6. Construcción del conocimiento durante la pandemia por COVID-19 en México: un análisis desde la didáctica bajo el contexto de la modalidad virtual
https://doi.org/10.52501/cc.164.06
Maricruz Díaz Torres
Alma Alicia Benítez Pérez
María Elena Zepeda Hurtado
Dimensions
6. Construcción del conocimiento durante la pandemia por COVID-19 en México: un análisis desde la didáctica bajo el contexto de la modalidad virtual
Maricruz Díaz Torres*
Alma Alicia Benítez Pérez**
María Elena Zepeda Hurtado***
DOI: https://doi.org/10.52501/cc.164.06
Resumen
Ante la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 y la implementación de la modalidad virtual por diversas Instituciones de Educación Superior (ies) en México como alternativa emergente para continuar con el ciclo escolar 2019-2020 e inicios del 2021, surge la necesidad de analizar desde una perspectiva didáctica la construcción del conocimiento de los estudiantes bajo el contexto de la modalidad virtual a fin de contribuir con temáticas para que en un futuro mediato se empleen estrategias didácticas que coadyuven en la adquisición de habilidades cognitivo-digitales. Este capítulo se basa en una investigación educativa; mediante la investigación documental con un enfoque interpretativo se revisaron de forma exhaustiva 50 fuentes documentales publicadas en el periodo comprendido de 2019 a 2022, siendo el principal hallazgo que la construcción del conocimiento durante el confinamiento se generó en dos dimensiones: una de tipo social en el contexto de la modalidad virtual y la otra representada por la aprehensión de saberes, es decir, el autoaprendizaje.
Palabras clave: construcción del conocimiento, educación virtual, didáctica, Covid-19.
Introducción
En diciembre del año 2019 la organización Mundial de la Salud (oms) anunciaba que en Wuhan, China, se desarrollaba la presencia de un tipo de neumonía vírica de origen desconocido (oms, 2021). El 11 de marzo del año 2020 la oms confirmó que esa variante de neumonía pertenecía a la familia de los coronavirus denominada SARS-CoV-2 (Covid-19). La enfermedad se propagó rápidamente a nivel mundial, dando origen a una pandemia sin precedentes, que provocó la suspensión o adaptación de actividades de distinto orden, entre ellas, las relacionadas con la educación.
En México, a través de un comunicado oficial publicado el 16 de marzo de 2020 en el Diario Oficial de la Federación (dof, 2020), se hacía oficial la suspensión de labores de forma presencial en las instituciones educativas de México, lo cual provocó la modificación de la manera en cómo se desarrollaba tradicionalmente la educación en nuestro país, ésta pasó de la presencialidad a la virtualidad.
Los sujetos educativos, principalmente estudiantes y profesores, dejaron de tener contacto cara a cara en un mismo espacio físico para establecer un contacto directo a través de los dispositivos y de los recursos electrónicos con los que se contaba (Aguilar, 2020), esto con la finalidad de continuar con el proceso de enseñanza aprendizaje, y así dar lugar a la construcción del conocimiento de los estudiantes de las ies mediado ahora por un entorno virtual.
La situación pandémica demandó que, de forma inmediata, los profesores realizaran la migración de sus prácticas educativas (Pedragosa y Barranquero, 2021), así como de contenidos y recursos originalmente diseñados para espacios presenciales a una modalidad virtual. Una vez terminada la pandemia inicia la denominada época pospandémica, en la que fue posible identificar algunas implicaciones educativas, por ejemplo: el incremento en el rezago educativo, la deserción escolar, así como el aumento en la brecha digital relacionada con el uso o acceso a internet y a los recursos electrónicos.
Bajo este contexto surge la conveniencia para analizar desde una perspectiva didáctica la construcción del conocimiento en los estudiantes bajo el contexto de la modalidad virtual a fin de contribuir al debate sobre temáticas relacionadas para que en un futuro mediato se empleen estrategias didácticas que coadyuven en la adquisición de habilidades cognitivo-digitales. Como resultado de la investigación documental se observó el incremento de estudios relacionados con la construcción del conocimiento en la modalidad virtual, primordialmente en países como España, Argentina y México.
