2. ¿Qué nos dejó la pandemia? Alfabetización digital y las diferencias entre la educación remota, en línea, virtual, a distancia e híbrida

https://https://doi.org/10.52501/cc.164.02


Jésica Alhelí Cortés Ruiz

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Edgar Oliver Cardoso Espinosa

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Eduardo Bustos Farías

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2. ¿Qué nos dejó la pandemia? Alfabetización digital y las diferencias entre la educación remota, en línea, virtual, a distancia e híbrida

Jésica Alhelí Cortés Ruiz*
Edgar Oliver Cardoso Espinosa**
Eduardo Bustos Farías***



DOI: https://doi.org/10.52501/cc.164.02





Resumen

Las tecnologías de la información y la comunicación (tic) han generado un cambio paradigmático en la educación a lo largo de sus distintos niveles, proporcionando innovadoras oportunidades y enfoques pedagógicos. Por tanto, en el presente capítulo se examinará la influencia de las tic en la educación y cómo pueden ser empleadas para potenciar la calidad y accesibilidad de esta, abordando conceptos como la alfabetización digital, educación virtual, híbrida, educación en línea, educación a distancia, educación remota y los sistemas de gestión del aprendizaje (lms, por sus siglas en inglés). Por tal razón, se menciona a la alfabetización digital como clave en el contexto educativo, ya que desarrolla habilidades esenciales para que los estudiantes interactúen exitosamente en el entorno digital. Por otro lado, la educación en línea es una modalidad pedagógica en la cual se utilizan plataformas digitales y recursos virtuales para brindar acceso a contenidos educativos y facilitar la comunicación entre docentes y alumnos. Esta modalidad supera las barreras geográficas y temporales, posibilitando que los estudiantes aprendan a su propio ritmo y en cualquier lugar.

En cuanto a la educación híbrida, esta fusiona enseñanza presencial y en línea, facilitando un aprendizaje equilibrado y adaptable a distintos estilos y necesidades educativas. Por su parte, la educación a distancia se refiere a la enseñanza donde docentes y estudiantes no comparten el mismo espacio físico, y aunque comenzó con medios analógicos, ha evolucionado adoptando herramientas digitales que mejoran su accesibilidad y calidad.

Respecto a la educación remota, una modalidad que se lleva a cabo fuera del aula mediante tecnologías virtuales, puede ser temporal o parte de un programa más amplio. Finalmente, los lms como Moodle y Blackboard, facilitan la administración y seguimiento de programas educativos en línea, proporcionando herramientas para la comunicación y evaluación del estudiantado.

En conclusión, este capítulo examina cómo las tic han revolucionado la educación, permitiendo la implementación de modalidades como la educación en línea, híbrida, a distancia y remota, fomentando la alfabetización digital. Además, se analizará el papel de los lms en la gestión y optimización de estos programas educativos, destacando su relevancia en el panorama educativo contemporáneo.


Palabras clave: alfabetización digital, educación virtual, híbrida, educación remota, sistemas de gestión del aprendizaje (lms).



Introducción

A lo largo del periodo pandémico y pospandémico, el sistema educativo en México experimentó cambios significativos en la adopción de tic con el propósito de adaptarse al nuevo contexto y asegurar la continuidad del proceso enseñanza aprendizaje. En este sentido, las tic han experimentado una notable evolución, alterando su definición en el siglo xxi. Actualmente, las tic se caracterizan como el empleo de tecnologías digitales para producir, difundir, recolectar y gestionar información, así como para comunicarse en tiempo real mediante mensajería instantánea, voz sobre IP (VoIP) y videoconferencia (TechTerms, 2018; Sarkar, 2012). Estas tecnologías se han vuelto esenciales y un estándar aceptado en la nueva era digital, debido a su relevante papel en la mejora de la calidad de vida.

A pesar de que las tic han sido responsables de la brecha digital desde principios de la década de 1990 (Sarkar, 2012), han impulsado el crecimiento y la diversidad en la educación, proporcionado nuevas oportunidades en países en desarrollo, introducido bibliotecas digitales y generado nuevas dinámicas en la investigación (Reddy et al., 2020). No obstante, es esencial analizar cómo estas tecnologías han influido en la transformación educativa a nivel mundial. Según, Tondeur et al. (2017), la educación desempeña un papel fundamental en el progreso de cualquier país.

Durante el periodo en cuestión se han identificado diversas perspectivas y tendencias emergentes en el ámbito de la educación y las tic, las cuales se describen a continuación. En primer lugar, la educación en línea y a distancia cobró gran relevancia a raíz de la pandemia, lo que llevó a las instituciones educativas de todos los niveles a adaptarse al aprendizaje remoto, empleando plataformas como Google Classroom, Microsoft Teams y Zoom para impartir clases y mantener la comunicación con los estudiantes.

