3. Diagnóstico de áreas de manglar afectadas por el huracán Otis: propuesta de restauración ecológica

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Herlinda Gervacio Jiménez

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3. Diagnóstico de áreas de manglar afectadas por el huracán Otis: propuesta de restauración ecológica

Manglares de la Laguna Negra de Puerto Marqués, Acapulco, Guerrero
Fotografía: Benjamín Castillo Elías (2024, abril).

3.1. Resumen

Los ecosistemas de manglar son de vital importancia por los servicios ecosistémicos que aportan a las comunidades ribereñas anexas del municipio de Acapulco, Guerrero. El objetivo principal de este estudio fue evaluar el daño estructural que sufrieron estos ecosistemas de manglares en la Laguna Negra de Puerto Marqués y de Tres Palos, por los impactos del huracán Otis. Se utilizó una metodología cualitativa que permitió recolectar evidencias que se obtuvieron a través de recorridos a pie y en cayucos; con el apoyo de una ficha de registro se recolectaron evidencias sobre la situación que guarda este ecosistema con material fotográfico como evidencia; además se realizaron entrevistas semiestructuradas a informantes clave que viven en las localidades anexas al área de estudio. A través de imágenes aéreas de Google Earth y de la nasa se realizó un comparativo de cobertura vegetal y se obtuvieron indicadores visuales de la afectación en la superficie vegetal de las áreas de manglar más representativas de ambos cuerpos lagunares. Se determinó la relevancia espacial del ecosistema de manglar en las lagunas por medio de cartografía en formato Shape a partir de cinco años de referencia con el software qgis y con base en los resultados se diseñó una propuesta de restauración ecológica fundamentada en la ingeniería y la ecología forense. Los resultados obtenidos mostraron una enorme pérdida de cobertura de manglar en ambas lagunas; en la Laguna Negra la pérdida de este ecosistema prácticamente fue total. Se pudo documentar que los aportes de agua a este ecosistema fueron bloqueados por asolvamientos y arena, piedras, vegetación y árboles derivados, además de la enorme cantidad de residuos que están depositando dentro del área del manglar. Por otro lado, el manglar de la Laguna de Tres Palos, en la cercanía con Barra Vieja, se ha visto deteriorado en las últimas fechas debido a los rellenos del humedal y a los cambios de uso de suelo que acostumbran realizar las comunidades aledañas para cultivar coco o maíz. Se realizó una proyección hipotética aplicable en el proceso de restauración en ambos sistemas lagunares.

Palabras clave: estrategias, huracanes, manglares, restauración, protección costera.

3.2. Introducción

Los entornos naturales nos otorgan beneficios y servicios ambientales; por un lado, aportan agua, contribuyen a la generación de oxígeno y a la captación de carbono para mitigar el efecto de invernadero en el caso de los manglares. Además, aportan algunas materias primas porque de allí se obtiene el vestido, la recreación, el atractivo visual para el turismo, entre otros beneficios ecosistémicos.

Los ecosistemas de manglar se encuentran en áreas aledañas a litorales, lagunas costeras, desembocaduras de ríos, esteros y humedales. Tienen gran importancia ecológica por los diferentes beneficios ecológicos que proporcionan: estabilización y protección de las líneas costeras; son área de refugio y alimentación de diversas especies de fauna acuática y terrestre, y fungen como lugares de anidamiento de aves costeras locales y migratorias (Calderón et al., 2009); por su extensión, diversidad, composición, estructura maderable, valores ecológicos, beneficios ambientales y socioeconómicos (Castillo, Gervacio y Bedolla, 2018), los manglares son considerados humedales costeros que integran, mantienen y determinan su ambiente físico; su resiliencia natural incluye su capacidad para soportar condiciones de salinidad, desecación, inundación y su capacidad para sostenerse en sustratos inestables (Olguín et al., 2007).

El término restauración es utilizado en el caso de los manglares para referirse a cualquier proceso encaminado a restituir sus condiciones previas. Dependiendo del nivel de intervención aplicada, ésta puede ser mediante una “restauración activa”, la cual se refiere a la recuperación deliberada del sistema degradado, simulando la dinámica natural del ecosistema (sucesión natural) con la intervención de la mano del hombre, o mediante una “restauración natural o pasiva”, la cual consiste en la recuperación natural de algún sistema degradado con una nula o mínima intervención del hombre, siguiendo los principios básicos de la sucesión secundaria (Holl y Aide, 2011).

Con frecuencia, el ecosistema que requiere restauración se ha degradado, dañado, transformado o destruido totalmente como resultado directo o indirecto de las actividades antropogénicas; en algunos casos, estos impactos en los ecosistemas han sido causados por fenómenos naturales como incendios, inundaciones, tormentas o erupciones volcánicas (Moreno-Casasola y Peresbarbosa, 2006; Ochoa, 2010).

En este sentido, la restauración ecológica adquiere relevancia cuando se presenta un fenómeno hidrometeorológico como el huracán Otis cuyos impactos afectaron las áreas de manglar de las lagunas de Puerto Marqués y de Tres Palos en el municipio de Acapulco de Juárez, Guerrero, generando la pérdida de la biodiversidad y de las funciones y los beneficios ambientales que estos ecosistemas otorgan para el mantenimiento de las pesquerías locales y el equilibrio ecológico costero.

El huracán Otis no sólo dañó el arbolado de manglar, sino que también modificó el flujo hidrológico de los cuerpos lagunares de ambas lagunas; daños que han sido recurrentes a través del tiempo por la acción de fenómenos hidrometeorológicos: huracanes, ciclones, tifones o tsunamis (Herrera-Silveira et al., 2022). Ante el deterioro ecológico sobre este ecosistema surge la necesidad de realizar acciones urgentes de restauración ecológica y de conservación.

El objetivo del presente estudio fue evaluar los daños estructurales que ocasionó el huracán Otis sobre los manglares de los sistemas lagunares: Laguna Negra de Puerto Marqués y de Tres Palos y proponer acciones de restauración ecológica en las zonas afectadas, integrando la participación de las comunidades ribereñas anexas pertenecientes al municipio de Acapulco de Juárez, Guerrero.

Esta investigación es parte de los programas nacionales estratégicos (Pronaces) que promueve el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías; particularmente a) Sistemas Socioecológicos y b) Energía y Cambio Climático (conahcyt, 2023), así como los Objetivos del Desarrollo Sostenible 11, “Ciudades y comunidades sostenibles”; 13, “Acción por el clima”, y 15, “Vida de ecosistemas terrestres”, contemplados en la Agenda 2030 (onu, 2021) y enfocados en la importancia del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas para detener la degradación del medio ambiente, con la intención de mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad (unesco, 2019).

