IV. Huertos de traspatio en regiones étnicas de Sonora para salvaguardar la flora endémica comestible y propiciar una alimentación sostenible

https://doi.org/10.52501/cc.107.04


Juan Galo Esquer Treviño


Marisela Hernández Miranda


Dimensions


IV. Huertos de traspatio en regiones étnicas de Sonora para salvaguardar la flora endémica comestible y propiciar una alimentación sostenible

Juan Galo Esquer Treviño*
Marisela Hernández Miranda**


DOI: https://doi.org/10.52501/cc.107.04



Resumen

El presente trabajo muestra una investigación sobre la flora endémica comestible en el estado de Sonora, la cual es utilizada en la gastronomía de las etnias que en esta región habitan y que por diversos motivos está en riesgo de entrar en desuso en las costumbres culinarias de estos grupos sociales. Ante ello, se propone crear y desarrollar huertos de traspatio que enfrenten esta problemática, para que, a partir del análisis y estudio de factibilidad, puedan ser insertados en las comunidades indígenas como huertos comunitarios. La investigación y propuesta anteriormente mencionada, es llevada a cabo por los docentes que integran el cuerpo académico “Gastronomía y Turismo Sustentable”, de la carrera de gastronomía de la Universidad Tecnológica de Hermosillo, con el objetivo de estudiar la flora endémica del estado de Sonora. En primer lugar se atiende la de carácter silvestre en las zonas desérticas, las playas, la sierra y los valles, posteriormente los tipos de cultivos de hortalizas y granos que se puedan llevar a cabo de manera natural en las diferentes zonas del estado y que al mismo tiempo son parte esencial de la cultura gastronómica de las etnias sonorenses. El problema de la falta de alimentación en las áreas rurales y, sobre todo, en los territorios étnicos ha ido creciendo debido a la desertificación por cambio climático y a la modificación de las actividades económicas en las áreas de cultivo a explotación minera. Esto ha dejado a las culturas ancestrales en un rezago alimenticio y pérdida de su cultura gastronómica, ya que no se les permite la recolección y siembra de temporada por la privatización de terrenos y del agua.


Palabras clave: huertos de traspatio, alimentación sustentable, etnias de Sonora.



Abstract

The present work shows an investigation on the edible endemic flora in the state of Sonora, which is used in the gastronomy of the ethnic groups that inhabit this region; and that for various reasons is at risk of falling into disuse in the culinary customs of these social groups, for which it is proposed to create and develop backyard gardens that address this problem, so that, based on the analysis and feasibility study, can be inserted in indigenous communities as community gardens.

The research and proposal mentioned above, is carried out by the teachers who make up the Academic Body “Gastronomy and Sustainable Tourism”, of the gastronomy career of the Technological University of Hermosillo, with the objective of studying the endemic flora of the state of Sonora , attending first to those of a wild nature in the desert areas, the beaches, the mountains and the valleys, later to the types of vegetable and grain crops that can be carried out naturally in the different areas of the state and that at the same time, they are an essential part of the gastronomic culture of the Sonoran ethnic groups. The problem of lack of food in rural areas and especially in ethnic territories, has been growing due to desertification due to climate change and the modification of economic activities in the areas, from areas of cultivation to mining exploitation. This has left ancestral cultures in a nutritional backlog and loss of their gastronomic culture, since they are not allowed to harvest and plant seasonally due to the privatization of land and water.


Keywords: Backyard Gardens, Sustainable Food, Ethnic Groups of Sonora.




Introducción

La presente investigación se realizó con la finalidad de comprender el proceso de producción agrícola que se lleva a cabo en huertos de traspatio como una alternativa para hacerle frente al desabasto alimentario, en cuestión de calidad y variedad de productos, que enfrentan comunidades étnicas en las diferentes regiones del estado de Sonora. Esta situación cada día ha ido creciendo debido al desalojo de estos grupos sociales de sus territorios ancestrales, a consecuencia de: la segmentación política del territorio geográfico, la construcción de presas, la explotación minera y el uso indebido de suelo para cultivo comercial, tanto de productos comestibles para el ser humano como para pastoreo. A esto se le suma el ejercicio de la modernidad, intervención y transculturización de la gastronomía global, que ha venido cambiando las costumbres y tradiciones en la alimentación diaria, desde el tipo de ingredientes que se utilizan hasta los métodos y técnicas para la elaboración de comida. Esta situación repercute en diferentes áreas en el devenir de las sociedades originarias ya que al cambiar su alimentación cambia también su estilo de vida, su cosmogonía, sus fiestas y sus rituales, todo ello imperante en la identidad de estos pueblos. Si bien es cierto que no podemos vivir asilados de las características y beneficios que propone el nuevo mundo globalizado, también lo es que debemos enfrentarlo de una manera consciente, respetando los orígenes y características vitales de cada pueblo.

La flora endémica comestible del estado de Sonora por milenios ha sido base fundamental de la alimentación de los grupos étnicos que lo habitan, pero en la actualidad está en riesgo de desaparecer debido al desmontaje furtivo, la segregación de especies de plantas, de verduras y frutos, pastizales, árboles, cactáceas y mezquites. En todas las zonas del estado, tales como en desiertos, valles, sierra y playas se ha provocado la segmentación del territorio geográfico y el uso indebido del suelo para cultivo comercial.

La flora endémica forma parte fundamental de la cosmogonía y cultura de los grupos humanos originarios, ya que es usada como sustento básico en su alimentación y también para rituales y festividades en pro de sus deidades.