En segundo lugar, tras la pandemia numerosas instituciones adoptaron enfoques pedagógicos híbridos, que combinan la enseñanza presencial con la virtual, lo que a su vez permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad a las necesidades de los alumnos. Adicionalmente, la capacitación docente en las tic se convirtió en una prioridad para mejorar la calidad de la educación en línea y a distancia.

Asimismo, el uso de recursos educativos abiertos y digitales, como videos, libros de texto y otros materiales de enseñanza, se popularizaron durante la pandemia, facilitando el acceso a la información y disminuyendo costos. Por otro lado, la adopción de enfoques pedagógicos centrados en el alumno, como el aprendizaje basado en proyectos y el trabajo colaborativo, fue impulsada por las tic, lo que permitió el desarrollo de habilidades y competencias del siglo xxi.

Cabe destacar el incremento en la implementación de herramientas de inteligencia artificial y análisis del aprendizaje para personalizar la enseñanza y monitorear el progreso de los alumnos en el ámbito educativo. A su vez, la tecnología ha facilitado un mayor acceso a la educación para personas con discapacidades o necesidades educativas especiales, así como para poblaciones en áreas rurales y marginadas.

Finalmente, la enseñanza y el aprendizaje de habilidades digitales y competencias tecnológicas se han vuelto fundamentales para preparar a los estudiantes en un entorno laboral y sociedad del siglo xxi, lo cual subraya la importancia de la alfabetización digital en la educación contemporánea. Por consiguiente, la pandemia y la pospandemia han impulsado a la educación en México a adoptar enfoques más disruptivos e innovadores, utilizando las tic para mejorar la calidad, el acceso y la equidad en la enseñanza y preparar a los alumnos para enfrentar los retos del siglo xxi.



Caracterización de la investigación

La reciente pandemia del COVID-19 desató desafíos sin precedentes en el paisaje educativo mundial, sirviendo como catalizador para una reconfiguración profunda del espacio académico tradicional. Impulsadas por el imperativo del distanciamiento social, las instituciones educativas se encontraron en una carrera contra el tiempo para explorar, adoptar y optimizar modos de enseñanza mediados tecnológicamente.

En el crepúsculo de una década que prometía avances y esperanzas, la humanidad fue testigo de un giro inesperado que sacudió los cimientos de la existencia. La pandemia, con incertidumbre, se estableció no sólo como un desafío médico y social, sino también como un espejo que reflejaba la esencia, la vulnerabilidad y, al mismo tiempo, la inquebrantable resistencia. La sociedad buscó en el extenso dominio digital un refugio y un medio para continuar. En este contexto, la alfabetización digital se convirtió en el puente que unía a la humanidad, trascendiendo fronteras físicas y temporales. Si la pandemia fue el desafío, la educación en sus diversas modalidades digitales fue la respuesta resiliente.

Asimismo, es importante mencionar que la incorporación de la tecnología en el ámbito académico ha abierto un sinnúmero de posibilidades y, al mismo tiempo, ha exacerbado ciertas desigualdades. En la actualidad, la sociedad se enfrenta al riesgo de una elitización del conocimiento, donde sólo aquellos con acceso a las herramientas más avanzadas participan plenamente en la construcción de la realidad simbólica.

De igual forma, surgen cuestiones de justicia social y equidad. Si bien la tecnología tiene el potencial de democratizar el acceso al conocimiento, también amenaza con profundizar las desigualdades sociales y académicas. Aquí es donde se cuestiona quiénes son los beneficiarios de estos avances y quiénes quedan marginados. La élite del conocimiento se convierte en una preocupación económica y social de primer orden que exige políticas inclusivas y un examen consciente de las implicancias generales de estas tecnologías.

Por lo tanto, a lo largo de los años, la literatura ha ofrecido múltiples perspectivas sobre el impacto de la pandemia en diversas facetas de la vida. Desde análisis académicos hasta reflexiones filosóficas, hemos sido testigos de un diálogo constante que busca comprender y aprender de este periodo. Paralelamente, el ámbito educativo ha sido objeto de una investigación similar, con estudios que delinean y diferencian entre educación remota, en línea, virtual, a distancia e híbrida. Cada una de estas modalidades, nacida de la necesidad y la innovación, representa un aspecto diferente de la relación con el aprendizaje en la era digital.

Así, surge una interrogante esencial: ¿de qué manera ha influenciado la pandemia en la percepción y adopción de la alfabetización digital y cuál es la verdadera esencia que distingue a cada una de estas modalidades educativas emergentes?

Se demanda que la crisis sanitaria ha amplificado la necesidad de una alfabetización digital integral, subrayando la importancia de discernir adecuadamente entre las diferentes modalidades educativas. Cada una, se sugiere, presenta un conjunto único de características, beneficios y desafíos que merecen ser explorados y comprendidos en profundidad.

