CAPÍTULO I - Percepción de los alumnos del proyecto de intervención social en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí. Guadalupe del Socorro Palmer de los Santos, Mariana Juárez Moreno, Catalina Reyna López.

https://doi.org/10.52501/cc.064.01


Guadalupe del Socorro Palmer de los Santos


Mariana Juárez Moreno


Catalina Reyna López


Dimensions


CAPÍTULO I

Percepción de los alumnos del proyecto de intervención social en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí

Guadalupe del Socorro Palmer de los Santos*

Mariana Juárez Moreno**

Catalina Reyna López***

DOI: https://doi.org/10.52501/cc.064.01

Resumen

Este estudio presenta un análisis de un proyecto de intervención social que se integra durante la materia de Núcleo General III. Filosofía y Valores en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí (UPSLP), que pretende integrar procesos teóricos y prácticos en el desarrollo del proyecto, con la idea de integrar nuevas formas de trabajo para el desarrollo de las competencias del saber ser y el saber estar. Con el objetivo de integrar de manera más activa los Objetivos Sostenibles de la Agenda 2030. Los resultados mostraron que la mayoría de los estudiantes consideraron que el proyecto les permitió conocer problemáticas de otras realidades sociales, y les fue útil en su vida personal y profesional; además de que para la mayoría de los estudiantes la experiencia resultó positiva.

Palabras clave: competencias transversales, saber ser, actitudes y valores e intervención social

Introducción

El presente documento se centra en el trabajo realizado durante siete años en la actividad de proyecto de intervención social de la materia de Núcleo General III. Filosofía y Valores, materia que llevan los estudiantes de todas las carreras en la UPSLP. El objetivo de este estudio es analizar la forma en que los estudiantes lo perciben, si se ha logrado que se sensibilicen ante otras realidades sociales y conozcan otros contextos donde puedan ejercer los valores que se les fomentan en la universidad. Además, se pretende identificar si este tipo de actividades pueden ayudar en el cumplimiento de los Objetivos Sostenibles de la Agenda 2030, promoviendo las competencias transversales en los estudiantes de diversas áreas de estudio.

La investigación también permite evaluar el trabajo realizado durante estos años en el proyecto para identificar áreas de mejora, si es conveniente reestructurar actividades, cambiar estrategias, así como la percepción de los estudiantes sobre el proyecto. Los datos que surjan de este estudio se compartirán con los docentes que imparten la materia para ayudar a la toma de decisiones para posibles modificaciones, esto conlleva que se cuente con una actualización constante en el proceso de enseñanza de los estudiantes.

Por otro lado, se revisa un campo poco abordado en las competencias sobre las actitudes y valores, el saber ser, que es complicado integrar en las materias de especialidad, por lo cual se inserta en las materias de academia de núcleo general, pero que debe revisarse desde todas las asignaturas para que se llegue a un proceso de integración transversal y multidisciplinario. Para el desarrollo de la investigación se retomó la siguiente hipótesis de trabajo: el desarrollo de actividades altruistas y sociales en los estudiantes fomenta la conciencia de su contexto y permite la asimilación de conceptos y teorías en la materia de Núcleo General III. Filosofía y Valores. Las preguntas de investigación que sirvieron como guía son: ¿de qué manera el proyecto de intervención permite a los alumnos recordar con más facilidad los temas vistos en la materia de Núcleo III. Filosofía y Valores? ¿Cómo el proyecto de intervención fomenta las competencias transversales claves de sostenibilidad pertinentes para los ODS? ¿De qué manera el proyecto de intervención permite integrar mejor el conocimiento de la materia con lo laboral y cotidiano? ¿Cómo se integran las competencias al proyecto de intervención?

Marco teórico

La educación en competencia y la agenda 2030

Históricamente la búsqueda por un desarrollo sostenible que se integre en la educación superior se ha revisado durante décadas, ante ello se han organizado varios encuentros en diferentes países como: la Conferencia Mundial sobre la educación para todos en Jomtien en 1990, el Foro Mundial sobre Educación en Dakar en el 2000, la Cumbre Milenio en New York, también en el 2000, el Decenio de Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo en el 2002 (De la Rosa, Giménez, y De la Calle, 2018). La UNESCO en 2014 (citado por Gonzalo, Sobrino, Benitez y Coronado,2017) expresa la importancia de la educación superior para mejorar el contexto mundial con miras en el 2020. Todos estos eventos fueron antecedentes para la Agenda 2030 que se llevó a cabo en New York en el 2015.

La agenda 2030 surge también del encuentro que se tuvo en Río de Janeiro en el 2012, y por tres años de estudios que se realizaron en diferentes partes del mundo con distintos expertos para llegar a la declaración de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Cada objetivo tiene metas que describen lo que se pretende realizar y que se generaron en relación con la problemática que se observa en el planeta en cuanto al desgaste de recursos naturales y el ambiente social en degradación que se está visualizando en el planeta.

Dentro de estos 17 ODS, las instituciones en educación superior se han centrado en nueve objetivos (2, 3, 4, 7, 8, 9, 13, 14 y 17) (Ramos, 2021). Sin embargo, en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí los que se revisan dentro de las materias de núcleo general son los siguientes:

Figura 1. ODS Revisados en las materias de la academia de núcleo general

image

Fuente: elaboración propia.

Es importante revisar cómo las ODS y sus metas se ven reflejadas en las actividades de la Universidad Politécnica de San Luis Potosí. También es importante explicar que la Universidad no ha generado sus programas en relación con las ODS, pero la forma en que funciona y los aspectos que cubre en sus carreras son afines y se reflejan como se muestra en la Figura 1.

En el ODS número 4, las metas en las cuales se puede percibir un énfasis en la universidad son: el acceso igualitario de hombres y mujeres a una educación superior de calidad para acceder al empleo y al emprendimiento. Se ha buscado desde la academia de núcleo general promover una cultura de igualdad de género, en específico se ha tratado de apoyar en la educación de los niños y niñas en situaciones de vulnerabilidad, en específico en el estudio y regularización de las matemáticas en escuelas primarias marginadas o vulnerables. Es importante enfatizar que las metas del ODS 4 están vinculadas a la inclusión en la educación, por ello se observa que se da importancia al acceso igualitario a una formación educativa en hombres y mujeres.