En España, bajo el cobijo de un contexto pospandémico, González et al. (2022) apuestan por una reestructuración metodológico educativa, la cual recupere los retos presentados en la transición de la modalidad presencial a la virtual, a fin de que dichos cambios promuevan el empleo de modelos educativos centrados en el estudiante, innovadores y con los que se sigan fortaleciendo las competencias digitales desarrolladas, en consecuencia, el uso de la tecnología con fines educativos.
Desde el contexto que se presentó en España, se consideró que el acercamiento y el análisis a los retos suscitados del cambio de la presencialidad a la virtualidad podría ser el comienzo o apertura de nuevas líneas de investigación que aporten elementos para la reestructuración metodológica didáctica, tales como el conocimiento y la adaptación de estrategias didácticas, el auge de la modalidad híbrida, el desarrollo de competencias para el siglo xxi en el estudiante, así como las habilidades blandas.
En Argentina, Consentino et al. (2021) realizaron un análisis en torno a la forma en que los estudiantes se apropiaron de nuevas condiciones de aprendizaje para el logro de sus metas académicas. Los autores destacan que la mayoría de los profesores no se encontraban preparados para la forma disruptiva en la que se vieron en la necesidad de recurrir al uso de la modalidad virtual.
En el informe del estudio realizado se manifiesta la dificultad de profesores y alumnos para adaptarse a un nuevo contexto educativo con características y necesidades distintas a las tradicionalmente contempladas en la educación presencial: horarios que se convirtieron en largas horas de aprendizaje en plataformas virtuales, videoconferencias (con ellas el cansancio y el aburrimiento manifestado en dejar abiertas las sesiones sin la presencia del estudiante), organización de horarios, la priorización de contenidos, pocas prácticas o cancelación de ellas, evaluaciones fuera de lo común por los métodos y técnicas empleadas, en cuanto al aspecto social, se menciona el aislamiento y la falta de contacto físico con los compañeros del aula, entre otras.
Desde otro contexto, en México, Campuzano et al. (2021) y García Aretio (2021) realizaron una aportación relacionada con la forma en la que algunas instituciones educativas hicieron frente a los desafíos impuestos por la pandemia, concluyendo que existe un desfase entre las acciones realizadas a nivel macro y micro, en tanto que, a nivel macro debería garantizarse el uso de las tecnologías por parte de la mayoría de la población, mientras que las acciones a nivel micro hacen referencia a las acciones realizadas en y para las instituciones educativas. Dentro de los aportes realizados se reconocen los retos para implementar la educación a distancia y en línea: a nivel nacional (ambiente extrasistémico) y la dinámica del sistema educativo nacional (ambiente intrasistémico), el primero caracterizado por la globalización, la pandemia, tendencias mundiales, entre otras, y el segundo por niveles educativos, brecha digital, postura de los sindicatos, actitud de los padres de familia, capacitación docente, etcétera.
Un punto de encuentro entre los autores de España, Argentina y México se relaciona no sólo con los desafíos didácticos, sino también con los económicos, políticos, sociales y de acceso a la tecnología, entre otros. En México, Campuzano et al. (2021) detectaron que algunos de los principales problemas a causa de la implementación de la modalidad virtual en las ies en la generalidad de los niveles educativos fueron la brecha digital (analfabetismo digital), la conectividad y el acceso a internet.
Retomando los puntos de vista anteriores, otro punto en común se relaciona con la dificultad enfrentada por los profesores y estudiantes de las ies ante la adaptación a la virtualidad, en consideración al escaso tiempo con el que se contó, los conocimientos de la educación en línea y los recursos tecnológicos disponibles durante el confinamiento.
El presente capítulo se divide en tres apartados, en el primero se expone la relación que guarda la didáctica con la modalidad virtual, en la búsqueda de la mejora de los procesos de enseñanza suscitados en los entornos mediados por la tecnología. En el segundo apartado se realiza una aproximación hacia la construcción del conocimiento bajo el contexto de la virtualidad. Finalmente, en el tercer apartado se presenta un análisis desde la didáctica que entrelaza la construcción del conocimiento con la modalidad virtual.
Método
Este capítulo, de línea de investigación educativa, se basa en la investigación documental con un enfoque interpretativo, tiene como objetivo analizar desde una perspectiva didáctica la construcción del conocimiento de los estudiantes bajo el contexto de la modalidad virtual; a fin de atender al objetivo trazado se planteó la siguiente pregunta de investigación: ¿de qué forma se construyó el conocimiento de los estudiantes en el contexto de la virtualidad desde una perspectiva didáctica? La investigación es el resultado de la consulta de fuentes de información documental y fue realizada en bancos de datos como la Web of Science, Scopus, Science Direct, Redalyc, Scielo, así como en las bases de datos del Instituto Politécnico Nacional (ipn) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam).