Para abordar este extenso ámbito, se propone una aproximación metodológica dual. Por un lado, un análisis documental meticuloso que se adentrará en fuentes primarias y secundarias, desde informes institucionales hasta publicaciones académicas. Por otro, una revisión sistemática que buscará sintetizar la vastedad de investigaciones existentes, estableciendo criterios claros de inclusión y exclusión, con el fin de identificar tendencias y patrones en la literatura pertinente. En este sentido, el propósito primordial de esta investigación fue señalar y entender los componentes esenciales que jugaron un papel preponderante en la instauración de la modalidad educativa remota, en línea, virtual e híbrida en tiempos de una pandemia global.

De hecho, en la extensión del conocimiento, una revisión sistemática sobre un tema en particular se convierte en una herramienta invaluable. Tal y como Baker (2016) argumenta, esta revisión no sólo sirve para dar luz sobre definiciones, sino también para rastrear evidencias, dilucidar sobre enfoques metodológicos previamente adoptados y descubrir vacíos existentes en el campo investigativo. Esta mirada profunda permite establecer un panorama más completo y coherente sobre el tópico en cuestión. Siguiendo esta línea de pensamiento, Moreno et al. (2018) hacen hincapié en la característica distintiva de esta revisión: un proceso inmerso en la meticulosidad y transparencia, cuyo objetivo es seleccionar, desglosar con precisión y combinar de forma cohesiva las evidencias relacionadas, proporcionando así una comprensión más cabal sobre la efectividad de un proceso, su diagnóstico y lo que podría deparar el futuro.

Es importante recalcar que, en medio de un paisaje tan cambiante como el que propició la crisis sanitaria, la adaptabilidad y la resiliencia del ámbito educativo fueron puestas a prueba. En este contexto, las revisiones sistemáticas, como la presente, ofrecen orientar a educadores, investigadores y alumnos, proporcionando conocimientos valiosos que podrían ser la clave para forjar un futuro educativo más inclusivo, adaptativo y eficiente.



Alfabetización digital

En la era contemporánea, donde la interconexión digital parece ser la nueva atmósfera que respiramos, emerge un desafío de proporciones monumentales para la educación: la alfabetización digital. Aunque este término evoca promesas de acceso ilimitado al conocimiento y una democratización de la información, también trae consigo sombras que se proyectan sobre vastos sectores de la sociedad. Abordar estos matices, tanto luminosos como oscuros, es esencial para comprender y moldear el futuro de la educación.

La alfabetización digital va más allá de la capacidad de operar dispositivos; implica la habilidad de interpretar, crear, comunicar y reflexionar en un entorno digital. Para los estudiantes, estas habilidades no sólo representan herramientas para enfrentar un mundo laboral en constante evolución, sino también medios para participar activamente en sociedades democráticas, donde cada vez más el discurso público se despliega en el ciberespacio.

Sin embargo, pese a este horizonte prometedor, la integración de la alfabetización digital en la educación presenta desafíos significativos. El más palpable es la brecha digital, que refleja desigualdades tanto sociales como económicas. No todos los estudiantes tienen acceso a dispositivos de calidad, conexiones de internet rápidas o espacios adecuados para el aprendizaje en línea (Sudarshan, 2021). Esta inequidad, en muchos aspectos, reproduce y amplifica las desigualdades preexistentes en la sociedad. Las familias de bajos recursos, las comunidades rurales y las poblaciones marginalizadas se encuentran en una desventaja aún mayor en un mundo que premia cada vez más las habilidades digitales.

Esta brecha no sólo tiene consecuencias educativas, sino también sociales y económicas. En el plano social, aquellos que no están alfabetizados digitalmente pueden sentirse aislados o excluidos de discusiones y espacios de decisión importantes. Económicamente, las oportunidades laborales para quienes carecen de habilidades digitales están disminuyendo, y esta tendencia probablemente se intensificará en el futuro. La evolución de la educación hacia modelos más digitales, si bien ofrece enormes ventajas en términos de personalización, acceso y flexibilidad, también corre el riesgo de dejar atrás a quienes ya están en desventaja. En lugar de ser un gran igualador, la tecnología puede, paradójicamente, profundizar las brechas.

Entonces, ¿cuál es el camino para seguir? Primero, es esencial reconocer que la alfabetización digital no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr una educación más inclusiva y equitativa. Las políticas públicas deben centrarse en garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su origen socioeconómico, tengan acceso a dispositivos, conexiones de calidad y formación en habilidades digitales.

Por otro lado, las escuelas y las instituciones educativas pueden explorar modelos híbridos de enseñanza que combinen lo mejor del aprendizaje en línea y presencial. Además, es vital fomentar alianzas con organizaciones no gubernamentales, empresas tecnológicas y comunidades para crear programas de alfabetización digital adaptados a diferentes contextos y necesidades.

En última instancia, la alfabetización digital en la educación es un desafío complejo, pero también una oportunidad sin precedentes. Con visión, compromiso y colaboración, es posible construir un sistema educativo que no sólo prepare a los estudiantes para el mundo digital, sino que también promueva una sociedad más justa e inclusiva.

