5. Oportunidades de aquanegocios en pesca y acuicultura

https://doi.org/10.52501/cc.204.05


Isai Pacheco Ruiz


Alberto Alberto Gálvez Telles


Lenin Escobar Pérez


Marco Antonio Martínez Ortiz


Dimensions


5. Oportunidades de aquanegocios en pesca y acuicultura

Isai Pacheco Ruiz*
Alberto Gálvez Telles**
Lenin Escobar Pérez***
Marco Antonio Martínez Ortiz****

DOI: https://doi.org/10.52501/cc.204.05

Resumen

Este capítulo se enfoca en las oportunidades que tienen los mexicanos y extranjeros en realizar aquanegocios en sector primario: pesca y acuicultura, tanto en agua dulce como en agua de mar en México. Se describe la mega diversidad de áreas geográficas con las que cuenta el país, con mayor extensión oceánica (~65%) que terrestre (~35%), distribuida en la región del Océano Pacífico (incluyendo los Golfo de California y Tehuantepec), el Océano Atlántico (con el Golfo de México y el Mar Caribe), más 6 500 km² de aguas interiores como lagos, lagunas, represas y ríos. También se menciona la amplia diversidad de recursos acuáticos (macroalgas, crustáceos, peces, moluscos, etc.) con los que cuentan las áreas geográficas indicadas, algunas áreas (zonas profundas), ni siquiera se han cuantificado los recursos pesqueros y en otras zonas existe un alto endemismo como en el golfo de California. Por otra parte, se destaca la ubicación geográfica privilegiada con los que cuenta el país, lo que le confiere un gran potencial para su desarrollo en aquanegocios. Así mismo, se subrayan algunas especies que actualmente se explotan comercialmente tanto por pesca como por acuicultura, las endémicas, las descritas hace tiempo, pero sin comercialización y las emergentes o que se detectan por primera vez. Igualmente, se enfatizan las sobreexplotadas y que requieren atención hacia un desarrollo tecnológicos sostenible (I+D) en acuicultura.

Por otra parte, se describen algunas formas de comercializar los recursos que el país produce, como el comercio internacional, acuerdos comerciales nacionales, comercios regionales, cadenas de valor, cadenas de suministro, mercado de abastos, mercados promocionales, tiendas de conveniencia, mercado sobre ruedas o tianguis, etc. Asimismo, se da énfasis a la aplicación de valor agregado a muchos productos pesqueros y acuícolas, con aplicaciones técnico científicas novedosas en el ramo de la medicina, industria de los alimentos, construcción, farmacéutica, nutraceútica, dental, cosmética, cervecera, combustible, vitivinícola, textil, agrícola, etc.

También se tocan aspectos primarios relacionados con operaciones logísticas, mercadotecnia (marketing), sectores de servicios, marca o un nombre propio, con la finalidad de atraer, captar, retener y fidelizar a los clientes que facilitan la adquisición de estos.

Finalmente, el análisis de este capítulo tiene como objetivo que el lector visionario posea los elementos necesarios y amplio panorama de opciones potenciales para realizar exitosos aquanegocios.

Abstract

This chapter focuses on the opportunities that Mexicans and foreigners have in carrying out aquabusinesses in the primary sector: fishing and aquaculture, both in freshwater and seawater in Mexico. The mega diversity of geographic areas that the country has is described, with greater oceanic extension (~65%) than terrestrial (~35%), distributed in the Pacific Ocean region (including the Gulf of California and Tehuantepec), the Atlantic Ocean (with the Gulf of Mexico and the Caribbean Sea), plus 6,500 km² of inland waters such as lakes, lagoons, dams and rivers. Also mentioned is the wide diversity of aquatic resources (macroalgae, crustaceans, fish, mollusks, etc.) which the indicated geographical areas have, some areas (deep zones), fishing resources have not even been quantified and in other areas there is high endemism as in the Gulf of California. On the other hand, the country’s privileged geographical location stands out, which gives it great potential for its development in aquabusiness. Likewise, some species are highlighted that are currently commercially exploited both for fishing and aquaculture, those that are endemic, those that have been described for a long time, but without commercialization, and those that are emerging or that are detected for the first time. Likewise, those that are overexploited and that require attention towards sustainable technological development (R&D) in aquaculture are emphasized. On the other hand, some ways of marketing the resources that the country produces are described, such as international trade, national trade agreements, regional trade, value chains, supply chains, food markets, promotional markets, convenience stores, over-the-counter markets whees or flea markets, etc. Likewise, emphasis is given to the application of added value to many fishery and aquaculture products, with innovative technical-scientific applications in the field of medicine, food industry, construction, pharmaceutical, nutraceutical, dental, cosmetics, brewing, fuel, wine, textile, agricultural, etc. Primary aspects related to logistics operations, marketing, service sectors, brand or own name are also covered, with the purpose of attracting, capturing, retaining and building customer loyalty that facilitates their acquisition. Finally, the analysis of this chapter aims to ensure that the visionary reader has the necessary elements and a broad panorama of potential options to carry out successful Aquabusinesses.

Palabras clave: Pesca, acuicultura, aquanegocio.

Key cords: Fisheries, aquaculture, aquabusiness.

Introducción

El término agronegocios se utiliza de manera muy general, para hacer referencia a las actividades económicas derivadas o ligadas a la producción, procesamiento, transporte, distribución de los productos del campo y se utiliza desde fines de 1950 (Food and Agriculture Organization of the United Nations (fao), 2014; Davis y Godelberg, 1957, Aldana y Celeste, 2018), expresión que se afianzó con la primera etapa de la llamada “Revolución Verde” (Vandana Shiva, 1991, Sarandón, 2002).

Dado que el capítulo de este libro es un instrumento de consulta para emprendedores rurales y empresarios, técnicos, funcionarios, docentes, investigadores, estudiante, líderes de organizaciones, interesados en fortalecer sus capacidades y en promover un ambiente favorable para el desarrollo de los negocios y la industria rural, es primordial incluir el concepto correcto que se propone utilizar cuando trata del tema. Utilizar el término Agronegocio, palabra que literalmente significa “negocio relacionado con el campo (latín Agro=campo; negocio; literalmente negocio con el campo; agronegocio), quizás no es el término más apropiada literalmente. Por ello en este capítulo se propone utilizar una palabra más apropiada a lo que se quiere describir y se usará el término aquanegocio, palabra que literalmente significa “negocio relacionado con el o en el agua (latín Aqua=agua; negocio; literalmente negocio en el agua; aquanegocio).

Se entiende que parte de la idea de esta publicación, es partir de la premisa de no considerar a este modelo productivo como una acción circunscrita a una única actividad económica, la agricultura. Se entiende que el término debe tener un sentido más amplio, es decir, evitar enclaustrarlo en el campo. Por ello muchos investigadores por usos y costumbres, utilizan el término agronegocio en actividades productivas, como lo forestal, agropecuario, silvícola y obviamente lo acuícola y pesquera e implica la intensificación de productos y el extractivismo.

Después de un análisis profundo de algunas referencias a nivel mundial, el término más idóneo para la expresión que corresponda, debe ser un sistema integrado y enfocado en el consumidor, que incluye los aspectos de producción primaria, procesamiento, transformación y todas las actividades de almacenamiento, distribución y comercialización, así como los servicios, públicos y privados, que son necesarios para que las empresas del sector que operen competitivamente, en el campo. Contraria a la visión tradicional, la visión discernidora debe considera a las actividades como un sistema de cadenas de valor, la que se centra en dar satisfacción a las demandas y prefe-

rencias del consumidor, mediante la incorporación de prácticas y procedimientos que incluyen todas las actividades dentro y fuera de la unidad de producción del campo; es decir, considera todas las dimensiones y aceptar que sus productos no siempre son el resultado de la simple producción de alimentos (García-Winder y Riveros-Serrato, 2010). Si todo esto lo dimensionamos a lo o forestal, agropecuario, silvícola, acuícola y pesquera, el término que se requiere no existe en este momento y hay que proponerlo y justificar etimológicamente, enfocado a una actividad que englobe todo lo anterior que pudiera ser el alimento (cibus), la producción (productio), el valor (pretium), los consumidores (consumere), etc.

Ya descrito el modelo productivo, al menos para este capítulo, se considera más apropiada el término denominado aquanegocio, desde el punto de vista etimológico. Y debido a que el propósito es que el término coincida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods), a la hora de realizar algún aquanegocio (pesca y/o acuicultura), el concepto principal debe estar centrado en la “sostenibilidad”, término que no debe prestarse a interpretaciones ambiguas, o confundirse con el de “sustentabilidad”, cuyo cumplimiento es esencial para el verdadero desarrollo económico de muchos países, entre ellos México.

¿Por qué es importante aplicarlo? La onu advierte que “el mundo sigue utilizando los recursos naturales de manera insostenible”, si en el 2050 la población alcanza los 9 600 millones de habitantes, se necesitaría tres veces lo que produce hoy este planeta, para poder mantener el estilo de vida actual. Con estos datos como referencia, el 25 de septiembre de 2015 los líderes mundiales adoptaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods), para proteger el planeta, luchar contra la pobreza y tratar de erradicarla, con el objetivo de construir un mundo más próspero, justo y con un mejor desarrollo para futuras generaciones, estos como parte de los objetivos de la Agenda 2030 sobre el desarrollo sostenible de la onu (Naciones Unidas, 2022). El concepto anterior, es una ventana de oportunidades para los aquanegocios que se pueden encontrar en cualquier región del mundo (aguas interiores, zonas costeras, mar abierto, zonas profundas en los océanos), y que tan sólo es necesario vincularlo con la vocación de la zona, la tendencia del mercado, es decir, identificar la actividad acuícolas y pesqueros que tengan mayor rendimiento, permitiendo crecer al sector agroalimentario (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (sader), 2018a).

Sin embargo, en México la falta de una visión de mercado es uno de los principales obstáculos para el adecuado desarrollo de los aquanegocios. A esta situación se suman los esquemas de financiamiento que dificultan el acceso a los créditos, sobre todo en esta Áreas Pesqueros y Acuícolas (apa), ya que aún permanece la idea de que estas actividades son sumamente riesgosas. Todo se centra en el “agro” y como evidencia están los Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo), cuyo objetivo es complementar el ingreso económico de los productores del campo mexicano, ya sea de autoconsumo o de abastecimiento, para contribuir a su crecimiento económico individual y al del país en su conjunto; así como incentivar la producción de cultivos lícitos, mediante el otorgamiento de apoyos monetarios por superficie inscrita al Programa, de acuerdo a lo que establece la normatividad vigente; coadyuvando así a la atención de las necesidades respecto al derecho a la alimentación, planteadas en el Pacto por México (sader, 2018b). Así como existe un Procampo, debería de existir un Programa de Apoyos Directos al Mar (Promar), con el objetivo de complementar el ingreso económico de los productores, que realizan actividades en el mar y aguas interiores de México.

Los tomadores de decisiones se han olvidado de que actualmente el sector acuícolas y pesqueros representan para el país una gran oportunidad de producción y negocios. Y que estimular este sector, pesquero y acuícola nacional, no sólo ayudaría a garantizar la seguridad alimentaria, sino incentivaría el crecimiento económico de las regiones más golpeadas por la pobreza. Además, esta industria podría llegar a generar miles empleos formales en comunidades costeras y rurales, Sin embargo, este crecimiento debe realizarse de manera responsable, de modo que garantice la sostenibilidad en la producción acuícola y pesquera (fao, 2022).

Por tal razón, los individuos involucrados en el sector acuícola y pesquero son fundamentales en la economía del país, lo que implica un mayor impulso de sectores como el gobierno, sociedad, empresarios, para que detone y se visualice su verdadero potencial. En este sentido, el Gobierno Federal en México, generó el acuerdo por el que se dan a conocer Reglas de Operación del Programa de Fomento a la Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuicultura.1 Su objetivo, contribuir a la autosuficiencia y seguridad alimentaria mediante el incremento de la productividad de la agricultura, ganadería, pesca y acuicultura, a través de prácticas sustentables del desarrollo de cadenas de valor regionales, generando las condiciones de igualdad necesarias para un desarrollo territorial con inclusión y justicia social, con cobertura hacia una población objetivo; los productores agrícolas, ganaderos, silvícolas, maderables y no maderables, pesqueros y acuícolas, con apoyo hacia aquel sector que requiera incrementar la productividad de sus unidades de producción para su autoconsumo y venta de excedentes (dof, 2020a).

La pesca y la acuicultura deben contribuir a fortalecer la soberanía alimentaria a través de prácticas sostenibles, rubro que debe ser un asunto de seguridad nacional y prioridad para la planeación del desarrollo, gestión integral de los recursos pesqueros y acuícolas de la nación. Por esta razón, es necesario que la comunidad mundial apoye a los países en desarrollo para que alcancen todo su potencial con relación a lo pesquero y acuícola (fao, 2018b), sobre todo, al reconocer que los medios de vida de muchas personas, en especial de la población rural pobre, se basan en el acceso a los recursos pesqueros y acuícolas, por lo que, con el diseño apropiado, la pesca y la acuicultura serán una actividad a largo plazo en la cual los usuarios de los recursos sean responsables del futuro del sector, desempeñen un papel importante como administradores de los recursos y generen oportunidades de producción y comercio de especies de agua de mar y dulce, actividad que se ha correlacionado con el término aquanegocio (Campbell and Pauly, 2013; fao, 2012; 2016b; 2020a; 2022).

El potencial de México para consolidar aquanegocios en pesca y acuicultura

Nuestros tiempos se caracterizan por turbulencia y cambios en el sector acuícola y pesquero mundialmente; se acentúan por la alta volatilidad en los precios de los productos y se agudizan por la crisis financiera global, que amenaza no sólo a los mercados, sino también a la propia estabilidad social del planeta. Si bien esta crisis plantea retos inéditos, a la vez se vislumbran oportunidades que, de ser aprovechadas correctamente, pudieran generar el desarrollo de una sociedad más justa y equitativa, en la cual el sector acuícola y pesquero se valoraría por su importante contribución a la estabilidad social, al crecimiento económico (pib), dándole énfasis a las actividades relacionadas con la sostenibilidad y sustentabilidad de los recursos naturales relacionados con la pesca y la acuicultura. (fao, 2022).

En este sentido, México tiene muchas oportunidades de negocios relacionados con la pesca y acuicultura, ya que ostenta una gran variedad de sistemas costeros y marinos dentro de sus aguas territoriales: 12 500 km² de superficie de lagunas costeras y esteros; 6 500 km² de aguas interiores como lagos, lagunas, represas y ríos, además de la extensión de sus litorales: 629 925 ha en el Pacífico y 647 979 ha del Golfo de México y el Mar Caribe; y una Zona Económica Exclusiva de 200 millas marinas y adicionalmente una insular de 5 127 km². Asimismo, cuenta con 160 sistemas lagunares costeros con una superficie aproximada de 1 277 904 ha. En el Océano Pacífico se encuentran 111 lagunas con una superficie de 629 925 ha; en el Golfo de México 35, con 633 879 ha; y en el Caribe 14, con 14 100 ha.

Esta diversidad de ambientes y de recursos naturales descritos, así como su la ubicación geográfica privilegiada con la que cuenta, le confieren un gran potencial para el desarrollo del sector pesquero y acuícola. Este desarrollo se ha condicionado al estado físico que guardan los activos productivos (embarcaciones y Unidades de Producción Acuícola (UPA’s) con los que se cuenta, así como a las posibilidades y capacidades que tienen los pescadores y acuicultores, sobre todo aquellos ribereños y rurales; a las características propias de cada región del país y al estado de salud de las pesquerías y especies de interés comercial que se exploten en cada región (Secretaría de Acuacultura y Desarrollo Rural, 2022).

A nivel nacional, los Censos Económicos 2019 registraron 4, 800 157 unidades económicas, de las cuales 0.5% se dedicaron a la pesca y acuicultura y se empleó a un 0.8% del personal. Se realizaron actividades económicas en 23 293 unidades acuícolas y pesqueras, que emplearon a un total de 213 246 personas (inegi, 2021).

Este sencillo análisis de las estadísticas de las actividades acuícolas y pesqueras nos hacen ver la realidad de México, su pib agropecuario nacional en el 2018 fue de 2.5%, equivalente a 0.08% del pib nacional, por lo que la tasa de crecimiento anual fue negativa (–4.9%), entre 2016 y 2017. ¿Cuál es el problema central?, los productores pesqueros y acuícolas presentan baja productividad, lo que conlleva a bajos niveles de ingresos que no permiten su desarrollo socioeconómico, aunado a un débil marco legal e institucional de la pesca y acuicultura en materia Federal y Estatal (Secretaría de Acuacultura y Desarrollo Rural, 2022).

Con esto como premisa, se requiere una renovada visión, que debe traducirse en el diseño de nuevos modelos de cooperación técnica y la implementación de una estructura organizacional y de procesos operativos y administrativos, orientados a contribuir al desarrollo sostenible de las actividades acuícolas y pesqueras, a la seguridad alimentaria y a la prosperidad rural. Esta renovada visión debería centrarse en tres líneas estratégicas: el fortalecimiento de la institucionalidad pública y privada vinculada con los aquanegocios, la aquaindustria rural, el desarrollo de capacidades empresariales, principalmente de productores, emprendedores rurales de mediana y pequeña escala, y la gestión del conocimiento e información (investigación científica y tecnológica) para efectuar una mejor toma de decisiones relacionada con esta temática y alcanzar el máximo aprovechamiento sostenible de los recursos pesqueros y acuícolas (iica, 2010).

Oportunidades de producción y comercio de especies de agua de mar y agua dulce

Los recursos hidrobiológicos y marinos representan sin duda una fuente vital de proteína para millones de personas y una importante actividad económica para muchos países en desarrollo. Al mismo tiempo, es indispensable que se aborde el uso sostenible de estos recursos desde una perspectiva de seguridad alimentaria, con cualquier tipo de economía, ya sea circular, azul y verde, evitando la economía lineal (nuch, 2020; De Miguel, 2021).

Por consiguiente, existe todo un abanico de oportunidades en aquanegocios para los productos que se comercializan de la pesca y la acuicultura, como proteína viva, como materia prima fresca, refrigerada, carne picada, seca, salada o en salmuera; ahumada, cocida antes o durante el proceso de ahumado; en harina, polvo, pellets aptos para la alimentación humana, etc. (ProChile, 2010; Martínez López, 2021); adicionalmente, es necesario contribuir al incremento en el desarrollo de los mercados de pescado y productos pesqueros, brindando asistencia técnica en la industrialización, transformación y desarrollo de productos de valor agregado con calidad y sanidad adecuadas, fomentando la competitividad e innovación, tanto a nivel de los mercados regionales como internacionales. Esto significa desarrollar productos con mayor valor agregado, considerando además aquellos aspectos puramente tecnológicos, elementos vitales como mercados, requisitos de calidad y viabilidad económica y planteamientos con nuevas perspectivas, tanto para la industria como para los usuarios (Avdalov y Pereira, 2001; fao, 2014).

Bajo este esquema, las cadenas de abastecimiento serían beneficiarias claves de la tecnología en el sector pesquero y acuícola, no obstante, ambas industrias están formadas por complejas cadenas de suministro mundiales y sujetas a desafíos sociales y ambientales, por ello es necesario explorar la tecnología de contabilidad distribuida, o también conocida como blockchain, ya que puede contribuir a superar estos desafíos y apoyar la producción sostenible de productos del mar (Westerkamp et al., 2018; Westerkamp, 2019; AquaFeed International, 2019; Glavanits, 2020; Marcin, 2003).

Este sistema de tecnología de base de datos digitales combinada con, sensores, etiquetas, códigos qr y big data tiene el potencial de aumentar la trazabilidad y la transparencia del abastecimiento de alimentos e ingredientes. Proporciona información sobre parámetros sociales y ambientales como el lugar de origen, las condiciones de transporte (por ejemplo, tiempo, temperatura y humedad), certificaciones y empresas involucradas a lo largo de la cadena de suministro. Y tiene aplicaciones más amplias y el potencial de mejorar la eficiencia de las transacciones comerciales, los procesos de cumplimiento y podría desarrollar modelos comerciales inclusivos. Puede acelerar los procesos administrativos, la logística y facilitar el intercambio de valor sin tener que depender de una institución de terceros, o fondos de inversión (Jiménez Sánchez y Hernández García, 2002; Westerkamp et al., 2018; Holotiuk et al., 2017), con la perspectiva de satisfacer los requerimientos de los consumidores del siglo xxi, que cada día son más rigurosos en cuanto a su alimentación.

Bajo estas premisas, Peter Drucker expresó… La prueba de una innovación no es su novedad, ni su contenido científico, ni el ingenio de la idea… es su éxito en el mercado y señaló… Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente. Se le llamará El Emprendedor, que suele ser un visionario, y como visionario, un incomprendido. Él ve ciertos aspectos de la realidad que a buena parte de la gente común se les escapan. Capta matices, detalles, cosas que a muchos les pasan desapercibidas. Tiene una cierta sensibilidad para ver lo que no se ve, para descifrar la realidad más allá de lo evidente, de lo explícito (Alcaide-Hernández, 2013).

Eso es exactamente lo que es necesario tener y hacer en este siglo xxi en el cual, el cambio en los hábitos de consumo y la apuesta por la economía circular están rediseñando las reglas del juego en la toma de decisiones de los consumidores. Las generaciones más jóvenes son las más comprometidas con la ecología y el medio ambiente. Según recoge el estudio GlobalWebindex, 6 de cada 10 milenials (22-35 años) están dispuestos a pagar un tiquete mayor por productos ecológicos y sostenibles, seguidos por el 58% de la generación Z (16-21) y el 55% de la generación X (36-54). Casi la mitad (46%) de los baby boomers (55-64), lo que lleva a pensar en lo favorable que es incrementar el gasto por productos más ecológicos o como se denomina en inglés eco-friendly (Morris, 2022).

Con base en lo anterior, surgen algunas preguntas que motivan este capítulo. ¿Qué oportunidades de producción y comercio tienen la pesca y acuicultura? ¿Qué enfoque deberían tener los enfoques pesqueros y acuícolas para una mejor industrialización y transformación de estos recursos? ¿Y qué innovaciones o propuestas de valor deben contemplarse para alcanzar el máximo aprovechamiento sostenible de los recursos pesqueros y acuícolas? Estos y otros aspectos se analizan a continuación.

Oportunidades de producción y comercio de especies de macroalgas de interés comercial (Ulva, Porphyra, Gracilaria, Gelidium, Sargassum, Laminaria, Macrocystis, etc.)

Las algas marinas y/o dulceacuícolas (productores primarios), son de los principales recursos con los que cuentan las costas mexicanas y las aguas interiores. De las 122 000 especies reconocidas a nivel mundial, México registra 1 600 marinas y 1 102 dulceacuícolas, además de 2 530 que se clasifican como cianobacterias (González, 2009; Semarnat, 2018). Algunas de ellas presentes en la vida de los mexicanos desde tiempos prehispánicos, como espirulina (arthrospira platensis Gomont, 1892), a la que se le nombró como tecuitlatl, nombre náhuatl que significa “excremento de piedra”, término que probablemente se sustituyó por el de “cocolín”, como se le conoce actualmente (Ortega et al., 1994) y es un alimento que se consume por su por su alto contenido proteico (65-70%) y como alimento para la salud humana (Habib et al., 2008).

La extracción y comercialización de macroalgas de mantos naturales de las costas de Baja California (BC), tanto por el Pacifico, como por el golfo de California, es una importante fuente de ingresos para muchas personas, y para esta misma entidad federativa (BC), que más venta internacional tiene de material fresco, seco con o sin tierra no apto para consumo humano (Secretaría de Economía, 2022). Además, en sus costas se presenta una gran variedad de géneros con potencial de explotación (4 verdes, 7 pardas y 17 rojas) y las que aparecen en las listas de especies económicamente importantes en otras partes del mundo (Aguilar-Rosas et al., 1982; Zertuche-Gonzáles et al., 1995). Esto abre una ventana de oportunidad comercial tanto pesquera como acuícola, crear negocio utilizando especies emergentes, ya que la puesta de valor de este recurso está lejos de lo que se espera de su verdadero potencial de comercialización, debido a que la costa del Pacifico y del golfo de California no sólo presenta una gran variedad de algas de importancia comercial sino grandes volúmenes que pueden ser aprovechados comercialmente (Zertuche-González et al., 1995, Pacheco-Ruiz y Zertuche-González, 1996, Zertuche-González et al., 2009).

Producto del incremento de esta actividad pesquera, el 30 de noviembre de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Plan de Manejo para la Pesquería de Macroalgas en Baja California, México (dof, 2012a), instrumento que establece las especies marinas sujetas a extracción comercial e integra fichas técnicas que contienen el listado de las especies biológicas en explotación, estadísticas de captura y lineamientos para su aprovechamiento en términos del estado de salud de los recursos pesqueros. Actualmente el plan enumera las especies de macroalgas que tienen actividad comercial, sobresaliendo el alga parda, Macrocystis pyrifera (Linnaeus) C. Agardh, 1820 (Sargazo gigante) y tres especies de algas rojas Gelidium robustum (N. L. Gardner) Hollenberg e I. A. Abbott, 1965 (sargazo rojo), Chondracanthus canaliculatus (Harvey) Guiry, 1993 (pelo de cochi) y Gracilariopsis lemaneiformis (Bory de Saint-Vincent) E. Y. Dawson, Acleto y Foldvik, 1964. (fideo de mar). Las tres primeras localizadas en la parte noroccidental de la península de Baja California, y G. lemaneiformis en el golfo de California, desarrollando grandes biomasas al sur del canal de ballenas en Bahía de los Ángeles (Pacheco-Ruíz y Zertuche-González, 1996a, b, c; 1999; 2002; Pacheco-Ruíz et al., 1992; 1998; 1999; 2000; 2001; 2002; 2003a, b; 2008; dof, 2012).

Estos recursos, soportan pesquerías dirigidas al suministro de materia prima para la industria productora de ficocoloides; G. robustum para la producción nacional de agar. Mientras que M. pyrifera, C. canaliculatus y G. lemaneiformis hacia el mercado internacional en la producción de alginatos, carragenanos y agar, respectivamente. En el año 2004, la materia prima M. pyrifera dejó de exportarse y surgieron nuevas alternativas de uso; como alimento directo para abulón en cultivo y producción de fertilizantes líquidos (dof, 2012).

Algunas especies de algas verdes de Ulva (L., 1753), Enteromorpha (L., 1753), se cultivan por las compañías privadas Algamar S. A. de C. V., en Baja California y Aqua Consult International, S. A. de C. V. en los Mochis, Sinaloa, comercializando su producción a la venta de alimento humano y/o fertilizantes agrícolas, con la posibilidad de utilizarlas por su producción de Ulvanos, por lo abundante presencia en algunas bahías del Pacífico de Baja California y el golfo de California (Pacheco-Ruíz et al., 2001; 2002; 2003b; Zertuche-González et al., 2009; Garibay et al., 2010).

