V. Gobernanza y su relación con el desarrollo turístico en la administración municipal

https://doi.org/10.52501/cc.120.05


Natali Carolina Rubi Fernández


Delia Gutiérrez Linares


Dimensions


V. Gobernanza y su relación con el desarrollo turístico en la administración municipal

Natali Carolina Rubi Fernández*
Delia Gutiérrez Linares**

DOI: https://doi.org/10.52501/cc.120.05

Resumen

La gobernanza es considerada una herramienta que contribuye a mejorar las interacciones entre estructuras y procesos en el ejercicio del poder con la toma de decisiones —donde intervienen diversos actores— que ha tenido una gran aceptación en diferentes ámbitos de la administración municipal. Para el caso de esta investigación se analiza el enfoque administrativo en redes y la relación con el sector turismo, como acción que ha impulsado diversas oportunidades de poner en marcha nuevas prácticas gerenciales en zonas donde se promueven actividades turísticas en México. En este contexto, el presente capítulo tiene como finalidad analizar los inicios, conceptos, teorías y enfoques de la gobernanza y su reconocimiento desde diferentes perspectivas de estudios en la materia. Se inicia con el estudio de la gobernanza, el cual se enfoca en las características y vertientes del concepto, resaltando la utilización de la red de actores como uno de sus principales enfoques y, posteriormente, se procede al análisis de los destinos turísticos, sus características y tipos. Por último, se destaca la relación entre ambos y el impacto que puede generar en la administración municipal en México.

Palabras clave: administración pública, gobernanza, turismo, red de actores.

En México la actividad turística ha tenido un importante desarrollo en lo que va del siglo xxi, “[…] es uno de los países líderes del turismo, con más de 20 millones de turistas al año” y, de acuerdo con Benseny (2007: 13), el turismo se ha consolidado en diferentes vertientes como lo es el turismo de sol y playa, arqueológico, de compras, alternativo (naturaleza), de cruceros y turismo cultural”. De ahí que a partir de 1960 el Estado se centra en la planificación del turismo, creando centros turísticos tradicionales y centros turísticos integralmente planificados y, en general, en la implementación de políticas para su promoción. Y justo en este sentido se retoma el estudio de la gobernanza como una herramienta que promueve e impacta de manera positiva en el impulso al desarrollo turístico en el país.

La importancia de estudiar estos términos en la administración pública consiste en retomar los elementos básicos de la gobernanza para lograr la participación ciudadana y contar con una visión integral para la construcción de políticas públicas que incorporen los intereses de los diversos actores y mediar así las decisiones para el beneficio común en relación con la actividad turística en México.

En este sentido, se reconoce que el turismo ha sido una actividad económica que ha impulsado el gobierno para beneficiar y explotar de manera racional las riquezas naturales en las diferentes modalidades que se ofrecen y que siguen dando ese potencial económico y social. Por ello, como parte de las nuevas visiones gubernamentales para el crecimiento y desarrollo de las acciones que promuevan el turismo se hace uso de herramientas que mejoren la capacidad de acción en la toma de decisiones en las políticas públicas y/o gubernamentales en un contexto social unificado a través del denominado “triángulo de hierro”, referido como la asociación entre sector público, privado y social (Arellano, 1998).

De tal manera, la gobernanza contribuye a la utilización en la asociación de estos tres sectores como nueva forma de visión y herramienta ante la gestión pública a través de simplificar procesos de regulación y de intervención de los poderes públicos y de facilitar la toma de decisiones del resto de agentes sociales, sobre los económicos, y a través de un conjunto de procesos e instituciones que determinan la forma en que se ejerce el poder, para desarrollar los recursos económicos y sociales con transparencia y eficacia (Maya, Ferrusca y Campos, 2019: 115).

Por esa razón, la participación de la red turística permitirá el mejor desempeño en la gestión y toma de decisiones para llevar a cabo proyectos y estrategias que mejoren y conserven el fomento turístico de la zona, explotando los recursos necesarios de manera sustentable y adecuada para que no sean actividades aisladas que detengan el crecimiento turístico, ya que con esta visión se fortalecen los vínculos en los sectores público, privado y sociedad. De manera que al tener una visión integrada de los actores que convergen en la actividad turística, se permite conformar nuevas herramientas de capacitación y actuación para resolver diversas problemáticas.

