Introducción

La minería es una de las actividades que ha practicado y desarrollado la humanidad desde sus comienzos como civilización. Es uno de los medios a través de los cuales se ha provisto de recursos materiales para elaborar herramientas de trabajo, construcciones de vivienda y todo tipo de infraestructura productiva, así como de servicios modernos con los que se caracteriza el presente. La historia humana es también la del desarrollo de los metales. El desarrollo económico y técnico humano no se comprende sin los metales.

Las civilizaciones, las culturas y naciones que mejor han trabajado el arte y la ciencia de los metales se han colocado, históricamente, a la vanguardia del desarrollo humano: el uso de los metales ha sido y es poder.

Los procesos de producción y la transformación de los metales han tenido una tendencia de lo más simple a lo más complejo, que han ido de la recolección a la industrialización, de lo superficial a lo profundo, de lo rudimentario a lo tecnificado; con impactos ambientales imperceptibles al comienzo, pero que han llegado hasta la transformación y destrucción natural actual. Por su naturaleza, la extracción y producción de los metales es compleja y costosa, pues estos forman, de manera combinada con otros elementos, la corteza de la tierra desde su superficie hasta sus profundidades. Cuando fue poca la demanda social, bastó la existencia superficial de metales, pero al aumentar las exigencias humanas se ha intensificado y tecnificado la extracción a considerables profundidades; por tal motivo, las consecuencias han sido de mayor impacto, hasta llegar a la transformación y destrucción de las condiciones ambientales y naturales.

Analizar y explicar las acciones de exploración, extracción y producción minera de tres grandes empresas, como son Capela de Peñoles, la Media Luna y Los Filos, en el estado de Guerrero, así como el tejido de relaciones sociales regionales que se han establecido, además de los impactos ambientales que están teniendo en los recursos naturales y ambientales de la región, son los propósitos de este trabajo.

Se trata de empresas mineras trasnacionales: la primera de origen mexicano y las segundas canadienses, las cuales se caracterizan por su potencialidad económica y técnica de trabajo, lo que les da gran competencia en los mercados internacionales de metales, donde están entre las de mayor producción de estos, como son el oro y la plata.

Estas empresas, igual que todas las que están operando en la minería mexicana, están aprovechando las ventajas comparativas que ofrece México con sus leyes, sus políticas neoliberales, su fuerza de trabajo, su infraestructura productiva, su ubicación geográfica en relación con los mercados, etc. Todo este contexto de mercados favorables hacia los metales ocasiona que la minería esté viviendo un proceso de bonanza productiva, así lo evidencian los casos de estudio que aquí se analizan.

De igual manera, las empresas mineras como principales ejecutoras de esa actividad económica no van ni están solas en la compleja trama de relaciones que hacen posible la producción. Ahí está el papel que desempeñan los gobiernos de los diversos niveles, como responsables que son de vigilar y hacer que se cumplan las leyes que norman esa actividad productiva; y los campesinos, poseedores de las tierras, quienes se involucran mediante la anuencia que dan para realizar la explotación de los minerales, a cambio de pagos e indemnizaciones que negocian con las empresas mineras.

Las funciones que desempeña cada uno de los sujetos de la minería (empresarios, gobiernos y campesinos) están normalizadas, por lo que no se puede decir que alguno de ellos fue engañado o ignorado y es inocente de las consecuencias sociales y ambientales que contrae el proceso de producción minero. A menudo se culpa a una de las partes, generalmente a las empresas, de los impactos sociales y ambientales negativos, y se exonera, por lo general a los campesinos, lo que convierte a la actividad minera en una cuestión de buenos y malos, donde el gobierno se lava las manos. Es lo que aquí se trata de no hacer: ideologizar el análisis que desempeñan los actores participantes, puesto que se trata de una actividad voluntaria y legal, cuyas funciones de cada sujeto están reguladas por leyes, de manera que hay corresponsabilidades en la acción minera, así como en sus consecuencias naturales y sociales. La producción minera se ve como un proceso histórico, contextualizado por el desarrollo humano, científico, técnico y político, además de los correspondientes niveles educativos, culturales y de conciencia en el trato y relación con la naturaleza. No es una actividad entre buenos y malos, entre defensores de los recursos y saqueadores, sino una actividad productiva estratégica para la economía y la sociedad mexicana, debido a ello se analiza el rol de sus participantes y se reconocen los aciertos de estrategias de trabajo con perspectiva ambiental, vengan de los inversionistas, los campesinos o los gobiernos. No es un estudio para defender, denigrar o enaltecer a uno u otro sujeto implicado en la minería, sino que trata de ser objetivo y crítico, principalmente en relación con el medioambiente.

Paradójicamente, la minería, a pesar de ser reconocida por su importancia y función estratégica para el desarrollo humano, es al mismo tiempo de las actividades productivas más satanizadas y acusadas de ser fuente de destrucción y transformación del ambiente y la naturaleza, en ocasiones como si fuera la única y la principal, pero en ningún momento y en ninguna parte se ha intentado eliminarla en aras de conservar el ambiente prístino. Aquí se trata de dar una explicación a ese problema social, que tiene que ver con el rechazo a las formas de extracción, sus impactos ambientales y beneficiarios de su producción, más que estar en contra de la minería.

Se trata de un problema complejo, que permeará el análisis de este estudio:

  • Históricamente ha sido consensual que los metales y la minería son estratégicos para el desarrollo humano. Se justifican.
  • Los desacuerdos radican en las formas de extraer y procesar los metales, así como en los impactos negativos que provocan a la salud social y ambiental, los cuales son insustentables. Es el problema.
  • Aquí no se ve a la minería gobernada por una ética y filosofía del mal por principio, de destrucción y transformación del planeta. Es una actividad que encuentra su justificación y funcionalidad en la demanda social de los metales, lo cual la ha convertido en un gran negocio mediante el cual algunos lucran con sus beneficios. Al mismo tiempo, presenta un cariz explotador, modificador y destructor de ambientes naturales, con la extracción y depuración de elementos componentes del planeta. No obstante, la minería cubre una creciente demanda social, lo que la justifica, además de hacerla un negocio. Con la minería se han desarrollado diversos campos del conocimiento científico y tecnológico, sin embargo, ahí donde trabaja una mina ya nada será igual: es el costo necesario que la naturaleza aporta al desarrollo humano, a lo cual responden las leyes, las políticas nacionales e internacionales, que tratan de suavizar impactos, más no podrán evitarlos. La hipótesis.
  • La minería moderna, en general, ha sido una actividad desarrollada por empresas privadas en un mercado de libre competencia. En dicha competencia y en los costos de producción de los metales no van los costos de destrucción o conservación ambiental; la naturaleza absorbe tales costos que finalmente benefician al consumidor final, de lo cual se colige que también somos cómplices de los impactos ambientales negativos a que da lugar la minería. La competencia de los mercados de metales, a pesar de su regularización internacional, hace cómplice a la sociedad de consumo de los problemas ambientales en aras del desarrollo. La tesis.
  • En su largo devenir la minería se ha transformado constantemente, acorde con los tiempos históricos que se viven. El presente está tatuado por diversos problemas ambientales, como son el calentamiento global, la contaminación atmosférica, del agua y los suelos; problemas que están trascendiendo en la educación, la cultura y en las políticas de desarrollo con perspectiva ambiental. Las empresas mineras no son ajenas a ese fenómeno de cambios y búsqueda de opciones productivas más sustentables y con mayor responsabilidad hacia los ambientes naturales. ¿Será posible, la perspectiva ambiental de la minería? La pregunta.

La minería es una de las actividades económicas más reglamentadas internacionalmente, su organización y operación se rige por rigurosos controles nacionales e internacionales en el uso de diversos insumos peligrosos y en el trabajo, el cual se encuentra apegado a estrictos códigos de seguridad; aun así, suceden eventos trágicos, resultado de violaciones de normas o irresponsabilidades empresariales y de gobiernos.

En la minería hay procesos de avances con perspectiva ambiental, pero también siguen pesando prácticas donde domina el afán por el dinero y se desdeña lo ambiental. Se vive un proceso de transición, donde el pasado sin conciencia ambiental no ha muerto, mientras el nacimiento de estrategias organizativas y de trabajo en la minería incorporan paulatinamente la perspectiva ambiental de producción. Hay avances en la toma de conciencia ambiental, en el reconocimiento de los problemas y en la búsqueda de opciones, es decir, ya existe cuidado ambiental a la hora de explotar los recursos mineros, y en el presente trabajo, con estudios de caso, tratamos de demostrar.

Por eso, no se debe hacer tabla rasa de las prácticas mineras, no son iguales. En este caso el propósito es captar las especificidades del trabajo minero de tres grandes empresas. Para eso nos apoyamos en referentes teóricos, como la perspectiva de la sustentabilidad, así como en el trabajo de campo, mediante el cual hicimos acopio de evidencias para que se confirmaran nuestras afirmaciones. La segunda condición, no se cubrió a cabalidad por razones externas, a saber, por la pandemia de la COVID-19. Un estudio realizado en tiempos de dicha pandemia, por la cual se impusieron restricciones de movilidad social, de acceso y comunicación a fuentes directas de información, provocó que las empresas mineras hicieran más estrictos sus protocolos de control y acceso, que limitaran tener comunicación con actores de mando y operación de las minas. Por lo tanto, este es un estudio que se apoya en los documentos básicos de las empresas, publicados en sus páginas web, en la literatura especializada sobre el tema, en la información publicada por los medios de información, y en las entrevistas de trabajo de campo.

Se trata de un estudio sobre la minería con perspectiva histórica y regional, cuyo eje de análisis está en los problemas ambientales y en tres empresas mineras que están operando en el estado de Guerrero. No pretende ser un estudio teórico y conceptual, sino, más bien, de interpretación y de narración histórica sobre una realidad que caracteriza el presente de una región, la cual se halla contextualizada por una realidad nacional e internacional. En resumidas cuentas, se trata de mostrar a la minería como una actividad económica que responde a las exigencias sociales, las cuales determinan su rumbo e intensidad: a mayor desarrollo y crecimiento, mayor extracción y producción de metales; en consecuencia, mayores impactos ambientales.

Es un trabajo que no pretende estar acabado, sino que intenta motivar la reflexión, para lo cual deja diversas líneas de posibles investigaciones. La gran interrogante sigue vigente: ¿será posible llegar a practicar una producción minera sustentable y equilibrada, produciendo metales no más allá de su potencial de agotamiento? ¿O se trata de retórica discursiva, como definían los griegos metafóricamente a una realidad contradictoria o imposible: un oxímoron? La historia lo dirá.

El trabajo está organizado en siete capítulos que le dan una connotación lógica de lo general a lo específico. El primer capítulo se refiere al universo, los minerales y la historia; el segundo es el contexto de la minería en México; el tercero se refiere a la minería en Guerrero; el cuarto, a la lucha por los recursos mineros y la problemática social regional; el quinto analiza a la minera Capela de Peñoles; el sexto, a la minera Los Filos de Leagold; y el séptimo, a la minera Media Luna de Torex Gold.