvo lugar las dos semanas subsecuentes a la tormenta, fueron los saqueros a comercios y centros comerciales. Al inicio sólo fueron alimentos perecederos y luego toda clase de mercancía (figura 10).

Las autoridades reconocieron que este fenómeno se produjo por causa del miedo y la incertidumbre sobre el abastecimiento de productos básicos, lo que provocó desorden y caos en la población, considerado típico cuando ocurre una emergencia como la tragedia que provocó el huracán Otis.

La infraestructura de los mercados, supermercados, tiendas de autoservicio y locales de venta de alimentos, estaba colapsada, por lo que la población comenzó a invadir los establecimientos y a saquearlos. Este fenómeno social generó confusión y desconcierto. No había autoridad que controlara la rapiña causada por la población que a toda costa robaba los alimentos y la mercancía que encontraba a su paso en supermercados y centros comerciales. Por desgracia, no sólo saquearon alimentos, sino que destruyeron el mobiliario y el equipo de los lugares que atracaron.

No obstante, debido a que se agotaron rápidamente los suministros, la población empezó a padecer la escasez de alimentos y agua. Entonces comenzaron las rapiñas en casas-habitacionales. Muchas casas quedaron abandonadas por sus habitantes debido a las condiciones en que quedaron para seguir habitándolas; otras más fueron cerradas y las familias se trasladaron a lugar seguros con alimentos y servicios; lo que facilitó la rapiña en esas casas-habitación.

1.4.5. Habitantes organizados acuerdan toque de queda

La escasa seguridad sobre la población se ha convertido en un grave problema en las calles. La falta de energía eléctrica complicó más la situación de inseguridad que ya se vivía, comenzó el saqueo y los constantes robos a casas-habitación, por lo que la gente comenzó a organizarse para proteger lo poco que les quedó.

Debido a la falta de seguridad, la población organizada por barrios y colonias acordó implementar un toque de queda. Las colonias que se organizaron y que implementaron toque de queda fueron Hogar Moderno, Progreso, Dragos de Puerto Marqués y Residencial los Arcos. Además, han colocado barricadas con madera, tinacos, láminas y cualquier objeto que permita cerrar el paso vehicular. Los habitantes se han organizaron para realizar guardias nocturnas, armados con palos y machetes. En consecuencia, transitar por estas calles durante la noche se tornó peligroso para las personas que no viven en las colonias donde se implementó el toque de queda como estrategia de seguridad.

1.4.6. El agua como elemento vital para la supervivencia

La falta de electricidad en toda la ciudad y en las zonas conurbadas no ha permitido el tandeo de agua potable, por lo que, desde el 24 de octubre por la noche, la población acapulqueña dejó de recibir el vital líquido, situación que se ha prolongado durante meses. El devastador huracán afectó el sistema de tuberías y las líneas de distribución, rompió los tanques de suministro y, en general, los fuertes vientos colapsaron la infraestructura hidráulica.

Las consecuencias del desabasto las ha padecido la población, que, ante la falta del servicio domiciliario, transportó el agua a pie desde los distintos manantiales, ríos y pozos artesanales que existen en Acapulco. El agua potable fue suministrada por la Secretaría de Marina y por el Ejército Nacional, que instalaron cisternas de distribución en distintos puntos de la ciudad; sin embargo, ha sido insuficiente para cubrir las necesidades de toda la población. Así que otra opción para abastecerse de agua ha sido por medio de la compra de pipas de agua, cuyo precio oscila entre 700 y 1 500 pesos, dependiendo de la zona que tengan que abastecer.

En este sentido, las protestas por la falta de agua potable se han hecho presentes en las instalaciones de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (capama). Colonos organizados han realizado bloqueos en calles y en instalaciones de este organismo público con la finalidad de que sea atendida su demanda de agua potable. De esta forma, se ha conseguido, mediante la gestión de los colonos, llevar a los hogares pipas de agua gratuita a algunos sectores de la ciudad; sin embargo, hasta la fecha el servicio de tandeo continúa de forma intermitente.

Como parte de su informe de acciones relevantes de enero a diciembre de 2023, un funcionario de la capama dio a conocer que se han invertido alrededor de 112 millones de pesos para llevar a cabo acciones referentes al agua potable: 900 035.54 pesos invertidos en tanques de agua; 7.77 millones de pesos en equipamientos hidraúlico de diversos poblados, y 50 324 485.77 pesos en una planta potabilizadora. El funcionario agregó que para atender los casos de emergencia provocados por Otis, en coordinación con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el gobierno de Guerrero, se concretaron 35 acciones, con una inversión a enero de 2024, de 34.27 millones de pesos.