Por consiguiente, la nueva visión político-administrativa que pretende abordar esta investigación se centra en la gobernanza como herramienta que integra un enfoque sustancial en la relación de participación de diversos actores para una mejora en la toma de decisiones, teniendo una participación estrecha entre éstos y creando un sistema de redes en cierto territorio. Así, para el caso que compete a la investigación, se observa que la gobernanza juega un papel importante en la creación y relación de vínculos dentro de estas actividades para obtener una propuesta metodológica basada en la gobernanza turística aportando a su desarrollo.

En este sentido, se analiza el concepto de la gobernanza como proceso integral en el desarrollo de las actividades turísticas teniendo en cuenta la revisión del surgimiento y desarrollo de gobernanza en la administración pública y cómo se han relacionado en el impulso al sector turístico en México, resaltando la utilización de la red de actores como uno de sus elementos primordiales.

Metodología

El trabajo que se presenta tiene como objetivo analizar el contenido del concepto de gobernanza desde la perspectiva de estudio en la administración pública municipal y su relación con el impulso al desarrollo del turismo en México. A partir de las propuestas de diversos autores se realiza el análisis y comprensión de conceptos y enfoques, así como la construcción de la relación que se da entre ellos.

El enfoque de la investigación es de tipo exploratorio, analítico y descriptivo. Para ello se divide en tres apartados, el primero, referido de manera breve a la Nueva Gestión Pública (ngp) contexto donde surge la idea de la gobernanza. Se analiza el concepto desde visiones como De la Garza (2010), Whittingham (2011), Launay (2005) y Quintero (2017), entre otros. El segundo apartado consta de la exploración del concepto de turismo en México, tipos, retos y aciertos de esta actividad en el país y se hace una revisión en el contexto de la administración pública con relación a las actividades turísticas. En el tercer apartado se analiza la relación entre la visión de gobernanza y el turismo en la administración municipal. Finalmente, se describen las conclusiones parciales y la discusión del capítulo referente a lo revisado entre la gobernanza, el turismo y la administración pública.

Resultados

Surgimiento: la Nueva Gestión Pública (NGP) y su relación con la gobernanza

Después de la crisis del Estado benefactor1 (paternalista) y el cambio de paradigmas, el nuevo Estado regulador surge en un escenario donde la democratización y modernización juegan un papel importante en el espacio. Y, tras esta lógica, el hecho de gobernar de manera integral forma parte de un acto de políticas donde puedan funcionar y dar cabida a la autosuficiencia. El Estado ya sólo es parte de ciertas intervenciones a redes y organizaciones que necesiten subsistir a los nuevos ambientes, recursos y espacios que se desarrollan en el contexto.

Aguilar (2008) menciona que la ngp surge en una reforma de Estado, de benefactor a regulador, a partir de programas de modernización y democratización, incluyendo entre sus principios básicos la participación ciudadana en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas. De esta forma se propició la instauración de mecanismos para la elección de los gobernantes, dando un voto de confianza a las autoridades y empresas privadas para promover el desarrollo de servicios de mejor calidad dentro del territorio (De la Garza, 2010).

Es decir, estas nuevas prácticas fomentan la participación ciudadana y su democracia para así cumplir con la capacidad de actuación ante las nuevas necesidades y dinámicas, de tal manera la ngp ante la visión de un Estado con nuevas intervenciones y retos, principalmente la recuperación de la confianza de sus ciudadanos, fomenta la participación de éstos a través de la democratización, surgiendo de esta manera nuevos conceptos, como la gobernanza.

Una visión hacia la conceptualización de la gobernanza

La nueva visión de gobierno entra al contexto en busca de la eficiencia y eficacia. Los resultados y la legitimidad estaban en juego, por eso a través de prácticas gerenciales buscaban impulsar la credibilidad de los actores económicos para subsistir dentro del sistema. Desde ese enfoque, la gobernanza se asocia a la perspectiva de la sociedad civil igualitaria y de confianza, las redes de políticas (instituciones e individuos) son la forma emergente de la gobernanza para resolver problemas sociales. En este sentido, la gobernanza surge como un nuevo estilo de gobierno, una herramienta para alcanzar y mejorar las metas en los servicios públicos distintos a los modelos de control jerárquico que se encontraban en los gobiernos, entonces, la cooperación entre las administraciones públicas, actores sociales y privados en las políticas públicas se ha fomentado, aceptando que el Estado no es el actor dominante en los procesos decisionales.