La búsqueda, recolección y análisis de la información se diseminó por medio del uso de las siguientes palabras clave: construcción del conocimiento, educación virtual, didáctica, ies, Covid-19 y SARS-CoV-2.
Se privilegió que el uso de las palabras clave durante la búsqueda de información estuviese relacionado con la didáctica, la construcción del conocimiento y el Covid-19, esto a través del empleo de operadores booleanos como: AND, OR, NOT. La revisión documental abarcó artículos publicados del año 2019 al año 2022.
Didáctica y modalidad virtual
La didáctica vista como la disciplina que se encarga de la enseñanza (García, 2020) tiene a bien centrar la atención en las características de los estudiantes y en el contexto social, cultural e histórico que permea la enseñanza. La didáctica retoma estas dimensiones en tanto su función dirigida hacia la mejora de los contenidos que conllevan al conocimiento a fin de incidir en el plano social.
Algunas de las funciones de la didáctica giran en torno a analizar, sistematizar, incorporar y socializar los saberes a través de las prácticas discursivas por medio de las cuales los contenidos serán aprendidos por los estudiantes en aras de su desarrollo cognitivo (Monetti, 2020). La funcionalidad de la didáctica puede ser plasmada, por ejemplo, en la elaboración de estrategias didácticas, también tiene injerencia en la detección de problemas que atraviesen la construcción del conocimiento.
En consonancia con Sánchez (2020), Monetti (2020) y Vialart (2020), se sostiene que la funcionalidad de la didáctica en torno a la construcción del conocimiento puede ser relacionada con la implementación de los entornos virtuales bajo un modelo educativo centrado en el estudiante, en donde el cuestionamiento sobre los contenidos diseñados para el aprendizaje y su relación social dan origen a nuevas prácticas de enseñanza a favor de lograr la asimilación del conocimiento.
No obstante, desde la visión de Aisenberg (2021), existe una posibilidad de aproximarse al estudio del conocimiento desde una perspectiva didáctica, esto es, por medio del constructivismo, dado que la interrelación social influye en la activación del conocimiento tanto de los otros como a nivel individual.
En este sentido, se entiende por constructivismo aquella teoría en donde se sostiene que la adquisición de conocimiento de los estudiantes se construye de forma activa, en tanto que se apropia de los contenidos que le son significativos para la realización de sus tareas o actividades cotidianas aportando a la mejora de sus habilidades cognitivas. El desarrollo de la teoría constructivista a través del tiempo ha incorporado diversos fundamentos por medio de los cuales se renueva y reconstruye. Uno de estos elementos es la parte social, desde la cual emerge el socioconstructivismo.
En este, la construcción del conocimiento es un proceso que presenta dos escenarios, el primero, la construcción propia del estudiante y el segundo, la construcción que resulta de la interacción con los otros actores educativos. Dicho proceso es denominado por Aisenberg (2021) como marcos de conocimientos, los cuales resultan funcionales para la aprehensión y asimilación de nuevos conocimientos, debido al proceso dinámico en el que se encuentran inmersos ambos escenarios.
Así pues, se asume que la creación de marcos de conocimientos se vuelve un proceso cíclico, en tanto que los estudiantes aprehenden de y con los otros, desde el aprendizaje que se genera de forma introspectiva, al introyectar y apropiarse de los conocimientos, hasta el generado por medio de la socialización.
El no asistir de forma presencial a las ies y trasladar el contexto de aprendizaje hacia el espacio virtual durante el confinamiento, provocó que la relación entre profesores y estudiantes se modificara al estar mediada por la tecnología, la comunicación directa que prevalecía en los espacios institucionales, ahora se desarrollaba de forma indirecta por medio de chats, correos o foros.
Lo anterior generó que los profesores se enfrentaran al reto de involucrar a los estudiantes de forma eficiente y efectiva en la realización de las actividades virtuales, en suma con los diversos distractores y escenarios no contemplados durante la etapa del confinamiento, por ejemplo, los cambios emocionales, la presencia de enfermedades derivadas del contexto pandémico, aunados al desconocimiento de algunos profesores en el uso de la tecnología o a la imposibilidad de contar con los recursos disponibles para su óptimo desarrollo.
