5. Usos educativos de la tecnología móvil en instituciones de educación superior del norte de Quintana Roo, experiencias y escenarios de mejora
Dimensions
5. Usos educativos de la tecnología móvil en instituciones de educación superior del norte de Quintana Roo, experiencias y escenarios de mejora
Óscar Miguel Reyes Hernández*
DOI: https://doi.org/10.52501/cc.202.05
Resumen
El objetivo de este trabajo es conocer el potencial educativo que desempeña la tecnología móvil dentro y fuera de las aulas en tres universidades del norte de Quintana Roo. La motivación central consiste en identificar si las instituciones educativas están respondiendo a esta herramienta educativa. El alcance considera tres Instituciones de Educación Superior reconocidas en el estado de Quintana Roo, dos de ellas públicas (una universidad autónoma; otra de participación federal), una privada. La metodología aplicada es de corte cualitativo.
Los resultados más significativos nos permitieron identificar las percepciones en el trabajo educativo, recomendaciones prácticas y experiencias donde la tecnología móvil no es un recurso eficiente. Estos resultados hicieron posible la producción de un video informativo y la integración de un manual para el uso del dispositivo móvil dentro y fuera de las aulas
Palabras clave: m-learning, tecnologías educativas, ciudadanía digital.
Antecedentes
El mundo está cambiando rápidamente, como resultado de las tecnologías celulares móviles. El aprendizaje móvil (Herrera y Fennema, 2011; Pisant et al., 2010) contempla la utilización de tecnología móvil, sola o en combinación con cualquier otro tipo de tecnologías de la información y la comunicación (tic), a fin de facilitar el aprendizaje en cualquier momento y lugar. Además de que en la actualidad, ciencia, tecnología e innovación (cti) se han constituido en motor indiscutible de crecimiento y desarrollo, y son pilares esenciales para un desarrollo inclusivo y sostenible (cepal/Segib, 2009).
En la actualidad, las nuevas tecnologías de la información están más presentes que nunca en las universidades europeas y de América Latina. Este hecho quizá esté determinado por dos acontecimientos bien diferenciados. Por un lado, la aparición y desarrollo de dispositivos móviles con la suficiente potencia como para poder instalar aplicaciones y que estén conectados a internet, y por otro lado, las directivas marcadas desde el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior donde, en definitiva, encuentran en estos dispositivos una herramienta útil para apoyar el trabajo dentro y fuera de las aulas (cepal, 2003).
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco, por sus siglas en inglés) ha decidido utilizar una definición amplia de los dispositivos móviles, en la que simplemente se reconoce que son digitales, portátiles, controlados por lo general por una persona (y no por una institución), que es además su dueña, tienen acceso a internet y capacidad multimedia, y pueden facilitar un gran número de tareas, especialmente las relacionadas con la comunicación, la educación y la generación de proyectos formativos (unesco, 2013).
Sustento teórico
Los dispositivos móviles facilitan el aprendizaje, porque eliminan las fronteras entre la educación formal y la no formal. Con un dispositivo móvil, los alumnos pueden acceder fácilmente a material complementario para aclarar las ideas presentadas por un instructor en el aula o, en su caso, acceder en cualquier lugar y en cualquier momento a la información que el profesor deje alojado en el espacio virtual de la asignatura.
El Mobile Learnig o “aprendizaje móvil” se refiere al tipo de enseñanza aprendizaje que utiliza equipo de telefonía móvil como el celular y que, se caracteriza por su ubicuidad, es decir, que se puede aprender en cualquier momento y lugar. En otras palabras, es “la modalidad educativa que facilita la construcción del conocimiento, la resolución de problemas de aprendizaje y el desarrollo de destrezas o habilidades diversas de forma autónoma y ubicua gracias a la mediación de dispositivos móviles portables” (Brazuelo y Gallego, 2012, p. 17).
La teoría del constructivismo social establece que las mentes de las personas elaboran nuevos conocimientos a partir de la base de enseñanzas anteriores. En la lógica de esta teoría de pensamiento colectivo, el estudiante debe ser activo y el docente es, más que nada, un facilitador; por tanto, el alumno debe participar en las actividades en lugar de permanecer de manera pasiva observando lo que se le explica (Hernández, 2008).
La teoría del aprendizaje situado propone una forma diferente de entender la manera en la que adquirimos conocimiento. Según Jean Lave, en su libro propone que la clave subyacente a esta metodología sería el ambiente social en el que está sucediendo el propio aprendizaje.
La visión contraria sería la tradicional, que ve el aprendizaje como un proceso en el que un individuo adquiere conocimientos de forma proposicional, es decir, mediante la participación y colaboración (Lave y Wenger, 1991).
En este sentido, la clave de esta forma de entender la pedagogía sería el contexto sociocultural, pues sería el motor que mueve la enseñanza y da sentido al nombre de la teoría del aprendizaje situado, ya que, literalmente, lo ubica en contextos conocidos por el alumno, de su ámbito del día a día, en lugar de limitarse a hablar sobre los temas lectivos de una manera abstracta o, simplemente, sobre el papel. Ahora revisemos pertenencia, participación y praxis del aprendizaje. Otra de las claves de la teoría del aprendizaje situado es la importancia de realizar un trabajo cooperativo, pues los proyectos se realizan trabajando en equipo con un grupo de iguales, y así se facilita que unos aprendan de otros. Esta metodología favorece los estilos de trabajo colaborativos y mejora las relaciones entre los miembros del proyecto.
Por otra parte, la teoría del conectivismo —que tiene como principio fundamental que el aprendizaje está constituido por conocimientos (contenidos) útiles en distintos contextos y que pueden estar almacenados (soportados) en dispositivos— se refiere a que el estudiante debe disponer de competencias, habilidades, para utilizar esa información (Siemens, 2004).
En las aulas, el uso de los móviles ha llegado a representar un punto de desacuerdo entre profesores, directivos y alumnos, pues es considerado el principal motivo de distracción de los estudiantes. Algunas escuelas y profesores han optado por prohibir el uso de estos dispositivos; sin embargo, expertos en didáctica y en las nuevas tecnologías consideran que se deberían aprovechar las posibilidades que ofrecen al sector educativo.
Estas herramientas son de apoyo en las universidades, es decir, que no sustituyen la actividad del docente y permiten a los alumnos desarrollar teorías, evaluar y manipular gran cantidad de datos o probar varias hipótesis usando software especializado y, en especial, promueven que los estudiantes sean más activos durante el proceso de aprendizaje.
La Universidad de Guadalajara, en el Plan de Desarrollo Institucional 2014-2030, plantea la incorporación de las tic en las aulas, en particular la tecnología móvil, al considerar las recomendaciones de organismos internacionales como la unesco, el Banco Mundial (bm), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde), el Instituto para la Educación Superior de América Latina y el Caribe (iesalc-unesco), la Unión Europea (ue), la Comisión Económica para América Latina (cepal), el Banco Interamericano de Desarrollo (bid ) y la Red Global de Universidades para la Innovación (guni, por sus siglas en inglés). Además de todos estos beneficios, son varios los autores (entre otros muchos, Ardito y Lanzilotti, 2008; Bottenttuit et al., 2006; Chang et al., 2003; Correa et al., 2006; Gallardo et al., 2006; Kim et al., 2008) que señalan que la utilización del teléfono móvil en el aula contribuye significativamente a adquirir y afianzar los contenidos técnicos de diversas especialidades o áreas.
