II. La arquitectura escolar: su incidencia en la morfología de ciudades de Veracruz

https://doi.org/10.52501/cc.156.02


Eunice del Carmen García García

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II. La arquitectura escolar: su incidencia en la morfología de ciudades de Veracruz

Eunice del Carmen García García1

Eva Acosta Pérez2

Arturo Velázquez Ruiz3

DOI: https://doi.org/10.52501/cc.156.02

Resumen

La ciudad como un ente en constante evolución, debe prever dentro de su crecimiento la implementación de ciertos espacios de equipamiento urbano, que permitan dar a la sociedad lugares donde sus habitantes puedan realizar actividades complementarias al trabajo o habitar con el fin de poder generar un bienestar social. Este artículo intenta poner en valor la incidencia que específicamente el equipamiento educativo tiene en la morfología de las ciudades de Veracruz.

El uso de la historiografía como método de análisis en la investigación es empleado para reconocer, a lo largo del tiempo, aquellos sucesos y sobre todo aquellas propuestas más relevantes del equipamiento escolar que arquitectónica y urbanísticamente reflejan una búsqueda por resolver y planear de mejor manera el crecimiento de las ciudades en México de forma más sustentable.

Se intenta poner en valor el periodo del movimiento moderno en México. Momento en el que el desarrollo económico del país y las gestiones gubernamentales impulsarán, de manera significativa, el hacer llegar a todo el pueblo la educación. Se intenta tener como objetivo mirar y analizar cuáles fueron esas propuestas que hoy día son vigentes, en la planeación urbana sustentable en relación a la arquitectura educativa, y preguntarse qué se ha hecho posteriormente en este ámbito; ¿esta preparada la ciudad para una demanda educativa para el siglo xxi? o es necesario replantear las formas de planear el equipamiento educativo.

Palabras clave: Equipamiento educativo, equipamiento y morfología de la ciudad.

Introducción

El presente trabajo pretende hacer una breve reflexión sobre la importancia del equipamiento educativo en la configuración formal de la ciudad, apoyándose en criterios y conceptos fundamentados en la ciudad moderna y el vínculo indisoluble entre el urbanismo y la arquitectura.

Si se entiende al urbanista como un planificador de la ciudad, se podría decir que aquellos arquitectos que diseñan algún tipo de equipamiento urbano tienden a resolver una necesidad un tanto urbanística, porque a partir de estudiar los fenómenos de crecimiento de la población plantean hacia dónde o cómo crecerá la ciudad.

La ciudad puede definirse como un conjunto económico, social y político que constituye la región. Aquí reside su condición interdisciplinar, es decir, que para su planeación intervendrán diversas disciplinas atendiendo conjuntamente los requerimientos de la sociedad urbanizada. El urbanista o planificador deber conocer todos los factores para poder prever y así poder actuar en consecuencia.

Por otro lado, también es preciso entender que la obra del arquitecto debe apoyarse en las necesidades de las personas, existe una situación peculiar en donde las soluciones pretenden resolver problemas particulares, con lo que se plantea una contradicción ante uno de los principios urbanos, dar bienestar no sólo al individuo sino también a la sociedad en la que implanta la obra. No obstante, esta contradicción pudiera resolverse cuando se trata del equipamiento urbano, pues se podría alcanzar un equilibrio, es decir, lograr responder a unas características específicas para el usuario que se vinculen de manera natural con una necesidad netamente comunitaria.

Mucho se ha dicho que la Arquitectura debe de perdurar o continuar siendo vigente con el paso del tiempo. Por otro lado, en aspectos urbanos al responder a una sociedad cambiante debe permitirse la adaptación a nuevas circunstancias sociales. De igual manera se tiene en los equipamientos la opción de llegar a una conciliación de esta premisa, es decir, tratar de generar arquitectura perdurable que se adapte naturalmente con las necesidades sociales de la época, apelar a la característica de reversibilidad que puede observarse en las propuestas del movimiento moderno.

La arquitectura y el urbanismo aun cuando son disciplinas diferentes están estrechamente relacionadas; ambas parten de las actividades y necesidades del hombre. La arquitectura debe cumplir un fin social, de aquí la idea de que el equipamiento urbano pueda resolver o proponer, a través de su arquitectura, el crecimiento de la ciudad.

