VI. La minera Los Filos de Leagold
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VI. La minera Los Filos de Leagold
La mina Los Filos pertenece al corporativo canadiense minero Leagold, que en 2017 compró a Industria de Minerales Metálicos, Desarrollos Mineros San Luis, S. A., de Equinox Gold, el 70% de acciones, mientras esta conservó el 30% restante. El corporativo posee 11 explotaciones mineras y 10 subsidiarias en Canadá, México, Centro y Sudamérica. En 2005 se creó la división Desarrollos Mineros San Luis (dmsl), con la que opera en México (El Economista, 2017). En este caso con el complejo minero Los Filos.
La explotación minera Los Filos está ubicada en el municipio Eduardo Neri, dentro de terrenos comunales, ejidales y propiedades de Mezcala, Carrizalillo y Xochipala. Se trata de un espacio que ofrece condiciones favorables para la actividad minera: a 15 km está el agua del río Balsas y ahí está también la energía eléctrica con los cables de alta tensión que vienen de la presa hidroeléctrica El Caracol; ahí cruza la carretera federal libre de cuotas México-Acapulco; a 50 km al norte y 50 km al sur están las ciudades de Iguala y Chilpancingo, importantes centros comerciales de abasto; existe la mano de obra necesaria en la región. En esa área geográfica dmsl posee, además 30 concesiones en proceso de exploración y explotación de espacios mineros activados, un total de 10 433 ha, más otras 12 concesiones en exploración en municipios aledaños, en total 42 concesiones, con un total de 148 908 ha, en la región centro-norte de Guerrero (Leagold, 2019). Es de las mineras que mayor extensión de tierras concesionadas tiene (véase figura 5).
Figura 5. Mapa de concesiones de tierras mineras de Leagold
Fuente: Leagold (2019).
Los dominios del complejo minero Los Filos están ubicados en la “faja de oro de Guerrero”, cerca de otras minas, proyectos avanzados y propiedades pertenecientes a Torex Gold (Mina El Limón-Los Guajes), Alio Gold (Proyecto Ana Paula), Telson (Mina Campo Morado), Agnico Eagle (propiedades Magnetita y Las Calles), Osisko Mining, Guerrero Ventures y Capela de Peñoles.
Los Filos es un complejo minero integrado por cinco explotaciones simultáneas, tres minas a cielo abierto (Los Filos, Bermejal y Guadalupe) y dos minas subterráneas (Los Filos y Bermejal). Estas explotaciones están sujetas a una tasa de impuestos sobre la renta corporativa federal del 30%. También se pagan dos impuestos por regalías mineras al gobierno federal, un impuesto minero del 7.5% sobre las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortización; y un impuesto de regalías sobre los ingresos brutos (del 0.5%), aplicado a los ingresos procedentes de las ventas de oro y plata. Las regalías de Retorno Neto de Fundición al Servicio Geológico Mexicano oscilan entre el 2.5% y 3% y son aplicables a la mina. Dos de esas concesiones están sujetas a regalías del 0.75% al 1.75%, pagadera a LCMines, S. A. de C. V., una subsidiaria de Agnico-Eagle Mines Limited (Leagold Mining, 2019).
Los trabajos del complejo Los Filos se están desarrollando en un área asegurada de 4 246 ha, que incluyen el área de los tajos, los portales subterráneos, instalaciones de procesamiento, servicios auxiliares y caminos, más un área de amortiguamiento para futuro crecimiento. De esta área asegurada, 1583 ha son las que se están ocupando mediante convenios de arrendamiento: 1300 ha de la comunidad de Mezcala, 210 ha del ejido de Carrizalillo y 73 ha son propiedad de la minera. Esta última propiedad es la que tendrá el mayor impacto ambiental y sus áreas desaparecerán o quedarán inservibles. Otras 547 ha serán transformadas con la construcción de obras que operarán durante la vida del proyecto que fue estimado para 10 años, pero que se va prolongando y ampliando según se van descubriendo nuevas reservas. Por ejemplo, actualmente su vida útil está proyectada a 10 años (2019 a 2028), con una producción promedio de 324 koz16 por año, basado en 3240 Moz17 de oro recuperable de reservas minerales probadas y probables de 4509 Moz de oro, contenidas al 31 de octubre del 2018. De tal suerte, esa área tiene un fuerte impacto ambiental proyectado, lo más probable es que será o ya fue rebasada. Es un proyecto en proceso de desarrollo muy activo. Se dijo en el Manifiesto de Impacto Ambiental de 2005, que en 2016 comenzaría a poner en práctica el programa de cierre, pero a partir de 2018 se habla de la Licencia Ambiental Única (lau), lo que significa que no hay tal cierre. Todo indica que esta será una historia de explotación minera a largo plazo: así lo indica la infraestructura construida para el procesamiento productivo, las exploraciones que siguen realizando y las tierras concesionadas aseguradas.
El mineral Los Filos
El complejo minero Los Filos está ubicado en la denominada “faja de oro de Guerrero” y cerca del centro de una gran característica de forma circular de aproximadamente 200 km de diámetro conocida como Cuenca Sedimentaria Morelos-Guerrero. La cuenca es una secuencia gruesa de rocas carbonatadas de la plataforma mesozoica que se componen sucesivamente de las formaciones Morelos, Cuautla y Mezcala (Los Filos, 2019).
La mineralización descubierta en el área de Bermejal-Los Filos se da a lo largo del contacto con las rocas carbonatadas de la Formación Morelos-Mezcala. La mineralización a cielo abierto de Bermejal se encuentra en la parte superior o en los flancos de la parte superior del intrusivo y la mineralización se extiende por debajo de su tajo abierto, el cual se conoce como depósito subterráneo de Bermejal. La circunferencia total de las poblaciones minerales de Los Filos es de aproximadamente 8 km y la mitad de esta ha sido perforada y explotada. El mineral Bermejal tiene una circunferencia de alrededor de 16 km. Aquí se ha explotado la parte superior a cielo abierto y unos pocos kilómetros se han explorado en profundidad. La mineralización se extiende desde la superficie hasta más de 700 m de profundidad (Los Filos, 2019). Esta área de minerales, atravesada por el rio Balsas, comparte explotación de los complejos mineros Los Filos y la Media Luna, el primero al sur y el segundo al norte del Balsas.
Los antecedentes históricos de la explotación
Con base en la información que aporta su informe técnico (Los Filos, 2019), se contextualiza históricamente la explotación minera Los Filos de Leagold.
Siguiendo las huellas ancestrales de vestigios mineros en la región del río Balsas, en 1924 llegó la minera Nukay, que comenzó a trabajar en forma, con fines de extraer oro, a unos 10 km al poniente del poblado de Mezcala (Los Filos, 2005). Posteriormente, en 1938, llegó la minera Guadalupe, que compró un depósito de mineral subterráneo a la Nukay, el cual trabajó hasta 1961, con algunas interrupciones. Ahora este depósito es explotado por Los Filos.
Entre 1984 y 2001, la Nukay explotó minerales a cielo abierto y procesaba el material en una planta ubicada cerca de Mezcala, que era propiedad del gobierno. En 1986 hizo acto de presencia Peñoles, que exploró el área del cerro Bermejal, mediante 35 mil metros de perforación. En 1988 y 1989, Peñoles llevó a cabo un programa de exploración detallado de la mineralización con oro. En 1993, Peñoles vendió a Teck Corporation que, a su vez, celebró un acuerdo con la Minera Miral, que tenía en proceso de compra de la minera Nukay. Teck y Miral Mining Development Corporation (Miranda) formaron la minera Nuteck para continuar con las exploraciones en la región. En agosto de 1995 se descubrió el yacimiento de minerales que dio origen a la mina Los Filos. En noviembre de 2003, la Wheaton River Minerals, compró la minera Miranda y se asoció con la minera Teck, con lo cual se hizo propietaria del 100% de lo que sería el complejo minero Los Filos.