Pero ¿qué es la alfabetización digital? La literatura contemporánea en relación con la alfabetización digital, las habilidades y competencias es abundante en términos de definiciones y clasificaciones. No obstante, aún no se ha llegado a un acuerdo epistemológico en lo que respecta a las categorías que abarcan temas más amplios y fundamentales (Heitin, 2016). Un ejemplo de ello serían los catálogos existentes de destrezas en línea, ya que padecen de incompletitud, simplificación excesiva y ambigüedad conceptual (Van Deursen et al., 2015), siendo las habilidades en línea tan sólo una faceta de las prácticas digitales en su conjunto.

En consecuencia, Sousa y Rocha (2019) destacan el papel que desempeñan las competencias digitales, estableciendo conexiones con avances recientes tales como el internet de las cosas (IoT/ IdC), la tecnología en la nube, el análisis de grandes volúmenes de datos (big data), la inteligencia artificial (ia) y la robótica. La importancia de esta temática se ve aún más acentuada debido a las marcadas diferencias en la alfabetización digital entre diversas regiones (Tinmaz et al., 2022). De manera específica, las brechas digitales abarcan aspectos como habilidades, acceso, utilización y percepciones personales.

Por consiguiente, estas inequidades requieren ser abordadas, dado que tienen el potencial de configurar oportunidades vitales de distintas formas (Robinson et al., 2015), como el desempeño académico, la competitividad en el ámbito laboral, la salud y la participación cívica y política son aspectos influenciados por la división digital. A pesar de que se han realizado progresos exitosos para enfrentar las discrepancias en el acceso físico, las desigualdades en habilidades siguen persistiendo (Van Deursen y Van Dijk, 2010a). Adicionalmente, las disparidades digitales se han agravado debido a la pandemia de COVID-19, incidiendo en la salud de los grupos más vulnerables de la población y en su empleabilidad en una era donde se requieren destrezas digitales (Baber et al., 2022; Beaunoyer et al., 2020). Por tanto, la alfabetización digital, identificada como uno de los desafíos en la incorporación de tecnologías en el ámbito académico (Blau et al., 2020), se define como el conjunto de competencias y habilidades fundamentales para navegar en un ecosistema de información fragmentada y compleja (Eshet, 2004).

Desde otra perspectiva, Eshet-Alkalai (2012) propuso un marco de alfabetización digital que comprende seis categorías esenciales, las cuales se muestran a continuación:

  • Competencias digitales foto-visuales. En las que se aborda la relevancia de la percepción visual como instrumento cognitivo en contextos digitales contemporáneos, lo que permite establecer una comunicación eficiente a través del uso de imágenes y elementos gráficos. Estas destrezas resultan fundamentales para que los individuos interpreten y comprendan mensajes e instrucciones presentados de manera visual, como ocurre en los videojuegos. En general, aquellos que logran dominar estas competencias digitales foto-visuales cuentan con una memoria visual sobresaliente y un pensamiento intuitivo-asociativo amplio, lo que les facilita descifrar mensajes visuales y gestionar interfaces gráficas en distintas aplicaciones.
  • Competencias digitales de reconfiguración. Se definen como la habilidad de crear nuevos significados o interpretaciones al combinar información previa de diversos medios o formatos. Estas competencias son cruciales en dos áreas clave: la escritura, donde se reorganiza el contenido para generar nuevos significados, y el arte, donde se editan y manipulan elementos sonoros y visuales para concebir innovadoras creaciones artísticas. De acuerdo con la autora, los estudiantes con alto dominio en estas habilidades muestran un pensamiento sintético y multidimensional destacado, lo que les permite encontrar combinaciones originales y transformar información en nuevos significados.
  • Competencias digitales en hipertexto. Hacen referencia a la habilidad necesaria para tener una adecuada orientación espacial-multidimensional en el ciberespacio, es decir, la capacidad de mantenerse enfocado y evitar la desorientación al navegar por complejos dominios del conocimiento. Hoy en día es habitual encontrar numerosos enlaces con información complementaria en libros de texto, artículos, enciclopedias, etc., que exigen una orientación apropiada. Esta competencia permite a los usuarios crear mapas conceptuales, modelos mentales y otras representaciones abstractas de la estructura web del entorno hipermedia que se está investigando.
  • Competencias digitales en el procesamiento de información. En la época contemporánea, la información no sólo se expande rápidamente, sino que se presenta en múltiples formatos, como texto, imagen, video, audio o combinaciones de estos, como en el caso del multimedia. A las fuentes tradicionales de información, como periódicos, revistas y libros, se añaden blogs, redes sociales, microblogging, marcadores sociales y más. Para añadir complejidad, en numerosas situaciones, la información es creada automáticamente por aplicaciones que, al configurarse, filtran y fusionan contenidos de distintas fuentes, enviándose por correo electrónico o compartiéndose en algún sitio web.
  • Para abordar este escenario, los usuarios necesitan dominar herramientas como motores de búsqueda, administradores de información, lectores RSS y estar familiarizados con el tema de búsqueda. Además, deben mantenerse actualizados sobre redes sociales, blogs y otros medios de comunicación que surgen constantemente.
  • Competencias digitales socioemocionales. El avance en las tecnologías de comunicación ha permitido el desarrollo de herramientas orientadas al aprendizaje colaborativo a través de espacios como redes sociales, foros, chats, blogs y plataformas virtuales de investigación, entre otros. En todos estos ámbitos, es fundamental que los usuarios apliquen habilidades emocionales y sociales para interactuar de manera apropiada en estos canales de comunicación masiva con el objetivo de lograr la difusión del conocimiento junto con experiencias emocionales, de forma similar a lo que ocurre en entornos presenciales.
  • Competencias digitales en tiempo real. Esta capacidad, descrita meticulosamente por Eshet-Alkalai (2008), se refiere a la variedad y cantidad de estímulos que un usuario experimenta en entornos digitales actuales, como sonidos, textos e imágenes. Por lo tanto, se necesitan habilidades para procesar estos estímulos de forma simultánea. La demanda actual de estas habilidades está vinculada al término pensamiento en tiempo real, que no es un concepto novedoso, ya que ha sido empleado por los seres humanos para sincronizar información en el proceso de creación del conocimiento. De acuerdo con Eshet-Alkalai, esto convierte esta capacidad en una competencia esencial, dada la relevancia que el autor asigna en los nuevos y cambiantes contextos a los que se enfrentan los usuarios.