La pregunta de cómo encontrar una forma arquitectónica adaptable a los cambios sociales del siglo xxi es un cuestionamiento que hoy en día se plantean los urbanistas y arquitectos, sin embargo, lo que debe prevalecer es que sólo a través del análisis del comportamiento social se podrá enfrentar el crecimiento de las ciudades contemporáneas. Esto remite a que es necesario conocer, en primer lugar, la historia de nuestras ciudades para adentrarnos en el entendimiento de la sociedad y, por ende, reconocer qué intervenciones se propusieron a nivel urbano. Este trabajo pretende realizar este acercamiento a la ciudad a través del equipamiento educativo, como el eslabón que permite entender el crecimiento y la morfología de la ciudad hasta llegar a nuestros días.

Desarrollo

La arquitectura moderna, contrario a lo que comúnmente se pregona, ha generado propuestas que toman muy en cuenta la cuestión urbana y, por ende, el espacio público. La generación del espacio público, que se apoya en criterios y conceptos fundamentados en la ciudad moderna, pretendía cumplir con una función integradora. En el caso de Xalapa, la intervención del equipamiento educativo se da en ocasiones desde otro punto de vista, ya que en la ciudad, desde finales del siglo xviii y gracias a un plan de mejoramiento nacional, se proyectan una serie de parques y jardines que de cierta manera inciden en la configuración de la ciudad.

Para entender el porqué de la implantación del equipamiento educativo en Xalapa, hay que precisar el contexto que durante los años cincuenta se vivía a nivel nacional, sobre todo, en el ámbito de desarrollo educativo, para comprender de dónde surge el impulso hacia la construcción del equipamiento urbano educativo en todo el país.

Tras el movimiento revolucionario y la instauración de la Constitución de 1917, se crea en 1921 la Secretaría de Educación Pública, nombrándose a José Vasconcelos como el Secretario. Abogado visionario que inició la lucha en contra del analfabetismo, creó escuelas rurales, impulsó las artes, así como la investigación científica para generar un programa integral de educación para el país.

Bajo esta dinámica, el Gobierno del D.F. impulsa la construcción de veinte escuelas proyectadas por Juan O’Gorman, el mérito fue el gasto generado para la construcción de más de 400 aulas de aproximadamente un millón de pesos. Se partió de una modulación de 15 centímetros para eficientar los elementos constructivos, por lo que se adaptaron las dimensiones del aula a 6 m por 9 m. Estas escuelas reflejaban una racionalización de los materiales, desvinculándose de cualquier tipo de decoración, dejando clara influencia de los postulados de la modernidad.

En la época de Jaime Torres Bodet al frente de la Secretaría de Educación Pública, prolifera un gran número de equipamiento urbano denominado las escuelas de “media millas” (De Anda Alanis, 1995), llamadas así porque se apoyaban en el planteamiento de generar un desplazamiento máximo de una milla para los padres de familia al ir a dejar y recoger a sus hijos. Por otro lado, se respetaba el concepto de que la educación debía ubicarse en el recorrido entre la vivienda y el trabajo con el fin de que los alumnos se integraran al desplazamiento de los padres al trabajo.

Existen ejemplos que muestran cómo las escuelas primarias, en el Barrio del Dique en la ciudad de Xalapa, se localizan a la distancia deseada para contribuir a la circulación familiar diaria. A su vez, se distinguen cómo las áreas de juego o esparcimiento estarán entrelazadas dentro de la trama urbana. Se observa que la Escuela Primaria Ferrer Guardia se implanta a escasos metros del Parque Los Lagos; la Escuela Primaria Josefa Murillo se encuentra casi enfrente al Parque Magnolia, o el caso de la Escuela Primaria “Graciano Valenzuela” con el parque Colón a un costado.