De acuerdo con García Aretio (2021), hasta el año 2020 no se había presenciado el cierre total de las instituciones educativas, situación generada por el Covid-19. Pese a que la pandemia provocó cambios, retos, desajustes y alteraciones en diversas áreas de la cotidianidad de las personas, también se convirtió en un estimulante para la búsqueda de soluciones ante problemas educativos.
Como se observa, el primer cambio ante el cual se enfrentaron los profesores y estudiantes fue el paso abrupto de la presencialidad a la virtualidad (un, 2020), este cambio removió sus esquemas y se vio reflejado al inicio del nuevo contexto pandémico con la adaptación acrítica de los contenidos frente al escenario que se desarrollaba, en donde la prioridad era salir adelante con los medios y recursos disponibles.
Sin embargo, el uso de la modalidad virtual entendida como la modalidad de enseñanza que se encuentra totalmente dependiente de sistemas digitales o tecnológicos (García Aretio, 2021) como escenario emergente ante la pandemia por Covid-19, promovió el aprendizaje en línea, el uso de dispositivos electrónicos, móviles, conexiones inalámbricas y el acceso a internet.
La modalidad virtual a raíz de la pandemia cobró relevancia en tanto que fue posible observar sus bondades (Carbonell et al., 2021). Si bien es cierto que la modalidad virtual ha evolucionado y cambiado las formas de interactuar para la apropiación no sólo del conocimiento, sino también para diversas actividades de interacción y comunicación entre las personas, saltan a la vista las áreas de oportunidad que aún se tiene pendiente atender, una de ellas es la relacionada con la cobertura y acceso a recursos tecnológicos de manera personal, en instituciones educativas y en los ámbitos laborales.
Las restricciones relacionadas con la conectividad visibilizan problemas sociales (Quiroga, 2020), particularmente con el acceso a internet en zonas rurales, en donde predomina la escasez de recursos tecnológicos y digitales, así como de otras herramientas y recursos didácticos, no obstante, los profesores buscaron la forma de dar continuidad al trabajo académico.
A pesar de los retos y áreas de oportunidad que se presentaron con el auge de la modalidad virtual, también es cierto que se construyeron nuevas líneas de conocimientos y saberes —producto de la investigación educativa social— que permiten aproximarse al estudio de los hechos observados, comprenderlos y generar propuestas que sumen poco a poco a la edificación de un escenario educativo más sólido.
La construcción de conocimiento en la virtualidad
El uso a gran escala de la tecnología durante la contingencia promovió el aprendizaje colectivo (Gil, 2019), la construcción colectiva del conocimiento permite identificar las posibilidades con las que se cuenta para la edificación de saberes, de tal forma que el uso de los dispositivos electrónicos digitales, aunado a la interacción entre estudiantes por medio de la tecnología, produjeron que el aprendizaje se volviera colectivo. En tanto que el uso constante de la tecnología impulsó el aprendizaje sincrónico (mismo tiempo y lugar), generalmente a través de las videoconferencias, así como el aprendizaje asincrónico en donde cada estudiante aprende a su ritmo, horario y en el lugar de elección.
De acuerdo con Gil (2019), dada la aceleración que hubo entre los dispositivos tecnológicos y el aprendizaje, se potencializó una nueva forma de acceder a los saberes, esta fue por medio de la tecnología. Para Niño et al. (2019) sucede algo similar, la conjugación de distintos medios de entrada a la adquisición de saberes y conductos de comunicación en torno a la modalidad virtual genera que este tipo de modalidades sea propicio para que los estudiantes tomen el control y autorregulen su conocimiento.
El uso de plataformas digitales en concomitancia con la modalidad virtual ha permitido identificar un proceso cognitivo en función del cual los estudiantes adquieren su conocimiento. Esta adquisición se da en dos dimensiones (Niño et al., 2019), la primera alude a la construcción compartida del conocimiento y la segunda a la regulación del aprendizaje.
La construcción compartida del conocimiento se refiere a las actividades cognitivas de los estudiantes en torno a la colectividad, mientras que las actividades de autorregulación del aprendizaje son expresadas a través de la articulación de ideas propias, así como con la vinculación de los significados.
