2. Claves para el desarrollo de los negocios en la agricultura

https://doi.org/10.52501/cc.204.02


Jimena Achiquen Millán

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Marisol López Romero

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Blanca Margarita Montiel Batalla


Alba Rocío Muñoz Madrid

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2. Claves para el desarrollo de los negocios en la agricultura

Jimena Achiquen Millán*
Marisol López Romero**
Blanca Margarita Montiel Batalla***
Alba Rocío Muñoz Madrid****

DOI: https://doi.org/10.52501/cc.204.02

Resumen

Los principales obstáculos que enfrentan las unidades de producción agropecuaria se relacionan con los altos costos de insumos y servicios, las pérdidas debido a factores climáticos y biológicos, la reducción de precios o ventas, la baja nutrición del suelo, la inseguridad, la falta de infraestructura, la escasez de mano de obra y las cuestiones vinculados a la comercialización. En este contexto, el objetivo del capítulo es proporcionar elementos para que los estudiantes, profesionistas y público general reconozcan la contribución de los agronegocios al desarrollo de la agricultura e identifiquen nuevas oportunidades de negocios. Por medio del análisis de los eslabones de la cadena de producción se enfatiza que la tecnología y la innovación son claves en el desarrollo de los agronegocios, que, al estar en evolución es necesaria la constante formación de capital humano, capaz de explorar nuevas formas de producción sustentable. Esto tiene mayor relevancia en lo rural, en donde los agronegocios son parte de las principales fuentes de ingresos. En efecto, este documento es una invitación para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades de los agronegocios dentro de una sociedad dinámica y cada vez más conectada.

Abstract

The main obstacles faced by agricultural production units are related to high costs of inputs and services, losses due to climatic or biological factors, a decrease in prices or sales, soil nutrient depletion, insecurity, inadequate infrastructure, labor shortage and issues associated with marketing. The aim of the chapter is to provide key insights for students, professionals, and the general public to recognize the contribution of agribusiness to the development of agriculture and identify new business opportunities. Through the analysis of the links in the production chain, it becomes evident that technology and innovation play a crucial role in the development of agribusiness. Given that agribusiness tends to lag behind in evolution, there is a crucial need for the ongoing development of human capital capable of exploring innovative approaches to sustainable production. This is particularly significant in rural areas, where agribusinesses constitute a vital part of the primary sources of livelihood. This document serves as an invitation to reflect on the challenges and opportunities presented by agribusiness in an ever-evolving and increasingly interconnected society.

Palabras clave: agronegocios, innovación agrícola, modelos de negocio, economía circular.

Keywords: agribusiness, agribusiness innovation, business models, circular economy.

Introducción

El desarrollo de la agricultura juega un rol clave en el crecimiento económico a través de diversos mecanismos, tales como generación de empleo, alivio del hambre, creación de nuevos modelos de producción, entre otros. No obstante, los productores agrícolas enfrentan retos multifactoriales. Con base en la información del Censo Agropecuario 2022, los principales problemas que enfrentan las unidades de producción agropecuaria en México son los costos de insumos y servicios (88.8%), pérdidas por algún factor climático o biológico (61.0%), baja de precios o disminución de ventas a causa de la pandemia del COVID-19 (40.2%), pérdida de fertilidad del suelo (29.9%), inseguridad (22.8%), dificultades para la transportación (21.8%), escasez de mano de obra (17.6%), la edad avanzada o enfermedad de productores (16.5%); así como de otros aspectos relacionados con la dificultad para la comercialización (Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática [inegi], 2023).

Esto hace que los retos en el área de agronegocios se profundicen, puesto que deben atender los problemas relacionados con la producción y el cambio de la demanda del mercado. En efecto, el futuro del área se encuentra fuertemente vinculada a las tendencias de los mercados mundiales cuyas oportunidades de expansión dependen de la habilidad de los actores para desarrollar respuestas innovadoras a los cambios. Desde una visión sistémica, los agronegocios se estudian como un conjunto de negocios que coloca en el centro al consumidor, con las actividades de producción primaria, procesamiento, transformación, almacenamiento, distribución y comercialización; incluyendo los servicios indispensables para que las unidades económicas operen de manera adecuada (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura [iica], 2010).

Por consiguiente, en el capítulo se exponen y reflexionan las diversas oportunidades de expansión en el área de agronegocios, a través del análisis de los eslabones de la cadena de producción. En la figura 1 se muestran las actividades consideradas con potencial de desarrollo en los negocios en la agricultura. Entre las que destacan aquellas relacionadas con insumos, métodos de producción, tipos de agroindustria, formas de distribución y comercialización y, de manera transversal, los servicios relacionados y el tratamiento de residuos.

Figura 1. Oportunidades de agronegocios en la agricultura

Fuente: Elaboración propia.

La finalidad es ofrecer a los lectores y a los estudiantes de agronegocios, una guía para comprender las diversas tendencias del área y las nuevas oportunidades de emprendimiento. Así como pautas sobre las habilidades que se habrán de desarrollar para lograr integrarse a la dinámica global, y generar agronegocios exitosos. Y es que el éxito de cualquier carrera u oportunidad de negocio en el sector, depende del aprovechamiento de las fortalezas (o disminución de las debilidades), de la posibilidad de sacar ventaja de las oportunidades y de la flexibilidad para manejar las amenazas presentes en el ambiente.

Es decir, los agronegocios son influidos por factores externos difíciles de controlar. No obstante, la complejidad se vuelve única por la forma en que son impactados por el clima, plagas y enfermedades, cambio tecnológico, políticas gubernamentales, factores culturales e institucionales y el carácter perecedero de los productos. La amplitud e incertidumbre de los factores que intervienen, reclaman distinguir esta área de cualquier otra. Por esta razón, la ciencia, la tecnología y la innovación se ponen en el centro del análisis para explicar las nuevas oportunidades. La intención es que los agronegocios y sus tendencias contribuyan a transformar la mentalidad de los jóvenes sobre la agricultura y las actividades relacionadas. Puesto que la evolución que experimenta el sector respecto a la producción, los avances tecnológicos y al comercio internacional permiten concebir a la actividad agrícola como una oportunidad laboral real y de negocios.

En resumen, el capítulo está dividido en siete apartados. En el primero, se exponen las oportunidades en el eslabón de insumos, en donde se destaca la implementación de la tecnología en el desarrollo de nuevos productos y servicios. El apartado dos ofrece un panorama sobre los sistemas de producción agrícola que dan respuesta a uno de los principales retos que enfrenta el sector: el uso racional de recursos. Mientras que, en el tercero se retoma la transformación de los productos agrícolas en el contexto de la diversificación de las tendencias del mercado. El cuarto apartado contempla la forma y tendencia en la que son distribuidos y comercializados los productos agrícolas. En el quinto, las posibilidades de negocios relacionados a los servicios son expuestos. De acuerdo con la literatura se resaltan aspectos tales como: finanzas, certificaciones, capacitaciones y consultoría; en donde la tecnología se vuelve clave para su desarrollo. En el sexto, las tendencias más importantes respecto al uso de residuos en el área de negocios son enlistadas. Finalmente, en el último apartado se presentan las principales conclusiones alcanzadas.

Agronegocios en el eslabón insumos

Dentro de los principales insumos en la agricultura se encuentran las semillas; su producción y distribución son un medio de transferencia de tecnología entre desarrolladores y agricultores para alcanzar niveles competitivos. Lo anterior implica una dinámica capaz de generar nuevas variedades y atender la producción, distribución, asesoría técnica y comercialización (Luna Mena et al., 2012). El sector privado en México ha enfatizado la producción de semillas con perspectivas de mercado, en el caso de maíz, trigo, sorgo, hortalizas y flores; mientras que el sector público atiende cultivos de interés nacional como el nopal, cempasúchil (Tagetes erecta) y arroz. Por su parte, el sector social se centra en la producción de semillas de trigo y nopal (Domínguez-García et al., 2019).

En lo que respecta al rubro de fertilizantes, en general, representa de un 30.0 a un 50.0% de la estructura de costos de la mayoría de los cultivos (Achiquen Millán y Zavaleta González, 2022; Aguilar Ávila et al., 2019; Zavaleta González y Achiquen Millán, 2022). Recientemente, el uso de fertilizantes orgánicos, así como fertilizaciones combinadas con fuentes químicas y orgánicas han demostrado mejoras en fertilidad del suelo y mayor altura de planta y producción de materia seca, lo que representa una alternativa viable para alcanzar niveles de producción óptima (Montaño-Carrasco et al., 2017).