3.3. Metodología

3.3.1. Localización, descripción física y delimitación del área de estudio

La Laguna Negra de Puerto Marqués tiene una superficie de 73 hectáreas (ha) (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad [Conabio], 2020); está cubierta por mangle asociado a otro tipo de vegetación subacuática, con una profundidad media de 3.7 m; forma parte de un sistema hidrológico constituido por el río de la Sabana y la Laguna de Tres Palos; está localizada en el municipio de Acapulco de Juárez en el estado de Guerrero, México, entre la Playa de Puerto Marqués y la Playa Revolcadero; se ubica entre los meridianos 16° 47′ 16" y 17° 10′ 24" de latitud norte y los paralelos 99° 39′ 05" y 99° 53′ 48" de latitud oeste (inegi, 2022).

La Laguna de Tres Palos se ubica a 25 km al este del puerto de Acapulco entre 99° 39′ y 99° 47′ de longitud oeste y 16° 47′ y 16° 49′ de latitud norte, con una superficie aproximada de 5 500 ha y dimensiones de 16 km de longitud por 6 km de ancho. La laguna se clasifica como predominantemente oligohalina, con influencia marina en época de lluvias, cuando se abre el canal de comunicación con el mar en el poblado de Barra Vieja (Rosas-Acevedo et al., 2016; Ortiz, 2014; Mendoza et al., 2013). La laguna presenta un clima Aw1, subhúmedo; su temperatura es caliente todo el año y el mes más frío registra una temperatura no menor a 18 °C; su precipitación pluvial anual es mayor de 1 000 mm y la lluvia invernal es menor a 50 mm, finalmente, el régimen pluviométrico que caracteriza a esta zona pertenece al de la sabana o al de lluvias de verano (García, 1973).

3.3.2. Proceso metodológico

Se empleó una metodología con enfoque cualitativo, exploratoria y descriptivo con el apoyo de informantes clave (Monje, 2011; Taylor y Bogdan, 2000; Gómez, 2012; Hernández-Sampieri et al., 2018). Esta metodología se consideró adecuada para esta investigación.

El proceso de investigación se realizó en tres etapas: la primera etapa consistió en realizar un diagnóstico sobre la situación física y las afectaciones que sufrieron los manglares; este diagnóstico se realizó en las dos primeras semanas de noviembre de 2023 y contempló recorridos vía terrestre y recorridos por los canales, los cuales se realizaron en panga. Como instrumento se utilizó una ficha de registro para documentar los daños observados en este ecosistema. Además, se utilizó como herramienta de apoyo una cámara fotográfica con la finalidad de tener elementos e insumos visuales de la afectación y los daños (González, 2008).

Con la finalidad de conocer la percepción sobre los impactos a los ecosistemas de manglar por el huracán Otis, se realizaron entrevistas a informantes clave, como líderes de coperativas pesqueras y pobladores de las localidades de Puerto Marqués y San Andrés Playa Encantada.

En la segunda etapa se determinó la relevancia geoespacial del ecosistema de manglar utilizando herramientas digitales como imágenes aéreas extraídas de Google Earth (2023, 2024), nasa Earth Observatory (2023), así como datos espaciales formato Shape de Conabio (2020). El análisis se realizó con el apoyo del software qgis (2023).

Este estudio permitió obtener un comparativo de la superficie de manglar para los polígonos más representativos de ambas lagunas, con la finalidad de identificar la condición estructural de la superficie forestal de las áreas de ese manglar de ambos cuerpos lagunares antes y después de la presencia del huracán Otis.

Asimismo, para tener un comparativo de la cobertura forestal de manglar a partir de cinco años de referencia —1970, 2005, 2010, 2015 y 2020— y determinar la relevancia espacial del ecosistema en las lagunas, se utilizó la cartografía en formato Shape con sistemas de referencia utm (Universal Transversal Mercator) y coordenadas geográficas (grados, minutos y segundos) del Sistema de Monitoreo de los Manglares de México (smmm) en el Geoportal de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad [Conabio] (2020). Con esta información se realizó un análisis espacial sobre los años de referencia, diseñando un mapa general de la proyección de la cobertura a través del periodo de referencia con el software qgis (2023) Tisler v.3.24.

En la tercera etapa se realizó una propuesta metodológica de restauración ecológica para instrumentar acciones inmediatas de restauración fundada en la ingeniería y la ecología forense para la restauración de manglares (Mitsch y Jørgensen, 2003; Lindig y Zambrano, 2007; Teutli-Hernández y Herrera-Silveira, 2016; Castillo-Elías, Gervacio-Jiménez y Vences-Martínez, 2021a; 2023). La metodología contiene estrategias de restauración de manglares afectados por ciclones tropicales (Herrera-Silveira et al., 2022).

Asimismo, se diseñó un modelo de proyecto hipotético por medio de la “rueda de la restauración ecológica” que contempla seis categorías de atributos ecosistémicos (McDonald et al., 2016) con la finalidad de realizar una proyección del grado de recuperación del ecosistema a dos años.

3.4. Resultados y discusión

3.4.1. Diagnóstico sobre la situación física y las afectaciones que sufrieron los manglares

Con base en el diagnóstico realizado a través de los recorridos se documentó lo siguiente: la Laguna Negra de Puerto Marqués, en la totalidad del polígono central del cuerpo lagunar se observaron ejemplares de la especie de mangle rojo (R. mangle) que fueron derribados casi por completo, pues quedaron sólo algunos ejemplares en pie, sin ramas ni follaje, algunos trozados por la mitad y otros desramados, así como ejemplares de la especie de mangle blanco (L. racemosa) que fueron dañados en su follaje; algunos inclinados aproximadamente 45° hacia el suelo, así como diversas especies de flora asociadas a este ecosistema de manglar, tanto nativas como introducidas, que también fueron afectadas en su estructura y en su condición física.

En la Laguna de Tres Palos, particularmente en la zona sur entre el ejido San Andrés Playa Encantada y la localidad de Barra Vieja, se observó arbolado de gran tamaño del mangle negro (A. germinnans) y mangle blanco (L. racemosa) que fueron arrancados de tajo; otros más fueron ladeados. Además, una cantidad representativa de ejemplares de menor tamaño fueron aplastados por los fuertes vientos. Aun cuando se observaron con follaje, se desconoce si éstos lograrán recuperarse. Otra afectación importante fue el daño causado a raíces adventicias (neumatóforos) del mangle negro, por su importancia fisiológica para los individuos de esta especie.

Las plántulas, consideradas como futuros reemplazos de las plantas madre de esas especies de mangle, también sufrieron una gran devastación por la inundación lo que provocará su mortandad antes de alcanzar el tamaño adecuado para su supervivencia.

Además de la vegetación de manglar afectada en estos sistemas lagunares, también se dañó la flora de acompañamiento característica de selva baja caducifolia y perenne, siendo derribados completamente arbolados y arbustos, y/o cortadas sus ramas.