Las obras más importantes fueron el desazolve y la desinfección de tanques, la rehabilitación de equipos de bombeo, la reposición de líneas de alimentación eléctrica y la reposición de bardas, techumbres, antenas de comunicación, postes, y acometidas eléctricas. Hasta enero pasado, según ese funcionario, la captación del recurso natural era suficiente para abastecer a una población de 946 697 habitantes y el líquido suministrado es de buena calidad, lo cual cumple con la norma nom-127 (La Jornada, 2024).

Sin embargo, la realidad que vive la gente local es muy distinta a la que experimentan los funcionarios de estos organismos. Hay muchas quejas y la exigencia de la población que carece de agua potable en sus hogares es persistente. Está documentado que en diversas colonias de la ciudad hay agua sólo un día a la semana, y en otras más, un solo día cada dos semanas, pero hay otras donde el suministro está suspendido desde hace meses y no cuentan con el servicio.

Ante esta problemática, el negocio de la venta de agua no se ha hecho esperar, así que se pueden encontrar publicaciones en redes sociales referente a los costos de las pipas de agua. Quien tiene los recursos económicos para comprar las pipas abastece su hogar; pero existe un sector de la población que no cuenta con el recurso económico necesario para realizar ese gasto. Por lo que, sin duda, el tema del agua potable va a seguir dando de qué hablar.

Por lo anterior, ante los desastres provocados por el huracán Otis en Acapulco, debemos aprender la lección y las experiencias, ya que, de acuerdo con Cuéllar (2023), los desastres ante fenómenos naturales, conducen a una construcción socioambiental.

1.5. Conclusiones

Lo ocurrido con el poderoso huracán llamado Otis durante la noche del 24 y la madrugada del 25 de octubre de 2023 en el puerto de Acapulco y comunidades aledañas, ha sido una verdadera tragedia en todos los aspectos. Se debe considerar como una advertencia sobre las consecuencias que provocan las acciones antrópicas negativas que han transformado el ecosistema, por la sobreexplotación de los recursos naturales que han contribuido a acelerar el cambio climático.

Los daños causados han sido devastadores; el costo económico, social y ambiental es incuantificable para el puerto de Acapulco, pues se han observado pérdidas parciales y totales en toda la infraestructura del puerto. Muchas viviendas desaparecieron, los edificios se colapsaron; en este sentido, existe la urgencia de mejorar la planeación urbana en zonas de asentamientos irregulares y de alto riesgo y de realizar un correcto ordenamiento territorial.

De igual forma, es necesario replantear las políticas ambientales con énfasis en el cambio climático que impacten positivamente en la conciencia y en la acción de la población para disminuir la contaminación y los gases de efecto invernadero, ya que las altas temperaturas en el océano y el calentamiento global provocan el cambio climático que tiene como consecuencia que se desarrollen fenómenos hidrometeorológicos como fue el huracán Otis categoría 5. A partir de este fenómeno seguramente habrá más fenómenos ambientales iguales o más extremos y violentos que el huracán Otis.

Por otro lado, todo indica que los protocolos de alerta temprana y prevención no fueron suficientes, pertinentes ni mucho menos efectivos. Considerando que sólo se contaba con algunas horas de margen para preparar y prevenir a la población sobre un posible desastre socioambiental, ese tiempo habría sido suficiente para garantizar el resguardo de la gente en refugios temporales seguros, el desalojo de la población que habita en las zonas de alto riesgo, el retiro inmediato de los trabajadores de las playas que se dedican a las actividades en los muelles, exigiéndoles suspender y abandonar sus actividades en el mar o en las playas. Faltó activar las alertas a través de protocolos claros y bien coordinados ante el inminente peligro que representaba para la población un huracán de aquella magnitud.

Es claro que los protocolos fallaron, los refugios no fueron suficientes y no estaban equipados para albergar a la población que necesitaba refugio. Se vivieron horas desgarradoras, perturbadoras y de penuria. Familias completas perdieron todas sus pertinencias y hubo una gran cantidad de pérdidas humanas por causa del siniestro.

Finalmente, una semana después de los trastornos provocados por el huracán Otis, la población quedó en completa indefensión y con una enorme incertidumbre debido a la lenta reacción de las autoridades correspondientes, que no tomaban la iniciativa para apoyarla en sus necesidades básicas de supervivencia, como agua y alimentación. Frente a la falta de iniciativa por parte de los tres niveles de gobierno, vino el desorden social, que concluyó hasta que el gobierno federal, con el apoyo del gobierno estatal, generaron las condiciones para que la gente recibiera el apoyo con base en sus necesidades prioritarias. De igual forma, se sumaron otros organismos nacionales e internacionales que contribuyeron con apoyos humanitarios. Así inició la reconstrucción de Acapulco.