En Sonora, históricamente han existido grupos humanos legendarios ya extintos, y otros ancestrales que aún se aferran a existir. Algunas tribus consideradas nativas por modificar durante miles de años el entorno de territorio sonorense y otras tribus que se consideran nuevas porque únicamente tienen cientos de años cohabitando entre sí. Sin embargo, no sólo el tiempo da la pertenencia sino también la apropiación y la domesticación del entorno que se ocupa. Así pues: ópatas (tegüima), yaquis (yoheme), mayos (yoréme), guarijíos (makurawe), pimas (o´ob), cucapás (es-pei), kikapoos (kikapú), pápagos (tohono o’odham) y seris (comca’ac); en cierta manera se ha adaptado al entorno que los rodea, con sus cuerpos y su cultura.

El problema de la falta de alimentación en los territorios étnicos, ha ido creciendo debido a la desertificación por cambio climático y a la modificación de las actividades económicas en las zonas, de áreas de cultivo a explotación minera. Esto ha dejado a las culturas ancestrales en un rezago alimenticio y pérdida de su cultura gastronómica, ya que no se les permite la recolección y siembra de temporada por la privatización de terrenos y del agua. Por miles de años estos grupos sociales han luchado por un territorio que les provea la posibilidad de alimentarse, y han adaptado sus cuerpos y su cultura a la tierra que se les ha permitido habitar, a lo que se produce ya sea en zonas de calor extremo o de frío intenso. Sin embargo, el último siglo ha exigido a los seres humanos afrontar cambios, tanto naturales como políticos y sociales, con una velocidad que no le han dado oportunidad de asimilarlos, lo cual ha provocado que la identidad de cada pueblo se difumine en la masa social que los invade.

La gastronomía es una parte fundamental de la vida cotidiana, cuya diversidad proporciona información sobre el desarrollo y evolución de las diferentes sociedades: historia, cultura, política, religión, estructura social, nivel económico, características ambientales, ideología y procesos históricos de adaptación. Por lo tanto, el fomentar la creación de huertos de traspatio en regiones étnicas de Sonora para salvaguardar la flora endémica comestible y propiciar una alimentación sostenible, puede ser una propuesta que haga frente a la problemática social, económica, política y ambiental a la cual se están enfrentando estos pueblos originarios, además de contribuir en la permanencia de los conocimientos tradicionales y culturales de los pueblos que los implementen (Chablé et al., 2014)




Contexto teórico



Ecosistema

El ecosistema es el conjunto de especies de un área determinada que interactúan entre ellas y con su ambiente abiótico, mediante procesos como la depredación, el parasitismo, la competencia y la simbiosis, y con su ambiente al desintegrarse y volver a ser parte del ciclo de energía y de nutrientes. Las especies del ecosistema, incluyendo bacterias, hongos, plantas y animales, dependen unas de otras. Las relaciones entre las especies y su medio, resultan en el flujo de materia y energía del ecosistema.

El significado del concepto de ecosistema ha evolucionado desde su origen. Recientemente, se le ha dado un énfasis geográfico y se ha hecho análogo a las formaciones o tipos de vegetación, por ejemplo, matorral, bosque de pinos, pastizal, etc. Esta simplificación ignora el hecho de que los límites de algunos tipos de vegetación son discretos, mientras que los límites de los ecosistemas no lo son. A las zonas de transición entre ecosistemas se les conoce como “ecotonos” (Whittaker, 2020).



Principales ecosistemas en Sonora

  • Desierto: es uno de los biomas más importantes de Norteamérica. Ocupa una región de aproximadamente 300 000 km2, un tercio de su extensión total se encuentra en el estado de Sonora. Su clima se caracteriza por presentar veranos muy calientes, inviernos benignos, alta variación a lo largo del año en la diferencia de temperatura día/noche y también alta variación en la cantidad de lluvia anual. La temperatura y la precipitación varían igualmente en forma marcada dependiendo de la latitud, la elevación y la importancia relativa de la influencia continental y marina (Burquez y Martínez, 2010).
  • Costa: se presenta al lado del Golfo de California. Esta subdivisión del desierto sonorense es la de menor área en el estado y cubre una extensión aproximada de un millón de hectáreas. Se distribuye como una estrecha banda a lo largo de la mayor parte de la costa de Sonora. Se le considera la tierra tradicional del grupo étnico seri (comca´ac). La precipitación aquí es muy baja e irregular con una aportación menor de 150 mm anuales y no son raros los años en los que no se registra lluvia, por lo que esta región siempre ha sido muy árida para el desarrollo de la agricultura tradicional (Burquez y Martínez, 2010).
  • Valle: las planicies de Sonora cubren una extensión aproximada de tres millones de hectáreas localizadas en la parte central de Sonora, entre la faja costera y las montañas de la Sierra Madre Occidental, a una elevación de entre 100 y 750 msnm. Presenta una vegetación que se define como un desierto arbosufrutescente dominado por árboles de gran talla, como el palo fierro, el mezquite y el palo verde, además de numerosos arbustos. A una escala espacial de cientos de hectáreas, la estructura de la vegetación cambia de los sitios planos, donde predomina un matorral abierto de escasa cobertura y pocas especies, a los sitios de arroyo, donde el matorral es más diverso y con una mayor densidad y productividad de plantas perennes (Burquez y Martínez, 2010).
  • Sierra: agrupa a los bosques templados, principalmente a los encinares, los bosques de pino-encino y los bosques de coníferas. Típicamente se desarrollan en las zonas frías en lo alto de la Sierra Madre Occidental, desde suelos profundos, ricos en materia orgánica, hasta litosoles someros y muy pedregosos. Son comunidades arbóreas con una flora distintiva rica en especies endémicas. Extensas áreas del noreste y norte-centro de Sonora están dominadas por encinares abiertos. Hacia el sureste y este-centro de su área de distribución, los encinares forman estrechas bandas entre el bosque tropical caducifolio y los bosques de pino-encino. En los sitios de mayor altitud aumenta la abundancia de pinos, rasgo que distingue al bosque de pino-encino del bosque de pino (Burquez y Martinez, 2010).