En este sentido, las afectaciones no son sólo ecológicas. Debido a que las comunidades ribereñas se encuentran estrechamente relacionadas con este ecosistema, los servicios ambientales y ecoturísticos que proveen a la población aledaña afectan su economía de forma directa.

Durante los recorridos en las lagunas Negra de Puerto Marqués (figura 1) y Tres Palos (figura 2), se recolectaron evidencias fotográficas de los daños observados sobre la vegetación de manglar y se determinó que la mayor afectación tuvo lugar en la vegetación de manglar de la Laguna Negra de Puerto Marqués.

La evaluación diagnóstica de los recorridos de campo en los dos cuerpos lagunares permitió identificar la superficie de manglar dañada y las modificaciones en los flujos hídricos de esos cuerpos lagunares, los cuales se observaron azolvados después de la llegada de Otis.

Los daños observados en campo sobre los manglares de estos dos cuerpos lagunares, afectaron su estructura, su composición y su biomasa, generando la pérdida de cobertura forestal (biomasa), defoliación, mortandad de arbolado maduro cuyos individuos fueron arrancados de tajo o trozados por la mitad, cambio en la dominancia de especies por causa de la sucesión ecológica secundaria posterior a la degradación por el huracán y la apertura de áreas espaciales en el ecosistema de manglar.

Figura 1. Manglares afectados en la Laguna Negra de Puerto Marqués

Fotografías: Benjamín Castillo Elías.

Figura 2. Evidencias de manglares afectados en la Laguna de Tres Palos

Asimismo, se produjo la afectación en la hidrología por la interrupción del flujo de agua provocada por el material vegetal y los sedimentos acumulados, lo cual redujo el nivel de inundación, principalmente en la Laguna Negra de Puerto Marqués.

De igual forma, hubo algunos cambios en la topografía de los sitios por causa de la gran cantidad de árboles, ramas y sedimentos acumulados que obstruían el flujo de agua por los principales canales de salida.

La afectación antes mencionada presentó las condiciones de degradación del ecosistema de manglar siguiendo el patrón descrito por Herrera-Silveira et al. (2022) en su estudio sobre daños a los manglares causados por huracanes.

3.4.2. Percepción socioambiental de las comunidades estudiadas

Con la finalidad de identificar la percepción que tienen las comunidades ribereñas aledañas a estos ecosistemas sobre el problema, se organizaron reuniones con informantes clave en cada sistema lagunar. En el caso de la Laguna Negra de Puerto Marqués, se contactó y se realizó entrevista con el representante de una cooperativa de servicios ecoturísticos (figura 3), quien manifestó su desconcierto por el fenómeno natural tan agresivo pues nunca antes habían vivido esta experiencia; señaló que la destrucción total de la superficie de manglar de la laguna los dejó desprovistos de su fuente de ingresos, ya que su labor consiste en prestar servicios ecoturísticos mediante paseos en lancha en las áreas de manglar representativas de esta laguna, por lo cual quedó vulnerable su economía local y manifestó su interés por participar en las acciones para la recuperación del sitio natural.

De igual forma, agregó que no sólo la flora de manglar fue afectada, sino también diversas especies de fauna acuática asociada a esta especie, considerando que habita un número considerable de ejemplares de cocodrilo de río (Crocodylus acutus), diversas especies de tortugas dulceacuícolas y aves acuáticas de diferentes especies.

Figura 3. Entrevista con informante clave en la Laguna Negra de Puerto Marqués

Fotografía: Herlinda Gervacio Jiménez.

Con base en lo anterior, esta laguna requiere acciones de compensación ambiental y de restauración ecológica asistida, de acuerdo con las directrices que se citan en el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación de octubre de 1998 (Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, 1988), instrumento normativo que faculta al gobierno de Guerrero y al municipio de Acapulco a implementar estrategias para mantener las condiciones ecosistémicas óptimas del sistema lagunar, y, de ser necesario, implementar la restauración ecológica que garantice la conservación y la protección de esta área natural.

Por otra parte, en la Laguna de Tres Palos se contactó y se entrevistó al representante de una cooperativa pesquera de la localidad de San Andrés Playa Encantada (figura 4). El informante se mostró preocupado por esta devastación a la zona de manglar, ya que, al ser su actividad principal de trabajo la pesca ribereña y al afectarse los manglares, esto ocasionó la baja en la producción de especies de pesca comercial, debido a su desplazamiento a otros sitios que no sufrieron gran afectación por el fenómeno natural. No obstante, sí está afectando la economía de la comunidad por la baja en la captura de pesca comercial.

De acuerdo con lo anterior, en esta zona de manglar afectada, de acuerdo con datos de la Conabio (2020), se encuentran ubicados los dos polígonos de mayor superficie de manglar de todo el sistema lagunar, con 123 y 56 hectáreas, respectivamente. Con base en este análisis, es necesaria la promoción, en esas dos superficies de la Laguna de Tres Palos, para decretarlas como áreas de conservación voluntaria (advc) atendiendo las directrices de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (conanp, 2023).

Figura 4. Entrevista con informante clave en la Laguna de Tres Palos

Fotografía: Herlinda Gervacio Jiménez.

En caso de que se establezca una advc en este sistema lagunar, se obtendrán los diversos beneficios ambientales que las áreas de conservación ofrecen, como la captación de carbono, atractivos turísticos y zonas de refugio para otras especies de flora y fauna silvestre.

3.4.3. Relevancia geoespacial del ecosistema de manglar

3.4.3.1. Laguna Negra de Puerto Marqués

La Laguna Negra de Puerto Marqués, de acuerdo con datos de la Conabio (2020), antes de la ocurrencia del fenómeno hidrometeorológico Otis, contaba con una superficie de alrededor de 73 hectáreas de bosque de manglar (figura 5); tras el impacto del huracán, quedó devastada toda su superficie vegetal y dañadas las dos especies de mayor representatividad registradas: el mangle rojo (Rhizophora mangle) y el mangle blanco (Laguncularia racemosa). Por lo anterior, de acuerdo con Herrera-Silveira et al. (2022), restaurar un ecosistema de manglar afectado por fenómenos hidrometeorológicos implica un proceso metodológico de gran magnitud, sobre todo en este sistema lagunar afectado por el huracán Otis.

Figura 5. Superficie de manglar en Laguna Negra de Puerto Marqués antes del huracán Otis

Fuente: elaboración propia con el software qgis (2023) y datos de la Conabio (2020).

Esta laguna es considerada un humedal urbano y existe un acuerdo por el que se destina al gobierno del estado de Guerrero el inmueble conocido como Laguna Negra de Puerto Marqués, municipio de Acapulco, Guerrero, publicado en el Diario Oficial de la Federación en octubre de 1998 (Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, 1988), lo que supone que para su rescate se requiere el apoyo de los tres órdenes de gobierno.