Siguiendo con estos Objetivos Sostenibles en el número 5, se ha optado por desarrollar ciclos de conferencias de equidad de género, en las cuales se tratan temas como el de violencia contra la mujer, masculinidades, las mujeres en la ciencia, investigación, la mujer en la empresa y diversidad. El enfoque busca que el estudiante hombre tenga una perspectiva de las nuevas masculinidades y promueve en ellos la equidad, debido a que la mayoría de la matrícula en la universidad es masculina.

Por otra parte, en el objetivo se busca que los estudiantes salgan preparados de la universidad para tener un empleo digno y con las competencias y habilidades necesarias para desarrollarse en las empresas. En cuanto al objetivo 9 se aporta en las metas de la investigación científica y en la tecnología, además de promover el desarrollo de la pequeña industria.

Respecto al ODS 10 se ha buscado a partir del Departamento de Responsabilidad Social y los proyectos sociales de la academia de núcleo general atender en pequeña escala grupos y comunidades marginadas, promoviendo la inclusión social. Para el Objetivo de Desarrollo Sostenible 15 se ha fomentado también la reforestación de espacios en la ciudad, además de contar con una planta de tratamiento de aguas residuales que es usada para el riego de las áreas verdes de la universidad.

Finalmente, en relación con el ODS 16 se ha buscado que los estudiantes tengan acceso a la información para darles herramientas de búsqueda en diferentes fuentes y capacitarlos para saber qué derechos tienen para acceder a ella, asimismo se fomenta una cultura de tolerancia y no violencia dentro del campus. Recientemente se ha generado un convenio donde la universidad es parte del Plan DAI para el acceso a la información.

La forma en que se integran estos ODS en las materias es a partir de diferentes actividades que se implementan con los estudiantes, donde se generan proyectos aplicables a su contexto. Dentro de las clases también se retoman temas relacionados con los ODS, como parte de su formación integral.

El saber ser en el modelo por competencias

El concepto de competencias, el cual se ha ocupado en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí, se ha retomado del modelo educativo que se generó en Europa en la década de los noventa, con la intención de generar un puente entre el aprendizaje en las instituciones educativas y la demanda laboral de la industria:

El enfoque por competencias es el proceso de enseñanza/aprendizaje que facilita la transmisión de conocimientos y la generación de habilidades y destrezas. Además de desarrollar en el participante las capacidades para aplicar y movilizar los conocimientos en situaciones reales de trabajo, habilitándolo para aplicar sus competencias en diferentes contextos y en la solución de situaciones emergentes, responde a mayor transparencia de los perfiles profesionales y de los programas de estudio, con énfasis en los resultados del aprendizaje (Sánchez et at., 2011, p. 8).

Es importante recordar que las competencias se dividen en genéricas y específicas, con ellas el estudiante debe ser capaz de construir conocimiento, aplicarlo en su ámbito profesional de manera eficaz, además de integrarse a la vida profesional y social, lo que conocemos como: saber, saber hacer y saber ser. Como se ha comentado anteriormente en esta investigación pretendemos en parte centrarnos en este último elemento, la formación en ética y valores de los estudiantes.

La academia de núcleo general se centra en las competencias genéricas, las cuales se dividen en: instrumentales, interpersonales y sistémicas, revisadas desde la educación básica. Sin embargo, en muchos casos los estudiantes llegan con deficiencias en su formación al entrar al nivel universitario. Por lo tanto, en las materias de la academia se realiza un reaprendizaje en diversas competencias.

A grandes rasgos las competencias genéricas instrumentales que se integran en la academia de núcleo general se refieren a la síntesis, análisis, planificación, organización, gestión de información, solución de problemas, comunicación oral y escrita; en cuanto a las sistémicas son importantes la capacidad de aprendizaje, las habilidades de investigación y el conocimiento multicultural. Finalmente, las interpersonales y se dirigen a la crítica, autocrítica, habilidades interpersonales, de trabajo en equipo, adaptadas a diferencias culturales y al punto que más nos preocupa: el compromiso ético, social y de valores. Climent (2012) integra en su artículo una comparación del significado que tiene el modelo de competencias y cómo se ha desarrollado a través del tiempo. Retoma a 17 autores en tres décadas (1973-2008), lo que refleja un punto importante: que las competencias han estado centradas en los resultados según el modelo Tuningital como lo comentan Sánchez et al., (2012). Sin embargo, existe la falta de precisión de los valores que se desarrollaran, en este caso se piensa de manera general como se expresa en el párrafo anterior, en un compromiso ético con la sociedad.

El sistema de universidades tecnológicas y politécnicas comparte la integración de las competencias del saber ser en sus programas educativos. Un estudio desarrollado en la Universidad Tecnológica de Durango plantea una forma de evaluar estas competencias, tratando con ello de no ser subjetivos, para lo cual clasifica las competencias del saber ser de la siguiente manera:

Tabla 1. Competencias del saber ser

Habilidades personales Características afectivas Características psicológicas
Liderazgo Ética Sentido de planificación
Rápidez de ejecución Identificación de valores Uso de procesos cognitivos
Toma de decisiones Responsabilidad Actitud holística
Trabajo en equipo Juicio Razonamiento:
deductivo
analógico
inductivo
hipótetico
Motivación Puntualidad Uso correcto del lenguaje
Destreza manual Responsabilidad Capacidad para soportar presión
Autonomía Honestidad
Manejo de conflictos

Fuente: (Guerrero y Ramos, 2019).

Dentro del estudio de las competencias se ha dado mayor énfasis a las investigaciones en los aspectos del saber, y el saber hacer, pero en menor cantidad el saber ser. La importancia que tiene conocer el contexto en donde se desarrolla el estudiante y los valores, creencias que engloban su cultura es importante para entender la manera que refleja dichos valores en la universidad y en el lugar de trabajo.

