V. La minera Capela de Peñoles

https://doi.org/10.52501/cc.068.05


Tomás Bustamante Álvarez


Dimensions


V. La minera Capela de Peñoles

El siglo xxi es el de la minería moderna en Guerrero. Junto al turismo es la actividad económica con la que participa activamente esta región suriana de México en los procesos del capitalismo mundializado. En el caso de la minería, lo hace mediante tres grandes empresas mineras trasnacionales: Peñoles, Lea Gold y Torex Gold. La primera de origen mexicana y las segundas canadienses. Algunos elementos que caracterizan a estas empresas son los que se exponen a continuación. Nos hemos apoyado en información que las propias empresas publican en sus páginas web, sobre sus proyectos técnicos y manifestaciones de impacto ambiental, así como en informes, notas periodísticas y visitas de campo.

Somos conscientes de que el acervo informativo disponible es insuficiente para explicar un tema complejo, como son las mineras de interés. Que sea este un acercamiento modesto al tema, más que un estudio pormenorizado de una actividad que está dejando su huella económica, social y ambiental, cuyo asiento se encuentra en una región del estado de Guerrero.

La empresa Capela de Peñoles

La empresa minera Peñoles fue creada en México en 1887. Tomó el nombre de la localidad donde comenzaron a operar sus primeras explotaciones en el estado de Durango. Fue expresión de la apertura, modernización y desarrollo de la minería durante el porfirismo. Con 135 años, hablamos de una empresa minera mexicana exitosa y de alcance multinacional, pues tiene explotaciones en Perú, Chile, Brasil y Estados Unidos. Es la principal productora de plata a nivel mundial, líder latinoamericana en la producción de oro y plomo afinado, y se encuentra entre los principales productores mundiales de zinc y sulfato de sodio, lo que la vuelve competitiva en los mercados mundiales de metales, pues exporta productos a 29 países, donde destacan los EE. UU. con el 52.2%, países europeos con 13.5%, la venta nacional en 13.5%, Canadá el 12.5%, Asia el 9.2%, y Centro y Sudamérica el 1.1% (Peñoles, 2020).

Históricamente, ha sorteado los diversos procesos de cambio en México, desde la revolución de 1910, pasando por las políticas de nacionalización de los recursos naturales durante el cardenismo, la mexicanización y estatización minera de los años sesenta, hasta consolidarse como uno de los grupos mineros más fuertes de México. Se trata de una organización integrada para la fundición y afinación de metales no ferrosos y la elaboración de productos químicos, con manejo de 15 explotaciones mineras, tres metalúrgicas, tres químicas y seis generadoras de electricidad, de las cuales tres son eólicas.

En 1900, Peñoles creó la compañía metalúrgica de Torreón para procesar oro, plata y plomo afinado. 12 años después, en pleno movimiento revolucionario, fundó Peñoles Exploración Co. Debido a las políticas de mexicanización de la minería en 1961, se constituyó en Metalúrgica Mexicana Peñoles, fusión de la minera y la metalúrgica. Dos años después comenzó a operar Química del Rey, con la cual diversificó las operaciones mineras no metálicas. En 1964 adquirió el 51% de la Cía. Fresnillo, Zacatecas, mina rica en metales preciosos. En 1968 se constituyó Industrias Peñoles como empresa controladora y núcleo financiero que comenzó a cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores. En 1973 empezó a operar la refinería de zinc en Torreón y creó el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico, como soporte técnico del grupo minero-industrial. Un año después fundó su primera empresa en el extranjero, en Brasil y en 2008, como empresa mundial que es, comenzó a cotizar en la Bolsa de Valores de Londres. Tiempo después, en 2009 puso en funcionamiento su primera generadora de energía eólica en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, con la que empezó a impulsar y usar energías limpias en sus industrias. En 2011 recibió el sello de empresa sustentable. Mientras que para el 2020 inicia operaciones la Minera Capela, con el 100% de capital de Peñoles, en el municipio de Teloloapan, Guerrero.

Capela es la empresa más joven y moderna del grupo Peñoles, equipada con diversos sistemas de operación digitalizados: la ventilación; el bombeo de extracción y recuperación de agua con una eficiencia de su aprovechamiento del 92%; la iluminación led que dispone de paneles solares; la red de fibra óptica; y su sistema de inteligencia artificial que habilita el sistema digital. Destina un porcentaje del 0.5% de sus ventas a su Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico de Torreón, Coahuila. Es una minera polimetálica, ya que produce oro, plata, plomo, zinc y cobre; y cuya capacidad de molienda es de 4 500 ton/día y 1.48 millones de ton/año. Las reservas disponibles de Capela están estimadas en 25.7 millones de ton/mineral, para ser explotadas en 15 años (Peñoles, s/f).

El lugar de operaciones

El lugar de operaciones de Capela es el municipio de Teloloapan y sus localidades de influencia son: Tehuixtla, Ahuehuetla, El Capire Zacuapa, Tules, Zacatlán y Pericones.

Figura 3. Vista panorámica de la mina Cape

Image

Fuente: Google Earth, 2021.

Se trata de un lugar con viejas huellas mineras que datan desde tiempos de la Colonia. Incluso se le denomina como Rey de Plata. En distinto momentos se han removido los escombros para extraer, de manera rústica y artesanal, metales superficiales y semisuperficiales. Las extracciones recientes más significativas se dieron en los años cuarenta del siglo xx. Antes de que se comunicara Teloloapan con Iguala por carretera, hubo extracción de mineral en Tules, con el uso de explosivos, el cual luego era transportado en recuas de burros hacia Zacualpan, Estado de México, donde era fundido. Cuando llegó la carretera a Teloloapan, llenaban ahí los carros de volteo y se lo llevaban a fundir. Esto se hizo hasta principios de los años sesenta (Bernabé Salgado Patiño, comunicación personal, La Laguna, Teloloapan, 20 de julio de 2021). En Tehuixtla existe un socavón del tamaño de una persona, de unos dos metros de ancho y de cierta profundidad en la ladera, donde en los años sesenta se extrajo mineral.