Justificación
Las investigaciones realizadas por la unesco han demostrado que sin orientación e instrucciones, los docentes utilizan generalmente la tecnología para hacer “lo mismo de siempre de otra manera”, en lugar de transformar y mejorar los enfoques de la enseñanza y el aprendizaje. Por otro lado, Berríos y Buxarrais (2005) afirman que el teléfono móvil puede crear de forma directa adicción y dependencia, lo que desemboca de forma secundaria en absentismo escolar, no respetar los horarios escolares, chatear continuamente y no relacionarse con sus iguales, entre otros aspectos.
Planteamiento del problema
La relevancia de conocer los usos que los estudiantes de universidades públicas del norte del estado de Quintana Roo hacen del teléfono móvil en las aulas, radica en la necesidad de identificar los riesgos, las buenas prácticas y los escenarios de desarrollo próximo que ofrece esta herramienta en actividades escolares, ya sea para la realización de proyectos, en la generación de investigación, la participación en dinámicas educativas dentro y fuera del espacio áulico. No conocer esta información está generando prácticas no deseables en las aulas y limita la posibilidad de establecer estrategias educativas, que desde las políticas del gobierno del estado, orienten proyectos, plataformas y recursos que optimicen y saquen ventajas del llamado Aprendizaje móvil.
Cabe mencionar que el proyecto que aquí se propone está alineado con el Plan de Desarrollo Institucional de la Universidad del Caribe, que está implementando un programa piloto en el que participó con el diseño, la implementación y la evaluación de Aulas Mixtas. Este proyecto que tiene como meta mejorar las prácticas y uso eficiente de las tecnologías de los docentes dentro del periodo especial de la pandemia. Este trabajo podrá ser de utilidad en el diseño de materias en línea y de carreras con modalidad a distancia.
Objetivo: Identificar los usos y desusos de la tecnología móvil desde un enfoque crítico y descriptivo en escenarios de educación superior del norte del estado de Quintana Roo.
Preguntas de investigación
A partir de lo anterior y de la relevancia que tiene el celular para los estudiantes, al interior y fuera de las aulas, se plantearon las siguientes preguntas:
- ¿Para qué utiliza el celular el estudiante universitario durante las clases presenciales?
- ¿Las actividades están relacionadas con los objetivos y metas de las asignaturas?
- ¿Qué utilidad tiene el móvil en la realización de tareas y trabajos escolares?
- ¿Qué utilidad tiene el móvil en la creación de proyectos de innovación e investigación?
- ¿Qué problemáticas o vicios genera el uso del móvil al interior y fuera de las aulas?
- ¿Cuáles son las buenas prácticas de uso educativo del móvil que podemos identificar en el estado de Quintana Roo?
- ¿Cuál es el impacto (positivo o negativo) en el logro de los aprendizajes esperados, utilizando el móvil en el proceso educativo?
- ¿Existen diferencias en los aprendizajes de los estudiantes, comparando las asignaturas que utilizan el móvil de manera regular e intencionada, frente a aquellas asignaturas que no los emplean en sus experiencias de aprendizaje?
- ¿Los Modelos Educativos de las universidades cuentan con el fundamento teórico para la integración del m-learning a sus procesos de enseñanza aprendizaje?
En los casos de estudiantes y docentes que incorporan el móvil a sus prácticas educativas,
- ¿En qué nivel de dominio se encuentran, básico, medio, avanzado, profesional?
- ¿Es posible configurar un nuevo perfil de estudiante a partir del Aprendizaje móvil?
- ¿Qué habilidades cognitivas potencia o fortalece el Aprendizaje móvil y, por otro lado, qué habilidades cognitivas debilita en el estudiante?
Objetivos específicos
- Describir el patrón de uso del teléfono móvil en cuanto a utilidad y eficiencia dentro y fuera de las aulas.
- Determinar si el uso de esta herramienta influye en los procesos de enseñanza aprendizaje de los estudiantes universitarios de Quintana Roo.
- Identificar las percepciones de los docentes en las formas de uso que los estudiantes realizan del celular y las buenas prácticas que pueden ser replicadas en el estado.
Diseño y tipo de investigación
La presente investigación se basa en la estrategia investigativa, estudio de caso, y posee un carácter cualitativo descriptivo, a lo largo del proceso se determina el uso de los dispositivos móviles y las aplicaciones dentro y fuera del aula en procesos de enseñanza aprendizaje.
La población a quien va dirigida la investigación son estudiantes de nivel universitario, en instituciones públicas y privadas del norte del estado de Quintana Roo.
La investigación busca interpretar y comprender los nuevos modelos de uso relativos a las nuevas herramientas de carácter móvil (laptop, celular, tabletas, smart whatch y líbros electrónicos) que se utilizan en las aulas de las universidades públicas y privadas de Quintana Roo. Para ello, esta investigación se apoya en dos pilares fundamentales, un marco teórico, en el que se analizan todos los conocimientos existentes sobre el objeto de estudio; y un trabajo de campo, en el que se recoge la información de las principales herramientas de tecnología móvil que actualmente se utilizan en las universidades, mediante grupos focales y encuestas.
La técnica de encuesta en línea es muy utilizada como procedimiento de investigación que no requiere de la presencia física de los encuestados, ya que permite obtener y elaborar datos de modo rápido, eficaz y sistemático. En el ámbito educativo, son muy numerosas las investigaciones realizadas que utilizan esta técnica (particularmente en los escenarios de pandemia, donde las limitaciones de la sana distancia permitieron conocer las necesidades y los problemas que enfrentaron los estudiantes con la llamada nueva realidad). En este trabajo se plantea el objetivo de familiarizar al lector con esta técnica de investigación, porque se describen brevemente los pasos que deben seguirse en la realización de una encuesta, centrando el interés fundamentalmente en las respuestas al cuestionario.
Se puede definir la encuesta, según García et al. (1993), como:
Una técnica que utiliza un conjunto de procedimientos estandarizados de investigación mediante los cuales se recoge y analiza una serie de datos de una muestra de casos representativa de una población o universo más amplio, del que se pretende explorar, describir, predecir y/o explicar una serie de características.
Para Sierra (1994), la observación por encuesta, que consiste igualmente en la obtención de datos de interés sociológico mediante la interrogación a los miembros de la sociedad, es el procedimiento sociológico de investigación más importante y el más empleado. Entre sus características se pueden destacar las siguientes:
- La información se obtiene mediante una observación indirecta de los hechos, a través de las manifestaciones realizadas por los encuestados, por lo que cabe la posibilidad de que la información obtenida no siempre refleje la realidad.
- La encuesta permite aplicaciones masivas que, mediante técnicas de muestreo adecuadas, pueden hacer extensivos los resultados a comunidades enteras.