Aportación de los ecosistemas a las sociedades humanas

El medioambiente que rodea a la humanidad está conformado por elementos vitales y esenciales para el equilibrio ecológico, tales como los seres vivos y no vivos que se desarrollan y habitan en un determinado lugar. Es decir, todos los seres y organismos necesitan de un determinado hábitat que les permita interactuar y relacionarse entre ellos. Los servicios ecosistémicos hacen posible la vida humana mediante el suministro de alimentos nutritivos y agua potable, ya que regulan las enfermedades y el clima, y apoyan la polinización de los cultivos y la formación del suelo. Asimismo, aportan beneficios recreativos, culturales y espirituales. Servicios de abastecimiento como: agua, alimentos, madera y otros bienes son algunos de los beneficios materiales. También aportan una gran diversidad de materiales, entre ellos madera, biocombustibles y fibras de plantas y animales. Mientras que los beneficios inmateriales que las personas obtienen de los ecosistemas incluyen la inspiración estética, la identidad cultural, el sentimiento de apego a la tierra y la experiencia espiritual en relación con el medio natural (Pineda, 2020).



Flora endémica comestible y silvestre del estado de Sonora

Las especies endémicas surgen debido a la aparición de barreras naturales que impiden que una determinada especie se propague al limitar su intercambio genético a un territorio determinado.

Una planta endémica es aquella que solamente vive en un determinado lugar, cuyo radio de distribución se delimita a un lugar, región o continente. El término endémico puede confundirse con nativo; sin embargo, la diferencia es que una planta nativa puede nacer en diversos lugares del mundo y una endémica nace en un solo lugar.

Buena parte de la flora de Sonora es empleada con fines culinarios o místico-religiosos. Entre la flora más destacada del estado se encuentra: Pitayo dulce (Stenocereus thurberi), saguaro o sahuaro (Carnegiea gigantea), cardón (Pachycereus pringlei), cinita (Stenocereus alamosensis), pitaya colorada (Stenocereus montanus), biznaga barril de Isla Tiburón (Ferocactus wislizeni), agave (Angustifolia) y mezquite (Prosopis laevigata) (Whittaker, 2020).

Los primeros grupos sociales que poblaron el territorio de Sonora recolectaban las flores y los frutos de los pitahayos, cardones, nopales, agaves, garambullos y las pechitas recién caídas de los mezquites; hierbas como el tomillo, el orégano y el romero.

En las zonas costeras, a orillas de la playa y en manglares consumían las semillas y vainas de los arbustos y plantas marinas; recolectaban pequeños frutos de las cactáceas de las laderas como nopales, choyas, pitahayas, cinas y cardones, de los que consumían sus fibras, flores y tunas (Esquer et al., 2016).

En los valles y zonas serranas recolectaban de la gran diversidad de cactáceas: botones, flores, frutos y semilla. En diferentes épocas del año consumían los productos del saguaro, la choya, la biznaga y el nopal. De los mezquites obtenían las pechitas, frescas y secas; el fruto y la semilla del guamúchil y el chiltepín. Y en distintas temporadas quelites, trébol, mostaza, chichiquelites y verdolagas. Y de una forma muy rudimentaria cultivaban maíz, frijol, calabaza y chile (Camou e Hinojosa, 2006).

En las partes altas y húmedas de la sierra se recolectaban bellotas y piñones de los enormes encinos, pinos y coníferas. Y con los agaves, lechuguillas y sotol, que resistían bajas temperaturas se elaboraban bebidas alcohólicas para rituales. (Esquer et al., 2016).



