Conclusiones
1. El territorio minero de estudio es un espacio con profundas raíces de esa actividad humana. Es referente de los orígenes de la explotación de metales en México de manera sistemática, con fines económicos y de lucro. Geográficamente se localiza en el sur de México; es la sierra de Taxco, con estribaciones hacia el Balsas, el espacio componente. Es la región chontal precolonial, de influencia náhuatl y en disputa con el poderío purépecha.
Son siglos de extracción de recursos mineros y demás recursos asociados como son los bosques y el agua. Son siglos de transformaciones de paisajes, de la flora y de las condiciones ambientales. La minería siempre ha estado acompañada de producciones agrícolas y pecuarias, las cuales son la característica económica regional que ha forjado una sociedad cuya identidad se asocia a esas ocupaciones históricas.
Las mineras modernas presentes se ven como la continuidad histórica de la minería regional; responden a nuevos contextos económicos nacionales e internacionales; con nuevas tecnologías están extrayendo más recursos minerales, ahí donde en otros tiempos ya se extrajeron.
En esa historia de extracción de recursos regionales, no han existido acciones de recuperación de recursos naturales, ni se ha dado respiro temporal para que la naturaleza restablezca lo destruido. En consecuencia, hay transformaciones ambientales con los procesos de deterioro forestal, adelgazamiento de la capa nutricional de suelos, escasez de agua, cambios forestales y la pérdida de la diversidad biológica, resultado de la explotación y la aplicación masiva reciente de bioquímicos en las prácticas agrícolas.
Este es un estudio de la minería con perspectiva histórica y regional que hace énfasis en el análisis de la problemática ambiental y su relación con la explotación minera. No es un trabajo teórico y conceptual; más bien, es una narrativa histórica que trata de interpretar y explicar una realidad regional, contextualizada por una realidad nacional e internacional. Realidades que responden a exigencias sociales, como son las que están determinando el rumbo y la intensidad de actividades como la minería. Lo que tenemos es un dinámico crecimiento económico, que implica mayor extracción y producción de metales; en consecuencia, mayores impactos ambientales.
El presente trabajo ve el proceso minero compuesto de actores que hacen posible la producción: inversionistas, instituciones y comunidades. Su participación está legislada, no hay minería sin el aval de una de las partes, aunque en el proceso de producción sea diferente la participación, al final hay corresponsabilidad de las consecuencias, tanto sociales como ambientales.
2. Las mineras como componente económico regional. Las explotaciones mineras, son empresas legales que operan de acuerdo con las leyes y reglamentos mineros de México. Sus actividades son avaladas por las instituciones de gobierno que las regulan y por las comunidades agrarias donde trabajan. Son las producciones que están caracterizando la vida económica y social de la región.
Para la extracción y producción de metales se requiere de grandes inversiones de capital en tecnología, en infraestructura, fuerza de trabajo e insumos de consumo, lo que hace que las empresas pongan considerables cantidades de dinero en circulación y que parte de ese dinero circule en la región. Esto las convierte en componentes económicos importantes para la vida regional. Las comunidades vinculadas a las mineras mediante la renta de tierras establecen relaciones muy estrechas de dependencia. En segundo lugar, las poblaciones adyacentes a la actividad minera, se vinculan mediante el empleo, la compra-venta de servicios y se establece una interdependencia. En tercer lugar, se dinamiza la economía regional, que trasciende a lo extrarregional, con el empleo, el consumo y la demanda de servicios diversos.
Lo que se observa con la derrama económica que realizan las mineras en la región no se traduce en mejoramiento social, debido a la presencia y acción del crimen organizado, que es quien se queda con los beneficios de ese dinero circulante a través de la imposición y el control de precios del consumo básico. Además de las extorsiones a organizaciones gremiales y a quienes venden algún servicio, se extorsiona al pueblo en general en el consumo de bienes básicos. Por lo que se observa, es el crimen organizado el principal beneficiario de la derrama económica que realizan las empresas mineras en la región. Las comunidades y gobierno no muestran interés alguno en crear y poner en práctica iniciativas donde se invierta el dinero que se mueve, con producciones y servicios que diversifiquen y den continuidad de empleo cuando la actividad minera disminuya. No se está gestando una recapitalización y un desarrollo interno regional, que sustituya al desarrollo minero vigente en su final.