- El interés del investigador no es el sujeto concreto que contesta el cuestionario, sino la población a la que pertenece; de ahí, como se ha mencionado, la necesidad de utilizar técnicas de muestreo apropiadas.
- Permite la obtención de datos sobre una gran variedad de temas.
- La información se recoge de modo estandarizado mediante un cuestionario (instrucciones iguales para todos los sujetos, idéntica formulación de las preguntas, etc.), lo que faculta hacer comparaciones intragrupales.
En la planificación de una investigación con la técnica de encuesta, se pueden establecer las siguientes etapas:
- Identificación del problema.
- Determinación del diseño de investigación.
- Especificación de las hipótesis.
- Definición de las variables.
- Selección de la muestra.
- Diseño del cuestionario.
- Organización del trabajo de campo.
- Obtención y tratamiento de los datos.
- Análisis de los datos e interpretación de los resultados.
Para nuestro trabajo, la aplicación de encuestas en línea vía Google Forms, nos permitirá incorporar a la investigación el testimonio de docentes y estudiantes en particular de la unid y la uqroo, instituciones que están en diferentes municipios del estado de Quintana Roo y que, por la distancia, no sería posible comprometer la participación de todos los planteles.
La técnica de grupo focal es una herramienta utilizada en investigaciones cualitativas. Esta técnica ha sido una tendencia en el área de educación a distancia y en medicina. La epistemología cualitativa defiende el carácter constructivo-interpretativo del conocimiento, lo que implica destacar que el conocimiento es una producción humana, no algo que está listo para identificarse en una realidad ordenada, de acuerdo con categorías universales del conocimiento. “Cada una de las formas de expresión de la subjetividad social expresa la síntesis, a nivel simbólico y de sentido subjetivo del conjunto de aspectos objetivos macro y micro, que se articulan en el funcionamiento social” (González, 2007).
Kitzinger (1995) lo define como una forma de entrevista grupal que utiliza la comunicación entre investigador y participantes, con el propósito de obtener información. Para Martínez (1999), el grupo focal “es un método de investigación colectivista, más que individualista, y se centra en la pluralidad y variedad de las actitudes, experiencias y creencias de los participantes, y lo hace en un espacio de tiempo relativamente corto”.
Nota: El grupo focal es elegido como técnica de investigación cuando un determinado grupo puede compartir experiencias en las aulas, reflexionar sobre los usos y desusos del teléfono móvil y situarse en una discusión mediante objetivos claros y centrados.
La recogida de los datos es un proceso minucioso que requiere mucha organización en cada una de las etapas, como la técnica, que requiere lograr entre los participantes un sentimiento de motivación, confianza y seguridad, de ahí la necesidad de que el moderador logre conducir la discusión en el grupo de forma abierta, tolerante y cordial.
En este tipo de proyectos, los sentimientos que emergen por parte de los participantes e investigador pueden aportar datos de gran utilidad o, por lo contrario, tergiversar el objetivo y alcances de la investigación. De ahí la necesidad de realizar una recogida de datos con gran detalle para poder rescatar las percepciones, los significados y las emociones, que después deberán ser sistematizados y clasificados y, así, identificar las distintas conexiones con el objeto final de la investigación.
En los estudios cualitativos, el análisis de los datos no está totalmente predeterminado, sino que es “prefigurado, coreografiado o esbozado” (Ruíz (1996). Se elabora un primer árbol categorial basado en la guía de entrevista, que se irá ampliando al codificar el texto. A partir de los códigos se forman unidades, categorías y patrones, con el fin de explicar contextos, situaciones, hechos y fenómenos.
La codificación y categorización se realizan teniendo como referentes los objetivos de investigación y los supuestos del estudio. Esta dinámica de la investigación se basa en la teoría fundamentada de Glaser y Strauss (2005), que trata de una teoría derivada de datos recopilados de manera sistemática y de su análisis. Janiseck (1994) inicia con la descripción, sigue con la ordenación conceptual de los datos de acuerdo a sus propiedades y termina con la teorización como un acto de interpretación y vinculación con los resultados de otros instrumentos.
La triangulación se realiza una vez aplicados los distintos instrumentos de recogida de datos, con el análisis, ahí se procede a integrar otras fuentes bibliográficas (temáticas, teóricas y metodológicas), los estudios previos relacionados con los testimonios clasificados para, entonce,s ser incorporados al producto final.
Recursos de trabajo de campo:
- Encuestas electrónicas de la plataforma Google Forms.
- Grupos focales a personal docente.
- Grupos focales a estudiantes.
- Entrevistas a profundidad a docentes vinculados con la tecnología.
- Entrevistas a profundidad a especialistas vinculados con la tecnología móvil
Alcances y limitaciones
Los resultados de esta investigación se considera que serán un referente para identificar los usos de la tecnología móvil desde un enfoque crítico y descriptivo en escenarios de educación superior del estado de Quintana Roo. Consideramos que los productos de este proyecto son de gran utilidad para el Departamento de Desarrollo Humano, ya que en muchos de los contenidos y dinámicas de sus nueve asignaturas, se están usando estas herramientas como parte complementaria de nuestra labor docente dentro y fuera de las aulas. Dicha situación plantea la necesidad de conocer lo bueno y lo mejorable de estas prácticas, junto con el interés de asegurar en nuestras clases ambientes de colaboración, motivadores, activos y abiertos a promover aprendizajes significativos, apoyados desde estos recursos y plataformas.
Así como algunas academias del Departamento de Desarrollo Humano de la Universidad del Caribe emplean el celular como parte de sus herramientas educativas, otras con criterios diferentes prohíben su uso dentro de las aulas. Esta práctica se replica en los demás programas educativos y tenemos un caso específico, el de la carrera de Turismo Sustentable y Gestión Hotelera que, en su nueva versión curricular, ya contempla en una de sus unidades el uso de tecnología móvil para la generación de Márqueting Digital, ya que las aplicaciones son de uso específico para celulares.
Esta situación genera una gran confusión entre el estudiantado, de ahí la oportunidad de identificar las buenas prácticas del uso del celular, con las cuales nuestra institución pueda definir lineamientos y políticas institucionales que regulen esta herramienta de trabajo. En este sentido consideramos pertinente identificar los intereses de la comunidad de estudiantes y docentes, y las acciones más urgentes que debe visualizar nuestra casa de estudios para la implementación eficiente de tecnología educativa de con el fin de consolidar el Plan de Desarrollo Institucional, mediante distintas estrategias como son: la generación de políticas institucionales, la dotación de más equipo móvil, ajustar lineamientos pedagógicos en el personal docente, ofrecer mayor cobertura de la red, la firma de convenios de colaboración o la implementación de programas especiales orientados a potenciar las competencias digitales de los estudiantes de la Universidad del Caribe.