Otra área de oportunidad de los agronegocios en el eslabón de insumos deriva del uso intensivo de agroquímicos en la agricultura, que ha ocasionado resistencia de plagas y enfermedades, además de serios problemas que afectan al medio ambiente y a la salud humana. Es así como surge la agricultura regenerativa, cuyo objetivo es lograr la reducción o eliminación de la aplicación indiscriminada de estos insumos. En este sentido, la oportunidad para diversificar el quehacer de los profesionales en agronegocios radica en el área del control biológico de plagas y enfermedades a través de la capacidad antimicrobiana de diversos microorganismos (Larrea, 2021; Peralta Méndez, 2022).

Por otra parte, las tecnologías digitales fueron esenciales para el funcionamiento de la economía durante la crisis sanitaria por COVID-19, acelerando el proceso de digitalización en los eslabones de la cadena de producción y en el mercado. Por lo que, la transformación digital de la agricultura recibió presiones desde muchos lados simultáneamente. Sin embargo, la adopción tecnológica en la agricultura está condicionada por la estructura productiva, por el mercado laboral con una marcada informalidad, por la infraestructura digital deficiente y demás restricciones socioeconómicas al acceso y la conectividad (Sotomayor et al., 2021).

Muchos de estos factores son particularmente restrictivos en áreas rurales, por lo que tradicionalmente, la agricultura se ha concebido como una actividad con una aplicación limitada de maquinaria y equipo. No obstante, la Organisation for Economic Co-operation and Development [oecd] (2018), informó que las nuevas tecnologías digitales se están implementando en diversos eslabones de la cadena productiva por medio de las siguientes herramientas:

  • Tecnología digital
  • Plataformas
  • Sensores
  • Internet de las cosas
  • Robots
  • Drones
  • Big data
  • Cloud computing
  • Inteligencia artificial
  • Blockchain

El uso de estas herramientas en el eslabón de insumos ha impactado positivamente en la obtención de información geográfica digital sobre el clima, el suelo, la hidrología y los precios de mercados. Así también en el uso de drones y la robótica, el monitoreo, y medición de parámetros, control de calidad (Rituay Trujillo et al., 2020; Van Hilten y Wolfert, 2022). De igual manera, las aplicaciones de tecnología avanzada como la automatización en el control de plagas, la digitalización de sistemas de riego y fertilización, la informática integrada, la robótica, la tecnología inalámbrica, los softwares, las aplicaciones móviles y sistema de gestión de bases de datos, son desarrollos recientes orientadas a maximizar la eficiencia de los recursos, como el suelo y el agua (Larrea, 2021; Rituay Trujillo et al., 2020).

Por otra parte, un sector de consumidores cada vez más concienciados, consideran a los empaques y envases como un elemento en la decisión de compra, adquiriendo el poder diferenciador de la mínima contaminación. Como resultado, la característica biodegradable de estos insumos se está convirtiendo en una ventaja competitiva para algunas empresas. En otro extremo, se encuentra una proporción importante de consumidores quienes todavía no valoran esta característica y colocan al precio con mayor poder de decisión. Una labor importante de los profesionales en agronegocios radica precisamente en desarrollar este tipo de insumos a precios competitivos, así como plantear las estrategias para comunicar la imagen de la marca y para crear una mayor conciencia ambiental (Rivera, 2019).

Tendencias de los agronegocios en la producción

Sin duda alguna, los productos agrícolas con alto valor en los mercados internacionales como el aguacate, los berries, el mango, el tomate, los pimientos, el pepino, el espárrago, la calabaza, entre otros, son los más atractivos entre los productores (Sánchez-Gómez, 2019). No obstante, otros cultivos como la chía, el amaranto, la quinua, cuya capacidad de crecer y desarrollarse en terrenos salinos, representa una interesante alternativa en rotaciones agrícolas. Así también, su demanda en el mercado ha aumentado por las propiedades nutricionales que se les atribuyen.

Por otra parte, la agricultura orgánica se posicionó como un sector económico de continuo crecimiento durante la primera década de este siglo, manteniendo una tasa de crecimiento de 20.0% anual (Soto, 2020). En el contexto mexicano, una de las características de la agricultura orgánica es la relativa abundancia de explotaciones de tamaño reducido. Además de que este proceso ha resultado relativamente sencillo a nivel técnico para muchos pequeños productores; tal es el caso de los cafeticultores y productores de miel, pues ya seguían un sistema de producción tradicional, caracterizado por combinar un bajo uso de insumos químicos industriales y abundante mano de obra (Boza Martínez, 2010).

En lo que respecta a los sistemas de producción agrícola, la agricultura protegida en México crece debido a beneficios como altos rendimientos y calidad, mayores niveles de sanidad e inocuidad de los productos, seguridad en la producción con cierta independencia del clima, acceso a mejores mercados y potencial de alta rentabilidad económica. Dentro de este sistema de producción se encuentra la hidroponía, la aeroponía y a la agricultura vertical como métodos para cultivar plantas usando disoluciones minerales o en entornos aéreos en lugar del suelo agrícola convencional. Lo anterior ha representado una solución a los problemas de la limitación de áreas propicias para la agricultura y el uso racional del recurso hídrico (De Anda Sánchez, 2016). Por su parte, la tendencia hacia los productos mínimamente procesados listos para el consumo permite que cultivos como las hortalizas mantengan un enorme potencial; por ejemplo, productos para ensaladas, mezclas de vegetales listos para cocinar, zanahorias baby, vegetales congelados, entre otros. Asimismo, existe una tendencia de desarrollo y consolidación de los productos funcionales, que contribuyen con algún beneficio específico para mejorar la capacidad física o la salud mental de los consumidores. Estos alimentos se caracterizan por una significativa concentración de compuestos bioactivos, antioxidantes y de minerales. Por ejemplo, las berries, el brócoli y el mango, reconocidos como alimentos que cumplen dicha función (Ballinas Díaz et al., 2013; iica, 2010).

Por otro lado, productos nativos como los maíces de especialidad emergen como una alternativa a la globalización. Diferentes variedades son utilizadas para elaborar algún producto de arraigo cultural y comienzan a adquirir atención para usos industriales. Tal es el caso de los maíces pozoleros y los reventadores que se venden como palomitas. También los maíces pigmentados han sido catalogados como cultivos de especialidad por sus cualidades de interés alimentario, farmacéutico, cosmético, textil, el artesanal y de turismo gastronómico debido a sus colores atractivos como el azul, negro, rojo, morado, pinto y rosado, y por sus propiedades antioxidantes (Esquivel-Esquivel et al., 2023).

Otra área de oportunidad de agronegocios son aquellas materias primas para la producción de energía, hierbas oficinales, plantas medicinales, plantas aromáticas y de esencia, fibras, materiales de construcción, biomateriales que están sustituyendo los derivados de petróleo y productos no alimentarios útiles para producir medicamentos, saborizantes y colorantes naturales; así como una amplia gama de prácticas orientadas al reciclaje de desechos agrícolas y la elaboración de compostas (Vargas Canales, 2023).

Nuevas tendencias de la agroindustria

El creciente aumento de la demanda de alimentos derivada de mayores tasas de población exige sistemas alimentarios que produzcan más y con mayor diversidad. Esto porque existe una alta demanda debido a cambios en la dieta a nivel global (iica, 2010). Además, los procesos de urbanización, el aumento de la participación de la mujer en la fuerza de trabajo remunerado y el tamaño de las familias, han impactado en la forma de producción en la agricultura y en la agroindustria.

En este sentido, la disminución en el tiempo de preparación de una comida es uno de los principales impulsores de la oferta de alimentos de conveniencia como opción (iica, 2010; Kader, 2007). Es por eso que el crecimiento de la demanda de productos listos para consumo como ensaladas, zanahorias peladas y otras hortalizas lavadas y cortadas, algunas de las cuales se empacan con acompañamiento; así como frutas lavadas y precortadas representan una oportunidad de agronegocio (Kader, 2007).