Etnias en Sonora

  • Cucapá: el pequeño grupo de los cucapá habita en el municipio de San Luís, Río Colorado, en la frontera con los Estados Unidos; la etnia es binacional, con una población de poco más de 171 personas. Se puede considerar que la antigua autodenominación del grupo era kuapak, que se traduce como “que viene” o “que llega”, pues debido a la constante variación del curso del río Colorado, las familias poseían dos o más casas, ya que practicaban la agricultura en terrenos cercanos o desalojados por el río (Gobierno del Estado de Sonora, 2018).
  • Guarajíos: los guarijíos nacieron como enlace entre los Tarahumaras con los cahíta. Los guarijíos se dividieron en dos grupos que hasta la fecha se conservan: los guarijíos de Chihuahua, lingüísticamente más emparentados con la lengua tarahumara, y los de Sonora, con mayor dependencia de la vertiente del cahíta, representada por los yoreme mayo (Gobierno del Estado de Sonora, 2018).
  • Kikapú: los actuales asentamientos kikapú son el resultado de un arduo peregrinaje desde la región de los grandes lagos de Michigan y de Eire, en Norteamérica, hasta el norte de México. Actualmente, los kikapú viven en reservaciones en Kansas y Oklahoma, Estados Unidos, y en las comunidades de El Nacimiento, Coahuila, así como en Tamichopa, municipio de Bacerac, en la zona serrana de Sonora. La comunidad actual es de alrededor de 80 personas (Gobierno del Estado de Sonora, 2018).
  • Mayos: conocidos como yoreme, los mayos provienen de los antiguos pobladores de la cultura de Huatabampo, perteneciente a una de las tradiciones culturales de Sonora. Es el grupo más numeroso del estado, con una población aproximada de 75 000 habitantes. Yoreme significa “el que respeta la tradición” contrapuesto al yori “el que no la respeta”. Según una antigua leyenda de su tradición oral, la palabra mayo significa “la gente de la rivera”; actualmente habitan los municipios de Álamos, Quiriego, Navojoa, Etchojoa y Huatabampo (Gobierno del Estado de Sonora, 2018).
  • Pápagos: los pápagos se autodenominan tohono o’odham en su lengua, que significa “gente del desierto”. Actualmente la tribu habita en zonas desérticas de Sonora y Arizona, específicamente en los municipios de Caborca, Puerto Peñasco, Sáric, Altar y Plutarco Elías Calles, pero la gran mayoría se encuentra en Arizona (Gobierno del Estado de Sonora, 2018).
  • Pimas: los pimas son una antigua etnia expandida en la Sierra Madre Occidental y su nombre significa “no hay”, “no existe”, “no tengo”, o probablemente “no entiendo”, expresión que utilizaban ante los cuestionamientos de los misioneros españoles. Los pimas se llaman a sí mismos o’ob, que significa “la gente”, “el pueblo”. En la actualidad los pimas habitan en rancherías en casas construidas con adobe, cuadrangulares o rectangulares, techo de dos aguas, con pequeñas ventanas. En el centro del hogar cuentan con una estufa de metal, alimentada con leña, donde cocinan y se calientan en los fríos días del largo invierno (Gobierno del Estado de Sonora, 2018).
  • Seris: los comca’ac, que significa “la gente” en lengua seri, es una etnia que a través de los tiempos continúa unida y transmitiendo, de generación en generación, sus muchos conocimientos en la caza y la pesca. El término seri significa “hombres de la arena” en yaqui. Los seris ocupan desde tiempos arcaicos la Isla del Tiburón y San Esteban, aunque en la actualidad sus campamentos se concentran en Desemboque y Punta Chueca. La primera playa corresponde al municipio de Pitiquito y la segunda a Hermosillo, pero ambas se ubican frente a la Isla del Tiburón (Gobierno del Estado de Sonora, 2018).
  • Yaquis: Es sin duda la etnia más representativa de Sonora; se estima que existe una población de 33 000 yaquis que se distribuyen en ocho pueblos con sus propios gobernadores. Para los integrantes de la etnia es de suma importancia preservar su lengua, sus tradiciones y su arraigo a la tierra. La historia de los yaquis está cubierta con actos de heroica resistencia por la defensa de su territorio y su cultura (Gobierno del Estado de Sonora, 2018).

Tabla IV.1. Las etnias y su ubicación

Etnia

Ubicación

Seris

Comca´Ac

Sur de la zona centro del estado de Sonora.

Habita en dos comunidades: Punta Chueca en el municipio de Hermosillo y El Desemboque en el municipio de Pitiquito.

Yaquis

Yoemes

Sureste del estado en los municipios de Guaymas, Empalme, San Ignacio Rio Muerto, Bácum y Cajeme. Distribuidos en ocho pueblos: Vícam, Tórim, Pótam, Rahúm, Cócorit, Bácum, Huirivis y Belem.

Mayo

Yoreme

Sureste del estado de Sonora, en los municipios de Huatabampo, Etchojoa, Benito Juárez, Navojoa y Álamos.

Guarijío

Makurawe

Parte superior de la región suroeste en los municipios del Quiriego y Álamos.

Pimas

O`Ob

En la zona este en el municipio de Yécora.

Kikapú

Kikapoos

Zona este, en el municipio de Bacerac en las comunidades de Tamichopa y San José de los Pozos.

Pápagos

Tohono O`Odham

Noroeste del estado de Sonora, en los municipios de Caborca, Puerto Peñasco, Sáric, Altar y Plutarco Elías Calles.

Cucapá

Kukapac

Noroeste del estado de Sonora, la zona arenosa del desierto.

En Sonora están establecidos en Pozas de Arvizu, en el municipio de San Luis Río Colorado.



Antecedentes de huertos de traspatio

Los huertos de traspatio, conceptualizados como áreas al aire libre, a poca distancia del lugar donde se habita, y destinadas al cultivo de plantas comestibles como verduras, legumbres, vegetales, frutas y aquellas aromáticas o hierbas medicinales, se han practicado desde hace siglos, ya que han cubierto necesidades vitales de alimentación prioritariamente de autoconsumo, adaptándose a las condiciones y las características de desarrollo de las diferentes sociedades a través de los años.

Durante el proceso de conquista de los españoles sobre las diferentes culturas étnicas de México, se implementó alrededor de los terrenos de las iglesias el huerto de traspatio, con el cual cubrían las necesidades de alimentación de los españoles, quienes intentaban adaptar las plantas comestibles de su región, al clima y tierra de México, con el afán de producir alimento adecuados a sus costumbres gastronómicas (Hausberger B., 2009). Al mismo tiempo fungían como emancipación de los pueblos étnicos mediante el desarrollo de la agricultura a pequeña escala y propiciaban la evolución de una sociedad recolectora a una agrícola, a través de una imitación del hábitat de los ecosistemas donde naturalmente se desarrollan las plantas (García, 2000).

Sin embargo, no se conceptualizó como un huerto de traspatio hasta mediados del siglo xx, durante el periodo de la segunda guerra mundial, ya que los campos agrícolas eran abandonados para emigrar a las grandes ciudades en busca de estabilidad social y oportunidades de trabajo; no obstante, esto ya venía sucediendo desde el siglo xviii con el desarrollo de la revolución industrial (Ayuntamiento de Sevilla, 2022). Las ciudades paulatina y continuamente crecían al igual que el hambre y la pobreza, rodeadas de hombres convertidos en obreros, pero sólo con conocimientos y habilidades para cultivar.