De igual manera, para el estado de Quintana Roo consideramos que la investigación aportará hallazgos significativos para conocer las distintas realidades de uso que viven los estudiantes universitarios de las más importantes instituciones de educación superior. Conocer el panorama de las aplicaciones de la tecnología móvil que realiza el estudiantado dentro y fuera de las aulas, permitirá a las autoridades determinar estrategias de gobierno para implementar acciones educativas orientadas a intensificar el acceso a tecnología móvil, elevar el soporte de red instalada en la región, diversificar el uso de fibra óptica con fines didácticos, así como realizar convenios nacionales e internacionales que fortalezcan el capital humano y la calidad educativa de las Universidades públicas que operan en el estado.
La principal limitación de este proyecto, es que no contamos con financiamiento para poder movernos a los distintos planteles educativos del estado de Quintana Roo, por lo que solo se se aplicará esta investigación en el norte del estado. La segunda gran limitante es que aún seguimos con las restricciones de la pandemia, problema que por la sana distancia podría afectar en el interés o participación de docentes y estudiantes.
Resultados de encuestas aplicadas y comentarios de los resultados
En la comparativa de edad, los usuarios de la tecnología móvil demuestran tener una edad entre los 18 y 20 años como mayoría, en los centros educativos. Esta vinculación tan estrecha demuestra que es una generación donde es importante tener estrategias que favorezcan el uso responsable, eficiente y significativo de estos recursos en los procesos educativos dentro y fuera de las aulas.
Respecto al género, los resultados presentan una marcada mayoría entre las mujeres, aunque los porcentajes no varían de forma pronunciada, es importante atender con esta información que generó la encuesta contenidos educativos para el dispositivo móvil que atiendan el tema de género, donde se vean asuntos de lenguaje de género, equidad, así como diseño de experiencias de aprendizaje donde hombres y mujeres se sientan trabajando en un entorno de respeto, tolerancia y convivencia sana.
El valor monetario que expresan los estudiantes universitarios de escuelas públicas marca una tendencia de $3 000 a $5 000 —equipos de baja gama— algunos casos llegan hasta los $10 000, eso presenta puntos importantes, ya que los equipos de baja gama suelen ser caracterizados por ofrecer una batería con poca durabilidad, pantallas de tamaño reducido y de baja resolución, así como factores de ram que limitan la capacidadad a la hora de hacer más de una tarea de forma simultánea. Considero que en vez de que las instituciones públicas continúen creando centros de cómputo, deberían trabajar en dos estrategias.
- Invertir en tabletas y red de telefonía celular, que permitan hacer lo mismo que una computadora, pero con la movilidad y portabilidad de un equipo móvil.
- Crear acuerdos con compañías de telefonía celular para que ofrezcan equipos a precios preferenciales y con la posibilidad de pagarlos a cuatro años que, por lo regular, es lo que dura una carrera universitaria. Y esto permitiría el acceso a un celular de gama alta con pagos mensuales mucho más cómodos.
En el apartado de los usos que el estudiantado hace dentro del salón de clases destacan:
- Como apoyo en exposiciones.
- Para generar evidencias de clase.
- En el desarrollo de actividades en equipo.
Estos referentes nos permiten destacar la necesidad de que las escuelas incorporen el uso de la tecnología móvil como una herramienta de trabajo educativo, sin restricciones absurdas.
Otro rasgo sustancial es el de contar con metodologías didácticas, que logren sacar lo mejor de estas dinámicas y alternativas en la red, esto sin duda favorece la generación de habilidades digitales y la posibilidad de ofrecer actividades dentro del aula más interactivas donde el estudiante logre un nivel más protagónico.
La utilidad que les representa el uso de los dispositivos fuera de las aulas, dentro de una realidad donde la mayoría de los estudiantes trabajan o realizan estancias y actividades escolares en otras geografías, destaca de igual forma:
- Poder organizar las tareas y los procesos, así como estar en comunicación con el personal docente y su equipo escolar para realizar tareas, proyectos o procesos de investigación.
- Buscar información en la red o en bibliotecas especializadas para documentar actividades o experiencias educativas.
Ya no depende únicamente del docente o del material físico de las bibliotecas, ahora el estudiante tiene la posibilidad de localizar información validada que podría estar más actualizada que el propio docente.
Respecto a las herramientas que más destacan los participantes, son las que están orientadas a la búsqueda de información, ya sea dentro o fuera de las aulas. Esto sin duda favorece los procesos de formación académica, ya que, con la orientación del docente, el estudiantado puede acceder a la información de manera selectiva, crítica y localizar los conocimientos mediante la capacidad de síntesis y organización de la información localizada.
El otro elemento está vinculado a las herramientas de captura de audio, imagen y vídeo, que representan herramientas de registro para instrucciones, captura y seguimiento de procesos sociales o científicos, ya sea en talleres o en el campo de acción y, en caso de contar con equipos de gama alta, el estudiante es capaz de realizar video ensayos, reportes de investigación o materiales educativos en video para socializar proyectos terminados.
Respecto a la pregunta sobre las limitaciones del personal docente en procesos educativos, donde se utiliza un celular, los estudiantes identifican tres:
- La falta de capacitación del personal docente para manipular los equipos móviles de forma eficiente, motivante e interactiva.
- Esto mismo lleva a destacar cómo algunos docentes pierden el control del grupo, cuando estos activan sus dispositivos móviles, sin duda el m-learnig no puede verse como una moda, es necesario formar de manera técnica y didáctica a los docentes para que visualicen a los equipos móviles como aliados en sus actividades escolares dentro y fuera del salón de clases.
- Llama la atención que en instituciones públicas o privadas destaca la poca o nula señal de red en los salones de clases, pareciera que las instituciones educativas le apuestan más a la educación tradicional, y solo reaccionan a situaciones como durante en la pandemia. Nos parece un reto fundamental que las instituciones establezcan un proyecto en etapas de desarrollo para logar ofrecer experiencias de aprendizaje digital, a partir de un posicionamiento sólido basado en políticas educativas claras, infraestructura digital que garantice las tareas escolares dentro y fuera de las aulas y, por último, implementar una carrera de formación y actualización docente para atender el tema de la brecha digital y la falta de capacitación a favor de la comunidad educativa.
En la percepción del estudiantado, el uso del teléfono y los dispositivos móviles en el aula son importantes, en la encuesta destacan puntos relevantes para la educación de calidad, ya que al usarlos, desde su percepción, estos dispositivos les permiten comunicarse, acceder a información, favorece una mayor autonomía, mejora su rendimiento académico, eleva la motivación y es un factor que influye de forma positiva en su creatividad. Y todos estos atributos que destacan, van en favor de sus competencias digitales.
Respecto a los entornos donde más se sienten atraídos y motivados a colaborar de forma semi-presencial o no presencial, destacamos de nuevo tres:
- Google - Classroom como receptorio de grupos educativos con acceso a contenidos escolares como libros digitales, presentaciones, videos, infografías y otras gráficas o ilustraciones. Es un espacio donde el estudiante accede sin restricciones, colabora, realiza actividades, revisa información y publica sus tareas.
- Whatsapp es un espacio de comunicación instantánea que, sin duda, es de gran vitalidad en la comunicación de un grupo, pero que por igual requiere reglas de netiqueta y políticas claras, para evitar que el espacio se sature de información que no tiene nada que ver con la clase.