La gobernanza ha tomado importancia a partir de la búsqueda de la transformación y mejora en la administración pública, con medidas de gestión y planificación. Bustos (2008) describe el concepto de gobernanza como la creación de redes de cooperación y coordinación entre los actores implicados en las áreas de relevancia (concertación de actores). Entonces, la gobernanza implica esa cooperación e involucramiento de los actores que intervienen en el área de interés, por ejemplo, el turismo, que es un sector con actores e intereses específicos.

Por otro lado, Whittingham menciona que

[…] la gobernanza son las interacciones entre los distintos actores políticos, y entre sus intereses, que reflejan la calidad de un régimen político e impactan la calidad de vida del sistema como un todo y de los individuos que lo conforman. Así, se relacionan para conformar una red que permita la capacidad de mejorar y estructurar una toma de decisiones con intereses colectivos. (Whittingham, 2011: 222)

En otras palabras, para que exista gobernanza se deben de llevar a cabo acuerdos que favorezcan la participación de las representaciones públicas, privadas y de la sociedad, y realizar un ejercicio de democracia y de cooperación para las actividades públicas que impacten favorablemente en la vida social, siendo éste el fin último de las actividades gubernamentales. Integrar en el proceso a los actores permite conocer su realidad y efectuar una planeación acorde al contexto que se requiere trabajar.

De acuerdo con Launay se define a la gobernanza como el arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía (Launay, 2005: 92).

De esta manera, la integración en el desarrollo de estos tres ámbitos —el social, el económico y el público— forma parte primordial de la nueva visión que ofrece la gobernanza en aras de implementar y mejorar la forma en la que los gobiernos toman las decisiones, contemplando cada escenario en las tres vertientes como primordiales en su capacidad de acción. En este sentido, los actores que intervienen en la dinámica social, económica y gubernamental, así como la parte territorial, son importantes en el actuar frente al contexto que se presenta.

Kooiman utiliza tres conceptos básicos para entender la gobernanza actual: interacción, acción y estructura, y divide la primera en tres tipos: interferencias (de corte económico y esporádicas, tales como las de mercado), interacciones (sociales, horizontales y repetidas en el tiempo) e intervenciones (jerárquicas y a modo de acción político-gubernamental). La acción corresponde al hacer de los actores en un marco institucional y organizacional en relación con los tres fenómenos societales que enfrentan (complejidad, diversidad y dinamismo) al interactuar entre ellos. (Quintero, 2017:41)

Es decir, Kooiman refiere el concepto a la participación de los actores y la interacción e intervención que tienen dentro de las actividades, de forma organizada y en relación con la complejidad de la red de acuerdo con su categoría e influencia en la toma de decisiones. Entonces, la gobernanza en sentido amplio es el reflejo del descontento en el fallo de la administración pública, que permite una visión más compleja y multinivel que pretende considerar a los actores que intervienen en la toma de decisiones para encontrar un equilibrio entre la participación y las decisiones.

En este sentido, se identifican los enfoques que retoma la gobernanza con base en Silke y Kriesi (2010).

  1. Jerarquías: formas jerárquicas organizadas en forma vertical y estructuras de mercado de forma horizontal.
  2. Red de actores: redes de actores para diferentes formas de relaciones entre actores públicos y privados.
  3. Toma de decisiones: patrón complejo de interacciones entre actores públicos y privados en los procesos de toma de decisiones. De esta manera, se observa que las redes de gobernanza forman parte de ese entramado y organización que define la importancia de las relaciones entre los distintos actores para intervenir de manera jerárquica, empírica y en patrones para los procesos en la toma de decisiones e intervenir de manera estructurada en los intereses mutuos de los actores. En este sentido, queda claro que la gobernanza es una visión holística que compromete la multidisciplinariedad para el beneficio y desarrollo de las actividades que competen a la administración pública dentro del territorio.

Así, en el afán de progreso, se ha expuesto esta visión en diferentes ejes sociales, económicos y políticos. Uno de éstos es el caso del turismo, que a través del involucramiento de los diferentes actores que integran la red en este ámbito se incrementa la capacidad de beneficio y actuación para la toma de decisiones en el impulso micro y macro social-territorial del turismo en diversos contextos.