En marzo de 2005, Goldcorp adquirió la Wheaton River Minerals, de la cual Desarrollos Mineros San Luis (dmsl o Luismin) era subsidiaria y operadora de Los Filos. En 2008, Goldcorp adquirió también la mina Nukay, que pasó a ser la mina subterránea Los Filos y con ello se consolidó el complejo minero del mismo nombre. En marzo de 2005, Luismin, subsidiaria mexicana y propiedad total de Goldcorp, adquirió el depósito de oro Bermejal de la minera El Bermejal, una empresa conjunta de Peñoles y Newmont Mining Corporation (Newmont). Los estudios de nivel de factibilidad para Los Filos y Bermejal de tajo abierto y Los Filos subterráneo fueron completados por Goldcorp, entre 2005 y 2007. La minería a cielo abierto comenzó en Los Filos Mine Complex en 2005, mientras que la producción subterránea de oro en Los Filos comenzó en 2007. A partir de ahí las tasas anuales de producción de mineral a cielo abierto y de fuentes subterráneas fueron en aumento, específicamente de oro y plata. En 2013, la perforación de exploración debajo de Bermejal encontró mineralización de óxido de alta ley que ahora se conoce como el depósito subterráneo de Bermejal. Con ese mineral, Los Filos se colocó entre las mineras con mayor producción áurea a nivel nacional. Entre 2006 y 2018, dmsl extrajo 5.4 millones de onzas de oro, con una ley promedio de 7 g/ton, para lo cual removió, pulverizó y decantó 238 millones de toneladas de mineral. Así, en plena bonanza de oro, Goldcorp se fusionó en abril de 2017 con el consorcio, también canadiense, Leagold, el cual se quedó con el 100% de dmsl, propietaria del complejo minero Los Filos. En ese movimiento de capitales, de compra-venta de empresas, de alianzas y fusiones de capitales, se está tejiendo el destino de los recursos mineros regionales de Guerrero.
La exploración de Los Filos
La microrregión donde opera Los Filos, que comprende unas seis mil hectáreas, en los últimos 30 años ha sido minuciosamente explorada mediante estudios de mapeo regional detallado, estudios fotográficos, escaneos satelitales, perforaciones geológicas, muestreo de rocas, limos y suelos, análisis de laboratorios, así como estudios geofísicos, magnéticos y aeromagnéticos de tierra. Durante los 25 años comprendidos entre 1993 y 2018, se realizaron, por ejemplo, a través de diversas empresas, 3292 barrenos, que sumaron 1438.622 km aproximadamente. A cada 30 y 50 metros está perforado el suelo y analizados y cuantificados sus componentes, lo que ha llevado a que se tenga un conocimiento preciso de los recursos minerales ahí existentes, principalmente sobre el oro y la plata, aunque poco se dice de otros metales. Esa radiografía geológica, que da un diagnóstico mineralógico preciso, con reservas minerales probadas y probables cuantificadas en 4.509 kozAu, con una ley promedio de 1.31 g/tAu, es atractivo y confiable para los inversionistas. Lo que ha seguido es la demolición, perforación y pulverización de cerros y montañas, por más de 30 años, para extraer los gramos ahí existentes de los codiciados metales.
El potencial regional de minerales que ve el complejo Los Filos es grande, en perspectiva, por eso se han asegurado superficies para explorar que sumen cerca de 50 mil ha en esa área de influencia de trabajo. Todo indica que ahí hay minerales y negocio para un tiempo largo.
Las operaciones mineras
El complejo minero Los Filos está trabajando tres tajos abiertos (los Filos, Bermejal y Guadalupe) y dos minas subterráneas (los Filos y Bermejal) (Los Filos, 2019). Cinco explotaciones mineras simultáneas que dan idea de la magnitud del movimiento mecánico de la tierra que se está haciendo y el impacto que esto tiene en el paisaje y medio ambiente regional. En conjunto, se proyecta extraer 95.9 millones de toneladas de mineral (28 700 toneladas de mineral por día en promedio), durante el periodo del 2018 al 2028. El movimiento total de material (mineral más desechos) alcanzará un promedio de 155 mil toneladas por día (Los Filos, 2019).
Perforaciones y voladuras con dinamita es la minería a cielo abierto, para después meter excavadoras y cargar potentes camiones que transportan el material a una trituradora o directamente a una plataforma o patio de lixiviación. El mismo procedimiento se hace con la extracción de mineral subterráneo, mediante explosiones controladas y programadas, para después sacar el mineral y transportarlo a la trituradora.
Esa explotación minera de Los Filos, que se puede observar desde el espacio y que nos muestran las fotografías satelitales de Google, es la expresión última, tecnológicamente ultramoderna, de los trabajos de otras empresas que la antecedieron. Se trata de cinco explotaciones simultáneas por una sola empresa del lado sur del Balsas; y al frente, del lado norte, paisaje similar muestra la otra gran explotación minera la de la Media Luna. Ambas están demoliendo cerros, por arriba y por abajo del Balsas, con el propósito de extraer la mayor cantidad de oro y plata en el menor tiempo posible, arrastrando con ello, en esa vorágine minera, la explotación del agua y la transformación de las condiciones de vida de esos suelos y espacios.
A pesar que ahí hay otros metales como el cobre, plomo y zinc, en Los Filos no se dice de su procesamiento, todo lo cubre el oro y la plata. ¿Qué pasa con los demás metales, ahí quedan en los montones de material lixiviados? Se sabe y se observa que salen pesados vehículos cargados con ese material lixiviado. Hay testigos que dicen que lo llevan a otras metalúrgicas que tiene dmsl en Querétaro; otros dicen que lo venden a otras empresas que lo procesan. Al no disponer de información de la minera Los Filos, nos quedamos con la duda y los dichos de la gente.
Se trata de una explotación minera muy intensa y agresiva con el paisaje natural. Con el uso de modernas y potentes máquinas, está descabezando, demoliendo y barrenando grandes cerros y convirtiéndolos en taludes de tierra suelta, con lo que se transforman y destruyen las condiciones naturales ahí existentes. En esa cruzada minera, la empresa Los Filos no está sola, ni es la única responsable de lo que ahí sucede. Se trata de una empresa minera legal y formal que está operando dentro de la legislación minera mexicana, que tiene todos los permisos respectivos para transformar espacios, explotar recursos y generar riqueza. Todo lo que hace tiene el aval de los diversos niveles de gobierno y la anuencia (aunque no de muy buena fe) de las comunidades posesionarias de esos terrenos. Por lo tanto, la responsabilidad debe ser compartida de esas consecuencias sociales y ambientales ante el juzgado de la historia.
La extracción del oro y plata de Los Filos: el método de lixiviación
La mina Los Filos extrae el oro y la plata mediante el método de lixiviación. La lixiviación es el sistema de percolación de agua cianurada que atraviesa el material poroso y disuelve los metales. Esta percolación se hace en pilas o montones y en estanques con agua cianurada.
El proceso de lixiviación se realiza en patios y en estanque con agua cianurada. Los patios de lixiviación son espacios amplios, preparados ad hoc donde se apila el material mineralizado, en el caso de Los Filos es un espacio de 90 ha, programado para tres etapas de desarrollo. El patio de lixiviación se prepara adecuada y responsablemente, debe ser eficiente y de bajo impacto ambiental. Primero se realizan estudios de suelo, agua y aire en un área amplia, la cual se impermeabiliza, para aislar del suelo el material rocoso a lixiviar; luego se instalan cañerías en toda el área, que transporta y rocía la sustancia lixiviante sobre el mineral; finalmente, un sistema de tuberías de drenaje recoge las sustancias que se filtran a través del mineral apilado durante el proceso de lixiviación y lo conducen a los estanques. A esta sustancia se le denomina sustancia de lixiviación preñada (slp) con los metales deseados, en este caso oro y plata.