Industrialización (transformación) de recursos pesqueros y acuícolas

Los antecedentes anteriores evidencian que el uso de las algas está en pleno crecimiento. Uno de los mayores usos, es la extracción de los geles denominados “ficocoloides”, utilizados en la industria alimenticia, farmacéutica, dental, cervecera, vitivinícola, textil, cosmetológica, etc. Estos compuestos con propiedades gelificantes, estabilizantes y espesantes, se incluyen en cremas, helados, quesos, jaleas, leches saborizadas, salsas, champús, pasta de dientes, etc. (Blus, s. f.; Gelificantes y Espesantes, s. f.; Pasquel, 2001; Jaimes-Duque et al., 2017).

Desde el punto vista ecológico, se usan como bioindicadores de calidad ambiental, ya que son una herramienta confiable en la detección de disturbios ambientales de tan baja intensidad que no se detectan por otros medios (Robledo, 2014). También se utilizan como biorremediadores, ya que pueden absorber los contaminantes orgánicos en el agua de mar (Cuizano y Navarro, 2008). En la agricultura, al actuar como acondicionador del suelo, por la capacidad de recuperar suelos calcáreos y salinos, así como fertilizantes orgánicos, por su contenido de minerales y la capacidad de mantener altas concentraciones de humedad del suelo (Bula-Meyer, 2004; Montoya-Rosas et al., 2017; López-Padrón et al., 2020; Durán-Hernández et al., 2022).

Las macroalgas también llamadas “las verduras del mar”, son un alimento de alto valor nutritivo para humanos; se usan en ensaladas, sopas, confituras y cereales, ya que aporta infinidad de sustancias beneficiosas para el organismo como macrominerales entre los cuales se incluye al sodio, calcio, hierro, yodo, potasio, cloro, azufre y fósforo. Además, son excelentes fuentes de vitaminas A, B1, B2, B3, B5, B9, B12, C, D, E y ácidos grasos de cadena larga eicosapentaenoico (epa) y docosahexaenoico (dha) (Ortega et al., 1994; Bradford, 2000; Gómez 2013; Montoya-Rosas et al., 2017; Fleitas-Ramírez, 2020, Macaya-Horta, 2022). Como alimento para animales, como forraje para ganado (alto valor nutritivo) y su consumo contribuye a que se reduzcan las emisiones de metano procedentes de la actividad digestiva del ganado, con un impacto en la reducción de emisiones de CO2 al ambiente (Vega-Villasante et al., 2006b; Maia et al., 2016). Sin embargo, a pesar de que las algas son de gran valor nutritivo, es necesario el análisis de las mismas por seguridad e inocuidad alimentaria, de acuerdo con la legislación vigente (coepris). Lo anterior debido a que las algas tienen una gran capacidad de bioacumular metales pesados, como el plomo, cadmio, mercurio, cobre, manganeso, zinc y arsénico (Holdt y Kraan, 2011).

También se utilizan en la industria de las fibras, al tener aplicaciones que pueden contribuir a crear la nueva generación de soluciones sostenibles de papel y embalaje o como se conoce en inglés packaging (que se fabrica a base de derivados del petróleo) (García, 2021). Como materia prima para elaborar una nueva generación de productos plásticos de origen biológico y biodegradables (cordis, 2013). Su uso en la elaboración cosmética, por almacenar vitaminas, proteínas, calcio, hierro, muchos minerales y aminoácidos, elementos que han demostrado favorecer mucho a la salud de la piel y brinda beneficios por sus efectos hidratantes, desinflamantes y regenerativos (Arenas y Guayta, 1998; Offarm, 2004; Lecaro-Zambrano y Garzón-Montealegre, 2021).

En la medicina por los elementos bioactivos al combatir cáncer, bacterias, virus, inflamación, obesidad, alergias, colesterol, diabetes, arterioesclerosis, trombosis, etc. (Gutiérrez-Cuesta et al., 2016). También ayuda en la regeneración de tejidos, tratamiento de enfermedades respiratorias, trombosis, osteoartritis, diversos tipos de cáncer, así como para diagnóstico y tratamiento del cáncer, combinado con la terapia fotodinámica, que consiste en utilizar medicamentos que se activan con la exposición a la luz, sobre todo enfocado en tumores localizados cerca de la piel, como el cáncer de mama (Batista-González et al., 2018; Ramos, 2022).

Al hablar de algas, regularmente se asocian con las comidas orientales; pero las algas son más que la envoltura (Porphyra spp) que mantiene unido el arroz en el sushi. Por el poco conocimiento que la población mexicana tiene de las algas, el Estado mexicano debe promover convocatorias dirigidas hacia innovaciones tecnológicas que permitan difundir la importancia de su consumo, promoviendo su difusión y los beneficios que aportan por su alto valor nutritivo. Un buen ejemplo lo evidencia Mejía (2016) en su interesante libro las Algas comestibles de Baja California de la Culinary Art School, donde canaliza el arte, hacia la comida gourmet, utilizando algas marinas de las costas de Baja California.

Existen muchos tipos de algas comestibles, aproximadamente el 66% de las especies conocidas se usan como alimento, siendo los países asiáticos los mayores consumidores, al utilizarlas en diversas formas culinarias (Rajapakse y Kim, 2011). Muchos de los alimentos a base de algas, antes parecían exóticos, pero cada vez están más en un lugar preferencial de supermercados y cocinas. Algunos de estos platos icónicos son, el sushi, el ramen o el caldo dashi y la ensalada de wakame y pepino, las que utilizan de manera regular Alaria (alga parda), Porphyra (alga roja) y Ulva (alga verde); éstas contienen vitamina C en concentraciones similares al limón (Villarreal, 1995). Son una fuente de vitamina B12, y se recomiendan en tratamientos asociados al envejecimiento, síndromes de fatigas crónicas y anemias (García et al., 2010); por su alta proporción de fibra dietética (36-60%), tanto soluble (24,5 g/100 g), como insoluble (21,8 g/100 g), se utiliza para reducir la glicemia y el colesterol en el plasma sanguíneo (Quitral et al., 2012).

Igualmente, están presentes en los mercados de la salud nutracéuticos, al usarse para manipular la salud y la productividad de muchas especies herbívoras, entre ellas el ganado vacuno (O’Sullivan et al., 2010; Morais et al., 2020), por su riqueza en potasio, sodio, calcio, magnesio, fósforo y oligoelementos esenciales, como hierro, manganeso, cobre, zinc, cobalto, selenio y yodo (Corino et al., 2019).

Investigaciones recientes concluyen que la producción comercial del alga roja Asparagopsis taxiformis (Delile), Trevisan 1845, podría crear nuevas economías debido al hecho de que la adición de pequeñas cantidades en la dieta de los animales rumiantes reduce emisiones de CH4 en un 98% cuando se incluyeron en el 0.2% de la ingesta de materia seca de dietas para novillos (Machado et al., 2014; Machado et al., 2015; Roque et al., 2019). El resultado se atribuye al bromoformo, que actúa inhibiendo los metanógenos, sin afectar a otras bacterias (Kinley et al., 2020). Es interesante hacer notar que, la A. taxiformis es abundante en Ia parte oeste del golfo de California (Dawson, 1960; Pacheco-Ruiz et al., 2008).

Se han identificado otras algas marinas con potencial para reducir las emisiones de CH4 de rumiantes, con potencial de mitigación notable (disminución> 50%), dentro de las que se incluyen Cladophora patentiramea (alga verde) (Machado et al., 2014), Cytoseira trinodis (alga marrón) (Dubois et al., 2013), Dictyota bartayresii (alga parda) (Brooke et al., 2020), Gigartina spp. (alga roja) (Fonseca et al., 2016), Padina australis (alga parda) (Machado et al., 2014), y Ulva spp (alga verde) (Machado et al., 2014), Alaria esculenta (Linnaeus), Greville 1830, Ascophyllum nodosum (Linnaeus), Le Jolis 1863 y Chondrus crispus Stackhouse, 1797 (Wang et al., 2008; Machado et al., 2015; Kinley et al., 2016; Ramin et al., 2018) y cada vez hay una cantidad mayor de literatura que confirma los efectos positivos de mitigación potencial de CH4 por éstas (Machado et al., 2014; Machado et al., 2015; Roque et al., 2019; Kinley et al., 2020).

Otra interesante innovación con macroalgas es la producción de manitol, que es un alcohol de azúcar de alto valor agregado, que se puede producir por muchas especies de algas pardas, especialmente la Laminaria spp, género que es común en las costas de BC y que puede ser una interesante pesquería en la zona y puede cultivars, ya que su tecnología está completamente desarrollada (Maeve y Watson, 2011; Redmond et al., 2014; Rolin et al., 2017).

Respecto al método de extracción de manitol, está definido desde hace varios años (Compte, 1959); y su producción tiene diversas aplicaciones en productos farmacéuticos, en la fabricación de chicles, en la industria de pinturas y barnices, en la fabricación de cuero y papel, en la industria del plástico y en la producción de explosivos; también se puede utilizar en una variedad de alimentos, dulces y recubrimientos compuestos con sabor a chocolate, ya que puede reemplazar la sacarosa para producir compuestos sin revestimientos de azúcar. Los chocolates sin azúcar son especialmente populares para las personas con diabetes. También se utiliza para mantener adecuada la humedad en los alimentos y aumentar la vida útil. y estabilidad, porque no es higroscópico y químicamente es inerte. Por otra parte, es el excipiente preferido para comprimidos masticables, debido a su agradable sensación en la boca (Nabors, 2004; Holdt, y Kraan, 2011).

Del grupo de las algas Cianofíceas o algas verde-azuladas está A. platensis, que crecen en forma natural en aguas cálidas de ciertos lagos alcalinos; también se le ha denominado superalimento o súper proteicas, por su contenido nutricional, que incluye vitaminas del complejo B, betacaroteno, el ácido gamma-linolénico, hierro, calcio, magnesio, manganeso, potasio, selenio, zinc, bioflavonoides y alrededor del 65% de proteína. Estas proteínas contienen todos los aminoácidos esenciales, además de algunos otros no esenciales, así como alta digestibilidad (Maradona, 2008; Paniagua-Michel et al., 2015). Por esta razón, se promueve por la Organización Mundial de la Salud (oms) como fuente de proteínas, nutrientes, especialmente el betacaroteno y se utiliza como alimento para niños desnutridos de la India (Farrar, 1966; Paniagua-Michel et al., 1993; Ávalos Flores et al., 2017).

Una investigación de la nasa afirma que “El carácter nutritivo de 1kg de A. platensis contiene el carácter nutricional de 1 000 kg de verduras” y el carácter proteico de 5 kilos de carne (Xochipilli, 2013). Esta alga se cultiva en México, pero no se le ha dado la importancia nutricional ni el potencial que tendría para alimentar a niños desnutridos de algunas zonas muy pobres o marginadas del país y/o canalizarse a sustituir alimento “chatarra” en las escuelas de educación básicas dirigidas por la sep a nivel nacional, aplicándole valor agregado, para que sea atractivo al paladar de los niños y jóvenes.

La fao indica que, a pesar de la publicidad generalizada sobre la espirulina y sus beneficios, ésta aún no recibe la consideración seria que merece como cultivo potencialmente clave en áreas costeras y alcalinas donde la agricultura tradicional lucha, especialmente bajo la creciente influencia de la salinización y la escasez de agua. Por lo tanto, los gobiernos nacionales, como las organizaciones intergubernamentales deberían reevaluar el potencial de la espirulina para satisfacer y dar prioridad a la seguridad alimentaria, sobre todo en las zonas con extrema pobreza (Habib et al., 2008).

Innovaciones, propuestas de valor y perspectivas

En la comercialización de productos relacionados con las actividades de la pesca y la acuicultura, y en lo particular con las algas marinas, las cadenas de valor son importantes por la intervención de sus diferentes eslabones en el proceso económico. Inician con la materia prima que se quiere comercializar, hasta llega a la distribución del producto terminado. En cada eslabón se añade valor que, en términos competitivos, se entiende como la cantidad que los consumidores están dispuestos a abonar por un determinado producto o servicio. Dentro de los aspectos primarios están las operaciones logísticas, la mercadotecnia (marketing), lo que implica ventas y el servicio posventa con la finalidad de atraer, captar, retener y fidelizar a los clientes finales a través de la satisfacción de sus deseos (Lovelock y Wirtz 2009). Esto es válido no sólo para las grandes empresas sino también para las Pymes, independientemente de cuál sea su tamaño, la marca ayudará a perfilar la relación que el cliente establece con la empresa (Gallart-Camahort et al., 2019). También están otras actividades que engloban la gestión general y financiera de la empresa, así como sus inversiones en infraestructura y tecnología. En este aspecto, debe de tenerse en cuenta la dirección de recursos humanos, la tecnología y el departamento de I + D, y las compras y aprovisionamientos (inaes, 2019; cepal, 2021).

Por otra parte, están las cadenas de abastecimiento o suministros en las que se planificada, organiza y controla las actividades relacionadas con el flujo y transformación de bienes, desde la concepción de un producto hasta llegar al usuario final.

Estos instrumentos de comercialización, así como la amplia variedad de usos en el mercado de las algas, son un potencial de negocio que está en pleno crecimiento, aunque actualmente sólo se comercializan como materia prima seca (Secretaría de Economía, 2022). Estas nuevas pesquerías y su incremento pesquero, provocó a que la Secretaría de Gobernación publicara en el Diario Oficial de la Federación (dof), el acuerdo por el que se da a conocer el Plan de Manejo para la Pesquería de Macroalgas en Baja California, con el objetivo de fomentar el aprovechamiento sostenible de los recursos vegetales marinos presentes en las cotas mexicanas (dof, 2012).

Así, las perspectivas de negocios relacionados con macroalgas, depende de la oferta y la demanda del mercado de la pesca y de los proveedores del insumo. Según COSMOS ONLINE (2023), en México existen un registro de 27 proveedores de algas marinas; nueve son extranjeros (China, EUA, Perú, Canadá y España) y 18 son nacionales (bc cdmx, Coah. Edo. de Mex. Jal., Mor. NL y Sin.). A pesar de que la producción natural de mantos comerciales se ubicada en norte del país y que es donde se origina la materia prima, sólo existen dos registros, uno en Baja California y otro en Sinaloa. Este déficit de proveedores en el norte, puede ser una interesante oportunidad para aquanegocios relacionados con macroalgas y de todo lo que implica una cadena de valor y de suministros, mercadotecnia, etc. (Díaz-Batista y Pérez-Armayor, 2012).

Existe un elemento de gran ayuda para la comercialización: el mercado promocional e informativo sobre productos que se deseen comercializar y que generan empleos para quienes laboran creando y ofertando información en páginas de internet, sobre los Sistemas de Información del Marketing (sim) (Leal Jiménez y Quero Gervilla, 2011), cuyo objetivo es colocar los productos de la pesca en general, describiendo los servicios sobre el mercado y dando información específica del producto que ofrece la empresa como su características, descripción, cobertura, tiempo de entrega, precio, mínimo de compra, imágenes y así se elija al proveedor que se adapte a sus requerimientos, etc. (Borga y Howell, 2014; Camino Freire, 2014; Aboal y Tacsir, 2018; Organización Mundial del Comercios (omc), 2019). Por lo que, dentro de las oportunidades de negocio, las tecnologías de la información y las comunicaciones (tic) constituyen uno de los principales motores del crecimiento económico mundial (Aboal y Tacsir, 2018).

Las innovaciones tecnológicas, junto con los nuevos modelos empresariales, han alterado la naturaleza y la estructura de los servicios. Esto explica que exista un interés creciente por identificar sectores de servicios “que pueden basarse en las tic” (Borga y Howell, 2014), entre los que figuran los servicios financieros y de seguros, los cargos por el uso de la propiedad intelectual, los servicios asociados a los productos audiovisuales y productos conexos, los servicios de telecomunicaciones, los servicios de informática e información, los servicios de investigación y desarrollo, los servicios profesionales y de consultores en administración, y los servicios de arquitectura y de ingeniería (Yi, 2019). Así como todos los servicios relacionados con el ramo de la consultoría, control de calidad, certificación y etiquetado, promoción del comercio y comercialización, mantenimiento y reparación. Aunque es complicado calculara el valor global generado por estos servicios, ya que se registran junto con el valor de los servicios relacionados con otras actividades, hay que considerarlos como actividades económicamente importantes relacionadas a la pesca y la acuicultura (Borga y Howell, 2014; Aboal y Tacsir; 2018; Yi, 2019; fao, 2022).

Además de que la globalización, el comercio internacional, acuerdos comerciales regionales, importaciones de materias primas, son elementos de gran ayuda; es necesario mencionar que el cambio climático puede afectar al comercio internacional mediante la alteración de la productividad, las perturbaciones en las cadenas de suministro, los cambios de los costos comerciales y las modificaciones de las ventajas comparativas. Sin embargo, el propio comercio internacional y las políticas comerciales pueden apoyar las estrategias de adaptación al cambio climático. En este contexto, el comercio internacional, como motor de prosperidad económica sostenida, puede ayudar indirectamente a las economías a orientar algunos de sus recursos financieros hacia las estrategias de adaptación al cambio climático y mejorar la resiliencia económica frente a las perturbaciones que traerá el cambio climático (omc, 2022).

Oportunidades de producción y comercio de especies de crustáceos de Mar y de Río

Se estima que existen alrededor de 30 mil especies de crustáceos, la mayoría viven en el mar, aguas salobres y dulces; de modo que son pocos los terrestres (Cifuentes-Lemus et al., 1997). En México el 89% de las especies son marinas, 10% dulceacuícolas y 1% terrestres (Álvarez et al., 1996).

A pesar de que México cuenta con cerca de tres millones de kilómetros cuadrados de Zona Económica Exclusiva (zee), hay mucha evidencia que indica la existencia de crustáceos que no aprovechan en esta zona. Tan sólo en la costa occidental de la península de Baja California se calculan, de manera muy conservadora, la existencias de algunos especies como la langostilla (≈30 000 t), cangrejos y langostas (≈10 000 t) (Casas-Valdez y Ponce-Díaz, 1996), que no se aprovechan; primero porque la explotación de recursos de aguas profundas y oceánicas requiere de más inversión inicial y, ante el desconocimiento de caladeros de pesca, volumen, disponibilidad y riesgo financiero que suele estimase alto, los inversionistas que desconocen el sector pesquero, desaprovechan esta oportunidad de negocio. Esto, a pesar de que las estadísticas arrojan que se tiene, al menos, 25 especies de macro crustáceos de interés comercial (actual y/o potencial) de aguas profundas (>200 m), en el litoral del Pacífico de México (inp, 1994; fao, 1995a y b; Arreguín-Sánchez, 2006, tabla V).

En tal circunstancia es fácil deducir que la falta de conocimiento científico y tecnológico es probablemente el cuello de botella, ya que se requiere realizar investigación para evaluar existencias, disponibilidad y la capacidad de pesca que el nuevo recurso por capturar pudiera soportar. También es importante realizar investigación tecnológica que desarrolle artes de pesca adecuados, eficientes y de bajo impacto al ecosistema (Arreguín-Sánchez, 2006). Estas aparentes necesidades se han resuelto en otras regiones del mundo, donde la explotación de los recursos de aguas profundas y oceánicas son un éxito, lo cual abre una oportunidad de negocios pesqueros emergentes para el país, ya que mucha de la tecnología necesaria para esta comercialización ya existe en el mercado internacional, sólo hay que hacer algún reingeniería científico-tecnológica en base a las características de la zona donde se localice el recurso pesquero, costera, someras o profundas (fao, 1995a y b).

Dentro de los crustáceos comestibles destacan por su relevancia en la pesca comercial acuícola y/o pesquera los camarones, cangrejos, jaibas, langostas, langostinos y percebes (Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), 2012).

El 27% de la producción camarón blanco Litopenaeus vannamei (Boone 1931) es producto de la pesca comercial, mientras que el 73% proviene de la acuicultura (Conapesca, 2021). Por su volumen se encuentra posicionado en el lugar tres de la producción pesquera en México, pero por su valor, está en el lugar uno. La tasa media de crecimiento anual de la producción en los últimos 10 años fue de 4.56%. En las exportaciones se encuentra en el lugar número cuatro de las especies pesqueras, siendo Estados Unidos de América, China y Japón sus principales destinos (Conapesca, 2021).

Luego está el camarón azul (Litopenaeus stylirostris Stimpson 1871), y el café (Farfantepenaeus californiensis, Holmes 1900), y se excluyen muchas especies de camarones peneidos emergentes con valor pesquero y/o acuícola (Hendrickx, 1996; fao, 2003). Investigaciones in situ, evidencian que el segundo grupo taxonómico con más especies en el Pacífico mexicano son los crustáceos, con 16.5% (López-Martínez et al., 2010; inp, 2016, Anexo I, listado de especies). Tales estadísticas evidencian la oportunidad de aprovechar muchas de las especies emergentes que tienen las costas mexicanas y que no se explotan comercialmente (Arzola-González y Flores-Campaña, 2008).

Otro crustáceo, la langosta de mar, por su volumen se encuentra posicionada en el lugar 29 de la producción pesquera en México y por su valor comercial en el lugar siete. La tasa media de crecimiento anual de la producción en los últimos 10 años es de 0.29%. En las exportaciones tiene el lugar número cuatro de las especies pesqueras, siendo China y Hong Kong sus principales destinos (Conapesca, 2021). En el Pacífico mexicano este recurso lo integran tres especies de la familia Palinuridae denominadas langostas espinosas: la roja (Panulirus interruptus Randall, 1840), la azul (Panulirus inflatus Bouvier, 1985) y la verde (Panulirus gracilis Streets, 1871). La langosta roja es la más abundante, constituye del orden del 95% de las capturas comerciales, desarrollándose en ambientes templados subtropicales de la zona litoral de la porción norte del Pacífico Centro-Oriental, con una distribución que se extiende desde el sur de California, EUA, hasta cerca de Cabo San Lucas, Baja California Sur, México, incluyendo las costas de las islas de Cedros y Guadalupe (Carta Estatal Pesquera, 2020).

La pesquería de la langosta es típicamente ribereña y artesanal, se distingue por su carácter comunitario, la cual se practica tradicionalmente por Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera (scpp), bajo el régimen de concesiones y permisos, en los que se asignan zonas exclusivas de pesca a cada sociedad. Por lo que, la oportunidad de negocio está muy acotada a las scpp. La oportunidad de negocio debería enfocarse en el cultivo. Sobre todo, porque su precio más alto se obtiene al comercializarla viva y el menor, con procesamiento. Actualmente, más del 70% de la producción pesquera se comercializa viva, seguida de presentación cruda-congelada, cocida-congelada y cola (Conapesca, 2008, Cisneros-Mata et al., 2014; Carta Estatal Pesquera, 2020).

Respecto del cultivo de langosta, no existe un desarrollo tecnológico completo, esto abre una oportunidad científica y tecnológica para la acuicultura. Existe un cultivo de ciclo incompleto o abierto, el cual depende de “captura de semilla” del medio natural (ecofondo-acdi, 2007). La oportunidad de desarrollar el cultivo de la langosta roja (P. interruptus), debería ser prioritaria en Baja California, donde es la principal especie pesquera. Por otro lado, el cultivo y las pesquerías de la langosta azul y verde se deben abordar desde el punto de vista pesquero y acuícola, dando prioridad a la generación de negocios sostenibles con estas especies y buscando el mercado internacional al comercializar el producto vivo o dándole valor agregado con un mayor tiempo de anaquel.

La Jaiba azul es otro crustáceo, que por su volumen se encuentra posicionado en el lugar nueve, su valor de producción pesquera y acuícola la posiciona en el lugar ocho. La tasa media de crecimiento anual de la producción en los últimos 10 años fue de 4.22% (Conapesca, 2021). En el Golfo de México cuatro estados la capturan la Jaiba azul (Callinectes sapidus Rathbun, 1896) y la pesquería se encuentra en niveles “saludables”, pero con niveles máximos de explotación (Morales-Azpeitia et al., 2021), mientras que por el Pacifico 12, entre ellos Baja California con muy baja producción pesquera, de dos especies, Jaiba azul o Jaiba cuata (Callinectes arcuatus Ordway, 1863) y Jaiba verde, Guerrera, Café o Jaibón (Callinectes bellicosus Stimpson, 1859) (Carta Estatal Pesquera, 2020).

Los registros de capturas en Baja California la reportan a partir de 1997, detectándose en el 2001 sus mayores volúmenes de captura, arriba de las 300 toneladas anuales de Jaiba. Durante el periodo (2000-2018), la producción promedio fue de 50.4 toneladas anuales, con el 90.5% de las capturas en el Golfo de California, y 9.5% restante en el litoral del Pacífico. La proporción de las especies en la captura total es muy homogénea en Baja California, domina ligeramente C. bellicosus sobre C. arcuatus, con aportaciones del 59 y 44%, respectivamente (Inapesca, 2006; Carta Estatal Pesquera, 2020).

Uno de los factores que impulsaron el desarrollo de esta pesquería es la demanda de su carne por el mercado norteamericano. Hoy se comercializa principalmente en los Estados Unidos, Canadá, Corea y Japón. Aunque la presentación comercial de la jaiba es variada, regularmente entra al mercado entera fresca o congelada, cocida en pulpa, entera fresca enhielada, entera cocida congelada y entera fresca. También está en el mercado internacional enlatada, en donde se tienen diversas modalidades de venta de acuerdo con el tipo de carne. La blanca que se extrae de las patas natatorias enteras (Jumbo lump) y fragmentada (Lump), del cuerpo en piezas pequeñas y enteras de la 2da a 4ta extremidades (Backfin), y deshebrada del cuerpo (Special). La carne oscura extraída de las tenazas tiene dos presentaciones (Claw y Cocktail claw). Y en la forma de fingers, crab cakes y lolly pops (Sagarpa, 2014; Conapesca, 2018; Carta Estatal Pesquera, 2020).

Otra alternativa de producción es su cultivo ya que existe un desarrollo tecnológico (Bacab-Cahuich et al., 2002; Samaniego-Zamora, 2006; Sagarpa, 2014). Por otra parte, está la producción de Jaiba suave, como una oportunidad más rentable de negocio, por el corto periodo de cultivo o preparación y el muy alto precio de comercialización que tiene la presentación de este producto en el mercado nacional e internacional (Vega-Villasante et al., 2006a).

Respecto de los cangrejos, la Conapesca no tienen una estadística. Actualmente en Baja California su actividad se desarrolla bajo el régimen de pesca de fomento, que es la pesca exploratoria de recursos con potencial de sustentar pesquerías comerciales. Las especies que son objeto de estudios de prospección, y representan un potencial pesquero, incluyen la captura del Cangrejo moteado de roca (Cancer antennarius Stimpson, 1856), Cangrejo amarillo (Cancer anthonyi Rathbun, 1897), Cangrejo rojo de roca (Cancer productus Randall, 1839), Cangrejo purpura (Cancer gracilis Linnaeus, 1758), y tres de profundidad la Centollo o Cangrejo oveja (Loxorhynchus grandis Stimpson, 1857), Cangrejo araña terciopelo (Slenocionops ovala Bell, 1835) y Cangrejo mexicano del Pacífico (Cancer johngarthi Carvacho, 1989). Las estadísticas evidencian hasta el momento que estas especies emergentes tienen potencial pesquero (Arzola-González y Flores-Campaña, 2008; Secretaría de Pesca y Acuicultura de Baja California (Sepescabc), 2018), pero se requiere más investigación científico-tecnológica sobre estas especies.

