CAPÍTULO X - Percepción de los alumnos del proyecto de intervención social en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí. Martha Beatriz Santa Ana Escobar, Óscar Bernardo Reyes Real, Aurelio Deniz Guízar.

https://doi.org/10.52501/cc.064.10


Martha Beatriz Santa Ana Escobar


Óscar Bernardo Reyes Real


Aurelio Deniz Guízar


Dimensions


CAPÍTULO X

Percepción de los alumnos del proyecto de intervención social en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí

Martha Beatriz Santa Ana Escobar*

Óscar Bernardo Reyes Real**

Aurelio Deniz Guízar***

DOI: https://doi.org/10.52501/cc.064.10

Resumen

El presente trabajo tiene como base el objetivo de desarrollo sostenible 8 de la Agenda 2030 que se enfoca en lograr un crecimiento económico y un trabajo decente para todos. El objetivo es analizar si los trabajadores de las microempresas de alimentos en la zona portuaria de Manzanillo tienen condiciones laborales adecuadas. Para lo cual se aplicó una metodología cuantitativa con un alcance descriptivo, se identificó una población de 20 negocios de comida en la zona y se aplicaron 40 cuestionarios a los trabajadores de dichos negocios. Los resultados fueron analizadosconsiderando las cuatro dimensiones del trabajo decente propuestas por la Organización Internacional del Trabajo, las cuales son: empleo, derechos laborales, protección social y diálogo social. En el empleo destaca que el 53 % del personal tiene más de un año laborando en la empresa, que el 100 % cuenta con al menos un día de descanso y que el 43 % gana más de 1501 pesos semanales. En los derechos laborales el 60 % no han disfrutado de vacaciones pagadas en el último año, mientras que en los últimos 3 años el 43 % no ha tenido un sólo día de vacaciones. Con relación a la protección social, el 35 % están afiliados al IMSS, el 32 % a programas de salud pública, y solo un 15 % no cuentan con algún tipo de asistencia médica. Finalmente en el diálogo social, el 70 % de los trabajadores mantiene una comunicación excelente, y el resto una buena comunicación con sus patrones.

Introducción

De acuerdo con la Agenda 2030 aprobada en el año 2015 y firmada por 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas se pretende, desde el año 2016 al 2030, alcanzar 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y cumplir con 169 metas; los cuales están encaminados a mejorar los niveles de vida de las personas y asegurar la sostenibilidad del planeta y la prosperidad para todos (Naciones Unidas, 2015). De los 17 ODS, el número 8 busca promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, es justamente este objetivo que servirá de marco teórico para fundamentar el presente trabajo.

Con base en las Naciones Unidas (2015), el ODS 8 cuenta con 10 metas, de las cuales se considera que esta investigación tiene sustento en las metas 8.3, 8.5 y 8.8, la primera pretende: “promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el acceso a servicios financieros”, la segunda busca: “lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y todos los hombres…”, mientras que la meta 8.8 busca: “proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes”. En las metas anteriores se observa cómo la tendencia actual se centra en alcanzar mejores niveles de calidad en el empleo, siendo el trabajo decente la visión más clara de ello.

El concepto de trabajo decente fue acuñado por Juan Somavía en el año 1999, en el marco de la 87ª Conferencia Internacional del Trabajo, donde afirmó que el mandato de la Organización Internacional del Trabajo es promover la justicia social a través del mejoramiento del trabajo que implica: defender los derechos de los trabajadores, ayudar a crear empresas y puestos de trabajo decentes, hacer que los lugares de trabajo sean seguros, extender la protección social, y consolidar alianzas entre sindicatos, empleadores y gobierno (Somavía, 1999). Mientras que para Sen (2008) el trabajo decente significa la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, que otorgue seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, que brinde mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, que proporcione libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afecten sus vidas, y asimismo permita la igualdad de oportunidades y trato justo para todos. Por otra parte Hands (2009) afirma que el trabajo decente proporciona un contexto laboral idóneo para el trabajador. Villacis y Reis (2016) señalan que la iniciativa para lograr un trabajo decente, propuesta por la OIT menciona cuatro objetivos estratégicos: el empleo, el cumplimiento de los derechos de los trabajadores, la protección social y el fomento del diálogo. Con base en lo anterior se puede establecer que el trabajo decente se relaciona con la generación de condiciones justas e idóneas para desarrollar las actividades laborales que permitan aspirar a una mejor calidad de vida.