Si bien podemos contar con estudiantes altamente calificados con habilidades en diferentes disciplinas y que pueden ser competentes, esto puede verse frustado si los valores con los que fueron formados los llevan a cometer conductas inadecuadas en el ambiente educativo y laboral:

En el ámbito de las competencias, la falta de valores tiene un doble efecto pernicioso: por una parte, deteriora la preparación de las personas y el funcionamiento de los sistemas de acción correspondientes; y por otra, puede llevar a personas bien preparadas (competentes), a cometer actos reprobables, desde inmorales hasta ilícitos, con repercusiones tanto o más serias que las que ocasiona la incompetencia (Climént, 2012, p. 40)

El no conocer el contexto en que se desarrollan nuestros estudiantes se refleja en omitir la concepción de valores que traen consigo y también en su desarrollo cotidiano. Cortés (2006) menciona que el trabajo es la forma de realización humana, pero si éste se concibe sólo como una forma de ganarse la vida puede generar frustración. Por ello es importante conocer cuáles son los referentes sobre valores y ética que maneja el alumno, de qué manera está integrado a la sociedad o los medios de comunicación que utiliza en su entorno, puesto que hoy son los que observa para su lenguaje, a lo que se desea parecer y la forma de vida que pretende llevar.

Por lo tanto, en la academia de núcleo se ha desarrollado un espacio de reflexión, específicamente en la materia de Núcleo General III. Filosofía y Valores, donde se pretende vivenciar los valores desde la dinámica de clase, hasta la aplicación en las intervenciones que realizan los alumnos. Sin embargo, es importante destacar una problemática que se ha observado a lo largo de los cursos en los años que se han impartido desde 2001, que es a materia se considera una especie de relleno dentro de la curricula y no como parte fundamental en la formación del futuro profesionista, quizás hasta que el estudiante egresa y se relaciona con una empresa, que estos aspectos, que en la industria llaman habilidades blandas, toman importancia y el egresado comprende su relevancia.

Esta problemática no permea sólo a la Universidad Politécnica de San Luis Potosí, sino que se observa en otros casos como en la Universidad Autónoma de Yucatán (Romel, 2015), donde en el área de ingenierías el aspecto humanístico está muy poco valorado por los estudiantes. Consideramos esto debido a una formación dominantemente racional y positivista que promueve la razón y la objetividad por encima de las emociones y el sujeto.

Es importante mencionar que existe una gran cantidad de estudios sobre las competencias en la educación, pero en específico sobre las actitudes y valores que se esperan dentro del ámbito laboral la información es ambigua y los artículos pocos. Consideramos que se ha dado mayor importancia a generar conocimiento y habilidades, además de su aplicación en el trabajo. Asimismo, existe un gran interés sobre cómo evaluar estas habilidades intelectuales, pero dentro de los instrumentos de evaluación es difícil evaluar también la actitud que se tiene frente al desempeño laboral. Por otro lado, la educación en valores pude llevarnos a desarrollar en los estudiantes comportamientos éticos que serán reflejados durante su desempeño profesional. De esta manera la ética se define como un término general que hace referencia a distintas maneras de evaluar la vida moral, es decir la reflexión crítica de lo que el ser humano hace y por qué.

Escobar, Albarrán y Arredondo (2016) plantean que el tema de los valores está íntimamente ligado con la ética, se dice que los seres humanos somos seres axiológicos, portadores de valores y que valoramos. La ética llama persona humana a aquel ser que realiza valores que lo elevan por encima de las necesidades inmediatas de un estado de animalidad.

Por último, Boyatzis (2002) explica los valores en la empresa desde tres perspectivas: la primera en relación con el pragmatismo, las personas evalúan la vida y las actividades debido a su utilidad; la segunda, que considera orientación intelectual en términos de construcción de conocimiento y conceptos; finalmente, la humana se centra en la forma en que las actividades impactan a las personas con quienes se relacionan. Si solamente le diéramos prioridad a una de estas orientaciones, tendríamos personas que no cuentan con todos los elementos y actitudes para desarrollarse plenamente en su trabajo, para que un ser humano se integre de manera satisfactoria debe desarrollar las tres orientaciones y revisar de qué manera algunas actitudes pueden ser negativas en el entorno que se desarrolla.

Dentro de la educación por competencias se ha observado la necesidad de integrar competencias transversales para el complimiento de los ODS, es decir, se contempla de qué manera se vinculan las metas que se desea alcanzar, desde la capacitación y el rediseño curricular para entender e incluir en la educación superior las dimensiones de los ODS. Desarrollar esta integración contempla un espectro de aspectos que deben definirse dentro de lo global, las políticas institucionales y las relaciones alumno-profesor.

La posibilidad de cumplir con los ODS, viene de lo que discutíamos en párrafos anteriores sobre el cambio actitudinal, esto es, dentro del modelo de competencias, dar mayor o igual énfasis al desarrollo del saber ser, de las actitudes y los valores, como se da en el conocimiento y las habilidades para que los estudiantes entiendan la importancia de una educación sostenible y adecuada para el equilibrio en el plantea.

Las competencias que se proponen para los ODS se integran perfectamente en el modelo de la Universidad Politécnica de San Luis Potosí, del cual se desprenden los programas de las materias de la academia de núcleo general.