El proceso de lixiviación del mineral comienza con la preparación del patio donde se apilará el material. En el caso de Los Filos son dos patios, uno para el mineral triturado y otro para el mineral sin triturar. Son superficies planas, compactadas, inclinadas e impermeabilizadas; ahí se forman camas con mineral triturado unas y otras con material sin triturar o rocoso (rom). A las camas con material triturado se les dieron ocho metros de alto y con material rom, 10 metros. Se sobreponen nueve camas con material triturado y 10 con rom, por lo cual los patios de lixiviación al final tienen 72 y 100 metros de altura: verdaderas montañas artificiales de roca. Ese material se riega por aspersión con agua con cianuro de sodio (NaCN), la cual va disolviendo lentamente el oro que hay en el mineral. La cantidad de agua usada para percolar el material triturado es de 10 l/h m2 y para el rom, 6 l/h m2. El tiempo de lixiviación es de 100 días para las tres primeras camas y cinco días más para cada cama adicional. Para el material rom, las primeras tres camas son 150 días y 10 días para cada cama adicional (Leagold, 2019). En suma, el tiempo será de cuatro a siete meses de lixiviación en montón.
Una vez permeado el material, la solución preñada (pls) con oro que sale de la plataforma o pila se recolecta a través de la red de tuberías y se canaliza a estanques de almacenamiento de pls, donde se precipita el oro y la plata de la solución cianurada. La pls se bombea desde estos estanques a una planta de adsorción-desorción-recuperación (adr), donde el oro se adsorbe sobre carbón. El oro que se ha adsorbido en el carbono se extrae mediante presuración. Asimismo, el oro y la plata adsorbidos se pasan a través de una serie de celdas donde se recuperan como un precipitado catódico, el cual se seca y se mezcla con otros fundentes.
Después de que el oro y la plata se extraen de la solución pls a través de la adsorción de carbono, la solución estéril se recarga con cianuro de sodio nuevamente y se bombea de regreso a las plataformas de lixiviación en pilas, donde se distribuye en el sistema de riego para re-lixiviar, re-manipular y recuperar remanentes de oro.
El cianuro y su uso en la minería
Del cianuro se habla mucho y se ha satanizado su uso, junto con la minería. Pero por su importancia en la minería es de los componentes químicos más estudiados y su uso, de los más controlados internacionalmente.
El cianuro (CN) es un compuesto formado de carbono y nitrógeno. Estos elementos son los que forman el 80% del aire y están en las moléculas orgánicas, base de toda la vida. El CN está en forma natural en plantas y animales, lo producen y usan como protección (olor repelente). Proviene de más de dos mil fuentes de la naturaleza (insectos, plantas, frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos). Igualmente, se produce en la combustión de hidrocarburos, cigarros y plásticos y se utiliza en la industria de los metales, en la industria química, en la farmacéutica, en la de plásticos, en la textil de sintéticos, en la de fertilizantes, herbicidas, tintes y fotografía. Está en el cuerpo humano en la orina, no es bioacumulable en el organismo y no produce cáncer (Larrauri, Teyes y Morales, 2019).
El cianuro es tóxico y letal si se inhala o ingiere en concentraciones elevadas (igual que otros químicos), pues impide que las células reciban oxígeno. Su toxicidad depende del grado de concentración: en pequeñas cantidades es inofensivo, ya que el organismo humano descompone sus partículas y las desecha por la orina. El cianuro ha sido estudiado científicamente y puede ser utilizado y regulado sin dañar la salud y el medio ambiente. Su producción está bien controlada y se hace un manejo responsable de su manipulación, transporte, almacenamiento, uso y beneficios (Larrauri, Teyes y Morales, 2019).
Existen diversos tipos de cianuro, en el caso de la minería se usa el cianuro de sodio (NaCN) sólido. Las operaciones mineras utilizan el CN en soluciones de concentración muy bajas de 0.01% a 0.05%. El NaCN es uno de los pocos reactivos que disuelven el oro en agua. Desde 1887 se usa en la extracción de oro y plata, y actualmente es el método más usado en la minería. Se investigan otras opciones, pero no las hay hasta ahora que superen la eficacia y los bajos costos en la extracción de los metales deseados, así como en la seguridad para la salud y el medio ambiente. No parece probable que el cianuro sea reemplazado en un futuro próximo como lixiviante del oro.
El 95% de las operaciones mineras de recuperación de oro en el mundo se hace con base en el cianuro. Además del oro y la plata, también ayuda a recuperar plomo, cobre y zinc. La lixiviación con cianuro es considerada mucho más segura en comparación con el mercurio. La ignorancia sobre la naturaleza del CN ha dado lugar a una campaña histórica y mundial en su contra, así como de la minería que lo usa: se dice que es tóxico para la salud, pero no se dice igual sobre el cloro que tiene la misma toxicidad.
El CN que se usa en la minería corresponde a un 10-12% del que se produce mundialmente, el resto se usa en las industrias diversas. La producción de CN es de las más controladas y monitoreadas a nivel mundial, así como su toxicidad e impacto ambiental, su tránsito en el aire, el agua y el suelo. Existen sistemas de control y tratamiento químico, físico y biológico para eliminar, neutralizar o recuperar el CN, cuya disolución es fácil debido a varios factores que contribuyen a su rápida desaparición en el agua: las bacterias y los protozoos pueden degradar el cianuro convirtiéndolo en dióxido de carbono y amoniaco. Existen diversas formas para quitarle su peligrosidad de acumulación, por ejemplo, la minería de oro canadiense retiene las aguas residuales en embalses durante varios días o meses; ahí la eliminación del cianuro se realiza mediante la volatilización, fotodegradación, oxidación química o, secundariamente, por oxidación microbiana. En los suelos, el cianuro rara vez permanece biológicamente disponible porque forma complejos con metales, se metaboliza microbianamente o se pierde por volatilización (Eisler y Wiemeyer, 2004).
El uso del cianuro en la minería se rige mediante un código internacional que norma su manejo, fabricación y transporte en la producción de oro. Esas normas fueron diseñadas por la Comisión de la onu para el Medio Ambiente y por el Consejo Internacional de Metales y el Medio Ambiente, el cual es administrado por el Instituto Internacional para el manejo del CN con sede en Estados Unidos. Empresas mineras, fabricantes de CN y transportistas son auditados cada tres años y son certificados por el cumplimiento del código (Eisler y Wiemeyer, 2004). Al complejo minero Los Filos lo abastece de NaCN The Chemours Company Mexicana, con quien tiene un acuerdo de suministro de acuerdo con las normas de la industria en México.
Los Filos de dmsl ha sido recertificada bajo el programa de certificación del International Cyanide Management Institute, que es un programa voluntario para demostrar el compromiso con el uso seguro y responsable del cianuro. Las empresas signatarias demuestran el cumplimiento a través de auditorías independientes de terceros basadas en nueve principios codificados y relacionados con el manejo y uso del cianuro. Los Filos se convirtió en signataria en 2007 y recibió su certificación original en 2010, además de una segunda en 2013 (la recertificación necesita hacerse a través de una auditoría cada tres años). La auditoría de recertificación más reciente se llevó a cabo en diciembre del 2016 con un resultado de cumplimiento total. El Complejo Minero Los Filos, bajo el nombre de dmsl, es miembro acreditado del Código Internacional de Manejo de Cianuro para la Fabricación, Transporte y Uso de Cianuro en la Producción de Oro (Código de Cianuro). El uso del CN en la minería es más controlado y seguro que su uso en otras industrias.
Similar condición de controles se da en el uso de explosivos, los cuales se rigen bajo normas internacionales y de la Secretaría de la Defensa Nacional del gobierno de México. En este caso, Los Filos tiene acuerdos con las empresas: Explosivos Mexicanos y Mexicana de Explosivos y Voladuras para el suministro de materiales de voladura (Leagold, 2019).
Figura 6. Vista de la mina Los Filos, Guerrero
Fuentes: Google Earth (2022).