Por otro lado, tras el surgimiento de las campañas gubernamentales para solventar el equipamiento urbano de las ciudades, y gracias a una iniciativa del urbanista José Luis Cuevas, el Secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, forma el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (capfce), en sus inicios surge con la preocupación de brindar una respuesta acorde con sus necesidades y localidad:

… que el verdadero lujo de un plantel escolar no son los mármoles y los bronces, sino la utilidad combinada de todas sus dependencias, la articulación de sus partes, el ejercicio consiguiente de su función y pretender un tipo idéntico para todo lugar. [capfce, 1944]

Se destinaron comités regionales para atender las diferentes zonas del país, estipulando los parámetros generales para los programas arquitectónicos. Es importante mencionar que aun cuando se les definieron los lineamientos se les brindó total libertad a los arquitectos responsables de zona para que, dada las circunstancias locales de cada región, pudieran proponer nuevas alternativas a los programas arquitectónicos ya estipulados. Este fenómeno permitió la experimentación, lo que generó una serie de diversas soluciones que con el paso del tiempo permitirían la definición de estrategias de proyecto más específicas para cada zona, generando obras con un sello personal por parte de los autores.

Entre los jefes de los comités regionales del capfce en los primeros años se encuentran: Domingo García Ramos, en Campeche; Luis Rivadeneyra Falcó, en Veracruz; Pedro Ramírez Vázquez, en Tabasco; Carlos Leduc en Colima, entre otros.

La adaptación de las soluciones, como a respuesta los diferentes climas, sistemas constructivos y materiales, dio como resultado obras con calidades espaciales llenas de un carácter personal, como se puede distinguir en las escuelas de José Villagrán en el D.F.: Escuela Costa Rica y Centro Universitario Mexicano; Carlos Leduc con las escuelas en Coyutlán y Colima, o en la obra de Enrique del Moral para la escuela en Casacuarán, entre otros. De este modo, entre 1940 y 1946, se pueden distinguir más de 588 escuelas a lo largo de México.

Figura 1. Centro Universitario Mexicano

Fuente: Foto Juan Pablo Ortiz Valoy (2012).

Figura 2. Escuela Casacuarán, Guanajuato

Fuente: Foto Eunice del C. García García (2016).

El equipamiento urbano educativo en México tiene gran parte de su fundamentación urbanística en estudios realizados por el urbanista Domingo García Ramos, en su libro “Iniciación al urbanismo” (1961), en el que recomienda algunas reglas básicas para su implantación dentro de la mancha urbana.

Para las escuelas se debería determinar su localización por medio de un plano de distribución de la población, estudiando el radio de influencia, así como no rebasar por ningún motivo la arteria de alto tránsito limitativa del barrio, es decir, no deberá colocarse fuera de un barrio, tomando como límites las vialidades principales para no sobreasar este punto. Se debe procurar que la escuela tenga acceso por una calle secundaria, aun cuando su desarrollo se presente sobre la calle principal. Si fuera el caso de ser una secundaria, se permitirá que los accesos puedan colocarse en las calles principales, esto en consideración de que los alumnos son mayores.

De esta manera, la solución de la Escuela Primaria Josefa Ortiz de Domínguez (1953-58 Arq. Luis Rivadeneyra, Imágenes 9 y 10), en el puerto de Veracruz, ubicada en la esquina de Ignacio López Rayón e Ignacio Zamora, coloca el acceso peatonal sobre la calle López Rayón que cuenta con una menor afluencia vehicular. Además, la implantación responde también a la recomendación de ubicarse en un área cercana a un espacio público, que para este caso sería el ya existente Parque Zamora, localizado a unos 100 m del acceso al centro educativo.

Figura 3. Vista Acceso Escuela Josefa Ortiz de Dominguez, Veracruz

Fuente: Fotografías Juan Pablo Ortiz Valoy (2012).

En Xalapa se encuentra el ejemplo de la Secundaria Técnica No. 3 del mismo arquitecto Luis Rivadeneyra localizada en la Av. Ávila Camacho y esquina con la calle San Roque, en donde el acceso y la salida peatonal se realizan por las calles San Roque y Rafael Ramírez, respectivamente (imágenes 11 y 12). Nuevamente su ubicación dentro de la ciudad responde a un radio de influencia en donde, de manera similar a la Escuela Josefa del Puerto de Veracruz, se localiza a unos 200 metros del Parque Los Tecajetes, que hasta hoy en día sigue siendo un centro de reunión de los estudiantes de la secundaria y de centros de educación privados en la zona.