Tabla 2. Competencias transversales claves de sostenibilidad pertinentes para los ODS

Competencia Función Aplicación en el proyecto de intervención
Competencia de pensamiento sistémico Provee la capacidad para entender un sistema, sus partes, sus interrelaciones y comprender cómo enfrentarse y solucionar los problemas que se presenten con alguna de sus partes. En el inicio del planteamiento del proyecto, los estudiantes observan las problemáticas de las organizaciones y la forma de cómo solucionar lo que pueden con los medios que tienen a su alcance.
Competencia de anticipación Permite analizar y estudiar los diferentes escenarios que pueden presentarse (futuro posible, probable o deseable) con el fin de evaluar las decisiones tomadas, partiendo del principio de precaución, el cual permite valorar riesgos y consecuencias. Desarrollan una planeación para la ejecución del proyecto, deben ajustar cambios a lo largo del semestre en relación con las situaciones que se sucedan en la intervención.
Competencia normativa Permite comprender que las decisiones o acciones que se tomen deben estar fundamentadas en normas y valores que nos dan la capacidad de negociación necesaria para enfrentarse al logro de acciones sostenibles, a los conflictos de intereses, a las concesiones entre las partes, las incertidumbres y las contradicciones. En acompañamiento y parte de la materia se establecen aspectos de normatividad, códigos de ética y valores institucionales.
Competencia estratégica Permite que de forma colectiva se desarrollen e implementen innovaciones para la sostenibilidad, tanto a nivel local como en niveles administrativos superiores (comarcal, provincial, etcétera). Se busca en este aspecto integrar actividades que puedan dar apoyo a otros sistemas, porque se trabaja con gobierno municipal y estatal en algunos proyectos.
Competencia interpersonal o de colaboración Permite aprender de los demás, al desarrollar procesos de empatía hacia ellos y el ejercicio del liderazgo empático para poder abordar colectivamente los problemas y conflictos, facilitando la resolución participativa y colaborativa de estos. El trabajo en equipo y el contacto con otras personas fuera de la universidad ayuda a los estudiantes a desarrollarse de manera colaborativa.
Competencia personal o de autoconciencia Permite analizar el papel que juega cada uno dentro de la comunidad o escala en la que se encuentra, impulsando y evaluando nuestras acciones o realizaciones, en lucha perenne con los sentimientos y deseos personales. El encuentro con otras realidades dentro de las organizaciones e instituciones donde se llevan a cabo los proyectos permiten que el estudiante reflexione y valore lo que tiene.
Competencia de pensamiento crítico Permite que podamos poner en duda normas, prácticas y opiniones, reflexionando sobre lo que se puede aportar mediante los valores, opiniones y decisiones propias, y sirviendo de base para tener criterio propio ante acciones que se realicen en aras de la sostenibilidad. Se genera un crisol de ideas y de procesos que permiten revisar las creencias que se tenían y se generen opiniones nuevas de contextos que no se conocían.

Fuente: (Ramos, 2021) con aportaciones sobre cómo se aplican estas competencias en el proyecto de Intervención.

Metodología

Se utilizó un enfoque mixto con predominancia cuantitativa de tipo no experimental longitudinal de tendencia (Sampieri, 2006), pues se busca recopilar las percepciones de los estudiantes, retomando dos muestras de los alumnos que han participado en el proyecto. Las técnicas que se utilizaron fueron la encuesta y la revisión de documental (Galindo, 1996).

Para el análisis, se realizaron dos encuestas, la primera en el 2018 a estudiantes de sexto semestre de todas las carreras, con una muestra de 203 alumnos, y una segunda encuesta en el 2022, con una muestra de 239 alumnos. Esto para observar los cambios en el tipo de organizaciones e instituciones en que se han insertado los estudiantes, un punto relevante es que se tiene un antes de la pandemia de la COVID-19 y otro durante la contingencia.

La propuesta del proyecto de intervención social

La Universidad Politécnica de San Luis Potosí, en la academia transversal de núcleo general, integra cinco materias dedicadas al desarrollo integral del estudiante. De manera particular, en la asignatura de Núcleo general III. Filosofía y valores, se trabaja en un actuar para la sociedad, como lo es un proyecto de intervención social, entendiendo este como una actividad programada sobre un colectivo o grupo, con el fin de provocar un cambio social para mejorar una situación (Losada, 2016), puesto que la materia que se cursa generalmente en el cuarto semestre tiene como objetivo sensibilizar al alumnado en la ética profesional, los valores, la integración cultural y la inclusión.

En el semestre de enero de 2015 se organizó una iniciativa con las maestras que imparten la materia, que consiste en generar una experiencia en la vida real de lo que se enseña en el salón de clases. Es decir, que los estudiantes después de conocer los valores institucionales y revisar los conceptos filosóficos en que se fundamenta la ética y los valores, desarrollen un proyecto de intervención en la comunidad con alguna población vulnerable, teniendo como base un valor de su elección; dicho proyecto es evaluado a partir de una rúbrica por parcial.

Este tipo de proyectos se insertan también dentro de lo que se llama responsabilidad social universitaria, que para Vallaeys (2016) “se concibe la Formación y la Investigación académica a partir de las intersolidaridades diagnosticadas en el mundo actual que los estudiantes necesitan aprender profesional y humanamente para su carrera y vida ciudadana, a través de participar en proyectos de desarrollo social” (p. 80). Precisamente este tipo de integración entre la responsabilidad social universitaria (RSU) se integra dentro del marco de la sostenibilidad que busca la Agenda 2030, con la idea de que aquello que se realiza en los proyectos de intervención sea más permanente y permita una dinámica social más amplia.

Como antecedente a esta actividad la Universidad Politécnica de San Luis Potosí, a través del Departamento de Responsabilidad Social Universitaria, había generado un programa donde se integraba la metodología de aprendizaje servicio, esto se inicia en el 2008, debido al cambio de sede de la universidad y la necesidad de inserción comunitaria con los vecinos del nuevo campus. La forma en que funcionaba el programa era dar apoyo de regularización a los estudiantes de las escuelas cercanas, así como apoyo en la limpieza de grafitis y cuidado ecológico de la zona, con cual buscaban también la integración de los padres de familia y las autoridades escolares para que la vinculación de la universidad a la comunidad fuera satisfactoria (Flores, 2020).

El programa de Responsabilidad Social Universitaria tenía apoyo de becas a los estudiantes que participaban en estas acciones, sin embargo, con el paso del tiempo este tipo de becas ya no fue posible utilizarlas en el programa, porque dejaron de existir y se pasó a trabajar con voluntariado. Para ello se solicitó el apoyo de la academia de núcleo general, que integró dentro de la materia de Núcleo General, los proyectos del Departamento de Responsabilidad Social, pero se amplió el rango de impacto de la comunidad cercana a diferentes instituciones, organizaciones sociales y comunidades.