Las imágenes de Google Earth muestran un comparativo de la superficie de manglar del polígono principal más representativo de la zona de manglar de la Laguna Negra de Puerto Marqués.

En mayo de 2023, cinco meses antes del huracán Otis, se podían observar las condiciones en las que se encontraba la cobertura forestal del manglar estudiado, donde aparentemente su follaje y su estructura son saludables, como se aprecia en la figura 6.

Figura 6. Imagen aérea captada antes de huracán Otis (mayo de 2023)

Fuente: Google Earth (2023).

Al hacer el comparativo del antes y el después del huracán Otis, en la figura 7 se pueden observar las condiciones en las que quedó la cobertura forestal del manglar de este ecosistema lagunar.

Figura 7. Imagen aérea captada después del huracán Otis (noviembre de 2023)

Fuente: Google Earth (2023).

Sin duda, la imagen muestra la capacidad de destrucción con la que azotó el fenómeno hidrometeorológico a la zona costera pues devastó prácticamente toda la cobertura de manglar que existía allí, lo que contrasta de manera clara con lo observado unos meses antes de la llegada del fenómeno natural.

Los manglares, considerados como barreras biológicas contra fenómenos hidrometeorológicos, fueron rebasados por los fuertes vientos que alcanzó este huracán. Los costos, sin duda, serán muy elevados para la restauración ecológica, además de que hay que considerar una metodología apropiada para lograr el éxito de esa restauración ecosistémica. Otra de las problemáticas detectadas es la falta de información pública y de conocimiento sobre los costos y los procesos técnicos de restauración. Ese es un factor determinante para la intervención en estos ecosistemas costeros. De acuerdo con estudios de Castillo y Gervacio (2021) y Herrera-Silveira et al. (2022), los proyectos de restauración ecológica son caros; normalmente son financiados por fundaciones, organizaciones no gubernamentales y dependencias de gobierno. En este contexto, sin duda está involucrado el sector gubernamental, las empresas privadas y los actores locales y regionales interesados. Y, desde luego, las comunidades vecinas a estos ecosistemas costeros.

Antes del huracán Otis, este cuerpo lagunar presentaba ciertas problemáticas de degradación y contaminación las cuales, a través del tiempo, han sido abordadas en diversos estudios científicos: calidad del agua (Robles et al., 2000; Dimas, Ortiz y Ortega, 2017; Juárez et al., 2019), y producción primaria en el manglar y su relación con algunas variables fisicoquímicas del agua (Sierra-Cortés et al., 2019) que han evidenciado altos niveles de contaminación por agentes químicos derivados de actividades antrópicas.

3.4.4. Cobertura de manglar en los periodos 1970, 2005, 2010, 2015 y 2020

En relación con el análisis de la extensión de bosque de manglar en la Laguna Negra de Puerto Marqués, con base en cinco años de referencia: 1970, 2005, 2010, 2015 y 2020: se obtuvo que en 1970 era de 195 ha; en 2005 la superficie de manglar disminuyó drásticamente a 141 ha, con una pérdida de 54 ha; en 2010 continuó disminuyendo a 84 ha, con una pérdida de 57 ha. En 2015 el manglar siguió disminuyendo a 78 ha, pues perdió otras 6 ha; finalmente, en 2020 la laguna contaba con una superficie de 73 ha, habiendo perdido durante todo ese periodo de tiempo una superficie total de 123 ha, tal como se consigna en la tabla 1.

Tabla 1. Cambios de cobertura de manglar en años de referencia, en Laguna Negra de Puerto Marqués, Guerrero

Fecha (año) Superficie (ha) Perdida (ha) Ganancia
1970 835
2005 909 74
2010 806 103
2015 544 262
2020 585 40

Fuente: elaboración propia con datos de la Conabio (2020).

En la figura 8 se observa cómo fue el proceso de disminución de la cobertura de manglar de 1970 a 2020. En este último año se contaba con una representatividad de tres polígonos de cobertura de manglar que, en conjunto, representan una superficie de 73 ha, superficie que durante el fenómeno hidrometeorológico huracán Otis fue devastada en su totalidad.

Figura 8. Cobertura de manglar de 1970 a 2020, Laguna Negra de Puerto Marqués, Guerrero

Fuente: elaboración propia con el software qgis (2023) y datos de la Conabio (2020).

La disminución radical de la cobertura de manglar observada en esos años se debe al incremento poblacional, a la abertura de caminos y calles pavimentadas, así como al incremento inmobiliario de casas-habitación, hotelería, condominios y restaurantes, los cuales se han extendido sin ningún control, ganando terreno a este sistema lagunar, lo que agravó la problemática en octubre de 2023 por los efectos del huracán Otis; todo en su conjunto ha contribuido al desplazamiento de la flora y la fauna propia de este ecosistema.

3.4.5. Laguna de Tres Palos

En 2020 la Laguna de Tres Palos, antes del paso del huracán Otis, contaba con una superficie total de aproximadamente 585 ha de bosque de manglar, de la cual dos polígonos representaban la mayor cobertura (figura 9), el primero con 123 ha y el segundo con 56 ha (Conabio, 2020). Estos dos polígonos de mayor superficie de cobertura de todo el sistema lagunar se ubican en la parte sureste de la laguna. Ambas superficies se encuentran fuera del alcance de la mayor actividad antrópica, lo que ha permitido mantener conservada su estructura.

Figura 9. Superficie de manglar en la Laguna de Tres Palos antes del huracán Otis

Fuente: elaboración propia con el software qgis (2023) y datos de la Conabio (2020).

Al realizar los recorridos in situ en esos dos polígonos se observaron ejemplares de mangle negro (Avicennia germinans), de mangle blanco (Laguncularia racemosa) y de mangle botoncillo (Conocarpus erectus) los cuales se doblaron y se trozaron y algunos fueron arrancados de tajo; otros más se mantuvieron en pie y resilientes. En este sentido, la especie de mangle negro fue la más afectada en la zona de San Andrés Playa Encantada, que se encuentra en el polígono con 56 ha de superficie de manglar.

En relación con el comparativo que se realizó de la superficie de manglar de estos dos polígonos, a través de las imágenes de Google Earth, detectamos una considerable disminución de la superficie forestal del polígono con 56 ha y su contraste del antes (figura 10 [15 de septiembre de 2023]) y el después (figura 11 [29 de febrero de 2024]) de la presencia del huracán Otis; así como del polígono con 123 ha contrastando el antes (figura 12 [15 de septiembre de 2023]) y el después (figura 13 [29 de febrero de 2024]) del huracán.

Figura 10. Imagen aérea captada antes de huracán Otis (15de septiembre de 2023)

Fuente: Google Earth (2023).