- Canva, esta aplicación destaca por su enorme potencial creativo, donde el usuario puede crear ilustraciones para páginas web, trípticos, periódicos, revistas, diseño de imagen, material para mercadotecnia digital, etc. Son este tipo de recursos que no todos los docentes manejan y conocen, por lo tanto, la aplicación es más decisión del estudiante que conocimiento o expertis del profesor.
En el caso de entornos educativos, las dos aplicaciones que más destacan tienen que ver con Kahoot y Educaplay. Son espacios que han demostrado ser de valor en las aportaciones que hacen al trabajo docente, ya que en estos espacios el estudiante responde a dinámicas o exámenes desde su celular y, en el caso de Educaplay, es un portal con una enorme variedad de contenidos interactivos, capaces de ser compartidos por el docente y ser evaluados de forma instantánea. Estos espacios favorecen la creatividad, la motivación y el trabajo autónomo, el único punto de mejora sería que la mayoría de contenidos está orientado a la educación media, de ahí la oportunidad de que las instituciones universitarias trabajen la creación de contenidos educativos de nivel universitario y lo compartan a su comunidad universitaria, así como a otros usuarios que igual lo necesiten.
Resultados y hallazgos respecto al personal docente
Los casos revisados a partir de la participación de los docentes de tres instituciones educativas de nivel superior, dos instituciones públicas y una privada, identificamos como los más significativo:
El promedio de edad se identifica entre los 40 y 50 años. Este hallazgo confirma que la brecha digital es una realidad entre el personal docente, cabe señalar que este porcentaje está más relacionado a un profesorado abierto a los nuevos escenarios de la educación, por lo tanto, dispuesto a participar en talleres o actividades que complementen su actividad educativa o que, de plano, ya están implementando tecnología en su práctica educativa dentro y fuera de las aulas. Aquí el reto es que cada institución debe localizar a aquel personal docente que ha quedado rezagado en el acceso o uso eficiente de estos recursos. Cuando se trata de docentes que se resisten, eso implica una solución muy distinta, si en alguna institución existe alguna población de docentes que se resisten al cambio, por lo regular se requieren de políticas claras de la institución y plazos concretos para lograr un avance en la calidad educativa de carácter institucional.
En el caso del género, localizamos un equilibrio entre hombres y mujeres y, en algunos casos, mayoría de personal docente femenino. Esta evidencia debe ser aprovechada por las instituciones, ya que, por lo regular, las profesoras suelen ser más didácticas y motivantes a la hora de promover el uso eficiente y significativo de los recursos móviles en los procesos educativos dentro y fuera de las aulas Respecto al valor monetario de los equipos celulares que el personal docente identifica en su práctica educativa, localizamos que la mayoría cuenta con equipos que están entre $5 000 y $10 000. Este caso es similar al de los estudiantes, de nuevo se recomienda promover entre las instituciones educativas, créditos o apoyos para que el personal docente tenga acceso a equipos de gama alta, ya que las herramientas y los recursos que ofrecen estos dispositivos son de gran ayuda en la creación de material didáctico (audio, imagen, video), así como en la generación de dinámicas interactivas dentro y fuera de las aulas. Además, estos equipos ya vienen dotados de la tecnología 5G que hará las clases a distancia más estables y con mejor calidad de video.
Respecto al tema de la frecuencia de uso de la tecnología móvil en su actividad educativa, destaca de forma alarmante el muy poco uso o casi nula utilización en las instituciones públicas, y destacan en un mayor porcentaje, como un SIEMPRE, las escuelas privadas. Esta realidad obliga a la dirección académica de estos centros de estudio a establecer políticas institucionales para que en un porcentaje no menor a 30% de las sesiones, como mínimo, el personal docente programe actividades apoyadas con estos equipos. Destaca de forma inminente que una política abierta a la decisión del docente, nos puede llevar a un déficit formativo, que a corto plazo será identificado o señalado como área de oportunidad por los organismos evaluadores, como la sep, las calificadoras o la propia iniciativa privada, ya que las habilidades digitales son un punto de referencia en documentos de la unesco donde establece que el acceso a la tecnología es uno de los escenarios clave para el desarrollo humano dentro de los parámetros de una educación del futuro.
En los casos donde el personal docente sí hace uso de la tecnología móvil dentro de las actividades educativas, destacan las más tradicionales. Las utilizan como apoyo informativo dentro de la exposición de una clase, para realizar actividades en equipo o dentro de un trabajo de investigación. Sin duda, este uso es el más frecuente y cumple con las necesidades concretas del docente, aquí el reto es que, cuando el personal docente conoce —a través de talleres— todo el potencial que guarda la tecnología y los alcances didácticos basados en el m-learning, entonces aprovecha más sus recursos, se siente mucho más apoyado con las herramientas y recursos y logra, dentro del salón de clases, experiencias de aprendizaje más significativas y motivantes, donde el estudiante se sabe un actor determinante en sus procesos de aprendizaje.
Respecto a los usos que hace el personal docente en actividades educativas fuera de las aulas, los resultados guardan mucha similitud. En estos procesos destacan comunicación directa, búsqueda de información y descargar o subir actividades a la nube. En definitiva, estas actividades son de gran relevancia para los procesos de enseñanza aprendizaje, pero esto quizá es resultado de los alcances que tienen con sus equipos de gama baja y las pocas o nulas políticas que las instituciones promueven para hacer que el celular, y otros recursos, logren un resultado mucho más significativo. Se sabe que el trabajo a distancia requiere de una mejor conectividad, una mayor capacidad de ram de los equipos para realizar distintas tareas de forma simultánea, así como de recursos multimedia que permitan realizar materiales que, por su calidad, formen parte de carpetas abiertas de objetos de aprendizaje en la nube, bibliotecas digitales o recursos didácticos que apoyen a estudiantes de semestres más bajos. Hay muchos recursos que deberían estar en estos espacios, pero al ser realizados con equipos de gama baja, no cumplen los requisitos mínimos de calidad para su divulgación.
Si relacionamos los resultados anteriores, con la siguiente respuesta a la pregunta, ¿cuáles son tus limitaciones más frecuentes? Identificamos que la poca potencia del internet, la falta de capacitación para operar estos recursos y la falta de políticas claras de las instituciones impiden el logro de estos procesos de innovación educativa. Ya que estas acciones deben asegurar CONTINUIDAD en los procesos, EFICIENCIA que va de la planeación a la acción educativa Y SOPORTE TECNOLÓGICO para dotar al personal docente de los recursos que necesita para optimizar sus procesos de enseñanza aprendizaje apoyados por las tecnologías avanzadas.
Respecto a los criterios que el personal docente más identifica como elementos importantes del uso del celular dentro y fuera de las aulas, destacan los que elevan los aprendizajes y el desempeño dentro del aula, son un apoyo en la organización y comunicación dentro de los procesos educativos y motivan al estudiante para que logre ser más autónomo. Estos indicadores revelan el potencial educativo de estos recursos, los cuales son identificados por los maestros. Sería necesario hacer un nuevo estudio para poder saber que tanto las instituciones educativas tienen identificadas estas metas dentro de sus áreas estratégicas de desarrollo institucional. La tecnología no debe verse como una alternativa “ocasional” en casos de pandemia o necesidades eventuales.