Desde luego que el uso de estos materiales es peligroso, ya que implica diversos riesgos. Dice el dicho: no se puede jugar con pólvora, pero son materiales conocidos, estudiados y dominados técnica y científicamente, su manejo profesional y responsable permite su uso confiable. Son parte de las tecnologías que hacen eficiente la producción económica, aunque no están exentos, por supuesto, los accidentes. No obstante, sus ventajas son mayores que las desventajas para la economía y la vida humana. Por eso el cianuro es el principal elemento, hasta ahora, en el proceso de lixiviación de minerales para la extracción del oro y la plata.
Ahora bien, por lo antes expuesto, se entiende que la minera Leagold cubre las exigencias legales y formales internacionales y nacionales para el uso del cianuro. Lo que hace falta es ver que también se cuiden y se prevean las consecuencias de su aplicación y los impactos negativos en el medio ambiente, es decir, aquellos que no esperan hasta el cierre final del proyecto. Un ejemplo de estos es la protección de los estanques de lixiviación, pues no existen evidencias de que tales cuerpos de agua estén protegidos y las aves no acuaticen ahí. En su mia hablan de que instalarán sistemas de protección de la fauna silvestre, similares a los que se usan en las minas norteamericanas; también se colocarán en los estanques de lixiviación y de recepción, pero no hay evidencias de su existencia. Se han dado casos de aves muertas, incluso venados y otros animales silvestres que han caído, lo que significa que esos estanques y espacios no están protegidos correctamente. Tampoco se ve la presencia de las instancias de gobierno encargadas de cuidar el medio ambiente y exigir el cumplimiento de esas obligaciones de ley.
El agua y la mina Los Filos
El uso de agua y su contaminación en grandes cantidades es de las fuertes críticas a nivel mundial que se hacen. Aunque esas prácticas, según evidencias e información, van siendo superadas y corregidas, debido a que no hay tanta agua para corromper, hoy esas prácticas de abusos con el uso del agua están más acotadas por las leyes, más denunciadas socialmente, pero, sobre todo, está más racionalizado su uso por las mismas mineras, debido a su escasez y costos de obtención del vital líquido. Diversas empresas, en diferentes partes del mundo están haciendo grandes inversiones para abastecerse de agua de fuentes distantes, de fuentes subterráneas y la desalación del agua del mar. Sería demasiado irracional que, ante ese trabajo y costos de abasto, se hiciera un uso irresponsable del líquido.
En México es la Ley de Aguas Nacionales la que norma los usos, a través de la Comisión Nacional del Agua, un organismo dependiente de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. Según las normas en la operación minera no se pueden descargar aguas con residuos que superen los límites de contaminantes y que sean un peligro para la vida. Tal condición que debe estar siendo monitoreada por la instancia de gobierno correspondiente, que es la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
En el caso de Los Filos se trata de una mina seca. En los pozos de exploración que se perforaron a profundidades de unos 300 m y más en las áreas de tajos, no se encontró agua subterránea en ninguno de ellos. El tipo de roca dominante en la zona es la piedra caliza permeable, fragmentada y con grietas, lo cual explica la permeabilidad y que no exista retención de agua. Por lo tanto, según sus informes, no tiene la opción de abasto interno y tiene que hacerlo de fuentes externas.
Los Filos se abastece de agua del Balsas. Sobre su ribera perforó un pozo de almacenamiento de 30 metros de profundidad. Esa agua filtrada es enviada al sitio de la mina mediante cuatro estaciones de bombeo a través de dos tuberías de 10 pulgadas de diámetro y de 15 km de largo con una elevación de 1 km. La capacidad de bombeo del sistema es de 175 l/segundo.
Para el uso del agua, la Comisión Nacional del Agua es la que otorga los permisos y concesiones de uso y descargas de aguas usadas. En este caso, Los Filos tiene la concesión de 1.2 Mm3/año de extracción de agua para usos industriales y sanitarios. El 60% de esa agua se usa en la lixiviación del mineral, el 30% para la eliminación de polvo en carreteras y el 10% para servicios generales.
Existen tres instalaciones de tratamiento de agua. Una está ubicada junto al tanque de distribución, la segunda junto a la planta adr y la tercera en el campamento de la mina. Estas aguas tratadas se monitorean cada seis meses para ver el cumplimiento de las normas mexicanas para el uso doméstico del agua (Leagold, 2019). Toda el agua que usa es tratada y reciclada, no existen evidencias de descargas de agua excedentes a los cauces naturales.
En relación con la energía, Los Filos se abastece 100% de la cfe, de la central hidroeléctrica El Caracol. A pesar de tener excelentes condiciones para generar energía solar o eólica no lo hace, no ve la necesidad de hacerlo y tiene al pie la hidroeléctrica.
La política ambiental de Los Filos
La filosofía de producción minera de Los Filos está poco comprometida con el medio ambiente; sus compromisos son defensivos de cumplimiento con lo que mandatan las leyes; no es creativa e innovadora con la aplicación de las leyes. Tampoco hay, en sus documentos básicos, principios filosóficos de compromiso y responsabilidad con el medio ambiente. En todo se limita a decir que están operando de acuerdo con las leyes, las cuales son generales y la realidad de operación de la minera es específica, por lo tanto tiene que haber adaptaciones y creatividad en la aplicación de normas, pero no dicen nada al respecto. Es reiterativa la empresa al decir que cuenta con todos los permisos de impacto ambiental y sus operaciones se realizan con los permisos y aprobaciones oficiales en la mano. Posee la licencia ambiental integrada Los Filos o licencia ambiental única (lau), que establece los límites aceptables para las emisiones al aire, los desechos peligrosos y los impactos del agua, así como el impacto ambiental y el riesgo de la operación propuesta en la Declaración de Impacto Ambiental. La vigencia de esta mia era para 2005 a 2016. Después el proyecto Los Filos se ha ampliado, pero su mia no se ha actualizado, de lo que se habla después de 2018 es de la lau y que las autoridades federales y estatales mexicanas pertinentes han otorgado los permisos ambientales apropiados al complejo minero Los Filos y este ha presentado los informes anuales de uso de la tierra y cumplimiento ambiental (Leagold, 2019).
En sus documentos básicos no se habla de sustentabilidad, ni como propósito, ni como proceso de producción en desarrollo; en eso son sinceros, decir lo contrario sería falso. Las prácticas sustentables de que dan cuenta son: la existencia de un vivero, el cuidado de la fauna silvestre y algunas propuestas para generar autoempleos en las poblaciones de influencia, de lo cual no hay nada.
En apego a las leyes, la minera informa contar con todos los permisos exigidos para el uso de recursos, construcción de infraestructura y servicios. Es la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del Gobierno Federal la que administra los permisos ambientales de la industria minera mexicana.
Son diversos los permisos requeridos antes de la construcción y desarrollo de un proyecto minero: la Manifestación de Impacto Ambiental (mia) debe ser presentada ante la Semarnat para su evaluación y, en caso de su aprobación, emita la autorización de impacto ambiental, la licencia ambiental específica del proyecto —que establece las condiciones operativas y los requisitos que debe cumplir el proyecto— y el cambio de uso de suelo. Otros permisos que determinan el trabajo minero son: el uso y descargas de agua que otorga la Conagua; la carta de liberación arqueológica que expide el Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah), que ha autorizado a dmsl para trabajar en 46 de los 48 posibles sitios arqueológicos identificados en los estudios de referencia y dos sitios restringidos para las operaciones mineras (Leagold, 2019); el permiso de explosivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); así como los permisos de construcción, de manejo de residuos no peligrosos y la autorización de seguridad otorgados por el municipio.
Para la obtención de los permisos se requiere que la empresa minera tenga los títulos de superficie, los derechos y los acuerdos necesarios para que la tierra se utilice para el proyecto. Los desechos peligrosos de la industria minera están altamente regulados y los requisitos específicos de manejo, como la documentación de generación de desechos peligrosos, los libros de registro y los manifiestos de manejo, deben cumplirse una vez que se generan. Las áreas de almacenamiento de desechos peligrosos deben cumplir con los requisitos federales (Leagold, 2019).