La significación de los saberes adquiridos representaría lo que Flores (2020) denomina el aprendizaje para toda la vida, en el sentido de que la construcción de saberes se vuelve un proceso cíclico en el cual los estudiantes doten de significado a lo que aprenden y reconfiguren a través de ello sus estructuras cognitivas.
Aunado a lo anterior, la construcción del conocimiento social bajo el contexto de la modalidad virtual se encuentra permeado por la mediación tecnológica (Hernández et al., 2020), así como el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (tic), también hace hincapié en la necesidad de reconocer la dinámica social que permea la construcción del conocimiento. Los dispositivos electrónicos, así como la incorporación de la tecnología a los procesos educativos, demandan que los estudiantes desarrollen potencialmente habilidades tecnológicas que coadyuven en la adquisición e incorporación de saberes a su estructura cognitiva. En el caso particular de las ies, la finalidad curricular de una modalidad virtual fue emplear y apropiarse de las herramientas tecnológicas para el desarrollo de las competencias propias de cada unidad de aprendizaje.
Se hace hincapié en que en el escenario de la modalidad virtual las estrategias didácticas que establecieron un vínculo entre profesores y estudiantes derivaron en el empleo de metodologías y estrategias didácticas para la construcción de conocimiento de los estudiantes bajo un proceso de colectividad, lo que demandó el empleo y desarrollo de habilidades (Hernández, 2020) vinculadas con la búsqueda, el acceso a la información y la administración de fuentes de información, a fin de aprovechar las bondades que surgen de la mediación tecnológica en la construcción del conocimiento.
Durante el confinamiento la modalidad virtual demandó no sólo que los estudiantes dominaran o tuvieran potencial para la vinculación tecnológica, sino que también implicó un reto para los profesores (Rambay y De La Cruz, 2020), quienes tuvieron que desarrollar habilidades tecnológicas a fin de salir avante de la situación. En este sentido, se implicó en algunas ocasiones una doble tarea, por un lado, dar continuidad a la construcción del conocimiento de los estudiantes, pero también la actualización de algunos docentes en términos tecnológicos.
De lo antes expuesto se concretan las siguientes ideas sobre la construcción del conocimiento durante la pandemia por Covid-19 en la virtualidad:
- Implicó necesariamente el uso de la tecnología representada por la modalidad virtual, esto al ser el único medio a través del cual era posible la comunicación directa entre docentes y alumnos.
- Se contó con la disponibilidad de los contenidos en las plataformas digitales de forma asíncrona. La migración a la modalidad virtual fue lo más rápido posible, sin dejar de lado los retos a los cuales se enfrentaron las comunidades educativas.
- Promovió la autorregulación y control del proceso de construcción del conocimiento en los estudiantes, esto en función de las actividades académicas realizadas para el logro de un objetivo o para desarrollar o fortalecer ciertas competencias.
- Se presentó el proceso de construcción social de conocimientos, relacionado con la interacción entre estudiantes por medio de herramientas tecnológicas: dispositivos electrónicos, redes sociales, videollamadas, plataformas, etcétera.
- Se hizo hincapié en la significación de contenidos para los estudiantes al tratar de simplificar los contenidos de tal forma que estos fueran compresibles para ellos.
- Fue necesaria la apropiación tecnológica por parte de estudiantes y profesores, puesto que el uso de la modalidad virtual demanda el desarrollo de habilidades digitales mínimas que coadyuven en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
- Conocimiento y empleo de estrategias didácticas en función de la individualidad y la colectividad.
La construcción del conocimiento desde la colectividad destaca la importancia de aprehender de y con los demás. El empleo de la modalidad virtual no sólo requiere del desarrollo de habilidades cognitivas, también necesita del desarrollo de habilidades digitales que permitan discernir entre las diversas fuentes de información que son mediadas por la tecnología, tal es el caso de la información que carece de validez y confiabilidad.
Construcción del conocimiento y modalidad virtual: un análisis desde la didáctica
La relación entre la didáctica y la construcción del conocimiento se da en la génesis del análisis sobre cómo este se construye bajo un escenario emergente (Bolaños y Robert, 2020), como lo fue el uso de la modalidad virtual, atendiendo principalmente a tres fundamentos: el primero relacionado con la cognición, el segundo pensado desde el ámbito neurofisiológico y el tercero desde la experiencia en sí.