En la primera mitad del siglo xx, la crisis alimentaria ocasionada por las guerras, en los países de Europa y en los Estados Unidos de América, se subsanó con los huertos urbanos u hortalizas en espacios abiertos de escuelas, parques y campos de deporte, que fueron denominados primeramente como “huertos para pobres” y posteriormente “jardines de la victoria” (victory gardens), también llamados jardines de guerra (war gardens) (Ayuntamiento de Sevilla, 2022).

A principios del siglo xxi y, más aún, durante la pandemia mundial de salud por COVID-19, reaparece en las grandes ciudades, el concepto y la práctica de los huertos urbanos de traspatio, por una necesidad de alimento orgánico sustentado en las crecientes ideas ecologistas. No obstante, en los poblados pequeños con escaza posibilidad laboral y poca producción e industrialización alimentaria, se practican los huertos de traspatio como una posibilidad de autosustento.

En cuanto al estado de Sonora, en un estudio realizado en una población étnica, sobre alternativas para mejorar la producción alimentaria, a la producción agrícola (tipo huertos de traspatio) se le denomina “unidad de producción familiar”. Este tipo de producción representa una alternativa económica y sustentable que proyecta la generación de alimentos para los integrantes del hogar (Ramírez et al., 2015), con alimentos a bajo costo a través de los que se puede alcanzar una soberanía alimentaria.




Metodología

La metodología que se siguió fue el método científico con base en investigaciones anteriormente realizadas. La aplicación de este conocimiento se asimiló de tal forma que se pudiera llevar a la práctica, verificar su aplicación, registrar y corregir avances, y adaptar al contexto donde se está estudiando el fenómeno, con la intención de que se pudieran hacer adecuaciones y adaptaciones a los diferentes ecosistemas del estado de Sonora.

También se visitaron las diferentes regiones donde habitan los grupos étnicos del estado de Sonora, y a través de una entrevista estructurada y estandarizada se dialogó con: cocineras tradicionales, cazadores y recolectores de campo, cronistas de los asentamientos con mayor población, agricultores tradicionales, jornaleros agrícolas.

La investigación y aplicación del conocimiento obtenido se llevó a cabo durante el tiempo de hacinamiento propiciado por el problema de salud mundial creado por la COVID-19, es decir, un lapso de dos años (2020 y 2021), donde se realizaron prácticas de prueba y error con el fin de realizar adecuaciones adaptables, y pasar de un método de recolección y siembra de temporada, a uno de control en zonas restringidas y monitoreadas. Esto con la finalidad de desarrollar una opción económica relacionada con las actividades de producción agropecuaria a traspatio en las comunidades étnicas del estado.

Primeramente, fue con base en una investigación documental sobre la flora endémica del estado de Sonora, en la cual se registraron las plantas y las zonas geográficas donde se localizaban, así como los grupos sociales establecidos en estos lugares, quienes las utilizaban tanto para rituales propios de su cultura como para la alimentación cotidiana.

Posteriormente, se llevó acabo un método de investigación de campo, a fin de desarrollar un prototipo de huerto familiar, donde a partir de los registros obtenidos en la bibliografía revisada se realizaron entrevistas a expertos del área y posteriormente se pusieron en práctica los métodos y técnicas para el desarrollo de huertos de traspatio. Estos van desde el manejo y la preparación de la tierra, la periodicidad del riego, la selección de semillas y su manejo. Las prácticas se fueron comprobando en un ambiente árido, con altas temperaturas y fuertes rayos solares, propios de las zonas desérticas como en el estado de Sonora.

Durante el período de investigación-acción en el lapso que comprendió un año, se creó un huerto de traspatio para observar su comportamiento en todas las estaciones. Se plantó maíz, frijol, chile y calabaza, así como algunas cactáceas: nopales, choyas, pitahayas y cardones. Se utilizaron técnicas y métodos de los grupos humanos originarios del estado y se reprodujeron por semillas y por esquejes, con riego de temporada.

El proceso de selección de métodos de siembra se hizo: manejo y selección de las semillas, manejo y elaboración de la tierra, comprobación de tiempos de germinación, manejo de tiempo de luz solar y sombra, manejo de cantidad de agua proporcionada y control de nutrientes naturales de la tierra, plagas y tiempos naturales de siembra. Asimismo, se diseñaron diversas tablas de registro con la finalidad de adaptar los conocimientos sobre el manejo agrícola a un territorio donde la mayor parte del año mantiene temperaturas arriba de los 25 ° en promedio y alcanza hasta los 45 ° en los meses de verano y otoño.

El objetivo de implementar los huertos de traspatio en las regiones étnicas del estado de Sonora lleva el interés de impulsar, en las comunidades indígenas, una alternativa sustentable para combatir el rezago alimenticio, así como para evitar la pérdida de costumbres, tradiciones, rituales y festividades donde se practica la gastronomía como un elemento fundamental. En cada una de las manifestaciones culturales de la cosmogonía de las etnias, los alimentos y los ingredientes que los integran representan el entorno, la espiritualidad, el desarrollo social y económico en el que están inmersos. Para ello, primeramente, se plantearon las siguientes preguntas:

  • ¿Los huertos de traspatio son una alternativa en el combate al rezago alimenticio en las comunidades indígenas?
  • ¿Los huertos de traspatio que se proponen en el proyecto permitirán combatir la pérdida de costumbres, tradiciones, rituales y festividades en las comunidades indígenas de Sonora?
  • ¿Los huertos de traspatio involucran un trabajo sustentable durante el ciclo productivo de diversos cultivos tradicionales?