El proyecto consiste en la formación de equipos, conformados por parte de los estudiantes, quienes seleccionan una institución o comunidad en la cual generan un diagnóstico de necesidades o es la misma institución quien solicita el apoyo por parte de los estudiantes.

Tabla 3. Generaciones que han participado en el proyecto de intervención

Períodos de formación Estudiantes en materias de Núcleo III
Primavera 2017 916
Primavera 2018 621
Primavera 2019 773
Verano 2019 129
Primavera 2020 859
Verano 2020 61
Otoño 2020 120
Primavera 2021 957
Otoño 2021 220
Total 4656

Fuente: elaboración propia.

Se tienen ciertas reglas para que el estudiante se integre en el proyecto:

  1. El estudiante que participa en la materia no da donaciones en dinero o especie a las instituciones, sino que se dona el trabajo, es decir, se apoya en la limpieza, mantenimiento, entretenimiento, buscando patrocinadores u organizando campañas de donación en toda la comunidad.
  2. Deben integrarse con las personas, convivir con ellas y conocer sus contextos y problemáticas.
  3. Se solicita que el estudiante planee cinco actividades en la institución, organización o comunidad.

En enero del 2016 se integró como regla, que parte del producto final de esta actividad fuera una evidencia en video tipo documental con duración de cinco minutos con las experiencias de su actividad. Del 2015 al 2019 se logró que los estudiantes se vincularan con cerca de 50 instituciones y comunidades, se estableció también un formato de retroalimentación de las instituciones y comunidades para dar seguimiento al trabajo de los estudiantes y establecer puntos de mejora.

Con la pandemia de la COVID-19 se realizaron cambios en la forma de trabajo y en esta ocasión se les brindó apoyo a los docentes en cuanto al desarrollo de material didáctico, además de integrar video cuentos, y actividades que pudieran desarrollar en las redes sociales. En este 2022 se está regresando nuevamente a las actividades presenciales e integrando instituciones que deseen participar en este proyecto con los estudiantes.

De las instituciones y organizaciones que se han apoyado se pueden dividir de la siguiente manera:

Figura 2. Clasificación de instituciones, organizaciones y comunidades que han participado en el proyecto de intervención

image

Fuente: elaboración propia.

Esta actividad surge de la percepción que se observa por la forma de concebir los valores de los estudiantes actualmente y que se refleja en las actitudes que presentaban estudiantes tanto en el salón de clases como en los grupos COOP (grupos que reciben educación dual) y prácticas profesionales. Con el trabajo comunitario, tratamos que los alumnos reflexionen sobre las diferencias que existen en su contexto, que desarrollen más sensibilidad y empatía hacia otros grupos sociales, sean conscientes y valoren dichas diferencias.

Para justificar este proyecto se buscó información sobre los valores y la ética en los modelos de competencias y en la empresa, se observó que existe mucha información sobre el modelo, pero no acerca de las actitudes y valores, las investigaciones se centran más en el conocimiento y en las habilidades, igualmente son pocos los estudios que se hacen dentro de las empresas sobre la ética y los valores que se esperan en quienes egresan. Por lo tanto se consideró importante en la universidad centrar la atención en estos elementos que son también relevantes en la formación de nuestros egresados.

Actualmente, se tienen seis generaciones que han llevado este tipo de actividad y se infirió que era relevante revisar cuáles han sido los resultados en los estudiantes, si esto ha modificado sus actitudes y les ha brindado un espacio de reflexión para valorar su nivel de vida y si ha proporcionado herramientas para entender su entorno e integrarse de una manera más responsable a las empresas. Para esto cual se piensa realizar un estudio con los estudiantes que han cursado esta materia de enero del 2015 a la fecha. No se toma por generación, porque en los grupos se suele tener estudiantes de varias generaciones, ya sea porque dejen al último estas materias o porque las quieran adelantar.

Resultados de las encuestas

Análisis cualitativo

Dentro de las encuestas se dejaron dos preguntas abiertas que nos permiten revisar aspectos cualitativos y características más específicas de cómo se ha percibido su acercamiento en las actividades del proyecto de intervención social, para lo cual se dividió en categorías y por los diferentes periodos en que fueron aplicadas las encuestas.

Tabla 4. Respuestas de la pregunta 10. Experiencias positivas del proyecto de intervención

Respuestas 2022
Satisfacción al ayudar a otras personas
Incrementar sus conocimientos y desarrollar habilidades
Aplicar los conocimientos de la clase
Empatía y sensibilidad hacia personas con diferentes realidades
Valorar lo que tienen

Fuente: elaboración propia.

Las respuestas positivas se organizaron en cinco categorías, la primera fue la satisfacción por dar apoyo a otros, esto es muy importante porque los estudiantes se dan cuenta que con pequeñas acciones pueden hacer un cambio dentro de su comunidad. La segunda fueron las competencias en habilidades y conocimientos, los estudiantes que apoyaron a docentes en el diseño de material didáctico consideraron que esto aumentó su capacidad en el uso de la tecnología, así como conocer sobre la enseñanza en la educación básica pública. Por otra parte, se hicieron conscientes de realidades sociales que antes no veían, aprendieron a identificar problemas y proponer soluciones.

En cuanto a los conocimientos que se llevan la materia, se pudieron vincular y aplicar en el proyecto de intervención social, además del desarrollo de empatía, conocer las situaciones sociales que se viven en su ciudad y el cómo viven otras personas, lo cual se vinculó a valorar lo que ellos tienen. Se observa que se llegó a sensibilizar a los estudiantes sobre las carencias y necesidades que existen en otras realidades sociales y a entender a otras personas desde su contexto, lo cual permite que sean más conscientes en su contacto con los demás. Sobre esto percibieron la importancia de la inclusión. Finalmente, quienes estuvieron en proyectos donde se daba apoyo a mujeres se percataron de las problemáticas de género que antes no percibían.