Otras especies de crustáceos que tiene amplia apertura comercial en Europa es el Percebes, ya que gozan de una larga tradición en la cocina de toda Galicia y Portugal. En realidad, se trata de uno de los crustáceos más populares de España, y actualmente convertido en un ingrediente que interesa cada vez más a los chefs mexicanos (González, 2011).

En México la recolección más importante se lleva a cabo principalmente alrededor de las costas de Ensenada, B.C. Existen dos especies relacionadas Pollicipes polymerus (Sowerby, 1833) y Pollicipes elegans (Lesson, 1831), con una distribución que va desde Baja California (México) hasta Perú (Laguna, 1990). La forma más común de comercializarlo es fresca, pero se le puede dar valor agregado, al enlatarlo, en escabeche o hacer paté de percebe con algas marinas (González, 2011).

Respecto a los crustáceos de agua dulce, el “langostinos Malayo” (langostino gigante), es la especie exóticas que más se cultiva y comercializa en México (Macrobrachium rosenbergii De Man, 1979), se introdujo en 1973, pero hasta la fecha no da los resultados esperados, y su cultivo es incierto (inp, 2018), a pesar de que su biotecnología de cultivo es completa y se realiza de forma extensiva, semi-intensiva para la engorda; e intensivo para la producción de postlarvas (inp, 2018).

La serie histórica de producción para México indica que después de un máximo de más de 4 800 toneladas en 2017, cayó a menos de 1 000 toneladas en 2021, la más baja en los pasados 10 años. En México nueve estados están entre los principales productores, las estadísticas indican que hay otros 12 que producen esporádicamente. La oferta del langostino es constante en muchos mercados locales y regionales, principalmente en los estados costeros del país, que son abastecidos a través de la actividad pesquera con especies nativas, ya que son escasas las UPA’s que se dediquen al cultivo de “langostino Malayo” (inp, 2018; Conapesca, 2021).

Baja California a pesar de tener organismos oriundos en relativa abundancia en algunos zonas y reservorios de agua, no tiene hasta el momento la cultura de la pesquería natural y hay muy poca actividad relacionada con acuicultura de este crustáceo (Conapesca, 2021). La única especie que se reporta de agua dulce en Baja California es el cangrejo rojo, cangrejo americano, cangrejo de las marismas (Procambarus clarkii Girard, 1852). Se reporta densidades abundantes en 11 localidades, desde la región de Tijuana hasta la mitad en la cuenca de San Ignacio, todas en la vertiente Pacífico, donde se pueden colectar machos y/o hembras, en los arroyos El Descanso, San Carlos, Las Ánimas, Santo Tomás, San Telmo, Rancho Los Aguajes, San Juan de Dios y Cataviña (Hernández-Moreno, 2017).

El interés particular que tiene P. clarkii, se refleja en su importancia dentro del contexto de la acuicultura y en las pesquerías, actividades que se efectúan en otras partes del mundo, principalmente por su alta calidad proteica (Rodríguez-Almaraz, 2001). En estados Unidos (Luisiana), el cultivo de cangrejo de río P. clarkii, es una industria acuícola donde los rendimientos anuales oscilaron entre 10.000 y 27.000 toneladas (McClain y Ramírez, 2004).

En este sentido, la acuicultura de P. clarkii en Baja California, representa una oportunidad que permitiría integrar a los jóvenes emprendedores rurales de San Quintín o del estado, en una nueva actividad productiva, con una alternativa de crecimiento económico individual, local y regional. Mientras que por su resistencia y adaptabilidad P. clarkii es de entre las 39 especies de cambáridos presentes en México, el que tiene el mayor potencial en acuicultura (Sánchez-Saavedra et al., 1993). Sin embargo, no ha recibido atención por la industria pesquera o acuícola en el estado.

Industrialización (transformación) de recursos pesqueros y acuícolas

El mercado del camarón blanco es principalmente nacional y extranjero, los precios varían según el tamaño y la época del año. El camarón se puede encontrar fresco sin cabeza, fresco con cabeza y congelado (presentación marqueta), bloque con cáscara; congelado rápido individual con cáscara (individually quick frozen en inglés; “IQF”); pelado; pelado con cola; pelado y desvenado (“P&D”); P&D con cola; pelado y desvenado IQF (P&D IQF); pelado y desvenado con cola IQF (IQF P&D tail-on); cocido y pelado; cocido P&D IQF; cocido P&D con cola; fácil de pelar; vena jalada; mariposa (P&D con cola con un pequeño corte para aplanar ligeramente el camarón); “redondo” (pelado y desvenado con cola); “corte western” (Carta Nacional Acuícola (cna), 2012; Sepescabc, 2018).

En el Pacífico mexicano la mayor parte del producto del camarón azul y café (97.6%) se exporta y/o se maquila en forma congelada (Conapesca-Inapesca, 2004a). Sin cabeza y con cáscara (43%), pelado congelado (33%), especialmente en tallas medianas y grandes (Conapesca-Inapesca, 2004a). En la exportación se observan las normas correspondientes de la Food and Drugs Administration (fda por sus siglas en inglés), del Departamento de Comercio de ese Estados Unidos de América (EUA) como institución reguladora (usdc-fda 21CFR Parte 123). Para la comercialización del producto en Europa, se tienen como referencia las Normas de la Unión Europea 91cee492 y 91cee358. El mercado ha desarrollado diferentes presentaciones dependiendo de la característica del producto, con presencia o ausencia de cabeza, cáscara, y vena (gónada), cocido o crudo, descabezado y con cáscara y que se clasifica por especies y tallas en marquetas de 5 libras para el mercado internacional y de 2 Kg para el nacional (Sepescabc, 2018).

Las tallas o medidas del camarón para su comercialización han sido estipuladas de acuerdo con el número de colas que pesan en una libra, que constituye la unidad de peso para el mercado exterior. Por ejemplo, 16/20 y/o 16-20 significa que en una libra hay entre 16 y 20 camarones. Mientras más alto sea el conteo, más pequeños será el camarón. Sin embargo, hay otros camarones que, por su tamaño, se les llama “U” (under o menos de). Así, en el caso de camarones U10 esto quiere decir que hay 10 o menos camarones por libra. Las tallas de camarón mediano corresponden a las codificaciones 36-40, 31-35, 26-30 y 21-28. Las codificaciones 16-20 y U15 corresponden a los camarones grandes, mientras que las U12 y U10 corresponden a los camarones denominados gigantes. Las tallas en las que generalmente se exporta el camarón corresponden a las codificaciones U-10, U-15, 16-20, 21-25, 26-30, 31-35, 36-41, 42-50, y en menor proporción 50-60, 60-70, y 80-over (cna, 2012; Sepescabc, 2018).

Los Cangrejos de río o Langostino se comercializan principalmente de forma local, regional y nacional; con puntos de ventas a pie de granja, mercados y restaurantes locales, se hace, se distribuyen vivos, fresco, precocidos, congelados y secos (cna, 2012; Fischer et al., 1995), en algunas zonas sólo se utilizan por su poca abundancia a nivel de sustento e incluso como carnada para otras pesquerías (Rodríguez-Domínguez et al. 2000), y hasta como indicadores de la calidad del agua (Álvarez et al., 1996; Schertzinger et al., 2018).

Cangrejo de agua de mar se comercializa mayoritariamente en tenazas cocidas, presentación entero-vivo para la comunidad asiática del estado de California, EUA, pero en una escala muy baja. Casi toda la producción se exporta a EUA, captándose por ello gran entrada de divisas al estado que impulsa el desarrollo económico regional y genera gran cantidad de empleos (dof, 2010; Sepescabc, 2018).

La carne de Jaiba tiene su demanda principalmente en los Estados Unidos, Canadá, Corea y Japón. Uno de los obstáculos que ha enfrentado el mercado de exportación de Jaiba es el abastecimiento continuo, por ello, su comercialización se acentúa en el mercado local y regional a inicios del año, cuando la pesca de jaiba es escasa. En México, los principales mercados para su venta son Guadalajara, Sinaloa, Jalisco, Distrito Federal y Monterrey. La presentación comercial nacional es principalmente fresca entera congelada, cocida en pulpa, entera fresca enhielada, entera cocida congelada y entera fresca, principalmente. Sin embargo, con el valor agregado el producto puede adquirirse en la presentación para el mercado internacional enlatada, que tiene diversas modalidades de venta de acuerdo con el tipo de carne. La carne blanca que se extrae de las patas natatorias enteras (Jumbo lump) y fragmentadas (Lump), del cuerpo en piezas pequeñas y enteras de la 2da a la 4ta extremidades (Backfin), y deshebrada del cuerpo (Special). La carne oscura extraída de las tenazas se comercializa en dos presentaciones Claw y Cocktail claw (Conapesca, 2018; Sepescabc, 2018).

Respecto de las langostas bajacalifornianas son conocidas internacionalmente por su frescura, su sabor delicado y natural, y su firme y suculenta carne; motivo por el que aproximadamente el 90% de la producción de la langosta roja se destina principalmente al mercado de exportación (EUA), y el resto al mercado nacional, en los centros turísticos y restaurantes. Su comercialización tradicional en el mercado de exportación era la presentación cocida-congelada, hasta que a mediados de 1990 se incrementó la demanda de langosta viva en países asiáticos (China, Taiwán, Hong Kong y Japón), desplazando rápidamente a las anteriores presentaciones. Actualmente debido a los mayores precios que se obtienen para la langosta viva y el menor costo de procesamiento, más del 70% de la producción se comercializa como langosta viva, seguida de la presentación cruda-congelada, cocida-congelada y cola. Actualmente la pesquería artesanal de langosta roja es la primera en el mundo en certificarse bajo el Estándar de Ecoetiqueta Azul del Marine Stewardship Council (msc), lo que le permitió expandir de manera importante sus horizontes de comercialización y competitividad en el mercado internacional (Conapesca, 2008a; Conapesca, 2012). La fedecoop (Federación Regional de Sociedades Cooperativas de la Industria Pesquera de Baja California) es quien actúa como cliente, agrupa a 11 cooperativas de las cuales nueve están certificadas. Estas cooperativas operan en la región central de la península de Baja California. En esta zona se pesca casi el 80% de las capturas nacionales de langosta de las cuales 90% se destina al mercado de exportación (fedecop, 2023).

Innovaciones, propuestas de valor y perspectivas

En la actualidad, el comercio de productos acuáticos desempeña una importante función como fuente de ingresos por exportaciones, empleo, valor añadido y como factor que contribuye a la seguridad alimentaria, con la participación de diversos agentes vinculados entre sí en actividades de transporte, elaboración, venta al mayoreo y al menudeo. Este aspecto reviste gran importancia, sobre todo para los países insulares pequeños y en desarrollo, en los cuales las exportaciones de productos acuáticos representan gran parte del valor total del comercio de mercancías y de su producto interno bruto (pib) total (fao, 2022).

Producto de la globalización, el comercio internacional es un rubro que se aceleró con la creación de la Organización Mundial del Comercio (omc), así como en el contexto de acuerdos comerciales multilaterales, regionales y bilaterales. Estos acuerdos, son importantes ya que establecen condiciones comerciales preferenciales entre dos o más socios comerciales y cobran cada vez más importancia para facilitar el comercio internacional mediante la reducción o eliminación de obstáculos como los aranceles y los obstáculos técnicos al comercio (omc, 2023).

Por otro lado, los acuerdos comerciales regionales, han aumentado desde la década de 1990 y han hecho posible el comercio interregional. Los acuerdos comerciales regionales, como la unión aduanera de la Unión Europea, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan 2.0 o nafta 2.0), la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental, la Comunidad de África Meridional para el Desarrollo y el Mercado Común del Sur, han sido determinantes en la expansión del comercio mundial en los últimos decenios, y el comercio de productos de la pesca y la acuicultura se ha beneficiado de esta tendencia tan amplia. Con frecuencia, los acuerdos comerciales regionales van más allá de las condiciones comerciales, para incluir disposiciones relativas a la ordenación y la rastreabilidad de la pesca que pueden reforzar la supervisión institucional de los recursos compartidos y contribuir a un ordenamiento pesquero sostenible (fao, 2022). Por ello, cualquier inversionista que ingrese en la dinámica comercial de la pesca o la acuicultura, deberá considerar los beneficios de estos acuerdos comerciales de la globalización, así como los beneficios de conocer mucho mejor las funciones de la Organización Mundial del Comercio (omc, 2019; 2022; 2023).

Sobre el rubro de las importaciones (materias primas), China es un ejemplo, como el principal importador de productos acuáticos, muy por delante de Estados Unidos de América. Este país importa grandes cantidades de especies que no producen localmente destinadas no sólo al consumo interno, sino también para uso como materia prima con fines de elaboración en el país y posterior reexportación, una interesante visión de negocio (fao, 2022).

Por otro lado, están las cadenas de valor (aspecto considerado en la página 10), como las de abastecimiento o suministro son importantes en el desarrollo de cualquier actividad comercial y económica (Díaz-Batista y Pérez-Armayor, 2012), ya que constituyen eslabones conformados por entidades económicas a través de los cuales es posible que fluya información, materiales y recursos monetarios (López-Torres y Moreno-Moreno, 2022). Si una cadena de abastecimiento es exitosa, llevará los bienes o servicios adecuados al lugar adecuado, en el momento adecuado y en las condiciones deseadas por los consumidores. La satisfacción del consumidor y el beneficio financiero para la empresa es la calve del éxito, de una buena cadena de abastecimientos en aquanegocios (Ramírez Quijano y Peña Suárez, 2017).

Destacan los mercados de abastos de alimentos, ya que cumplen varias funciones esenciales para el desarrollo de cualquier país. Las centrales de abastos, tal como lo menciona oficialmente el gobierno de México son unidades comerciales de distribución de productos alimenticios, que proporcionan a la población servicios de abastecimiento de productos básicos al mayoreo, sus instalaciones permiten concentrar los productos provenientes de diferentes centros de producción, para surtir de éstos a los comerciantes especializados (Torres-Torres, 2011; siap, 2016), tiendas de conveniencia, mercado sobre ruedas o tianguis, etc.

En México, el primer lugar lo tiene el mercado La Nueva Viga, que se encuentra en la parte suroeste de la Central de Abasto, en la Ciudad de México; es la comercializadora de pescados y mariscos más grande de América Latina y la segunda a nivel mundial; el primero es el mercado Tsukiji, ubicado en Tokio, Japón. Este mercado comercializa el 65% de la producción nacional de escama y de un importante volumen de moluscos y crustáceos; algunos de los productos que se pueden encontrar en este lugar son: sierra, curvina, lisa, tilapia, sardina, atún, calamar, pulpo, trucha, camarón, ostión, mojarra, mero, robalo y jaiba (sader, 2019).

En el segundo puesto se ubica el Mercado del Mar Zapopan, ubicado en Zapopan, Jalisco; en este lugar se comercializan principalmente pescados y mariscos de la zona Ciénega y de la costa del estado. Algunos de los productos que se comercializan son: tilapia, bagre, rana, trucha, pulpo, sierra, jurel, pargo, guachinango, camarón, atún y ostión. Con base en información publicada por la Conapesca, existen más de dos mil establecimientos comerciales en el país (supermercados, mercados públicos y pescaderías) donde se comercializan en promedio por temporada, aproximadamente 65 especies de pescados y mariscos, lo que impulsa a los mercados de abastos como entidades económicamente importantes en la actividad pesquera y acuícola, en la región donde se localicen (Conapesca, 2019; sader, 2019).

Por otra parte, Ruiz Moreno et al., (2015) describe interesantes cadenas de suministro industriales que van desde el cultivo, producción, embalaje, almacenamiento, transporte, distribución y comercialización, a través de los cuales se observan flujos físicos, financieros, de información, y de energía, con un ciclo de vida corto (según la vida de anaquel). Estos procesos y flujos se integran por interés de los actores que componen la cadena de suministro, los cuales pueden ser instituciones, pescadores, acuicultores, productores, cooperativas, industrias, transportadores, intermediarios, comerciantes mayoristas y minoristas, centros de abastos, etc. Así como otros elementos de gran ayuda para la comercialización y del que ya se habló a más detalle (pp. 10 y 11), como los mercados promocionales e informativos, mercadotecnia, consultorías, sistemas producto, etc.

Producto de la necesidad de cuidar los recursos pesqueros y acuícolas finitos, se destacan en el país los Comités Sistemas Producto (csp), que existen en función de la cobertura o distribución geográfica de la especie pesquera o acuícola que se trate. En este sentido, los crustáceos tienen tres csp activos, camarón de alta mar, camarón de cultivo y langosta (sader, 2023). La constitución de estos comités (nacionales, regionales y estatales), está en función de la cobertura o distribución geográfica de la especie pesquera o acuícola que se trate. Su objetivo, establecer medidas, acciones, sugerencias y recomendaciones para alcanzar y mantener la productividad y competitividad de todos los eslabones, a fin de que cada estado o región cuente con un mecanismo de análisis que detecte problemáticas que afecte a la cadena, mediante un foro de concertación, en los que se establecen acciones conjuntas para su solución; los csp Nacionales actúan como órgano consultivo y son una representación de los Comités Estatales y Regionales (dof, 2012; Conapesca, 2015a, b).

Estos csp Pesqueros y/o Acuícolas, regularmente operan con apoyo financiero de la Federación (https://www.conapesca.gob.mx/wb/cona/sistemas_producto), con pagos de servicios, reuniones de trabajo, estudios de proyectos, difusión técnica y comercial y generación de material impreso, así como material para promover y difundir información relacionada con las cadenas productivas, una de las formas en que el gobierno promueve la sostenibilidad de productos alimentarios relacionados con la pesca y la acuicultura en México (Conapesca, 2015). El que los inversionistas visorios tengan conocimiento y participación en estos comités, debe ser prioritario, ya que su ingreso les dará la experiencia y mecanismo de análisis que les permita detectar los aciertos y problemas relacionados con la actividades pesqueras y acuícolas en la que incursionan.

Oportunidades de producción y comercio en especies de pesca industrial y deportiva de mar abierto (“picudos”, como pez vela, marlín, pez espada; otros como el dorado, barracuda, túnidos), de fondo (blanco, cabrilla, etc.) y aguas interiores

En los litorales mexicanos se capturan más de dos millones de toneladas de peces, entre ellos destacan la sardina, mojarra y atún, lo más conocidos. También se consumen otros peces que están presentes en la pesca industrial y deportiva en el país; entre ellos el huachinango, pargo, cintilla, conejo, lebrancha, jurel, cojinuda, besugo, sierra, peto, cazón bandera, trucha, bagre, carpa, lobina negra, etc. Su captura ha hecho que la producción pesquera en México se mantenga estable y en algunos casos hasta con crecimiento. Sin embargo, a fin de aprovechar de manera responsable y sostenible estos recursos, es importante observar las opiniones técnicas de investigadores que trabajan para el sector y, sobre todo, reforzar las acciones en materia de ordenamiento para propiciar el aprovechamiento de los recursos pesqueros y acuícolas en el país (Conapesca, 2019).

Como se enmarcó claramente en la introducción de este capítulo, la seguridad alimentaria es la prioridad en México, por lo que la pesca industrial y deportiva pueden contribuir a esto de manera significativa. Para realizar las actividades de pesca, se utilizan dos tipos de flotas en el país: la pesca industrial que usa embarcaciones con una capacidad de almacenaje de más de 10 Tn, autonomía de más de 10 días y redes con distintas adaptaciones para captar mayores volúmenes; en la industria ribereña embarcaciones con una capacidad de almacenaje no mayor a 3 Tn, y una autonomía de 2 a 3 días, con diversificación en redes, equipo de buceo, trampas, cimbra y línea de mano con anzuelo (Inapesca, 2023).

Las labores que reflejan ambas flotas son sumamente importantes para el país y difieren en su impacto económico y productivo, sin embargo, la diferencia más notoria entre ambas flotas es que la artesanal aprovecha más especies que la flota de altura, aproximadamente 665 especies, en 52 grupos; mientras que la de altura aprovecha 48 especies, en 9 grupos. Así, la artesanal aprovecha 14 veces más el número de especies que la industrial y genera ganancias 2.5 veces mayor. Esta diferencia en especies abre una ventana de oportunidad para que la industria pesquera de altura se extienda en aguas de la plataforma continental y explote especies emergentes que tienen potencial pesquero tanto en el mar del Pacífico Mexicano, Golfo de México y el Caribe Mexicano (Inapesca, 1994, fao, 1995c, b y c, Arreguín-Sánchez, 2006, Arzola-González y Flores-Campaña, 2008; Carta Estatal Pesquera, 2020).

Por otra parte, el flujo de personas que acuden a participar a las zonas costeras, a la pesca deportiva, deja una derrama tal que permite el crecimiento de una economía que, en principio, sólo la pesca comercial extractiva la generaba (Ivanova et al., 2017). Hoy se considera que el aprovechamiento de los recursos naturales puede estar enfocado también en la producción de alimentos (fao, 2016), o en la oferta de bienes y servicios, como la recreación y el turismo (sectur, 2013). Por ejemplo, en 2015 la pesca deportiva aumentó de 29.3 a 32.1 millones el número de turistas que visitaron México, con respecto al año anterior (Ibarra et al., 2018). Se estima que para el año 2030, el número de turistas aumentará a más de 1.8 millones a nivel mundial (omt, 2017), lo cual abre una ventana de oportunidad de hacer negocios en este ramo.

Hoy la pesca deportiva es una actividad turística consolidada en muchos países, el distintivo principal, el entretenimiento. Esta característica se refleja en la definición oficial para México: se considera pesca deportivo-recreativa, la que se practica con fines de esparcimiento, con las artes de pesca y características previamente autorizadas por la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnat), y se regula por la Norma Oficial Mexicana nom-017-pesc-1994, la cual, reglamenta el uso de artes y aparejos, delimitando el cupo de capturas y tamaño según las especies (dof, 1995).

La pesca deportiva en México se enmarca en una franja de 50 millas náuticas contadas a partir de la línea de base desde la cual se mide el Mar Territorial. Las aguas mexicanas son un prodigio de la naturaleza porque en ellas, se localizan más de dos mil especies de peces, incluidas todas las codiciadas por los pescadores deportivos del mundo. En la pesca costera las especies más comunes son: el robalo, pargo, huachinango, corvina, barracuda, y pámpano entre otras especies. La pesca de altura se practica en altamar y se captura especies como son el marlín, pez vela, pez espada, dorado, atún, etc. (oiapes, 2016, sectur, 2001).

En el 2022, la pesca deportiva en Baja California sur rompió récord, según fonmar generó más de 70 millones de pesos en ingresos por la venta de permisos de pesca, lo que representa un incremento del 27% en comparación con el año anterior, alcanzando la mayor cifra histórica de este fideicomiso. Este logro en el sector de la pesca deportiva, consolida a BCS como un referente internacional para la práctica de este deporte Estos incrementos en parte se deben también a que en el país se celebran en promedio 250 torneos anuales, de los cuales 140 son en aguas marinas y 110 en aguas interiores, con una derrama económica estimada en más de dos mil millones de usd anuales (Conapesca, 2016b, c; oiapes, 2016; fonmar, 2023).

Respecto de las especies de agua de mar, destacan los picudos, entre los que se encuentran el marlín rayado (Kajikia audax Philippi, 1887), pez vela (Istiophorus platypterus Shaw, 1792), marlín azul (Makaira nigricans Lacepède, 1802) y marlín negro (Makaira indica Cuvier, 1832), pez espada (Xiphias gladius Linnaeus, 1758), (Klett et al., 1996; Ortega-García et al., 2003; Medina-Matos, 2004; Flores, 2010; Ibáñez, 2011; Conapesca, 2016b, c; Vega-Rodríguez y Ayala-Pérez, 2019).

Entre los túnidos, en el Pacifico y el Golfo de California se halla el atún aleta amarilla (Thunnus albacares Bonnaterre, 1788) y el atún aleta azul (Thunnus orientalis Temminck & Schlegel, 1844), como especies asociadas a esta pesquería se tienen al barrilete (Katsuwonus pelamis Linnaeus, 1758), al atún albacora (Thunnus alalunga Bonnaterre, 1788), el patudo (Thunnus obesus Lowe, 1839), y barrilete negro (Euthynnus lineatus Kishinouye, 1920) y bonita rallada o chora (Sarda orientalis Temminck & Schlegel, ) (Klett et al., 1996; Ortega-García et al., 2003; Medina-Matos, 2004; Flores, 2010; Ibáñez, 2011; dof, 2012; Conapesca, 2016b,c; sader, 2016; Sepescabc, 2018; Vega-Rodríguez y Ayala-Pérez, 2019).

Por el Atlántico, Golfo de México y el Caribe están los atunes aleta negra (Thunnus atlanticus Lesson, 1831), aleta azul del Atlántico (Thunnus thynnus Linnaeus, ), este es el más grande de todos, alcanzando pesos cercanos a los 400 kg siendo el más amenazado, ya que su carne es considerada una delicadeza, ojo grande (Thunnus obesus), barrilete (Euthynnus alletteratus ), barrilete blanco (Katsuwonus pelamis ), bonito atlántico (Sarda sarda ), más dos especies que son comunes para el Pacífico, aleta amarilla (T. albacares) y aletas largas (T. alalunga), (Klett et al., 1996; Ortega-García et al., 2003; Medina-Matos, 2004; Flores, 2010; Ibáñez, 2011; Conapesca, 2016b, c; sader, 2016; Vega-Rodríguez y Ayala-Pérez, 2019).

Dentro de los jureles y medregales que son peces pelágicos, demersales veloces y voraces que forman cardúmenes, que se alimentan principalmente de peces, camarones y otros invertebrados, seis especies sobresalen comercialmente, el jurel bonito (Caranx caballus Günther, 1868), jurel toro o jurel caninus (Caranx caninus Günther, 1867), piña bocona o cuchillo (Oligoplites altus Günther, 1868), chicharro ojón (Selar crumenophthalmus Bloch, 1793), medregal cola amarilla (Seriola lalandi Valenciennes, 1833), medregal limón (Seriola rivoliana Valenciennes, 1833) (Fisher et al., 1995a; Robertson y Allen, 2015; Sepescabc, 2018).

La principal característica de S. lalandi es que es pelágico y forma grandes cardúmenes en aguas abiertas, a profundidades de 50 a 300 m. circuntropical en aguas templadas y subtropicales; desde British Columbia, Canadá, hasta Chile. Tamaño máximo hasta por lo menos 2.5 m cm y 52 kg (Fisher et al., 1995a; Robertson y Allen, 2015).

S. rivoliana es demersal y pelágico, principalmente oceánico, se le localiza entre los 3 a 250 m. circuntropical, del Pacifico Oriental, con una distribución desde el sur de California al suroeste del Golfo de California a Perú, incluyendo las islas oceánicas. Tiene hábitos completamente oceánicos. Alcanza al menos 1.6 m; común de 60 cm; por lo menos 60 kg (Fisher et al., 1995a; Robertson y Allen, 2015).

C. caninus es una especie común de los esteros, se agrega en cardúmenes en hábitat muy variado, aguas costeras, salobres, y oceánicas, aunque suele descender a profundidades de hasta 100 m. Se localiza desde el Sur de California al Golfo de California a Perú y la Islas de Revillagigedo, las Galápagos, del Coco y Malpelo. Alcanza 1 m; 17.7 kg (Fisher et al., 1995a; Robertson y Allen, 2015).