Si estas respuestas anteriores las sumamos a los criterios vertidos por el personal docente, de igual forma destaca que los principales beneficios que ofrecen estos recursos están orientados al desarrollo de competencias digitales, a mejorar el rendimiento académico y a elevar la creatividad y la innovación. El hallazgo es tremendamente relevante, ya que estos indicadores —lo vuelvo a señalar— están muy relacionados con los intereses de los organismos evaluadores, así como con los planes nacionales y estatales de desarrollo sostenible.
Para terminar, revisaremos las dos preguntas con las que terminó esta encuesta: ¿qué aplicaciones y entornos educativos usas con mayor frecuencia? Destaca una respuesta de forma inminente: Google y, en particular, su plataforma Classroom con todos sus recursos incluidos, los otros más usados, sin duda, son Kahoot y Educaplay. En segundo lugar, destacan las aplicaciones WhastApp e Instagram que permiten —si se logra respetar algunos criterios de usos y tiempos— una comunicación directa, colectiva y con la capacidad de compartir documentos, direcciones y material audiovisual, que apoyan mucho en procesos educativos presenciales y a distancia. Si comparamos los casos de otras aplicaciones identificamos tres puntos relevantes como:
- Algunas aplicaciones o entornos educativos son de uso gratuito, pero si elevamos el número de estudiantes inscritos o el tráfico de datos, entonces generan un costo para el docente.
- Muchas aplicaciones requieren de una capacitación específica, de no tener este soporte, entonces el docente aprovecha muy poco las alternativas que estas aplicaciones ofrecen a los usuarios.
- Estas aplicaciones igual suponen el uso de datos —de tiempo aire— de los equipos del personal docente, esto genera un gasto más cuando el docente ya está muy ligado a grupos, aplicaciones y atención dentro y fuera de las clases, de ahí la necesidad de que las instituciones identifiquen aplicaciones clave y reduzcan los costos de uso, a través de convenios y alianzas estratégicas.
La pregunta final de la encuesta fue sobre lo que no es posible hacer con un celular y los hallazgos fueron importantes, ya que, aunque estos dispositivos cuentan con herramientas muy potentes que apoyan la comunicación, la productividad y la creación de contenidos, en definitiva aún no son un apoyo relevante en actividades más especializadas entre las que identificamos:
- No es posible usar para llenar tablas complejas de Excel.
- No es una herramienta práctica para realizar edición de video.
- No es ideal para crear diseño gráfico o páginas web.
- No se recomienda para redactar textos escolares o científicos.
- No es adecuada para realizar operaciones matemáticas complejas.
- La mayoría destacó el comentario de que debido al tamaño pequeño de las pantallas, se reduce mucho su potencial de ser una aplicación amigable.
Aun así, de todas estas limitaciones técnicas y espaciales, los estudiantes insisten en hacer estas actividades desde la pantalla pequeña de un celular.
Conclusión final
El acceso y el uso eficiente de la tecnología dentro de la actividad universitaria son dos tareas pendientes y a la vez fundamentales. En una sociedad donde la tecnología forma parte ya de las distintas acciones productivas, sociales, culturales y políticas, las instituciones de educación no deben mantenerse al margen. En los últimos años, el uso de tecnologías móviles se ha incrementado en varios campos como en la banca, la economía, el turismo, el entretenimiento, la gestión de la información y, en el tema que nos compete, en la educación. En este ámbito ha mostrado una constante evolución y expansión, porque ha generado una oportunidad de poner a disposición del estudiante herramientas y recursos cada vez mejores para su aprendizaje (Glowatz et al., 2019).
En ningún momento se ha pretendido apuntalar en este trabajo la presencia de las nuevas tecnologías como una panacea o como lineamientos con carácter de obligatoriedad. Sí aclaramos que las actividades que se complementan con el uso de la tecnología móvil, dentro y fuera de las aulas, logran experiencias de aprendizaje mucho más cercanas a la realidad y a las expectativas del estudiantado.
Esta investigación nos ha permitido corroborar realidades y necesidades que la educación universitaria tiene en un escenario de desarrollo próximo. Los aprendizajes y experiencias logradas en la pandemia no pueden significar un asunto ocasional o emergente, es necesario que las instituciones educativas establezcan metas a corto y a largo plazo para lograr que los aprendizajes ayuden a implementar los recursos de la tecnología móvil de forma estructurada, eficiente y significativa.
Rodríguez y Juárez (2017) identifican no sólo los celulares, sino también las tabletas, como equipos móviles que pueden apoyar los aprendizajes, bajo las metodologías Aprendizaje móvil.
La tecnología no es una moda, no debe seguir viéndose como el plan B de la educación presencial y tradicional, no debe criminalizar al estudiantado que necesita incorporar su dispositivo a los procesos educativos, no debe conformarse con que un grupo reducido de docentes incorpore de forma personal el uso de las tecnologías como un asunto individual de la materia y, en particular, no se debe seguir invirtiendo en laboratorios de cómputo, porque carecen de las ventajas de la tecnología móvil: portable, ligera e interconectable. El escenario real es que estos recursos bien aplicados ayudan en el proceso educativo de forma significativa y el estudiante es el más beneficiado, ya que con una dinámica bien estructurada y lograda, el estudiante se motiva, participa, interactúa, alcanza metas, está en comunicación de forma inmediata y, por si esto fuera poco, aprende de manera autónoma
La implementación del Aprendizaje móvil dentro y fuera del aula es un reto integral, es decir, que no debe ser convocado a manera de decreto o ley. Como una forma de apoyo en la implementación ordenada y estructurada de esta modalidad educativa, hemos incluido en este proyecto la integración de un manual, donde cada institución y su comunidad de docentes podrá tomar aquello que sea afín a sus metas y formas de trabajo. Un punto que consideramos relevante en este proceso de implementación es el de nunca perder de vista las necesidades y las expectativas de los estudiantes. En dicho manual, las instituciones podrán programar la forma en la que podrán —de menos a más— implementar en su cultura organizacional los recursos y las herramientas que ofrece la tecnología móvil, conforme a sus presupuestos, políticas, características y particularidades de las carreras, así como del grado de capacitación de su personal docente. Todo esto, con el interés de caminar en un proceso sistematizado y ejecutado, que pueda ser evaluable y medible en su efectividad.
La proposición de la unesco del año 2002, señala cuatro aspectos organizados en: 1. literacidad digital, que considera tanto el manejo de recursos informáticos y de internet como el conocimiento de aspectos sociales, éticos y usos profesionales de las tic; 2. tic como herramienta de trabajo para las otras áreas del currículo; 3. tic como herramienta para proyectos interdisciplinarios, colaborativos y orientados a mostrar el potencial de las tic en las resoluciones de problemas actuales y de la realidad; 4. Especialización profesional en tic con introducción a la programación, análisis y creación de sistemas de información, gestión de proyectos en diversas áreas.