Tabla 5. Pregunta 11. Experiencias negativas del proyecto de intervención

Respuestas 2022
Situaciones en la institución donde se realizó el Proyecto de Intervención
La pandemia
Problemas en el equipo de trabajo

Fuente: elaboración propia.

Dentro de las experiencias negativas, las categorías establecidas se dividieron en subcategorías, por ejemplo, en las problemáticas con la Institución que los recibió. Se observó falta de comunicación con la institución, el trato que se da en algunas instituciones a los beneficiarios, como son los asilos y los hospitales; también observaron que muchas de las instituciones no cuentan con lo necesario. Otro punto que consideran que les produjo problemas en el desarrollo de su proyecto fue la ubicación de la institución, porque quedaba lejos de sus casas.

La pandemia, por otro lado, produjo problemas con la comunicación de las instituciones y, entre algunos equipos, esto originó que no se pudieran llevar a cabo todas las actividades que se habían planeado, algunos estudiantes comentaron que tuvieron que cambiar de institución porque algunas no permitían la entrada y se generaron actividades en línea con docentes que necesitaban apoyo en material didáctico digital.

En cuanto a los problemas del equipo de trabajo, éstos fueron sobre la organización como equipo y su manejo del tiempo para realizar las actividades. Consideraron los estudiantes que no todos participaban de la misma manera y por lo tanto se presentó una forma no equitativa de trabajar.

Otros puntos importantes a mencionar fueron la percepción de frustración por las condiciones de marginación que observaron, también la falta de recursos para ayudar más a las personas. Esto nos hace observar la necesidad de este tipo de proyectos y la búsqueda de hacerlos sostenibles para atender a más personas.

Análisis cuantitativo

Uno de los objetivos que se tenían para la aplicación del Proyecto de Intervención en la materia de Núcleo III. Filosofía y Valores, consistía en apuntalar lo que se revisaba teóricamente, como son los aspectos da la ética y la vivencialidad de los valores, por ello se les preguntó si este tipo de proyectos les permitieron entender la materia, respecto a esto se observa en la Figura 4 que en el 2018 el 54.19 % están de acuerdo y el 35.96 % están totalmente de acuerdo, el 7.88 % están en desacuerdo y el 1.97 % están totalmente en desacuerdo; en cambio, para el 2022, el 26.36 % están totalmente de acuerdo y el 59.83 % están de acuerdo, el 7.88 % están en desacuerdo y el 1.97 % están totalmente 20.50 %en desacuerdo.

Figura 4. ¿Consideras que este tipo de proyectos te ayudan a entender mejor la materia?

image

Fuente: elaboración propia con base en los resultados de los cuestionarios.

Otro punto que se deseaba cubrir con el Proyecto de Intervención y que busca integrarse a los ODS es la conciencia que tienen los estudiantes de su entorno, en este caso, se les preguntó si esta actividad les permitió conocer problemáticas de la sociedad de las cuales no eran conscientes en el 2018. El 38.92 % estuvieron totalmente de acuerdo, el 49.26 % estuvieron de acuerdo, 8.87 % en desacuerdo y el 1.48 % totalmente en desacuerdo. Para el 2022 el 26.36 % está totalmente de acuerdo, el 59.83 % está de acuerdo, el 12.13 % está en desacuerdo y el 1.67 % está totalmente en desacuerdo (véase Figura 5).

Figura 5. ¿Consideras que el Proyecto de Intervención te permitió conocer problemáticas en la sociedad de las cuales no estabas consciente?

image

Fuente: elaboración propia con base en los resultados de los cuestionarios.

También se les preguntó a los estudiantes si consideraron las experiencias en el proyecto agradables y positivas, en el 2018 respondieron el 38.42% que estaban totalmente de acuerdo, el 49.26 % de acuerdo, el 10.84 % en desacuerdo y el 1.48 % totalmente en desacuerdo. Se observa una variación en el 2022 porque los estudiantes que están totalmente de acuerdo suman un 25.52 % esto es una disminución en relación con hace cuatro años, pero suben en proporción los que están de acuerdo a 64.44 %, aumentan quienes están totalmente en desacuerdo en 2.09 %, pero disminuyen quienes están en desacuerdo a 7.95 %.

Figura 6. Las experiencias en el proyecto de intervención fueron agradables y positivas

image

Fuente: Elaboración propia con base en los resultados de los cuestionarios.

En cuanto al impacto que tiene este tipo de proyectos en su formación como profesionista en el 2018 el 30.5 % estuvieron totalmente de acuerdo, el 60.6 % de acuerdo, el 7.9 % en descuerdo y el 1 % totalmente en desacuerdo, comparando con el 2022, disminuyeron los estudiantes que estuvieron totalmente de acuerdo a 24.3 %, pero aumentaron quienes estaban de acuerdo a un 68.2 %, también quienes estaban en desacuerdo disminuyeron a 7.1 % y los que estaban totalmente en desacuerdo a 0.4 %.

Se les cuestionó también sobre el impacto que puede tener esta actividad en su vida personal, en el 2018 el 39.4 % estaba totalmente de acuerdo, el 56.7 % de acuerdo, el 2.9 % en desacuerdo y el 1 % totalmente en desacuerdo. Para el 2022 el 36.4 % responde estar totalmente de acuerdo, aquí hay una disminución, pero aumentan los que están de acuerdo a 59.8 %, los estudiantes que están en desacuerdo aumentan a 3.8 % y se tiene un 0 % de estudiantes que están totalmente en desacuerdo. Se observa con estos datos que los estudiantes en su mayoría consideran que, ya sea de manera personal o para su vida profesional, es importante este tipo de proyectos para su formación.