En total la empresa minera ha tramitado 38 permisos en las diferentes instancias de gobierno. Para cada uno de los materiales a usar, servicios, cambios de actividad, de lugar, ampliación, etc., se requiere de permiso. Cada permiso exige estudios de impacto, obligaciones de la empresa, formas de seguimiento y evaluación. Este proceso se cubre mediante programas: de registro de descargas de aguas residuales; registro de residuos sólidos, líquidos y gaseosos peligrosos; de vigilancia y monitoreo ambiental (agua, aire, suelo); de reforestación; de manejo del cianuro; y el programa de cierre.
Después de cubrir los requisitos los programas son aprobados por los gobiernos. Las dependencias de gobierno, administradoras de la tramitación minera, particularmente Semarnat, conocen todo el proceso que se sigue en la explotación minera, las formas de acceso a los diversos recursos naturales (agua, tierras, aire) y el impacto que ello tiene en la flora y fauna, en las aguas y en el medio ambiente en general. Por eso, los gobiernos son corresponsables de lo que ahí se hace, cómo se hace y las consecuencias ambientales que ello tiene. La empresa propone y los gobiernos autorizan; la empresa explota los recursos y el gobierno debe cuidar que se impacte negativamente lo menos posible en los demás recursos y condiciones naturales de la vida.
Otra generalidad que hace explícita el complejo minero Los Filos es cuando dice que su política ambiental se basa en el Sistema de Protección Ambiental de Luismin, es decir, el elemento central del Programa de Vigilancia Ambiental, las Políticas de Seguridad, Salud y Protección Ambiental del grupo corporativo Wheaton River Minerals, del cual es subsidiaria y que se ha venido desarrollando en otras unidades mineras del país, con muy buenos resultados, los cuales incluso le han valido, desde 1998, la certificación como Industria Limpia por Semarnat.18
Asimismo, ha hecho muchos compromisos relacionados con el medio ambiente, pero no hay informes de resultados del cuidado ambiental. Entre esos compromisos está el de compartir información con interesados externos a la empresa, lo cual no sucede. También dice que la política ambiental será comunicada ampliamente a los miembros de la organización y a los integrantes de las partes interesadas en el proyecto, como son población que habita en la región, autoridades de los tres niveles de gobierno y mandatarios locales. Tampoco se puede comprobar este compromiso.
Se informa de un programa de vigilancia ambiental para proteger la vida silvestre; se dice que utilizarán varias técnicas, incluida la recuperación y limpia del agua con cianuro, barreras físicas de protección y el establecimiento de estanques señuelo. El cercar y cubrir estanques de solución con redes de polipropileno ha demostrado ser eficaz para evitar que las aves, murciélagos y mamíferos diversos acuaticen (mia, 2013). dmsl ha implementado medidas para restringir el acceso de la vida silvestre y el ganado a las áreas de uso de cianuro. El perímetro de las pilas de lixiviación y los estanques está cercado por una combinación de cerca de alambre de púas y malla ciclónica. Los Filos cuenta también con un Plan de Rescate, Manejo y Reubicación de Vida Silvestre (mia, 2013).
Al respecto se puede observar cómo en los diversos estanques de depósitos de aguas cianuradas, sin ninguna protección al aire libre, han muerto diversas aves, según información de trabajadores. Tal parece que se dice una cosa y se hace otra. Se informa que todo está bien, pero no se informa de lo que está mal, lo que se debe hacer y no se hace.
Se habla de la existencia de diversos programas de monitoreo, en relación con la calidad del agua subterránea, la calidad del agua superficial, la calidad del aire, el ruido perimetral, el registro de fauna, el registro de rescate de especies de flora, la producción de plantas de vivero, los suelos y el registro de superficie despejada restaurada y reforestada. La mayor parte del monitoreo se realiza cada seis meses o anualmente, con la excepción de la calidad del agua subterránea, que se monitorea trimestralmente (mia, 2013). Al no existir información al respecto en los portales electrónicos de la Semarnat, se pueden entender esos programas como formalidades burocráticas o acciones dudosas, de ordénese, pero no se cumpla. Los programas de cuidado del medio ambiente tienen costos: es sabido que la empresa hace todo lo posible para evadir responsabilidades que implican costos, aunque dice dedicar el 11.4% de su inversión a tecnologías de prevención ambiental.
En suma. Se trata de una empresa minera legal y formal, con lo cual es consecuente; trabaja de acuerdo con la legislación y normatividad minera mexicana; y dice tener en orden toda la tramitología burocrática de permisos y autorizaciones para explotar los recursos minerales. Pero lo que poco se sabe es de los resultados y consecuencias que ese trabajo tiene en el medio ambiente. Hay una mia donde dice lo que se compromete a hacer, pero no hay resultados de los impactos ambientales.
La minera Los Filos es la que tiene los mayores impactos ambientales a simple vista, con la demolición de cerros y su conversión en taludes; con la excavación de grandes conos producto de los tajos, los cuales quedarán como cicatrices planetarias de la avaricia humana por el oro y la plata. Esos conos no se pueden rellenar, borrar, ni reforestar: ahí quedarán como heridas y testigos generacionales de la historia natural. Es evidente la huella ambiental que está dejando la minera Los Filos. No debería ser así, pues es de las empresas de México que mayor riqueza en oro está extrayendo, tiene proyecciones de trabajo a futuro y va a seguir por más tiempo. Por tales motivos debería capitalizar con perspectiva sustentable y ambiental su explotación.
La relación de la minera Los Filos con las comunidades
El consorcio minero Los Filos tiene relación con tres comunidades agrarias: Mezcala, Xochipala y Carrizalillo. Las dos primeras tienen dominios comunales sobre la tierra y la tercera es ejido. Mazapa, otro pequeño asentamiento poblacional, ubicado cerca de la mina Nukay, es parte de los terrenos comunales de Mezcala. Las relaciones no han sido igual con las tres comunidades, lo que se explica por la función diferenciada que desempeña cada una en relación con el desarrollo del proyecto.
El caso de Mezcala es estratégico para Los Filos: la mayor superficie de tierras las renta y ocupa la minera; es la puerta de entrada y salida para las operaciones de la mina y de acceso a la red de carreteras nacionales; se trata de la localidad que ofrece mayor infraestructura de servicios de vivienda, alimentos y transporte a los trabajadores de la mina; ahí se toma el agua y la energía para la mina; existe una autodependencia entre ambas, pues la economía y vida de Mezcala depende en gran medida de la actividad minera y esta necesita de Mezcala.
Con Carrizalillo y Xochipala su relación es a través de la renta de tierras. Con estas dos comunidades las relaciones han sido tensas y conflictivas, incluso llegando al rompimiento y retiro de la empresa por algunos años, como fue con Xochipala por falta de acuerdos, debido a la estrategia de lucha campesina de todo o nada. Estas comunidades agrarias han interrumpido en diversas ocasiones los trabajos, bloqueando los accesos a la mina para renegociar mejores condiciones de arrendamiento de sus tierras.
En el caso de Carrizalillo, en el 2020 terminó el convenio de arrendamiento de tierras que tenía firmado por 20 años con la minera y con revisión cada seis años. Ahora había que renovar ese convenio: la empresa quería hacerlo en los términos del anterior, pero el ejido propuso cambios, entre otros, que la revisión de las condiciones de arrendamiento de tierras fuera cada año, lo cual la empresa se negaba hacer. Esta diferencia llevó a que los ejidatarios pararan los trabajos de la mina, bloqueando los accesos por cerca de tres meses a finales del 2020. No se supo en que quedaron, levantaron su bloqueo silenciosamente y no se conocieron las condiciones negociadas.
Los ejidatarios de Carrizalillo, desde 2010 establecieron relaciones con la Red Mexicana de Afectados por la Minería (rema) y el Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero, quienes los han acompañado en sus movimientos y con quienes han interactuado en experiencias. Bajo esa influencia, Carrizalillo en 2014 logró que el pago de tierras estuviera asociado al precio del oro, equivalente a 4 ozAu/ha y se introdujo como demanda la revisión del contrato de arrendamiento de tierras cada año, pero no pasó porque el convenio estipulaba que sería cada seis años.
En los prolongados bloqueos que paran los trabajos de la mina, se enfrascan en discusiones superfluas. Por ejemplo, en el de finales de 2020, se discutía dónde sesionaría la comisión negociadora: si en el campamento de los campesinos, si en la comisaría de Carrizalillo o en las oficinas del gobierno estatal. Incluso los campesinos propusieron que fueran en el estado de Morelos, en territorio neutro, después se supo que la residencia donde se proponía sesionar era de un capo del crimen organizado del grupo de los Tlacos.
Los de Carrizalillo, con sus movimientos bajo la influencia de la rema, a menudo rayan en radicalismos de lucha de todo o nada, que los ha llevado a conquistar beneficios, pero a perder otros mayores como es la confianza y el buen trato entre núcleo agrario y empresa Tal fue el caso del movimiento del 2020, cuando, al no ceder los campesinos en sus demandas y, por tanto, no avanzar en las negociaciones, fue el crimen organizado el que los obligó a levantar su bloqueo y dejar trabajar a la mina. Este comenzó a exigir los “pagos de piso” de fin de año y los aguinaldos, fuentes importantes de recaudación para el crimen.
Ahí estuvieron los representantes de rema, acompañando con asesoría, elaboración de documentos, desplegados, peticiones, incluso la hacían de voceros de los campesinos. En los pliegos petitorios introdujeron demandas que eran banderas de lucha de otros movimientos nacionales y sudamericanos contra las mineras, relacionados con problemas de salud —que fue un problema en Coahuila—; con despojos de tierras y discriminación racial —banderas de lucha contra mineras en Perú y Ecuador—; y diversos problemas ambientales (Atlas de Justicia Ambiental, 2019). Aunque se refieren a actividades similares, las condiciones específicas son diferentes y no encajan esas demandas como moldes aquí. Además, los campesinos de Carrizalillo tenían como demanda principal un mayor pago por sus tierras, no les interesaban los problemas ambientales mientras hubiera una compensación por lo que destruían o contaminaban; lo que querían era quitar mayor tajada al negocio minero, del cual reciben alrededor de $20 millones de pesos sólo por la renta anual de tierras, más otras prestaciones. En ese contexto del movimiento del 2020, Carrizalillo rechazó la intervención mediadora del Gobierno Federal y Estatal. Le tomaron la palabra al presidente López Obrador de nada de intermediarios de terceros en su gestión, todo directo al pueblo y con el pueblo.
Se observó un empoderamiento total de los campesinos de Carrizalillo, como si fuera un pueblo soberano, dueños absolutos de los recursos naturales. Son poseedores superficiales de esas áreas de tierra donde viven, y su poder radica en otorgar permiso para trabajar los recursos del subsuelo que son de la nación, de todos los mexicanos. Por lo tanto, el presidente, representante de todos los mexicanos, sí debía participar y vigilar que la explotación y beneficio de esos recursos fuera para todos los mexicanos.
Mezcala es la comunidad más importante para la minera, como ya se dijo. La renta anual de tierras en el 2020 fue de $196 millones de pesos. Dinero que la minera entregó a los representantes de la comunidad de Mezcala, integrada por 415 comuneros. Ese dinero que lo maneja el comité de bienes comunales se divide en tres partes —según me dijo un comunero que fue representante—: una parte se repartió entre los comuneros (en ese año les tocó de $140 mil pesos a cada uno); a quienes no son comuneros, pero son habitantes de Mezcala y padres de familia, les dieron $32 mil pesos a cada uno, de ahí ayudan a madres que dan a luz, apoyan a hijos de comuneros que estudian y dan apoyo a comuneros cuando fallece algún familiar; otra parte, se invirtió en obras de la localidad, se construyó una iglesia más grande, porque la vieja iglesia colonial la destruyó el ciclón Manuel en el 2013; asimismo construyeron la plaza central y un auditorio; se pavimentaron calles y apoyaron instalaciones de salud y escuelas, y otras obras más que van saliendo; la otra parte es la que se agarran —o roban— los representantes de la comunidad. Porque no es por amor al trabajo y a la comunidad la reñida disputa que se da entre comuneros cuando hay cambio y elección del nuevo comité de bienes comunales y de vigilancia, sino por el dinero que ahí se maneja. Esas tres divisiones no tienen que ser iguales, por lo general es mayor la que va al reparto comunal y así todos contentos. Después de tres años de “servir” a la comunidad, quienes se desempeñan en esos cargos de representación andarán con carros nuevos, una tiendita, un carro de volteo que rentará a la mina, un taxi u otro negocio, eso sí supo aprovechar la oportunidad de estar donde hubo dinero. De lo contrario, lo gastará en fiestas y en lo que más se consume: cerveza.
Una buena parte del dinero que reciben los comuneros y la población de Mezcala, por concepto de pago anual de la renta de tierras a la minera, se gasta en fiestas de cumpleaños, bodas, fiestas de santos patrones, consumo de cerveza, compra de grandes pantallas de televisión, celulares, motos, cuatrimotos y carros. Esto lo hacen tanto los representantes, como los comuneros y pobladores beneficiados. La mejoría de las casas habitación es secundario, se observan muchas que siguen con pisos de tierra y techos de lámina, verdaderos hornos con el calor que hace en primavera.
Ser comunero, en este caso de Mezcala, es un privilegio, pues se trata de un gremio cerrado que cuidan como si fuera una secta o una mafia con la finalidad de no compartir los beneficios que les da la renta de sus tierras. Un avecindado o un trabajador de fuera —que hay muchos en Mezcala— no puede comprar un pedazo de tierra para hacer una casa o comprar una casa, no puede radicar en la comunidad, sino que debe rentar mientras viva ahí. A menos que el esposo o la esposa sea hijo o hija de habitante o comunero de la localidad, tendrá la posibilidad de tener un espacio propio para vivir. Esto también aplica para el sindicato de trabajadores de la mina que son los empleados de base. Al sindicato no entran trabajadores de fuera, de otros pueblos de Guerrero o de otros estados, quienes hacen gestiones para su basificación son bloqueados, incluso han existido casos de quienes han sido corridos del trabajo. Es la “solidaridad proletaria”. Sólo pueden formar parte del sindicato los trabajadores de la localidad, porque ahí también hay estímulos que no quieren compartir con los trabajadores de fuera. El sindicato a fin de año da un bono a sus miembros. Por ejemplo, en 2019 fue de $130 mil pesos, además de otras prestaciones que el sindicato gestiona.
Los trabajadores directos de la mina suman unos dos mil, de los cuales cerca de la mitad son de la minera Los Filos y el resto son trabajadores de las subsidiarias. El tipo de personal que se ocupa es tanto especializado como no calificado. Los primeros reciben una capacitación por parte de la empresa. Los empleos pueden ser de base y por contrato. Los de base están sindicalizados en dos secciones: la 269 con cerca de 500 trabajadores y la 270 con unos 250 trabajadores; ambas pertenecientes al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, que lidera Napoleón Gómez.
Los salarios son muy diferenciados: al ingresar al trabajo el empleado recibe lo equivalente a dos salarios básicos; posteriormente, según las funciones que desempeña y grado de especialización, se le otorga un salario mínimo profesional, que es muy superior al mínimo de la región. Las actividades van desde labores básicas, donde no es necesaria una preparación profesional, hasta trabajos especializados de gran responsabilidad y alto riesgo. En general el sector minero nacional presume que tiene salarios 35% superiores a la media nacional, con cerca de los $18 mil pesos mensuales en promedio el salario profesional (Camimex, 2020).
Una demanda insistente de los comuneros y ejidatarios es que todos los empleos sean para las localidades que rentan sus tierras a la mina. El problema es que la gente local no tiene la preparación profesional necesaria y tampoco la disposición para capacitarse; además no es fácil aceptar el sistema de trabajo: de cero riesgos, disciplina, equipamiento, etc., pues se trata de una empresa con reglas internacionales de trabajo. Por tales motivos, las empresas tienen que buscar fuera a gente con el perfil profesional, de suerte que han jalado muchos trabajadores expertos de otras regiones mineras del país. Lo que persigue también esa demanda local, es que todo se quede en la comunidad, que la minera y las subsidiarias no contraten servicios con gente de fuera, es decir, quieren cubrir todo el empleo que ahí se genera y retener la derrama de dinero, aunque no tengan la capacidad para hacerlo.
El consorcio minero Los Filos ha tenido un fuerte impacto económico y social en la región: con él se ha transformado el paisaje de esas comunidades. De pueblos con casas hechas de materiales perecederos como la palma, la madera, la teja, el adobe y el bajareque, sus calles de tierra o empedrados, ahora se observan pueblos con casas de material perenne, con agua entubada en los domicilios y calles (mal trazadas) pero con cemento. Lo que antes eran corrales con animales de carga y otros domésticos, ahora son patios donde tienen más de un carro, moto o cuatrimoto. Todos los hogares están equipados con aparatos domésticos, se cocina con gas y poca leña; todos tienen grandes pantallas de televisión y los respectivos celulares. La llegada de la minera transformó, para bien o para mal, la vida bucólica y campirana de la región. Quien se quiere ocupar, directa o indirectamente, con las opciones de empleo que abre la actividad minera lo está haciendo, es decir, está buscando opciones de trabajo y de vivir dignamente. Pero hay quienes siguen involucrados en el cultivo de enervantes y tráfico de drogas, se involucran con los grupos delincuenciales tolerados por el gobierno y llamados eufemísticamente “policías comunitarias”; ahí se ven muchos jóvenes con armas, moto y celular, aprendices de delincuentes. Es la población que se mata entre sí por rivalidades y huye al dividirse la comunidad o al cambiar el grupo criminal dominante en el lugar. Esa actitud se explica por los bajos niveles de preparación, por una vida campesina de autodeterminación, donde ellos ponen sus reglas y ritmos de vida. Trabajar en la mina es un cambio radical de vida, de exigencias, disciplina, etc., lo cual no es fácil ni rápido de aceptar para una población con arraigo cultural campesino.
El crimen organizado y la disputa de territorios entre los grupos, así como el involucramiento de la población con ellos, han generado violencia, enfrentamientos y divisiones entre los pobladores de una misma localidad o localidades vecinas; han dado lugar a migraciones o expulsiones de familias, como sucedió en los pueblos del vecino municipio de Leonardo Bravo, con sus confrontaciones armadas y muertes con el llamado grupo de los Tlacos, de Tlacotepec. No es la actividad minera la que ha desplazado a la población como lo afirma la rema. Al contrario, esas actividades les han dado opciones de trabajo y arraigo local. Ha sido el crimen y las disputas de control entre grupos, las ambiciones de poder de líderes y pobladores, los que han llevado a divisiones y expulsiones forzadas de las comunidades. La minería necesita de trabajadores, lo sabemos desde la época colonial, no le conviene expulsar y que se muera la gente de los pueblos. Son otros los impactos sociales a que da lugar la actividad minera con el dinero que derrama, son la corrupción de las funciones públicas, militares y policiacas, el fortalecimiento del crimen organizado con la extorsión y control de precios de los productos de consumo básico y la extorsión al consumidor final. Pero de esto tampoco se puede culpar a la empresa minera, porque son acciones que deben vigilar y ordenar los gobiernos; lamentablemente estos han sido suplantados por el crimen en todos los niveles y funciones: económicas, sociales, de justicia y hasta culturales.
En los pueblos de influencia de la minera Los Filos es bien conocido que ha penetrado el crimen organizado, puesto que ahí ha centrado su acción al dejar de ser negocio el cultivo de la amapola y la marihuana de la sierra. Ahora son la extorsión y el control de mercados urbanos sus principales fuentes de ingresos, lo cual ha derivado en disputas y enfrentamientos, ya no solamente por las rutas de trasiego, sino por territorios o plazas, como ellos les llaman. El crimen organizado es el principal usufructuario de la derrama de dinero y la dinamización económica que hace posible la producción minera.
Hace algunos años los grupos criminales presionaban a las empresas mineras, exigiéndoles ciertas cantidades de dinero, pero no pudieron llegar adonde se deciden los recursos, por lo que secuestraban funcionarios menores; sin embargo, no les resultó tal acción. Ahora lo que hacen es extorsionar a las subsidiarias que trabajan para Los Filos; incluso han tenido subsidiarias afines y han logrado diversas concesiones de servicios para gente afín e integrantes del crimen: concesiones de transporte con carros de volteo, pipas, tráileres, maquinaria, transportes de pasajeros, constructoras, abastecedoras diversas, entre otros. El crimen ha logrado penetrar en las estructuras de funcionamiento de las empresas: sabe a quién se le dan convenios y montos de dinero, y está informado desde adentro por trabajadores locales. La penetración del crimen también se encuentra en la sociedad: en la política, en la economía, en el comercio, en las fiestas, en la justicia, en todo. Es muy difícil saber en esos pueblos quién trabaja y quién no trabaja con el crimen organizado. De eso no se puede hablar.
La inseguridad en el estado de Guerrero y en el área de las minas, igual que antaño en la época de los bandidos, sigue siendo uno de los problemas y preocupaciones de los inversionistas, porque ha amenazado y sigue siendo una amenaza para las operaciones y los servicios que proporcionan las subsidiarias, con el cobro de piso (concepto de extorsión amplia que maneja a su criterio el crimen organizado).
Hay empresas que realizan trabajos técnicos especializados que requieren de personal calificado. Ese personal lo encuentran por lo general fuera de la región, en otras partes del país, incluso en el extranjero. Al ser contratados, comienzan a ser amenazados y extorsionados por el crimen, lo que provoca que se vayan y no quieren trabajar aquí, aunque los sueldos sean altos. Ante ese fenómeno hubo empresas subsidiarias que tuvieron serios problemas con la falta de personal, por lo que tuvieron que negociar con el crimen una aportación anual a cambio de no molestar a sus trabajadores y así lo hacen. Lo bueno de todo ese mal es que el crimen negocia.
Ahora el crimen se alimenta de la extorsión y lo hace con todo aquel que tiene algún ingreso: sean a las comunidades con la renta de las tierras; a los trabajadores a través de los sindicatos (quienes pagan una cuota anual que van descontando a los trabajadores); a las organizaciones de transportistas y comerciantes; en general, a todos aquellos que captan recursos por su trabajo o servicios que realizan con la minera. Todos tributan al crimen organizado, a cambio este les ofrece “seguridad” y los pobladores se sienten favorecidos al saber que tienen buena relación con el líder o capo del crimen. Esa relación se manifiesta con la invitación selectiva a fiestas de cumpleaños o convivencias que organizan los jefes o en honor a los jefes del crimen, donde hay comida, alcohol, música, baile, juegos de toros, entre otras actividades más. Pero también hay fiestas sorpresas gratis, bailes con grupos musicales caros, muy concurridos. ¿Quién los paga? No se sabe. Igual que antaño —en los tiempos feudales—: los de abajo, campesinos y vasallos, se sienten honrados con la distinción de los de arriba, los monarcas, hoy los capos. Se olvidaban de las cargas tributarias, hoy se olvidan de las extorsiones.
El cierre de la mina
La minera Los Filos reconoce que en todo espacio donde hay actividades mineras hay impactos a la naturaleza, al paisaje, a la vida vegetal, animal y humana, irremediables e irrecuperables. En este caso sus actividades tienen un fuerte impacto ambiental que está destruyendo y transformando inevitablemente las condiciones naturales del entorno. Para atenuar esos impactos se implementa un programa de cierre, que se pondrá en práctica al ir abandonando espacios y actividades al final de todo el proyecto.