Manzanillo, Colima, constituye el principal puerto de entrada y salida de mercancías en al Océano Pacífico, por lo que una gran cantidad de población depende indirectamente de la actividad portuaria, por esta razón el interés de esta investigación es conocer la situación laboral de quienes dependen de los negocios de alimentos, tales como cocinas económicas y changarros que se encuentran ubicados en la zona portuaria de Manzanillo, específicamente en los accesos cercanos al puerto interior por donde transitan los servicios de transporte de mercancías, así como lugares cercanos a los patios de contenedores que ofrecen servicio de alimentación a choferes, tramitadores y personal en general vinculado directamente con dicha actividad. Para la realización de esta investigación se aplicó un cuestionario a finales del año 2019, antes de la pandemia por la COVID-19.

Las preguntas que sirvieron de base para esta investigación son las siguientes:

¿Cuáles son las dimensiones del trabajo decente?¿En relación con el trabajo decente, cual es la situación de los trabajadores de las microempresas del giro de alimentos en la zona portuaria de Manzanillo?¿Cuál es la dimensión del trabajo decente que mejor refleja la situación laboral de los trabajadores y cual la peor?

Dichas preguntas contribuirán a alcanzar el objetivo que es analizar si los trabajadores de las microempresas de alimentos en la zona portuaria de Manzanillo tienen condiciones laborales adecuadas, con la finalidad de generar conocimiento que ayude a autoridades y directivos a establecer políticas y lineamientos para el cumplimiento del ODS 8 de lograr el pleno empleo y condiciones de trabajo justas para todos y todas.

Contexto teórico

Anker, Chernyshev, Egger, Mehran y Ritter (2003, p. 166-169) expresan el concepto de trabajo decente como “oportunidades para que los hombres y las mujeres puedan conseguir un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana”, concepto que evidencia seis facetas: donde las oportunidades hacen referencia a la posibilidad de encontrar un trabajo, la condición de libertad para escoger libremente el trabajo que desea, que sea productivo para que puedan subsistir y tener un desarrollo duradero, que exista equidad a través de un trato justo para todos, que su trabajo les proporcione la seguridad laboral y financiera que requieren y finalmente que se respete la dignidad humana. Aclara que las primeras dos condiciones se refieren al empleo (oportunidades y condición de libertad), y las siguientes cuatro a la existencia de un trabajo decente. A partir de estas seis facetas, logró identificar 11 categorías y 30 indicadores necesarios para analizar el trabajo decente en el mundo; dichas categorías son: 1. Oportunidades de empleo, 2. Trabajo inadmisible, 3. Remuneración suficiente y trabajo productivo, 4. Jornada laboral decente, 5. Estabilidad y seguridad del empleo, 6. Conciliación del trabajo con la vida familiar, 7. Trato justo en el trabajo, 8. Seguridad en el trabajo, 9. Protección social, 10. Diálogo social y relaciones laborales y 11. Entorno socioeconómico del trabajo decente.

Por otra parte, Fields (2003, p. 263) menciona que el “principio rector de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es el fomento de la justicia social y de los derechos humanos y laborales reconocidos internacionalmente”. Agrega que desde su fundación en 1999, la OIT busca mejorar la situación de las personas en el trabajo, y a su vez constituye la referencia mundial de la normatividad en asuntos laborales. Agrega que para que se alcance el objetivo del trabajo decente se requieren tres elementos: a) la necesidad de puestos de trabajo, es decir que haya trabajo, de lo contrario no puede haber trabajo decente, b) las normas fundamentales del trabajo, donde hace un recorrido histórico por las actividades más destacadas en torno a este tema, resaltando en primer lugar la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, en 1995, donde se definen estas normas como la eliminación del trabajo forzoso y el trabajo infantil, la libertad de asociación y el derecho a la sindicalización y negociación colectiva, la igualdad de remuneración entre géneros y la ausencia de discriminación laboral. Refiere también a un documento de la OCDE en 1996, donde se establecieron estas normas, así como a la conferencia ministerial celebrada en Singapur en 1996, donde los países miembros de la Organización Mundial del Comercio se adhirieron a estas normas. Posteriormente en la Conferencia Internacional del Trabajo, en su 86ª Reunión celebrada en junio de 1998, aprobó la declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. En 1999, Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas incorporó dichas normas en un pacto mundial de nueve puntos, que contiene valores y principios en materia de derechos humanos, laborales y de medioambiente. En el año 2000, los 33 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico incorporaron las normas fundamentales del trabajo en sus líneas directrices para las empresas transnacionales. Manifiesta además, que el trabajo que no cumple con estas normas fundamentales, no es trabajo decente, al contrario, constituye un trabajo indecente, es decir, un trabajo repugnante o dañino para las personas. Finalmente, el tercer elemento c) es mejorar la calidad de los puestos de trabajo, es decir, el trabajo debe cumplir no sólo con las cuatro normas fundamentales de trabajo, sino con una remuneración justa.

Santa Ana, Deniz, Chaisatit y Moreno (2019, p. 163) realizaron un análisis sobre la percepción que tienen los profesores de la Universidad de Colima hacia el trabajo decente, para lo cual aplicaron un cuestionario que considera las cuatro dimensiones: empleo, derechos laborales, protección social y diálogo social y afirmaron que “el trabajo decente constituye uno de los mayores retos civilizatorios relacionados con la justicia y los derechos humanos” y agregan que “debe ponerse en práctica en todas las organizaciones y debe regresarse al trabajador los derechos laborales que por tanto tiempo se le han negado, al considerársele como una pieza más en los procesos productivos”.

Por otra parte, Santa Ana, Reyes y Deniz (2021, p. 375) analizaron la percepción de los trabajadores de las microempresas en Manzanillo, Colima, empleando un cuestionario que contempla las cuatro dimensiones del trabajo decente antes mencionadas, y señalan que “falta mucho por hacer en el tema, tristemente a nivel nacional y global existen violaciones a los derechos laborales y humanos, explotación infantil, trabajos forzados, así como discriminación por género y raza, entre otros situaciones que atentan contra la dignidad y avergüenzan al ser humano”.

Metodología

El enfoque de la investigación es cuantitativo y el alcance es descriptivo. De acuerdo con su objetivo la investigación es básica, el objeto es social y es una investigación transversal, documental y de campo.

Se empleó la técnica de la encuesta, para lo cual se diseñó un cuestionario con ١3 preguntas de opciones, el cual fue útil para conocer la situación del trabajador de acuerdo con las dimensiones del trabajo decente. La tabla 1 presenta dichas dimensiones, que en este caso se retoman como variables, asimismo se incluyen las preguntas del cuestionario aplicado.

Tabla 1. Operacionalización de las variables

Variables Preguntas
Empleo 1.- ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en este lugar?
2.- ¿Cuántas horas trabaja al día?

3.- ¿Cuántos días descansa por semana?
4.- Señale cual es el rango del salario semanal que percibe.
Derechos laborales 5.- ¿En el último año ha tenido vacaciones pagadas?
6.- ¿Cuántos días ha gozado de vacaciones en los últimos 3 años?
7.- ¿A cuanto ascienden sus gastos de alimentación semanal?
8. ¿Su ingreso le permite cubrir los gastos familiares de educación?
9.- ¿Su ingreso le permite cubrir los gastos familiares de salud?
Protección social 10.- Señale cual es su proveedor de servicios de salud.
11.- ¿Ha sufrido acoso laboral en su empleo?
12.- ¿Se ha sentido discriminada en su empleo?
Diálogo social 13.- ¿Cómo es la comunicación con sus patrones?

Fuente: elaboración propia.

Se identificaron 20 microempresas en la zona, y en promedio se aplicó el cuestionario a dos trabajadores de cada negocio, alcanzando un total de 40 cuestionarios aplicados.

Para el análisis de la información se realizó una base de datos en el programa Excel, y posteriormente se elaboraron gráficas a fin de realizar el análisis descriptivo que se presenta a continuación.

Resultados

De acuerdo con la OIT (cit. en Viillacis y Reis, 2016) el trabajo decente se puede explicar a partir de cuatro dimensiones que son: el empleo, los derechos laborales, la protección social y el diálogo social; mismas que se han retomado como las variables para esta investigación.

a) Empleo

Como se observa en la figura 1, para describir la variable empleo se consideraron cuatro elementos: la antigüedad del trabajador en el empleo, las horas de trabajo al día, los días de descanso semanales y su salario semanal. El análisis que se realizó fue de manera global y por género, a fin de contar con mayores datos.

En la antigüedad en el trabajo, el 53 % tiene trabajando en ese lugar más de un año, de los cuáles 27.5 % son hombres y 25.5 % mujeres; del 47 % restante, el 20 % tienen entre 7 y 12 meses; mientras que el 27 % restante tienen menos de seis meses.

Figura 1. Antigüedad en el trabajo

Image

Fuente: elaboración propia.

En las horas de trabajo diario se identificó que el 35 % cubren de 8 a 10 horas diarias, de este porcentaje la mitad son mujeres y la otra mitad hombres, existe un 18 % que labora de 10 a 12 horas y un 13 % lo hace más de 12 horas. La figura 2 muestra gráficamente esta información.

Figura 2. Horas de trabajo diario

Image

Fuente: elaboración propia.

En cuanto a los días de descanso semanal, el 87 % del personal, lo que representan 35 personas, siendo 13 hombres y 22 mujeres gozan de un día de descanso semanal, mientras que el 13 % restante tienen dos días de descanso. Esto se observa de forma global en la figura 3.

Figura 3. Días de descanso semanal

Image

Fuente: elaboración propia.

Con relación al salario semanal, el 43 % perciben más de 1501 pesos semanalmente, lo que hacen un total de más de 6,004 pesos mensuales, dicho porcentaje representa 17 personas, de las cuales 9 son hombres y 8 son mujeres. El 25 % del personal ganan de 1201 a 1500 pesos semanales, y el resto gana menos de 1200 pesos, como se observa en la figura 4.

Figura 4. Salario semanal

Image

Fuente: elaboración propia.

b) Derechos laborales

Con relación a esta variable se consideraron cinco preguntas: sobre las vacaciones, sobre sus gastos de alimentación, en educación y en salud.

Respecto a que si los trabajadores han gozado de vacaciones pagadas en el último año, el 60 % señaló que no han tenido vacaciones, de los cuales el 37.5 % son mujeres y el 22.5 % son hombres; respecto al mismo tema se les preguntó cuantos días habían gozado de vacaciones en los últimos tres años, respondiendo el 43 % que no habían disfrutado de ninguno, mientras que el 25 % señaló que sí habían tenido de seis a nueve días, el 18 % menos de seis días, y sólo un 14 % más de 10 días. En la figura 5 se observa esta distribución.

Figura 5. Días de vacaciones en los últimos tres años

Image

Fuente: elaboración propia.

En el gasto destinado a la alimentación semanal, el 30 % destina de 601 a 800 pesos, mientras que el 25 % gasta de 600 a 900 pesos semanales, y el resto del personal gasta más de 801 pesos. Estos datos se presentan en la figura 6.

Figura 6. Gasto semanal en alimentación

Image

Fuente: elaboración propia.

En cuanto a si el salario es suficiente para cubrir los gastos de educación, el 72 % de los trabajadores señalaron que sí es suficiente, tan solo el 10 % señaló que no, y el 18 % afirmó que no sabía. En la figura 7 se muestra el porcentaje global.

Figura 7. Gastos en educación

Image

Fuente: elaboración propia.

El último elemento de los derechos laborales se refiere a que si con el salario alcanzan a cubrir los gastos de salud, en este sentido, el 62 % respondió afirmativamente, el 15 % señaló que no, mientras el 23 % no lo sabe. La figura 8 nos presenta los porcentajes globales.

Figura 8. Gastos de salud

Image

Fuente: elaboración propia.

c) Protección social

En esta variable se consideraron tres elementos, el primero fue para saber si cuentan con algún tipo de asistencia médica y los otros dos fueron para saber si habían sido víctimas de acoso laboral o de discriminación laboral.

En la asistencia médica se identificó que el 35 % del personal están afiliados al IMSS, mientras que el 33 % se encuentran afiliados a los programas populares de la Secretaría de Salud, mientras que el 15 % no cuentan con asistencia médica.

Respecto a si han sufrido acoso laboral en su lugar de trabajo, solo el 7.5 % respondió afirmativamente, del cual 5 % corresponde a mujeres y el 2.5 % restante a hombres; mientras que el 5 % han sufrido discriminación laboral, siendo 2.5 % mujeres y 2.5 % hombres. La tabla 2 presenta estos datos.

Tabla 2. Acoso y discriminación laboral

Acoso laboral Discriminación laboral
No No recuerda No No recuerda
Hombres 2.50 % 37.50 % 0.25 % 2.50 % 37.50 % 2.50 %
Mujeres 5 % 52.50 % 0 2.50 % 55 % 0
7.5 % 90 % 0.25 % 5 % 92.50 % 2.50 %

Fuente: elaboración propia.

d) Diálogo social

Finalmente en la última variable se describe cómo es la comunicación de los trabajadores con sus patrones; encontrando que el 70 % mantienen una comunicación excelente, del cual el 40 % corresponde a mujeres y el 30 % a los hombres. De forma global se presenta la información en la figura 9.

Figura 9. Comunicación con los patrones

Image

Fuente: elaboración propia.

Conclusiones

Desde nuestro punto de vista, el trabajo es una necesidad para todas las personas, ya que a través de él se alcanza el bienestar, es decir, el acceso a la satisfacción de necesidades básicas, sin embargo este trabajo también debe ser justo y proporcionar otros satisfactores como la seguridad y estabilidad para el trabajador y su familia, así como brindar la oportunidad para el desarrollo personal, logro de metas y realización del propio trabajador. Es ante esta necesidad que aparece la figura del trabajo decente, que de acuerdo con la OIT (cit. en Villacis y Reis, 2016) busca alcanzar cuatro objetivos estratégicos: el empleo, el cumplimiento de los derechos de los trabajadores, la protección social y el fomento del diálogo.

Es en este sentido que los resultados de la investigación nos acercan hacia un trabajo decente en las microempresas estudiadas, ya que la variable del empleo permite identificar que existe estabilidad en la mayoría de las empresas, ya que el 53 % de los trabajadores tienen más de un año de antigüedad. En relación con las horas de trabajo diario, el 35 % labora de 8 a 10 horas, siendo la mayoría del personal, y al menos el 87 % goza de un día de descanso semanal. Por otra parte, el salario que percibe el 43 % del personal es mayor que 1501 pesos semanales.

En la variable de los derechos laborales se determinó que dicho salario es suficiente para cubrir sus necesidades de alimentación, educación y salud, de acuerdo con lo señalado por ellos mismos. Sin embargo, en lo correspondiente a las vacaciones en el último año, se observa una aparente violación a los derechos de los trabajadores, ya que el 60 % señaló que no ha tenido vacaciones, no obstante 7 % de este aun no alcanza el año de antigüedad, por lo que no cumplen con el requisito para gozar de vacaciones. En este sentido es importante hacer notar que algunos trabajadores prefieren que la empresa les pague las vacaciones, lo que les permite tener un dinero extra que pueden utilizar para cubrir alguna necesidad. Por otra parte se planteó la pregunta acerca de si en los últimos tres años habían tenido vacaciones y un 57 % respondió afirmativamente, lo que evidencia que en la mayoría de las empresas se respetan los derechos de los trabajadores, y que el 60 % señalado líneas arriba obedece a un retraso en la asignación de vacaciones.

Uno de los apartados más importantes, es la protección social, donde se encontró que el 35 % de los trabajadores cuentan con IMSS y que un 33 % se encuentran afiliados a algún programa de seguro popular de la Secretaría de Salud; en lo referente al acoso y discriminación laboral, éstos son mínimos, llegando el primero a un 7.5 % y el segundo a un 5 %.

Finalmente, en el diálogo social se hace evidente que existe una buena comunicación entre patrones y trabajadores, ya que el 70 % mantiene una comunicación excelente y el 30 % una buena comunicación.

Bibliografía

Anker, R., Chernyshev, I., Egger, P., Mehran, F. y Ritter, J.A. (2003). La medición del trabajo decente con indicadores estadísticos. Revista Internacional del Trabajo, 122(2), 161-195. Disponible en https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1564-913X.2003.tb00172.x

Fields, G. (2003). El trabajo decente y las políticas de desarrollo. Revista Internacional del Trabajo, 122(2), 263-290. Disponible en https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1564-913X.2003.tb00175.x

Gálvez, E., Gutiérrez, E. y Picazzo, E. (2011). El trabajo decente: nuevo paradigma para el fortalecimiento de los derechos sociales. Revista Mexicana de Sociología, 73(1), 73–104. Disponible en http://www.redalyc.org/pdf/321/32118437003.pdf.

Ghai, D. (2003). Trabajo decente. Concepto e indicadores. Revista Internacional del Trabajo, 122(2), 125-160. Disponible en http://ilo.org/public/spanish/revue/download/pdf/ghai.pdf

Hands, R. (2009). Inspección del trabajo, nuevo diálogo social y trabajo decente. Observatorio Laboral Revista Venezolana, 2(3). Disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=219016838005.

Naciones Unidas (2015). Transformar nuestro mundo: La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. PNUD. Disponible en http://unctad.org/meetings/es/SessionalDocuments/ares70d1_es.pdf

Santa Ana, M., Deniz, A., Chaisatit, N. y Moreno, H. (2019). Análisis comparativo de la percepción hacia el trabajo decente: caso de estudio de los profesores universitarios. Visum Mundi, 3(2) 150-164. Disponible en https://www.academiajournals.com/visum/#V3N2)

Santa Ana, M., Reyes, O. y Deniz, A. (2021). Análisis del trabajo decente en las ferreterías. En A. Zuart, y L. Porto (Eds.) El cambio inesperado. Educación inclusiva y comunicación responsable ante la vulnerabilidad sobrevenida. Dykinson, S.L.

Sen, A. (2008). La Agenda de Trabajo Decente - Mirar hacia atrás, mirar hacia delante: un consenso cada vez mayor. Trabajo. La revista de la OIT, 64. https://www.ilo.org/global/publications/world-of-work-magazine/issues/WCMS_101794/lang--es/index.htm

Somavía, J. (2014). El trabajo decente. Una lucha por la dignidad humana. Organización Internacional de Trabajo. Disponible en https://www.ilo.org/santiago/publicaciones/WCMS_380833/lang--es/index.htm

Villacis, A. y Reis, M. (2016). Análisis de la vulnerabilidad laboral y los determinantes del trabajo decente. El caso de Ecuador 2008-2011. Revista de Economía del Rosario, 18(2), 157-185. http://revistas.urosario.edu.co/index.php/economia/article/view/4943