Algunas de las tendencias para los próximos años venían apuntando a productos que protejan la salud, además de procurar los intereses de la sociedad, por encima de sus utilidades. La demanda para ese tipo de productos se ha consolidado recientemente por la pandemia por COVID-19, generando cambios en las preferencias por efectos de ingreso y de sustitución; y por la tendencia por procurar la salud. Así, el auge de los alimentos nutracéuticos y funcionales han tenido un papel fundamental en los hábitos de consumo (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [cepal] et al., 2021; Küster- Boluda y Vidal-Capilla, 2017).

En este sentido, varios productos funcionales se han desarrollado, desde aquellos ya considerados cotidianos como los enriquecidos con hierro y folatos (cereales de desayuno), yodo (sal yodada), calcio (lácteos y bebidas), vitamina D (lácteos y grasas), nutrientes específicos en la infancia (fórmulas infantiles). Hasta aquellos que están enriquecidos con vitaminas C y E, los cuales favorecen la defensa contra el estrés oxidativo y funcionan como una barrera contra el efecto nocivo de los radicales libres sobre el adn (Cortés et al., 2005). Recientemente, también se ha analizado la producción compuestos funcionales obtenidos de algas que, por su alta tasa de crecimiento, bajo consumo de nutrientes, y relativamente pequeño espacio de producción, plantean un horizonte prometedor como recurso renovable y con grandes beneficios (Olmedo Galarza, 2019).

Por último, la bioenergía también representa una línea interesante de agronegocio, puesto que aumenta la presión por el uso de combustibles fósiles. En este sentido, México cuenta con un potencial de recursos y residuos forestales que pueden ser utilizados de manera sustentable. Sin embargo, es necesario llevar a cabo los análisis adecuados para su uso industrial; de manera similar, la producción de etanol, también ha ganado importancia en países en desarrollo (Aguilar-Rivera, 2022; Orozco-Ramírez et al., 2022).

La distribución y comercialización de productos agrícolas

La comercialización de un producto inicia cuando éste se tiene empaquetado y etiquetado y termina cuando es recibido y pagado por el comprador, el cual puede ser una empresa, en el caso de bienes de consumo intermedio, o un consumidor, en el caso de bienes de consumo final (Flores Carvajal, 2021). En materia de productos agrícolas el proceso de comercialización se complejiza puesto que integra la planificación de la producción, el cultivo y actividades de cosecha y poscosecha, embalaje, transporte, almacenamiento y venta (Urrutia y Banda, 2015). Además de que la producción agrícola se distingue por ser atomizada y dispersa, estacional, regionalizada y perecedera, por lo que su manejo al momento del almacenaje, el transporte y la comercialización requiere de tratamiento especializado (Flores Carvajal, 2021). Esto tiene un efecto en el precio de los productos y reduce los márgenes de utilidad de los productores, encareciendo el proceso de comercialización. Tal es el caso de la producción de café en el sur del Estado de México, donde se ha observado que los intermediarios obtienen alrededor de 24.0% del precio final, mientras que los productores consiguen un poco más del 75.0% (González Razo et al., 2019).

De forma similar sucede con la producción de uva de mesa en Sonora, en la que los clientes son los minoristas, quienes se encargan de comprar la uva a los productores para posteriormente venderla a tiendas, principalmente (Contreras-Valenzuela et al., 2018). Esta situación se debe a que los comercializadores tienen la infraestructura para cubrir los requerimientos de conservación del producto. La situación se hace más compleja cuando se trata de la producción orgánica, Urrutia y Banda (2015) analizaron dos casos en Guanajuato, en el primero identificaron que una empresa exportadora de brócoli orgánico funge como intermediaria, concentrando la producción de los productores de la región. Y en el segundo caso, la empresa es productora y participa también como intermediaria. Ambas empresas utilizan un canal de distribución en el que intervienen varios actores:

  • Productor/exportador
  • Filial/importador
  • Centros de distribución, mayoristas y minoristas, hasta llegar al consumidor final

En resumen, la comercialización de los productos agrícolas representa un reto importante para los productores, ya que se requiere de infraestructura especializada, cuidadosa logística y capital suficiente para cubrir los costos de venta. De modo que puedan aumentar sus márgenes de utilidad, mediante la introducción de un proceso más eficiente, ya que diariamente se movilizan altas cantidades de productos agrícolas a nivel nacional. Tan sólo en 2022, se produjeron más de 238 millones de toneladas de productos agropecuarios y pesqueros, y se espera que esta cifra aumente hasta un 3.9% para 2023, en el subsector agrícola (siap, 2023). Esto, a su vez, representa una oportunidad para los profesionales que se enfocan en los agronegocios puesto que pueden introducirse en el ámbito comercial, fungiendo como intermediarios con esquemas de comercio justo que les generen no sólo ganancias monetarias sino que promuevan el desarrollo en las regiones agrícolas.

Tendencias en el almacenamiento de productos agrícolas

Como parte del proceso de comercialización se encuentra el almacenamiento, cuyo objetivo es resguardar al producto tanto de plagas que dañan a la producción como de las condiciones climáticas para mantenerlo en buen estado hasta su traslado y venta al consumidor final. Es por ello que los almacenes deben tener las condiciones adecuadas de limpieza, temperatura, y espacio para maniobras (García-Salazar et al., 2020).

En un estudio llevado a cabo por García-Salazar et al. (2020), se identificó que en el periodo de 1996 a 2019 la capacidad instalada de almacenes para grano en México aumentó en más de 400.0%. Sin embargo, los almacenes no tienen las mismas condiciones en las diferentes regiones del país. Por ejemplo, en la región norte se encuentran más desarrollados, mientras que en el sur no se cuenta con la capacidad suficiente para almacenar los excedentes. Por lo que la demanda de almacenes agrícolas representa una oportunidad de negocio para los inversionistas privados. En algunos cultivos de mayor valor que además tienen la característica de ser más delicados a los cambios de temperatura, como las berries, se requieren cámaras refrigerantes para resguardar la producción hasta su distribución (Pérez Cruz, 2018).

El almacenamiento también funciona como una estrategia comercial en la que se busca controlar la oferta del producto para que no se caiga el precio en los mercados, lo que permite además tener disponibilidad de productos durante todo el año. Por esta razón muchos de los negocios que se asocian a la producción agrícola son empaques, bodegas y centros de acopio. Según López-Camelo (2003) la tecnología utilizada en el almacenamiento de la producción agrícola depende de la rentabilidad del producto. Lopez-Camelo clasifica los tipos de almacenamiento en: natural, ventilación natural, ventilación forzada, refrigerado, combinado, y de atmósferas controladas. El natural se usa en tubérculos y raíces, y en algunas ocasiones en cítricos. El proceso consiste en dejar el producto a pie de parcela hasta que sea trasladado al lugar de venta o sea recolectado por el intermediario; puede ser en montículos o utilizando cajones de madera para facilitar el manejo. El de ventilación natural se diferencia del primero porque se utiliza algún tipo de protección para el cultivo, como puede ser techo o estructuras simples para que no se encuentre al ras del suelo. El almacenamiento con ventilación forzada incluye tecnología sencilla que permite regular la temperatura y humedad con apoyo de termostatos y ventiladores, este se hace en espacios diseñados específicamente para la actividad y requiere de cálculos de humedad y conservación.

Para el almacenamiento refrigerado se construye un espacio relativamente hermético, con aislamiento térmico, y se instala equipo de refrigeración que permita extraer el calor que genera el producto y dispersarlo en el exterior, lo que está en función de la temperatura del cultivo así como de su humedad relativa, por lo que se recomienda que en cada bodega se almacene una sola especie. Este es usado para el preenfriado de los productos, generalmente frutales y hortalizas, previo al uso del transporte refrigerado, ya que se requiere que pierdan calor antes de ser manipulados (López-Camelo, 2003). Finalmente, el almacenamiento con atmósferas controladas se usa en aquellos productos que requieren ser refrigerados por un periodo prolongado en un almacén y consiste en mantener exactamente las proporciones deseadas de nitrógeno, oxígeno y anhídrido carbónico en el lugar; para esto se requiere que la construcción sea suficientemente hermética y que tenga ventanas de observación, ya que no se deberá abrir hasta que se comercialice el producto. Este tipo de almacenamiento es costoso y se usa en productos estacionales pero que tienen demanda permanente durante todo el año como el caso de las manzanas y las peras (López-Camelo, 2003).

Como se puede observar, el almacenamiento representa una oportunidad de negocio para inversionistas y para quienes estén interesados en mejorar las condiciones en las que se comercializan los productos agrícolas. Ya que el almacenaje apropiado y oportuno de los productos ayuda a que se mantenga estable el precio en el mercado.