El acercamiento al turismo: conceptos, perspectivas y estudios en México.

De acuerdo con diversos autores, el turismo es un concepto que se utiliza y se estudia desde diferentes vertientes. Para el caso que compete, se dirige al lector al estudio del concepto y en un segundo momento a la promoción de una actividad participativa de actores involucrados para el desarrollo de metas turísticas, la intervención y democracia activa de los actores que intervienen en la toma de decisiones.

Por lo anterior, para entender la relación entre los actores con el turismo, primero se realiza una revisión al concepto.

En 1942 Hunziker y K. Krapf definían el turismo como “la suma de fenómenos y de relaciones que surgen de los viajes y de las estancias de los no residentes, en tanto no están ligados a una residencia permanente ni a una actividad remunerada. Más adelante, se define por Burkart y Medlik “como los desplazamientos cortos y temporales de la gente hacia destinos fuera del lugar de residencia y de trabajo y las actividades emprendidas durante la estancia en esos destinos” (Sancho, 2008: 45).

Asimismo, la Organización Mundial del Turismo (omt) define el turismo como “[…] actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año con fines de ocio, por negocios y otros” (omt, 1991: 3).

En este sentido, el turismo es definido por autores y organizaciones como los viajes realizados por las personas contemplando el tiempo, la distancia y el tipo de viaje. Y dentro de estos viajes, existen distintos tipos de turismo que se dividen en dos grandes clasificaciones de acuerdo con Ibáñez y Rodríguez (2012), uno es el turismo tradicional (sol y playa, actividades culturales en grandes ciudades y de esparcimiento en lugares con lujosa infraestructura) y otro el turismo alternativo (ecoturismo, turismo de aventura y/o deportivo, rural, cultural, agroturismo y turismo cinegético), éstos, a su vez, permiten determinar la apropiación del lugar, es decir, los viajeros se identifican a través de estos espacios y actividades simbólicas como resultado de los desplazamientos a lugares diferentes del espacio donde conviven con frecuencia.

Por otro lado, Boullón, explica el “[…] sistema turístico desde el punto de vista de sus componentes, como el encuentro de la oferta y la demanda turística a través del proceso de venta del producto generado por la estructura de producción turística” (Morillo, 2011: 150). Asimismo, de acuerdo con Acerenza (2001), Álvarez et al. (2001) y Gurría (2004), el turismo constituye un “[…] sistema compuesto por un conjunto bien definido de relaciones, servicios, e instalaciones […] denominadas como subsistemas que permiten satisfacer las necesidades de los turistas permanentes o temporales” (citado en Morillo, 2011: 152).

Entonces, el turismo es el viaje que realizan las personas a diversos lugares, propiciando con ello la apropiación y disfrute, que es lo que les permite conectar con el lugar de destino. De esta manera, las actividades turísticas influyen en la forma de relación entre los ciudadanos, el territorio y el gobierno a través de la participación de éstos dentro de las responsabilidades y vínculos entre actores que dependen directa e indirectamente del turismo. Por esta razón, la importancia de contemplar una visión integral en las actividades turísticas para beneficio de los habitantes, viajeros, empresas y sector gubernamental resulta esencial.

De este modo, se estudian los actores que conforman la gobernanza turística que, de acuerdo con Pulido (2014: 101), son los siguientes:

  1. Organizaciones públicas
  2. Empresas turísticas
  3. Emprendedores
  4. Intermediarios turísticos
  5. Residentes
  6. Universidades, organismos de investigación y asesoramiento
  7. Proveedores de productos y servicios turísticos
  8. Interlocutores sociales
  9. Turistas
  10. Otros actores

Entonces, el turismo debe tener una buena organización y distribución de los recursos y los beneficios sociales que permita la inclusión y participación de la esfera social, privada y pública, logrando mediar las necesidades e intereses de todos. Interpretando lo anterior, las actividades turísticas tienen una importante relación con la integración de políticas gubernamentales y/o públicas dentro del territorio que le compete. En relación con esto, el turismo se estudia para este contexto desde una visión de las ciencias administrativas que se describe a continuación.