Un aspecto central de este modelo, compuesto por seis grupos de habilidades fundamentales, que lo hace atractivo y singular, es su diferenciación con otras propuestas que convergen en dimensiones tecnológicas o instrumentales, cognitivas, emocionales-actitudinales, comunicativas, éticas y de gestión. Este modelo se basa en una perspectiva más psicológica y teórica, enfocada en las competencias del pensamiento crítico, lo que lo hace distintivo, coherente y diferente de otros modelos con enfoques más prácticos.



Diferencias y desafíos en la educación remotade emergencia, en línea, virtual, a distancia e híbrida

La emergencia mundial impulsó la adopción de métodos como la educación en línea, virtual, a distancia y remota de emergencia. Aunque estos términos pueden parecer sinónimos, existen diferencias significativas entre ellos. Comprender estas diferencias es fundamental para mejorar la comprensión de los enfoques educativos actuales y para maximizar sus ventajas (Hodges et al., 2020; Bozkurt et al., 2020).


Educación remota de emergencia

La educación remota de emergencia surgió como respuesta a la crisis del COVID-19, cuando las instituciones educativas tuvieron que adaptar rápidamente sus métodos de enseñanza para continuar brindando educación a los estudiantes (Hodges et al., 2020). Este enfoque implica la transición de cursos presenciales a modalidades virtuales, a distancia o en línea, según las necesidades y recursos disponibles.

  • Rol del docente. Puede variar según el método adoptado y las necesidades de los estudiantes (Hodges et al., 2020).
  • Herramientas. Varían según el método y las circunstancias específicas de cada institución educativa.
  • Ventajas. Prioriza la seguridad y el bienestar de los estudiantes y permite adaptarse rápidamente a las situaciones de emergencia (Hodges et al., 2020).

Educación en línea

La educación en línea se refiere a un enfoque de enseñanza en el cual los estudiantes y profesores interactúan en tiempo real a través de plataformas digitales (Bates, 2015). Este enfoque puede tener limitaciones en cuanto a la dimensión social y la formación de vínculos entre los participantes, lo que requiere de un esfuerzo adicional por parte del docente para generar un ambiente de confianza y colaboración. Este enfoque ha experimentado un rápido crecimiento en la última década debido a la evolución tecnológica y a la creciente necesidad de brindar opciones de aprendizaje más accesibles y flexibles (Clark y Mayer, 2016).


Herramientas empleadas en la educación en línea

La educación en línea utiliza diversas herramientas tecnológicas para facilitar la comunicación, el acceso a los recursos educativos y la colaboración entre los estudiantes y el docente. Algunas de estas herramientas incluyen:

  • Aplicaciones de videoconferencia. Estas aplicaciones facilitan la comunicación sincrónica entre estudiantes y docentes, permitiendo la realización de clases en vivo y la interacción en tiempo real (Zoom, Microsoft Teams, Google Meet, entre otros) (Garrison, 2017).
  • Herramientas de colaboración. Estas herramientas permiten a los estudiantes trabajar juntos en proyectos y documentos de forma remota y en tiempo real (Google Drive, Microsoft Office 365, Trello, entre otros) (Dillenbourg, 2013).