Figura 11. Imagen aérea captada después de huracán Otis (29 de febrero de 2024)

Fuente: Google Earth (2024).

Figura 12. Imagen aérea captada antes de huracán Otis (15 de septiembre de 2023)

Fuente: Google Earth (2023).

Figura 13. Imagen aérea captada después de huracán Otis (29 de febrero de 2024)

Fuente: Google Earth (2024).

Este sistema lagunar de Tres Palos, antes del huracán Otis, presentaba problemáticas socioambientales, las cuales han sido reportadas por estudios científicos basados en análisis químico-biológicos para determinar su estatus trófico (De la Lanza et al., 2008); de producción pesquera comercial (Gil, Violante y Rojas, 2008); de producción de manglar en viveros (Castillo, Gervacio y Vences, 2021b), y en análisis ecosistémicos de desarrollo regional (Castillo y Gervacio, 2021).

3.4.6. Cobertura de manglar en los periodos 1970, 2005, 2010, 2015 y 2020

La extensión de bosque de manglar en la Laguna de Tres Palos, a partir de cinco años de referencia: 1970, 2005, 2010, 2015 y 2020, fue la siguiente: en 1970 era de 835 ha; en 2005 aumentó a 909 ha, con una ganancia de 74 ha; en 2010 disminuyó drásticamente a 806 ha, una pérdida de 103 ha; en 2015 el manglar disminuyó a 544 ha, pues perdió 262 ha; finalmente, en 2020, la laguna contaba con una superficie de 585 ha, lo que significó una ligera ganancia de superficie de 40 ha. En sintésis, durante todo ese periodo de tiempo se perdió una superficie total de 251 ha (tabla 2).

Tabla 2. Cambios de cobertura de manglar en años de referencia en la Laguna de Tres Palos, Guerrero

Fecha (año) Superficie (ha) Pérdida (ha) Ganancia
1970 195
2005 141 54
2010 84 57
2015 78 6
2020 73 6

Fuente: elaboración propia con datos de la Conabio (2020).

La disminución de la cobertura de manglar observada en esos años (figura 14) fue consecuencia del incremento poblacional, del establecimiento de caminos y calles pavimentadas, así como también a los sectores agrícolas y pecuarios que se empiezan a extender y del incremento de la actividad inmobiliario que se empieza a extender en la periferia de ese sistema lagunar.

Finalmente, a través de estos análisis de relevancia espacial se interpretó el estado de salud de la cobertura vegetal general en las áreas de manglar de ambas lagunas costeras. Se observó el cambio en la superficie forestal conforme transcurrían los años de 1970 a 2020, sumándose la degradación de estos cuerpos lagunares por causa del fenómeno natural huracán Otis en octubre de 2023.

En cuanto al comparativo general que se realizó del antes (figura 15) y el después (figura 16) del huracán Otis en el municipio de Acapulco, Guerrero, las imágenes satelitales de la nasa Earth Observatory (2023) mostraron que la vegetación en general se deterioró tanto en la selva baja caducifolia como en las zonas de manglar, visualizando el cambio en el contraste de coloración verde a coloración café como consecuencia de la falta de cobertura foliar de la vegetación después del fenómeno hidrometeorológico Otis.

Es indudable que el paso del huracán Otis es consecuencia del cambio climático, el cual trajo consigo la afectación a la flora y a la fauna asociada a los manglares, así como también generó daños sociales y sanitarios, como la generación de residuos, incendios de basura y materia vegetal seca, levantamiento de polvo, y escasez de agua potable, alimentos y servicios básicos, entre otros.

Figura 14. Cobertura de manglar de 1970 a 2020, Laguna de Tres Palos

Fuente: elaboración propia con el software qgis (2023) y datos de la Conabio (2020).

Figura 15. Antes del huracán Otis (21 de septiembre de 2023)

Fuente: nasa Earth Observatory (2023).

Figura 16. Después de huracán Otis (31 de octubre de 2023)

Fuente: nasa Earth Observatory (2023).

Asimismo, este huracán afectó otras áreas naturales de protección natural como el Parque Nacional El Veladero, el Parque Bicentenario y la Isla de la Roqueta, compuestos por selva baja caducifolia, que también fueron severamente afectadas, incluida la vegetación urbana.

3.4.7. Propuesta metodológica de restauración ecológica

Con base en los resultados obtenidos en esta investigación, se realizó una propuesta técnica de acciones inmediatas de restauración ecológica, basada en la metodología de la Society for Ecological Restoration (ser, 2004); la Comisión Nacional Forestal-Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Conafor-Semarnat, 2010); Gann et al. (2019); la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (conanp, 2020); Castillo-Elías, Gervacio-Jiménez y Vences-Martínez (2021a); Botello (2022); Herrera-Silveira et al. (2022), y la Comisión Nacional Forestal (Conafor, 2023), por considerar que es la más adecuada para el diseño de un proyecto integral de restauración ecológica. Esta metodología contempla tres etapas: planeación, instrumentación y monitoreo (figura 17).

Figura 17. Procedimiento general de restauración ecológica

Fuente: elaboración propia con datos de Lindig y Zambrano (2007).

Etapas de la propuesta (con proyección a dos años):

A. Actividades de gabinete y administrativas

  • Justificación, objetivos, metas, alcances, financiamiento y monitoreo.
  • Trámite de avisos y permisos ante las autoridades correspondientes.
  • Convocar a reunión de trabajo a los actores clave: Semarnat, Profepa, Conagua, Semaren, Propaeg, Conafor, Dirección de Ecología Municipal, Sector Salud Estatal y Federal, Sector Académico y pobladores de la zona, con el fin de tomar decisiones colegiadas respecto de esta problemática y dar pronta solución.
  • Impulsar la participación comunitaria en el proceso de restauración ecológica de sitios degradados de manglar que requieran recuperar los servicios ambientales como una acción que contribuya a la mitigación del cambio climático, mediante la impartición de talleres para capacitar a los pobladores de las comunidades adjuntas a la zona de estudio sobre las técnicas y los métodos de restauración ecológica de sitios degradados, con la finalidad de que conozcan su importancia y se involucren en las diferentes acciones de restauración ecológica.
  • Aspectos sociales y económicos de las localidades anexas al sitio degradado.