Si partimos de la hipótesis de que un huerto de traspatio es considerado como una alternativa alimenticia de carácter autosustentable, que permite un orden comunitario de producción agrícola y que podría satisfacer las necesidades de alimento en las comunidades, en este caso indígenas, podríamos afirmar que no sólo cubrirá necesidades cotidianas en la cohesión social, sino también actividades que fortalezcan su identidad como comunidad de acuerdo con sus cosmogonías.




Resultados

Sonora actualmente cuenta con ocho pueblos étnicos originarios, estos se distribuyen en todas las latitudes y biodiversidades ecológicas existentes: En el desierto hay dos comunidades cucapás (es-pei) y pápagos (tohono o’odham), que sustentan su alimentación y su cultura en las cactáceas regionales. Los seris (comca’ac), a lo largo del litoral del mar de Cortés, han sustentado su cultura y su alimentación de la recolección de la flora de temporada de las plantas del desierto costero y de los manglares e islas en el continente. Los yaquis (yoheme) con sus ocho pueblos y los mayos (yoréme) con festividades todo el año, que por milenios han cultivado las tierras del valle irrigadas por los grandes ríos de Sonora, han subsistido a través del cultivo de hortalizas y granos regionales. Y en lo alto de la sierra se encuentran los guarijíos (makurawe), pimas (o´ob) y kikapú (kikapoos) viviendo del bosque y de la selva. La gastronomía y la vida cotidiana, llena de rituales y fiestas ceremoniales en diferentes épocas del año, se sustentan de la flora endémica y de temporada, la cual actualmente ya no esta tan abundante debido a los desmontes para la agricultura comercial y la que crece de manera silvestre. Es muy complicado que los grupos étnicos accedan a ella, pues el territorio sonorense se ha dividido y vendido a particulares, quienes cercan los espacios e impiden el libre tránsito de los miembros de la etnia para la recolección.



Las etnias, su ecosistema y su flora

Tabla IV.2. Las etnias, su ecosistema y su flora

Etnia

Ecosistema

Flora endémica

Seris

Comca´Ac

Franja costera con litoral arenoso perteneciente al desierto sonorense.

Árboles y arbusto como palo verde, palo fierro, palo blanco, gobernadora, jojoba, ocotillo, torote y copal.

Cactáceas y suculentas como nopales, choyas, pitahayos, cinas y cardones.

En los manglares pastos húmedos, ruppia y zostera marina.

Yaquis

Yoemes

Parte semidesértica del área serrana, la zona costera y valle.

La pitahaya, el saguaro, la choya, la biznaga y el nopal.

Árboles como el mezquite y el guamúchil.

En los valles recolectan quelites, trébol, mostaza, chichiquelites y verdolagas. Y cultivan: maíz, frijol y algodón, además de una diversidad de hortalizas como cebolla, chile verde, calabaza y ajo. Granos como: el trigo, maíz y sorgo; y forrajes para la cría de ganado.

Mayo

Yoreme

Valle semidesértico, franja costera en el sur del estado.

La flora tipo matorral como el palo verde, ocotillo, gobernadora, choya y cardón, el pitahayo y el sahuaro.

La costa cuenta con palma y tule. Más cerca de la briza marina están el chamizal, jauja, saladillo y mangle en algunas partes.

En los valles recolectan quelites, trébol, mostaza, chichiquelites y verdolagas. Y cultivan: maíz, frijol y algodón y una diversidad de hortalizas como cebolla, chile verde, calabaza y ajo. También granos como: el trigo, maíz y sorgo; y forrajes para la cría de ganado.

Guarijío

Makurawe

Territorio montañoso y selva de la Sierra Madre Occidental.

Árboles silvestres como tepehuales, cazahuates, colorines, amapá, pechote, guayacán, pináceas y encino. Y el cultivo de árboles frutales como guayabas, duraznos y membrillos.

Zona de los valles palo fierro, palo verde y papaches pertenecientes a la parte más seca del territorio. Cultivan maíz, frijol, calabaza y hortalizas también cuentan con huertos de frutales. Y recolectan productos silvestres como el chiltepín, quelites, piñones, guamúchil y frutos de los árboles nativos y cactáceas que crecen en la región como el echo y la pitahaya.

Pimas

O`Ob

Bosque de la Sierra Madre Occidental.El territorio accidentado, rodeads de grandes elevaciones montañosas y profundas barrancas.

Árboles como encinos y pinos. Y bajando la sierra: nopales, agaves, mezquites, sahuaro, chollas, ocotillo y lechuguilla.

Cultivan maíz, frijol, calabaza y hortalizas. También cuentan con huertos de frutales. Y recolectan productos silvestres como quelites, piñones, guamúchil y frutos de los árboles nativos y cactáceas que crecen en la región como el echo y la pitahaya.

Kikapú

Kikapoos

Zona serrana de Sonora, en la Sierra Madre Occidental en la parte más alta del noreste del estado de Sonora.

Árboles como el mezquite y matorrales.

Cultivan chile, maíz y frijol. Recolectan frutos y bayas.

Pápagos

Tohono O`Odham

Zona de los volcanes y extensa zona de arenas del desierto. El territorio cuenta con pobres vertientes de agua.

Matorrales de gobernadora, nopales, hierba de burro, palmillo, copal, choyas, mezquites, y hacia la región fronteriza sahuaros, cardones y garambullo.