S. crumenophthalmus pelágico, forma cardúmenes en aguas costeras o someras, aunque suele descender a profundidades de hasta 170 m, distribución mundial en mares tropicales y subtropicales; la parte central de Baja y el Golfo de California a Ecuador y las islas oceánicas. Crece hasta 30 cm (Fisher et al., 1995a; Robertson y Allen, 2015). O. altus pelágico costero, forma cardúmenes a lo largo de playas arenosas y en esteros con fondos de lodo, también en ambientes estuarinos a profundidades máximas de 30 m. Se localiza desde Baja California Sur y el Golfo de California a Chile. Crece hasta 47 cm; comúnmente hasta 30 cm (Fisher et al., 1995a; Robertson y Allen, 2015).

C. caballus especie común que forma cardúmenes sobre fondos blandos a profundidades máximas de 100 m. Se localiza desde el Sur de California a Chile, y todas las islas oceánicas; ocasionalmente registrado en abundancia en Hawaii, pero no establecido allá. Crece hasta por lo menos 70 cm (Fisher et al., 1995a; Robertson y Allen, 2015).

Las especies de pesca menor son principalmente el dorado (Coryphaena hippurus Linnaeus, 1758), peto o wahoo (Acanthocybium solandri Cuvier, 1832), pez gallo (Nematistius pectoralis Gill, 1862) y el sábalo (Megalops atlanticus Valenciennes, 1847), mientras que la especie que más se captura es el marlín rayado, ya que está presente en algunas zonas a lo largo de todo el ciclo anual (Ejem. Los Cabos), con una tasa promedio de captura de 0.6 organismos/viaje (Klett et al., 1996; Ortega-García et al., 2003; Medina-Matos, 2004; Flores, 2010; Ibáñez, 2011; Conapesca, 2016b, c; Vega-Rodríguez y Ayala-Pérez, 2019).

Por otra parte, en México la pesquería de pargos o huachinangos la compone principalmente 13 especies; 6 en el litoral del Golfo de México y 7 en el Pacífico. El huachinango por su volumen se encuentra en la posición 17 de la producción pesquera en México; sin embargo, por su valor, lo encontramos en el lugar 9. Los estados que más produjeron en el 2021 fueron por el Golfo de México, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán y por el Pacífico, Nayarit y Baja California Sur (Conapesca, 2021).

En las costas del Golfo de México se localizan el huachinango del Golfo o pargo colorado (Lutjanus campechanus Poey, 1860), los juveniles se distribuyen en fondos arenosos y fangosos, adultos en fondos rocosos, a una profundidad 10-190 m, adultos usualmente en 30-130 m de tamaño y hasta 22.8 kg de peso. Se distribuye desde Cabo Hateras, Estados Unidos, hasta las costas del Golfo de México, Las Bahamas y posiblemente a Brasil (Ponce-Palafox et al., 2005; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El guachinango aleta negra o pargo criollo (Lutjanus analis Cuvier in Cuvier y Valenciennes, 1828), el cual habita en fondos con arena y vegetación, manglares, alrededor de los bordes arrecifales. Su intervalo de distribución es desde 1 a más de 150 m de profundidad, alcanza 94 cm de tamaño y hasta 15 kg de peso. Se le localiza desde las costas de Massachusetts hasta Río de Janeiro, Brasil (Ponce-Palafox et al., 2005; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El huachinango aleta negra (Lutjanus buccanella Cuvier, 1828), habita en fondos rocosos y arenosos, cerca de los taludes. El intervalo de distribución es entre 15-273 m; juveniles usualmente 35-50 m; adultos por debajo de 60 m, alcanza 75 cm de tamaño y hasta 14 kg de peso. Se le localiza desde Carolina del Norte al ne de Brasil (Ponce-Palafox et al., 2005; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

La rabirubia o rubia (Ocyurus chrysurus Bloch, 1791), los adultos habitan en los arrecifes; juveniles sobre pastos marinos y algas. Su intervalo de distribución es de 0-180 m de profundidad, alcanza 86.3 cm de tamaño y hasta 4.1 kg de peso. Se distribuye desde Massachusetts hasta Brasil (Ponce-Palafox et al., 2005; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El pargo caucha (Lutjanus jocu Bloch y Schneider, 1801) habita en los arrecifes; juveniles en estuarios y ríos; ocasionalmente en agua dulce. Su intervalo de distribución es de 5-181 m de profundidad, alcanza 128 cm de tamaño y hasta 28.6 kg de peso. Se le localiza desde Nueva Inglaterra hasta el se de Brasil (Ponce-Palafox et al., 2005; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

Por último, la biajaiba o pargo guanapo (Lutjanus synagris Linnaeus, 1758), habita alrededor de los arrecifes y en fondos con vegetación; los juveniles en aguas someras. Su intervalo de distribución es de 1-400 m de profundidad, alcanza 71 cm de tamaño y hasta 3.7 kg de peso. Se le localiza desde Carolina del Norte, costas del Golfo de México hasta se de Brasil (Ponce-Palafox et al., 2005; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

En el Océano Pacífico están el “guachinango ojo amarillo” (Lutjanus viridis Valenciennes, 1846) habita formando cardúmenes grandes durante el día en arrecifes rocosos o de coral. Su intervalo de distribución es de 0 a 60 m de profundidad, alcanza 30 cm de tamaño, no existe referencia al peso. Se le localiza desde el sur de Baja California y la boca del Golfo de California a Ecuador y todas las islas oceánicas (Ponce-Palafox et al., 2005; Sepescabc, 2018; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El huachinango verdadero (Lutjanus peru Nichols & Murphy, 1922), habita generalmente en aguas abiertas en fondos rocosos y arenosos. Su intervalo de distribución es de 0 a 80 m de profundidad, alcanza 95 cm de tamaño; común de 50 cm, no existe referencia al peso. Se le localiza desde el sur de California a la parte central del golfo de California hasta el Perú, las Islas de Revillagigedo y Malpelo (Ponce-Palafox et al., 2005; Sepescabc, 2018; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El pargo raicero o pargo rayado (Lutjanus aratus Günther, 1864), los juveniles se encuentran en bahías costeras y en estuarios; los adultos habitan en aguas claras profundas y algunas veces forman cardúmenes grandes sobre fondos rocosos en aguas de mediana profundidad. Su intervalo de distribución es de 0 a 50 m de profundidad, alcanza 100 cm de tamaño; común de 50 cm, con 15 kg de peso. Se le localiza desde El sur de Baja California y el golfo de California central al norte de Perú, incluyendo Malpelo, las Galápagos y la Isla de Coco (Ponce-Palafox et al., 2005; Sepescabc, 2018; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El pargo amarillo o coyotillo (Lutjanus argentiventris Peters, 1869) habita fondos rocosos, generalmente cerca de algún refugio; los juveniles y los peces menores de 30 cm de tamaño son comunes en esteros; es un depredador nocturno de peces, camarones, cangrejos, y moluscos. Su intervalo de distribución es de 3 a 94 m de profundidad, alcanza 66 cm de tamaño; común de 50 cm, no existe referencia al peso. Se le localiza desde el sur de California al Golfo de California central a Perú, las Islas de Revillagigedo y Malpelo (Ponce-Palafox et al., 2005; Sepescabc, 2018; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El pargo colorado o listoncillo (Lutjanus colorado Jordan & Gilbert, 1882) habita en arrecifes coralinos fuera de la costa hasta al menos 50 m de profundidad; los juveniles con frecuencia se encuentran en aguas costeras, algunas veces en esteros de poca profundidad. Su intervalo de distribución es de 0 a 90 m de profundidad, alcanza 107 cm de tamaño, no existe referencia al peso. Se le localiza desde Sur de California al golfo de California a Perú; Isla del Coco y Malpelo (Ponce-Palafox et al., 2005; Sepescabc, 2018; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El pargo lunarejo (Lutjanus guttatus Steindachner, 1869) habita en aguas costeras en bahías de fondo de arena, también en aguas más profundas sobre fondos para pesca de arrastre. Su intervalo de distribución es de 0 a 120 m de profundidad, alcanza 80 cm de tamaño; común a los 40 cm, no existe referencia al peso. Se le localiza desde el norte de Baja California al golfo de California a Perú, Malpelo e Isla del Coco (Ponce-Palafox et al., 2005; Sepescabc, 2018; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

Finalmente, esta pargo prieto o colmillón (Lutjanus novemfasciatus Gill, 1862) habita en arrecifes rocosos, usualmente en o cerca de refugios durante el día; común en esteros; se alimentan principalmente de crustáceos y de otros peces durante la noche; el ámbito de distribución es entre los 4-35m; los adultos pueden penetrar aguas arriba en ríos tan lejos como unos 20 Km. Su intervalo de distribución es de 2 a 60 m de profundidad, alcanza 170 cm de tamaño; con un peso de 45 kg. Se le localiza desde el sur de California al golfo de California y a Perú, Galápagos, Coco y Malpelo (Ponce-Palafox et al., 2005; Sepescabc, 2018; Conabio, 2023; Robertson et al., 2023).

El huachinango es una especie de gran aceptación en el mercado internacional por lo blanco de su carne y por su sabor; es más apreciado el del Atlántico, por su calidad y alcanza mejores cotizaciones. La pesquería de los pargos es un deporte popular, su carne es comestible de alta calidad y componen un grupo grande de la pesca deportiva y comercial. Los estudios desarrollados por los biólogos mexicanos hacen pensar que, sobre todo en el Pacífico, existen mayores cantidades de estos peces, por lo que se ha intensificado su captura desarrollando campañas para lograr que tenga aceptación dentro del mercado nacional, ya que el consumidor está más acostumbrado al del Golfo por lo blanco de su carne; sin embargo, aunque la carne de los huachinangos del Pacifico es un poco morena, también es abundante, de buen sabor y excelente calidad (Ponce-Palafox et al., 2005).

En el estado de Baja California, la pesca comercial de huachinango y pargos ocupa un lugar de poca relevancia en términos de volumen desembarcado (≈1.6 Tn), aunque se integran en las especies de interés en la pesca deportiva. Por el golfo de California la pesca del pargos se captura tanto por embarcaciones menores, como por barcos de mediano calado. Los principales artes de pesca son línea de mano o cuerda utilizada para las especies de menor tamaño, el palangre escamero (cimbra) y red agallera de fondo con luz de malla de 8.25 cm, caída de 50 mallas (≈7 m) y una longitud media de 500 m. Las estadísticas de capturas en las costas de Baja California, indica que el 94.6 y 5.4% de las capturas se registraron en las costas del golfo de California y Pacífico, respectivamente. Esto se puede atribuir a que en Baja California el recurso puede verse asociado principalmente a la poca disponibilidad, dado que un porcentaje elevado de las costas del estado se inserta en la zona subtropical y templada (Rosman, 1980; Robertson y Allen, 2015; Robertson et al., 2023; Sepescabc, 2018).

Otra actividad emergente muy lucrativa es la pesca deportiva en las zonas costeras, la cual creció a nivel nacional de manera significativa actualmente hay torneos definidos durante todo el año en diferentes estados como Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Jalisco, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Veracruz, etc. (https://www.facebook.com/groups/1576485932650372).

Por otra parte, no se puede dejar de lado la pesca fluvial deportiva en aguas interiores, como ríos, estanques, embalses y lagos; donde las principales especies son la lobina (Micropterus salmoides Lacepède, ), Trucha (Oncorhynchus mykiss Walbaum 1792), Carpa común (Cyprinus carpio ), mojarra (Cichlasoma urophthalma Günther, 1862), bagre (Ictalurus furcatus ), tilapia azul (Oreochromis aureus ) y pez tigre entre otras, la que se practica en diferentes estados como Chiapas, Ciudad de México, Hidalgo, Nuevo León, Querétaro, Tamaulipas, etc. ).

En las últimas dos décadas, se han desarrollado nuevas técnicas de pesca recreativa, siendo la principal y más reconocida, la de captura y liberación (catch and release), que disminuye la mortalidad por pesca, favoreciendo las condiciones de sobrevivencia como lo indica la nom-017-pesc-1994 en el numeral 4.9.5 (dof, 1995). Estas acciones van de la mano con el modelo de economía azul, que busca reactivar las regiones que cuentan con recursos marinos y costeros a través de actividades productivas sostenibles, que favorecen la conservación de los recursos marinos (Ivanova et al., 2017).

Industrialización (transformación) de recursos pesqueros y acuícolas

Las oportunidades de producción y comercio que tiene México, de especies que se obtienen de la pesca industrial e deportiva, es notable. Como ejemplo, el atún, actualmente ocupa el sexto lugar a nivel mundial, con más de 162 000 toneladas (Sagarpa), presentando una Tasa Media de Crecimiento Anual (tmca) de 0.88%, con una tendencia de la producción nacional al alza. Después del embargo atunero y la caída de sus precios, se incursionó en el mercado interno con respuesta muy satisfactoria, a raíz de ello, el país figura entre los principales consumidores de atún a nivel mundial (Leo Lozano, 2002; Conapesca, 2008a; cna, 2012; Téllez Castañeda, 2017).

La exportación tiene un comportamiento muy variable debido al establecimiento de los embargos, y depende en gran medida de la oferta interna y la demanda a nivel mundial, que presenta caídas drásticas en los precios por tonelada. Pese a ello, es necesario incursionar en los productos procesados, en su diversificación de productos y presentaciones, ya que esto puede impulsar la apertura en el comercio internacional para el atún mexicano (Conapesca, 2008a; Pérez Souza, 2023).

Por otro lado, está la captura; esto tiene una relación directa con el tamaño, características y mercado al que va dirigido el producto. La captura por palangre se dirige a mercados de crudo para la preparación de sushi y sashimi; la de vara, al mercado de atún fresco o enlatado y la de red de cerco, al enlatado (Rodríguez-Pérez, 2017).

En México se vende principalmente bajo la presentación de enlatado, y en menor proporción en lomos o medallones frescos o congelados. Para el mercado exterior se procesa el atún aleta amarilla en diversas presentaciones, croquetas, ahumados, medallones, empanadas (al natural y al chipotle), enlatado (aceite y agua) y en ensalada. Estos productos se comercializan en España, Italia, Portugal, Francia, Japón, China, Hong Kong, Egipto, Holanda, Suiza, Alemania, India, Corea, Canadá, Estados Unidos y Brasil (Conapesca, 2008a).

El atún aleta azul se engorda en los ranchos atuneros de B. C., que se asocia en principio a los volúmenes de producción pesquera, tienen un mercado muy exigente, por lo que se aplican procedimientos controlados desde la matanza. Se comercializa fresco (mayor precio de venta), teniendo como destino casi exclusivamente el mercado japonés, donde se consume crudo (sashimi o sushi) (dof, 2012c; Inapesca, 2012 Sepescabc, 2018).

Respecto al barrilete y bonito, la pesquería se destina al mercado interno de consumo durante cuaresma en mercados locales. El barrilete negro, se destinan para consumo fresco en mercados locales y tiene amplia demanda en la pesquería de tiburón para uso como carnada, y es de empleo común como carnada en las trampas de langosta y en palangres escameros. El barrilete blanco se comercializa en fresco, congelado y enlatado. El bonito, se comercializa fresco, ya sea en tronchos sin cabeza o bien en medallones con piel. (Inapesca, 2006; dof, 2012c; Sepescabc, 2018).

Debido a que las grandes fluctuaciones que presentan los volúmenes de captura de las especies, no se tienen referencias concretas en torno a los canales de comercialización de bonitos y barriletes capturados por la flota de altura. Tratándose de la pesca ribereña, la comercialización del producto sigue el patrón general de la mayoría de las especies de escama, se comercializa fresco enhielado, en establecimientos de pescados y mariscos (Sepescabc, 2018).

Los jureles y medregales, se abastecen por el esfuerzo ribereño a través de un gran número de pequeños intermediarios que adquieren los productos a pie de playa, trasladándose después a los mercados regionales y centros urbanos más importantes, en donde los venden en forma directa a los usuarios o locatarios de centros de abasto. Si bien este recurso está destinado principalmente al mercado nacional, se sabe que existe una parte de la producción que se exporta. Dado que no se cuenta con infraestructura básica para el acopio del producto en los sitios de desembarco, la presentación de los jureles y medregales para su venta el mercado interno es entero enhielado fresco, salado o seco. En los mercados internacionales el jurel se comercializa congelado (Conapesca, 2008a; cna, 2012; Sepescabc, 2018).

Por otro lado, el huachinango y el pargos se consumen frescos y congelados, ya sea enteros, rebanados o fileteados; su piel se aprovecha para curtirla y fabricar guantes para jugar golf. Los principales países que los capturan son México, Estados Unidos, Cuba, Brasil, Colombia, Perú, República Dominicana, Bahamas y Barbados. La exportación del pescado entero o en filete alcanzó prestigio a escala internacional, siendo el principal mercado Estados Unidos, aunque hay comercio con algunos países de Europa. El huachinango del Pacifico (L. peru), cuenta con una gran demanda en los mercados de Estados Unidos y Sudamérica; y satisface la demanda de mercados nacionales, regionales y locales, siendo una especie muy apreciada por el consumidor. Mientras que en las costas del golfo de México el más comercializado es el “huachinango del Golfo” o “pargo colorado” (L. campechanus) (Ponce-Palafox et al., 2005).

En este sentido, las cadenas de valor (ver páginas 10, 16), en particular las plantas receptoras y/o procesadoras o comercializadoras juegan un papel muy importante en la actividad comercial (Díaz-Batista y Pérez-Armayor, 2012), ya que constituyen eslabones conformados por entidades económicas (López-Torres y Moreno-Moreno, 2022; Ramírez Quijano y Peña Suárez, 2017). En las costas de México, algunas de estas plantas solo realizan procesos de tipo artesanal, no existe un proceso industrial para este recurso, se tienen centros receptores que cuentan principalmente con cámaras de enhielado, distribuidos en las diversas localidades a lo largo de toda la costa; mientras que en otros lugares existen congeladoras con una capacidad instalada promedio de 40 t/h (Semarnap, 2000). Finalmente, lo importante a considerar es que las plantas busquen su certificación por la Norma Oficial Mexicana nom-128-ssa1-1994 (dof, 1996), para el aseguramiento de la calidad de los productos de la pesca y acuicultura, que es lo que les permitirá exportar productos a EU, Europa y Asia.

Lo anterior es una evidencia más de que el desarrollo de las tecnologías de conservación, así como las estrategias para el adecuado manejo pesquero, elaboración de productos con valor agregado a partir de estas especies, estudios de mercado de los productos y subproductos y la liberación del comercio contribuyen a la globalización del mercado del pescado de origen marino, tanto en términos de especies como de productos.

Finalmente, hay una realidad con relación a la pesca industrial; para que ésta destaque a nivel nacional es necesario que exista una verdadera transformación, hay que contar con la infraestructura portuaria ideal que consiste en verdaderas obras y servicios que las flotas pesqueras requieren para las maniobras de avituallamiento, vía la pesca, arribos, descarga y realización de los trabajos de reparación y mantenimiento a flote. Asimismo, son necesarias las áreas terrestres urbanizadas que requieren los astilleros y varaderos para realizar las reparaciones mayores de los barcos, y la infraestructura portuaria asociada a las plantas industriales que reciben y procesan los productos de la pesca, sin esta infraestructura será muy complicado el despegue de la pesca industrial.

En este sentido, la infraestructura portuaria pesquera nacional continúa con rezagos significativos, especialmente en lo que se refiere a apoyos técnicos para la flota pesquera menor, así como falta de capacidad para la conservación, manejo de la captura y procesamiento industrial. En lo general, y salvo las que cuentan con Administración Portuaria Integral (api), las instalaciones carecen de servicios adecuados provocados por la falta de atención a los aspectos de conservación y mantenimiento, rehabilitación y, eventualmente, reposición de instalaciones, equipos y maquinaria (Lluch-Cota et al., 2006; Fonatur, 2018).

Respecto a la pesca deportiva en aguas interiores, la contribución económica y/o de negocios, son de gran importancia para el país producto de las embarcaciones que vienen a participar en muchos de estos torneos y que hoy caen en la categoría de internacionales relacionados con este deporte. El negocio se centra en la trasportación al sitio, el alojamiento, número de noches promedio de los deportistas pescadores que asisten a estos eventos (cinco en promedio por torneo); donde cubren tarifas altas por concepto de inscripción, guías, restaurantes, equipamiento de pesca, cebos, gastos de la tripulación con la que viajan, construcción de embarcaciones, vigilancia y cuidados especiales que le dan a la embarcación (sectur, 2001).

Otro factor que resulta de gran relevancia en las actividades económicas es que muchos turistas se hacen dueños de casas y villas en las zonas donde se realiza la actividad e incluso algunos dejan sus embarcaciones en marinas turísticas nacionales o bahías de refugio para venir una o dos veces al año, lo cual genera adicionalmente empleos indirectos (sectur, 2001), y en algunos casos las piscifactorías, cuando los peces cultivados se usan repoblar lagos y ríos con la finalidad de habilitarlos para los fines de esta pesca (Lanzarote Aquarium, 2023).

Innovaciones, propuestas de valor y perspectivas

Los empleos directos que se generan gracias a la pesca deportiva recreativa en litorales y en aguas interiores se dirigen a los patrones de la embarcación, dos tripulantes; proveedor de insumos; estibadores; fotógrafo de captura; taxidermista; promotor de venta de viajes de pesca; servicios de varadero y seguridad (sectur, 2001).

Sin embargo, hay muchos otros empleos generados de la pesca deportiva, entre ellos están el mercado promocional e informativo de la pesca deportiva-recreativa. También están todos lo relacionados con el ramo de la consultoría, promoción del comercio y comercialización, mantenimiento y reparación, Comités Sistemas Producto (csp), cadenas de suministros, el turismo por la globalización, el comercio internacional, acuerdos comerciales regionales, aspectos considerados anteriormente (ver págs. 10, 11, 16 y 17). Así mismo las importaciones de materias primas, así como los servicios adicionales que implica turismo: hoteles, transporte, vías de comunicación, servicios que ofrecen las comunidades, comercialización de productos turísticos para pesca deportivo, así como otros productos característicos de las comunidades locales, etc. (sectur, 2001), actividades económicas que pueden detonar en cualquier región que promocione este tipo de actividades.

Al hablar de la industrialización de los recursos pesqueros (pesca industrial), existe un abanico de oportunidades en aquanegocios tanto en la comercialización de túnidos, jureles, huachinango, así como de peces en general. Más del 80% de las especies capturadas se comercializan sólo como materia prima o congelado y no se le da verdadera prioridad de un valor agregado en el desarrollo de nuevos productos y presentaciones. Definitivamente la actividad pesquera industrial tiene un valor económico, social y alimentario. La pesca es parte de una cadena productiva donde se generan empleos directos e indirectos, divisas, materia prima para otras industrias y es parte de la seguridad alimentaria (Inapesca, 2006).

Respecto a las cadenas de valor y de abastecimiento de pescados y mariscos son muy tradicionales, no tienen nuevos modos de comercializar los productos, tal como sí hacen en algunos países de primer mundo. Ejemplo, exhibidores automáticos de alimentos de atún con recetas personalizadas en industrias maquiladoras, comidas en escuelas con productos atractivos a los estudiantes y con altos niveles de proteína, mezclas con verduras y vegetales, elaboración de salchichas de atún o mezclas mixtas de atún con otros embutidos, etc. (García et al., 2005).

No se deben descartar los nuevos desarrollos o innovaciones con un toque más científico, y que son productos emergentes. Dentro de éstos destacan los cultivos de células de peces, a base de biorreactores, también conocidos como cultivadores, en los que a las células se les proporciona todo lo necesario para crecer, incluyendo nutrientes, aminoácidos, ácidos grasos y vitaminas. El producto resultante tiene como objetivo replicar tejidos con las mismas cualidades organolépticas y valor nutricional del pez convencional. Empresas emergentes como BlueNalu y Finless Foods, están enfocadas en estos nuevos desarrollos con base en el atún. Se espera que estos cultivos tengan impacto positivo en los ecosistemas y su medio ambiente, al disminuir significativamente el esfuerzo pesquero de captura (Proveg International, 2022).

Otra innovación, el envasado en atmósfera modificada o “Modified Atmosphere Packaging” (map), técnica que previene el desperdicio de alimento. El sistema implica un cambio en la atmósfera gaseosa que rodea un alimento dentro de un envase. De esta forma se emplean materiales y formatos de envasado con un nivel apropiado de gas. Lo anterior conlleva mantener la atmósfera modificada a un nivel aceptable para la preservación del alimento. Este es un sistema económico y conveniente, que tiene la capacidad de conservar alimentos con las mismas propiedades originales y su uso correcto, extiende la vida útil de los mismos. map es una tecnología probada para satisfacer la demanda del consumidor que busca alimentos más naturales y frescos. Este método es ventajoso sobre el uso de otros de conservación química (García, 2023).

Por otra parte, es recomendable explorar las cadenas de restaurantes que ofrezcan cortes de atún (u otros peces), para usos culinarios (similar a los cortes de reces), al ofertar las diferentes partes del atún (como las reses) y así multiplicar las formas de su preparación y presentación de cortes. Ejemplos: “punta de lomo”, “parpatana”, “ossobuco”, “morrillo”, “paladar”, ‘oreja”, “carrillera”, “tripa”, “ojo”, “corazón”, etc., lo cual incrementa la ganancia en la venta del producto (Revista Cocina Profesional, 2023).

Y no olvidar el gran “desperdicio” de productos pesqueros y acuícolas, el cual se “plantea como un problema ambiental y económico”. Según la onu para la Alimentación y la Agricultura (2020b), la producción de la pesca fue de 90 millones de toneladas (51%), mientras que en la acuicultura registró una producción de 88 millones de toneladas (49%) (fao, 2022). Sin embargo, el volumen que representan los residuos orgánicos de estas actividades en promedio fue de un 70% (Olsen et al., 2014). Estos residuos incluyen vísceras, esqueleto (espinas), piel, aletas, caparazón, entre otros. Este es otro campo en el cual los residuos no comestibles de la pesca pueden ser aprovechados, darles valor agregado y emplearlos como subproductos en la industria alimentaria, farmacéutica, cosmética, agrícola y combustible y generar patentes, como las que ya están en proceso actualmente (diditt, 2018; Vigilancia Tecnológica e inteligencia Competitiva (vitic), 2018).

Lo anterior evidencia que una visión de una economía circular, con un enfoque sostenible en la producción acuícola y pesquera, debe saber aprovecharse mediante proceso de transformación, en productos de mayor valor al del recibido por la propia pesca y la acuicultura, como el aceite y harinas dos productos con fácil comercialización y con alta rentabilidad económica (Karim y Bhat, 2009; Conapesca, 2021).

Por otra parte, están nuevos productos en el mercado del sector alimentario, como enzimas, gelatina de pescado en la microencapsulación de vitaminas, aditivos farmacéuticos y colorantes, (Karim y Bhat, 2009). Uso de compuestos muy específicos como el fosfato cálcico denominado hidroxiapatita, que se extrae de escamas o hueso de pescado para uso potencial en odontología, como armazón óseo, material regenerativo, o en su forma de pasta dental para la remineralización de los dientes deteriorados por la pérdida de esmalte (Pon-On, 2016 et al., 2016; diditt, 2018; vitic, 2018).