Desde la cognición, las habilidades cognitivas requeridas para la construcción del conocimiento atraviesan el siguiente proceso en los estudiantes: perciben, descubren, reconocen, imaginan, juzgan, memorizan y hacen visibles estos elementos por medio del pensamiento y el lenguaje, aquí la interacción social cobra un papel importante. A nivel neurofisiológico (Bolaños y Robert, 2020) el proceso de construcción del conocimiento pasa por las estructuras cerebrales y las conexiones que se establecen a nivel neuronal. Finalmente, la experiencia en sí es entendida en un sentido empírico, donde los estudiantes a través de la práctica construyen su conocimiento. La triangulación entre las actividades cognitivas, los procesos neurológicos acorde a la edad de los estudiantes y la experiencia en sí promueve la construcción del conocimiento.
De acuerdo con Prince (2020), actualmente se ha desarrollado una teoría educativa que defiende la idea sobre la construcción del conocimiento, en tanto que los estudiantes al reorganizar la información adquirida atraviesan un proceso de reelaboración, el cual culmina con la integración de los nuevos saberes con los adquiridos previamente.
Este proceso de adquisición de conocimiento ha sido comúnmente denominado como autoaprendizaje, el cual prioriza la adquisición o construcción del conocimiento por parte de los estudiantes de forma autónoma, en tanto su actuar es independiente a la presencia de alguna persona que los guie en la adquisición de saberes.
Si bien es cierto que la construcción propia del aprendizaje depende en primera instancia de la individualidad del estudiante, Prince (2020) reconoce que esto no sería posible sin la motivación y orientación de los profesores, en tanto que, en algunas ocasiones, el autoaprendizaje de los estudiantes es motivado por los profesores, puesto que el desarrollo de habilidades por medio del autoaprendizaje está relacionado con las estrategias didácticas empleadas.
Se ha documentado que la mayoría de los profesores hizo uso de técnicas y estrategias didácticas para motivar a los estudiantes a lograr un aprendizaje significativo, sin embargo, existieron casos en donde algunos profesores optaban por asignar tareas a los estudiantes sin apoyar el proceso de aprendizaje en línea e integrar videoconferencias, lo que contribuyó al apoyo y seguimiento del autoaprendizaje.
De igual forma el confinamiento pandémico trajo consigo la inclusión de nuevos actores inmersos en el ámbito educativo (Zambrano et al., 2020), los cuales vistos con los lentes de la didáctica pueden ser reconocidos como agentes de cambio en la construcción del conocimiento. Los nuevos actores a los que se hace alusión son reconocidos como los familiares, quienes se volvieron aliados de los estudiantes durante la etapa crítica de la contingencia sanitaria. Si bien es cierto que en algunos casos incrementó la inmersión de los familiares en el proceso de construcción del conocimiento de los estudiantes, en otros casos ya era una realidad las familias involucradas en el aprendizaje. La relevancia de considerar a los familiares como agentes de cambio en las actividades escolares de los estudiantes durante el periodo pandémico contribuye no sólo de forma directa en el desarrollo de las tareas de los estudiantes, sino también en el fortalecimiento de los vínculos y de las relaciones sociales que se generan en torno a la construcción del conocimiento.
En cuanto a la creación de estrategias didácticas acordes a las situaciones de aprendizaje diversas Zambrano et al. (2020) añaden la importancia que existe en que el diseño de estrategias didácticas involucre las dimensiones social, del desarrollo humano, emocional y pedagógica a fin de contribuir con la renovación de la modalidad virtual, ahora desde espacios situados. En este contexto el estudiante retoma nuevamente el centro de la construcción del conocimiento, aunado a su desarrollo en la colectividad de compañeros y profesores.
Al considerar al estudiante como el centro activo en la construcción del conocimiento se requiere hacer un análisis relacionado con la organización estratégico didáctica (Molina y Colombo, 2021) de las sesiones que se desarrollaron durante la época del confinamiento. La organización y sistematización de las sesiones de clase permitirán contar con una distribución simétrica en relación con la construcción del conocimiento
Del análisis desde la didáctica sobre la construcción del conocimiento y la modalidad virtual podemos destacar lo siguiente:
- El diseño de estrategias didácticas permite la identificación de los roles de cada uno de los involucrados en el acto educativo mediado por la tecnología. Este diseño tendría que estar pensado desde la modalidad virtual e incluiría al estudiante, al docente o a un tutor encargado de guiar al estudiante en el desarrollo de las actividades, los contenidos y los recursos tecnológicos mínimos necesarios para su óptimo desarrollo, por ejemplo, un dispositivo electrónico con acceso a internet.