B. Actividades ambientales

  • Caracterización y descripción del sitio degradado.
    • Identificar la afectación de la superficie forestal afectada, principalmente de las especies de mangle.
    • Definir la estructura o línea base y ecosistema de referencia.
  • Indicadores de hidrología, topografía, calidad del agua y sustrato y dinámica de nutrientes.
    • Microtopografía del sitio.
    • Diagnóstico de todo el embalse del estero (cuenca) para identificar el comportamiento del flujo hidrológico y determinar acciones para restaurar.
    • Hidroperiodo in situ.
    • Análisis in situ de parámetros físico-químicos de agua intersticial y superficial (pH, temperatura [°C], salinidad [ups], potencial redox [mV], conductividad [mS/cm]).
    • Análisis físico-químico de suelo (nitrógeno total, fósforo, tex-tura, pH, materia orgánica, densidad aparente, contenido de humedad).
  • Vegetación y fauna asociada al ecosistema degradado.
  • Arbolado muerto y material verde dañado: cálculo del volumen maderable del arbolado y de la materia vegetal muerta y su remoción como medida de saneamiento para evitar incendios forestales en la próxima época de estiaje, o asignándole utilidad doméstica entre los lugareños.
  • Determinar la composición estructural de la vegetación en la zona de manglar a través de un muestreo y mediante los indicadores ecológicos de diversidad biológica y forestal (área basal [dap]; ivi [fa, da, fr, dr, Dom y Dom_rel]; diversidad, riqueza de especies, curvas de acumulación, afinidad entre unidades de muestreo y volumen maderable (Ortiz y Carrera, 2002; Mora, 2003; Bautista et al., 2004; Ramos et al., 2004; Castillo, Gervacio y Bedolla, 2018).
  • Rescate de las plántulas de mangle que se están desarrollando en el estero y que no han sido afectados para evitar su muerte y su traslado a un vivero temporal para su reubicación posterior.
  • Recolección de semillas, frutos y/o esquejes para producción de planta en vivero.
  • Selección del sitio a restaurar.
  • Reforestación del área a rehabilitar.
  • Monitoreo a través del seguimiento y la evaluación de acciones de restauración.

Cabe señalar que para recuperar los bosques de manglar afectados se requiere una restauración asistida para luego dar paso a la restauración pasiva para que la propia naturaleza lleve a cabo en mediano plazo su recuperación.

Posteriormente a la implementación de acciones de restauración ecológica en los sitios seleccionados se fomentará el monitoreo participativo in situ en la zona intervenida de manglares para verificar la situación actual del proceso de restauración.

Esta propuesta se fundamenta en estudios similares que se han realizado sobre este mismo ecosistema en distintas condiciones de degradación. La que aquí se propone responde a la perturbación por un fenómeno natural, mientras que Castillo-Elías, Gervacio-Jiménez y Vences-Martínez (2021a; 2023) han considerado acciones de restauración ecológica en áreas afectadas por actividades antropogénicas.

La propuesta de restauración de las áreas de manglar de las lagunas Negra de Puerto Marqués y de Tres Palos se enfoca en generar un impacto positivo en la reconstrucción de su condición ecosistémica; asimismo, en las localidades ribereñas que colindan con estos sistemas lagunares se incentivará la economía local, propiciando oportunidades de creación de proyectos ambientales productivos sustentables que alternarían con las actividades convencionales y beneficiarían el entorno ecológico.

3.4.8. Proyección hipotética de intervención de restauración ecológica

Se realizó un modelo de proyecto hipotético de reconstrucción aplicable al ecosistema de manglar para cada sistema lagunar, con una proyección para un periodo de dos años, utilizando la “Rueda de la restauración ecológica” propuesta por McDonald et al. (2016). La proyección considera la evaluación de seis categorías de atributos ecosistémicos: 1) ausencia de amenazas; 2) condiciones físicas; 3) composición de especies; 4) diversidad estructural; 5) funcionalidad ecosistémica, y 6) intercambios externos, cada una con tres subatributos. Esta rueda permitió ilustrar el grado de recuperación del ecosistema bajo tratamiento a lo largo de dos años y emplea una escala de evaluación con niveles de 1 a 5 estrellas (puntaje).

La escala de prioridades de la “Rueda de la restauración ecológica” va del 1 al 5, donde lo número 1 y 2 representan la mayor prioridad en acciones de restauración asistida, seguidos del 3, que implica es una prioridad intermedia, mientras que los números 4 y 5 denotan menor exigencia y consideran, acciones de restauración pasiva.

Por lo anterior, en caso de implementarse la restauración ecológica, el presente modelo hipotético servirá como ejemplo para alcanzar el éxito en caso de la intervención, considerando las condiciones particulares de cada sistema lagunar, sus diferentes problemáticas actuales y sus remanentes.

3.4.9. Ejemplo hipotético para la Laguna Negra de Puerto Marqués

Para la intervención en la Laguna Negra de Puerto Marqués, la “Rueda de la restauración ecológica” contempla los elementos ecosistémicos necesarios para un proceso de rescate (figura 18). En caso de intervenir este sistema lagunar se tendrían los siguientes resultados favorables:

  1. Todas las amenazas adyacentes gestionadas o mitigadas en baja medida.
  2. Sustrato estabilizado dentro del área de distribución natural que favorecería el crecimiento de la biota característica (caso similar a la Laguna de Tres Palos).
  3. Se tendría un subconjunto de especies nativas clave (por ejemplo, ~25% de la referencia) que se establecen en proporciones sustanciales del sitio; considerando una amenaza muy baja en el sitio por parte de especies indeseables.
  4. La mayoría de los estratos están presentes, así como algunos patrones espaciales y la complejidad trófica en relación con el sitio de referencia.
  5. Evidencia sustancial de funciones y procesos clave que comienzan, incluida la reproducción, la dispersión y el reclutamiento de especies.
  6. Conectividad para mejorar los intercambios positivos (y minimizar los negativos) organizados a través de la cooperación con las partes interesadas y de la configuración del sitio.

Figura 18. Proyecto hipotético de reconstrucción para la Laguna Negra de Puerto Marqués

Fuente: elaboración propia a partir de McDonald et al. (2016).

Para que esta proyección cumpla con las metas ecológicas de restauración del ecosistema de manglar se deberán considerar dos escenarios: el primero (escenario emergente) tiene que ver con un paisaje que fue degradado por la acción del fenómeno hidrometeorológico huracán Otis, y el segundo (escenario constante) con otros componentes antes del fenómeno hidrometeorológico.

  1. Escenario ante afectaciones emergentes actuales derivadas del huracán Otis. Composición, estructura y funcionalidad, pérdida de cobertura forestal (biomasa), defoliación; mortandad de arbolado maduro, cambio en la dominancia de especies a causa de la sucesión ecológica secundaria posterior a la degradación por el huracán, apertura de claros en el ecosistema de manglar, afectación en la hidrología con la interrupción del flujo de agua por el material vegetal y de sedimentos acumulados, cambios en la topografía de los sitios por causa de la gran cantidad de árboles, ramas y sedimentos acumulados que obstruían el flujo de agua por los canales principales de salida.
  2. Escenario ante afectaciones constantes. Aquellos que ya estaban afectando el ecosistema antes del huracán Otis, constantes desde hace varios años, como la contaminación del agua por agentes químicos y metales pesados; el relleno y asolvamiento del humedal por materiales pétreos (sedimentos y arena, escombro, residuos urbanos, entre otros); la tala clandestina y excesiva de vegetación de manglar, y la invasión de terrenos ganados al humedal por asentamientos o infraestructura antrópica.

La “Rueda de restauración ecológica” propuesta para la Laguna Negra requiere un nivel de estrellas menor (1-3) para incentivar una recuperación mayor mediante un proceso de restauración activa, teniendo en cuenta las siguientes categorías y subatributos: 1) condiciones físicas: subatributos: física y química del sutrato y fisicoquímica del agua; 2) composición de especies: subatributos: animales deseados y especies no deseadas; 3) diversidad estructural: subatributos: todos los estratos vegetales y todos los niveles tróficos; 4) funcionalidad ecosistémica: subatributos: hábitat e interacciones y resiliencia/reclutamiento; 5) intercambios externos: subatributos: flujos de paisaje, flujos génicos y conectividad y 6) ausencia de amenazas: subatributos: sobreexplotación, especies invasoras y contaminación. Estos son los puntos más críticos que hay que considerar en un proyecto de restauración ecológica.

3.4.10. Ejemplo hipotético para la Laguna de Tres Palos

En caso de intervenir en Laguna de Tres Palos aplicando la “Rueda de restauración ecológica” (figura 19), se tendrían los siguientes resultados favorables:

  1. Todas las amenazas adyacentes gestionadas o mitigadas en un grado intermedio.
  2. Un sustrato estabilizado del área de distribución natural que favorece el crecimiento de la biota característica (caso similar a la Laguna Negra de Puerto Marqués).
  3. Una diversidad sustancial de biota característica (por ejemplo, ~60% de la referencia) presente en el sitio. No hay amenaza en el sitio por parte de especies indeseables.
  4. Todos los estratos presentes. Patrones espaciales evidentes y complejidad trófica sustancial en desarrollo, en relación con el ecosistema de referencia.
  5. Evidencia de funciones que comienzan; por ejemplo, ciclo de nutrientes, filtración de agua y provisión de recursos de hábitat para una gran variedad de especies.
  6. La conectividad aumenta y los intercambios entre el sitio y el entorno externo comienzan a ser evidentes (por ejemplo, más especies, más flujos, entre otros).

Para llegar a este resultado se plantearon metas ecológicas de restauración del ecosistema de manglar en un paisaje que fue degradado por la acción del fenómeno hidrometeorológico huracán Otis y otros componentes constantes antes del fenómeno natural.

  1. Escenario ante afectaciones actuales derivadas del huracán Otis. Composición, estructura y funcionalidad, pérdida de cobertura forestal (biomasa), defoliación, mortandad de arbolado maduro, cambio en la dominancia de especies a causa de la sucesión ecológica secundaria posterior a la degradación por el huracán, apertura de claros en el ecosistema de manglar, afectación en la hidrología con la interrupción del flujo de agua por el material vegetal y de sedimentos acumulados, cambios en la topografía de los sitios por causa de la gran cantidad de árboles, ramas y sedimentos acumulados que obstruían el flujo de agua por los canales principales de salida.
  2. Escenario ante afectaciones constantes. Aquellos que ya estaban afectando el ecosistema antes del huracán Otis, como la contaminación del agua por agentes químicos y las aguas residuales; el relleno y asolvamiento del humedal por materiales pétreos (sedimentos y arena, escombro, residuos urbanos, entre otros); la tala clandestina y excesiva de vegetación de manglar; la sobre explotación de recursos pesqueros, y la invasión de terrenos ganados al humedal por asentamientos o infraestructura antrópica.

Figura 19. Proyecto hipotético de reconstrucción para la Laguna de Tres Palos

Fuente: elaboración propia a partir de McDonald et al. (2016).

En el caso de la Laguna de Tres Palos se requiere un nivel de estrellas mayor (3-5) en el proceso de restauración pasiva, debido a que las condiciones que afectan y han afectado al ecosistema no son tan marcadas, teniendo en cuenta las siguientes categorías y subatributos: 1) condiciones físicas: subatributos: física del sutrato y fisicoquímica del agua; 2) composición de especies: subatributos: especies no deseadas; 3) diversidad estructural: subatributos: todos los estratos vegetales y todos los niveles tróficos; 4) funcionalidad ecosistémica: subatributos: hábitat e interacciones y resiliencia/reclutamiento; 5) intercambios externos: subatributos: flujos de paisaje, flujos génicos y conectividad. Estos son los puntos más críticos que hay que considerar en un proyecto de restauración ecológica.

Esta propuesta hipotética de intervención para la restauración de los humedales costeros deberá atender las directrices citadas en las diferentes especificaciones de la nom-022-semarnat-2003 (Semarnat, 2003), que establece la implementación de acciones de protección y restauración de éstos encaminadas a mantener sus procesos ecológicos, así como a restablecer en lo posible el tipo de bosque y estructura forestal original evitando la pérdida de ésta y su dinámica hidrológica.

Asimismo, el proyecto de restauración de manglares deberá ser avalado científica y técnicamente por un grupo colegiado de académicos expertos en restauración ecológica.

De esta forma, para restaurar las superficies de manglar afectadas es fundamental el vínculo entre las dependencias medioambientales de los tres órdenes de gobierno, con la participación de la comunidad, de las organizaciones no gubernamentales y de la academia, ya que esta sinergia permitirá lograr los objetivos trazados en el proceso de restauración ecológica (Castillo y Gervacio, 2021).

Asimismo, debe existir la transparencia en cuanto a la implementación de ese procedimiento, y debe informarse a la sociedad en general del proceso de intervención, de acuerdo con estudios de Castillo y Gervacio (2021) y Herrera-Silveira et al. (2022), los proyectos de restauración de manglares en su mayoría no son difundidos públicamente ni su monitoreo ni la información sobre el éxito de las intervenciones. Sólo se citan informes ejecutivos de la aplicación de recursos en las actividades de restauración sin mayores detalles.

3.4.11. Foros para socializar la propuesta de restauración

Una vez estructurada la propuesta técnica de acciones inmediatas de restauración, el 30 de noviembre de 2023 participamos en el foro Diálogos por la Reconstrucción y/o Construcción de un Nuevo Acapulco, en el área temática 3, “¿Cómo atender o reconstruir los efectos del huracán Otis, en su dimensión ambiental?”, organizado por la Universidad Autónoma de Guerrero con sede en Chilpancingo, Guerrero (figura 20), que tuvo la finalidad de recoger propuestas que serían tomadas en cuenta por el gobierno estatal a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno del Estado de Guerrero (semaren). En este foro se presentó el diagnóstico sobre los hallazgos en la zona afectada del manglar, así como las recomendaciones y la propuesta técnica de restauración, que incluyó la metodología por implementar en la zona degradada. La presentación se enfocó en la propuesta encaminada a instrumentar una restauración como estrategia para resarcir el daño sobre la cobertura forestal de los manglares de ambos sistemas lagunares, a través de la implementación de acciones urgentes de restauración ecológica para la reconstrucción de la condición ecosistémica y de conservación de ese recurso forestal. Dicha presentación se denominó “Evaluación y restauración de los manglares de la Laguna Negra de Puerto Marqués y de Tres Palos en Acapulco, Guerrero, deteriorados por el paso del huracán Otis”.

Figura 20. Presentación de la propuesta en el foro Diálogos por la Reconstrucción y/o Construcción de un Nuevo Acapulco

Fotografía: Herlinda Gervacio Jiménez.

De febrero a marzo de 2024 la propuesta se presentó en otros foros virtuales para darla a conocer a los grupos de diferentes sectores de la sociedad: ambientalistas, académicos, funcionarios de gobierno y ong, en la mesa “Resiliencia y medio ambiente: Otis”, específicamente en la submesa sobre restauración marino-costera: “Restauración de manglar”. En estas mesas participaron integrantes de diferentes organizaciones, como la Universidad Nacional Autónoma de México, Asociación de Colonos del Fraccionamiento Las Brisas, Reforestamos México, unesco, Centro Mexicano para la Filantropía, A. C., Habla Bien de Aca, A. C., Jardín Botánico de Acapulco, Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, Vatos del Mar, Sistémico A. C., Renovación Urbana Ambiental, S. A. de C. V., Reforestamos, Comité Social Acapulco Coyuca, Cerrando el Ciclo, A. C., Fundación Plantta, Asociación Mexicana de Reciclaje de Residuos de Construcción y Demolición, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Dirección de Cultura de Paz, U. S. Green Chamber of Commerce-México, Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo, Centro Nacional de Prevención de Desastres, Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional Guerrero, Posgrado en Geografía y Gestión Territorial del cipes-Acapulco de la Universidad Autónoma de Guerrero, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Asociación Mexicana de Arboricultura, Centro de Ciencias de Desarrollo Regional de la Universidad Autónoma de Guerrero, Colectivo Mar de Fondo y Fundación 100% Natural (figura 21).

Asimismo, el 29 de abril de 2024 se presentó la propuesta de restauración de ecosistemas de manglar para Guerrero en el foro Diálogos para la Transformación de la Investigación, Ciencia y Tecnología, con incidencia Social en Guerrero, organizado por la Universidad Autónoma de Guerrero.

Figura 21. Reuniones virtuales de trabajo de la mesa “Resiliencia y medio ambiente: Otis”

Fuente: Benjamín Castillo Elías (captura de pantalla).

El interés de los distintos sectores de la sociedad por participar en acciones que coadyuven a la pronta recuperación de Acapulco ha permitido contar con distintas estrategias, distintos puntos de vista, así como diferentes formas de ayudar a la recuperación del manglar, lo que definitivamente ha sido muy provechos para lograr el objetivo común de apoyar a la pronta recuperación de Acapulco y restaurar los ecosistemas de manglar que fueron dañados, y por ende, apoyar la economía de las comunidades que dependen de los beneficios ambientales de estos ecosistemas.

3.5. Conclusiones

Antes de la ocurrencia del fenómeno hidrometeorológico Otis, las áreas de manglar del municipio de Acapulco ya se consideraban vulnerables debido a que se localizan en las proximidades de la zona urbana. En consecuencia, son afectadas por las actividades antropogénicas. El grado de afectación se incrementó con la llegada del huracán Otis. Las constantes perturbaciones de estos ecosistemas se recrudecieron por el fenómeno natural que impactó una superficie considerable de ambas lagunas costeras.

La Laguna Negra de Puerto Marqués presentaba una mayor afectación en su estructura por lo que requiere una restauración asistida. Aun cuando la zona de manglar de la Laguna de Tres Palos sufrió una afectación menor, no deja de ser importante su atención a través de una restauración inmediata de condición pasiva.

Debido a que las actividades antrópicas son constantes en esas áreas lagunares, contribuyen a la vulnerabilidad de sus ecosistemas, arriesgando la presencia de una sucesión ecológica secundaria, lo que tiene como consecuencia el desplazamiento del sistema ecológico del manglar y su sustitución por otro tipo de flora que no aportaría los mismos beneficios ambientales, con el riesgo de que se siga perdiendo una parte representativa de la superficie de manglar.

A seis meses del paso del huracán Otis, ninguno de los sectores de la sociedad ha realizado actividad alguna para la restauración ecológica. Sólo se han organizado diversas reuniones en las que no se ha llegado a acuerdos favorables. A pesar del tiempo transcurrido este ecosistema es resiliente ante la degradación. De manera natural esos sitios degradados están expuestos a un proceso de sucesión ecológica secundaria, lo que, en consecuencia, implica el riesgo de que se produzca la colonización por vegetación agresiva no nativa, la cual puede llegar a desplazar a la vegetación local, con el mismo riesgo de que se siga perdiendo una parte representativa de superficie de manglar.

Los ecosistemas de manglar en Guerrero, particularmente en Acapulco, no son una prioridad para el gobierno en sus tres niveles. A pesar de las diferentes reuniones que se han llevado a cabo no se ha diseñado una directriz para intervención mediante la restauración ecológica.

Los ecosistemas de manglar son valiosos por los servicios ecosistémicos que aportan; son considerados como barreras biológicas contra tormentas tropicales, reducen significativamente las inundaciones terrestres y son los principales captadores de carbono. A pesar de su resiliencia y sus bondades de este ecosistema, no se les ha dado la importancia y el cuidado que les permita su subsistencia natural.

Los impactos antrópicos que se ejercen sobre los manglares podrían deteriorarlos o acabar de destruirlos. De ahí la importancia de poner estos ecosistemas en el centro de la discusión y del debate nacional, para que las autoridades pasen del discurso a la acción, aplicando las medidas necesarias para su protección y su preservación.

Otra necesidad urgente es que las comunidades se hagan cargo del cuidado de este ecosistema que les aporta beneficios económicos, ambientales y de paisaje. Desafortunadamente esas comunidades son las que están realizando la depredación hormiga, o vendiendo los terrenos donde existe manglar a los consorcios para construir desarrollos habitacionales, o simplemente despejan áreas de manglar para la siembra de maíz o palmas de coco.

Las consecuencias de lo anterior están a la vista. El huracán Otis es el preludio de otras tormentas igual o más agresivas y si no se toman medidas radicales de protección a estos ecosistemas, el impacto de esas tormentas será más devastador para las zonas costeras, como ocurrió en Guerrero y, particularmente, en Acapulco.

3.6. Referencias

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