Gestión de canales de distribución

Flores Carvajal (2021) menciona que la distribución consiste en el transporte de productos terminados hasta los sitios de venta, donde serán adquiridos directamente por los consumidores finales y considera que es en esta etapa donde se encuentra la clave del negocio, porque es la forma en que se coloca el producto en el mercado. La distribución de los productos agrícolas, ya sean frescos o procesados, puede realizarse de forma directa, a través de la entrega a domicilio o en un punto de venta específico por parte del productor; lo que se denomina canal de distribución directo. Sin embargo, este canal no es el más utilizado en este sector, debido al carácter perecedero de los productos, por lo que se opta por canales indirectos en los que intervienen diversos actores, dependiendo del nivel que se trate, puede ser de primer, segundo o tercer nivel.

Los actores involucrados en el canal generalmente son: productor, transportista, almacenista, mayorista, detallista y demás que participen en el proceso. En este subsector se requiere que los actores trabajen coordinadamente, ya que intervienen factores que afectan la forma en que se da cumplimiento a las demandas de los consumidores, y que tienen que ver con la estacionalidad de la producción, el clima, el manejo poscosecha, la inocuidad, la dispersión del mercado. Así como el tiempo máximo para la entrega en la forma, lugar y momento en que se requiere el producto (Amaya et al., 2018). Además, la complejidad del canal está en función del mercado en el que se pretende incursionar: nacional o internacional. Para determinar el canal de distribución apropiado es necesario, como primer paso, conocer el mercado meta, para saber dónde, cuándo, cómo y por qué compran los consumidores. Así como el análisis del presupuesto con que se cuenta y de las estrategias de la competencia. Las empresas consultoras que hacen estudios de mercado pueden ser aliadas clave para los productores agrícolas, puesto que facilitan la identificación de las preferencias del consumidor.

No obstante, no siempre se tiene acceso a suficientes opciones de canales de distribución, por lo que es necesario recurrir a otras alternativas que permitan orientar al cliente sobre dónde puede adquirir el producto en el mercado. Por ejemplo, la publicidad, ya sea en redes sociales o impresa, así como aquella que se obtiene de boca en boca. Esto se puede lograr a través de la asociación con comerciantes locales o con emprendedores regionales. El éxito del negocio dependerá de la creación de una red de distribución eficiente que aumente la participación en el mercado (Ramírez, 2015). Bonales Valencia et al. (2018) demostraron que el canal de distribución es uno de los elementos que explican la competitividad de las empresas aguacateras de Michoacán. Lo que representa un hallazgo significativo partiendo de la importancia estratégica que tiene el cultivo a nivel nacional, ya que en el 2022 la producción ascendió a más de 2.6 millones de toneladas, con una expectativa de crecimiento de 5.4% (siap, 2023).

En efecto, la distribución tiene importancia trascendental para los productos agrícolas, ya que debe hacerse en lapsos cortos utilizando transporte especializado. Además, existe una calidad a cumplir, la cual es esperada por el consumidor a un precio razonable. De modo que se pueda hacer frente a las tendencias mundiales que demandan la disposición del producto de forma permanente y a bajo costo (Barrera et al., 2018). La apertura de nuevos canales de comercialización representa una oportunidad importante de fortalecimiento comercial para las microempresas agrícolas (Flores Carvajal, 2021). Así como para aquellos que deseen incursionar en el negocio de la comercialización de este tipo de productos. Además de que la distribución representa una de las cuatro variables que tienen mayor influencia en la competitividad de las empresas agroexportadoras (Bonales et al., 2016).

Retos en el transporte de perecederos

El transporte representa un reto en la comercialización, sobre todo cuando se trata de unidades de producción que se ubican lejos de los centros de consumo, o de los sitios de embarque de mercancías, y mucho más relevante cuando se enfocan al mercado de exportación (Amaya et al., 2018). En México, los productos agrícolas se transportan desde las unidades de producción a los puntos de venta por vía terrestre. Por lo que los productores se enfrentan a una red carretera poco desarrollada, utilizando tractores, remolques o camionetas para el traslado. Además de que los productores no siempre cuentan con los medios que les permitan el traslado de la producción (Amaya et al., 2018), por lo que se ven obligados a contratar lo que tengan a la mano; por ejemplo, camiones, camionetas e incluso taxis y transporte que muchas veces no cumple con las condiciones específicas que requiere el producto. Para el traslado de los productos agrícolas frescos como: hortalizas, frutas y flores, por su carácter perecedero y sensible, es necesario controlar la temperatura para sus óptimas condiciones (Villalobos, 2017); aunado al hecho de que se trata de productos con menor valor, que tienen elevado nivel de consumo y requieren de un proceso de distribución más complejo y constante (Amaya et al., 2018).

Las empresas transportistas especializadas en el traslado de productos agrícolas presentan tarifas elevadas, debido a que sus servicios consideran el pago de choferes, viáticos, combustibles, mantenimiento, seguros y riesgos. Esto genera que los productos lleguen a un precio mayor de lo esperado. Cuando se trata de productos de la canasta básica, cuyo precio en el mercado está regulado, el costo de distribución reduce el margen de utilidad del productor.

En los últimos años han surgido algunas opciones de transporte para la distribución de productos agrícolas, sobre todo de aquellos con mayor precio de venta como son las berries. Por ejemplo, de acuerdo con Pérez Cruz (2018), el arándano se transporta en camiones con cámaras frías y se enfoca principalmente a la exportación, proceso en el cual la mayoría de las veces, los productores trabajan por contrato con las empresas importadoras; por lo que el costo del transporte está considerado en el precio final de venta. En el caso de los granos básicos, además del transporte carretero, se encuentran opciones como Ferromex que transportan granos como: maíz, trigo, sorgo, frijol o soya. No obstante, su alcance es limitado, ya que moviliza productos de Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Jalisco y Guanajuato en México, y de Estados Unidos y Canadá (Grupo México Transportes, 2023).

En conclusión, es evidente que el transporte en este subsector representa una oportunidad de negocio, tanto para productos de alto valor comercial, como para aquellos de consumo constante. Se requiere que se diversifiquen las opciones de transporte en el contexto de los productores agrícolas, generando opciones viables que les permitan acortar los tiempos de entrega sin afectar la calidad y el precio de los productos.

Importancia estratégica de la logística

El precio de los productos agrícolas es bajo si se compara con los costos derivados por logística. En empresas de América Latina, el costo logístico oscila entre el 18.0% y el 35.0% del valor del producto final. Dado que esta actividad es fundamental para el éxito comercial, se requiere hacer uso de programas especializados y modelos específicos que mejoren la planificación de la distribución del producto. La opción más viable es hacer uso de plataformas logísticas que permitan, entre otras cosas, reducir el tiempo de entrega y los costos. Se requiere de integradores logísticos así como estrategias que optimicen las actividades y eviten que el transporte se utilice de manera ineficiente. Además, es necesaria la integración de nodos logísticos en donde los productores y los centros de acopio participen de forma coordinada, interactuando con una plataforma logística de distribución que traslade el producto al cliente. Otro aspecto importante que debe ser considerado en la logística se relaciona con el pronóstico de la demanda; de modo que el número de entregas se estime en cierto periodo, así como que se determinen las mejores rutas para la distribución física de los productos (Tirado y Velásquez, 2020; Villalobos, 2017).

En lo que se refiere al mercado internacional, para poder exportar un producto es necesario contar con una serie de documentos que permitan la salida del país de origen y la entrada al país de destino sin contratiempos. Entre los documentos considerados se encuentran: factura comercial, certificado de inspección, documento de transporte y documento de comprobación de regulaciones y restricciones no arancelarias (Patiño Gómez, 2022). Los trámites para la importación o exportación de productos son realizados por los agentes y agencias aduanales.

Los profesionales de los agronegocios tienen una clara oportunidad en el rubro de la logística, pudiendo abordarla desde varias perspectivas: generando negocios de logística nacional e internacional que mejoren la eficiencia de los procesos de distribución; capacitando a los productores agropecuarios para que aprendan sobre la utilización de las plataformas logísticas existentes; desarrollando modelos capaces de predecir el comportamiento del mercado para la mejora de la planeación productiva; convirtiéndose en agentes aduanales para la realización; por mencionar algunas.

Negocios de embalaje y empaquetado

El embalaje es el acondicionamiento de los productos para su agrupación y protección temporal, de modo que puedan ser transportados y almacenados adecuadamente y conforme a la normatividad vigente (Afanador et al., 2022). También se les conoce como envases terciarios y buscan proteger al producto, ya sea envasado o empaquetado para su distribución. Estos deben ser resistentes tanto para el manejo como para las condiciones ambientales. Los embalajes son elaborados en su mayoría por plásticos, los más comunes son HDPE, LDPE, PVC, PP y PS que se caracterizan por su ligereza, versatilidad, durabilidad, resistencia y aislamiento. La búsqueda de la mejora e innovación de estos materiales ha logrado que se incluyan nanomateriales inteligentes que funjan como antimicrobianos y antioxidantes. La enorme y creciente demanda de estos materiales, cercana a 3.8 millones de toneladas, conlleva a la necesidad de generar envases y embalajes biodegradables, tales como biopolímeros; creados a partir de residuos naturales y desechos agroindustriales (Rives et al., 2020).

El tipo de embalaje utilizado depende de las características del producto y del mercado al que va dirigido, tal es el caso de las berries que son producidas, en su mayoría, para el mercado extranjero. Las berries se colocan en clamshells, que son contenedores de pet, y varía el gramaje dependiendo del país de destino. Los contenedores se colocan en cajas que permitan una adecuada refrigeración y que son hechas a base de poliestireno expandido (con barrera de lámina de aluminio), en las que se coloca material refrigerante para mantener la cadena de frío (Pérez Cruz, 2018). Este ejemplo confirma que la producción de embalajes tanto tradicionales como biodegradables representa una oportunidad importante en el sector agrícola, dada la cantidad de productos agrícolas que se demandan anualmente, a nivel nacional e internacional.

Plataformas virtuales como oportunidad en los negocios agrícolas

El comercio electrónico representa una oportunidad para los productores agropecuarios, dado que en los mercados electrónicos se encuentran diversos compradores y vendedores. Según el estudio realizado por Lombana (2018), el comercio electrónico aumenta las redes de colaboración entre los productores agrícolas y amplía los canales de comercialización. En China se logró desarrollar el comercio electrónico y e-trailer, mediante un esfuerzo de sensibilización, capacitación y generación de habilidades. En el caso de Colombia, se han generado herramientas para compartir contenido que eficiente la producción agrícola, entre los que destacan: linkata, Mipronostico, DrAgro, Agroconecta, Biblioteca agropecuaria, Agroexplora, Agronet, siembra, entre otras; sin embargo, no se enfocan al marketing.

Según datos de la Food and Agriculture Organization of the United Nations [fao] (2023), el 80.0% de las unidades de producción corresponden a explotaciones familiares que tienen la oportunidad de utilizar el comercio electrónico con el que pueden acercarse a clientes, ya que se tiene una comunicación constante que permite adecuar el producto a la demanda y hace más competitivos a los negocios. No obstante, para lograr la conectividad efectiva se requiere contar con determinadas tecnologías y capital humano capacitado disponible, no sólo la empresa debe contar con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (tic), el mercado meta debe tener acceso y confianza para su uso. Uno de los motivos del bajo nivel de las compras en línea es la desconfianza en el sistema de envío. Una característica que se acentúa en perfiles de usuarios de mayor edad (Bravo, 2018).

Afanador et al. (2022) señalan que son cinco niveles los necesarios para realizar el e-commerce de manera efectiva: requerimientos técnicos, de contenido, arquitectura de la información, navegación y elementos visuales; esto se puede hacer de tipo business to business (B2B) o business to consumer (B2C). Lo que ha potencializado la creación de negocios enfocados al diseño de portales interactivos para la venta de productos, así como la generación de centros que capacitan a los productores para que comercialicen virtualmente.

Para el intercambio de información se utiliza el portal web, en el cual convergen: (1) el marketing digital que implica el adecuado posicionamiento en los motores de búsqueda para realizar una segmentación adecuada del mercado y el vínculo con redes sociales; (2) atención al cliente que busque la fidelización a través de la atención y comunicación permanente; (3) transacciones, las cuales requieren métodos flexibles y seguros; y (4) relaciones de negocio, que son aquellas que se entablan con socios comerciales y proveedores y tienen de base la comunicación efectiva (Afanador Barajas et al., 2022).

Las capacidades de los productores agrícolas en el aspecto electrónico pueden ser limitadas, requieren de apoyo para: la creación de contenido, el manejo del portal web, el seguimiento de la compra y la atención al cliente. Por lo que representa una opción de negocio para aquellos emprendedores que han desarrollado habilidades informáticas y que tienen conocimiento de las características de los productos agrícolas.

Servicios asociados a los agronegocios

Las líneas de investigación en administración de los agronegocios se constituyen por un esfuerzo para responder interrogantes relacionadas con: la falta de visión empresarial, la presencia limitada de organizaciones que satisfagan las necesidades del mercado interno con el aprovechamiento de las ventajas comparativas del mercado externo, el poder de negociación de los precios y los costos de transacción, las articulaciones de los eslabones de la cadena agroalimentaria y el intermediarismo, los riesgos en el desarrollo y funcionamiento de las actividades agropecuarias, el estudio de competitividad de las cadenas y las limitaciones asociadas a la modernización tecnológica y los niveles de competencia de los productores (Alvarado Martínez et al., 2010). Ante este escenario pueden establecerse una serie de servicios y actividades de soporte en la cadena de producción agrícola que representan oportunidades de negocio.

Nuevas perspectivas en el campo de las finanzas

Desde 1960, los intermediarios más importantes en la financiación de la economía son los bancos; esto no significa representen la primera fuerza de financiación productiva y mucho menos para el sector agrícola; por lo que uno de los obstáculos más importantes para la expansión del sector y, por tanto, de las áreas de oportunidad para los agronegocios, se relaciona con las estrategias de financiación. Las oportunidades del área en los servicios financieros se concentran en encontrar nuevos modelos de financiación no tradicional, en los que se incluyan formas innovadoras de atraer inversión extranjera y nacional, adopción de seguros, formulación de modelos de negocios con trazabilidad de la actividad de los actores, e implementación de tecnología que facilite el desarrollo de proyectos sustentables de agronegocios (Hamada, 2017).

En el siguiente gráfico se observa la diferencia entre economías de diversos tamaños con respecto a la concesión de créditos bancarios como proporción del pib. Existe una clara tendencia respecto a que las economías más avanzadas, conceden mayor nivel de crédito que aquellas de menor tamaño. A este panorama se suma que las economías avanzadas tienen mercados de capitales más profundos y más tecnología que incrementa las fuentes disponibles de financiación no bancaria, por lo que la brecha y, por tanto, la oportunidad de desarrollo del sector agrícola entre países, es amplia y, a la vez, determinante en el mercado global de materias primas; esto a pesar de que las naciones más avanzadas no tienen la misma cantidad de recursos naturales y humanos disponibles.

Sin embargo, la situación se complejiza en el momento en que en las economías menos avanzadas existen mercados de capitales y de créditos bancarios poco profundos, como el caso de México. En particular, México tiene mercados de capitales poco desarrollados que economías que tienen un menor desempeño económico. Además, el sector agrícola en gran parte de las economías avanzadas está vinculado a las zonas rurales, en donde la disponibilidad de recursos tecnológicos y de infraestructura es precaria.

Figura 2. Crédito interno al sector privado (% del pib)

Fuente: elaboración propia con base en López-Romero (2021).

La falta de financiación añade una dimensión más al análisis de las áreas de oportunidad de agronegocios respecto a la disponibilidad de financiación: la esfera de lo rural (Banco Mundial, 2019). Los agronegocios en el área rural adquieren sus propias características, puesto que cuentan con gran disponibilidad de recursos y altos niveles de pobreza. Una combinación de aspectos que la hacen susceptible a objetivos extractivistas. En efecto, Roser y Ortiz-Ospina (2017) aseguran que el mundo es más igualitario, desde que China pudo reducir su pobreza rural. Por esta razón el crecimiento y desarrollo de los agronegocios, en particular las empresas, son importantes para alcanzar objetivos de desarrollo y crecimiento económico sustentable fomentados desde las Naciones Unidas (Informe sobre el Desarrollo Mundial, 2020). El desarrollo del área es central para incrementar los ingresos para los productores y crear nuevas oportunidades para la fuerza de trabajo. No obstante, los elevados costos de transacción han evitado que los espacios rurales de las economías menos avanzadas, participen de manera plena en la economía global (Stiglitz, 2002).

Consultoría financiera desde los agronegocios

Una de las áreas de mayor transformación para los agronegocios se centra en la dualidad que existe entre las finanzas y la tecnología. Es decir, la necesidad de financiación en el sector de la agricultura se ha tratado de resolver con el desarrollo de la tecnología que acerca a prestamistas y prestatarios, de una forma en la que los costos de transacción desaparecen (Lin, 2011). Y, por tanto, el crédito para los agricultores se convierte en atractivo y accesible. Existen diferentes plataformas, modelos e instituciones que presentan propuestas en la que los especialistas en agronegocios deberán adrentarse. En este sentido, son éstos, y no los financieros, quienes deben compartir estos conocimientos con los productores, puesto que entienden las ventajas y desventajas a las que se enfrentan en el sector (Sun, 2015). En otras palabras, los estudiantes entienden de la exposición al riesgo sobre la producción, el ciclo de flujo de efectivo y las necesidades de inversión en las unidades de producción.

Por consiguiente, los profesionales en agronegocios deben tener conocimiento sobre cómo funciona el mercado de capitales y beneficiarse de dos formas: gestionar fuentes de financiación y ofrecer servicios de consultoría a los productores o empresas. En efecto, existen instituciones tales como las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes), las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofoles), las Tecnologías Financieras (FinTech) o el modelo de negocios de las startups que combinan los criterios de los mercados de capitales, el funcionamiento del crédito tradicional y la tecnología (Comisión Nacional Bancaria y de Valores [cnbv], 2023). A diferencia de las fuentes de financiación tradicional, estas instituciones están sometidas a estándares regulatorios menos estrictos que les permiten abaratar costos, sin poner en riesgo el capital de los participantes. Las dos primeras entidades financieras conceden créditos en efectivo y créditos para la compra de activos para la producción. En ambos casos, las instituciones presentan vínculos patrimoniales con instituciones de crédito, sociedades financieras populares, sociedades financieras comunitarias o sociedades cooperativas de ahorro y préstamo.

Las ventajas de estas instituciones para el área de los agronegocios es la oportunidad de plantear modelos adaptados a las necesidades específicas de los actores del sector. No obstante, el uso de estas para el desarrollo exitoso de proyectos requiere conocimientos claves en: (1) la gestión de plazos de vencimientos, (2) niveles de apalancamiento, (3) manejo de riesgos y (4) tasas de interés. Las Sofomes y las Sofoles tienen la facilidad de convertir los activos en garantías, por lo que facilitan el acceso a ayudas complementarias, menores intereses y montos de préstamos más altos.

Respecto al modelo FinTech y startups, la oportunidad en los agronegocios tiene los dos sentidos que las anteriores, es decir, puede ser una fuente de emprendimiento para los estudiantes o empresas en agronegocios o bien, la especialización de consultoría para la obtención de fuentes de financiación para productores (cnbv, 2019 y 2020). Estos dos modelos a diferencia de las Sofomes y Sofoles, cuenta con menos barreras de entrada, por lo que se convierte en una solución factible de emprendimiento. No obstante, además de conocimientos básicos de manejo de finanzas, el aprendizaje sobre manejo de tecnología es clave, esto porque es la tecnología que convierte dichos sistemas en exitosos. Por ejemplo, el sistema FinTech se desarrolla con base en plataformas digitales y apps para teléfono celular que facilitan los pagos y, por tanto, las conexiones más eficientes con proveedores y consumidores finales. Al igual que otras instituciones, también facilitan la concesión rápida de créditos mediante menos requisitos y plazos de espera. Las FinTech son capaces de absorber riesgos relacionados a la financiación de clientes potencialmente morosos, debido a que se desempeñan con una regulación menos estricta.

En el caso de las startups, las plataformas digitales son las herramientas más importantes; sin embargo, el sentido que se otorga a esta herramienta puede ser muy distinto. La idea del uso de plataformas digitales para startups en los agronegocios es atraer inversionistas que financien proyectos relacionados al sector agrícola (Kleindorfer et al., 2005). Las reglas en las que operan estas plataformas son similares a las de los mercados de capitales: personas que invierten en los proyectos de los demás con la promesa de recibir una ganancia por el capital invertido (Kramer y Porter, 2011). Los proyectos expuestos en estas plataformas van desde ideas embrionarias a empresas que necesitan capital para su expansión. Los elementos clave que deben ser considerados por estudiantes de agronegocios, se centran en la especialización de planes de negocios atractivos y realistas, así como promover proyectos que tengan un impacto sostenible para el medio ambiente, transversal a diferentes disciplinas y que impulsen el desarrollo social (Yumkella et al., 2011). El éxito de estas plataformas para las empresas que buscan financiación barata, radica en emitir información precisa sobre la idea, plazos de expansión y objetivos claros de cómo se utilizará el capital (Hong et al., 2018).

Modelos de agronegocios inspirados en finanzas: estrategia blockchain

Una de las áreas de innovación en los agronegocios es la utilización del sistema blockchain. Este sistema, como su nombre en inglés lo indica, refiere a una cadena de bloques de información, la cual es codificada para realizar transacciones encriptadas en la red. Una de las cualidades más importantes es que permite la transferencia segura de datos, y de valor, al permitir la trazabilidad completa de los componentes de cada bloque de información (Eisenhardt y Graebner, 2007; Teece, 2007; Teece et al., 1997). Y puesto que la información y el sistema que lo soportan es de amplias dimensiones, el proceso no puede ser realizado por un usuario individual. Esto significa que el proceso debe ser coordinado a través de diferentes participantes que comparten información, tal como funcionan las piezas de un rompecabezas. La idea de que este sistema sea desarrollado por varios actores a la vez, cuyo objetivo es el mismo, genera incentivos para que los componentes de la información sean precisos.

Este sistema generó gran relevancia porque dio paso al desarrollo de las criptomonedas, cuyo éxito más relevante han sido las bitcoins. Existen varios ejemplos de cooperativas alrededor del mundo que han trasladado la idea central del mecanismo blockchain en los agronegocios (fao, 2019). Esto para reducir el desperdicio de alimentos, abaratar costos y generar mercados de comercio justo para productores, proveedores y consumidores finales. En este caso, el objetivo es asegurar que los participantes de la cadena compartan información en tiempo real sobre insumos, técnicas de producción, costos y precios. Si bien estos datos no son directamente difundidos al consumidor final, los actores más importantes de la cadena sí la transmiten a través de una certificación. Esta avala, por ejemplo, que no se permitió que en ninguna etapa de la producción se emplee mano de obra infantil, que los salarios pagados a la participación femenina fueron iguales al de otro género o que los productores utilizaron insumos biológicos. El hecho de que los datos estén encriptados permite que cualquier tipo de alteración o modificación de la información, sea compartida con el resto de los actores participantes de la cadena. En el área de agronegocios este sistema se ha utilizado para el cultivo del café, el azúcar y el cacao (Ugochukwu y Phillips, 2018). El modelo propuesto para adoptar este sistema se puede visualizar en la Figura 3. La tecnología blockchain es aplicada en cada parte de la cadena para generar mayor competitividad y ganancias a los actores del sistema (Amit y Zott, 2001; Schlecht et al., 2021). El objetivo se enfoca en la utilización eficiente de los recursos y las capacidades dinámicas de las partes para conseguir impactar positivamente a la economía local, así como al entorno social sin causar daño al medio ambiente. El estudiante en agronegocios tiene grandes posibilidades de actuación en la aplicación del modelo a las diversas partes del eslabón (Queiroz et al., 2019; Wang et al., 2019). Primero, conocer y aplicar la tecnología blockchain en las áreas de producción. Segundo, readaptar el modelo a condiciones rurales, climáticas extremas y otras áreas de producción agrícola. Por último, la búsqueda y especialización en programación informática básica, así como la búsqueda de las redes existentes que se benefician de este sistema (Aldrighetti et al., 2021; Cole et al., 2019; Hollweg, 2019).

Figura 3. Sistema blockchain transformado en modelo de negocios sustentable para la cadena de producción internacional de café

Fuente: Elaboración propia con base en Ugochukwu, A. y Phillips, P. (2018).

Modelo de negocios blockchain para la inversión extranjera directa

Otro modelo de negocios que representa una nueva oportunidad para los agronegocios es el modelo de inversión blockchain. Durante 2023, México ha sido una de las economías menos avanzadas que ha recibido un gran flujo de inversión extranjera directa (oecd, 2019). Sin embargo, la inversión ha sido dirigida al sector de la manufactura y servicios, con menor proporción al sector agrícola. La recuperación macroeconómica que ha tenido la economía puede generar las condiciones para que la inversión recibida pueda dirigirse al sector agropecuario. La adopción del blockchain en un modelo de negocio que atraiga la inversión extranjera directa, incluye además de información sobre actores en la cadena de producción, registro de derechos de propiedad, acceso a seguros, avalúos y análisis de flexibilidad productiva (Besley y Burgess, 2003).

En efecto, el modelo de negocios inspirado en una estrategia blockchain integra algunas materias pendientes para el área de agronegocios: derechos de propiedad, seguros y flexibilidad productiva (Montalbano et al., 2015). Un modelo como el de la figura 3, capaz de atraer inversión extranjera debe incluir al menos, tres bloques más de información. El primero tiene que estar vinculado al registro de derechos de propiedad. La falta de disponibilidad de información puede ser obstáculo para que las empresas internacionales de agronegocios, o áreas de dichas empresas, trasladen su operación fuera de sus fronteras. La inversión extranjera directa busca certidumbre respecto a que sus derechos de propiedad serán debidamente respetados (Epaphara y Mwakalasya, 2017; unctad, 2023). Asimismo, para la explotación de una propiedad es necesario tener información sobre los propietarios de las unidades de producción. En este sentido, los estudiantes en agronegocios tiene un campo de acción abierto, el cual está vinculado con economía del derecho (Seuring y Müller, 2008).

De acuerdo con Warman (2005), en su análisis sobre la problemática histórica del campo en México, asume que la falta de integración del área de seguros para la mayoría de los productores es elemento que sigue sin ser explorado. Según De Soto (2000), el carente sistema del registro de la propiedad en las economías menos avanzadas, particularmente en el medio rural, dificulta la transformación de activos. De Soto señala que la falta de títulos que proporcionen las garantías necesarias para acceder al crédito productivo explica la baja posibilidad de adquirir un seguro. Estos contratos son necesarios para garantizar que la producción que alguna empresa extranjera traslade al país pueda ser asegurada. La posibilidad de acceder a un seguro en el momento que el impacto del cambio climático es más evidente, incrementa la probabilidad de desarrollar una cultura en que la contratación de respaldos es parte del proceso productivo. El desarrollo de una cultura en la que sea común contratar garantías contribuye a abaratar su precio. A este respecto, los estudiantes en agronegocios deben establecer el impacto sobre la estructura de costos, rentabilidad y eficiencia, la decisión de contratar contratos a la producción.

Finalmente, otra de las áreas poco atendidas en el área de agronegocios y que la propuesta de blockchain podría integrar, se centra en la construcción de un banco de datos sobre los resultados de laboratorios certificados. Un incentivo para invertir sería que existiera información disponible respecto al tipo de suelo, plagas, enfermedades, clima, entre otros, de las áreas susceptibles a atraer inversión (Alston et al., 2002). Este esquema refuerza los aspectos mencionados, es decir, la necesidad de tener un registro oportuno de la propiedad y la información disponible facilitaría la contratación de seguros. Además, los datos técnicos permiten desarrollar mejores estrategias que se adapten a las necesidades de consumo o, dicho de otra manera, generar flexibilidad productiva de los cultivos (Gale y Gooch, 2018). Asimismo, los incentivos para desarrollar mejores prácticas de manejo sobre las áreas de cultivo son creados de manera correcta. En resumen, existe una enorme área de oportunidad en los agronegocios respecto a promover modelos de negocios más sustentables e innovadores que contribuyan, a su vez, al desarrollo del sector. Sin embargo, los retos son importantes: manejo de tecnología, especialización en áreas de derecho y finanzas, así como modelizaciones de la realidad para propuestas de construcción de bases de datos.

Además, en el caso de las prácticas asociadas a la tecnología e innovación, se ha documentado un creciente interés entre los agentes interesados de la cadena agrícola relacionados con el entendimiento de conceptos, metodologías, técnicas y herramientas para la gestión tecnológica (Barrios et al., 2023). La tendencia actual en el mercado mundial influye en la estructura del sector agrícola, una mayor exigencia de estándares de calidad, lo cual requiere de la modernización de los procesos productivos. A su vez, para la optimización de procesos agroindustriales (Escalante Semerena y Catalán, 2008), es necesaria la inversión en ciencia, tecnología, investigación y desarrollo que contribuya en el mejoramiento de la producción agrícola. Las tecnologías digitales de aplicación en la producción agrícola proponen también una revolución en la comercialización, involucrando a diferentes usuarios, productores y transacciones, que a través de conectar a productores y consumidores, favorecen la producción y consumo (cepal et al., 2021).

Acreditación y certificación

Las empresas de Latinoamérica orientadas a los agronegocios presentan dificultades que se relacionan con la formalidad o informalidad de su gestión, y que se reflejan en situaciones como la obtención de insumos y de personal calificado. Una de las estrategias de diferenciación empleadas se lleva a cabo invirtiendo en innovación y en la adopción de certificaciones internacionales (Brenes et al., 2020). Puesto que los distintivos relacionados con las certificaciones tienen un impacto significativo en el proceso de toma de decisión final del consumidor, como lo son los casos de Halal, Kosher, Rainforest, organismos no modificados genéticamente (no gmo), integridad de los productos orgánicos, entre otros (Iddrisu et al., 2020; Ismail et al., 2016; Soetriono et al., 2020; Zilberman et al., 2018). Los servicios relacionados con los procesos de acreditación y la consecución de las certificaciones representan una ventana de oportunidad para los especialistas y las unidades económicas interesadas en generar un alto valor agregado.

Estrategias de capacitación y consultoría

Las actividades relacionadas con la capacitación y asesoramiento son un medio para la obtención de resultados más productivos y competitivos. Además, representan una clave para la generación de desarrollo y de atracción de inversiones. Las oportunidades de capacitación están en función de perfiles heterogéneos según variables de contexto, etarias, de ciclo de vida del agronegocio, de cultivo, factores económicos, por mencionar algunos. El desarrollo de capacidades y la adquisición de conocimientos fortalece el capital humano que es indispensable para un agronegocio, agrega valor e influye en la determinación de la ventaja diferenciadora en las unidades económicas por lo que se le atribuye un mayor conocimiento que será necesario en un proceso de toma de decisiones (Camacho Carrasco et al., 2022).

Existen diferentes necesidades de capacitación, entre las que destacan las relacionadas con la superación de barreras en emprendimientos femeninos, desarrollo de comportamiento empresarial, en modelos estratégicos de negocio, y en tecnología digital (Cortés Rodríguez et al., 2022); agricultura, conservación de suelos, medio ambiente y riego tecnificado (Chaiña Chura e Inquilla Mamani, 2020). También se mencionan aspectos como sanidad e inocuidad, contratación de personal, actividades de cabildeo y negociación, inteligencia de mercados, legales y otros.

De acuerdo con Moreno (2018), la generación de espacios de consultoría y capacitación en diversas áreas han transformado la visión sobre los agronegocios. Estas actividades se han convertido en un pilar de expansión del sector, el cual se ha beneficiado de la propagación de plataformas virtuales en las cuales se imparten cursos y talleres a precios accesibles. Por ejemplo, Coursera, uno de los portales de educación en línea más importantes a escala global, ofrece al público material de economía agrícola y negocios. Existe también un listado de universidades extranjeras y plataformas nacionales que ofrecen cursos de introducción a los agronegocios. El área de oportunidades para los estudiantes de agronegocios consiste en desarrollar modelos prácticos que pueden ofrecerse en dichas plataformas. En la medida que el contenido sea específico e innovador, la probabilidad de rentabilizar el conocimiento por medio de la capacitación se incrementa (García et al., 2020).