El rol del docente en la educación en línea

El rol del docente en la educación en línea es crucial para garantizar el éxito del proceso de aprendizaje. Los docentes deben desarrollar habilidades específicas para facilitar y guiar a los estudiantes en este entorno virtual (Anderson, 2008). Algunas de estas habilidades incluyen lo siguiente:

  • Los docentes en la educación en línea actúan como tutores, acompañando y asistiendo a los estudiantes en su proceso de aprendizaje (Garrison y Vaughan, 2008).
  • Diseño de actividades y recursos educativos en línea.
  • Facilitación de la interacción y la colaboración entre estudiantes.
  • Evaluación y seguimiento del progreso de los estudiantes.
  • Fomento de la autorregulación y la motivación en el aprendizaje.

Ventajas de la educación en línea

La educación en línea ofrece diversas ventajas para los estudiantes y las instituciones educativas (Simonson et al., 2011). Algunas de estas ventajas incluyen:

  • Flexibilidad. Permite a los estudiantes adaptar su aprendizaje a sus necesidades y horarios, facilitando la conciliación con la vida laboral y personal.
  • Accesibilidad. Facilita el acceso a la educación a personas que, por razones geográficas, económicas o de discapacidad, tienen dificultades para asistir a clases presenciales.
  • Ahorro de tiempo y costos. La educación en línea reduce los gastos asociados al desplazamiento y a la infraestructura física, tanto para los estudiantes como para las instituciones.
  • Diversidad. Fomenta la diversidad cultural y geográfica al permitir a estudiantes de diferentes lugares y contextos participar en el mismo entorno educativo.
  • Desarrollo de habilidades digitales. La educación en línea ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades digitales y competencias necesarias en el mundo laboral actual.

La educación en línea es un enfoque educativo que ha experimentado un gran crecimiento y adopción en los últimos años. Su éxito se basa en la utilización de herramientas tecnológicas y en el rol activo del docente en el proceso de aprendizaje. Además, la educación en línea ofrece diversas ventajas, como la flexibilidad, la accesibilidad y el ahorro de costos, que la convierten en una opción atractiva para estudiantes e instituciones educativas.


Educación virtual

La educación virtual es un enfoque de enseñanza asincrónico que requiere el uso de recursos tecnológicos como computadoras, tabletas y conexión a internet (Guri-Rosenblit, 2005). A diferencia de la educación en línea, la educación virtual no requiere que los estudiantes y profesores coincidan en horarios para las sesiones. Pues los materiales del curso se suben a plataformas seleccionadas para que los alumnos puedan acceder a ellos en cualquier momento.

  • Rol del docente. Proveer materiales de consulta y trabajo, así como brindar retroalimentación a los estudiantes a través de plataformas digitales (Garrison y Vaughan, 2008).
  • Herramientas. Plataformas de aprendizaje en línea (lms), sistemas que permiten a los estudiantes acceder a contenidos, actividades y evaluaciones, así como interactuar con sus compañeros y docentes.
  • Ventajas. Flexibilidad, optimización y eficacia en el aprendizaje (Guri-Rosenblit, 2005).

Educación a distancia

La educación a distancia es un enfoque pedagógico que permite a los estudiantes aprender sin necesidad de asistir a clases presenciales, utilizando tic como medio para acceder a los contenidos y recursos educativos (Moore y Kearsley, 2011). Este enfoque se ha popularizado en los últimos años, debido en gran parte a la globalización, la digitalización y la necesidad de ofrecer oportunidades educativas más accesibles y flexibles (Bates, 2015).


Educación híbrida

La educación híbrida combina elementos de enseñanza presencial y en línea, permitiendo a los estudiantes experimentar lo mejor de ambos mundos (Garrison y Vaughan, 2008). Esta modalidad puede incluir la participación en clases presenciales y en línea, así como la realización de actividades y evaluaciones tanto en el aula como en plataformas digitales.

  • Rol del docente. Facilitar el aprendizaje en ambos entornos y asegurar la integración de las actividades presenciales y en línea (Garrison y Vaughan, 2008).
  • Herramientas. Plataformas de aprendizaje en línea, aplicaciones de comunicación sincrónica y asincrónica, y recursos educativos tanto físicos como digitales.

Por consiguiente, la educación se encuentra en un proceso de reconstrucción y adaptación ante la incertidumbre actual, y es esencial comprender las diferencias y desafíos que presentan los distintos enfoques educativos. La adopción de métodos como la educación en línea, virtual, a distancia, remota de emergencia e híbrida puede ayudarnos a enfrentar los retos actuales y futuros, asegurando la continuidad del aprendizaje y el desarrollo de las próximas generaciones.

En este contexto de incertidumbre y cambio, es fundamental que tanto educadores como estudiantes, padres y responsables de la formulación de políticas comprendan las diferencias, ventajas y desventajas de los distintos enfoques educativos para tomar decisiones informadas y garantizar la continuidad del aprendizaje.