El turismo y la perspectiva público-administrativa desde la teoría

Cada disciplina enfoca el interés de la actividad turística en relación con su campo de estudio, y es así como las prácticas gubernamentales han transformado y apropiado la actividad al campo gubernamental y a partir de esto se crean nuevos mecanismos de actuación a través de políticas y formas de administrar el ejercicio turístico.

La administración, de acuerdo con Fernández (2009), es servir u ofrecer algo a otro o administrar a través de una serie de etapas que dirigen al logro de objetivos y metas. Esta administración puede ser pública (ejercicio de función administrativa en la prestación de servicios públicos) o privada. La actividad administrativa se observa en diferentes formas que son: Centralización (un titular al mando del poder, coacción y designación), Desconcentración (transferencia de facultades de un órgano superior a otro inferior) y Descentralización (transferir de un punto central de toma de decisiones a un conjunto de atribuciones).

Estas prácticas en la administración se realizan a través de la delegación de poder o concentración de éste en órganos del sector público y a voluntad de las organizaciones del Estado hacer cumplir esas facultades que les son impuestas. De tal modo que la administración es conformada por estructuras e instituciones que realizan procesos sistematizados que le permiten cubrir las demandas y actividades para el desarrollo social, territorial, económico y ambiental, entre otros.

Entendiendo así que a partir de la acción gubernamental se ha propiciado el desarrollo de las actividades, y específicamente el de las turísticas en los territorios, incentivando a partir de políticas, programas y proyectos dichas actividades. Para este caso, se realiza una revisión del turismo en México y las prácticas de la administración pública.

México es uno de los países con un pasado cultural pleno y rebosante de historia desde civilizaciones antiguas, cuenta con gran variedad de riquezas naturales que permiten visualizar paisajes colmados de tradición y riqueza cultural, su gastronomía es amplia y variada, y cuenta además con abundantes etnias que conforman la sociedad. Esto ha dado pauta a la vinculación cultural con la apertura de actividades turísticas en el desarrollo económico impactando en la sociedad y el territorio, pero principalmente en las reformas gubernamentales en la creación de organismos y organizaciones vinculadas con este tipo de actividades (Linares y Todd, 2005).

Desde 1946, con el presidente Miguel Alemán, México comenzó a contemplarse como país con gran oportunidad para financiar esta “industria sin chimenea” a partir de la Comisión Nacional de Turismo. Para la década de 1960 Gustavo Díaz Ordaz manifestó que “[…] el turismo no debería ser visto por la parte económica, sino para que el hombre aprenda y conozca sobre el otro”, promovió obras carreteras y aeropuertos en beneficio del turismo como trascendencia de la diversidad cultural y la creación de políticas turísticas. En la década de 1970 se fundó el Fondo de Promoción e Infraestructura Turística (Infratur), además, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), asimismo, se incorpora la Ley Federal de Fomento al Turismo y otra acción importante fue la creación de la Secretaria de Turismo (Sectur) (Linares y Todd, 2005).

Durante los años 1976 y 1982 se facultó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (shcp) para asignar estímulos fiscales en las inversiones turísticas. Además, se publicó el Plan Nacional de Turismo como estrategia para el impulso a las actividades turísticas y el Sistema Nacional de Planeación Turística (Sinplatur). Y en las décadas de 1980 y 1990 el auge del turismo continuó con la captación de la industria privada y la creación de infraestructura en nuevos centros turísticos y la promoción de los recursos naturales (Linares y Todd, 2005). Para inicios del año 2000 el Fonatur y la omt diseñaron esquemas de reactivación e inversión turística para dar mayor empleabilidad a la ciudadanía que se encuentra en ciudades con potencial turístico. Y para 2004 la Sectur y la Secretaría de Medio Ambiente, Agricultura y Desarrollo Social (Semarnat) en unión con la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas aprobaron la firma del “Convenio General de Colaboración Interinstitucional para el Desarrollo del Ecoturismo y el Turismo Rural” con la finalidad de impulsar los recursos naturales, su conservación y aprovechamiento racional para el desarrollo de ciertas comunidades (indígenas y rurales) y la actividad turística (Linares y Todd, 2005).

Como se ha mencionado, la diversidad cultural y tradicional de cada lugar hace apropiaciones específicas culturales y tradicionales en cada territorio, de esta manera, a la par que se fomenta el turismo también se desarrollan estilos clave en cada territorio para resaltar las características de las actividades turísticas y así aprovechar los recursos naturales y materiales de cada lugar.