Para el logro de esta tarea, igual hemos detectado que el soporte tecnológico es un asunto importante, ya que, si las universidades continúan careciendo de una red estable y robusta, todo proyecto o innovación dentro o fuera de las aulas queda limitado o anulado por la falta de internet. Es difícil que las instituciones educativas puedan solventar este gasto para el logro de esta fortaleza. En definitiva, asegurar el soporte y la eficiencia de la red es una labor que le toca a los organismos federales o estatales que, mediante convenios con las compañías telefónicas o políticas públicas a favor del Aprendizaje móvil, aseguren un acceso a la red de forma suficiente, robusta y estable. Esta cobertura puede servir para el desarrollo de contenidos educativos que puedan ser compartidos entre distintas instituciones, cursos, talleres y la creación de comunidades de aprendizaje, donde sea posible recuperar experiencias, conocimientos y la actualización de nuevos recursos. Esto debe ser así, porque justo es como hoy día operan las redes sociales en cuestiones de economía, sociedad y cultura, es decir, que las universidades deben ingresar de forma activa a estas formas colaborativas de aprender a aprender.
El reto del docente
Los hallazgos de este estudio identifican la importante tarea que realizan los docentes dentro y fuera de las aulas, así como la necesidad de que incorporen de forma gradual, planificada y muy objetiva las herramientas de la tecnología móvil en su dinámica educativa. Una primera etapa es la de informarse sobre las herramientas que ofrece su teléfono celular u otro dispositivo que ya esté a su alcance. A veces los equipos nos ofrecen un importante número de herramientas, pero al desconocer el potencial de nuestro equipo, pues usamos lo que tenemos para realizar actividades muy básicas. Otra alternativa es la de investigar qué recursos existen en la red que ofrezcan objetivos de aprendizaje con los que nuestra materia —según cada perfil— pueda ser complementada o con lo que se pueda reforzar conocimientos y habilidades. Con esta información, se puede iniciar un trabajo gradual de implementación de recursos en la red o de aprovechamiento de la tecnología móvil. Esta exploración le permitirá identificar qué recursos requiere para optimizar los materiales didácticos para su labor docente o qué nuevos dispositivos o accesorios necesita para mejorar o ampliar el alcance de los equipos que ya compró. La ventaja es que el internet está lleno de tutoriales y reseñas de los que se puede valer para que de forma razonada, gradual y amigable pueda implementar estos recursos.
Una nueva mentalidad en las destrezas tecnológicas del estudiantado
El otro actor fundamental en todo proceso educativo es el estudiante, participante que muy posiblemente ya tenga mejores habilidades y recursos que su docente. El escenario de mejora para el estudiantado radica en tres acciones:
- Cambio de actitud ante la telefonía móvil, ya que la mayoría no logra diferenciar los tiempos lúdicos o sociales, de los momentos en los que hay que estar concentrados y atentos a una actividad. Esta es la razón por la que muchas instituciones miran a la telefonía móvil como un distractor, más que como una herramienta educativa.
- Un buen manejo de la información implica verificar y revisar de forma crítica, la realidad de muchos usuarios que descargan lo primero que encuentran y eso pretenden presentarlo como una verdad terminada, de ahí la necesidad de trabajar con más rigor la información que nos ofrecen las redes, cuidando de no caer en plagio, ya que toda idea publicada tiene autoría y debe ser correctamente citada.
- Por último, la organización de la información es otra actividad relevante para la implementación del Aprendizaje móvil de forma ordenada. La experiencia nos deja ver a estudiantes que usan sus equipos móviles dentro y fuera de las aulas, pero que cuando necesitan recurrir a una información, ya sea imagen o video, se topan con tal caos en los archivos guardados en sus equipos, que es imposible localizar dicha información. Entonces, la sistematización es una importante acción formativa entre los estudiantes para que logren hacer uso de sus dispositivos de forma eficiente, ordenada y con sustento académico.
Educación dentro del aula. El primer escenario del trabajo educativo apoyado por la tecnología móvil, dentro de las aulas, como ya lo hemos mencionado, sigue siendo dentro de escenarios de prohibición, de clandestinidad o de miedo, por parte del estudiantado que no quiere ser sancionado o del docente que no quiere ser superado con información más actualizada.
Entorno colaborativo. Este entorno de aprendizaje ha brindado más eficacia al momento de la colaboración, se define como buena gestión de las personas que participan en una asignación utilizando tecnologías como herramientas móviles. Y también, este tipo de entornos de aprendizaje son generalmente los entornos que brindan información y el intercambio de opiniones entre los miembros del grupo y los expertos, a través de la tecnología que apoya las herramientas de aprendizaje colaborativo (Sarrab et al., 2012).
El reto es lograr poner el modelo Aprendizaje móvil en su justo valor, como una herramienta de apoyo, que puede ayudar en el trabajo docente como un complemento —que no sustituye al docente— y que va a depender de un proceso de evaluación entre programas educativos, academias y grupos colegiados, que de forma consensuada identifiquen los tiempos, los temas y las etapas en los que un curso será mediado por estos recursos.
La planificación entonces es fundamental, porque permite el abordaje del Aprendizaje móvil de forma colectiva e institucional. Un acuerdo consensuado de este tipo podría, incluso, definir que una materia por sus particularidades, va a usar los recursos móviles en un porcentaje menor, en contraposición con otras academias o cuerpos colegiados que identifiquen la presencia de la tecnología móvil como un valor agregado.
El estudiante virtual requiere un contenido bien estructurado, la aplicación y práctica continua de los conocimientos que van adquiriendo y también ver el avance de su aprendizaje (Glowatz et al., 2019).
Definiciones de este tipo permitirán a las coordinaciones de carrera localizar áreas prioritarias para la compra de infraestructura o el acondicionamiento de espacios con mejor potencia de banda, para la compra de licencias de portales especializados en el tema o para el reclutamiento de personal docente calificado y con mejores habilidades digitales.
Esta segmentación permitirá a las instituciones avanzar de forma estratégica, ya que permite ejecutar acciones de mejora y desarrollo de forma gradual, consensuada y eficiente.
Formación fuera del aula
El segundo escenario del trabajo educativo apoyado por la tecnología móvil es el que se realiza de forma cada vez más recurrente, el que se realiza fuera de las aulas. Esta alternativa podría identificarse de varias formas según la necesidad del docente y el estudiantado, algunas definiciones podrían ser: aula paralela, educación 24 horas, aprendizaje ubicuo, pensamiento colectivo.
El crecimiento de la computación ha causado gran impacto en el aprendizaje, los dispositivos adecuados para el aprendizaje móvil incluyen reproductores de medios digitales, teléfonos inteligentes y asistentes digitales personales. Ktoridou y Eteokleous definieron el Aprendizaje móvil como aprendizaje utilizando dispositivos móviles y dispositivos de tic portátiles. Uno de los beneficios clave de estos dispositivos es que permiten a los estudiantes variar su ubicación de estudio. El uso de los dispositivos móviles en un contexto de aprendizaje permite que un alumno aprenda en cualquier lugar y en cualquier momento, así, erradica fronteras geográficas y permite entornos de aprendizaje cooperativo como la interacción grupal e individual, gracias a una comunicación instantánea con otros usuarios (Zwart et al., 2020) .