Actualmente cultivan frijol, maíz, trigo y hortalizas

Cucapá

Kukapac

La región más árida del estado de Sonora.

Cactáceas como el sahuaro, cactus de barril, los pitahayos, cardones, nopales, agaves y árboles como el sauce, el palo fierro, el torote, el palo verde, el álamo, el tabaquillo, el incienso, la gobernadora, la yuca y el mezquite. Hierbas como el tomillo, el orégano y el romero. Cultivan frijol, maíz y calabaza.

En otro aspecto, los grupos étnicos del estado se encuentran en malas condiciones económicas, por lo que acceden, muchas veces, a la explotación indebida de sus territorios, lo que pone en riesgo la flora endémica con la que ellos subsisten, sus valores culturales ancestrales y étnicos y su patrimonio inmaterial. Todo esto, a lo largo del tiempo, mina el desarrollo social del grupo, su autonomía y por ende su forma de alimentación milenaria.

Las comunidades étnicas del estado de Sonora, en la actualidad, se han enfrentado a diferentes tipos de problemas al interior de sus territorios. Ellos han vivido ancestralmente en él y han subsistido a través de la explotación controlada de su flora endémica, la cual es utilizada para la alimentación y la ritualización de su cultura, conforme las estaciones climáticas lo van permitiendo, lo que sólo era posible porque se movían de manera libre por todo el territorio. Sin embargo, hoy en día se han enfrentado con el desmonte de grandes terreros para la siembra comercial, con la construcción de presas para el consumo de agua de las ciudades, lo cual impide el libre correr de los ríos y provoca la desertificación de los terrenos ancestrales, con la segregación y cercado de terrenos que se han vendido a particulares y con la creación y explotación de vastos espacios para la minería. Lo anterior ha dejado a los grupos étnicos en la desolación de la flora endémica comestible, por lo que ahora consumen casi el total de especies que ese encuentran a su alcance.

Por ello se propone la creación de huertos de traspatio donde se puedan reproducir plantas que corresponden a la región de Sonora, que sean parte de la alimentación milenaria de los pueblos originarios y que están en peligro de desaparecer. Esto permitirá también, que las practicas gastronómicas ancestrales mantengan técnicas y métodos desde la recolección de ingredientes hasta la elaboración de platillos tradicionales.

Durante el periodo de investigación de campo, el cual duró un año, se realizaron las siguientes actividades:

  1. Se creó un huerto de traspatio, donde se plantó maíz, chile verde, chiltepín y calabaza, árboles como el mezquite, así como algunas de las cactáceas como: nopales, choyas, pitahayas y biznaga con técnicas y métodos utilizados por los grupos humanos originarios del estado. En reproducción por semillas y por esquejes, con riego de temporada.

Tabla IV.3. Flora endémica comestible del estado de Sonora

Planta

Nombre científico

Clasificación

Parte utilizada

Zona de distribución

Tomate

Solanum lycopersicum

Fruta silvestre o manejo en hortaliza

Fruto

Sierra, valle y desierto

Chile verde

Capsicum Annuum

Fruta silvestre o manejo en hortaliza

Fruto

Sierra, valle y desierto

Chiltepín

Capsicum Annuum Var. Glabriusculum

Fruta silvestre o manejo en hortaliza

Fruto

Sierra y desierto

Maíz

Zea Mays

Gramínea

Granos y hojas

Sierra, valle y desierto

Calabaza

Cucurbita Argyrosperma

Fruta silvestre o manejo en hortaliza

Semilla, flor, futo

Sierra, valle y desierto

Mezquite

Prosopis Laevigata

Árbol, leguminosa

Vainas, semillas

Sierra, playa, valle y desierto

Nopal

Opuntia Ficus-Indica

Cactácea

Hojas carnosas

Sierra, playa, valle y desierto

Choya

Cylindropuntia Fulgida

Cactácea

Fruto y tallo

Sierra, playa, valle y desierto

Pitayo dulce

Stenocereus Thurberi

Cactácea

Fruto y semillas

Sierra, playa, valle y desierto

Biznaga de barril

Ferocactus Emoryi

Cactácea

Fruto, semillas y pulpa

Sierra, playa, valle y desierto

  1. Se observó y registró el crecimiento de las plantas, cuya información permite ser replicada en las distintas regiones étnicas del estado, y la cual consiste en el siguiente contenido:
    • Manejo de tierra: sustratos, compostas, tipos según el clima y región.
    • Manejo de semillas: selección, recolección, tipos germinación, tiempos de germinación y cuidados de almacenaje.
    • Manejo de plántulas: tiempo de trasplante, espacio para crecimiento, tipos y tiempos de riego.
    • Manejo del proceso de crecimiento: distribución, riego, tiempo de luz solar, combinación con otras especies, tipos y métodos de cosecha.
    • Manejo para su consumo: platillos, conservas y métodos de tratamiento gastronómico.

Tabla IV.4. Calendario de siembra de la flora endémica comestible del estado de Sonora, correspondiente al hemisferio norte

Primavera inicia el 21

Marzo

Abril

Mayo

Chiltepín

Mezquite

Nopal

Mezquite

Nopal

Mezquite

Nopal

Verano inicia el 21

Junio

Julio

Agosto

Choya

Pitayo dulce

Biznaga de barril

Mezquite

Nopal

Choya

Pitayo dulce

Biznaga de barril

Mezquite

Nopal

Choya

Pitayo dulce

Biznaga de barril

Mezquite

Nopal

Otoño inicia el 21

Septiembre

Octubre

Noviembre

Choya

Pitayo dulce

Biznaga de barril

Maíz

Mezquite

Nopal

Maíz

Nopal

Tomate

Chile verde

Chiltepín

Calabaza

Invierno inicia el 21

Diciembre

Enero

Febrero

Tomate

Chile verde

Calabaza

Tomate

Chile verde

Calabaza

Tomate

Chile verde

Chiltepín

Calabaza

Tabla IV.5. Reproducción de la flora endémica comestible del estado de Sonora

Planta

Reproducción

Tipo de suelo

Tipo de riego

Tiempo de crecimiento

Tomate

Semilla o esqueje

Suelos muy nutridos y descompactados y de fácil drenado.