A mediados de los años setenta hizo su presencia Peñoles en la región, e inició trabajos de reconocimiento y estudios de exploración geológicos en asociación con otras empresas del lugar denominado Rey de Plata. Ahí ha trabajado con subsidiarias: primero, con la empresa minera Antares; después con la Cía. Minera la Parreña; siguió la Minera Cedros; a finales de los años noventa con Exploraciones Peñoles; después Rey de Plata; y, por último, minera Capela. Los diversos estudios de exploración dieron resultados positivos y certeza del potencial minero ahí existente para trabajar por mucho tiempo.

Habiendo materia prima, Peñoles definió sus estrategias de trabajo a largo plazo. En esa perspectiva y para evitar relaciones conflictivas con las comunidades agrarias, comenzó a adquirir las tierras de interés en propiedad (lo que ahora es permitido por la ley), incluyendo parcelas ejidales y pequeñas propiedades, con lo que la minera daba vuelta a posibles conflictos agrarios. También tiene concesiones por una superficie de 3 479 ha de tierras ejidales y pequeñas propiedades, donde ha seguido realizando exploraciones. Actualmente, la empresa informa que está utilizando 92 ha de su propiedad con infraestructura y servicios, pero la superficie de dominio de Peñoles, perimétrica y cercada con malla ciclónica es mucho mayor; además, sigue haciendo ofertas de compra a propiedades circunvecinas de donde ya realizó exploraciones.

En diciembre de 1990, la minera Antares, subsidiaria de Peñoles, presentó a la Dirección General de Normatividad y Registro Ecológico, una Manifestación de Impacto Ambiental (mia), para el desarrollo del “proyecto minero subterráneo, la construcción de una planta de beneficio de minerales y las obras de infraestructura e instalaciones auxiliares conexas, para el aprovechamiento de minerales de plomo, zinc con valores asociados de oro y plata” (Minera Capela, 1999).15 En noviembre de 1992, Antares informó a la Dirección General de Ecología que, debido a la incertidumbre y fluctuaciones en el mercado industrial de los metales, el proyecto entraba en receso, por lo que solicitó la cancelación de los trámites iniciados. En mayo de 1996, Peñoles reanudó los trámites para continuar con los trabajos de Rey de Plata y el 21 de abril del siguiente año fueron autorizadas las gestiones para seguir realizando los estudios de exploración. A principios de enero de 1998, Peñoles solicitó la autorización de modificaciones al proyecto para realizar exploraciones subterráneas. En abril de ese mismo año, Peñoles entregó el mia de Rey de Plata que incluyó: planta de proceso, instalaciones y obras subterráneas y superficiales, así como presa de jales, talleres, laboratorios y otras obras más de infraestructura para realizar explotación minera. Este proyecto fue autorizado el 27 de mayo de 1999, dando inicio Peñoles a las operaciones de explotación el 17 de octubre del año 2000, en asociación con Dowa Mining y Sumitomo Corporation, con una capacidad de molienda de 360 000 ton/año. Se trabajó un año y a finales del 2001, debido a la caída de los precios del zinc se suspendieron las operaciones hasta nuevo aviso, lo único que se mantuvo fueron las actividades de exploración. Hasta entonces, Peñoles poseía el 51% de la participación financiera, pero en diciembre del 2004 adquirió el total de las acciones y quedó como propietaria única. En el 2007 se reanudaron las gestiones de operación y al año siguiente se retomaron los trabajos exploratorios de barrenación, derivada de la cual se hizo una estimación inicial, en 2011, de recursos minerales. Esta arrojó una prospección de 18.8 millones de toneladas, que contenían 15% de zinc, lo cual, aunado al contexto de elevados precios de oro, motivó que el Consejo Empresarial de Peñoles aprobara una nueva unidad de producción minera, denominada Capela. A partir del 2012 se incrementaron las labores de exploración, con descubrimientos de nuevos recursos sumados a los existentes. Se incrementó la estimación de reservas probadas en 25.2 millones de toneladas de mineral, con el 15.7% de zinc, en el 2013. En consecuencia, en ese mismo año, se reanudaron las operaciones de Rey de Plata, ahora minera Capela.

En mayo del 2012, Capela presentó su mia del Proyecto de Reanudación de Operaciones del sitio Rey de Plata, cuyos antecedentes de trabajo databan de la década de los noventa cuando, por razones de mercado, crisis financieras e incluso de inseguridad, hicieron inviable su operación. El proyecto que presentó la empresa en su MIA comprende obras de exploración subterránea y servicios que consisten en la construcción de dos rampas subterráneas descendentes y la infraestructura de apoyo: una subestación eléctrica, edificios, tepetatera, talleres de mantenimiento, pileta o presa para sedimentar el agua extraída, caminos de acceso y otras obras que eran necesarias para realizar la explotación minera a profundidad, en donde han sido detectados los cuerpos minerales.

Las características del proyecto de construcción son las dos rampas subterráneas o túneles de cinco metros de alto por cinco de ancho, con longitudes de 3 200 y 1 200 metros de largo, respectivamente, a profundidades de 800 y 1 200 metros (Peñoles, 2012). Con estas rampas se interceptarán los cuerpos de minerales y se interconectarán las obras ya realizadas. Los servicios que tendrán las rampas en el interior serán aire acondicionado, servicio al equipo neumático, servicio de barrenación, agente explosivo y taller mecánico. Los componentes de esos servicios consisten:

  1. La ventilación. Conforme avance la rampa se instalarán ventiladores mediante la apertura de contrapozos (Robbins), a fin de extraer el aire viciado de la mina a la superficie (gases de voladuras, de combustión y el suministro de aire fresco); esos gases se irán a la atmósfera. En total, se estimaba la construcción de cuatro contrapozos, pero este número fue superado a principios del 2020, cuando ya habían 45 Robbins, de entre 200 y 400 metros de profundidad, que unen los túneles con la superficie. Su función es la de extracción de gases e introducción de aire; pero también de extracción e introducción de material. En las etapas de cierre de túneles, que ocurrirán conforme vaya siendo incosteable la extracción de mineral, se considera verter por ahí material para ir rellenando los túneles clausurados. Lo que se reportó en el proyecto sobre la magnitud de las rampas o túneles es la parte fundamental para los servicios subterráneos, lo que sería un tipo de búnker o ciudad subterránea de servicios (con piso pavimentado, aire acondicionado, iluminación, tecnologías de comunicación, almacén de alimentos y refugios mineros equipados con todo lo necesario para sobrevivir durante un mes en caso de accidente, ya que los riesgos son permanentes). Pero esas rampas no comprenden la longitud de todos los túneles a realizar; los túneles son de entrada y salida, y no hay doble circulación en ellos. A principios del 2020 los túneles construidos ya superaban los 20 km, con diferentes magnitudes de capacidades, que suben y bajan en diferentes direcciones. Es un laberinto de cavidades y vetas subterráneas. Capela es una minera de extracción subterránea.
  2. El bombeo. Se contará con estación de bombeo para extraer el agua a la superficie a través de las rampas. Se trata de una mina viva, con agua, por lo que el bombeo debe ser permanente a las pilas de sedimentación, para de ahí distribuirla a los diversos servicios que se abastecen con el agua de la mina mediante un circuito cerrado de reciclamiento.
  3. Barrenación. Se utilizará equipo jumbo electrohidráulico. Es tecnología de punta en el sector.
  4. Polvorines. Ya existen con los respectivos permisos de la Secretaría de la Defensa Nacional. Están cargados de explosivos y voladuras.
  5. “Amacice” de techos. Después de las voladuras, con martillos de baja presión de impacto, montado en un equipo sobre neumático, se amacizará con barras de fibra de vidrio.
  6. Soporte y anclaje de techos para evitar desprendimientos.
  7. Acarreo de material con transporte de bajo perfil al interior de los túneles (a base de diésel que es menos contaminador).
  8. Rampa Vicente Guerrero (ya existente) para interconectar y construcción de cruceros para almacenar material y cargar camiones; ahí están las estaciones de bombeo, subestación eléctrica y más equipamiento. El área de esos cruceros es de 1500 metros. Son grandes áreas subterráneas, acondicionadas para realizar maniobras de máquinas y vehículos de carga.
  9. Depósitos superficiales de tepetate en lugares apropiados. para después regresar de ahí material a los túneles.
  10. Personal necesario mediante contratistas, pues en la región no hay personal capacitado. Al principio se trajo personal de las regiones mineras del norte del país. Los jóvenes varones de la región no han tenido interés en participar en los programas de capacitación que la empresa realiza a través de su escuela en Torreón, Coahuila. Han sido mujeres jóvenes de Tehuixtla quienes mayor interés han mostrado por capacitarse y trabajar en la mina. Han mostrado gran capacidad y cualidades de trabajo: son quienes operan la maquinaria y transporte pesado. Asimismo, son responsables y cuidadosas con la maquinaria: hay evidencias de que la maquinaria operada por mujeres se descompone menos y dura más.

El proyecto del 2012 estuvo programado para ser desarrollado en ocho años. No contempló la explotación de minerales y fue considerado como un proyecto de adecuación y renovación, o sea modernización de las 30 obras ya existentes, las cuales habían sido autorizadas por las autoridades respectivas en los años noventa (Peñoles, 2012). Sin embargo, en ese proceso de adecuación, sí se extrajo mineral con la construcción de infraestructura. En la construcción de largos y profundos túneles no solamente sale tepetate, se extrajo material mineralizado también, que es procesado in situ o transportado a otras plantas de la empresa. ¿Cómo se controla esa explotación mineral? Existe o no existe control oficial, puesto que legalmente no hay explotación, pero en la realidad sí. La autoridad gubernamental encargada de regular y dar seguimiento a estas producciones y explotación de los recursos de la nación es quien deben saber y tener información.

El proceso formal de explotación minero de Capela entró en operación en la segunda mitad del año 2019, con la producción de oro, plata, plomo, cobre y zinc. Con una capacidad de molienda de 4 500 ton de mineral diarias, con una producción promedio anual de 4.7 millones de oz plata, 40 000 toneladas de zinc, 8 600 toneladas de plomo y 7 000 toneladas de cobre (Peñoles, 2019).

Organización y trabajo

La minera Peñoles es una empresa que se rige por parámetros internacionales de organización, los cuales determinan sus principios de trabajo, a saber, seguridad, no discriminación, no contaminación y cero tolerancias. Se trata de un sistema complejo de organización y trabajo que está bajo la conducción general de un superintendente, quien es el representante de la empresa y el responsable de que todo funcione bien. También es una organización centralizada en un reducido equipo de profesionistas especializados en sus respectivas áreas; cada uno conoce las funciones que le corresponden en el trabajo, pero son pocos los que tienen el conocimiento del funcionamiento en su conjunto de la empresa.

La organización del trabajo está dividida en tres áreas para su operación: a) el área de minas, b) la planta de procesamiento y c) el área de construcciones. Cada una tiene funciones delimitadas y está bajo la dirección y responsabilidad de expertos conocedores. A su vez, las áreas se dividen y delegan funciones a las subáreas de trabajos especializados, atendidas por profesionales conocedores. La empresa tiene un núcleo operativo de mando que define las estrategias de trabajo y da seguimiento en las respectivas áreas, subáreas y actividades. La mina ocupa un personal permanente o por tiempo largo, en promedio de unos 600 empleados, quienes son los trabajadores de planta y están organizados en un sindicato. Pero hay otro conjunto de actividades con la realización de obras y servicios, realizados a través de empresas que trabajan por contrato o subsidiarias. Estas empresas contratistas ocupan otro tanto de personal. En total, un promedio aproximado de 1 200 trabajadores se ocupa directamente en la minera Capela de Peñoles.