Al reconocer y abordar las necesidades específicas de cada contexto y población estudiantil, se aprovechan al máximo las oportunidades que brindan estos enfoques de enseñanza y se garantiza un acceso más equitativo y de calidad a la educación. Además, la colaboración entre instituciones educativas, gobiernos, organizaciones no gubernamentales (ong) y la sociedad en general es clave para enfrentar los desafíos actuales y futuros en el ámbito educativo.

En última instancia, el proceso de adaptación a estos nuevos enfoques educativos y la innovación pedagógica continuará siendo un desafío y una oportunidad para que la educación evolucione y mejore. A medida que avanzamos hacia el futuro, es importante seguir investigando, compartiendo experiencias y aprendiendo de los éxitos y fracasos en la implementación de estas modalidades educativas con el objetivo de ofrecer una educación de calidad y accesible para todos.



Recomendaciones para la mejora de la enseñanza en línea, virtual a distancia e híbrida

  • Formación y preparación del profesorado. Para garantizar la efectividad de los distintos enfoques educativos es fundamental que los docentes reciban capacitación y apoyo en el uso de herramientas tecnológicas, diseño de cursos y evaluación de aprendizajes en entornos en línea, virtuales, a distancia e híbridos (Bates, 2015; Guri-Rosenblit, 2005). Además, la formación en estrategias pedagógicas específicas para cada modalidad puede contribuir a una enseñanza más efectiva y centrada en el estudiante.
  • Infraestructura y recursos. La implementación exitosa de estos enfoques educativos requiere infraestructuras tecnológicas sólidas y recursos educativos apropiados, tanto para los docentes como para los estudiantes (Bozkurt et al., 2020). Esto incluye acceso confiable a internet, dispositivos electrónicos y plataformas de aprendizaje en línea, así como materiales y recursos didácticos adaptados a las necesidades específicas de cada modalidad educativa.
  • Equidad y accesibilidad. La adopción de enfoques educativos en línea, virtuales, a distancia e híbridos plantea desafíos significativos en términos de equidad y accesibilidad (Zhao, 2020). Es importante garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su ubicación, nivel socioeconómico, habilidades o necesidades específicas, tengan acceso a oportunidades de aprendizaje adecuadas y apoyo en estos entornos educativos. Esto puede implicar la provisión de dispositivos electrónicos y acceso a internet para estudiantes en situación de vulnerabilidad, así como la implementación de estrategias y recursos de enseñanza inclusivos.
  • Evaluación y retroalimentación. La evaluación del aprendizaje en entornos en línea, virtuales, a distancia e híbridos requiere enfoques y herramientas específicas que permitan medir de manera efectiva el progreso y el logro de los estudiantes (Bates, 2015). Además, es crucial que los docentes brinden retroalimentación oportuna y constructiva a los estudiantes para apoyar su aprendizaje y desarrollo en estos entornos.
  • Interacción y colaboración. Fomentar la interacción y colaboración entre estudiantes y docentes en entornos en línea, virtuales, a distancia e híbridos es clave para garantizar una experiencia educativa enriquecedora y motivadora (Garrison y Vaughan, 2008). Los docentes pueden emplear diversas estrategias y herramientas para facilitar la comunicación y el trabajo en equipo entre estudiantes, como foros de discusión, chats, videoconferencias y proyectos colaborativos.
  • Autonomía y autorregulación del aprendizaje. La adopción de enfoques educativos en línea, virtuales, a distancia e híbridos plantea desafíos y oportunidades en términos de autonomía y autorregulación del aprendizaje por parte de los estudiantes (Moore y Kearsley, 2011). Es importante que los docentes apoyen el desarrollo de habilidades de autorregulación y estrategias de aprendizaje autónomo en los estudiantes, proporcionando orientación, recursos y actividades que fomenten la reflexión, el establecimiento de metas y la monitorización del progreso en estos entornos educativos.
  • Investigación y desarrollo. La adopción e implementación de enfoques educativos en línea, virtuales, a distancia e híbridos brinda oportunidades para la investigación y el desarrollo de nuevas teorías, prácticas y tecnologías educativas (Veletsianos y Houlden, 2020). Es importante que investigadores, educadores y responsables de la formulación de políticas colaboren en la generación y difusión de conocimientos sobre estos enfoques educativos y sus impactos en el aprendizaje y la equidad educativa.
  • Aprendizaje a lo largo de la vida y desarrollo profesional. Los enfoques educativos en línea, virtuales, a distancia e híbridos pueden contribuir al aprendizaje a lo largo de la vida y al desarrollo profesional de individuos y comunidades (Bates, 2015). Estas modalidades ofrecen oportunidades flexibles y accesibles para la actualización de conocimientos y habilidades, así como para la obtención de certificaciones y títulos académicos.
  • Política y regulación. La implementación y adopción de enfoques educativos en línea, virtuales, a distancia e híbridos requiere el establecimiento de políticas y marcos regulatorios que aseguren la calidad, equidad y accesibilidad en la provisión de estos servicios educativos (Zhao, 2020). Los responsables de la formulación de políticas deben colaborar con instituciones educativas, ong y la sociedad en general para diseñar e implementar políticas que fomenten la innovación y la inclusión en la educación a través de estas modalidades.
  • Diseño instruccional. El diseño instruccional en estos entornos educativos debe centrarse en promover un aprendizaje activo, colaborativo y significativo (Simonson et al., 2011). Es fundamental que los educadores y los diseñadores instruccionales trabajen juntos para desarrollar actividades y recursos que involucren a los estudiantes en la construcción de conocimientos, la solución de problemas y la colaboración con sus compañeros y docentes. También es importante considerar la diversidad de estilos de aprendizaje, habilidades y antecedentes culturales de los alumnos al diseñar y adaptar las experiencias de aprendizaje.