Otra de las recomendaciones de García Ramos para las preparatorias fue que en este tipo de plantel no existe problema de localización, pues el usuario es un joven que sabrá cuidarse del tránsito de la ciudad, a diferencia de las primarias y secundarias. Distingue que las universidades se deben clasificar en dos tipos: los conjuntos escolares universitarios formando parte de una ciudad y la ciudad universitaria exclusiva, la primera integrada dentro de la mancha urbana, mientras que la segunda proyectada exprofeso en una gran área que reúna todos los espacios requeridos para el buen funcionamiento de la universidad.

Esta última estrategia toma relevancia para la ubicación, pues generalmente se proponen a orillas de las ciudades, generando en cierta manera el crecimiento a futuro de la ciudad. Por su parte, dentro de la ciudad de esta última, toma relevancia la ubicación, pues generalmente se proponen a orillas de las ciudades, generando en cierta manera el crecimiento a futuro de la ciudad. Por su parte, dentro de la ciudad de Xalapa se encuentra la intervención no realizada para la Ciudad Universitaria del Arq. Alberto Mendoza Bridat, la cual, de manera similar a lo que sucedía en Ciudad de México con los inmuebles de la Universidad Nacional Autónoma de México, buscaba reunir en el campus todos los recintos de las facultades que se localizaban dispersas en el centro de la ciudad. La propuesta fue integrar los nuevos edificios en un conjunto centralizado inspirándose en el plan maestro de la recién Ciudad Universitaria de la unam, una forma urbana basada en objetos aislados que se organizan buscando un espacio continuo, que se jerarquiza gracias a la topografía del lugar. La circulación será otro sistema de organización para la ciudad, y su vinculación con el equipamiento urbano va de la mano con las consideraciones antes mencionadas

Si se parte de la idea de que circular significa trasladarse, por tanto, es desplazarse de un punto a otro, es decir, transitar. El tránsito se hace por las vías de comunicación, por las carreteras y las calles que deben proporcionar una circulación eficiente, económica, tiempo y esfuerzo, seguridad y confort. Los trazos de las calles deben hacerse para procurar armonizar la velocidad del vehículo con el desplazamiento del peatón y, sobre todo, tomando en cuenta el equipamiento educativo circundante a ellas, con el fin de no poner en riesgo a los estudiantes.

Las circulaciones constituyen el nervio de la vida contemporánea en que los desplazamientos se miden ya no por la distancia sino por el tiempo. Se debe partir de la premisa de humanizar el tránsito para priorizar al peatón (García Ramos, 1961).

Esta condición se buscaba en la propuesta ya mencionada para la Ciudad Universitaria de Mendoza Bridat, la cual se basaba en un esquema similar al de cu-unam, en el cual existiría una circulación perimetral que permitiría un libre traslado por el interior de la plaza central, de esta manera trata de generar espacios públicos que integrarían de forma natural la trama urbana circundante, propuesta que no fue completada. Esta idea de haberse realizado en su totalidad, hubiera cedido gran parte de su superficie al espacio público, utilizable para toda la sociedad a través de un recinto transitable emulando en cierta medida la función general de las plazas prehispánicas y resaltando como los planteamientos de la etapa moderna en México atendían de manera especial a la humanización del espacio común y que buscaba un cambio en la comunidad.

Por otro lado, el ejemplo de la implantación de la Benemérita Escuela Normal para Maestros Enrique C. Rébsamen en la Avenida Xalapa responde, en cierta medida, a varios de los puntos recomendados por García Ramos, en donde el arquitecto Enrique Sordo Dosal proyecta un recinto rodeado por circulaciones principales, en un área de casi dos hectáreas a las afueras de la ciudad para 1962. Hoy en día se podría decir que la Normal impulsó el crecimiento de esta zona, colinda por su lado sur con una zona habitacional (col. Magisterial), en donde puede percibirse cierta influencia de planteamientos del movimiento moderno en la organización urbana y donde nuevamente los postulados modernos evidencian la atención prestada en la cohesión social a través de un espacio público generando áreas de transición entre los distintos usos (Archivo Benemérita Escuela Normal Veracruzana).