Las empresas subsidiarias o de contrato

Estas deben tener un currículo y perfil profesional para realizar los trabajos convocados, así como cierto nivel de conocimientos y habilidades técnicas especializadas. Los trabajos en la mina son de gran responsabilidad, de alto riesgo, y también son especializados, por lo que no puede haber improvisación o se puede dar contrato a cualquier empresario aventurero, como lo exigía el crimen organizado para una empresa afín, para la construcción de las pilas de lixiviación. Además, en ese caso existen rigurosos lineamientos internacionales y nacionales de salud y medioambientales que se deben cumplir.

Las condiciones que deben cubrir los concursantes son establecidas por la empresa, así como los trabajos a realizar. Por ejemplo, si es para otorgar un servicio de transporte, la empresa dice qué tipo de vehículos, sus características, modelos, el mantenimiento, las condiciones que deben reunir los operadores, etc. Exigencias que a cambio son bien pagadas por la empresa, donde se garantiza buen porcentaje de plusvalía para la subsidiaria. También se le indica cómo debe estar organizada la empresa. La subsidiaria debe tener un representante ante la minera, un residente, un experto profesional en el área de trabajo a realizar, uno o dos supervisores, un paramédico y los trabajadores que varían en número, por lo general, más de diez por empresa.

Los trabajadores de Capela

Los trabajadores deben cumplir con las normas establecidas, las cuales se les explican a través de manuales. Debido que se trata de trabajos de alto riesgo y con cierto grado de complejidad, son varias las condiciones y exigencias que deben cumplir, como tener menos de 50 años de edad, estar sanos de salud y tener disposición para trabajar y recibir la capacitación respectiva. Al ser contratado, el trabajador recibe de la subsidiaria el equipo de trabajo y de seguridad necesario, consistente en herramientas propias para cada función a realizar (tanto de apoyo y protección para el trabajo como de seguridad ante el constante riesgo de accidentes). Incluyen calzado, ropa propia, protectores de la vista contra el polvo, cascos protectores de cabeza, detector electrónico en caso de accidente, herramientas de trabajo, entre otros. En total, el equipo tiene un peso que varía según área de trabajo, pero hay casos en que el trabajador o la trabajadora deben portar equipos de hasta 20 o 25 kg, que deben llevar durante toda la jornada. Al iniciar esta, un supervisor revisa que cada trabajador lleve el equipo completo y esté colocado adecuadamente en su lugar: cero toleranciaNo hay pretextos de que se me olvidó o no lo traigo. Además del equipo de trabajo y seguridad, la empresa que contrata al o la trabajadora, proporciona la alimentación, el hospedaje, el transporte y seguro médico. Los trabajadores reciben sueldos diferenciados, según las funciones y actividades que desempeñan; por lo general, los salarios más bajos están tres veces por arriba de los salarios mínimos. Los salarios están libres de seguros (médico y de trabajo), de alimentación, de hospedaje y transporte.

La empresa subsidiaria es la responsable de la contratación de los trabajadores, los salarios y las prestaciones que se otorgan. Junto con los conocimientos del trabajo a realizar están las capacidades que la subsidiaria debe mostrar ante la empresa minera en su aspiración por obtener un contrato de trabajo. Todos los gastos de operación que realiza la empresa subsidiaria serán recuperados si gana un contrato, más la plusvalía. Al ser la minera la que pone las condiciones y exigencias, esta no regatea costos, los cuales están bien determinados y bien pagados; lo que exige es calidad, responsabilidad de trabajo y legalidad.

El número de empresas subsidiarias que ocupa Capela varía, según el proceso en que se encuentre operando la minera. Unas empresas se van y otras llegan: hay momentos en que hay hasta veinte y en otros momentos unas quince subsidiarias. Hay empresas que vienen de fuera, donde hay tradición minera, como los estados del norte y centro del país, porque aquí no hay empresas con experiencia para determinados trabajos. Son empresas con equipo y personal especializado en los trabajos que requieren las minas. Hay empresas locales o regionales que ganan contratos, pero en el trabajo se enfrentan al problema de falta de personal especializado o que no acepta trabajar con las reglas de disciplina que impone la minera, por lo que se ven obligadas a buscar y traer trabajadores de otras regiones mineras del país. Esto indica que, en estas empresas mundiales, no solamente deben existir conocimientos y habilidades de trabajo, sino también disposición de cambiar la cultura de trabajo. En estas empresas se exige disciplina, responsabilidad y hábitos de puntualidad y cumplimiento. Toda ausencia debe ser justificada por cuestiones de salud por el servicio médico y no por asistir a una jugada de toros, como es común en la región. Por esas exigencias, no se puede cumplir con la demanda de las comunidades de dar empleo a la población local: no hay preparación profesional y hay resistencia a la cultura de trabajo minero empresarial. Esto puede ser superado mediante la capacitación que la empresa ofrece, pero también para eso hay resistencias: los jóvenes de las comunidades no lo hacen ni lo quieren hacer. Son pocos los que van a capacitarse. La población local se ocupa en empleos que no exigen una mayor preparación como conducción de autos menores, vigilancia, limpieza, entre otras actividades.

Movilizaciones sociales

La minera Capela ha tenido suspensiones de trabajo porque sus instalaciones han sido bloqueadas por los pobladores de las localidades vecinas, particularmente de Tehuixtla. Por ejemplo, en el mes de mayo del 2020, esos pobladores pararon por dos semanas la mina. Pedían la concesión de diversas obras que se iban a construir: que cada góndola con mineral pagara una cuota, si no amenazaban con quemar vehículos; además pedían el 16% del oro extraído en la producción; que cada empresa contratista pagara el 15% del monto del contrato; y que se dieran despensas diarias a la población de la localidad. La comunidad no tenía relación agraria con la minera, sus exigencias respondían a la condición de que la empresa estuviera en su jurisdicción territorial, pero era vecina y no existía contrato de renta de tierras, la empresa trabaja en tierras propias. Atrás de esa movilización comunitaria estuvo el crimen organizado.