También están los ensilados biológicos, generados a partir de residuos de pescado resultantes del fileteado, o peces capturados junto con la pesca comercial, pero no propios para el consumo (Padilla, 1996). Se ha probado su uso en dietas de cerdos (Kjos et al., 1999), pollos broiler (Kjos et al., 2000), gallinas ponedoras (Kjos et al., 2001) y codorniz (Ramírez-Ramírez et al., 2013), siendo una buena alternativa para la utilización de los desechos de pescado como componente de piensos destinados a la mejora de la producción animal (diditt, 2018; vitic, 2018).

También, se pueden elaborar fertilizantes para la agricultura, a partir del compostaje de residuos de pescado en combinación con otros productos marinos como las algas (Liao et al., 1995; Liao et al., 1997; López-Mosquera et al., 2011; Illera-Vives et al., 2015; diditt, 2018; vitic, 2018), obteniéndose un producto estable de carácter ecológico por su origen natural (López-Mosquera et al., 2011; diditt, 2018; vitic, 2018).

Además, existe un gran potencial de los residuos de pescado parala obtención de biodiesel como combustible para el transporte o como fuente de energía. Varias tecnologías están disponibles para su elaboración, la transesterificación, amidación con dietilamina, pirólisis a través de la catálisis, y la transesterificación en metanol supercrítico (Lin y Li, 2009). Al respecto, se ha producido biodiesel o biogás a partir de la transesterificación con metanol (CH3OH) y catalización por hidróxido de sodio (NaOH) del aceite reciclado de residuo de anchoveta, encontrándose que los residuos, también pueden emplearse en la producción de biogás para uso como combustible (Behçet, 2014). El biogás se deriva del aceite o de los residuos de pescado y se produce típicamente por digestión anaeróbica (El-Mashad y Zhang, 2007). Jayasinghe y Hawbold (2012), presentan un interesante flujo de proceso para la producción de aceite utilizado en las plantas de harina de pescado y lo describen en la figura 9 de ese artículo. Estos nuevos desarrollos abren la oportunidad la generación de patentes dirigidas al empleo de residuos de pescado en el sector alimentario, en el cual China (28) y USA (20) son los que tienen más registros, México solo tiene un (diditt, 2018; vitic, 2018).

Establecer prioridades y avanzar con la innovación para reducir esa “pérdida y desperdicio” de alimentos, se restauran y reconstruyen los sistemas alimentarios con capacidad de resiliencia; rompiendo los paradigmas de: no hay solución a la pérdida y desperdicio. Con este nuevo enfoque, se introduce el verdadero cambio hacia una economía sostenible, cambio transformador en el que es necesario y fundamental incorporar tecnologías, soluciones innovadoras, pero sobre todo es necesaria la educación en el sector, con programas de difusión, en los cuales se evidencie que la pérdida de alimentos inicia desde la explotación del recurso pesquero o acuícola, desde su venta al menudeo, incluyendo servicios alimentarios y los hogares. Haciendo énfasis en que las causas pueden abarcar manipulación deficiente, transporte, almacenamientos inadecuados, falta de capacidad de la cadena de frío, condiciones atmosféricas extremas, hasta las normas sobre cuestiones estéticas, falta de planificación y habilidades culinarias entre los consumidores, etc. (fao, 2020b).

Especies de peces de agua de mar en cultivo (atún, jurel, salmón, etc.)

La acuicultura es una actividad que hace posible la producción de peces, moluscos, algas y crustáceos en una gran diversidad de ambientes acuáticos controlados. Es una actividad económica con un alto potencial para generar trabajo de bajo impacto en el ambiente y divisas para el país o la región donde se realiza (Campbell and Pauly, 2013; fao, 2012; 2016b; 2020b; 2022).

Desde el punto de vista gubernamental, dos aspectos dominan el contexto mundial de la acuicultura de mar: la preocupación y responsabilidad por la sostenibilidad en el crecimiento de la industria y la necesidad de lograr la tasa necesaria para cumplir con los requerimientos de producción en función del rol que se espera de ella: producir alimento (fao, 2020a). Sobre todo, considerando la pobre asistencia a una reconversión del sector pesquero, debido al retraso tecnológico de éste e incremento del esfuerzo pesquero, lo cual ha llevado al colapso de algunas pesquerías, sin poder responder a las exigencias de producción de alimento que debe de abastecer a una población en continuo crecimiento (Miranda, 2021; García-Peña Valenzuela, 2022).

Existe mucha experiencia en acuicultura, según la fao en 2020a, la contribución de la acuicultura a la producción mundial de animales acuáticos alcanzó un récord de 49.2% y aunque esta se desplomó 4.4% en el 2022, es atribuida a una reducción de producción en China, por las repercusiones de la pandemia del COVID-19 en 2020. En México esta se ha desarrolló principalmente alrededor del cultivo de camarón y el ostión. Sin embargo, hasta el día de hoy, casi no existen instalaciones empresariales, gubernamentales o de la enseñanza superior disponibles para la producción masiva de peces marinos (Campbell and Pauly, 2013; fao, 2012, 2020a; 2022; siap, 2022).

Con este objetivo, la industria de la engorda de peces marinos de gran valor comercial, estableció dos upa’s en el año 2002, denominados ranchos de maricultura, en el noroeste de México, con énfasis en el cultivo (engorda) de atún aleta azul (T. orientalis) y jurel (S. lalandi) (fao, 2013; dof, 2013; Inapesca, 2018). Su producción logró exportarse a mercados lucrativos como el japonés, donde el producto consiguió diferenciarse en base a su calidad. Esta actividad se realizó en sistemas de jaulas, y se denomina “Acuicultura Basada en Capturas” (abca), la cual consiste en colectar juveniles del medio natural y hacerlos crecer hasta una talla comercial en jaulas marinas (fao, 2003; 2008; 2013). Las colectas de los organismos se realizan con plataformas flotantes hechas de hojas secas de palma o material sintético (Avilés-Quevedo y Castelló-Orvay, 2004). y otras con barcos cerqueros, utilizándolos además para capturar sardina o macarela, alimento para los organismos en confinamiento (Ranchos Oceánicos, S. A. de C. V., 2006; López-Alvarado y Ruiz, 2015).

A pesar de tener un buen mercado internacional para la venta de atún y jurel de engorda, la permanencia de las upa’s ha sido muy inestable, dos iniciaron en el 2002, posteriormente se incrementaron a nueve (2005) y sólo había en operación seis en el 2010. Quizá la necesidad de una creciente demanda de la industria (especialmente el sector social) por nuevas biotecnologías de cultivo, genere incertidumbre, o depender sólo de actividades de fomento y/o de engorda, pudiera ser costoso para la iniciativa privada (Ranchos Oceánicos, S. A. de C. V., 2006; Inapesca, 2018; inegi, 2021).

O la falta de disponibilidad de semilla de peces comercialmente importantes, ya que esto hace que los cultivos dependen de la colecta de juveniles del medio natural y en algunos casos no siempre hay reclutas en el medio natural (fao, 2013). Sin embargo, en Japón el cultivo de algunas de estas especies constituye las empresas de acuacultura más exitosa, superando en mucho la producción acuícola de otras especies y de la misma pesquería de las poblaciones naturales debido a sus desarrollos tecnológicos (ejemplo el jurel S. lalandi). Y aunque no siempre los modelos de producción que tanto éxito tienen en los países orientales y europeos pueden transferirse directamente a otras áreas del mundo ya que, en algunos casos, es necesario realizar cierta investigación regional para adaptarlos y aplicarlos. Pero se tienen muchas y variadas razones por las que es necesario incursionar en esta dirección, entre las más significativas está el gran número de sitios costeros apropiado con condiciones climáticas adecuadas, presencia de especies de gran valor comercial en el mercado nacional e internacional (pocas estudiadas, algunas en estudio y otras sin información), y varias endémicas en las que se puede aplicar estas tecnologías principalmente de Asia y Europa (Avilés-Quevedo y Castelló-Orvay, 2004).

En este sentido, Japón desarrolló técnicas de reproducción en más de 60 especies de peces de importancia comercial (Nakada, 2000), destacan el lenguado (Paralichthys olivaceus Temminck & Schlegel, 1846) y jurel (Seriola quinqueradiata Temminck & Schlegel, 1843). En el Mediterráneo se cultiva el robalo (Dicentrarchus labrax Linnaeus, 1758) (Avilés-Quevedo y Castello-Orvay, 2004), por mencionar algunos. Estos paquetes biotecnológicos acuícolas podrían incorporarse a las especies del país, aplicando cierta reingeniería a las especies endémicas o locales, para avanzar más rápido en el cultivo de peces marinos en las costas e México, y así la acuicultura contribuya de una manera más significativa a la seguridad alimentaria (fao, 2020a).

Por ello, es prioritario definir esa diversificación de especies y reconversión productiva como dos pilares de la política acuícola Nacional Mexicana, para lo cual es importante tener, aplicar o desarrollar esas nuevas biotecnologías, en base a las prioridades del sector o las políticas nacionales (Conapesca, 2005).

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde, 2006), reporta un grupo de instituciones y esfuerzos en México, que buscan generar nuevas biotecnologías de cultivo con diferentes especies, principalmente para la maricultura. Si bien los avances actuales son diversos y hacen esperar éxitos futuros, es importante recordar que, para ofrecer opciones reales a la industria comercial del país, no son suficientes permisos de fomento, engorda y avances experimentales; es necesario alcanzar, al menos, un nivel piloto comercial y ofrecer paquetes de transferencia tecnológica que permitan la factibilidad económica del cultivo a diferentes escalas de inversión y tipos de inversionistas (privados o sociales).

Un ejemplo especifico, el cultivo de aleta azul que inició en México en 1994. Después de más de 30 años, Inapesca reporta que “esta actividad se encuentra a nivel de dominio de biotecnología: parcial (sólo engorda)” (Inapesca, 2018). Esto evidencia que los desarrollos de los procesos de generación de nuevas biotecnologías son lentos o se postergan, lo que impacta en la acuicultura marina, por lo cual la industria de la producción de engorda se vuelve inestable en su producción (Sagarpa, 2012a; Inapesca, 2018; Conapesca, 2021). Respecto a especies emergentes, existe al menos una docena robalos en las costas mexicanas. Están los del Pacífico, blancos o plateados (Centropomus viridis Lockington, 1877); y el negro o redondo (Centropomus nigrescens Günther, 1864). Los del atlántico blanco o común (Centropomus undecimalis Bloch, 1972) y prieto (Centropomus poeyi Chávez, 1961), que se consideran especies con vocación altamente acuícola (Muhlia Melo, 1994; Martínez Moreno, 2021). Sin embargo, la producción de robalo (Centropomus spp) en México tiene casi por único origen la pesca ribereña. El cultivo virtualmente inexistente, y si se ha hecho es sólo en engorda con jaulas con un 60% de supervivencia (Inapesca, 2020; Martínez Moreno, 2021), pero al igual que con otros recursos, un desarrollo tecnológico aplicable como tal, no existe o es incipiente.

Lo mismo ocurre con el huachinango del Pacífico (L. peru), donde la biotecnología está “completa en la fase de engorda”, e incompleta o parcial en otras áreas del desarrollo biotecnológico (Inapesca, 2013a). El pargo lunarejo (L. guttatus) con una distribución geográfica en el Pacífico oriental tropical y subtropical, que se extiende desde la costa suroccidental de Baja California Sur y golfo de California, México, hasta Perú (Inapesca, 2013b).

Hay otras especies como la cabrilla sardinera (Mycteroperca rosácea Streets, 1877), de la costa del noroeste de México, especie de serránido que por su alto valor comercial y por las implicaciones ecológicas positivas que tendría su cultivo, por su endemismo en las costa del noroeste de México, pero sobre todo por estar clasificada como una especie vulnerable (A2ad+ 4ad) dentro de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (uicn) debería presentársele atención (Díaz–Uribe et al., 2001; Craig y Sadovy, 2008; Estrada-Godínez et al., 2011).

La salmonicultura, otra actividad emergente con tecnologías ya desarrollada para su cultivo, es una de las actividades más lucrativas de la acuicultura mundial. Creció en décadas reciente, por tener un amplio abanico de oportunidades para realizarla por el sector piscícola: con un desarrollo tecnológico bien establecido para su cultivo, excelentes propiedades nutricionales, sostenibilidad ambiental, usa pocos recursos para su producción y un mercado creciente mundial (Martínez, 2003; Cuéllar Sáenz, 2022).

Según un informe de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A. G., en 2007, la producción mundial de salmón (tanto silvestre como cultivado) alcanzó los 285 millones de toneladas round, de los cuales 1.82 millones correspondieron al salmón cultivado (Quiroz y Consultores Asociados, 2008). Los mayores productores de salmón cultivado, según el mismo informe, fue Noruega con un 43.3% de la producción, y Chile con un 36%, seguidos a distancia por Reino Unido con 6% y Canadá con 5% (Cuéllar Sáenz, 2022).

Los salmones suelen habitar la mayoría de los océanos y mares del mundo y algunas se caracterizan por ser anádromos, otras sólo viven en aguas dulce permaneciendo en determinados ríos o lagos. Existen principalmente dos tipos sobre los que la lucrativa acuicultura mundial ha puesto su enfoque, el del Atlántico (Salmo salar Linnaeus, 1758) y el coho del Pacífico (Oncorhynchus kisutch Walbaum, 1792) (Froese y Pauly, 2023).

Aunque en México no se cultiva el salmón, la distribución del salmón coho o del Pacífico (O. kisutch), se reporta desde el sur de Alaska hasta Bahía de Camalú en Baja California (Froese y Pauly, 2023). Esto abre la posibilidad de que la producción de salmón del Pacífico mexicano, pudiera iniciar con engorda y usar tecnologías similares a las utilizadas en atunes o jureles en la zona, quizás introduciendo solo alevines o juveniles, cuidando el impacto sobre el medio ambiente con medidas sanitarias estandarizadas (Secretaría de Pesca y Acuicultura de Baja California Sepescabc, 2015; senapesca, 2018), o tratando de transferir la tecnología ya desarrollada en las costas de Chile a las costas mexicanas (Miranda Stevenson, 2005). Lo anterior, sin usar alguna especie exótica, sólo adaptando tecnología de cultivo a las condiciones oceanográficas locales, de una especie que existe en la zona costera de Baja California, como una primera etapa.

La acuicultura del salmón es muy rentable, pero es necesario tomar las precauciones pertinentes, ya que cualquier cultivo puede generar alteración en el medio ambiente, por desechos de alimentos/heces, por tratamientos intrínsecos del propio cultivo o profilácticos (fármacos, antibióticos y hormonas.), etc. (Urbano, 2019; Soto et al., 2006; Arismendi et al., 2014; Habit et al., 2015; Senapesca, 2018).

La salmonicultura en México es una interesante línea de negocios relacionada no sólo con tecnología de la engorda, sino con la consolidación de un mercado del salmón mexicano. Su venta tradicional se realiza entero, filetes, o dándole valor agregado de acuerdo con la gastronomía mexicana, desarrollando y aplicando tecnológicas que le den mayor tiempo de anaquel, al utilizar técnicas sugeridas en otras secciones de este capítulo (ver map, pág. 23). Tener un mercado interno como el atún en lata, pudiera contribuir a bajar la desnutrición y el sobrepeso en la población infantil, problema que afectan a 1 de cada 3 niños de 6 a 11 años en México (Unicef, 2019). Lo anterior ya que la carne de los salmónidos está catalogada como una de las más saludables, rica en proteína de alto valor biológico, con ácidos grasos monoinsaturados e insaturados, ácidos grasos omega 3, vitaminas del grupo B, D, E y minerales como fósforo, selenio, yodo y potasio (Valero Gaspar et al., 2018).

Adicionalmente, hay otra especie que pude ser de interés desde el punto de vista de la acuicultura marina, la trucha arcoíris (O. mykiss). La literatura indica que los países con potencial para expandir la pesca y su cultivo en aguas frías son Chile, Argentina, México, Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá (Brenner, 1994; Hernán Agüero, 2015).

Aunque la trucha ya se comercializa en México y se cultiva en agua dulce, por su volumen se encuentra posicionada en el lugar 33 de la producción pesquera mexicana. Sin embargo, por su valor está en el lugar 23 (Conapesca, 2021). Las especies consideradas en las estadísticas de producción de cultivo son: trucha arcoíris, trucha blanca, trucha cabeza de acero y trucha pinta, todas quizás variedades de la trucha arcoíris (O. mykiss). Las que se cultiva en 23 estados del país, algunos sólo en aguas interiores (Inapesca, 2018b; Conapesca, 2021).

Respecto a la biotecnología de cultivo y engorda está completa y estandarizada. Se realiza en sistemas de cultivo extensivo, intensivo y semi-intensivo y en artes de cultivo con estanques rústicos, estanques rectangulares de concreto, tanques circulares de concreto o de geomembrana y raceways o canales de corriente rápida. Sin embargo, se requiere abastecimiento de reproductores, mejoramiento genético y biotecnología aplicada para la producción de huevo todo el año (Inapesca, 2018b), lo que abre otra oportunidad de negocio para la industria de la trucha.

La trucha arcoíris (O. mykiss) representa un importante recurso económico y social en la zona central de México. Sin embargo, la industria trutícola enfrenta tres retos que potencialmente pueden afectar el cultivo de esta especie en los próximos años: 1) uso de dietas basadas en productos de pescado, 2) cultivo en sistemas abiertos y 3) cambio climático (fao; 2016a; Hernández-Hernández y Carrillo-Longoria, 2018), aspectos que se deben considerar en cualquier plan de negocio.

A pesar de que la trucha arcoíris no es un pez catádromo, es una especie dulceacuícola que ha demostrado gran tolerancia a la salinidad, por lo que se han evaluado diferentes métodos de transferencia a ambientes con diferentes concentraciones de salinidad (eurihalino), y su efecto en la fisiología de la especie. Esta capacidad para adaptarse al agua de mar permite aprovechar este potencial para diversificar su cultivo (Ontiveros Córdova, 2022), sobre todo en zonas áridas como el norte de México, usando la tecnología descrita por el Inapesca (2018b) para agua dulce. Sin descartar la posibilidad hacerlo directamente en el océano, usando jaulas marinas (fao, 2004; 2008; 2013), sobre todo que es una especie que no tiene que introducirse en la región marina o terrestre, ya que se distribuye de forma natural por el norte del océano Pacífico, desde el Japón pasando por el mar de Bering hasta península de Baja California, en México. Esta característica de distribución natural, la deja fuera del estigma que pone a nivel mundial como una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo dentro de los salmónidos (Lowe et al., 2000; lgvs, 2010; Wikipedia, 2023).

Respecto a desarrollos tecnológicos para el cultivo de especies marinas, sobresale la totoaba (Totoaba macdonaldi Gilbert, 1891). Organismo endémico del golfo de California y una de las especies más grandes de la familia Sciaenidae (Flanagan y Hendrickson, 1976). Su distribución original se considera desde la desembocadura del río Colorado hasta Bahía Concepción en la costa oeste del golfo, y hasta la boca del río Fuerte en el este. Sin embargo, actualmente se le supone restringida a la zona del Alto Golfo de California (Jordan y Evermann, 1896; cites, 2010).

Por su excesiva explotación comercial por pesca comercial, desde 1975 se encuentra en veda permanente y clasificada en la lista de Especie en Peligro de Extinción (esa), en la Norma Oficial Mexicana y en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (uicn) (esa, 1973; dof, 2018; 2019; Valenzuela-Quiñónez et al., 2011; Beléndez Moreno, 2017). Por su estatus, muchas actividades acuícolas académicas y comerciales han contrarrestado la amenaza de extinción de la totoaba en la naturaleza, a través de programas constructivos de mejora de las poblaciones (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), 2019).

Actualmente la tecnología de su incubación está desarrollada y existen tres criaderos geográficamente distribuidos en México (uabc en Ensenada, cremes en Bahía Kino y EOF en La Paz), que producen juveniles tanto para actividades de repoblamiento, como de acuicultura comercial (Cisneros Mata, 2020). Por otra parte, las investigaciones sobre la especie in situ, sugieren que se debe evaluar su estado como “especie amenazada”, ya que la evidencia indirecta tiende a mostrar que existen signos positivos de su recuperación en su medio natural (Valenzuela-Quiñonez et al., 2011; 2014; 2015; 2016), quizás favorecido por la protección y restricción de su pesquería y las medidas de liberar in situ repoblamiento (Conapesca, 2018; Conabio, 2021).

Los resultados actuales con relación al desarrollo tecnológico y productivo para el cultivo de totoaba, representan una oportunidad inminente para el desarrollo de una importante industria en el Mar de Cortés. Sobre todo, por ser una especie muy cotizada por su tamaño, llega a medir 2 m de largo y pesar más de 100 kg (Flanagan y Hendrickson, 1976). Su alta tasa de crecimiento y su aparente facilidad de adaptación al confinamiento en sistemas de jaulas y resistencia al manejo y manipulación, la hace un candidato natural al cultivo in situ. En este sentido, las empresas Acuario Oceánico, instalada en la Bahía de San Felipe y Earth Ocean Farms (eof), instalada en La Paz, Baja California Sur, lograron establecer una cadena productiva exitosa, y actualmente comercializan a nivel internacional (exportación), de carne de totoaba, con el consentimiento de organismos internacionales como “El Comité Permanente de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres” (cites, por sus siglas en inglés) (cites, 2022). Aprobado para la empresa eof el 10 de marzo del 2022 cites (cites, 2010; 2022). Este interesante ejercicio, evidencia el camino a seguir para homologar el marco legal mexicano al contexto internacional, lo que permite la autorizar la exportación de carne de totoaba de cultivo, y de otras especies endémicas mexicanas.

En conclusión, la maricultura de peces en las costas mexicanas sólo se ha orientado a buenas intenciones, con escasos éxitos o muy puntuales. Esta actividad se enfrenta a este desafío debido a la falta de inversión privada y políticas públicas que promuevan su desarrollo. Los procesos burocráticos para invertir en maricultura son complicados, largos y el gobierno federal aún no incorpora adecuadamente esta actividad en sus programas. Por ello, es necesario desarrollar estrategias integrales para abordar los desafíos claves de la maricultura en México como la producción de semillas, producción de alimentos nacionales, líneas genéticas y políticas públicas, etc. Pero también, se debe fortalecer la colaboración entre el sector académico y privado para promover el crecimiento sostenible de la producción a corto y mediano plazo antes de que muchas de nuestras pesquerías desaparezcan, entre ellas especies endémicas muy comunes en las costas de México (Martínez-Moreno, 2023; Conapesca, 2021).

Industrialización (transformación) de recursos pesqueros y acuícolas

La mayor de las técnicas de valor agregado que se aplican en las especies túnidos y jureles que se capturan en la pesca industrial, se pueden aplicar a los organismos marinos que se cultivan. Para conocer las técnicas ver sección pesca industrial (pp. 21 y 22). Respecto a la trucha arcoíris se vende entera fresca y/o eviscerada, entera salmonada, (cna, 2012; Sepescabc, 2015). El salmón se puede encontrar fresco eviscerado, en filete ahumado y envasado (cea, 2018). Mientras que la totoaba se enfoca en la cocina gourmet (Beléndez Moreno, 2017). Por otra parte, en el mercado internacional la totoaba tiene una gran demanda por su vejiga natatoria, conocida como buche, a la cual se le atribuyen propiedades medicinales y afrodisiacas (Shepard-Espinoza, 2007; fao, 2014; Profepa, 2019).

El abrir un nuevo mercado internacional a la exportación de totoaba de cultivo generaría varios beneficios: se potencia un recurso natural endémico del país y beneficia a la región de BC con las cadenas de valor y la derrama económica que generaría este producto, se apoya la conservación de la especie, ya que el cultivo de totoaba permite la trazabilidad (hay rastreo científico, mediante los cuales se identifica a los peces criados por medio de la acuicultura), y sobre todo, se da a conocer al mundo culinario las bondades nutricionales de este pez endémico del Golfo de California (dof, 2018; 2019). Pero también se abre la posibilidad de que más empresas dedicadas a la engorda de alevines de totoaba se integren acuicultura de fomento (Earth Ocean Farms, 2017).

Con el apoyo de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, conocidas por sus siglas uma’s (Semarnat, 2018), gestionadas en parte para la conservación de la biodiversidad, se han establecido medidas de trazabilidad para el comercio nacional de totoaba de cultivo, tanto para la carne como para otras partes y derivados del pescado, a excepción de la vejiga. La norma establece que para su comercialización deben tener códigos qr y etiquetas que registren sus movimientos a lo largo de la cadena de suministro, desde la unidades de manejo para la conservación de la vida silvestre (uma’s), hasta el punto de venta y las compañías dedicadas su cultivo, las que deben estar registradas como uma’s por el Ministerio de Medio Ambiente, de esta manera se cumpliría con la comercialización correcta de una especie protegida (dof, 2018). El producto se puede vender entero fresco, entero congelado, filete, filete salado, deshidratado (fao, 2014).

Sin embargo, en la maricultura debe considerarse al mercado mexicano como uno emergente, es decir, el país “experimentan un buen crecimiento de su economía y, a su vez, presentan inestabilidad en el ámbito financiero y político”, una ubicación estratégica, abundantes recursos naturales, fuerza laboral calificada, creciendo con su propio nivel de producción industrial y sus ventas al exterior (Herrera Esquivel et al., 2022). Por lo que hay que aprovechar las oportunidades de producción y comercio que se tienen y canalizarlas hacia la gran cantidad de especies emergentes con la que cuanta el país, eso haría que se desplegara una verdadera maricultura en México (Inapesca, 2013b; Martínez Moreno, 2021).

Innovaciones, propuestas de valor y perspectivas

En las secciones anteriores se han dado varias recomendaciones que aplican también en esta sección (ver páginas, 10-11, 16-17 y 22-24). Sin embargo, hay recomendaciones en la literatura sobre la generación de mezclas de peces de diversos tipos en ensaladas (americanas y mexicanas), paté de atún y otros peces, filetes empanizados, albóndigas congeladas empanizadas, empanadas, hamburguesas, lomos con salsa, salchichas o mezclas mixtas con otros embutidos (Avdalov y Pereira, 2001; García et al., 2005; fao, 2014). Con la recomendación de uso de diferentes empaques, al vacío, atmosfera modificada (antes mencionado), tecnología de pasteurización hiperbárica la que evita el crecimiento acelerado de microorganismos patógenos, la que ayudan a mantener características organolépticas deseables en el producto final (López Cáceres et al. 2021). Promoviendo la diversidad del producto a ofertar, considerando las preferencias del cliente, productos congelados, ahumados, salados, frescos, procesados, etc. (mefcca, 2020).

En esta sección maricultura de peces, se destacan las razones por la que todos los sectores relacionados con esta actividad deberían abordar el tema con una perspectiva realista, el gobierno federal, estatal, municipal, pueblos originales costero, ong, academia, científicos e instituciones de educación media y superior, etc.

México posee más mar que tierra, tienen una riqueza de especies tanto costeras, como en mar abierto y en zonas profundas, existen especies migratorias, pero se posee un amplio endemismo, e incluso quizás especies desconocidas, se desconocen ubicaciones, biomasas de cosecha, posibles aplicaciones en las diferentes industrias, generación de nuevos productos en base a estos hallazgos, etc.