- La construcción del conocimiento hace hincapié en el autoaprendizaje, de tal forma que las actividades planeadas en las estrategias didácticas se desarrollen en función de que el estudiante sea capaz de realizarlas por sí mismo, a fin de apropiarse de los contenidos que le han de ser compartidos mediados por la tecnología.
- Los estudiantes son colocados en el centro del proceso para la construcción del conocimiento. El uso de la modalidad virtual hace hincapié en el estudiante como el principal constructor activo de su proceso de aprendizaje, situación que lo dota de protagonismo, pero también de responsabilidad frente a este nuevo escenario.
- La motivación de los profesores tiene un papel importante para la adquisición de saberes. A nivel psicológico la motivación juega un papel importante en tanto que el estudiante se siente acompañado en el proceso de aprendizaje. Si bien es cierto que la adquisición de conocimiento mediado por la tecnología promueve el autoaprendizaje, la motivación resulta transcendental para el logro de objetivos en el sentido de motivar y acompañar al estudiante durante su proceso.
- La construcción del conocimiento involucra diversas dimensiones, no sólo la educativa. Es importante considerar que los estudiantes se encuentran inmersos en un contexto sociocultural determinado en donde entran en juego factores económicos, políticos, éticos, entre otros, en función de los cuales, en el caso de la modalidad virtual van construyendo y desarrollando sus habilidades cognitivas y digitales.
De manera general, se puede deducir que la visión didáctica para la construcción del conocimiento parte del análisis del conocimiento como objeto de estudio. La identificación de su génesis coadyuvará en el desarrollo de estrategias didácticas que aporten a la adquisición de conocimientos nuevos, así como a su aprehensión.
No se puede soslayar que el cambio emergente que vivió la educación durante el periodo de la pandemia por Covid-19 generó nuevas estructuras para el aprendizaje, la aproximación al conocimiento, a la información y a la creación de vínculos que reconfiguran la subjetividad e influyen en la construcción y apropiación del conocimiento (Stancato y Lunad, 2019). La reconfiguración de los escenarios educativos durante el confinamiento estuvo permeada por el uso de la tecnología en sus distintas acepciones.
Un ejemplo de lo anterior se observó cuando en México a nivel federal por indicaciones de la Secretaría de la Educación Pública (sep) se proyectaron en televisión programas educativos como reforzamiento a lo visto en las clases síncronas programadas entre profesores y estudiantes, las cuales fueron generalmente llevadas a cabo en sesiones de videoconferencia por medio de la web.
El escenario inédito ante el cual se enfrentaron estudiantes y profesores evidenció una disparidad en los procesos de enseñanza aprendizaje (Girón y Lupión, 2021) en función de la diferencia de escenarios derivados del confinamiento, los cuales no necesariamente guardaban relación con la mediación tecnológica, sino involucraban también desajustes a nivel emocional, social e incluso económico.
El uso de las tecnologías resultó indispensable para entablar comunicación entre los actores educativos (Infante et al., 2020), extendiendo las alternativas para el desarrollo de nuevas habilidades, sin embargo, se ha detectado que el uso de las tic no sólo resulta eficiente para la comunicación, sino también se encuentra implícita la responsabilidad otorgada al estudiante en dos sentidos: la construcción de su conocimiento y la relacionada con el uso de los dispositivos tecnológicos.
Al respecto, se puede argumentar que los dispositivos electrónicos bajo el contexto de la modalidad virtual tienden a ser un medio más que un fin en la construcción del conocimiento, de tal forma que el uso adecuado de las herramientas digitales pueda contribuir al desarrollo cognitivo de los estudiantes.
Esta situación coloca a los estudiantes como los protagonistas de su aprendizaje, al encontrarse en un proceso de construcción constante entre las actividades colectivas y las actividades individuales (Consentino et al., 2021) durante las sesiones síncronas bajo la tutela de los profesores, pero también de aquellas actividades que se realizan sin su supervisión.