Otro caso fue el bloqueo que realizaron los pobladores de la misma localidad en los primeros días de febrero de 2022. Las demandas eran: reparación de casas con el argumento de que han sido afectadas por las explosiones de la mina, el arreglo de caminos carreteros y casas de salud, entre otras exigencias. Atrás de esta movilización estuvo también el crimen organizado. De esta localidad es originario uno de los líderes de la policía comunitaria tecampanera del grupo gu, quien tiene relaciones con trabajadores y es conocedor de los trabajos en la mina, asimismo, tiene influencia entre la población, a la que manipula para sus intereses. La gente de Tehuixtla está muy involucrada familiarmente con el crimen organizado. Efectivamente, hay casas de adobe que tienen fisuras, paredes separadas (no simples cuarteaduras), por estar sobrepuestas, por el tiempo y el tipo de material de construcción (piedra, lodo y adobe), además de la falta de mantenimiento. A menudo esos casos son tomadas como “evidencias” de los daños que causa la mina. Más bien, se trata de estrategias de los pobladores circunvecinos para obtener algún recurso económico de la minera. Esto es común en todas las poblaciones donde están operando las mineras.

La bonanza minera que tiene Capela de Peñoles, con su explotación subterránea genera codicia y ambiciones por la disputa de las utilidades. En el primer año de trabajo, con el 99% de su capacidad de molienda, obtuvo hasta 15 g/ton de oro, el promedio fue de 8 g/ton. En ese tiempo recuperó las inversiones que empleó en la renovación, ampliación y modernización de sus instalaciones durante los siete u ocho años anteriores. Bonanza que tiene que ver con las fuertes inversiones de capital realizadas en las modernas instalaciones, con las tecnologías de punta y métodos innovadores en los procesos metalúrgicos. A propósito, estos procesos son realizados in situ con la extracción de oro y plata, pero otra parte se hace en la planta fundidora Met-Mex Peñoles de Torreón, hasta donde se transportan los concentrados de plomo y zinc en góndolas que salen de Capela con su cargamento periódico y grupos de más de cinco camiones que no paran motor hasta Torreón. Por su parte, otros actores codician algo de esas utilidades, como el crimen organizado a través de los pobladores de las comunidades. Estos vendieron sus tierras a la minera y perdieron así el medio con el que podían negociar y disputar la mayor parte de las utilidades. Ahora su único argumento es estar y vivir cerca de la explotación minera y apoyarse en el crimen para exigir beneficios.

Capela de Peñoles, minera con proyección sustentable

Peñoles tiene un discurso filosófico sustentable en el que fundamenta sus estrategias de trabajo con miras a permanecer y crecer a largo plazo en el negocio. Sostiene que, con base en esa perspectiva sustentable, se implementan las mejores prácticas y gestiones a lo largo de toda la cadena de valor, para beneficio de las generaciones presentes y futuras. Esos principios le han permitido la integración armónica de sus actividades y objetivos económicos, con calidad de vida para el personal que ahí trabaja, así como el respeto y la convivencia con las comunidades aledañas y el cuidado y preservación del medioambiente. Igualmente, ha logrado la adecuada administración de riesgos en todas las etapas de los procesos de operación mediante un sistema de gestión integral y con un enfoque preventivo.

Nuestras operaciones y negocios se desarrollan bajo una política de sustentabilidad con lineamientos para establecer relaciones armónicas y éticas, respetuosas de los derechos humanos y del medio ambiente, del cuidado de la salud y la integridad de las personas y con el estricto cumplimiento de los requerimientos legales (Peñoles, 2019).

Sus propósitos de trabajo con su política de desarrollo sustentable, es de “cero impactos ambientales significativos”:

  • Reducir las emisiones de gases a la atmósfera.
  • Minimizar el consumo de agua y las descargas de aguas residuales.
  • Disponer y manejar en forma adecuada los residuos y disminuir su generación lo más posible.
  • Evitar daños a la flora y fauna.
  • Prevenir incidentes ambientales y atender las emergencias (Peñoles, 2019).

Esa filosofía de trabajo y el apego a principios en el cuidado del medioambiente le han merecido a Peñoles el reconocimiento y la certificación de empresa ambientalista y socialmente responsable. Cumple con la norma ISO 14001 y está adherida al Programa de la Industria Limpia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Sus lineamientos de trabajo están basados en la adopción y práctica de una cultura de desarrollo sustentable; el establecimiento de un enfoque sistémico que garantice operaciones productivas con alto desempeño ambiental de calidad, seguridad y salud; y la difusión de objetivos, metas e indicadores certeros de desempeño en ecoeficiencia, socioeficiencia, seguridad y productividad. En sus fines persigue un desempeño ambiental de protección a la naturaleza y con cero impactos ambientales; un desempeño social con operaciones eficientes, seguras y limpias; y un desempeño económico de fomento social y generación de valor (Peñoles, 2019).

La perspectiva ambiental de trabajo está presente en los principios que rigen las actividades de Peñoles, pero ¿en qué medida se asumen, se cumplen y se logran esos objetivos y principios? Es lo que aquí se nos dificulta verificar. Pero hay que reconocer que la adopción de principios basados en la sustentabilidad, o sea, una perspectiva ambiental de trabajo y de producción, es un hecho en la minera Peñoles y eso constituye un avance muy importante. Ahora bien, plantear la hipótesis de minera sostenible para Peñoles es arriesgado por no tener la información y evidencias suficientes, además de por el peso histórico que existe en la minería y su satanización como la actividad productiva más contaminadora y destructora del medioambiente. Es verdad, la historia así lo muestra, pero también la historia reciente da evidencias de cambios y avances tecnológicos, de concepciones teóricas y prácticas jurídicas, además de un movimiento ambientalista que ha obligado a incorporar variables ambientales y sustentables en la actividad minera. Y se puede afirmar que no toda la minería sigue con las viejas prácticas de contaminación y destrucción ambiental. Se observan procesos de avance, de innovación, de conciencia y responsabilidad con el medioambiente. En las nuevas generaciones de empresarios y profesionistas, la problemática ambiental forma parte de la cultura y que exige actuar en consecuencia.