Muchas de estas especies que son únicas en nuestros mares (endemismo), tienen crecimientos rápidos demostrados, otras a pesar de ser especies migratorias, son fáciles de domesticar, ya que aceptan el confinamiento en jaulas y el alimento seco esparcido en la superficie del agua. Su carne es de gran calidad y con alto valor comercial, otras ya se cultivan en otras regiones del mundo y se dispone de abundante información tecnológica, además son recuentes en las costas mexicanas, lo cual permite hasta la captura de alevines y juveniles del medio natural, lo que a su vez facilita el inicio del cultivo. Estas y otras razones descritas en las otras secciones del este capítulo hacen de la maricultura en México una línea de los aquanegocios que no se debe abandonar o relegar, como se ha hecho hasta el momento.

Oportunidades de producción y comercio de especies de moluscos bivalvos y gasterópodos de interés comercial (ostiones, almejas y abulón)

Según el Observatorio de Complejidad Económica (oec), en el 2021, los moluscos fueron el producto número 336 más comercializado en el mundo. Entre 2020-2021 sus exportaciones crecieron en un 19.5% y su comercio representó 0.052% del total de comercio mundial. Por ello, ocupan el puesto 936 en el Índice de Complejidad de Productos (pci) (Observatorio de Complejidad Económica [oec], 2023).

En el año 2022, la producción de moluscos acuáticos cultivados en el mundo alcanzó los 17.7×106 Tn. De estos, más de 15 7×106 Tn año-1 se usaron para consumo humano, el 89% de la producción provino de la acuicultura y solo el 11% de la pesca natural (silvestre). Asia, especialmente China, fue el mayor productor de bivalvos marinos con el 85% de la producción mundial y responsable de su crecimiento productivo (Wijsman et al., 2019; fao, 2022).

Dentro de los principales componentes de esta producción de moluscos estuvieron los bivalvos (dos conchas), almejas, ostiones, mejillones, pectínidos, y gasterópodos (una concha), de estos sobresale el cultivo de abulón (Bavera, 2004), así como caracoles y lapas (fao, 2020b). Otros de los principales productores de moluscos acuáticos fueron Japón, Estados Unidos de América, República de Corea, Tailandia, Francia, España, Chile y México. Adicionalmente, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y República Dominicana entre los países más productivos en la región del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (oirsa) (Lovatelli et al., 2008, Campbell and Pauly, 2013; Cáceres Martínez y Vásquez Yeomans, 2014; fao, 2012; 2020a; b; 2022).

En la zona del Atlántico en México, el ostión americano (Crassostrea virginica Gmelin, 1791) y el caracol rosado (Strombus gigas Linnaeus, 1758) son las especies con mayor demanda. La producción ostrícola con el ostión del Golfo, se encuentra distribuida de manera natural en las lagunas costeras del golfo de México, y es la especie más importante debido a sus volúmenes de captura, los cuales representan hasta el 90% de la producción total ostrícola de México, procediendo principalmente de Veracruz, Tabasco, Tamaulipas y Campeche (González, y Torruco-Gómez. 2010; Garrido-Mora et al., 2001). Su actividad pesquera se ha considerado como una pesquería relacionada con la acuicultura, debido al trato o manejo que se da a los bancos de ostión, como la rotación de cosechas, regado de concha, etc., con la finalidad de promover mayores cosechas. Sin embargo y de forma equivocada se han tomado estas acciones como acuícolas y bajo estas premisas se promueven y se han permitido permisos de acuicultura de fomento, una estrategia equivocada que continúa ejerciendo presión para la pesca (Inapesca, 2021).

Respecto del caracol rosado, se consume localmente y sólo una pequeña parte se exporta; las conchas se exportan ocasionalmente. Entre 1992 y 2001 se importaron 65.17 toneladas de carne de caracol de República Dominicana, Jamaica y Cuba (González y Torruco-Gómez, 2010; Inapesca, 2018). Sólo se comercializa el producto de extracción, no de cultivo, ya que se cuenta con la biotecnología desarrollada para S. gigas (Inapesca, 2021).

Sin embargo, el cultivo de moluscos en México alcanza una producción de más de 70 000 toneladas de ostión, almeja, mejillón y de éstas, 4 000 toneladas corresponden a Baja California (BC). Si bien en volumen la cantidad no parece significativa, proviene de cultivos en cuerpos de aguas certificados, con estándares que han permitido certificar a los ostricultores y tener la primera planta procesadora certificada, lo que les permite exportar su producto a Estados Unidos (EUA) y China. (dof, 2012; cicese, 2019). Así, la producción de “ostión japonés” en la región costera de Baja California, es pionera y un ejemplo para otros estados de México, cuya producción, aunque mayor, no se produce por medio de la acuicultura y con nuevos desarrollos tecnológicos, sino con base en pesca silvestre o viejas técnicas de cultivo que no le permiten al producto tener una buena calidad para su exportación.

En este sentido, es sobresaliente el esfuerzo hecho por la academia, productores y autoridades gubernamentales, para poyar el desarrollo de tecnologías apropiadas para el cultivo de almejas, mejillones, ostiones, y pectínidos (Cáceres Martínez y Vásquez Yeomans, 2014); quizá inducidos por la demanda de consumo de países exigentes de un producto de mejor calidad (EUA y China). Así, ostricultores visionarios con apoyo científico-académico y gubernamental, ejecutan programas municipales, estatales, nacionales e internacional, a fin de obtener este significativo avance en la producción de moluscos por acciones acuícolas reales.

Bajo este esquema, la producción ostrícola mexicana se basa en tres especies, el ostión americano (C. virginica), que se captura y cultiva a nivel extensivo en el golfo de México y que representa el 90% de la producción, el ostión japonés (Crassostrea gigas Thunberg, 1793) y el ostión de placer (Crassostrea corteziensis Hertlein, 1951), especies que se cultivan en la región noroeste del país de bc, incluyendo el Océano Pacífico y Mar de Cortez (Cáceres-Martínez et al., 2010). Adicionalmente el ostión Kumamoto (Crassostrea sikamea Amemiya, 1928), introducido a México como una variedad de C. gigas. (Cáceres Martínez y Vásquez Yeomans, 2014), el cual es de muy buena calidad, palatabilidad y con mercado nacional e internacional; sin embargo, hasta el momento, a pesar de tener mercado, su producción es muy baja.

El cultivo de ostión japonés se introdujo al país a inicios de los años setenta y depende significativamente de la producción de semilla en laboratorio para su cultivo y lo mismo ocurre con el ostión Kumamoto. Por otra parte, el cultivo de ostión de placer se realiza a un nivel más artesanal y depende de la captación de semilla del medio natural y en algunos pocos casos de producción en laboratorio (Islas-Olivares et al., 1978; Cáceres-Martínez et al., 2010). En sentido el cultivo de ostión no está exento de problema que, a la vez, se convierten áreas de oportunidad para el desarrollo de negocios relacionados con su cultivo. Actualmente el principal obstáculo para un incremento en la producción en la región norte del país es la falta de insumo biológico semilla de ostión, que anteriormente se solventaba con importaciones del insumo de laboratorios en Estados Unidos o de Chile. Sin embargo, los productores en coordinación con diferentes instituciones y dependencias de gobierno trabajan para poder revertir esta situación, mediante habilitación de algunos laboratorios de Baja California y Baja California Sur (Vea-Campa, 2019); sin embargo, el problema persiste.

Respecto a la producción ostrícola mexicana del golfo de México con el ostión americano, casi toda se destina al mercado nacional. En contraste, la mayoría de la producción del ostión japonés de Baja California, se exporta a Estados Unidos y Japón (Cáceres Martínez y Vásquez Yeomans, 2014). Los estados de Baja California Sur y Baja California son los responsables de producir el 80% del total de ostión de cultivo en México, con una reconocida calidad nacional e internacional, derivada del uso de nuevas tecnologías de cultivo y una constante en su producción. Esto ha hecho que el ostión C. gigas sea el “orgullo” de ostricultores pioneros, tenaces y visionarios, que les permitió colocar su producto como uno de los mejores a nivel internacional y denominado Ostión Baja, marca reconocida a nivel internacional y otorgada por los propios consumidores.

En este sentido, Celly y Knepper (2010) mencionan que la creciente competencia en el mercado, hace necesario que las empresas entiendan, gestionen, construyan una fuerte posición con y para sus marcas y apliquen las técnicas de mercadotecnia para competir de manera eficaz. De acuerdo con la Asociación Americana de Marketing (ama), la marca se define como un nombre propio, termino o señal, que combina ciertos detalles que permiten identificar los productos y servicios de una empresa (Hemsley-Brown y Oplatka, 2006), realizar una marca para promover y exhibir el producto acuícolas y pesqueros que se generen en el país, es una excelente opción que siempre se debe considerar (Briones Naranjo, 2017; Instituto Nacional de la Economía Social, 2018). En este sentido los ostricultores de ambas Bajas son un ejemplo digno de imitar, con su “ostiones baja”.

Otro bivalvo con potencial económico importante es el choro o mejillón (Mytilus californianus Conrad, T. A., 1837), (García y Reguero 1987), un importante recurso para consumo humano con amplias posibilidades de cultivo en la costa occidental de Baja California. La especie M. californianus se cosecha en la costa noroccidental de la Baja California desde hace mucho tiempo, los concheros históricos en la zona evidencian que el 90% de las especies presentes en ellos, son mejillón (Téllez-Duarte, 1987). Sin embargo, los registros comerciales recientes de cosecha silvestre datan del año 1962 (Subdelegación Delegación Federal de Pesca en B. C.), los que continúan reportando un aprovechamiento comercial artesanal, o con fines de autoconsumo y muy poco interés hacia el cultivo (Inapesca, 2021).

M. californianus se extiende a través del Pacífico Norte y Pacífico Centro Oriental, desde las Islas Aleutianas (Alaska), hasta Baja California Sur (México); se desarrolla en densas agregaciones principalmente en zonas de surgencias de aguas frías del Pacífico, fijos a sustratos rocosos expuestos a la acción de las mareas y oleaje en la zona intermareal y hasta profundidades de 12 metros. Los bancos más abundantes se localizan en la franja litoral comprendida entre Jatay y El Rosario B. C. (Berry 1954; Morris et al., 1980; Bernaldez, 1987).

Existe otra especie Mytilus galloprovinsialis (Lamarck, 1819), del Mediterráneo, que junto con M. californianus son cultivadas en la región de Baja California, debido a su alto índice de crecimiento, buen tamaño y demanda del mercado nacional e internacional; ambas especies tienen potencial acuícola en Baja California y representan fuentes de empleo y divisas (Chi y García 1983; García y Monje 1981). Actualmente, se reporta una producción anual de unas 18 toneladas del mejillón del mediterráneo (M. galloprovincialis Lamarck, 1819), el que cultiva en Baja California mediante el sistema de long-line para consumo regional y de exportación a baja escala (Cáceres-Martínez, 1997; Inapesca, 2021).

También está el recurso almeja generosa en Baja California, y lo componen dos especies Panopea globosa (Dall, 1898), endémica del Golfo de California, México (Arámbula-Pujol, 2008), y Panopea generosa (Gould, 1850) que se distribuye en el Pacífico Oriental, desde Alaska, EE. UU.: hasta Baja California, México (Coan y Valentich, 2000). Se ubican entre las almejas más grandes y longevas (≈100 años), con una longitud de concha mayor de 25 cm y un peso que puede alcanzar los 2 Kg por lo que pueden contribuir sustancialmente a la biomasa de las comunidades bentónicas en donde se desarrollan (Leyva Valencia, 2012), ambas se explotan comercialmente en Baja California (Sepescabc, 2018).

Otras almejas son “venus roñosa” (Chione undatella Sowerby, 1825) y venus mantecosa (Chione californiensis Broderip, 1835). La primera se distribuye desde el sureste de California, EE. UU. y Golfo de California, hasta la Paita, Perú, donde habita en playas y fondos de arenosos, lodosos o limosos. Mientras que la segunda, se distribuye desde Punta Mugu, California, EE. UU., el Golfo de California, México, hasta Panamá (dof, 2010a), viven a poca profundidad en fondos de fango arenoso y fango, tanto en la zona intermareal como en el sublitoral, hasta 80 m de profundidad (Fisher et al., 1995; dof, 2010a). Se han hecho algunos intentos de cultivo de fomento en la región norte del Pacifico desde Jalisco hasta Baja California con varias almejas roñosas (Chione sp.), las que se comercializan para consumo nacional e internacional (Sepescabc, 2018), entre las que sobresalen almeja negra (Chione fluctifraga Sowerby, 1853), almeja piedrera (Chione californiensis Broderip, 1835), almeja arenera (Chione cortezi Carpenter, 1864), almeja china (Chionopsis gnidia Broderip & Sowerby I, 1829) y almeja roñosa (Chione undatella Sowerby, 1853) (dof, 2022)

Otro molusco bivalvo infaunal es la almeja chocolate café o negra (Megapitaria squalida Sowerby, 1835), se extiende en el Pacífico Centro Oriental desde el Complejo Lagunar Ojo de Liebre (que incluye a las lagunas Manuela, Guerrero Negro y Ojo de Liebre) y a través del golfo de California, hasta Ecuador (Keen, 1971), habita enterrada en el sedimento, principalmente en bancos de arena fina o lodo arenoso de la zona intermareal, y en aguas someras sublitorales principalmente, aunque también se le puede encontrar hasta 160 m de profundidad. Se explota con fines comerciales y con fines de autoconsumo (Sepescabc, 2018).

Durante el periodo 2000-2018 la producción de esta especie provino principalmente de las lagunas Guerrero Negro y Manuela, donde registró una caída de 450 Tn al orden de 124 Tn anuales. Por su distribución geográfica el recurso presenta una disponibilidad espacial limitada en la costa del Pacífico bajacaliforniano (Sepescabc, 2018). Su caída en la pesquería pudiera evidenciar algún efecto de precio de mercado o una caída en su producción natural, por lo que quizá sea necesario redirigir objetivos hacia la acuicultura.

Existen otras pesquerías y cultivos experimentales, semicomerciales y comerciales con diferentes grados de éxito con la almeja catarina (Argopecten ventricosus G. B. Sowerby II, 1842), almeja mano de león (Nodipecten subnodosus G. B. Sowerby I, 1835), almeja manila (Ruditapes philippinarum A. Adams y Reeve, 1850), callo de hacha (Atrina maura Sowerby, 1835); algunas especies de pata de mula banco (Anadara multicostata (Sowerby I, 1833) y arca casco de burro (Anadara grandis Broderip and Sowerby, 1829), así como ostras perleras, madre perla (Pinctada mazatlanica Hanley, 1856), y concha nácar (Pteria sterna Gould, 1851), que se cultivan en el golfo de California y en el Pacífico de la península de Baja California (Cáceres-Martínez y Chávez-Villalba, 1997; Robles-Mungaray, 2004; Maeda-Martínez, 2008; Escamilla-Montes, 2012; dof, 2013; Escamilla Montes et al., 2017; Sepescabc, 2018; Inapesca, 2018, 2021; López Torres y Moreno Moreno, 2022).

También está la almeja emblemática de Baja California, en especial de San Quintín, pismo (Tivela stultorum Mawe, 1823), ingrediente importante en la gastronomía estatal. Aunque es nativa y endémica de la costa occidental del Pacífico de América del Norte. Históricamente, su distribución era de Half Moon Bay en California, EE. UU. a Bahía Magdalena en Baja California Sur, México; aunque actualmente el límite norte no se extiende más allá de la Bahía de Monterin en EE. UU. (opc, 2019; Animales acuáticos, 2021). Es una especie bentónica que habita en las playas arenosas con una alta exposición al oleaje en la zona intermareal. La almeja pismo es una especie longeva (≈50 años), y tiene un crecimiento muy lento (Searcy Vernal, 1983; Searcy-Bernal y Juárez-Romero, 1991).

La pesca comercial de almeja pismo inició alrededor de1942 en ciertas regiones de la costa oeste de la península de Baja California, siendo el destino principal los EE. UU., debido a la demanda de alimentos durante la II Guerra Mundial (Aplin, 1947; Granados 1970). Hay indicios de que en 1945 se exportaron a los EUA desde Baja California un total de más de 3 000 Tn de carne de almeja, lo que representa unos 40 millones de almejas, este dato sugiere que en un año se extrajeron el equivalente a la pesca de 31 años en California. Entre 1919 y 1962, EE. UU. importó 232 Tn de almeja pismo, principalmente enlatada, procedente de México (Pattison, 2001a; b). A partir de los años 80 inicia la sobreexplotación en San Quintín, de 1980-81 se extrajeron entre 1 000 a 1 500 Tn, en 1986 se estimó la abundancia relativa de almeja pismo in situ y se detectó una abundancia relativa de entre 100 y 150 Tn, un claro indicio de que la población había sido diezmada o sobrexplotada; lo que indicaba que en tan sólo 5 años disminuyó drásticamente en un 900%. (Aplin, 1947; Pamplona, 1989; Pattison, 2001a; b).

La pesca furtiva y la de la almeja pismo (T. stultorum), la puso en riesgo de desaparecer. Según la nom-059 se le considera una especie Sujetas a Protección Especial (Pr). De acuerdo con la Regulación nom-059 Semarnat, su extracción fuera de la norma oficial, tiene una penalidad de 9 a 12 años de prisión, y de 300 a 3 mil salarios mínimos (Semarnat, 2010). Actualmente, hay quienes se arriesgan a extraer medidas fuera de la reglamentada, así como extraerla en tiempo de veda (reproducción), ofreciéndolas directamente en redes sociales, en bolsa y congelada. A pesar de la regulación, autorización de concesiones por polígonos para explotación comercial a sociedades cooperativas, no se ha logrado regular esta pesquería. La extracción de medidas no permitidas menores a (11 cm), aunado a la pesca furtiva, conflictos entre cooperativas, nula vigilancia en las zonas, ha obligado al gobierno a tomar duras medidas. Este es un triste ejercicio muy repetido en un México sin memoria, donde otras especies también se han sobreexplotado por la falta de la aplicación de las regulaciones, entre las especies destacan abulones, pepinos, almejas generosas, etc. Así la almeja pismo, es un claro ejemplo de una especie que requiere un enfoque dirigido hacia la acuicultura.

La variedad de especies de moluscos del Pacifico mexicano con sus respectivas pesquerías, la implementación de la acuicultura en especies oriundas y emergentes, así como la introducción de especies con potencial comercial (R. philippinarum; M. galloprovincialis; C. gigas,), son un ejemplo a capitalizar por el sector acuícola y pesquero nacional. Estas experiencias de éxito en maricultura, evidencian que si se parte de una buena base científica y tecnológica que garantice el desarrollo del cultivo bajo un concepto de obtener un producto sano, inocuo para el consumo humano y bajo sistemas de producción sostenibles, con acceso a los mercados internacionales y con una garantía de suministro de alimento de calidad a la población, tendrán más posibilidades de éxito, contribuirá al fortalecimiento de las zonas rurales costeras dedicadas a la pesca y acuicultura y permeará en la seguridad alimentaria del país. (Calvario Martínez y Montoya Rodríguez, 2003).

Por otra parte, en los moluscos acuáticos sobresalen varios gasterópodos (abulones, caracoles y lapas), algunos de ellos muy cotizados en el mundo, como el abulón con tecnología de cultivo completamente desarrollada (Inapesca, 2013a; Zertuche-González et al., 2014). Este desarrollo en la acuicultura de éxito, se tradujo en que la producción mundial cambiara drásticamente de la pesca, al cultivo (fao, 2016); actualmente el 95% de abulón que se consume globalmente proviene de la acuicultura y su producción se incrementó en 659% en los últimos 10 años; pasando de 24 400 toneladas en 2006 a 160 687 toneladas en 2016/2017 (Gordon y Cook, 2013; fao, 2016; Cook, 2019). China el mayor productor con 139 697 Tn, seguido por Corea con 16 042 Tn. Así, los países asiáticos son responsables del 95% de la producción en el mundo, lo que demuestra el poder de mercado (consumidores) y producción (productores) de los países asiáticos (Cook, 2019).

En México, el aprovechamiento de abulón en el Pacífico Norte Mexicano (pnm) lo ejecutan las sociedades cooperativas de pescadores (McCay et al., 2014), las cuales poseen cuotas y permisos para su explotación. Actualmente, la producción pesquera de abulón en México oscila en las 300 Tn (Cook, 2019), mientras que a nivel de cultivo fluctúa entre las 45 y 50 Tn (Conapesca, 2021). Estos niveles de producción tan bajos en la historia de explotación y cultivo de este recurso, exigen alternativas de producción complementarios al aprovechamiento pesquero. La acuicultura debe verse como la actividad potencial para aplicarse a este y a otros organismos con valor comercial y con esquema sostenible; para ello es necesario ser visionarios, innovadores y promover verdaderos desarrollos tecnológicos acuícolas que impacten en nuestra región.

Las costas de la península de Baja California tienen un amplio potencial de explotación de gasterópodos, cuenta con cinco especies de abulón, el rojo (Haliotis rufescens Swainson, 1822), azul (Haliotis fulgens R. A. Philippi, 1845), Amarillo (Haliotis corrugata W. Wood, 1828), negro (Haliotis cracherodii Leach, 1814) y chino (Haliotis sorenseni Bartsch, 1940) (WordPress, 2014). De estas especies, los que se cultivan de manera intensiva son el rojo (Conamer, 2009; Cook, 2019), y en menor cantidad el azul y amarillo, ya que su biotecnología es completa (Inapesca, 2013; Sepescabc, 2015). A pesar de que algunas poblaciones naturales aun sostienen algunas pesquerías relativamente redituables, existe poca inversión privada para desarrollar la acuicultura de especies emergentes, aun cuando existe tecnología para cultivo en tierra y mar (Ponce-Díaz et al., 1998; 2000; 2003; Zertuche-González et al., 2014). Es necesario invertir energía y recursos al estudio y desarrollo de innovación en acuicultura para esta y otras especies de la zona como, el abulón amarillo (H. corrugata), negro (H. cracherodii) y chino (H. sorenseni).

Además, están dos caracoles panocha (Megastraea undosa Wood, 1828 y Megastraea turbanica Dall, 1910), que se distribuyen en el litoral del Pacífico Centro Oriental desde California, EE. UU., hasta Bahía Magdalena, B.C.S., México, donde M. undosa se reconoce como uno de los gasterópodos más grandes de las costas de California y Baja California (Alfaro y Carpenter, 1999), es típico de aguas templadas con una distribución vertical que se extiende desde la zona intermareal hasta aproximadamente los 30 m. Por otra parte, M. turbanica es una especie submareal que habita entre los 10 y 20 m de profundidad (Fischer et al., 1995). Su explotación comercial se realiza mediante el otorgamiento de permisos de pesca comercial (Conapesca, 2008a), a sociedades cooperativas establecidas en la zona, siendo M. undosa la especie más abundante (Gluyas-Millan et al., 1999). Sin embargo, su pesquería cayó de 200 Tn en 2011 a menos de 100 Tn en el 2016, esto a pesar de que su demanda se incrementó a nivel nacional y mundial (Semarnat, 2018). Esto indica que el caracol panocha, es otro recurso que requiere redirigir su inversión hacia la acuicultura.

Existen más pesquerías, con algunas se han realizado intentos de cultivos experimentales, con diferentes grados de éxito. Sobresale el caracol chino negro (Muricanthus nigritus Philippi, 1845) y caracol chino rosa (Phyllonotus erythrostoma Swainson, 1831), estas dos especies de moluscos gasterópodos carnívoros se distribuye en el golfo de California, así como en algunas bahías y esteros de la costa occidental de Baja California Sur, actualmente no se cultiva (Fischer et al., 1995). La concha lapa (Megathura crenulata (Sowerby, 1825) que habita sustratos rocosos de la zona litoral de la porción norte del Pacífico Centro Oriental, con una distribución geográfica que se extiende desde Punta Concepción, California, EE. UU., hasta Punta Abreojos, B. C. S., México, se captura desde hace más de 20 años sus estadísticas de captura indican variaciones significativas en su producción pesquera, de 85 Tn año-1 en el 2000 hasta 9.3 Tn en el 2018 (Fischer et al., 1995; Sepescabc, 2018), evidencia de una cada en su pesquería natural, por lo que es necesario dirigir objetivos hacia la acuicultura.

También están las almejas pata de mula de banco (Anadara multicostata Sowerby I, 1833), cuya distribución geográfica en el Pacífico Centro Oriental se extiende desde la Bahía de Newport, California, EE. UU., y todo el Golfo de California, hasta el Sur de Panamá e Islas Galápagos y pata de mula arca casco de burro (Anadara grandis Broderip & Sowerby, 1829), que se localiza en las costas del Pacífico Centro Oriental desde Bahía Magdalena,

B. C. S y el golfo de California hasta Bahía Sechura, Perú (Fisher et al., 1995). No existe por el momento, tendencia hacia su cultivo, ya que se considera por el momento como subaprovechado (incluidas las dos especies), con enfoque hacia la pesca de subsistencia entre temporadas de captura de recursos pesqueros más rentables. Sin embargo, este recurso tiene muchas posibilidades de desarrollo al incrementar el esfuerzo pesquero actual e incorporando nuevas zonas de producción, aunque es necesario trabajar la mercadotecnia ya que su precio de playa es muy barato (World Wide Fund for Nature (wwf), 2005).

En conclusión, en lo relacionado con los moluscos, el sector pesquero y acuícola, la academia, los científicos y las autoridades gubernamentales tienen conciencia de que la baja productividad de las poblaciones naturales es tal que, hay que migrar o explorar el cultivo como actividad complementaria a la pesca (Casas Valdez et al., 1999; [sader], 2020c). Para ello, es necesario innovar hacia una Acuicultura Multitrófica Integrada (amti), lo que implicaría cultivar varias especies con nivel trófico complementario, en proximidad uno de otro, para lograr que los nutrimentos se reciclen dentro del sistema y generar una acuicultura sostenible (Sadeghi‐Nassaj et al., 2018), lo que permitiría generar una verdadera acuicultura sostenible.

Industrialización (transformación) de recursos pesqueros y acuícolas

Dada la gran aceptación del mercado internacional de la producción silvestre de muchos de los moluscos que se cosechan en México (ejemplo, abulón, caracol panocha, caracol rosado, almeja pismo, ostión, etc.), suele no haber mucha oferta para el mercado doméstico o nacional.

Los ostiones, mejillones y almejas se puede encontrar fresco en su concha, enlatado, empacado al vacío, ahumado y enlatado, fresco congelado y empacado al vacío, deshidratado en forma de machaca. Los ostiones generan un subproducto del desconche liquido agua, el que embotella como suplemento para la preparación de alimentos relacionados con comida oriental (cna, 2012; Sepescabc, 2015; 2018).

Por otra parte, el abulón regularmente se comercializa vivo y fresco (30 dólares americanos Kg-1), enlatado, en callo fresco o congelado, congelado, entero, congelado media concha, y las conchas se utilizan para usos artesanales. Este gasterópodo es muy apreciado particularmente en el mercado oriental, y en menor medida en el europeo y estadounidense (cna, 2012; Sepescabc, 2015; 2018).

Los caracoles se comercializa en los grandes mercados nacionales como la ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, principalmente bajo la presentación de caracol en salmuera envasado en latas de una libra de peso neto, fresco, fresco congelado y envasado, chorizo, y en escabeche. También se realizan contrato de venta con mercados de Taiwán y Vietnam (Conapesca, 2008a; Sepescabc, 2015, 2018).