Respecto a si recuerdan los contenidos de la materia en el 2018, 13.3 % estuvo totalmente de acuerdo, un 64 % de acuerdo, el 19.2 % en desacuerdo y el 3.4 % totalmente en desacuerdo, en cambio para el 2022 disminuyen los estudiantes que están totalmente de acuerdo al 9.6 %, pero aumentan los que están de acuerdo a 68.6 %, los que están en desacuerdo casi no suben están en un 19.7 % y los que están totalmente en desacuerdo disminuyen a 2.1 %. Esto se debe contrastar con los niveles de aprobación y reprobación de los estudiantes en la materia, es importante mencionar que antes del Proyecto de Intervención había mayor nivel de aprobación, al cruzar información se identifica que cambiar de un modelo donde se explican los contenidos a otro donde se tienen que aplicar y reflexionar los estudiantes consideran que es mayor el esfuerzo, igualmente las problemáticas que se detectan en las preguntas cualitativas realizadas en la encuesta del año 2022 son la falta de organización, la administración del tiempo y el trabajo desigual de los integrantes de los equipos. Siendo este último punto uno de las competencias transversales que se necesitan para cumplir los ODS se deben buscar puntos para mejorar.

Sobre la aplicación de lo aprendido, como se realizó en estudiantes de sexto semestre y algunos de ellos ya están en prácticas profesionales, sus respuestas fueron muy interesantes, en el 2018 los estudiantes consideraban que sí habían aplicado los contenidos de la materia en un 28.1 % quienes estaban totalmente de acuerdo y un 56.2 % reportaban estar de acuerdo mientras que el 12.8 % estaba en desacuerdo y el 3.0 % estaba totalmente en desacuerdo. Contrastando con el 2022 los estudiantes que estaban totalmente de acuerdo disminuyeron a 17.6 % y los que respondían estar de acuerdo aumentaban a 66.1 %, los que afirmaban estar en desacuerdo aumentaron a 15.5 % y los que comentaban estar totalmente en desacuerdo disminuyeron a 0.8 % (ver Figura 7).

Figura 7. Has aplicado de alguna manera los contenidos vistos en la asignatura, tanto en el ámbito profesional como en el personal

image

Fuente: elaboración propia con base en los resultados de los cuestionarios.

La diferencia en estas cifras es mínima, pero tiene que ver con la pandemia de la COVID-19, porque los proyectos de intervención social se pasaron a trabajar en línea y los estudiantes no tuvieron el contacto presencial con las personas, incluso proyectos ya planeados con asilos de ancianos, casas hogares o apoyo a niños con cáncer se cancelaron y se trabajó en apoyo a material didáctico digital para maestros porque no se podía salir de las casas. El logro durante estos dos años de pandemia fue mantener este tipo de actividades funcionando y que se impactara lo menos posible en el aprendizaje y experiencias de los estudiantes. En el 2018 se reportó en la encuesta seis estudiantes que no habían hecho proyecto de intervención social, mientras que en el 2022 subió a 22 estudiantes, si bien en la primera cifra se debe a que había generaciones anteriores donde todavía no se aplicaba esta actividad, en la segunda fue la pandemia la que provocó que no se pudieran llevar a cabo todos los proyectos que se habían planeado para ese año.

Conclusiones

La importancia de llevar a la práctica actividades que fomenten un desarrollo integral en los estudiantes como los proyectos de intervención social, permiten una experiencia de vida que cambia la forma de ver el entorno y la realidad donde se habita, fomenta la puesta en práctica de los valores, invita a desarrollar de manera creativa la propuesta de soluciones ante problemáticas de sectores vulnerables de la sociedad, pero también permiten observar la necesidad de seguir fomentando en los estudiantes la inclusión social como parte del desarrollo sostenible de y para nuestra sociedad.

Como se pudo observar en los resultados la mayoría de los estudiantes estuvieron de acuerdo en que el proyecto les permitió conocer problemáticas de otras realidades sociales, y útiles en su vida personal y profesional; además de que para la mayoría de los estudiantes la experiencia resultó positiva, a pesar de las problemáticas presentadas al interior del equipo o en la institución. Con ello podemos responder a la hipótesis sobre si este tipo de actividades permiten integrar mejor el conocimiento de las materias, pero también si les hace ser más conscientes de su contexto.

Si bien en el modelo Tuning es vago la forma en que se pueden medir los valores y se centran en el compromiso ético con la sociedad como lo comentan Sánchez, González, García, y Reyes (2011), la integración de un proyecto de intervención permite que el estudiante vea de manera más concreta y accesible las necesidades que tiene en su contexto, responsabilidad como futuro profesionista de ser consciente de su entorno y le ayuda a buscar un desarrollo más sostenible dentro de las empresas en que pretende laborar. Con ello no queremos decir que los estudiantes tendrán un comportamiento ético impecable, pero sí que tendrán mayor posibilidad de reflexionar sobre sus decisiones tanto en la vida cotidiana como en la personal.

Se puede observar que el nivel de complejidad de la materia aumentó por el hecho de tener que salir del salón para aplicar lo visto en la clase y tener contacto con otros, este espacio de tiempo que deben donar a las instituciones fuera de sus clases es algo que cuesta trabajo en los estudiantes, pero que se aplican a realizarlo, a pesar de que los niveles de reprobación aumentaron, los estudiantes consideran que aprenden mejor de esta manera.

Con respecto a la pandemia de la COVID- 19, esta nos enseñó que debemos estar preparados para atender situaciones emergentes de forma creativa y responsable si queremos trascender como sociedad desarrollada, pues ante circunstancias adversas, el aprender a adaptarnos a una nueva modalidad y seguir trabajando de manera eficiente y creativa, nos habla de un desarrollo sostenible a nivel social, pero si a esto le sumamos la importancia de retomar a los valores como reguladores de sociedades cambiantes, entonces estamos hablando de seguir fomentando hábitos que sean de utilidad para la sociedad en general, como se vienen practicando en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí.

Por otra parte, se revisó en el estudio que el proyecto de intervención apoya a formar las competencias transversales necesarias para el desarrollo de los ODS, cómo se puede observar en la tabla 2, retomada de Ramos (2021), donde se observa cómo se fomenta la planeación, la organización en equipo, las competencias interpersonales, la auto reflexión, proporciona experiencias que permiten cuestionar los parámetros establecidos, buscar soluciones, les permite ser creativos, les enseña la normatividad en cuestiones de valores y códigos de ética. Con ello podemos responder la pregunta de investigación que expresa la relación y la pertinencia que se tiene en la aplicación del proyecto de Intervención y las competencias transversales que se necesitan para los ODS.