Oportunidades y desafíos

  • Continua evolución tecnológica. La rápida evolución de las tecnologías educativas y digitales dará lugar a nuevas herramientas y enfoques en la educación en línea, virtual, a distancia e híbrida. La inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada, y el aprendizaje adaptativo son sólo algunas de las innovaciones que podrían transformar aún más estos entornos educativos.
  • Mayor adopción de enfoques híbridos. A medida que las instituciones y los educadores se vuelven más expertos en la implementación de enfoques educativos en línea y a distancia, es probable que veamos una mayor adopción de modelos híbridos que combinen elementos de educación presencial y virtual para proporcionar una experiencia de aprendizaje más enriquecedora y flexible.
  • Acceso global y equidad en la educación. La adopción generalizada de enfoques educativos en línea y a distancia tiene el potencial de aumentar el acceso a la educación para millones de personas en todo el mundo, especialmente en regiones con recursos limitados o en áreas remotas. Sin embargo, también es fundamental abordar las brechas digitales y garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a las tecnologías y recursos necesarios para participar en estos entornos de aprendizaje.
  • Investigación y políticas educativas. La investigación en educación en línea, virtual, a distancia e híbrida continuará siendo fundamental para informar y mejorar las prácticas y políticas en estos entornos. Los responsables políticos y los líderes educativos deberán basar sus decisiones en evidencia sólida y en el análisis de las tendencias y resultados en estos contextos.


Conclusiones

La evolución de la tecnología y la globalización han impulsado el surgimiento y la expansión de diversas modalidades educativas como la alfabetización digital, la educación en línea, la educación a distancia, la educación remota, la educación virtual y la educación híbrida. Estas modalidades comparten un enfoque en la utilización de recursos digitales y tecnológicos para facilitar el acceso y la calidad de la educación en un mundo cada vez más interconectado.

La alfabetización digital es la base para el éxito en estas modalidades, ya que es el conjunto de habilidades y competencias necesarias para utilizar eficazmente las herramientas digitales y tecnológicas. Esta alfabetización es esencial para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen las modalidades de educación en línea, a distancia y virtual, las cuales permiten a los estudiantes acceder a una gran cantidad de información y recursos educativos desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Por otro lado, la educación remota y la educación híbrida ofrecen una combinación de aprendizaje presencial y en línea, lo que permite a los estudiantes y educadores adaptarse a las necesidades específicas de cada individuo. Estas modalidades fomentan la inclusión de aquellos con limitaciones geográficas, físicas o de tiempo, y pueden contribuir a reducir la brecha educativa a nivel mundial.

En última instancia, la alfabetización digital en la educación es un desafío complejo, pero también una oportunidad sin precedentes. Con visión, compromiso y colaboración es posible construir un sistema educativo que no sólo prepare a los estudiantes para el mundo digital, sino que también promueva una sociedad más justa e inclusiva. La alfabetización digital es esencial en la era globalizada, actuando como plataforma al inmenso conocimiento en línea y facilitando la participación cívica y profesional. Esta competencia no sólo amplía las oportunidades laborales y refuerza la comunicación y la colaboración, sino que también promueve un pensamiento crítico necesario para discernir información confiable en el amplio océano de datos en línea. Además, proporciona herramientas para garantizar la seguridad personal en el ciberespacio, empoderando a las personas en entornos digitales.

En conclusión, todas estas modalidades educativas están estrechamente relacionadas y se complementan entre sí, promoviendo la inclusión, la flexibilidad y la adaptabilidad en la enseñanza. Es fundamental fomentar la alfabetización digital para garantizar que estudiantes y educadores puedan aprovechar al máximo las ventajas de la educación en línea, a distancia, remota, virtual e híbrida. Además, es esencial adaptar y actualizar constantemente las estrategias pedagógicas y los recursos tecnológicos para garantizar una educación de calidad en un mundo en constante cambio.



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