Es importante destacar que los procesos de empaque, al igual que la mayoría de los productos marinos de exportación deben cumplir las más estrictas normas de calidad para estar en condiciones de concurrir al mercado internacional.

En lo general, los gasterópodos, tienen gran demanda en los mercados internacionales, particularmente en los mercados orientales, pero los bajos volúmenes de captura de algunos de estos recursos que salen de la región norte del Pacifico mexicano, representan una limitante importante para acceder a esos mercados de manera competitiva. Por otra parte, en otros gasterópodos no se tiene consolidada una fase de industrialización, por lo que se comercializa fresco entero, como callo enhielado o en marquetas de 2 kg a menudeo y cajas de 20 kg al mayoreo, aspectos biotecnológicos en los cuales se tiene que innovar.

Por otra parte, desde la época prehispánica los materiales de origen marino estuvieron presentes en la cultura de muchos pueblos mexicanos cercanos a las costas, entre ellos los mayas. Conchas y caracoles de moluscos se usaron para elaborar objetos de adorno, rituales y de uso cotidiano. Se confeccionaban collares, pulseras, orejeras, pectorales e instrumentos musicales como las conocidas trompetas caracol. Con la madreperla, llamada también concha de nácar, se confeccionaban botones, pastas para devocionarios, cuentas de rosarios, aretes y otros artísticos objetos. Con unos pequeños caracoles de forma oval se fabrican rosarios, utilizándolos como cuentas, engarzados en filigrana, así como aretes y adornos para alhajeros (México ambiental, 2015; itsy, 2023). El uso de las conchas en la decoración sigue vigente, solo es necesario navegar en la red, para percatase de los múltiples sitios e interesantes ideas relacionadas con su uso, algunos blogs sencillos, otros muy profesionales (Etsy, 2023; Montse, 2014), algunos muy artesanales como souvenirs, sin embargo en otras regiones del mundo los incrementos en la explotación del mercado de conchas de moluscos, se ha vuelto una gigantesca industria que devasta a especies marinas de algunas zonas costeras del planeta (Deines, 2018).

El ramo de la joyería que utiliza moluscos son actividades muy lucrativas en algunas regiones del mundo. Existen dos productos naturales de los moluscos: las perlas y el nácar. Muchos bivalvos producen perlas cuando una pequeña partícula de arena o arenilla queda atrapada entre el manto y la concha. Es como si el molusco tuviese una astilla, pues forma una capa protectora alrededor del elemento irritante. La mayoría de las perlas que se usan como joyas las producen ostras y mejillones de agua dulce; aunque también están las ostras madreperla (P. mazatlanica), y concha nácar (P. sterna), que se cultivan en el Mar de Cortez y en el Pacífico de la Península de Baja California. Respecto a las perlas, en la actualidad la mayoría de las que se venden son cultivadas, no existe una explotación de bancos naturales o “salvajes” (Cáceres-Martínez y Chávez-Villalba, 1997; Ck-12, 2021).

El mercado internacional está ofertando bienes derivados del subproducto “concha” que actualmente se comercializan como piensos para aves, uno de tantos productos se denomina “conchilla”. Se promueve como 100% “concha de moluscos” triturada, conteniendo 12 minerales naturales. Su composición se indica incluye un alto contenido en calcio (36%) y elementos activos que despiertan la apetencia de las aves debido a su origen orgánico. Se anuncia como un producto benéfico para la producción de huevo, ya que disminuye las roturas, da mayor tamaño y producción en huevos, disminuye el número de gallinas con cojera por el rápido crecimiento de las aves, despierta la apetencia de las aves y facilita la digestión, corrige y previene las carencias de minerales de las aves, aportando calcio orgánico fácilmente asimilable, así como menor descalcificación ósea de las gallinas y genera un alargamiento del período de puesta (Peyca, 2020), una actividad sencilla pero lucrativa y bien aplicada.

Finalmente es importante mencionar que es posible que en las otras secciones de este capítulo el lector pueda identificar algunas acciones sugeridas hacia otros productos relacionados con la pesca y la acuicultura que se puedan aplicar a también a los moluscos.

Innovaciones, propuestas de valor y perspectivas

Los moluscos son importantes en muchas maneras; se usan como alimento, su uso en la construcción como grava, para decorar, como joyería, en aplicaciones científicas, como suplementos vitamínicos, entre otros.

Desde el punto de vista científico se han demostrado la bioactividad de algunos compuestos obtenidos de moluscos, que incluyen actividad antimicrobiana, antiinflamatoria, anticancerígena, antioxidante, bioadhesiva y antihipertensiva (Balseiro et al., 2011; Hong et al., 2012; Joy et al., 2016; Joy y Chakraborty, 2017; Kim et al., 2016; Watanabe et al., 2012).

Uno de los ejemplos de compuesto bioactivo osteogénico es el nácar, derivado de moluscos marinos y formado por una matriz orgánica compuesta principalmente de proteínas y representa el 1% del total de la concha de moluscos (Lowenstam y Weiner, 1989). Se sabe que la actividad de la matriz orgánica proteica (nácar), es la que estimula la formación de tejido óseo y contribuyen a aliviar enfermedades óseas en humanos como la osteoporosis, debilidad de los huesos por problemas de baja densidad ósea; osteogénesis imperfecta, enfermedad hereditaria que hace que los huesos sean frágiles y quebradizos; la enfermedad de Paget que interrumpe el reemplazo de tejido ósea viejo por nuevo, cáncer e infecciones en hueso (SiNC, 2009; Setiawati y Rahardjo, 2018; El-Gazzar y Hogler, 2021). A pesar de estos avances científicos, es necesario reconocer y aislar las proteínas responsables de la bioactividad (Rivera-Pérez y Hernández-Saavedra, 2021), por lo que es necesario invertir tiempo y recursos en este tipo de desarrollo tecnológico, que impactan directamente en la salud humana, pero que son muy rentables.

En la lapa californiana (M. crenulata) se ha encontrado otro compuesto la hemocianina (klh), por su nombre en inglés keyhole limpet, que se ha utilizado por más de 30 años como un estimulador muy eficiente del sistema inmunológico. Este compuesto aparentemente solo se extrae en Francia, pero se comercializa con fines médicos en todo el mundo. No se tienen antecedentes de que las exportaciones mexicanas de recurso lapa tengan ese fin, por lo que esta es otra buena oportunidad de negocio. Sin embargo, la demanda creciente del recurso lapa, es afectado por su baja biodisponibilidad in situ. Esto llevó a la búsqueda de nuevas proteínas inmunoestimulantes en otros productos, por lo que el cultivo de M. crenulata podría solventar ese déficit de materia prima, generar la industria extractiva y venta del klh como una actividad prioritaria estatal o nacional (Del Campo et al., 2011).

La resistencia a antibióticos es uno de los diez problemas más graves para la salud pública a nivel mundial (oms, 2016; Jenssen et al., 2006), esto ha estimulado la búsqueda de péptidos antimicrobianos (amps) de diferentes fuentes (Kumar et al., 2017). Los invertebrados son una fuente importante de amps. En dos moluscos se han descrito dos proteínas con potencial uso en la industria farmacéutica de los amps. El péptido Myticin C, es un aislado del mejillón del mediterráneo M. galloprovincialis, que confiere protección contra virus (Balseiro et al., 2011). Y el péptido 14 y 45 kDa obtenidos del músculo, tejido nervioso y riñón del gasterópodo marino Melo melo (Lightfoot, 1786), con capacidad inhibitoria en cultivos de bacterias patógenas p. ej. Klebsiella pneumoniae (Schroeter 1886), Staphylococcus aureus (Rosenbach, 1884), Salmonella paratyphi, Proteus mirabilis (Hauser, 1885), Vibrio parahemolyticus (Fujino et al. 1951) y Salmonella typhi (Le Minor y Popoff 1987), presentando máxima inhibición antifúngica contra Trichophyton metagarophytes (Robin) Blanchard (1853), seguido de Alternaria alternaria, Penicillium (Link (1809) sp., Epidermophyton floccosum (Harz) Langeron & Miloch., (1930), Aspergillus flavus (Link, 1809) y Aspergillus niger (van Tieghem 1867) (Sivasubramanian et al., 2011). También se ha descrito el papel de una subunidad de la proteína hemoglobina I, localizada en la almeja pata de mula (Anadara broughtonii Schrenck, 1867; en sinonimia con Arca inflata Brocchi, 1814), la que ha demostrado tener un amplio espectro antimicrobiano, y por su conformación estructural, es capaz de permear en la membrana celular para ejercer su efecto (Li et al., 2017).

Por otro lado, en México los compuestos bioactivos con actividad farmacológica de mayor interés son los anticoagulantes, antihipertensivos y antiinflamatorios, ya que las enfermedades crónicas no transmisibles (p. ej. enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes) producen más del 60% de las muertes en el país (Alcocer, 2009). Esto ha propiciado una demanda anual de 5 kg de compuestos bioactivos (p. ej. anticancerígenos, antitumorales, etc.), lo que representa un costo anual de 15 millones de pesos, de acuerdo con lo que reportado por el imss (Rivera-Pérez y Hernández-Saavedra, 2021) y llevado a la generación de herramientas digital (chkt), que incrementó las atenciones preventivas en más de 23 millones pacientes en las 2022 unidades médicas de los tres niveles de atención (imss, 2023).

Otro anticoagulante derivado de los moluscos marinos es el polímero de sulfato de heparán, aislado de la almeja N. nodosus (Gomes et al., 2010), el cual inhibe la formación de trombos durante el sangrado, mediante la actividad del factor XIIa, en dosis de 9.3 μg/mL. Un polisacárido similar al glicosaminoglicano se aisló de los epipodios del abulón

H. discus hannai y evidenció ser capaz de potenciar la trombina por la antitrombina III, contribuyendo al proceso de regulación de sangrado y coagulación (Li et al., 2011).

La inflamación es una respuesta del sistema inmunológico por efecto de traumatismos o enfermedades. Se trata mediante la administración de fármacos que pueden ser antiinflamatorios esteroideos y no esteroideos. Los fármacos esteroideos son hormonas naturales o sintéticas que actúan sobre las células inflamatorias (neutrófilos, mastocitos, etc.) a través de células de inmunidad celular (p. ej. ifn, citosinas, etc.) (Vane y Botting, 1998). Algunos de los compuestos esteroideos con capacidad antiinflamatoria se han aislado de las almeja de cuello corto (Protapes gallus Gmelin, 1791, antes Paphia malabarica Dillwyn, 1817) y almeja negra (Villorita cyprinoides Gray, 1825), y son metoterpenos y esteroles que actúan inhibiendo la enzima que desencadena la respuesta inflamatoria en el organismo, la cicloxigenasa-2, su extracción podría ser un interesante modelo de negocio en México (Joy y Chakraborty, 2017; 2018).

La búsqueda de moléculas con actividad proliferativa se ha incrementado por sus aplicaciones en pacientes con quemaduras llegan a perder más del 50% de su piel, lo que puede inducir a infecciones severas (Varkey et al., 2015). Algunos aminoácidos como la leucina, lisina, treonina y prolina han mostrado ser útiles como agentes terapéuticos en caso de quemaduras de piel, además de estimular la regeneración de la epidermis y se obtienen de la almeja Rapana venosa y M. galloprovincialis (Badiu et al., 2010). Asimismo, extractos de la concha de Mytilus edulis (Linnaeus, 1758) y C. gigas promueven la destrucción de los fibroblastos de la piel de humano, el cual puede servir como tratamiento para la esclerodermia (endurecimiento y estiramiento del tejido conectivo) (Latire et al., 2017a). O compuestos anticancerígenos como los detectados en la vieira Mizuhopecten yessoensis (Jay, 1857), antes Patinopecten yessoensis (Jay, 1857) (Latire et al., 2017b).

Aunque son pocos estudios de compuestos bioactivos en moluscos, los ejemplos anteriores permiten distinguir el potencial de los moluscos en la actividad farmacológica, lo cual debería impulsa más estudios en bioingeniería, con el objetivo de conocer propiedades arquitectónicas, biológicas, mecánicas del comportamiento celular, para aplicarse más en las poblaciones humanas, aliviando las secuelas de males congénitos, enfermedades, accidentes, etc., y buscar la aprobación ante las entidades que aprueban su uso como la fda (Food and Drug Administration) o Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitario) (fda, 2019; Ghareeb et al., 2020; Cofepris, 2023).

Por otra parte, está el compuesto Ziconotide, o también conocido por su nombre comercial Prialt® es un análogo del péptido α-conotoxina y se extrae del caracol marino cono mágico (Conus magus Linnaeus, 1758) (López-Vera et al., 2006; Pope et al., 2017). El análogo para dolor severo actúa bloqueando los canales de calcio, inhibiendo la liberación de neurotransmisores en médula y cerebro, aliviando el dolor y está aprobado por las instancias regulatorias correspondientes desde el 2004 (Roca-Lapirot et al., 2018).

Los productos farmacéuticos no es la única aplicación que pueden tener los moluscos, cada año la industria pesquera descarta más de 7 millones de toneladas de residuos no deseados, entre ellos están las conchas de moluscos que la gran mayoría de ellas se depositan en vertederos en tierra o al mar (otech, 2017). Este subproducto conchas puede representar más del 30% de la biomasa total de lo que se comercializa, y en algunas partes del mundo regularmente no recibe ningún uso. Sin embargo, tiene un inmenso valor comercial como biomaterial (Iñarra, 2018; misPeces, 2020; Jijina et al., 2023).

En algunos casos se agregan directo en carreteras y/o grietas de barreras. Se usa también para restaurar arrecifes de ostras dañados, cultivar el crecimiento de nuevas ostras, se ponen directamente en los cultivos de arrozales y en piscifactorías para neutralizar el suelo ácido, como cal apagada. También, se usa como tratamiento eficaz de aguas residuales. En la industria del plástico, es un producto típico empleado como relleno en la fabricación de polipropileno para mejorar el moldeado, aumentar la productividad y las temperaturas de operación. En la fabricación de pinturas para recubrimientos plásticos y selladores de pvc. En la fabricación de vidrio, como biosustituto del carbonato de calcio molido o piedra caliza, y mejora la resistencia y el desgaste químico y la durabilidad. En la producción de papel ya aumenta el volumen y su porosidad, aportando niveles más altos de blancura y opacidad. En construcción como materia prima para la fabricación de cemento clase portland, producir carburo de calcio, ladrillos silicocalcáreos y espumas vitro cristalinas para aislamiento térmico de uso doméstico (sinc, 2009; Tendencia; 2012; otech, 2017; misPeces, 2020; ViverosJesus, 2022).

Estas aplicaciones en la ingeniería agrícola, industrial y ambiental son muy importantes ya que reemplazan parcialmente las fuentes minerales no renovables de algunas aplicaciones actuales, contribuyendo así a implementar la Economía Circular de residuos cero.

Finalmente, un paso importante que requiere la investigación es la vinculación con el sector industrial, el cual puede contribuir a la investigación, producción, desarrollo, escalamiento y aplicación del compuesto bioactivo para que llegue a la sociedad.

Especies de peces de agua dulce (bagre, carpa herbívora, lobina negra, y lobina rayada, tilapia o mojarra, trucha, peces de ornato, etc.)

México posee una extensión territorial de 1 964 375 km², con una superficie continental de 1 959 248 km² e insular de 5 127 km². Dentro de su gran variedad de sistemas posee 6 500 km² de aguas interiores como lagos, lagunas, represas y ríos. Estos recursos naturales, así como la ubicación geográfica privilegiada con los que cuenta el país, le confieren un gran potencial para el desarrollo del sector pesquero y acuícola en la zona continental, muchas actividades acuícolas ya se desarrollan en un total de 9 230 upa’s, de las cuales 4 000 son dedicadas a la acuacultura rural y comercial, con una superficie de 250 860 hectáreas abiertas al cultivo (sader, 2020b; Chávez-Peña, 2023).

Las tres especies que más se cultivan en México en agua dulce son, tilapia (mojarra), carpa y trucha, y los estados más productivos en este ramo son Chiapas, Tabasco y Jalisco. Muy poca actividad acuícola se reporta en las regiones áridas de Sonora, Baja California y Baja California Sur (Conapesca, 2021).

Tratando de solventar esta situación, el gobierno Federal desarrolló programas de producción acuícola para zonas áridas del país (Comisión Nacional de las Zonas Áridas (Conaza, 2022), el propósito, optimizar el uso del agua, promover el desarrollo socioeconómico de las comunidades rurales de estas zonas y fortalecer la seguridad alimentaria (Conapesca, 2016a; sader, 2018a). El tener la capacidad de utilizar estrategias para aprovechar los recursos acuáticos de manera sostenible, es clave para cumplir con esa meta (Conaza, 2022).

En este sentido, se cuenta con experiencia en el cultivo de varias especies acuícolas en México, carpa (Cyprinus carpio Linnaeus, 1758), bagre de canal (Ictalurus punctatus Rafinesque, 1818), lobina rayada (Morone saxatilis Walbaum, 1792), rana toro (Lithobates catesbeianus Shaw, 1802), tilapia (Oreochromis niloticus Linnaeus, 1758), trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss Walbaum, 1792), etc. (Conapesca, 2021). Estas son algunas especies que ofrecen oportunidades invaluables de producción y/o que ya se aprovechan comercialmente en muchos de los estados, que cuentan con suficientes aguas interiores como lagos, lagunas, represas y ríos en donde se cultivan o pescan algunas de estas especies. Sin embargo, ante la escasez de agua en otras regiones, productores que siempre se dedicaron a la agricultura; hoy suman a sus quehaceres normales, la siembra de peces y crustáceos, dándole un doble uso al recurso hídrico, con la agricultura y/o la acuicultura (Conapesca, 2016a, Conaza, 2022).

Algunas de las especies mencionadas, se han cultivado en las zonas áridas del norte del país; los resultados son tan buenos, que indica que se tiene la capacidad y el desarrollo tecnológica para aprovecharlas. Aunque actualmente es incipiente la actividad acuícola en Sonora y la Península de Baja California (pbc), es necesario promover entre los grandes y pequeños productores rurales de las zonas áridas y semiáridas, que cuenten con cuerpos de agua susceptibles para la acuacultura (siembra de crías de peces), que les permita, en principio, familiarizarse con la actividad acuícola y posteriormente hacerla propia, en apoyo a la alimentación familiar y como una fuente de ingresos. Este modelo de negocios con alguna especie con potencial de éxito, deberían ir acompañado de asesoría técnica, facilidad para obtener insumos, etc. (Giffard Mena et al., 2014; Sepescabc, 2015), lo que se ha denominado “un traje a la medida”.

Dentro de las especies que más se cultivan en México, está la tilapia o mojarra (O. niloticus). Por su volumen se encuentra en el lugar cinco y por el valor de producción pesquera, está posicionada en el lugar cuatro. Tres estados son los que más producen tilapia, Chiapas (36%), Jalisco (15) y Tabasco (14%) (Conapesca, 2021).

Respecto de la tilapia, el estado de Sonora a través de su Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora (iaes) y el Centro Acuícola del Estado de Sonora (caes), trabajan exitosamente con un programa de peces dulceacuícolas, donde produjeron más de un millón de crías de tilapia con las que abastecieron la demanda de productores menores, sembrándose en los embalses del estado durante el 2020-2022, como parte de las acciones de colaboración entre el Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos, Pesca y Acuacultura (Sagarhpa), de Sonora, y bajo la supervisión y asistencia de personal técnico del caes (Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora (iaes), 2023), esta estrategia seguida por el estado de Sonora, es una interesante ejemplo donde la triple hélice parece tener buenos resultados: gobierno, academia y productores.

En la Península de Baja California, el cultivo de tilapia es incipiente (0.3 y 10 ha, para BCS y BC, respectivamente), aunque su biotecnología es completa, y puede realizarse de forma extensivo, semiintensivo e intensivo. En la región de Baja California en el año 2010 se otorgaron tres concesiones, dos por la zona costa, Valle de Guadalupe, Bahía de todos Santos y una en El Valle de Mexicali (Sepescabc, 2015); en ellas se cultivó en una superficie de 10 ha, con una producción inferior a una tonelada (dof, 2012; Sepescabc, 2015; Inapesca, 2018).

El conocer a una especie y poder aprovechar sus características fisiológicas es suma importancia; de esta manera el cultivo de especies eurihalinas tiene mayor potencial de cultivo que las estenohalinas, este es caso para la tilapia del Nilo, tilapias hibridas y la trucha arcoíris, las que han demostrado su resistencia al cultivarlas en aguas salobres y marinas (Bückle et al., 2017; Ontiveros Córdova, 2022), esto abre una gran oportunidad para región de la península de Baja California, al poder cultivar especies bajo diferentes salinidades e incluso en agua de mar.

Un pez de agua dulce que fue introducido en México es el bagre de canal (I. punctatus), esto se realizó por primera vez en 1976 en la presa La Boquilla, Chihuahua. Posteriormente, se distribuyó en casi todos los estados de la República Mexicana, principalmente en sitios con climas tropicales y subtropicales con altitudes de 500 a 1 500 msnm, debido a su gran potencial comercial, rápido crecimiento y alta resistencia a condiciones ambientales adversas. Actualmente, esta especie se cultiva en sistemas de cultivo semiintensivo e intensivo en 22 estados, de los cuales sobresalen Michoacán y Chiapas, como principales productores (Inapesca, 2018; Conapesca, 2018; 2021).

Los primeros intentos por el cultivo de bagre en Baja California iniciaron en 1985, cuando se introdujeron 50 000 ejemplares en el Valle de Mexicali (Ejido Campestre), en una superficie de 35 ha, la producción que se obtuvo se dirigió al mercado chino y la granja operó por un corto tiempo. Posteriormente se realizaron cultivos en otras zonas (Campo Mosqueda) y en el año 2010, se otorgaron dos concesiones, una por la zona costa en la Bahía de Todos Santos y otra en el Valle de Mexicali (Sepescabc, 2015), las granjas operaron con producciones superiores a las 11 Tn húmedas (Giffard Mena et al., 2014). En la actualidad, no existe granjas que se dediquen a esta actividad en Baja California, aunque ya se probó que el cultivo se puede realizar en la región.

Respecto a la carpa (C. carpio), por su volumen está en la posición 21 de la producción pesquera en México; sin embargo, por su valor, en el lugar 35. Es la especie con más historia en la acuicultura de México, se encuentra ampliamente distribuida en el territorio nacional dada su gran adaptabilidad y capacidad reproductiva. Tamaulipas, Michoacán y Jalisco son los principales productores de esta carpa. Actualmente, se cultiva en sistemas extensivos y semiintensivo en monocultivos o policultivos, este último con el fin de utilizar diferentes nichos de la columna de agua, su biotecnología esta completa y estandarizada (Inapesca, 2018; Conapesca, 2021).

En Baja California, los primeros indicios de la presencia de carpa, se dieron al ser introducidas algunas en el Valle de Mexicali por la Conagua, para control de maleza acuática en canales de riego. Sin embargo, según la carta estatal Pesquera de Baja California, en la región se otorgaron dos concesiones de fomento (año 2010), una para la zona costa en la Bahía de Todos Santos y la otra en El Valle de Mexicali; no existe algún reporte de producción (Sepescabc, 2015). Sin embargo, el éxito del cultivo de carpa y otras especies de agua dulce, se evidencia por la producción comercial que se reportan para el Distrito de Riego del Valle Imperial (EUA), por la empresa Pacific Ocean AquaFarms de 900 Tn año-1 de tilapia roja, carpa plateada, hsb, bagre, producto que se distribuye en el mercado de Los Ángeles y San Diego (Giffard Mena et al., 2014; Pacific Ocean AquaFarms (poa), 2023).

Por otro lado, el cultivo de trucha arcoíris (O. mykiss), en México inició a finales del siglo xix utilizando organismos provenientes de Estados Unidos (Álvarez del Villar, 1970; Inapesca, 2018), el motivo original para la introducción de trucha en México fue el repoblamiento de ambientes naturales, principalmente ríos y embalses de zonas frías y templadas (Sosa et al., 2000), posteriormente se consideró su utilización en la actividad que se llamó piscicultura agrícola. (García-Mondragón et al. 2013).

Actualmente, la producción de trucha arcoíris en México se sustenta en granjas de las cuales la mayoría son rurales con bajas tasas de producción (Hernández-Martínez, 2002). No obstante, se observa un crecimiento de esta actividad que se refleja en la producción de cerca de 13 millones de crías, que dependen de la importación de huevo oculado de Estados Unidos (Sosa et al., 2000). Por este volumen se encuentra posicionada en el lugar 33 de la producción pesquera en México; sin embargo, por su valor está en el lugar 23. Los estados de Tamaulipas, Michoacán y Puebla son los principales productores. Actualmente, se cultiva en sistemas extensivo, intensivo y semiintensivo, su biotecnología esta completa y estandarizada. (Inapesca, 2018; Conapesca, 2021).

En el año 2010, en Baja California se otorgaron dos concesiones para el cultivo de fomento de trucha arcoíris (O. mykiss), una por la zona costa en la Bahía de Todos Santos y otra en el Valle de Mexicali (Sepescabc, 2015). Se produjeron cuatro toneladas por la upa ubicada en la zona costa Ja-Kat S. P. R. de R. L. El agua con la cual se alimentó la granja proviene de un manantial que emerge de la parte alta de las montañas y se dirigió por tubería hacia cada estanque, los que se alimentaron por caída libre (cesaibc, 2012; 2016). La actividad trutícola se realiza principalmente en zonas con climas de templado a frío y en sitios con altitud superior a 1200 m sobre el nivel del mar (Giffard Mena et al., 2014).

El cultivo de la lobina se encuentra poco desarrollado en México, a pesar de que existe alta demanda para consumo humano y de ser el pez más importante de pesca deportiva continental; quizá debido al mito de que en cautiverio presenta un factor de conversión alimenticia (fca) exageradamente alto. Sin embargo, las evaluaciones indican que la “lobina” tiene la capacidad de aprovechar eficientemente los alimentos administrados y el supuesto alto fca es solo un mito (Rojo-Cerebros y León-López, 2022). Este resultado, indica que hay que dedicarle mayor esfuerzo en materia de acuicultura a la lobina para aprovechar al máximo éste importante recurso.

Por la naturaleza biológica de la lobina negra (Micropterus salmoides Lacepede, 1802), es necesario un mayor grado de compromiso al cultivarla, mayor nivel de capacitación técnica y, sin duda, mayores costos de inversión (en infraestructura, estudios de impacto ambiental, transporte de larvas y alimento) (Giffard Mena et al., 2014). Sin embargo, estas especies emergentes tienen un alto impacto económico en las upa’s que lo producen. En los Estados Unidos de América (EUA), 31 estados cultivan y producen lobina, con ventas que alcanzaron los 27 millones de dólares americanos en 2018. Además, en EUA la lobina boca grande (Micropterus salmoides Lacépède, 1802) es un pez muy valorado como alimento para la comunidad asiática, en especial en las grandes ciudades como Nueva York, Chicago y Toronto (Rojo-Cerebros y León-López, 2022)., lo que despierta interés en su producción acuícola, por el potencial mercado asiático que pudiera cubrir su producción en el vecino estado de California.