Similar es el caso de la escuela primaria Carlos A. Carrillo, el kínder Bertha Von Blumer y la Secundaria Federal 2, las cuales fueron emplazadas en los alrededores del fraccionamiento Veracruz, que hacia los años cincuenta fuera un punto de crecimiento de la ciudad en el que estas escuelas resolverían la necesidad de equipamiento urbano dentro del sector. El hecho destacable es cómo la solución de la trama urbana en este fraccionamiento permite que el equipamiento humanice, en gran medida, las áreas del espacio público proyectado.

Lo mismo sucede con la Escuela Salvador Díaz Mirón y el kínder Virginia Aguilar y su vínculo con el Parque Los Berros, el cual sirve como un vestíbulo a los centros educativos y como un área extensa para que los niños al salir puedan tener zonas de convivencia y esparcimiento.

Figura 4. Vista Normal Veracruzana

Fuente: Foto Eunice del C. García García (2022).

Figura 5. Escuela Bertha Von Blummer

Fuente: Foto Eunice del C. García García (2012).

A lo que se quiere llegar es a dar una reflexión de que, si bien un mayor número de implantaciones de equipamiento en Xalapa fueron posteriores a la generación de los parques o áreas de espacio público, el equipamiento educativo es vital para que estos espacios se revitalicen, cumpliendo su función de zonas de esparcimiento y convivencia social, con lo cual se evita el deterioro y se previene su desuso.

En México, los arquitectos toman el reto de planificar la ciudad, gracias a personajes como José Luis Cuevas o Domingo García Ramos que asentaron las bases de un urbanismo visionario, con una fundamentación teoría y metodológica adaptada a los condicionantes locales del país.

Los planos reguladores sobre los cuales se trató de ordenar, articular, perfilar y repartir el territorio permitieron generar núcleos, espacios públicos, integrados a una realidad social y a una adaptabilidad propia de los preceptos de la ciudad moderna.

Son muchos los factores que inciden en la morfología. Urbana, una ciudad bien diseñada es la que cumple con todas las necesidades de la sociedad, por ello, los espacios educativos son indispensables localizándolos estratégicamente dentro de la traza de acuerdo a la densidad de población en respuesta a la legislación.

Para la ciudad resulta vital disponer de estos espacios y edificios que deben estar “de forma equilibrada en todo el territorio. Así, los equipamientos urbanos se convierten en referente de un grupo social por su localización en el territorio, la calidad de su diseño, la seguridad física, las garantías de cada servicio y especialmente la accesibilidad a un servicio común por parte de un grupo o sector de la ciudadanía.

El sector de la educación en la ciudad es estratégico para el desarrollo del territorio, por lo cual los espacios y edificaciones dedicados a la enseñanza escolar se configuran como elementos básicos de las funciones de la ciudad

El Plan Municipal de Desarrollo 2018-2021 del municipio de Xalapa tiene entre sus principales objetivos implementar un Programa de Desarrollo Urbano que garantice el crecimiento planeado, que cuente con un marco normativo, espacios públicos e infraestructura urbana adecuada, considerando los aspectos relacionados con el cuidado del medio ambiente.

El equipamiento urbano representa el 9.51% del área de la mancha urbana. Se denota una predominancia de este tipo de uso de suelo en el centro y sur de la ciudad. [H. Ayuntamiento de Xalapa, Veracruz, 2021]

El edificio escolar sigue siendo un equipamiento con un alto peso en el desarrollo urbano y social. La conformación de un sistema de equipamientos educativos puede garantizar el equilibrio entre las escalas de cobertura, su tamaño y localización, permite aportar otros servicios, más allá de la enseñanza propiamente dicha, como contribución al mejoramiento de la calidad de vida.

La arquitectura y el urbanismo, aun cuando son disciplinas diferentes están estrechamente relacionadas; ambas parten de las actividades y necesidades del hombre, la arquitectura debe cumplir un fin social, de aquí la idea de que el equipamiento urbano pueda resolver o proponer a través de su arquitectura el crecimiento de la ciudad. En Xalapa puede distinguirse como las recomendaciones de urbanistas mexicanos tienen incidencia en la implantación del equipamiento urbano, en el caso específico del educativo, así como la correspondencia con el espacio público circundante, cuya valorización hoy día es pertinente.

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