Ante este escenario, las reformas y la creación de nuevos organismos facilitan las implementaciones de políticas, programas y/o proyectos encaminados a una actividad específica en un territorio determinado, destacando las características propias que permiten su distinción. Así, el desarrollo del turismo en México es influenciado primeramente por la administración pública a través de la descentralización de actividades y atribuciones a cada territorio considerando un marco normativo que garantiza el aprovechamiento, promoción y desarrollo de las actividades turísticas.

Por otro lado, la creación de nuevos organismos públicos que regulen y se encarguen de fortalecer la parte turística y que se enfoquen en áreas de especialidades turísticas, como lo fue el caso, en su momento, de la creación de fondos, organismos y dependencias encaminadas al impulso y promoción del turismo. Además, leyes y normas que permiten garantizar la creación de planes y programas para la planeación de actividades y recursos para los bienes y servicios públicos en relación con la promoción e impulso del turismo. En ese marco de acción, la administración pública está facultada para desarrollar actividades que beneficien a la sociedad en el territorio que habitan, por eso, las reformas y la creación de organismos junto con la firma de convenios permite el flujo de actividades concretas, en este caso turísticas, que son actividades que le competen a la administración. Sin embargo, estas facultades necesitan descentralizarse y potenciar casos concretos.

De este modo, las dependencias concentraron la responsabilidad de actividades en organismos descentralizados para la activación de autonomía local y favorecer las competencias en materia de administración municipal que se contempla en el artículo 115 constitucional, donde faculta en el inciso I. a cada municipio de ser gobernado por ayuntamientos de conformidad de manera exclusiva (cpeum, 2021). Así, las administraciones públicas municipales ejecutan programas turísticos en coordinación con el poder Federal y Estatal, pero resaltando los atractivos turísticos y aprovechando de manera sustentable2 los recursos naturales y materiales del territorio municipal.

La administración pública municipal y el turismo

La delegación de actividades administrativas con capacidad local ha permitido un desarrollo de las particularidades dentro del territorio y el turismo no es la excepción. Explotar de manera adecuada los recursos naturales y materiales permite potenciar un desarrollo favorable y único para captar la atención y sentido de pertenencia de los visitantes.

El orden municipal, el rol del actor socio-institucional gira en torno a cuestiones vinculadas con la planificación, promoción, desarrollo físico de la actividad, provisión de infraestructura básica, relevamiento y puesta en valor de recursos tanto naturales como culturales presentes en el territorio local, elaboración de material informativo turístico y el estudio de la demanda, concienciación y capacitación turística (Benseny, 2009: 36).

Se limita la participación local en el empalme de objetivos y metas jerárquicas de los poderes Estatal y Federal. Aun así, en la parte municipal se asume el compromiso de fortalecer la atracción turística y consolidar los recursos culturales, naturales y materiales que aporten y beneficien al turismo.

Estos objetivos de la administración municipal en actividades turísticas crean impactos a nivel económico, sociocultural y ambiental. Y por eso “están autorizados para dar seguimiento, monitorear, capacitar, gestionar” (Leiva, 1997: 16). De esa manera, se obtiene información verídica y actualizada para que los planes municipales tengan relevancia en las prácticas y dinámicas implementadas.

Es así como la administración pública municipal a través de etapas, fases y ciertas actividades fomenta el desarrollo turístico, y a partir de estas formas de administrar (centralizada o descentralizada), se crean límites y atribuciones para cada municipio, lo que ha permitido un desarrollo y promoción del turismo. Sin embargo, aún hacen falta visiones que tengan capacidades holísticas.

Algunos problemas locales que se encontraron es que, a pesar de identificar las fortalezas territoriales y explotarlas de manera sustentable y consciente, la administración pública enfrenta retos como el bajo presupuesto en los gobiernos, alineación de perspectivas a medio y largo plazo, así como la rigidez legal y administrativa, la conciencia con otros sectores locales que intervienen en el turismo, la accesibilidad de bienes y servicios, difusión de la oferta turística, falta de mecanismos en turismo y equilibrio entre los actores e intereses (Navarro, 2019: 11-12).