3. Las empresas mineras de la región no son nuevas, son conocedoras y experimentadas en el negocio. La Capela, como subsidiaria del grupo Peñoles, tiene más de un siglo en la actividad; Los Filos tiene antecedentes y presencia en México desde inicios del siglo xx; la Minera Media Luna posiblemente sea la de más reciente creación, de la segunda mitad del siglo xx. La primera es de capital nacional y las segundas canadienses. Son empresas que están presentes con producciones en diversos países y son competidoras en los mercados internacionales de metales. Están a la vanguardia en el uso de ciencia y tecnología minera, con maquinaria ultramoderna, aplicación y uso de sistemas computacionales en la organización y administración del trabajo, así como una modernización tecnológica que les da gran capacidad para incrementar su actividad de extracción y transformación minera.
Esos procesos de modernización tienen impactos ambientales diferentes, los avances tecnológicos no traen beneficios ambientales por sí solos. Son los inversionistas, el destino que les dan. Hay éticas empresariales diferentes en los inversionistas de la minería. En relación con la responsabilidad y el cuidado ambiental, muestran actitudes y resultados diferentes, aunque todos digan hacerlo y apegarse a las normas ambientales vigentes. Hay empresas que manifiestan interesantes avances en prácticas e innovaciones con perspectiva ambiental, en este caso se observa con Capela y la mml. Evidencias que alientan a vislumbrar avances en la conciencia ambiental en la explotación de los recursos mineros.
Con apego a los documentos básicos de operación, como son los estudios técnicos y manifestaciones de impacto ambiental, empresas como Capela y mml incorporan la responsabilidad ambiental de sus operaciones y trabajo, y se cuidan de no contaminar o destruir ambientes que pueden ser salvados. No regatean en invertir en infraestructura ambiental, porque saben que eso es capitalizar su producción. En cambio, en Los Filos, se argumenta el apego a la legislación. En las primeras hay creatividad en la puesta en práctica de las leyes a realidades específicas; en la segunda, de lo que se trata es cumplir formalmente con lo indicado.
Por su naturaleza, la actividad minera es agresiva con el ambiente, tiene impactos inevitables de contacto, de extracción, procesamiento y transporte de su producción. En ese proceso de ver lo inevitable y lo evitable, es donde se manifiesta la conciencia y perspectiva ambiental de trabajo, es lo que diferencia a una y otra empresa. Hay evidencias que dan certeza sobre la existencia de empresas mineras que están trabajando con responsabilidad y comprometidas con el cuidado ambiental, son los casos de la minera Capela de Peñoles y la Minera Media Luna de Torex Gold. Así lo manifiestan sus informes. Si no fuera de esta manera estarían mintiendo y engañando: en primer lugar, a ellas mismas; en segundo lugar, a las instituciones que las avalan; y, en tercer lugar, a la sociedad. Pero teniendo presente su ética y filosofía ambiental de trabajo, se asume la convicción de que se trata de empresas comprometidas con el cuidado ambiental, que se colocan en la perspectiva de avanzar con la innovación de prácticas más sostenibles y equilibradas con el aprovechamiento de los recursos mineros. La sostenibilidad, además de ambiental, debe ir también a lo social. En el caso de la mml ha dado evidencias de ver lo social, ha propiciado, mediante el diálogo, buenas relaciones de trabajo con las comunidades, apoyando su organización y atendiendo a sus problemas. Es una empresa que tiene impactos sociales y ambientales positivos en la región, sin quebranto de sus utilidades como empresa.
4. Las mineras del Balsas, igual que toda obra material, tienen un impacto ambiental. Están transformando áreas geográficas superficiales y subterráneas donde destruyen ecosistemas y modifican las condiciones naturales y de vida. Mediante fotografías satelitales se puede observar desde el espacio las heridas que está teniendo la superficie terrestre. Destacan las explotaciones de Los Filos y la Media Luna por su carácter de cielo abierto. Esas huellas difícilmente van a poderse borrar. Las borrará la memoria humana, pero la naturaleza las conservará como testigos del paso humano.