La idea central es que las y los estudiantes cuenten con alternativas de trabajo escolar, que no estén limitadas por el tiempo o el espacio. Dichas posibilidades son de gran apoyo ante realidades de personas que estudian y trabajan o que están haciendo una estancia nacional o internacional, que están enfermos o que, por sus actividades necesitan parcializar los tiempos de su actividad educativa, ya sea a través de tareas, investigaciones, proyectos o desarrollo de prototipos.
La clave en el trabajo a distancia tiene una gran conexión con tres factores clave:
- Diseño por parte del personal docente de actividades, procesos y contenidos claros, así como con productos esperados que sean claros, concretos y medibles o evaluables.
- Creación de espacios de comunicación eficientes, es decir, que solo serán usados para las actividades o dudas relacionadas con la actividad escolar, con horarios definidos y con un buen manejo de netiqueta por parte de docentes y estudiantes.
- Las habilidades organizativas del estudiante, ya que deberá regular de forma viable y en una agenda virtual, sus actividades productivas, sociales, personales y lúdicas, no lograrlo podría afectar sus resultados.
Como podremos ver, las posibilidades de éxito del trabajo a distancia no dependen de la tecnología, sino que están directamente relacionadas con las habilidades didácticas, pedagógicas y proactivas de estudiantes y docentes.
Aunque los objetivos primordiales que motivan la implementación del Aprendizaje móvil sean el costo, la adaptabilidad y la escalabilidad, debe recordarse que el uso de la tecnología debe ser impulsado por consideraciones pedagógicas. El principal aspecto pedagógico relacionado con el Aprendizaje móvil es encontrar formas de integrar las herramientas móviles en las actividades de enseñanza y aprendizaje (Zwart et al., 2020).
Literacidad
Está claro que las y los usuarios utilizan el móvil para hacer sus tareas por tres razones, por ser más práctico, porque ofrece las herramientas o porque es el único recurso que tienen. Dicha realidad práctica influye en sus formas de leer y, sobre todo, de escribir, por ejemplo, el tamaño limitado del teclado y las pantallas influye, los modismos y las abreviaturas de las redes sociales se hacen presentes, más que nada, párrafos breves y poco descriptivos obligan al docente a hacer correcciones o señalamientos, porque las tareas suelen ser muy limitadas en su redacción, poco claras con las reglas de ortografía y tan cortitos que no superan la dimensión de un mensaje de texto. Esto mismo está presente cuando se solicita al estudiante leer un texto científico y, en su narrativa crítica, no logramos ver que el estudiante comprenda, que emita juicios complejos o que difiera con alguna idea en particular.
Autores como Lara (2005) y O'Donell (2005) coinciden en que los blogs, por sus características, son un instrumento de altísimo valor dentro de la pedagogía constructivista, en la línea del conectivismo que hemos analizado más arriba. Los blogs establecen un canal de comunicación formal o informal, entre profesor y alumnos, promueven la interacción social, dotan al alumno de un medio personal para la experimentación de su propio aprendizaje y su utilización requiere solo unos mínimos conocimientos de tecnología.
Para actividades más complejas, como la redacción crítica de textos o para el abordaje de temas científicos, el equipo móvil si acaso se debe usar para recuperar algunas ideas, señalar algunos puntos relevantes o puntos clave para la redacción de conclusiones. En suma, el equipo móvil, en particular los celulares, influyen de forma negativa en la presentación de tareas escritas como artículos, ensayos o reportes de investigación.
Innovación, disrupción y habilidades digitales
La proyección a futuro se localiza en la posibilidad de formar estudiantes universitarios para escenarios que apenas se están configurando o que de plano no existen. La incertidumbre que detona el mercado laboral y profesional obliga a las instituciones de educación a dotar al estudiantado de los conocimientos, las habilidades y las actitudes que le permitan adaptarse e incorporarse de la forma más temprana a una realidad que cambia y que requiere de un mínimo de habilidades digitales, donde le sea posible participar de forma activa y colaborativa en entornos no presenciales o a distancia.
Los problemas comunes están relacionados con mantenerse al día en los requisitos constantes de flexibilidad y adaptabilidad del contenido, en la reutilización e intercambio de objetos y estructuras de aprendizaje, así como también evaluar en los entornos virtuales educativos existentes es complicado, ya que no existe una arquitectura de referencia común, ni enfoquesestandarizados, por lo tanto, existe una necesidad creciente de apoyo eficiente para los diseñadores y desarrolladores de entornos educativos virtuales (Morales, 2007).
El futuro no se adivina, más bien se construye, por tanto, las instituciones de educación superior y las y los egresados deben ser capaces de sumarse a esta generación de nuevos entornos de conectividad, creación, colaboración y disrupción.
El término e-learning califica como una forma de aprender basada en el uso de las nuevas tecnologías que permite el acceso a una formación en línea, personalizada, a través de internet y otros medios electrónicos para el desarrollo de competencias en el proceso de enseñanza aprendizaje, independientemente del tiempo y lugar (Powell et al., 2021).
En suma, el uso de la tecnología móvil dentro y fuera de las aulas no es una moda, un decreto u ocurrencia, es una acción educativa que requiere de planeación e implementación gradual.
Después de conocer todas estas percepciones y experiencias podemos decir que para el logro de una educación de calidad basada en los recursos que ofrece la tecnología móvil, se debe proceder bajo seis pilares sustanciales:
- Conectividad y soporte tecnológico.
- Acceso a contenidos especializados.
- Formación orientada al usuario.
- Con objetivos y metas concretas.
- En entornos lúdicos e interactivos.
- En ambientes de equidad y respeto.
Se debe concebir a las tic como un artefacto cultural, cuyo proceso de apropiación es gradual, y que sus usos pedagógicos se vinculan con la evolución a lo largo del tiempo de la práctica, el pensamiento, las actitudes, la asunción de roles, etc., en el seno de una comunidad educativa. El que los docentes adquieran e interioricen las competencias requeridas para contender con las demandas de la profesión en el actual milenio, no solo es una cuestión de iniciativa y renovación personal. Se espera un uso generalizable, estratégico, contextualizado y aplicable en “la vida real” de las tecnologías, pero para ello, el docente tiene que tener claro el tipo de cultura tecnológica que se quiere propiciar en las escuelas y formar parte de ella (Díaz, 2021).
El proceso educativo es complejo por necesidad, así lo establece Díaz (2021, p. 154):
El reto de fondo catapultado por las tic en la educación se puede sintetizar en una triple transformación del paradigma actual: de “educación como industria” en “educación como servicio (de proximidad)”, de “escuelas que enseñan” en “escuelas que aprenden” y de “asociacionismo” en “constructivismo” de los aprendizajes.
Es, entonces, en esencia, no perder esa cercanía o proximidad con el estudiante. Las universidades no deben de dejar de aprender de su práctica educativa, así como de promover la innovación, en un entorno de constructivismo social dentro y fuera de las aulas.
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