Se hace complicada la formulación y consenso entre los recursos, los reglamentos y la participación de actores dentro de la administración pública y el turismo. Pero el turismo municipal debe ser capaz de establecer grupos de interés con objetivos comunes y organizar la participación de los actores involucrados, de tal modo que la administración debe ser competente para integrar las nuevas visiones gerenciales. Además, se habla sobre la necesidad de contar con municipios turísticos que provean los servicios necesarios en sus centros urbanos y que más de administrar proporcionen equitativamente los servicios y bienes turísticos para el beneficio de los actores que lo integran. Potenciar con responsabilidad la producción turística e implementar las políticas públicas necesarias para el funcionamiento adecuado de la actividad.

Uno de los paradigmas más sobresalientes dentro de la administración pública en estos tiempos ha sido la visión de gobernanza, cuestionando y, principalmente, definiendo el papel del gobierno en la toma de decisiones y en la coordinación con los sectores privados, sociedad organizada y ciudadanos a través de la democratización en la toma de decisiones.

En términos turísticos, la gestión pública consiste en observar, investigar y proponer mejoras de gestión para las distintas organizaciones que trabajan por el turismo desde diferentes instancias de gobierno. De acuerdo con Velasco los posibles ámbitos de trabajo en la gestión turística se clasifican en: (a) estructuras administrativas, las cuales sugieren un cambio en los procesos, profesionalización de áreas, nuevos modelos, rompimiento de paradigmas; (b) racionalización de la normativa mientras ésta se oriente a la simplificación y coordinación de los procesos administrativos turísticos; (c) recursos humanos con gestión dirigida al desarrollo de políticas de personal (sistemas de motivación y de control de responsabilidades para el personal que labora en organizaciones públicas o mixtas); y (d) transparencia y rendición de cuentas (Hernández, 2020: 80).

De este modo, la importancia del estudio en la nueva visión administrativa es dar paso a modelos de intercambio en la toma de decisiones, favorecer las necesidades e intereses de los integrantes en el sector turístico y de esta manera fortalecer la legitimidad y acción entre los organismos turísticos, la sociedad y el sector privado para un impacto positivo en los territorios.

La administración pública ha tenido durante varios años el absoluto control en la toma de decisiones, las reformas y políticas públicas en el tema de las diferentes actividades turísticas en el país, influenciando así el desarrollo de esta actividad. Del mismo modo, la creación de organismos y la realización de actividades vinculadas al sector han dado pauta al surgimiento de reglas formales y dependencia en la administración municipal.

Es así como la descentralización en la administración pública es parte fundamental para la delegación de responsabilidades a cada uno de los territorios que con intereses y recursos diferentes pueden tomar acción bajo su propio contexto. Además, la administración pública ha retomado nuevas visiones del sector privado de tipo gerencialista, lo que ha renovado la forma de gobernar. Ante esta situación era necesario retomar estas nuevas perspectivas para que la administración, más allá de recuperar la credibilidad en sus procesos sea partícipe de un gobierno eficaz y eficiente como lo integra la gobernanza y que sea capaz de crear vínculos estrechos con la sociedad y con el sector privado para mediar los intereses de los actores involucrados en el turismo.

No sólo hace falta tomar el rol de jerarquía y plantear objetivos y metas desde el “escritorio”, se trata de involucrar democráticamente la influencia de los sectores en la toma de decisiones para satisfacer y mediar las demandas de los actores. En este sentido, la nueva visión político-administrativa se centra en la gobernanza como herramienta que integra un enfoque sustancial en la relación de participación de actores sociales, privados y públicos para una mejora en la toma de decisiones, teniendo una participación estrecha entre éstos y creando un sistema de redes en cierto territorio.

Así, generar una red de actores permite una mejor toma de decisiones para el crecimiento, desarrollo e impulso de la actividad turística, pero también el beneficio social y particular de los involucrados en el turismo, ya que cada uno de los actores toma un papel relevante en la decisión final, por eso es necesario mediar los beneficios individuales para beneficiar a todos en la red. De tal manera que contemplar una visión de gobernanza turística dentro del contexto de lo local impactará de manera precisa en el quehacer y aun en la integración en la participación de proyectos turísticos en los municipios.