El desarrollo de modelos de agronegocios con características particulares tales como derechos de propiedad, clima, disponibilidad de agua, infraestructura, entre otros, añaden valor a las propuestas. Esta actividad es fácil de rentabilizar porque no es necesario invertir en infraestructura (Ramírez et al., 2013). No obstante, exige un enorme esfuerzo de adoptar técnicas didácticas e inversión en la actualización de conocimientos y gestión tecnológica. La otra forma de desarrollar esta actividad de capacitación como oportunidad de negocios, es la vinculación con instituciones gubernamentales, las cuales, consideran esta actividad como parte de sus programas de políticas públicas para el desarrollo y generación de nuevos emprendimientos para el sector agrícola. Por ejemplo, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (sader) pone en marcha de manera constante el programa de especialización de pymes (sader, 2019). En el que se busca a especialistas que ofrezcan modelos prácticos y adaptados a nuevas empresas o posibles empresas de agronegocios. Asimismo, organismos e instituciones internacionales sin fines de lucro buscan a profesionales en áreas de agronegocios para difusión de programas de desarrollo comunitario. En los que la economía y la sostenibilidad de la comunidad son centrales.

Por otro lado, el modelo outsourcing de gran éxito para el país, ha dado un impulso al área de consultoría en diversas ramas de conocimiento tanto de manera individual (tipo emprendimiento), como de empresas especializadas en consultoría (Moreno, 2018). Los estudiantes de agronegocios tienen toda un área por explorar en la medida en que el sector agrícola se integra a nuevas cadenas de valor, promovidas por la integración global del mercado y los recientes acuerdos comerciales. Por tanto, hay que identificar el tipo de departamentos o razones por las cuales una empresa de agronegocios busca consultoría externa. Por ejemplo, algunos de los temas más acudidos por las empresas para consultoría externa son: estudios de mercado, identificación de canales de comercialización, asesoría financiera, determinación de nichos de mercado e incubación de nuevas ideas de negocios (Wortman, 1990).

Otra forma de incurrir en negocios de consultoría es a través de la vinculación con proyectos de incubación o aceleradoras tanto de instituciones públicas como privadas, en las que los planes son tan diversos que son proclives a constituirse a través de un equipo externo de consultoría. Si bien los profesionales de agronegocios están especializados con relación al resto del mercado de la consultoría, dentro del sector agropecuario existen una multiplicidad de temas que aseguran la necesidad de los especialistas (Downey y Erickson, 2004). Tal como se hizo evidente en apartados anteriores, uno de los obstáculos más importante de las empresas de agronegocios es el acceso a la financiación, por lo que la consultoría en inclusión financiero en esta área es clave (Johnson, 2000). Finalmente, la importancia de incluir estos aspectos que podrían ser retomados desde otras áreas de conocimiento, es porque los estudiantes de agronegocios pueden readaptar el lenguaje de las finanzas, por ejemplo, y ponerlo al servicio de los pequeños productores, ávidos de nuevas estrategias de producción y comercialización de sus recursos.

Uso de residuos, subproductos y utilización de residuos agroindustriales

Un residuo se define como aquel material o producto que se encuentra en estado sólido o semisólido, líquido o gaseoso que se contiene para ser desechado. Al tiempo que son susceptibles de revalorización o tratados para su disposición final (Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos [profepa], 2015). En consecuencia, algunos de los llamados residuos se quedan en el campo, otros como residuos agrícolas, o como residuos quemados en el campo, entre otros. La mayoría de los residuos se caracteriza por su posible aprovechamiento, y aunque carecen de utilidad como materia prima, su transformación permite la obtención de otros bienes de valor económico, comercial o social (Rosas-Calleja et al., 2016).

Los residuos o desechos de cosecha son reconocidos por su importancia en los sistemas agrícolas y pecuarios, ya que se relacionan con la calidad del suelo y del aire, con el uso en el alimento de ganado, así como con otros usos secundarios de alto valor económico y en la adopción de innovaciones tecnológicas (Reyes-Muro et al., 2013). El aprovechamiento de los residuos sirve de base para la elaboración de bioproductos en los eslabones de cadena de valor que incluyen a diferentes actores productivos (cepal et al., 2021), los cuales representan oportunidades de negocio para las cadenas agrícolas al eficientar el uso de los residuos como materia prima, empleados en subproductos para la transformación y comercialización cuyo potencial se enfoca a usos agronómicos e industriales, producción de energía, alimentación animal, bioproductos y consumo humano (Macías et al., 2020). De igual manera, los usos potenciales de los subproductos o residuos agroindustriales son: la obtención de bioenergéticos, el aprovechamiento de compostaje, producción de alimentos para dieta animal, la elaboración de productos de otro interés como puede ser para la construcción, estibas, materiales compuestos, agroplásticos, y recuperación de medios abióticos contaminados (Vargas Corredor y Peréz Pérez, 2018).

La generación de residuos es una problemática a nivel mundial, sin cuyo adecuado manejo será un reto mayor, tan sólo estimar el valor al que asciende la generación de éstos, es complejo.

A partir del tipo de residuo y contexto, se podrá proponer el mejor manejo y aprovechamiento que deberá orientarse a las tendencias de sustentabilidad, y de responsabilidad social de las actividades agrícolas, por lo que es recomendable no minimizar que el manejo y el tratamiento de residuos agrícolas representa un área de oportunidad en los agronegocios.

Conclusiones

Las tendencias demográficas y de consumo, los hábitos el ritmo de vida, y los cambios tecnológicos cada vez más acelerados, representan un escenario de desafíos y oportunidades para los agronegocios en México, por lo que en este capítulo se retoman las anteriores situaciones para proporcionar elementos que contribuyan a la identificación de ideas de negocio en la agricultura y alternativas de acción en el sector. Así, en los primeros apartados se discutió sobre la importancia del desarrollo de variedades vegetales, maquinaria y equipo, sistemas de monitoreo, fertilizantes y agroquímicos, sistemas de riego y empaques y envases; lo anterior impulsado por la tecnología y la innovación que, a su vez, presentan restricciones en varias zonas de producción rural.

En el sector productivo, se destaca la relevancia de los subsectores hortofrutícola, orgánico, la agricultura protegida, los cultivos con propiedades funcionales, los de especialidad y los no alimenticios, los cuales han demostrado ser opciones pertinentes de agronegocio que correspondan a las exigencias de producir de manera sustentable. Por su parte, en el eslabón agroindustrial se hace referencia a las tendencias que los consumidores han impulsado. En este sentido, se reconocen opciones como los alimentos frescos de fácil preparación, los alimentos funcionales, la diversificación de productos, los mercados nicho y de especialidad, así como productos no alimenticios como los biocombustibles.

Con respecto a la distribución y comercialización, las tendencias más importantes se enfocan en el aprovechamiento de la infraestructura actual y la modernización en los sistemas de transporte. El propósito ha sido reflexionar sobre el equilibrio entre necesidades de embalaje, transportación, almacenamiento y la reducción de costos por atender dichos aspectos. El desarrollo tecnológico y la innovación para la eficientización de estas actividades parece clave. Por lo que la sugerencia para los actores de la cadena productiva y especialistas es la formación de alianzas que impulsen más investigación, respecto al reuso de productos en el empaquetado y la creación de nuevas plataformas que abaraten los costos.

En el sector de servicios se observa una tendencia hacia la búsqueda y exploración de fuentes de financiación diferentes a las tradicionales. La falta de crédito productivo disponible, explica la tendencia hacia un caída de crecimiento del sector. Algunos modelos inspirados en las nuevas tecnologías y fuentes de financiación, marcan tendencia para nuevas soluciones en los servicios asociados a los agronegocios, entre los que destacan aspectos como la acreditación y certificación, la actividad de consultoría y capacitación. En efecto, el modelo blockchain, una herramienta desarrollada en el campo de la finanzas presenta múltiples ventajas y funciones para el desarrollo del sector agrícola. Asimismo, existen plataformas virtuales públicas y privadas que contribuyen a expandir las actividades de los agronegocios. Además, las oportunidades de negocio que representan los residuos generados por las actividades agrícolas requieren de la identificación, desarrollo, implementación y fortalecimiento de acciones para establecer potenciales líneas de investigación, que podrán ser abordadas por los profesionales de los agronegocios.

En resumen, a pesar de los grandes retos en el sector, los agronegocios ofrecen áreas de oportunidad para incrementar la producción y productividad. En efecto, las empresas agroindustriales generan valor a la producción primaria; mientras que, la comercialización agrícola puede mejorar la cadena de suministro de productos agrícolas de alta calidad. Por su parte, el conocimiento sobre finanzas es una tarea pendiente que marcará el crecimiento rural de los próximos años.

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