La minería es de las actividades con las mayores y más estrictas normas de control ambiental, tanto internacionales como nacionales. Está vigilada por diversos organismos internacionales y nacionales, y está acotada por diversos instrumentos jurídicos y movilizaciones sociales; no así otras industrias, como la petrolera. Si a pesar de todas estas instancias de control y vigilancia, hay mineras que están impactando negativamente al medioambiente, a la salud social y a la economía, indica que son empresas sin ética y sin responsabilidad, que ya no deberían estar, porque esas prácticas fueron del pasado y deben quedar en el pasado. Pero si siguen existiendo ese tipo de empresas e inversionistas nocivos y corruptos, es que no están solos en la violación de leyes y normas; por lo general, cuentan con el aval de funcionarios de gobiernos corruptos y de poblaciones que se corrompen e involucran en los procesos de producción minera. Ahí domina el poder e interés del dinero, no existe conciencia social ni ambiental.

En México, es la constitución federal la base de la legislación minera; después están los tratados internacionales suscritos por México en relación con la regulación de las explotaciones mineras; después están las leyes federales; las leyes estatales; los reglamentos federales y estatales; y las normas oficiales mexicanas. Cada proceso de operación tiene leyes y reglamentos: la exploración, la construcción y el desarrollo, la operación de la unidad minero-metalúrgica, la fundición y refinación, y la comercialización. En total son 27 leyes y sus reglamentos los que rigen la operación de una empresa minera (Camimex, 2014) y 12 los permisos básicos que se deben tramitar en diferentes dependencias de los tres niveles de gobierno en México, los cuales, en su mayoría, están relacionados con el cuidado ambiental que deben cumplir las empresas. Se trata de permisos para el cambio de uso de suelo, para el uso del agua, para derribe forestal, para el trato de residuos, entre otros más. El seguimiento y evaluación del cumplimiento de leyes y normas estipulados en los permisos corresponde a las dependencias que los otorgan, donde los funcionarios responsables deben estar dando información sistemática y transparente. Pero como aves de paso que son, su trabajo deja mucho que desear. Lo que se observa es ignorancia, ineficiencia, irresponsabilidad y burocratismo de funciones. Problemas de los que se queja constantemente en sus informes la Cámara Mexicana de la Minería.

Hay evidencias que atestiguan que Peñoles tiene avances con perspectiva ambientalista, respecto al uso del agua y de la energía, al destino de los residuos, al cuidado de emisión de gases y a la preservación de la flora y fauna donde opera, en este caso, con la minera Capela.

A partir de 2008 Peñoles impulsa la generación de energía eólica para el consumo de sus industrias. En 2011 puso en operación la fuerza eólica del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca; en 2017, la fuerza eólica de Coahuila; y en 2019, la fuerza eólica de Tamaulipas. En el 2010, Peñoles dependía totalmente de energías fósiles contaminantes; en el 2014, el 7.6% de su energía consumida era energía limpia; en 2018, el 31.6% era energía limpia; la meta para 2022 es que el 61% de la energía que usa sea de fuentes limpias; mientras que su objetivo final es que, para el 2028, el 100% de la energía que consuma sea limpia. Para lograr estos propósitos, Peñoles está produciendo su propia energía; en 2018 ya producía el 95.4% de la energía que consumía, el resto la compró a la cfe. Su dependencia de energía fósil la está sustituyendo y ahora centra sus esfuerzos en la generación de energías limpias. Por eso Peñoles, a través de su empresa Fresnillo, principal productora de oro y plata de México, hizo público que defenderá su derecho a obtener energía más limpia y económica en sus operaciones para cumplir sus metas de uso de energía extraída de fuentes renovables. Todo ello ante la posible reforma eléctrica del presidente Manuel López Obrador, donde la generación de energías limpias no es prioridad (Bnamericas, 2021).

Peñoles afirma valorar altamente la importancia del agua por su uso y escasez. En esa perspectiva avanza, en el caso Capela, con el desarrollo de un circuito cerrado, que consiste en plantas de tratamiento y reciclamiento de agua usada, evitar descargas de aguas usadas a corrientes naturales y reducir el uso de agua de primer uso y el control estricto de consumo de agua. Su consumo es de 701 356 m3 agua de mina y 32 090 m3 agua de pozo (Peñoles, 2019). Por estas prácticas, Peñoles está entre las 111 empresas mineras que participan en el Programa de Industrias Limpias de la Profepa; entre las cinco empresas distinguidas con excelencia ambiental y es unos de los tres grupos que pertenecen del Índice Verde de la Bolsa Mexicana de Valores (Camimex, 2019). Peñoles es una empresa reconocida y laureada internacionalmente por sus principios éticos en el trabajo de cuidados ambientales que realiza y también por su ética empresarial, que es lo que mide el Instituto Ethisphere a 135 empresas mundiales, de las cuales dos de México, la minera Fresnillo de Peñoles y Bimbo, fueron homenajeadas en 2021 por los mayores estándares éticos corporativos (Outlet Minero, 2021). Estos reconocimientos colocan a Peñoles entre las empresas más responsables, social y ambientalmente, a nivel mundial.