Por esa razón, la participación activa de la red turística permitirá el mejor desempeño en la gestión y toma de decisiones para llevar a cabo proyectos y estrategias que mejoren y conserven el fomento turístico tradicional y convencional de los contextos locales, explotando los recursos necesarios de manera sustentable y adecuada para que no sean actividades aisladas que detengan el crecimiento turístico. Ya que esta visión fortalece los vínculos en los sectores público, privado y social, y permite dar seguimiento a las carencias y aciertos en el ámbito turístico.

Asimismo, abordar la visión municipal permite conocer los territorios locales y tener un antecedente para poder aplicar y modificar de acuerdo con cada contexto los nuevos enfoques de participación e integración que permite la gobernanza, las nuevas redes fomentan la toma de decisiones mediáticas y fortalecen las relaciones y acciones para el desarrollo.

Por último, plantear nuevas visiones con herramientas aplicadas a las gestiones públicas, y principalmente locales, favorece la buena relación gobierno-sociedad, fortaleciendo la confianza en la toma de decisiones dentro de las administraciones, así como en proyectos y programas implementados. Entonces, estudios de la relación administración municipal y turismo son necesarios para implementar y desarrollar en un contexto específico herramientas que permitan el uso adecuado de los recursos.

Conclusiones

El análisis de la gobernanza y su relación con la actividad turística cobran gran relevancia en la nueva visión gubernamental para la toma de decisiones soportada en la participación ciudadana entrelazada en redes. El cambio de reformas y de paradigmas en la administración pública se dio a partir del descontento y la pérdida de confianza de los ciudadanos ante la respuesta nula o ineficiente de las autoridades, motivo por el cual el gobierno busca nuevas visiones para recuperar la credibilidad y evitar los descontentos de la población.

La reforma de un gobierno paternalista a uno regulador crea esta visión de corte gerencialista en la administración pública impulsando el gobierno eficiente, valioso, descentralizado y democrático. Ante estas transformaciones la división en el sector público, sector privado y social en la toma de decisiones jugó un papel fundamental en la creación de políticas públicas y gubernamentales. Ante este contexto, surge la gobernanza, que permite el reconocimiento y fortalecimiento de la integración de actores en la toma de decisiones, creando redes de actuación en la formulación de acciones y políticas encaminadas al bien común con igualdad y confianza en la resolución de problemas e intereses. Por tal motivo, se ha procurado su uso en la administración pública como herramienta que permite el logro de metas a través de un conjunto de actores y cooperación entre el sector público, el sector privado y la sociedad (organizaciones sin fines de lucro e individuos) para una mejor gestión y planificación en los procesos.

Así, autores como Bustos (2008), Whittingham (2011) y Launay (2005) estudian la gobernanza como una manera de gobernar democráticamente, a través de interacciones entre distintos grupos de actores, los cuales pueden conformar una red de concertación para mediar entre los objetivos y la toma de decisiones turísticas, logrando así equilibrar de manera duradera la red de actores en beneficio de todos, aun cuando las administraciones gubernamentales cambien de partido o líder.

En este sentido, la administración pública ante la visión de la gobernanza permite a través de la descentralización retomar acciones de manera particular en cada territorio para fortalecer la democracia y la autonomía permitiendo a los diferentes niveles de gobierno tomar bajo sus propios criterios las acciones que permitan explotar de manera sustentable los recursos con los que cuenta cada uno. En una de estas particularidades se encuentra la actividad turística, que es definida como ese viaje que realizan las personas para conectar con la naturaleza y culturas a través de nuevas actividades en un lugar distinto a su residencia. Por eso, el contexto debe de tomar particular sentido de pertenencia con los viajeros, y en esta promoción turística se necesita crear —a partir de normas, leyes y reglamentos en las actividades— servicios que permitan el desarrollo de la actividad.

Además, la legalidad de las actividades debe dar pauta a la democracia y solidaridad dentro del territorio donde ésta se practica. De ese modo, a través de la gobernanza y de la actividad turística, la administración pública forma parte importante en la toma de decisiones para llevar a cabo de manera mediática una apertura al diálogo y al consenso entre los actores que intervienen en la actividad.

Pero, sobre todo, impulsando el desarrollo de la actividad turística en un ambiente particular y en un contexto holístico y democrático con una participación ciudadana activa y que fomenta la mediación ante la gobernanza utilizada como herramienta de la administración pública municipal que nace de una visión gerencialista en la ngp.


Bilbliografía

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