Con el plan de cierre se pretende: reducir el daño por erosión; proteger los recursos hídricos superficiales y subterráneos mediante el control de la escorrentía; estabilizar física y químicamente el sitio y sus instalaciones, asegurando que el cianuro y los productos químicos del proceso se eliminen o se neutralicen de manera segura; limpiar y desintoxicar todas las instalaciones y equipos utilizados; establecer las condiciones del suelo que favorezcan la regeneración vegetal; reforestar áreas perturbadas; y dar seguridad con la limitación del acceso a áreas geográficas peligrosas, tanto para la fauna como para las personas. Para ese plan de recuperación de las condiciones seguras y estables, y la minimización de los impactos ambientales, se presupuestaron $52.8 millones de dólares a finales del 2018, que se financian mediante la asignación de un porcentaje de los ingresos por ventas del complejo minero Los Filos (Leagold, 2019).
Se trata de un programa de cierre tradicionalmente remediativo de condiciones naturales transformadas, irremediables e irrecuperables. Aunque la empresa dice que monitoreará por dos años el seguimiento del programa de cierre, nada se puede asegurar para que esos compromisos se cumplan. Duda que surge cuando dice que las acciones del programa de cierre entraran en operación al ir abandonando áreas y actividades de trabajo. Al respecto hay espacios como es el caso del tajo Los Filos, que está agotado y abandonado, y no hay actividades de cierre. Es el problema de las estrategias remediativas de cierre, las cuales pueden quedar en promesas.
El consorcio minero Los Filos reconoce tener diversos impactos negativos en el medio ambiente con sus operaciones. Se prevé que, por lo menos, unas 550 ha de terreno se verán perturbadas. Solamente los tajos, el tepetate y los patios de lixiviación, ocuparán cerca de 400 ha. Esas áreas se verán transformadas y destruidas definitivamente, como es el caso del tajo Los Filos, que está agotado y abandonado en los dos últimos años. En su lugar, quedó un gran pozo en forma de cono, el cual tiene forma elíptica en su parte superior, con un diámetro de 1 500 m y la parte inferior (el fondo) tiene 520 m, con una profundidad vertical de 370 m. Sólo esa excavación afectó 66 ha, con su respectiva vegetación y condiciones de vida y drenaje. Pero no fue todo, únicamente para descapotar esa área del tajo se quitaron 118 millones de toneladas de tepetate, que se colocaron en otro espacio de 146 ha que quedó sepultado con esos millones de toneladas de material removido.
De ese tajo en forma de cono se extrajeron más 60 millones de toneladas de roca mineralizada, que se demolió y amontonó en otras áreas cubiertas de plásticos, como son los patios de lixiviación, para extraer en promedio de 0.5 a 1 g de oro/ton de roca. Esa área de 175 ha, también quedó sepultada con su carga de roca, igual que las pirámides de Teotihuacán, pero sin estética arquitectónica, para la eternidad.
Otras 122 ha con impacto negativo serán las ocupadas con tres piletas o estanques con la solución cianurada (Leagold, 2019). La primera y segunda reciben la solución preñada y cargada de cianuro de sodio, mientras la tercera, que es un enorme depósito de contingencia, recibe y detiene toda el agua filtrada del proceso con cianuro en bajas cantidades. Ese depósito está calculado para recibir la precipitación máxima durante las 24 horas estimadas que puede haber durante 100 años. Esta pila grande es de protección de las aguas de escurrimiento y las que sigan saliendo de los patios, pues evita que se vayan a los cauces naturales, y ahí mismo se degradará el cianuro existente. Esa área de pilas también es transformada y quedará sepultada con los estanques, el más grande de los cuales es una verdadera laguna que contiene aguas bajas en cianuro, el cual, según estudios de proyección, debe volatizarse o degradarse biológicamente. Es agua que no representa peligro para la vida se prueba con la reproducción de vida acuática que es la más sensible al cianuro. En perspectiva, como proyecto cerrado a la producción minera, esa infraestructura hidráulica puede ser revertida para otros usos, el turismo o la recreación, por ejemplo, serían espacios propios para remar en lanchas, incluso para la producción acuícola.
Son poco optimistas los planes de cierre de Los Filos, con las promesas de ayudar a la naturaleza a recuperar lo irrecuperable. ¿Qué se puede hacer con el tajo y enorme cono que dejó? ¿Rellenar o renivelar con el tepetate y roca disponible para su recubrimiento con tierra fértil después? Es posible. Hay la capacidad técnica y su explotación ha dejado capacidad financiera para hacerlo. El problema es hacerlo. Por el momento ahí van quedando las huellas tatuadas de los impactos negativos de la minería. La naturaleza hará su trabajo de recuperación de equilibrios ambientales y la reproducción de formas de vida vegetal y animal. No obstante, serán espacios diferentes a lo que fueron, no volverán a ser iguales.
A diferencia de las otras empresas mineras —Peñoles y La Media Luna—, donde lo ambiental permea estrategias y programaciones de trabajo, en Los Filos no hay eso. No se ve asumir objetivos y metas de trabajo comprometidos con los cuidados ambientales. Repito, queda en generalidades y apego general a las leyes y a las buenas prácticas de ingeniería minera. En su filosofía y discurso tampoco está presente una convincente ética ambiental, de valores y responsabilidades con la naturaleza y la sociedad. La extracción de recursos y su conversión en riqueza parece ser su perfil característico y definitorio como empresa minera. Esto no es muy bueno para Los Filos, porque la vamos a seguir teniendo por mucho tiempo en la región. Debe mejorar su perfil empresarial con el medio ambiente y la sustentabilidad social, puesto que se trata de la empresa que mayores problemas ha enfrentado en su relación con las comunidades. A menudo ha sido acusada de evadir y no cumplir con responsabilidades sociales y cuidados ambientales; sus relaciones son débiles y de confrontación constante, donde la disputa de recursos económicos está siempre de por medio.
Además, tampoco producen optimismo las acciones del sector gubernamental y de los núcleos agrarios, con lo que puede venir con el programa de cierre de la minera Los Filos. La Semarnat, como cabeza de gobierno en el seguimiento y corresponsabilidad con el cuidado del medio ambiente, es un coto burocrático que no da muestras de interés y preocupación con la problemática ambiental, la cual es un área desatendida por el Gobierno Federal, el cual le ha quitado recursos y, con ello, ha debilitado más sus funciones de administración ambiental, incluyendo un pequeño fondo con aportación de las mineras, creado en 2014, destinado a beneficiar con obras y servicios puntuales a comunidades de los municipios con actividad minera. Escaso optimismo dan las acciones del gobierno para un buen desempeño del programa de cierre de la empresa minera Los Filos.
Los campesinos vinculados con la actividad minera viven el presente y no piensan lo que les dejará cuando termine. Al aceptar la renta y venta de sus tierras y ver el trato que se les está dando, deben saber que van a quedar sin espacios y sin recursos y que dejarán de ser campesinos con tierra. Difícilmente se va poder cultivar en esos espacios o realizar otras actividades. La minería los está despojando mediante la compra de sus recursos y ellos han aceptado el precio. Junto a la venta de sus tierras, también comprometieron las condiciones ambientales, a las cuales también les ponen precio. “Para nosotros no hay problemas ambientales siempre y cuando la minera pague una gratificación por lo que destruye (arboles, tierras, aguas). Los problemas ambientales son de los medios de información, de los investigadores que vienen, ellos son quienes los denuncian”.19 Para los campesinos los problemas ambientales están relacionados directamente con la gratificación económica: si no les dan o es poca la retribución, el problema es grande; en cambio, si la gratificación es satisfactoria, no hay problema ambiental. Ante la pobreza de pueblos y bajos niveles de educación, no hay conciencia ambiental, lo que hay son necesidades económicas. Ante estas situaciones, los alcances de un programa de cierre y su cumplimiento dependen por completo de la empresa minera.