Los principales usos del agua en la minera Capela son: para el procesamiento de minerales (lixiviación), en las reacciones químicas, para el enfriamiento de equipos, para el control de emisiones y para el consumo humano. El agua usada en la planta es la que se obtiene en los túneles, la cual es sedimentada y tratada para su uso, mientras el resto se manda a los arroyos. En ese sentido, se trata de afectar lo menos posible las fuentes naturales y se fomenta el uso de agua reciclada, así como lo menos posible de agua de primer uso. Tampoco se hacen descargas de aguas residuales, se controlan las emisiones al aire y se hace correcta disposición de los residuos, a través de lo cual se evita contaminar el suelo y los cuerpos de agua. Asimismo, se cuida no impactar significativamente en los ecosistemas relacionados con el agua, los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, acuíferos y lagos; y se trabaja con las comunidades en campañas de orientación sobre el buen uso del agua, la reforestación y con el apoyo de infraestructura hídrica.

Sin embargo, y a pesar de la racionalidad y cientificidad del uso que se le da al agua en Capela, esta es un recurso limitado y que escasea, situación que los hace ser creativos en su uso. La cantidad de agua no es constante y permanente, sino que tiene sus altibajos y hay momentos en que su escasez ha afectado la producción, sobre todo en tiempos de estiaje. En Capela se habla, de extraer agua de la presa El Caracol, a 50 km de distancia y de levantarla a más de mil metros de altura, como alternativa para cubrir los déficits que se han presentado (como el de abril de 2022). Esto significa que no todo está resuelto en relación con al agua, hay situaciones fuera del control y la planificación, y hay que buscar soluciones.

La huella hídrica de los productos Peñoles en 2019 fue de 3.91 l/kg en productos químicos y de 0.94 l/kg en productos metálicos. Comparado con la huella hídrica de otros productos fue menor, por ejemplo, carne de res 13 000 l/kg; arroz 3 000 l/kg; chocolate 17 000 l/barra; pollo 3 920 l/kg; zapatos de piel 8 000 l/kg; papel 2 000 l/kg (Outlet Minero, 2021). Peñoles informa que del agua que usa en sus operaciones en general, el 81% son aguas residuales municipales y de reciclaje.

Por su naturaleza de trabajo, las mineras generan diversos residuos que no se pueden rehusar o reciclar, como son las impurezas que se extraen de los jales, grasas y aceites quemados, lodos, polvillos, cal, cenizas y yeso de los procesos químicos. Peñoles se apega con rigurosidad a la normatividad y planes de manejo autorizados. En 2019, en las industrias Peñoles se generaron 9.7 millones de toneladas de residuos, de los cuales el 86.7% fueron confinados de manera segura y controlada; el 13.1% fueron reciclados internamente y el 0.1% restante fue reciclado por terceros. Para los depósitos de jales, Peñoles inició en 2019 un nuevo proceso de gestión de sus depósitos, tomando como referencia los estándares de la Comisión Internacional de Grandes Presas de Jales, la Asociación Canadiense de Presas, la Asociación Canadiense de Minería y el Consejo Internacional de Minería y Metales (Peñoles, 2019). Estos nuevos procesos se están poniendo en práctica con los jales de Capela y pronto se deben ver resultados. El Certificado ISO-14001 que ha mantenido Peñoles por 20 años es por los controles y la estabilidad de las presas de jales; la biorregeneración de áreas de trabajo; el control de basureros y desechos, la regeneración de tajos, el arreglo de tepetateras y taludes; el control de gases y polvos; y el monitoreo de descargas de aguas residuales. Acciones todas que están teniendo seguimiento por las autoridades correspondientes y su certificación. Su puesta en práctica por Peñoles es evidencia de que la conciencia ambiental en el gremio minero está avanzando y que es posible el fomento de una producción minera más sustentable ambientalmente.

Por sus prácticas con perspectiva ambiental, Peñoles en sus informes, afirma no tener impacto alguno en áreas naturales protegidas, cuida no afectar áreas con valor en la biodiversidad. Los impactos que tiene con sus operaciones son los normales, con la apertura de caminos, la construcción e instalación de infraestructura. Impactos que trata de mitigar con programas de reforestación, de protección de la flora y la fauna, dentro de su territorio y en las áreas aledañas. Antes de iniciar operaciones se reubica la flora y fauna; se ahuyentan y reubican especies; se realizan obras de conservación de suelos, de infiltración de agua, como bordos y reforestación. Capela cerca las tierras que va comprando y por ello ahí se observa un impacto positivo en la flora, con la reforestación en esas áreas cercadas y protegidas, con la regeneración y crecimiento de la vegetación y la prevención de incendios. Pero a su vez, hay un impacto negativo para la fauna silvestre mayor, atrapada y empotrada.

Capela tiene uno de los estanques más grandes de almacenamiento de aguas cianuradas o tanque de jales. Ahí se depositan las aguas usadas en la lixiviación, que es el método usado en su metalurgia. La capacidad de ese almacenamiento es para unos ocho millones de litros, el cual está llegando a su capacidad tope, problema que se piensa resolver con la instalación de una sexta planta de tratamiento de aguas con mayor capacidad y el reciclaje de esa agua. Existen otras piletas menores en el proceso de lixiviación, ahí las aguas usadas están siendo tratadas y recicladas. Para proteger a las aves en esos estanques, cuyos espejos de agua son un peligro, se han instalado sistemas electrónicos de protección, mediante sonidos que las ahuyentan, así como a otros animales voladores; además, los estanques menores son utilizados como señuelos donde se ponen alimentos que atraen a aves y las desvían del estanque grande, el cual, por el olor que emiten sus aguas cianuradas, es de por sí repelente para las aves.

Para Peñoles, según su filosofía, es estratégico el cuidado del medioambiente, en este caso con la minera Capela. Pero entre lo que se dice y se hace siempre hay diferencias, como es el caso de las acciones que proponen con el cierre de operaciones. En esta fase plantean que, en la medida de lo posible, deben llevar los impactos negativos de las operaciones mineras a condiciones físicas y químicas estables, seguras, acordes con el uso y costumbre de la tierra y las características geográficas (Peñoles, 2019). Es decir, ahí no pasó nada, lo cual es un objetivo imposible de realizar, pues ese espacio está siendo destruido y transformado geológica y físicamente, por dentro y por fuera, y no volverá a ser igual. Han sido removidas sus tierras, polvoreadas sus rocas, violadas sus entrañas hídricas y transformada su superficie con la extracción de unos metales que, aunque en ínfima cantidad, desempeñaban una función en la composición geológica del planeta. Aunque se diga que se remediarán las condiciones naturales, ahí quedará la cicatriz, como la huella generacional de nuestro paso por el planeta.

Por ello, no todo está claro y a favor del medioambiente. La figura 4 muestra una magnitud de 20 hectáreas de la presa de jales, un ejemplo de los cambios hechos en ese espacio.

Figura 4. Unidad Capela, presa de jales

Image

Fuente: página web Peñoles.

¿Se irá a rellenar esa enorme pileta cuando se cierren las operaciones? No se dice en la Manifestación de Impacto Ambiental. Otro ejemplo es el laberinto de túneles perforados, los cuales supuestamente se rellenarán con material residual a través de los contrapozos. Es posible eso, pero lo que no es posible es darle consistencia o compactación a ese relleno en los túneles que suben y bajan. Esa compactación se va ir haciendo sólo con el tiempo, con las filtraciones de agua, con los sismos. Entonces, ¿se limpiarán las aguas usadas en los procesos de lixiviación? Es posible reducir los componentes químicos a cantidades inofensivas de toxicidad, como es el caso del cianuro, para después expandir esas aguas en suelos adecuados, no agrícolas y no de consumo humano. Otro problema es el costo que esas acciones remediales implican. ¿La minera estará en condiciones de realizar ese gran desembolso económico? Como proyecto de cierre de operaciones dicen que lo harán, pero para realizar ese gasto no se sabe si se forma un fondo con parte de las utilidades que se obtienen de la producción minera; si existe un seguro (como existen en otras naciones) que garantice la existencia de recursos económicos para las acciones de amortiguación ambiental; o si el gobierno, corresponsal de esas transformaciones, invertirá apoyando a esos remedios. Los gobiernos, son aves de paso, no son garantía de la sustentabilidad y de hacer cumplir las exigencias a que están comprometidas las empresas mineras. Las comunidades tampoco tienen la visión para responder a las exigencias medioambientales del presente y del futuro. La confianza está en la acción empresarial minera que se muestra aquí, con la ciencia y la tecnología en práctica, además del dinero. Si esos factores son adicionados a la conciencia ambiental, entonces existen las posibilidades de encontrar respuestas para una minería más sustentable, con menores impactos ambientales y mejor uso y aprovechamiento de los recursos naturales. Son dudas y preocupaciones que se dejan aquí, con la esperanza de tener respuestas favorables.

El cierre de Capela

El proyecto minero Capela, planeado para 14 o 15 años de vida productiva, debe cerrar al final de ese periodo. Para eso debe existir un programa de las actividades que deben realizar de cierre. Lo que hay es muy general con relación a sus compromisos de cierre de operaciones. De hecho, no hay un programa de cierre específico en su mia, lo que hay son declaraciones generales, como: que el programa de cierre debe ser dinámico, actualizar cada año para fines presupuestales. El plan de abandono comprenderá el control de cortes, tajos, rellenos y estabilizar obras rellenas con tepetatera. La flora y fauna tendrán poco impacto, el cual será reversible al final del proyecto. La flora será mitigada con programas de remediación y se integrará el área al paisaje natural regional. Es reiterativo que el proyecto minero no tiene un impacto ambiental significativo, no afecta ecosistemas excepcionales, no compromete la biodiversidad, no afecta la calidad del agua, no provoca desequilibrios ecológicos, no reduce las filtraciones de agua, no genera riesgos ambientales. Los impactos negativos sobre el medio ambiente que tendrán lugar durante la etapa de construcción, serán de poca magnitud. El impacto mayor del proyecto minero Capela, es positivo con la generación de empleo y la derrama económica regional. Esto es lo que justifica la viabilidad del proyecto y su sustentabilidad.

La ausencia de un programa de cierre específico se puede explicar por dos razones:

  1. La estrategia de trabajo de Peñoles es preventiva y ejecutiva. Se evitan, lo más posible, impactos ambientales negativos y los inevitables se atienden en el proceso de trabajo, no se dejan para el final.
  2. Va para largo Peñoles en la región. El proyecto Capela puede cerrar a mediados de los años treinta, pero seguirán otros, con el mimo nombre o con otros, en el mismo lugar o adjuntos. El proyecto Peñoles está en proceso, no ha parado de realizar exploraciones, sigue comprando las tierras circunvecinas, es muy posible que nuevos proyectos están en incubación. Por eso no hay un programa de cierre o abandono de sitio específico.

Esto que se plantea como una hipótesis del trabajo de Peñoles, deberían ser las estrategias de trabajo de todas las empresas y así debería estar estipulado en la legislación minera: que sus acciones, desde un principio, fueran preventivas y no remediativas y finales. Con estrategias de prevención, significaría evitar, prever, corregir a tiempo impactos ambientales. En cambio, los programas de cierre, por lo general, son ofrecimientos de corregir lo incorregible, de remediar lo irremediable, de hermosear el paisaje natural destruido. Lo cual tiene posibilidades de hacer que se cumpla, si los gobernantes en turno tienen conciencia de la problemática ambiental, de lo contrario quedan en promesas a priori de determinada minera, quien al final se va, cambia de figura jurídica o desaparece. Además, de los costos que implica un programa de cierre, si no está fondeado, habrá mineras que difícilmente estarán en condiciones de realizar desembolsos que ya no les serán redituables, porque serán costos que podrán tener provecho para el medio ambiente, remediar impactos ambientales, pero no para los bolsillos de los inversionistas.