Es importante mencionar también que integra el saber ser, no solo el saber hacer, un elemento que en el modelo de competencias no es tan valorado como son los conocimientos, sobre todo en el ámbito de las ingenierías. Esto permite que el estudiante pueda tener una perspectiva distinta de lo que puede hacer en su entorno para cuidarlo de una mejor manera en todos los sentidos, tanto en lo ecológico, como en la inclusión y el respeto a los derechos de los demás.

Recomendaciones

Trabajar con la puesta en práctica de una proyecto de intervención social a nivel universitario invita a seguir trabajando en su propuesta de tal forma que, el estudiante pueda ser más consciente de la importancia de hacer un acto para ayudar a sectores vulnerables sin la necesidad de que se le imponga en alguna materia, sino por el contrario, que se convierta en parte de sus hábitos, en su cotidianeidad y que no espere una recompensa a cambio de ese quehacer sino más bien, que inspire a las nuevas generaciones a llevar a la práctica esta puesta de valores.

Durante el desarrollo del proyecto se ha observado más el apoyo a organizaciones civiles e instituciones que están vinculadas al cuidado y al servicio de personas en riesgo, enfermas o marginadas. Aunque se tienen campañas de reforestación, también sería importante que los proyectos se vincularan a impactar en el aspecto medioambiental, para así generar perspectivas reflexivas del consumo y el cuidado del contexto, esto también fomentaría el cumplimiento de otros ODS que no se han incluido aún, como el de agua limpia y saneamiento, además de producción y consumo responsables.

Se recomienda en un futuro continuar implementando estos proyectos, así como también desarrollar estrategias que permitan un mejor funcionamiento al interior de los equipos y con las instituciones, puede ser implementar coevaluación en pares y salas de chat en teams donde se comparta el avance que se ha realizado de manera individual, así como mejorar los medios para comunicarse con las instituciones que reciben a los estudiantes. Igualmente revisar con los estudiantes los procesos de planeación y administración del tiempo, para que esto no sea un obstáculo para realizar sus proyectos, a la vez este tipo de habilidades que se forman como un hábito serán de utilidad para su desarrollo profesional.

Otro aspecto que tiene relevancia es la comunicación con las instituciones, si bien no es posible incidir en la ubicación de las instituciones, lo que sí se puede realizar son mecanismos de comunicación cercana que permitan la retroalimentación no sólo para el equipo de estudiantes sino para los docentes. Algunas sugerencias son establecer una relación directa entre el profesor de la materia con la organización para evaluar la intervención, detectar dificultades, y aplicar alguna evaluación al final en la institución sobre el desempeño de los alumnos y el aporte de su proyecto. Estas reflexiones revisadas en los dos últimos párrafos nos llevan a una conclusión, si se tiene una ejecución correcta en el proyecto, cuidando la organización del trabajo, la comunicación del equipo, las instituciones y el docente, además de una buena administración del tiempo, podrían mejorar también los niveles de aprobación en la materia.

Bibliografía

Boyatzis, R. E. (2002). El desarrollo de competencias sin valores es como el sexo sin amor. Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 18(2-3), 247-258.

Cáceres, J. (1998) Técnicas de Investigación, Consejo Nacional para la cultura y las Artes, Addison Wesley Longman.

Climént, B. J. (2012). El significado de los valores en las competencias individuales y colectivas. Revista Mexicana de Agronegocios, XVI(31), 31-41.

Cortés, P. P. (2006). Valores y orientación profesional: algunas líneas de investigación e intervención actuales. Contextos Educativos (9), 233-248.

De la Rosa, R. D., Giménez, P. y De la Calle, C. (2018). Educación para el desarrollo sostenible: el papel de la universidad en la Agenda 2030 . Prisma Social (25), 179-202.

Escobar, V. G., Arredondo, C. J. y Albarrán, V. M. (2016). Ética y Valores. Patria.

Flores, E. M. (2020). El Aprendizaje Servicio, una forma de alentar el emprendurismo social, dentro dle programa de Responsabilidad Social de la Universida Politécnica de San Luis Potosí. En A. Sánchez, V. Azuara e I. Flores (coords.), La Ciencia Administrativa para la Gestión Organizacional Sustentable (pp. 79-90). Universidad Autónoma de San Luis Potosí .

Galindo, J. (1996). Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. Addison Wesley Longman.

Gonzalo, M. V., Sobrino, M., Benítez, L. y Coronado, A. (2017). Revisión sistemática sobre competencias en desarrollo sostenible en educación superior. Revista Iberoamericana de Educación, 73, 85-108.

Guerrero, R. y Ramos, I. (2019). Importancia de la Evaluación del Saber Ser en la educación Basada en Competencias en la UT´s. Tecnología Educativa, Revista CONAIC , 6 (3), 35-41.

Losada, S. (2016). Metodología de la Intervención Social. Editorial Síntesis, S.A.

Ramos, T. D. (2021). Contribución de la educación superior a los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde la docencia. Educación Comparada(37), 89-110.

Romel, S. C. (2015). Percepciones de los alumnos de ingeniería de una universidad mexicana del desarrollo de sus competencias y valores. Revista de ingeniería de la Unviersidad de Bogota, 1(9), 65-79.

Sampieri, R. (2006). La metodología de la Investigación, Mc Graw hill.

Sánchez, L. M., González, R. J., García, C. O. y Reyes, L. (2011). Retos en las carreras de ingenierías basadas en competencias en educación superior. Orbis. Revista Científica Ciencias Humanas, 6(18), 168-186.

Vallaeys, F. (2016). Introducción a la Responsabilidad Social Universitaria RSU. Universidad Simón Bolivar.

Zoraida, J. (2020). Competencias para el desarrollo sostenible ante la crisis planetaria. Revista Internacional Tecnológica-Educativa docentes 2.0, 8, 53-59.