La situación dinámica que atravesaron los estudiantes bajo el enfoque de la modalidad virtual dio pauta a que en el proceso e interacción con los recursos tecnológicos los estudiantes desarrollaran en distintos niveles la capacidad de ser autónomos al apropiarse de los entornos virtuales con la finalidad de expandir su conocimiento.
La apropiación de los entornos de aprendizaje fue un reto para los estudiantes y para los profesores (Labayen y Gaudin, 2022) quienes se volvieron factores clave para la agilidad de las sesiones mediadas por la tecnología. Las funciones de los profesores giraban en torno a la sistematización de actividades y a la motivación a los estudiantes a fin de emplear, y en algunos casos generar, estrategias que contribuyeran directamente a la construcción del conocimiento.
Oportunidades y desafíos
Uno de los desafíos detectados durante la transición de la educación presencial a la educación mediada por la tecnología fue la adaptación inesperada de los contenidos curriculares a nivel didáctico, esta situación representa un área de oportunidad para el desarrollo de metodologías didácticas que coadyuven de manera general en la adaptación y el diseño curricular para escenarios mediados por la tecnología.
Analizar la construcción del conocimiento desde la didáctica contribuye también a la elaboración de estrategias didácticas a nivel áulico con base en el proceso cognitivo metodológico que siguen los estudiantes para la aprehensión de su conocimiento.
Si bien es cierto que el uso de la tecnología durante y después de la pandemia fue de gran relevancia para dar continuidad al proceso de construcción del conocimiento de los estudiantes, también es cierto que en el área de las tic y su relación con los procesos educativos aún queda un largo camino por recorrer, el cual abarca desde la conexión a los dispositivos electrónicos e internet, hasta la comprensión de las interacciones que se dan entre los estudiantes y profesores a través del uso de la tecnología.
Conclusiones
Con base en las aportaciones realizadas hasta el momento por diversos autores ha sido posible identificar que si bien es cierto que la llegada disruptiva de la pandemia obligó a migrar de forma rápida contenidos, también es cierto que estos retos han abierto líneas de investigación que contribuyen con el diseño de metodologías con características propias de una modalidad virtual, cuya principal virtud sea la vinculación entre la forma en que los estudiantes construyen su conocimiento y la tecnología.
Como resultado de la investigación fue posible identificar que los fundamentos teórico-didácticos que justifican la construcción del conocimiento de los estudiantes bajo el contexto de la virtualidad —durante la pandemia por Covid-19— tienen lugar en dos dimensiones: una social mediada por la modalidad virtual y el contexto en el cual se encuentran inmersos los estudiantes; la otra dimensión se dio en función de la aprehensión de los contenidos enseñados a los estudiantes, quienes a través del uso de la modalidad virtual adquirieron herramientas que les permitieron ser los protagonistas de su aprendizaje tomando en consideración su percepción, el descubrimiento de nuevos escenarios y el reconocimiento de los mismos haciéndolos visibles a través del pensamiento y el lenguaje.
El conocimiento mediado por la tecnología se volvió un proceso autónomo en el cual los estudiantes tomaron el control y adquirieron la responsabilidad de desarrollar las actividades independientemente de que su profesor estuviera de tiempo completo con ellos.
Si bien es cierto que el desarrollo del autoaprendizaje es un proceso autónomo, también es importante mencionar que este tiene una parte colectiva antes de ser introyectado y aprehendido por los estudiantes, en tanto que primero lo socializa de forma colectiva con sus compañeros y maestros para posteriormente hacerlo parte de sus esquemas cognitivos.
En general, las instituciones educativas estuvieron y están inmiscuidas en un contexto de cambio continuo y complejo debido a las transformaciones sociales, culturales, tecnológicas y comunicativas que involucraron a docentes y alumnos.
Aunado a dichas transformaciones existen retos o desafíos sociales y educativos. Socialmente todavía es necesario trabajar sobre la equidad, en el caso de la educación, relacionada con la igualdad educativa, establecer mecanismos que aseguren la conectividad y las redes a internet. Respecto a los retos educativos, se pueden abrir un abanico de oportunidades: desarrollo de competencias digitales tanto en docentes como en alumnos, capacitación, actualización sobre estrategias y metodologías didácticas en otras modalidades, como la híbrida y la virtual, y seguimiento al impacto académico de la virtualidad.
Referencias
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