Es la historia humana en su constante interactuar con la naturaleza. La minería no es la única ni la mayor actividad con impactos ambientales. La historia humana es la constante transformación de la naturaleza, lo hemos hecho a tal grado que estamos viviendo consecuencias de la alteración de las condiciones naturales que hacen posible la reproducción de la vida en el planeta. Por eso, la minería no debe verse como un mal innecesario, sino más bien, un mal necesario en todo caso, así como una autopista, un puerto o aeropuerto, una ciudad, etc., que transforman espacios, matan y desplazan otras formas de vida para beneficio humano.
De lo que se puede estar seguro es que la actividad minera y su inversionista, no tiene como principio provocar el mal, ni a la sociedad ni al medio ambiente. La minería es una actividad de alto riesgo constante, expuesta a accidentes, fallas técnicas y errores humanos. A pesar de que sus operaciones se rigen por rigurosos controles probados internacionalmente (el uso de insumos de trabajo, procesamiento y residuos, están reglamentados y monitoreados constantemente), si han existido problemas o accidentes son producto de fallas de las empresas y de las instituciones responsables.
Con el conocimiento general que me formé de las mineras de Guerrero, tengo una apreciación optimista de la tendencia futura. Teniendo como referencia a Capela de Peñoles y la mml de Torex Gold, es posible avanzar con una minería mejor equilibrada, más responsable con la no destrucción de los factores naturales que favorecen la vida del planeta, como son: la no contaminación de aguas, suelos y aire; la conservación de espacios y condiciones para la reproducción forestal y animal; que los impactos ambientales sean los necesarios que requiere la construcción de infraestructura y servicios básicos.
Esas empresas dan muestras de avances y compromisos con el cuidado ambiental. Es ahí donde se observan responsabilidades ambientales; no así en los representantes de las instituciones de gobierno ni en las comunidades. La educación y la cultura se manifiestan. Difícilmente pueblos en pobreza y con bajos niveles de educación pueden anteponer la conservación y el cuidado ambiental a su sobrevivencia. Gobernantes de paso, sin políticas ambientales, no pueden fomentar el respeto por la naturaleza. Por eso, es en las empresas donde se observan avances de cambio, con las nuevas generaciones de empresarios, de profesionistas, quienes están comprendiendo los problemas ambientales presentes y donde se están realizando acciones para enfrentarlos. Es ahí donde avanza la conciencia y la cultura ambiental
5. La infraestructura que construyen las empresas mineras, además de lo costosa que es, se trata de un arte de ingeniería. En los programas de cierre de minas, generalmente a lo que se compromete la empresa es a acciones de remediación de las condiciones naturales, tratando de regresar a los estados físicos premineros, lo cual para la mayoría de los casos no es posible hacerlo. Pero así lo dicen, porque así está indicado por la ley.
Hay casos en el mundo y en México de opciones alternativas sobre el destino de lo que fue una producción minera. Transformarla para que siga viva, pero en lugar de su función extractiva, convertirla en centro de servicios culturales y de enseñanzas en geología, química, física, de historia natural, de ingeniería y tecnología, para ser lugares de recreación y esparcimiento. Serían fuentes de conocimiento de fuerte impacto en los niños, jóvenes y población en general. Paseos por los túneles mineros bajo el río Balsas, túneles espaciosos de servicios, túneles ciudades, etc., enseñarían a entender el proceso que sigue un producto de metal que llega a nuestras manos, sea de oro o de cobre, y haría valorar mejor el uso de los metales, así como el cuidado ambiental.
Esto es posible y, en esa perspectiva, la empresa minera debe tomar la iniciativa. Es de ella la infraestructura a convertir, es la que puede realizar los cambios con el programa de cierre, es quien decide en qué tiempo la administra y cuándo la cede a las comunidades (que serían las indicadas como poseedoras de los espacios, con previa capacitación de su organización y administración). Aquí puede haber coadyuvantes institucionales, tanto con las empresas como con las comunidades, como son: el inah, Conaculta, sep, Turismo, entre otras.
Peñoles tiene experiencia en este tipo de proyectos mineros culturales, mientras que de Torex Gold, viendo su perfil de relaciones sociales, no dudaría en decir que apoyaría iniciativas de este tipo.