Por otro lado, está la lobina rayada también conocida como lubina (Morone saxatilis Walbaum, 1792), es un pez anádromo, es decir, viven principalmente en agua salada y se aparean en dulce y alevines y juveniles en agua dulce y salobre, por lo que, estos organismos toleran intervalos de salinidad entre 0-35 ups. Es originaria del Atlántico Norte, se introdujo con éxito en varios lagos y embalses del continente en América del Norte y la costa del Pacífico, donde actualmente se puede encontrar desde México hasta la Columbia Británica (Sepescabc, 2015; cesaibc, 2023). El nivel de dominio de su biotecnología es completo, desde la reproducción en laboratorio hasta la engorda en maricultura, con sistemas de cultivo extensivo, semiintensivo e intensivo, con un tiempo de cultivo de 18 a 24 meses o hasta que alcancen los requisitos necesarios para su mercado, que es de 0.85-1.5 kg. (cna, 2023)

Según la Carta Nacional Acuícola (2023), en la Península de Baja California se otorgaron dos concesiones, una para Baja California en la Isla de Todos Santos (secaibc, 2012) y la otra en Bahía Magdalena, Baja California Sur. Según la Carta Estatal del Estado de Baja California (2015), posteriormente se otorgaron tres concesiones en las costas de Baja California, en Isla Coronado; Punta Banda, Puerto Escondido y una más en el Valle de Mexicali. Desde el 2013 una sola empresa en el país se dedica a su producción comercial, contando con su propio laboratorio para abastecerse de juveniles y realiza maricultivo para su engorda; en el 2022 se produjeron 1 800 toneladas de lobina rayada (cna, 2023). Este organismo, tiene potencial para ser cultivado tanto en agua dulce, salobre y de mar. Quizá en el Valle de Mexicali, pudiera seguir la estrategia que se sigue con el camarón blanco y en la zona costa utilizar pozos con agua salobre para su cultivo, esto abre una ventana de oportunidad muy amplia para la región.

Respecto a los peces de ornato, las primeras upa’s comerciales de estos peces se establecieron en el país durante la década de 1970, con la finalidad de diversificar la producción tradicional de la acuacultura. Sin embargo, fue hasta la década de 1990 cuando el cultivo logró establecerse y crecer, especialmente en el estado de Morelos. Su auge se presentó en el 2012 cuando se comercializan anualmente más de 40 millones de peces de ornato de agua dulce, lo cual generó un ingreso de aproximadamente 1 650 millones de pesos, a precio de menudeo. Este auge en la venta provocó que el 48% de los peces se importaran y solo el 52% se cultivara en más de 250 upa’s localizadas en 20 entidades federativas de la República Mexicana (Sagarpa, 2012b). Las estadísticas evidencias una caída significativa en su producción, para el 2021 ya que sólo se comercializan 101 698 peces, con sólo 12 estados registrados como productores (Conapesca, 2021).

Industrialización (transformación) de recursos pesqueros y acuícolas

Respecto a la presentación de los productos de la tilapia o mojara, el bagre la carpa, la trucha arcoíris, y la lobina, es variada, incluyendo pescado entero congelado, filetes congelados y frescos, empanizado o especiado, fresco en rebanadas, postas, precocidos congelados, entera salmonada, en tiras, en escabeche; su venta se ha fortalecido con la elaboración de productos como dedos de pescado empanizados nuggets, etc. Un componente importante de la creciente industria son los diferentes tamaños y paquetes, con piel, sin piel, congelados individualmente, ahumado y en grado sashimi; enlatado, con tratamiento de inmersión en monóxido de carbono o en ozono, empacado al vacío, deshidratado en forma de machaca, ahumado, etc. (Sagarpa, 2012b; fao, 2014; Giffard Mena et al., 2014; Sepescabc, 2015).

Recientemente han surgido interesantes subproductos de la tilapia, tales como artículos de piel para ropa y accesorios, gelatina de su piel para medicamentos de lenta liberación y arreglos florales elaborados con escamas secas y teñidas de colores (Sagarpa, 2012a; Giffard Mena et al., 2014).

En los peces de agua dulce no hay que descartar los subproductos, ya que de ellos sólo se aprovecha el 45% del mismo una vez transformado, dependiendo de la especie, por lo que el 55% restante pasa a formar parte de la fracción subproducto, el que se generan en los diferentes eslabones de la cadena de valor de los productos pesqueros acuícolas, desde su producción hasta el consumidor final, se generan cantidades significativa de subproductos susceptibles de revalorización mediante el adecuado tratamiento (Iñarra, 2018).

En primer lugar, al subproducto se puede aplicar un esquema de priorización estándar para su aprovechamiento alimenticio, siguiendo la jerarquía de opciones de valorización. La primera opción es siempre la prevención y la reducción en la generación de subproductos, lo que está ligado a unas buenas prácticas. La segunda opción es mantener el subproducto en la cadena alimentaria mediante la comercialización de las fracciones de bajo valor, la producción de ingredientes alimentarios o la obtención de biomoléculas de alto valor que pueden ser de uso en la industria nutraceútica, cosmética o farmacéutica. En tercer lugar, está la alimentación animal, canalizado hacia la producción de harina y aceite de pescado que se utilizan principalmente para la acuicultura por procesos de biorrefinería. Este es el uso más común de los subproductos de pescado, y es una opción directa para el tratamiento de los subproductos de la acuicultura, cuando hay una instalación cercana disponible. En algunos casos, otras soluciones de menor valor como la producción de energía, los biofertilizantes se puede considerar como opciones de valorización (Hermida-Trastoy, 2012; Iñarra, 2018; Florez-Jalixto et al., 2021), ya que se pueden comercializar como productos que proporcionan a las plantas los nutrientes necesarios para su desarrollo; al mismo tiempo mejoran la calidad del suelo y ayudan a conseguir un entorno microbiológico óptimo y natural (Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), 2021).

Respecto a los peces de ornato, su comercio promueve una industria multimillonaria, dentro de la que se sugiere a nivel nacional 38 especies con potencial de comercialización, sobresaliendo cinco especies exóticas, con las que se deben tener cuidados especiales. La presentación del producto es en vivo, se vende en bolsas de plástico con oxígeno, individuales o en grupo, esto último depende del tamaño de los peces (Sagarpa, 2012a; Giffard Mena et al., 2014).

Innovaciones, propuestas de valor y perspectivas

Las quemaduras constituyen uno de los problemas de salud más graves en la actualidad. Según Organización Mundial de la Salud (oms, 2023), estas provocan aproximadamente 180 000 muertes anuales en países en desarrollo. Para el tratamiento se recomienda terapia húmeda con el uso de apósitos oclusivos. Aunque en el mercado exista una gran cantidad de apósitos oclusivos, estos tienen un precio muy elevado por lo que se han buscado alternativas que tengan resultados igual o más efectivos y a costos menores. Recientes investigaciones demuestran que la piel de tilapia es una alternativa en el tratamiento de quemaduras profundas debido a su alto contenido de colágeno tipo I y III y su capacidad para retener la humedad y a su adherencia al tejido cutáneo. El uso de apósitos a base de piel de tilapia es una técnica ingeniosa e innovadora en cuanto a los biomateriales y esta acelera el proceso de cicatrización de las quemaduras, permite una reducción considerable del dolor, así como un resultado más estético en la piel de los pacientes. La piel de la tilapia, una vez limpia y esterilizada, se coloca en las zonas afectadas por quemaduras de forma estéril, pudiendo permanecer sin ser retirada hasta 10 días (Arauz Madrigal et al., 2022; Cabrera-Calderón y Zumba-Aguilar, 2022; Navas Ortega et al., 2022).

Los productos farmacéuticos no es la única aplicación que pueden tener los peces, cada año la industria pesquera descarta millones de toneladas de residuos no deseados. El total del peso de un pez se aprovecha aproximadamente el 45% del mismo una vez transformado, dependiendo de la especie, por lo que el 55% restante pasa a formar parte de la fracción subproducto (Iñarra, 2018). Existe un gran potencial de los residuos de pescado para la obtención de biodiesel como combustible para el transporte o como fuente de energía. Existen varias tecnologías disponibles para la fabricación de biodiesel, como la transesterificación, amidación con dietilamina, pirólisis a través de la catálisis, y la transesterificación en metanol supercrítico (Lin y Li, 2009). Se ha producido biodiesel o biogás a partir de la transesterificación con metanol (CH3OH) y catalización por hidróxido de sodio (NaOH) del aceite de pescado (Behçet, 2011), encontrándose que los residuos, también pueden ser empleados en la producción de biogás para uso como combustible (Behçet, 2011).

En relación con la acuariofilia, Baja California no aparece en las estadísticas de producción (Conapesca, 2021), por lo que esta es una actividad emergente que puede ser capitalizada por productores que gustan de la acuariofilia, actividad que algunos egresados de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez (ubbj), están capitalizado en la zona de San Quintín (García Santos, 2023). Como una actividad emergente, la cna (2012), sugiere 20 especies potenciales a nivel nacional. Giffard Mena y colaboradores (2014) sugieren 38; declarando que la producción de peces de ornato es una actividad sostenible, con amplios beneficios socioeconómicos y el menor impacto para los ambientes donde se desarrolle; siempre y cuando se evite cualquier escape de especies exóticas. Finalmente, es importante resaltar que la acuariofilia es un comercio que promueve una industria multimillonaria y esta es una muy importante actividad para la región (Ramírez-Martínez et al., 2010; Lango Reynoso et al., 2012; Conapesca, 2018d).

Adicionalmente poco se ha trabajado con especies de agua salada o de mar, a pesar de que son muy populares por sus colores vivos, su amplio mercado y potencial económico que tienen a nivel mundial. Cinco son las especies de agua de mar que suelen ser muy cotizados, pez payaso (Amphiprion ocellaris Cuvier, 1830), cirujano azul (Paracanthurus hepatus Linnaeus, 1766), abuela real (Gramma loreto Poey, 1868), mandarín (Synchiropus splendidus Herre, 1927) y cirujano amarillo (Zebrasoma flavescens Bannett, 1828). Sin embargo, existen aproximadamente 30 000 especies de peces conocidas en nuestros océanos y en Baja California tenemos dos ambientes muy diferentes con una diversidad muy distinta tanto en el golfo de California como en el Pacifico, algunas especies incluso son endémicas. Además de los peces ornamentales mencionados, hay muchos otros peces de agua salada aptos para acuario: siganos, peces ángeles enanos, blénidos, góbidos, lábridos, peces mariposa y caballitos de mar, entre muchos otros y algunos de los cuales se localizan en nuestras costas (Allain et al., 2016; Sooplus Magazine, 2023).

Otro interesante negocio emergente es la “roca viva” para acuario marino, es una roca extraída del océano para ser reinsertada dentro de un acuario. La definición de roca viva se le da por la maravillosa capacidad de albergar vida tanto macro como microscópica, actuando como un hábitat para la proliferación de un pequeño ecosistema. En el caso de la roca viva dentro de un acuario marino, cumple una función estética evidente, pero también tiene una función beneficiosa para el acuario, ya que aporta biodiversidad, facilita el asentamiento de bacterias nitrificantes y sirve como escondite a los peces que allí habitan (Acuario de arrecife, 2010).

Habitualmente, la roca viva que se comercializa suele pasar por un proceso de curación que dura varias semanas, es lo que se denomina roca viva curada. Este tipo de roca para acuarios suele tener un precio mayor a las que se extraen directamente del mar, y no se les aplica ningún tipo de curación. Actualmente la roca viva curada es la que más se venden en los comercios especializados en acuarios, ya que resultan menos peligrosas para la vida del acuario, y suelen ser más caras porque el curado de la pieza requiere de un proceso más o menos largo, con bastante trabajo detrás por parte del técnico que sabe exactamente qué es lo que hay que hacer (Acuarios Marinos, 2016).

Con el propósito de no extraer exceso de Rocas Vivas de un ecosistema natural en equilibrio y devastarlo. Para evitar la negativa de un permiso de extracción, la estrategia a seguir es cultivarla o repoblarla. El procedimiento consiste en introducir en agua del océano pequeñas rocas coralinas, que se recogerán más tarde. La roca viva también se puede hacer a partir de la denominada roca base, que son rocas calizas o calcáreas que se mantienen durante un tiempo sumergidas en el mar. Con ello se logra que la roca sea colonizada por múltiples organismos (repoblamiento), como pueden ser anémonas, algas, gusanos, crustáceos, microrganismos de diferentes tipos (pequeño ecosistema). Obviamente no todas las piedras tendrán la misma cantidad de invertebrados. Cuanto mayor tiempo haya estado sumergida, mayor será la cantidad de animales que han colonizado la roca. Las rocas realmente buenas suelen alcanzar precios muy elevados. Normalmente el tiempo de colonización suele ser entre 2 y 6 meses (Acuario de arrecife, 2010; Admin, 2013), en el mercado internacional ya existen catálogos de rocas vivas que se comercializan dependiendo de la región del mundo donde se extrajo o se repobló, esta es otra interesante manera de comercializarlas las Piedras Vivas a nivel internacional (Tarraco Goldfish, 2017).

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Glosario

UPA: unidad Productora Acuícola.

Acuicultura: el cultivo de organismos acuáticos en su ciclo completo o en partes del ciclo, mediante el empleo de métodos y técnicas para el desarrollo y crecimiento controlado parcial o total, durante una o varias etapas biológicas en cualquier tipo de instalación apropiada en ambientes controlados, ya sea en aguas marinas, salobres o dulces.

Actividad acuícola: implica la intervención humana para incrementar la producción, ya sea para concentrar poblaciones de peces.

Actividad proliferativa: capacidad que tiene un compuesto de inducir el crecimiento de algún tipo de célula.

Agronegocios: término que se utiliza para hacer referencia a las actividades económicas derivadas o ligadas a los productos del campo, tanto a la producción, procesamiento, transporte y distribución posterior y todas sus derivadas económicas, sociales y demográficas.

Aguas interiores: son las situadas en el interior de las líneas de base del mar territorial, incluyéndose en ellas los puertos, bahías, estuarios y las aguas continentales. No incluyen ríos, ni lagos, ya que sólo se refieren al agua salada.

Alevines: cría de peces destinados a la repoblación de las aguas de estanques y ríos.

Almeja: molusco bivalvo que vive enterrado en arenas o barros de las orillas de los ríos y mares.

Altamar: según lo establece la Convención de Derecho del Mar, constituye todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en el mar territorial o en las aguas interiores de un Estado.

Anádromos: que nacen en aguas saladas y posteriormente se reproducen en aguas dulces.

Anémonas: invertebrados con aspecto vegetal, organismos que se fijan en sustratos rocosos.

Bioactividad: capacidad que tiene el material de interactuar químicamente con los tejidos (blandos y duros) del organismo.

Bioactivos: potenciales estimulantes de cultivos agrícolas.

Bioestimulante: sustancias químicas o microrganismos que fomentan el crecimiento y desarrollo de plantas.

Biomoléculas: moléculas propias de los seres vivos de las que destacan carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre.

Bivalvo: moluscos marinos o dulceacuícolas, aplanados lateralmente y con simetría bilateral. El cuerpo está protegido por dos valvas que se encuentran unidas dorsalmente por un ligamento elástico y se articulan mediante una charnela con dientes. Se cierran por la acción de uno o dos músculos aductores.

Bromoformo: líquido incoloro con un olor dulce, similar al de cloroformo.

Cadenas de suministros: todo el proceso que envuelve al producto, desde la compra y fabricación de las materias primas hasta la resolución final, es decir, la entrega de este artículo al cliente. También llamado en el mercado Supply Chain, el desarrollo de la cadena de suministro incluye la creación del código de barras, así como el almacenamiento y el transporte de mercancías.

Cadenas de valor: concepto teórico que describe el modo en que se desarrollan las acciones y actividades de una empresa. Con base en la definición de cadena, es posible hallar en ella diferentes “eslabones” que intervienen en un proceso económico: se inicia con la materia prima y llega hasta la distribución del producto terminado. En cada eslabón, se añade valor que, en términos competitivos, está entendido como la cantidad que los consumidores están dispuestos a abonar por un determinado producto o servicio.

Caladeros: se refiere a una zona marítima donde los pescadores tienden a calar o “calan” sus redes por la existencia de condiciones favorables que facilitan la abundancia de pesca, es decir, donde existe una gran cantidad de peces.

Catadromos: peces diadromos que pasan la mayor parte de su vida en agua dulce, pero van al mar a reproducirse (talasotocos).

Circuntropical: se se refiere a algo que se encuentra o se distribuye alrededor de los trópicos, es decir, en una región que abarca ambos hemisferios y que se extiende desde el trópico de Cáncer en el norte hasta el trópico de Capricornio en el sur.

Cojera: incapacidad temporal o permanente para andar con normalidad.

Comercio: actividad económica que consiste en realizar transacciones orientadas a la compra-venta de bienes nuevos o usados con el objeto de venderlos en el mismo estado en que fueron adquiridos.

Commodity: es un material tangible que se puede comerciar, comprar o vender. Al encontrarse sin procesar, no posee ningún valor añadido o diferencial más allá de su proveniencia, por eso se suele usar como materia prima para fabricar productos más refinados

Caracol: conjunto de especies animales invertebrados pertenecientes a los moluscos gasterópodos, que pueden ser tanto marinos como terrestres

Costero: la costa o, mejor dicho, el ecosistema costero, es el ambiente donde vive una gran diversidad de organismos que interactúan entre sí y con el ambiente. (i. e., estuarios, lagunas y zonas cerca de la costa).

Crustáceos: crustacea, del latín crusta, ‘costra’ y aceum, ‘relación o naturaleza de algo’.

Cultivos extensivos: es el sistema de producción usado en acuicultura, donde se aplica un nivel bajo de tecnología en construcción y producción, que resulta en rendimientos bajos y en el uso ineficiente del recurso tierra.

Cultivos semiintensivos: es el sistema de producción usado en acuicultura, donde se aplica un alto nivel tecnológico en la construcción y proceso de cultivo, que permite una producción eficiente y rentable. En este sistema se pueden diferenciar tres niveles de eficiencia: bajo, medio y alto.

Cultivos intensivos: es un sistema de producción que suele efectuarse en instalaciones que no se encuentran directamente en el medio natural, sino en piscinas o tanques adecuadamente aislados con sistemas técnicos que se encargan de captar y recircular el agua. A través de este tipo de sistema, tanto el medio como los individuos se someten a un control absoluto.

Desarrollo sostenible: modo de progreso que mantiene ese delicado equilibrio hoy, sin poner en peligro los recursos del mañana.

Envasado en atmósfera modificada (map): es un sistema de envasado que implica cambiar la atmósfera gaseosa que rodea un alimento dentro de un envase.

Especie: denominación genérica que identifica a los recursos pesqueros que presentan semejanzas entre sí.

Estanques: es una de las estructuras que componen una finca acuícola, la cual es diseñada y construida bajo especificaciones que permiten el cultivo eficiente de organismos acuáticos.

Estenohalinas: especies que no toleran variaciones de salinidades.

Eurihalino: organismos acuáticos que son capaces de vivir en aguas que poseen un amplio rango de concentración de sales, sin que se vea afectado su metabolismo.

Excipiente: en farmacéutica, un excipiente es una sustancia inactiva que se mezcla con el principio activo para dar consistencia a los medicamentos.

Factor de Conversión Alimenticia (fca): indicador que expresa aumento de peso en organismos con relación de peso del alimento suministrado.

Gasterópodo: se caracterizan por tener un cuerpo alargado con un gran pie en la base de este y una única concha en forma de espiral en la que el animal se puede esconder.

I + D: investigación más Desarrollo.

Índice de Complejidad de Productos (pci): medida de la complejidad requerida para desarrollar una actividad económica (por ejemplo, industria, producto u ocupación). Su valor se correlaciona con la concentración espacial y los ingresos de las actividades económicas.

Infaunal: es la fauna o conjunto de organismos que viven entre las partículas del sedimento en el medio acuático.

In situ: en su lugar original.

Inmunoestimulantes: son una amplia categoría de tratamientos que, en teoría, podrían mejorar la inmunidad inespecífica frente a varias enfermedades respiratorias, reduciendo así el riesgo de exacerbación y su gravedad.

Índice de Complejidad de Productos (pci): medida de la complejidad requerida para desarrollar una actividad económica (por ejemplo, industria, producto u ocupación). Su valor se correlaciona con la concentración espacial y los ingresos de las actividades económicas.

Juveniles: organismos pequeños destinados a la repoblación de las aguas de estanques y ríos o con los que pueden iniciarse cultivos, incapaz de reproducirse.

Lago: es un cuerpo de agua dulce o salada, más o menos extensa, que se encuentra alejada del mar, y asociada generalmente a un origen glaciar.

Laguna: depósito natural de agua, generalmente dulce y de menores dimensiones que el lago. La poca profundidad de la laguna es lo que mejor la diferencia del lago.

Lapa: molusco gasterópodo, de concha cónica con abertura oblonga, lisa o con estrías, que vive asido fuertemente a las rocas de las costas.

Litoral del Golfo y Mar Caribe: Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

Litoral del Pacifico: Baja California Norte, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán de Ocampo, Guerrero, Oaxaca, Chiapas.

m3: metro cúbico es igual a 1000 litros de agua.

Maricultivo: cultivo de especies marinas en aguas oceánicas.

Mejillón: molusco bivalvo que vive formando comunidades numerosas y colonizando grandes zonas de roca a las que se adhieren mediante los filamentos del biso que se encuentran en su pie.

Mercado emergente: veloz crecimiento de su economía y, a su vez, presentan inestabilidad en el ámbito financiero y político.

Metanógeno: palabra que procede de la combinación de metano, del gas metano CH4.

Moluscos: organismos con dos conchillas externa (bivalvos) o con una (gasterópodos). Otra diferencia aparte de su estructura externa es que los primeros son filtradores de micropartículas (detritus y algas microscópicas) y los segundos son herbívoros de algas marinas. Los más conocidos son: ostras, mejillones, vieiras y dentro de los gasterópodos (a nivel mundial) es el denominado abalón o abulón.

Monocultivos: cultivo de una sola especie.

Nerítico: zona marina situada por encima de la plataforma continental, sin contacto con el litoral y con una profundidad máxima de 200 m; es la zona más rica en especies animales

Nutracéuticos: un alimento o parte de un alimento que proporciona beneficios para la salud, incluyendo la prevención y/o tratamiento de enfermedades.

Observatorio de Complejidad Económica (oec): plataforma de visualización y distribución de datos en línea centrada en la geografía y la dinámica de las actividades económicas. Integra y distribuye datos de una variedad de fuentes para empoderar a los analistas del sector privado, el sector público y la academia.

Oceánico: mar abierto lejos de la costa, donde habitan desde la superficie hasta los 1 000 m de profundidad.

Omega-3: los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa poliinsaturada. Necesitamos estas grasas para fortalecer las neuronas y para otras funciones importantes. Estos ácidos ayudan a mantener el corazón sano y protegido contra un accidente cerebrovascular.

Osteogénico: es el tipo de cáncer de huesos más frecuente en niños.

Ostión: son moluscos bivalvos, poseen concha de forma ovalada, con tendencia a irregular, el tipo de cultivo y manejo se puede dar forma a la que se quiera, su textura externa es áspera y lisa por dentro.

Ostreidos: orden de moluscos bivalvos que incluye las ostras y los ostiones (familia Ostreidae) y otras familias relacionadas con ellos.

Pectínido: tienen, en efecto, esa forma convexa típica de las peinas e, igualmente, diferencia de anchura entre la parte superior y la inferior. Ambas resultan ornamentales.

Pelágico: deriva de la palabra griega pelagos, que significa océano. La zona pelágica es la columna de agua que está sobre el fondo marino

Pesca: actividad económica que, a través de la combinación de recursos, realiza actividades de captura, extracción o acuicultura de especies acuáticas, con carácter comercial o de fomento, en el mar, ríos, lagos, lagunas, esteros, etcétera.

Piscicultura: tiene por objeto el cultivo racional de los peces, lo que comprende particularmente, el control de su crecimiento y su reproducción. Se practica en estanques naturales o artificiales; vigila y regula la multiplicación, alimentación y el crecimiento de los peces, así como la puesta en funcionamiento y mantenimiento de estos recintos acuosos, en lugar de dejar a la naturaleza encargarse de los mismos.

Piscifactoría: conjunto de instalaciones industriales donde se dirige y se fomenta la reproducción de peces y mariscos.

Policultivos: cultivo de dos o más especies

Extractivismo: es definido como la explotación de grandes volúmenes de recursos naturales, que se exportan como commodities y generan economías de enclave (localizadas, como pozos petroleros o minas, o espacialmente extendidas, como el monocultivo de soja o palma).

Postlarva: es un estadio del ciclo biológico del camarón marino, alcanzado después de haber evolucionado, a través de los diferentes estadios larvales. Es en este cuando logra crecer a un tamaño de 7 a 12 mm, para ser utilizado en el cultivo en estanques de producción de las fincas.

Productores primarios: organismos que hacen entrar la energía en los ecosistemas.

Reconversión productiva: la escancia de este concepto, “es hacer lo mismo, pero de mejor forma”. “Es el cambio o transformación voluntaria hacia una producción diferente a la actual; busca innovar y agregar valor a la producción mediante la utilización de sistemas tecnológicos eficientes en toda la cadena productiva”, (Zumaeta, 2011). El objetivo principal de la reconversión productiva es elevar la competitividad del sector que corresponda, con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población (Sagarpa, 2012); los objetivos específicos de la reconversión productiva según Becerra (2015) son: promover el desarrollo del sector pesquero y acuícola en forma sostenible y rentable; incrementar la producción, la productividad y la competitividad sobre la base de las potencialidades productivas y ventajas comparativas de las regiones; optimizar las actividades de comercialización interna y externa de los principales productos pesqueros y acuícolas y promover la seguridad alimentaria.

Peneidos (penaeidae): son una familia de crustáceos del orden de los decápodos.

Resielncia: es la capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos.

Restaurante: establecimiento público donde se preparan y sirven comidas y bebidas, mediante precio, para ser consumidas en el mismo lugar.

Río: corriente natural de agua que fluye con continuidad. Posee un caudal determinado y desemboca en el mar, en un lago o en otro río, en cuyo caso se denomina afluente.

Roca viva: rocas cubiertas de organismos presentes en medio natural.

Bacterias nitrificantes: responsables en transformar el nitrógeno amoniacal en nitrógeno asimilables para organismos fotosintéticos.

Round: es una tonelada de producto entero y desangrado, con cabeza, con vísceras y agallas. Se denomina también tonelada “de entero equivalente” (Whole Fish Equivalent).

Salmoniforme: son especies anádromas, es decir, que nacen en los ríos para migrar en dirección al mar, para desarrollarse. Posteriormente retornan a los ríos para desovar.

Sostenibilidad: se refiere a la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social.

Sostenibilidad económica: que se encarga de que las actividades que buscan sostenibilidad ambiental y social sean rentables,

Sostenibilidad social: busca la cohesión de la población y una estabilidad de ésta.

Sustentabilidad: con enfoque único en los recursos naturales y el medio ambiente; tratando de preservarlos, conservarlos y protegerlos, pensando en el futuro inmediato del entorno natural, con la finalidad de no afectar a las generaciones venideras, pero continuar beneficiando a la sociedad actual.

Trutícola: relativo al cultivo de trucha.

UMA: unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre.