VIII. La educación universitaria en los estudios sobre movilidad social de jóvenes indígenas
https://doi.org/10.52501/cc.212.08
Elsa María Blancas Moreno
Laurentino Lucas Campo
Saúl Vázquez Rodríguez
Dimensions
VIII. La educación universitaria en los estudios sobre movilidad social de jóvenes indígenas
Elsa María Blancas Moreno*
Laurentino Lucas Campo**
Saúl Vázquez Rodríguez***
DOI: https://doi.org/10.52501/cc.212.08
Resumen
Se presenta una revisión exploratoria de un conjunto de investigaciones realizadas, principalmente, en México sobre movilidad social de jóvenes indígenas, quienes han concluido o cursan estudios de nivel superior. Este ejercicio se hace a partir de teorizar aspectos conceptuales y metodológicos, clave de estudios sobre movilidad social, hechos desde la sociología europea y latinoamericana. Para el análisis de las investigaciones enunciadas, se emplea una matriz con interrogantes tales como: ¿Qué se intenta analizar en estas investigaciones? ¿Cuáles son las preguntas de indagación? ¿Cuál es la fuente de los datos empíricos? ¿Cómo se hace el análisis de la movilidad social? ¿Cuáles son los aportes de estos estudios en términos de identificar un patrón de movilidad social de jóvenes indígenas que cursaron o están realizando estudios terciarios? Los resultados permiten afirmar que las investigaciones sobre movilidad social de jóvenes indígenas con estudios terciarios se comenzaron a realizar hace apenas una década y que su estructura teórico conceptual presenta un desarrollo incipiente o, incluso, está desdibujada. En tanto que su estructura metodológica permite el desarrollo de diversos análisis estadísticos y descriptivos.
Se concluye con esta revisión exploratoria que aquellos jóvenes indígenas que cursaron estudios universitarios, o los cursan, enfrentan además del peso social de su origen: un entorno escolar precario, discriminación por origen étnico y rechazo en la estructura ocupacional; por tanto, no tienen asegurada una movilidad social ascendente a pesar de haber logrado altos niveles de escolaridad con relación a sus padres.
Palabras clave: Educación universitaria, movilidad social, jóvenes indígenas, movilidad intergeneracional, movilidad intrageneracional.
Introducción
Al abordar la temática de la educación universitaria en los estudios sobre movilidad social de jóvenes indígenas nos planteamos tres interrogantes: ¿Qué sabemos, en general, sobre la movilidad social?, ¿Qué sabemos, en particular, sobre el peso de los estudios terciarios en la movilidad social? y ¿Qué sabemos, en específico, sobre la movilidad social de jóvenes indígenas con estudios universitarios concluidos o en curso? Estas preguntas sirven como ejes para la revisión documental, la reflexión analítica y dan estructura al texto que se presenta.
En el primer apartado se presentan aspectos clave de investigaciones sobre movilidad social realizadas en Europa, a fines de la década de 1970 y en América Latina en las dos primeras décadas del siglo xxi. Estos aspectos clave son cinco: (1) el concepto de clase social, (2) esquema de clases sociales como herramienta teórico-metodológica, (3) variables empleadas en los estudios inter e intrageneracionales de movilidad social con enfoque de clase, (4) consensos teóricos y metodológicos al emprender investigaciones en esta línea y (5) límites identificados en las investigaciones referidas.
En el segundo apartado se analiza el vínculo entre origen social, educación superior y movilidad social. En las investigaciones, los resultados no son contundentes y tampoco compartidos; lo que sí puede ubicarse con claridad es un debate permanente acerca del peso de los estudios terciarios en la movilidad social.
Para dar respuesta al tercer cuestionamiento, en el último apartado, se aborda el tema de la movilidad social vinculada con los estudios universitarios de jóvenes indígenas. Se analizan cinco estudios de tipo cuantitativo y uno cualitativo. Para su exposición fueron divididos en investigaciones de movilidad social intergeneracional e intrageneracional. Con esta revisión exploratoria, y como reflexión final, se establece que aquellos jóvenes indígenas que cursaron estudios universitarios, o los cursan, enfrentan además del peso social de su origen: un entorno escolar precario, discriminación por origen étnico y rechazo en la estructura ocupacional; por tanto, no tienen asegurada una movilidad social ascendente a pesar de haber logrado altos niveles de escolaridad con relación a sus padres.
Investigaciones sobre movilidad social de clase: aspectos clave
Desde la aparición de la obra de Sorokin (1959) y en fechas recientes, el concepto de clase social ha sido una herramienta analítica ligada a los estudios de movilidad social, ya sea para argumentar su consideración o para dejar de usarlo. Por ejemplo, al emprender sus investigaciones sobre este tópico, Sorokin optó por emplear la tríada estatus económico, político y ocupacional, dejando de lado este concepto que representaba problemas analíticos y empíricos. En cambio, Erikson, Goldthorpe y Portocarero (1979 y 2010) lo usan en su propuesta teórico-metodológica para estudiar la movilidad social en tres sociedades europeas. Así mismo, Mancini lo incorpora a su trabajo de investigación para el caso de México conceptualizando de la siguiente forma:
Las clases sociales se entienden como posiciones que ocupan los trabajadores a partir de compartir situaciones de mercado de trabajo similares y esas posiciones se supone que están jerárquicamente ordenadas y estratificadas a partir, no solo de la ocupación, sino también de otras variables relacionadas con el mercado de trabajo, con la posesión o no de medios de producción. La especialización de las tareas que realizan los trabajadores, la capacidad y los grados de autonomía y de autoridad que tienen respecto a sus puestos de trabajo. Esto es importante por dos razones. Primero, porque el estudio de clases no es el estudio de ocupaciones, sino que es una agregación más amplia que tiene implicaciones tanto teóricas como metodológicas importantes para entender la cuestión de la movilidad y, por otro lado, es importante porque con estas definiciones de clase, trabajamos las retribuciones del mercado en términos de recursos, de ingresos [y] no forman parte de la composición de clase social y por eso trabajamos exclusivamente con este tipo de variable, dejando de lado la parte de los retornos [...] una especie de variable dependiente precisamente de estas clases sociales. [Mancini, 2019, 00:06:25]
Se debe subrayar que, actualmente el esquema de clases propuesto por Erikson, Goldthorpe y Portocarero (1979 y 2010) domina, con adaptaciones, para emprender estudios de movilidad social intergeneracional (msi) y movilidad social intrageneracional (msii) en Europa y América Latina (ceey, 2023; Mancini, 2019; Solís y Boado, 2016 y Jorrat, 2014). En la tabla 1 se reproduce el esquema referido.
Tabla 1. Versions of the class schema
Original ninefold | Sevenfold | Fivefold | Threefold |
(I) Higher-grade professionals, administrators and officials; manager en large industrial establishments; large proprietors. | I + II | I + II + III | I + II + III + IVa y b |
(II) Lower grade professionals, administrators and officials, higher-grade technicians, manager in small business and industrial establishments, supervisors no-manual employees | |||
(III) Routine non-manual employees in administration and commerce; sales personnel, other rank-and-file service workers | III | ||
(IVa) Small proprietors; artisans, etc., with employees | IVa + IVb | IVa + IVb | |
(IVb) Small proprietors, artisans, etc., without employees | |||
(IVc) Farmers and smallholders; self-employed fishermen | IVc | IVc + VIIb | IVc + VIIb |
(V y VI) Lower-grade technicians; supervisors of manual workers; skilled manual workers | V + VI | V + VI | V + VI + VIIa |
(VIIa) Semi- and unskilled manual workers (not in agriculture) | VIIa | VIIb | |
(VIIb) Agricultural workers | VIIb |
Nota: Erikson, Goldthorpe y Portocarero (2010, p. 189).
Este esquema de clases y sus adecuaciones en siete, cinco o tres niveles, ha sido de utilidad para trabajar las tasas de movilidad relativa o absoluta. Lo que ha permitido conocer las probabilidades o porcentajes que determinadas personas o grupos pasen, por ejemplo, del nivel viib (clase de origen) al nivel iva o ii (clase de destino). O bien identificar que, en ciertas cohortes generacionales, los miembros de una clase (nivel i) por diversos mecanismos y factores se autoreproducen, y con ello evitan la movilidad social de las otras clases: agricultores y trabajadores manuales no calificados, sobre todo.
Un tercer aspecto es que en los estudios de movilidad social intergeneracional de clase se analizan dos variables:
(i) la ubicación actual de la clase del encuestado —o el destino de clase— … y (ii) el origen de la clase del demandado según el índice de ocupación y situación laboral de su padre … de otro ‘cabeza de familia’ o tutor. [Erikson, Goldthorpe y Portocarero, 1979, p. 418]
Se trata de medir con relación a la primera variable la influencia del nivel educativo, factores laborales del mercado de trabajo, el nivel socioeconómico y la ocupación de los ascendentes, entre otros elementos.
Para el caso de los estudios de movilidad intrageneracional de clase también se analizan dos variables: (a) “las posiciones sociales ocupadas durante el primer empleo y (b) las que ocupan los trabajadores a partir de su trabajo actual o a una determinada edad, según la información disponible.” (Mancini, 2019, p. 2).
En México, el ceey ha realizado Encuestas de Movilidad Social (emovi) en los años 2006, 2011 y 2017. Asimismo, a partir del año 2016 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi) creó un Módulo de Movilidad Social Intergeneracional (mmsi), donde se brinda información estadística de la población de 25 a 64 años de edad. Dicho de otra manera, México cuenta con bases de datos para hacer los análisis estadísticos correspondientes a diversas medidas con relación a la movilidad social de clase.
Como penúltimo aspecto, Mancin (2019) señala cuatro supuestos básicos en torno a los cuales hay consenso teórico y metodológico entre los investigadores de la movilidad social:
- Ésta se explica tanto por características individuales —afectivas y otras no necesariamente— como por características estructurales relacionadas con las condiciones de mercado laboral, con las barreras sobre todo organizativas, institucionales y productivas que impiden que determinados grupos sociales puedan acceder a puestos específicos.
- La importancia de la educación y del origen social. Los estudios están tratando los efectos directos del origen social. [Y se cuestiona] por qué dos personas con el mismo nivel educativo tienen, sin embargo, posibilidades de movilidad [social] distintas, y eso es lo que se conoce como brechas de clase. Eso es una caja negra, hay que identificar todos los mecanismos para poder explicar esas desigualdades.
- Cualquier análisis de movilidad de clase presupone un esquema conceptual y unas reglas de medición para poder establecer un esquema de clase. Actualmente, el esquema de clases más utilizado en sociología es el propuesto por Erickson, Goldthorpe y Portocarrero (1979 y 2010), porque pueden hacerse comparaciones con relación a otros contextos.
- En la movilidad intrageneracional es fundamental considerar la edad porque la estratificación social va cambiando con el paso del tiempo. Existen dos conceptos clave, uno es el de madurez ocupacional y el otro es el ritmo de crecimiento de la movilidad. El primero se refiere al momento en que las personas ya no cambian de posición, de clase o de puesto de trabajo. Hay varios estudios que ahora analizan las trayectorias desde el primer empleo hasta los diez primeros años de experiencia en el mercado de trabajo porque dicen que a partir de esos diez años se puede lograr ese punto de madurez ocupacional; es un debate abierto. El ritmo de crecimiento de la movilidad explica cómo, a lo largo de la vida, las primeras posiciones de clase son menos estables y se cambia más de trabajo; al paso del tiempo, las trayectorias laborales obtienen un ritmo mucho más decreciente y la movilidad prácticamente es inexistente (ceey, 2023, 00:24:09).
Vamos a cerrar este primer apartado señalando algunos límites de los estudios sobre movilidad social que sus mismos autores u otros han identificado. Solis y Boado (2016), como Mancini (2019), en sus estudios sobre movilidad intergeneracional y movilidad intrageneracional, respectivamente, enfatizan —con enfoque de clase— la necesidad de emprender este tipo de estudio para identificar qué diferencias hay desde una perspectiva de género; aunado a esto, hablan de reforzar las herramientas teóricas y metodológicas para precisar el peso de la condición de clase de origen y la obtención de credenciales académicas. Con respecto a reforzar las herramientas teóricas y metodológicas, Mancini expone:
[Hoy] comienza a surgir una perspectiva que se llama de las microclases, donde se puede avanzar a un nivel más detallado de ocupaciones y en vez de hablar de grandes clases [por ejemplo] en la clase de servicios, que es la clase más alta de todas que involucra directivos y profesionales donde se ha demostrado que el tipo de comportamiento que tienen los directivos no tiene nada que ver con el comportamiento que pueden tener ciertos profesionales, sobre todo, profesionales liberales que han quedado bastante precarizadas en los últimos años. También es un gran problema, sobre todo, para el caso de México, las clases de los trabajadores por cuenta propia donde se aglutina a muchísimos trabajadores que realmente tienen muy pocas cosas en común más que ser trabajadores por cuenta propia. [ceey, 2023, 00:32:07]
En específico los estudios de movilidad intrageneracional de clase se pueden potenciar si nos preguntamos
¿Hasta dónde las condiciones de marginalidad con las que ingresa alguien en el mercado de trabajo es una característica transitoria o pasajera y hasta dónde es una condición fija? ¿Cómo toman decisiones los individuos a la hora de cambiar o de permanecer en un trabajo? ¿Cuántos cambios de trabajo hacen falta para poder acceder a una determinada clase? ¿Cuántas clases sociales experimentó una persona a lo largo de su vida? ¿Cómo se logra llegar a una determinada clase? ¿Cuáles son las clases que protegen más a sus miembros y cuáles los expulsan más? [y] ¿Cuáles son las clases que ofrecen pasajes de movilidad ascendente y cuáles no? [ceey, 2023, 00:18:43]
Cabe mencionar que las investigaciones sobre movilidad social en Europa y países de América Latina han consolidado un enfoque de clase, y a partir de éste se estudian los cambios en las posiciones no sólo de trabajo de personas o grupos de éstas, sino también las modificaciones que sufren con relación al mercado laboral, los medios de producción y los comportamientos sociales que manifiestan. Estas investigaciones han sido de dos tipos: inter e intra generacional.
Movilidad social y su relación con los estudios terciarios
Al revisar investigaciones realizadas acerca de la relación que existe entre los estudios universitarios y la movilidad social, los resultados que encuentran los estudiosos del tema no son contundentes y tampoco compartidos; lo que sí puede ubicarse con claridad es un debate permanente acerca de los resultados obtenidos. Por ejemplo, algunas investigaciones muestran cómo en las sociedades más desiguales la relación entre el origen social y la educación es permanente a lo largo del tiempo (ceey, 2023); en contraste se reconoce que, en las sociedades más flexibles, las posibilidades de movilidad social son más altas y no muestran una relación tan directa con el origen social; incluso, el peso de la educación en el primer empleo va siendo menos evidente, para dar paso a otros factores como eventos de oportunidad social, empujes de algunos sectores industriales, entre otros.
Según Mancini (ceey, 2023), se puede observar que, en el primer empleo, la educación y el origen social pueden tener mucho peso, pero éste se va diluyendo conforme avanza la trayectoria laboral en donde se adquieren habilidades nuevas, conocimientos nuevos y experiencias de aprendizaje laboral. Sin embargo, los estudios universitarios siguen siendo un factor clave para el análisis del futuro educacional y laboral de los jóvenes tanto en la movilidad social ascendente como en la horizontal.
Para ilustrar el caso latinoamericano, la investigación realizada por Jorrat (2014) explora la relación entre los orígenes de clase de los padres y los destinos educacionales de hijas e hijos; a través de cuatro cohortes por año de nacimiento (1934-1955; 1956-1968; 1969-1979; 1980-1993), en Argentina. El tratamiento de los datos es cuantitativo y se basa en modelos loglineales de independencia, asociación o fluidez constante y efectos uniformes contando —como herramienta fundamental para el estudio— la aplicación de diversos software de análisis de datos. A grosso modo, en el estudio realizado se identifica que los niveles educacionales se expandieron a lo largo de las distintas clases para las cohortes revisadas.
La investigación también expone que, para la clase cúspide (Erickson, Goldthorpe y Portocarero (1979 y 2010) identifican que, para el caso de las hijas, el crecimiento en los niveles educativos es marcado —sobre todo de la educación superior—, más que en los varones. Los autores lo relacionan con el aumento de la matrícula femenina en todos los niveles educativos a nivel mundial. Ahora, en relación a los aspectos metodológicos se establecieron tres hipótesis a saber, ¿Existe asociación estadística entre clase social de los padres y logros educacionales de los hijos? Si existe, ¿ha permanecido constante a lo largo de las cohortes de nacimiento? O tal asociación ¿se ha debilitado o fortalecido a lo largo de las cohortes? Para constatar se utilizaron tres modelos estadísticos, el de asociación nula o independencia condicional; el de asociación constante y el unidiff (efectos multiplicativos uniformes). Los resultados obtenidos son los siguientes:
- El modelo core sugiere que la asociación entre origen social y destino educacional exhibe una inercia más bien fuerte a través de las cohortes.
- El análisis Chi 2 explica que la asociación entre orígenes de clase y destinos educacionales se vuelve más fuerte (es mayor el nivel de desigualdad).
- La fuerza de la asociación entre orígenes de clase y destinos educacionales habría crecido para los varones alrededor del 11% en la segunda mitad del siglo xx.
- Los resultados estadísticos apoyan la hipótesis de fuerte desigualdad persistente en cuanto a las oportunidades educacionales, según los antecedentes sociales.
- Las pautas de los varones se repiten en las mujeres.
- La asociación entre orígenes de clase y destinos ocupacionales se debilitaría al moverse hacia la cohorte más reciente.
Jorrat (2014) concluye que se confirma que la desigualdad entre los orígenes de clase y los logros educacionales parece persistente en el tiempo, y observa que, en las cohortes revisadas, la fuerza de la asociación entre orígenes-destino crecería para los hombres y disminuiría para las mujeres. En los resultados identifica que la ocupación del padre sigue siendo fundamental en la movilidad o no de la clase social, lo cual sugiere fuertemente que la asociación entre orígen y destino es marcada.
Por su parte, los análisis que se realizaron con el modelo Corel sugieren —según Jorrat (2014)— que las propensiones a la movilidad dependen de diversos rasgos de las posiciones de clase, no exclusivamente de las posiciones de clase de orígen. Este resultado implica que el destino de los hijos o hijas no se reduce a diferencias jerárquicas, sino que es producto de una compleja red de relaciones sociales en la esfera laboral.
Los resultados obtenidos por Jorrat (2014) sugieren que la asociación entre origen-destino parece volverse más fuerte, según ascienden los niveles educativos; por ejemplo, el nivel superior es el que exhibe menos desigualdad. Para el caso de la asociación entre la clase social del padre y la de sus hijas mujeres, no se reconoce una diferencia por niveles de educación o puede parecer más fuerte e incluso más desigual cuando ascienden los niveles de estudio.
En resumen, los análisis estadísticos sugieren que la asociación entre orígenes y destino es marcada y continúa estable al paso del tiempo, sobre todo, para las cohortes de varones (Jorrat, 2014).Para el caso mexicano, por razón de las minorías étnicas que se encuentran en el país, resulta importante revisar qué estudios se han realizado al respecto de la movilidad social de los jóvenes indígenas y tratar de responder ¿Cuáles son los aportes de estos estudios en términos de identificar un patrón de movilidad social de jóvenes indígenas que cursaron o están realizando estudios terciarios?, a lo cual se dedica el siguiente apartado.
Movilidad social de jóvenes indígenas derivada de sus estudios universitarios
En respuesta a: ¿Qué sabemos, en específico, sobre la movilidad social de jóvenes indígenas con estudios universitarios concluidos o en curso? se revisaron seis investigaciones: cinco de tipo cuantitativo y una cualitativa. Cinco se refieren a experiencias en el contexto de México y una aborda el caso de jóvenes Mapuche en Chile.
Movilidad social intergeneracional de jóvenes indígenas con estudios universitarios concluidos o en curso
Rojas, Aguad y Morrison (2019) establecen la relación entre diversidad étnico-racial en México y su influencia en la movilidad social, dividiendo su trabajo en dos partes. Primero presentan una descripción de los datos utilizados, así como una discusión de los principales retos para realizar una caracterización cuantitativa de las personas afrodescendientes o indígenas; también una caracterización del perfil demográfico y socioeconómico de los pueblos indígenas y afrodescendientes con base en datos de la Encuesta Intercensal del inegi (2015).
En la segunda parte Rojas, Aguad y Morrison (2019) realizan una exploración conceptual, estableciendo la relación entre raza, etnicidad y la movilidad social. Presentan literatura sobre la relación entre las características étnico-raciales y la condición socioeconómica, así como el concepto de movilidad social y la cuantificación de este fenómeno. Especial relevancia tiene el análisis respecto a la msi, la cual se refiere a “cómo cambia la situación de una generación en relación con la de generaciones anteriores” (2019, p. 21). Para ello, se basan en dos categorías de movilidad, absoluta y relativa.
Luego del análisis cuantitativo del perfil de movilidad social en México, resaltan —Rojas, Aguad y Morrison—: (2019) (1) una correlación fuerte entre el percentil de los entrevistados y el de su hogar de origen; (2) que la autoidentificación como indígena y afrodescendiente se asocia con menores niveles de riqueza en promedio, independientemente del color de piel. Lo que permite observar que quienes se asumen como indígenas o afrodescendientes se caracterizan por tener una riqueza menor con relación a quienes no lo son; (3) en el caso de pueblos indígenas se observa mayor movilidad en la media, no así para personas afrodescendientes, lo que establece cierta relación entre la movilidad social, dada por los años de escolaridad, vinculada con el origen social indígena de las personas; (4) un tono de piel más claro se asocia con un mayor nivel de riqueza y también con una menor movilidad intergeneracional en la media, lo que significa que los no indígenas se caracterizan por una mayor riqueza y años de educación frente a quienes sí lo son; (5) la introducción de un control por el color de piel tiene poco efecto en la magnitud o significancia estadística de las variables de autoidentificación. Además, Rojas, Aguad y Morrison (2019) reconocen la existencia de discriminación y rechazo en la estructura social que incide en la situación y movilidad social intergeneracional de la población de estudio.
En el estudio de Ramos (2021), se aborda el caso de jóvenes mayas o de origen maya para observar, desde una perspectiva cualitativa, la existencia de desigualdades, en relación con su capacidad de agencia y movilidad social en México. El perfil de los entrevistados incluyó a jóvenes de entre 18 y 30 años que se encontraban estudiando una licenciatura o graduados recientemente. La información empírica se recopiló entre 2018 y 2019 en universidades de la ciudad de Mérida, de Peto y Valladolid, Yucatán. Se realizaron 33 entrevistas en profundidad a 19 mujeres y 14 hombres, de contextos urbanos y rurales. Los resultados muestran cómo un restringido acceso a la estructura de oportunidades, en función del origen social, y un entorno escolar precario perpetúan la condición educativa desventajosa hasta el nivel universitario.
Cuando el origen social desfavorable se conjuga con entornos escolares precarios se profundiza aún más el restringido acceso a la estructura de oportunidades. Las escuelas a las que asisten los jóvenes en áreas rurales o pauperizadas en las urbes sufren la falta de recursos materiales, la inexistencia de actividades extracurriculares, el sobrecupo en las aulas o la falta de preparación e interés de los maestros en enseñar o cultivar los hábitos escolares, en conjunto se convierten en el eje de partida para afianzar la cadena de las desventajas. [Ramos, 2021, p. 248]
Ramos (2021) constata que a la educación superior acceden mayormente jóvenes que se asumen como indígenas, pero que no hablan una lengua autóctona, junto con los que viven en contextos urbanos. Ello significa que el acceso a la educación superior de indígenas se produce entre quienes pierden sus repertorios culturales. Esto, en consecuencia, posibilita cierta movilidad social. Así, quienes abandonan a través del tiempo, los rasgos de su pertenencia cultural a un pueblo indígena tienen mayor posibilidad de ingresar a realizar estudios universitarios. Lo que a su vez genera un proceso complejo, de abandono o apropiación de elementos culturales, lo cual puede ser visto como aculturación o abandono de la cultura indígena. O también puede significar la incorporación y enriquecimiento de nuevos referentes que fortalecen la identidad y cultura de los indígenas radicados en las ciudades.
Por su parte, la investigación de Pérez (2014) es de tipo cuantitativo. La fuente de donde se recuperan los datos es la emovi elaborada por el ceey (2011). Para realizar el análisis de los datos, Pére recurrió a la técnica propensity score matching, para crear grupos de individuos comparables que permitieran aislar el impacto de la condición étnica. Se vinculan los estudios universitarios con el fenómeno de la movilidad social, considerando el origen familiar indígena de las personas en quienes centra el interés. Se plantea que:
A pesar de los esfuerzos y logros educativos de un individuo, provenir de un hogar indígena reduce sus posibilidades de alcanzar un nivel educativo y ocupacional mayor en relación a sus padres y en comparación a individuos no indígenas. [Pérez, 2014, p. 7]
Los datos arrojan que “los distintos estudios revisados evidencian el efecto negativo de la condición étnica en el grado de movilidad social de grupos minoritarios” (Pérez, 2014, p. 38). Es decir, el hecho de que una persona tenga un origen étnico, o reconozca pertenecer a un pueblo indígena en México, marca fuertemente la tendencia a tener menores grados de escolaridad. Y, cuando se logra acceder a estudios universitarios, prevalece una tendencia donde “una persona indígena tiene mayores probabilidades de ubicarse en un nivel ocupacional por debajo del que ocuparía una persona no indígena” (p. 8). Lo que permite comprender que el origen étnico, es un fuerte marcador de la movilidad social y escolar.
La investigación de Czarnecki y Durán (2017) es cuantitativa y analiza la movilidad educativa intergeneracional (mei) entre quienes tienen o tuvieron padres hablantes de lenguas indígenas. También la fuente de donde recuperan datos es de la emovi, elaborada por el ceey (2011, p. 411). El levantamiento se realizó “entre mujeres y hombres de 25 a 64 años de edad, de ámbitos urbanos (75% de la muestra) y no urbanos (25%). Se llevaron a cabo un total de 11 240 entrevistas” (p. 412), aunque en el estudio se utilizaron 10 536. Se precisa que:
En la muestra utilizada, el 25% habitan un medio rural y el 75% en urbano. Entre los entrevistados que tenían padres no-HLI, apenas el 2.4% habita en medio rural, mientras que entre los entrevistados con ambos padres HLI, esa cifra se eleva hasta el 30.7% (p. 413).
El estudio se basó en las nociones de movilidad social intra e intergeneracional, centrando la atención en esta última. También se toma, como un concepto clave, la mei para analizar algunos de los resultados, lo que permite a Czarnecki y Durán plantear que “la mei que experimenta un individuo que nació en un hogar indígena es equiparable a la de un individuo cuyo padre era desempleado” (2017, p. 417).
Lo cual sitúa a quienes provienen de un hogar con miembros indígenas en una situación de desventaja. También se logra apreciar que: “las desigualdades se acentúan aún más cuando comparamos el logro educativo de los individuos que tienen (tuvieron) padres no-indígenas frente a quienes tienen (tuvieron) dos padres hablantes de lenguas indígenas” ( Czarnecki y Durán, 2017, pp. 413-414). En ese sentido, estos resultados muestran el peso específico que tiene el origen social indígena, de quienes logran acceder a grados escolares en nivel superior, pero debido a dicho origen ven limitadas sus posibilidades de movilidad social, especialmente ascendente.
Por otra parte, el único trabajo recuperado que aborda el tema de movilidad social indígena, en Chile, es el de Tereucan, Briceño y Galván (2022), quienes elaboraron un estudio respecto a la movilidad social intergeneracional en estudiantes universitarios en Mapuche de la Araucanía. El estudio tiene como objetivo analizar la percepción de movilidad social intergeneracional de estudiantes universitarios mapuche, a partir de la construcción de una tipología de proyecciones futuras con relación a las variables de origen social y educacional de sus padres. El estudio fue cuantitativo no experimental de corte transversal, en el cual se empleó una técnica de análisis multivariado, orientada a la formación de conglomerados dentro de una muestra según variables independientes.
El instrumento de recolección de datos es un cuestionario basado en: (a) La emovi México y (b) Survey Intergenerational Mobility and Preferences for Distribution (2022, p. 151). La muestra fue de 200 estudiantes, entre 18 y 28 años, 63.5% mujeres y 36.5% hombres: “Se utilizó el método de análisis de clúster bietápico, el cual es recomendado para variables categóricas” (2022, p. 151).
En términos conceptuales, el triángulo Origen-Educación-Destino (oed) en la literatura internacional sobre movilidad social “es una línea de investigación vinculante que explora, en términos comparativos, en distintos países las relaciones existentes entre el origen social de una persona, su educación y el destino ocupacional o social” (Tereucan, Briceño y Galván, 2022, p. 149). Esto permite establecer ciertas premisas asociadas respecto a la discusión de la meritocracia a partir de los resultados. Por su parte, para los perfiles de percepción de movilidad social en universitarios mapuche, se construyó como variable de referencia un Índice de Percepción Movilidad Social. Este consideró la diferencia entre el estrato socioeconómico, en el que actualmente se posicionan las y los estudiantes, y el percibido a futuro. “Posteriormente, se realizaron pruebas de contraste chi cuadrado de independencia (X2), para analizar la asociación entre el Índice de percepción de movilidad social y las variables sociodemográficas” (Tereucan, Briceño y Galván, 2022, p. 152).
En los resultados, Tereucan, Briceño y Galván (2022) destacan que la asociación estadísticamente significativa entre el índice de percepción de movilidad social, la educación de los padres-madres y el estrato socioeconómico actual, donde la percepción de los estudiantes sondeados es una percepción positiva respecto a su nivel de estudios logrados hasta ese momento, con respecto al nivel de estudios de sus padres, revela cinco criterios: (1) movilidad estancada, (2) movilidad mínima en estudiantes de segunda generación universitaria, (3) movilidad mínima en estudiantes de primera generación universitaria, (4) movilidad moderada, (5) movilidad significativa, de los cuales, en la percepción de movilidad de los estudiantes mapuche con situación socioeconómica baja, es mayor con relación a la situación actual de sus padres, lo que significa dos y tres escalones de la escala de ésas cinco posibles. Esta proyección de movilidad está delimitada por tres variables importantes: “(a) el origen socioeconómico bajo, (b) el origen eminentemente rural, y (c) ser primera generación de estudios superiores” (Tereucan, Briceño y Galván, 2022, p. 154).
Movilidad social intrageneracional de jóvenes indígenas con estudios universitarios concluidos o en curso
El único trabajo que aborda la movilidad social intrageneracional es el de Negrín, Pérez y Galindo (2022), que es de tipo cualitativo, en el cual indagan acerca de las representaciones de la movilidad social en mujeres universitarias indígenas en Tabasco, México. El trabajo dilucida cuál es la representación social de mujeres indígenas respecto a su movilidad social, una vez que han concluido sus estudios universitarios y se han logrado insertar al ámbito laboral o están realizando estudios de posgrado.
Una de las preguntas orientadoras del trabajo fue ¿la movilidad social de mujeres indígenas se percibe como benéfica en las representaciones sociales de dichas mujeres? Para responder al cuestionamiento, los autores llevaron a cabo el análisis narrativo respecto al diálogo sostenido con 10 mujeres indígenas que habían concluido sus estudios universitarios en la Universidad Intercultural del Estado de Tabasco (uiet) o que estaban realizando un posgrado. Con base en dichas narrativas, los autores establecen algunos resultados. Éstos refieren a que los testimonios de las mujeres indígenas consultadas permiten inferir la percepción de una movilidad social, dada por haber logrado acceder a estudios universitarios, lo que les ha permitido mejorar su situación social y laboral.
Sin embargo, un aspecto endeble es el que se refiere al marco conceptual señalado en el trabajo, el cual es difuso; si bien se recuperan nociones como educación y género, no se logra notar con claridad cómo se vinculan con otros conceptos como el de movilidad social de mujeres indígenas.
Reflexiones finales
Una vez analizados los seis trabajos sobre movilidad social de jóvenes indígenas con estudios universitarios o en curso, las investigaciones sobre el vínculo orígen social, estudios universitarios y movilidad social presentan algunos aspectos para el caso mexicano, se lograron analizar cinco trabajos que enfatizan el interés sobre la movilidad social y educativa de la población indígena con una década de antigüedad. En consecuencia, se puede decir que el interés investigativo en grupos sociales caracterizados por rasgos de desigualdad o exclusión, como los pueblos indígenas, es reciente y apenas comienzan a ser estudiados bajo una perspectiva sociológica de su msi y msii.
Los desarrollos teóricos, conceptuales y metodológicos de las cinco investigaciones aún son incipientes; enuncian conceptos como movilidad social, msi, msii, desigualdad social, educación superior, movilidad absoluta y movilidad relativa. Esto plantea a los estudiosos del tema, el enorme reto, de desarrollar enfoques teóricos, conceptuales y metodológicos que permitan enmarcarlos dentro de una tradición teórica o escuela de pensamiento consistente como las descritas en el primer apartado de este texto.
En cinco de las investigaciones revisadas sobre movilidad social de jóvenes indígenas, las fuentes de información de donde se recuperaron los datos no fueron generadas por los autores de los estudios, sino que retomaron los datos elaborados y recabados por otras instancias. Esto, en cierta medida, es una limitante, ya que los resultados e interpretaciones se encuadran a lo que las instancias generadoras de los datos, sondearon originalmente.
A nivel internacional y nacional, existe una tendencia por adoptar el esquema de clase elaborado por Erikson, Goldthorpe y Portocarrero (1979 y 2010) para los estudios de msi y msii. En la revisión documental realizada para este trabajo se puede identificar que el modelo antes mencionado puede no ser suficiente para explicar todos los fenómenos de movilidad social que se identifican en las sociedades contemporáneas, sobre todo, en América Latina; por tanto, sería necesario establecer un esquema más específico que incluyera algunas microclases, lo cual resultaría también pertinente para los estudios de movilidad social de jóvenes indígenas con estudios universitarios.
Por último, uno de los trabajos revisados concluye que, en las últimas décadas, los jóvenes pertenecientes a diversas clases sociales, tienen más oportunidades de estudiar; sin embargo, las ventajas relativas a los orígenes privilegiados (familias con más recursos) persisten a lo largo del tiempo de manera importante.
Bibliografía
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