Riego abundante y diario, solo que cubra las raíces y no toque las hojas.

Germina a los cuatro días. Se trasplanta a los 15 días y produce a los 60 días dependiendo de las temperaturas.

Chile verde

Semilla

Suelos fértiles y descompactados con alto contenido de materia orgánica.

Riego abundante y diario.

Germina a los 10 días. Se trasplanta 20 días después y produce a los 90 días dependiendo las temperaturas.

Chiltepín

Semilla

Suelos compatadados con alto drenaje.

Silvestre por arrastre de aluviones.

Hortaliza riego cada tres días bajo sombra.

Germina entre 10 o 20 días. Se trasplanta 15 días después de su germinación y llega a su maduración después de los seis meses. Florea en verano y temporada de lluvias.

Maíz

Semilla

Suelos con alto contenido de materia orgánica y compactos.

Riego cada tercer día.

Germina a los cinco días. Siembra directa. Produce a los 90 o 120 días dependiendo de las temperaturas altas.

Calabaza

Semilla

Suelos fértiles y descompactados con alto contenido de materia orgánica.

Riego abundante y diario.

Germina a los siete días. Se trasplanta cuando ya tenga cuatro hojas.

Produce a los 120 días dependiendo de las temperaturas altas.

Mezquite

Semilla

Suelos pobres en nutrientes y secos.

Antes del año riego diario, después cada siete o 15 días.

Germina, con tratamiento de desgaste de las semillas entre dos o tres semanas.

Nopal

Esqueje o tallos desprendidos

Todos tipos de suelo: arenosos, rocosos, arcillosos, pobres en nutrientes o extremadamente nutridos pero secos.

Una vez por semana.

Enraíza a los cinco días y dos meses después de la plantación se cosecha por corte las hojas carnosas.

Choya

Esqueje o tallos desprendidos y semilla

Suelos arenosos o rocosos, pobres en nutrientes, compactos y bien drenados.

Una vez por semana.

Enraíza a los 10 días y se consumen al año sólo en temporada de verano.

Pitayo dulce

Esqueje y semilla

Suelos arenosos o rocosos, pobres en nutrientes, compactos y secos bien drenados.

Antes del año cada tercer día sólo se humedece, después una vez por mes.

Germina a los dos o tres meses dependiendo de la humedad y las altas temperaturas.

Biznaga de barril

Semilla

Suelos arenosos o rocosos, pobres en nutrientes, compactos y secos bien drenados.

Antes del año cada tercer día sólo se humedece, después una cada 15 días.

Germina a los dos o tres meses dependiendo de la humedad y las altas temperaturas.

Tabla IV.6. Usos y reproducción de la flora endémica comestible por en las etnias sonorenses

Planta

Platillos

Época de consumo

Tipo de festividades o rituales

Etnia que lo consume

Tomate

Caldos, guisos, mermeladas

Primavera y verano

Cotidiano, Semana Santa y fiestas patronales

Seris, yaquis, mayos, guarijíos, pimas, kikapú, pápagos, cucapá

Chile verde

Caldos, guisos

Primavera y verano

Cotidiano, Semana Santa y fiestas patronales

Yaquis, mayos, guarijíos

Chiltepín

Caldos

Verano

Cotidiano

Yaquis, mayos, guarijíos, pápagos,

Maíz

Caldos, tortillas, atoles, tamales

Otoño y primavera

Cotidiano, Semana Santa y fiestas patronales

Yaquis, mayos, guarijíos, pimas, pápagos, cucapá

Calabaza

Caldos, guisos, dulces

Primavera y verano

Cotidiano, Semana Santa y fiestas patronales

Yaquis, mayos, guarijíos, pimas

Mezquite

Harina, tortillas, atole, aguas

Verano

Cotidiano, Semana Santa

Seris, pápagos

Nopal

Guisos, mermeladas

Todo el año

Cotidiano

Seris, yaquis, mayos, guarijíos, pimas, kikapú, pápagos, cucapá

Choya

Aguas, mermeladas

Verano

Fiestas y rituales

Seris, papagos

Pitayo dulce

Aguas, mermeladas

Verano

Año nuevo seri, cotidiano en temporada

Serís, yaquis, mayos, tohono o´odham

Biznaga de barril

Licor, guisos, dulces

Verano

Cotidiano en temporada,

Semana Santa y festividades

Serís, yaquis, mayos, tohono o´odham




Conclusiones

En Sonora no se cuenta con proyectos de sustentabilidad para la explotación de la flora endémica, se ha envuelto en la idea de producir a gran escala alimento para las sociedades existentes en el territorio. Sin embargo, al perder la flora regional también perdemos todo un vasto bagaje de cultura y tradiciones gastronómicas propias del territorio, adaptadas al clima y pertenecientes a una historia alimenticia que permitió por siglos alimentar a los habitantes del noroeste de México.

La naturaleza tiende a regenerarse sola y adaptarse a los cambios climáticos que surgen en el planeta, pero en la actualidad la nueva forma de vida de las sociedades modernas no permite al medioambiente que subsistan con tanta rapidez. En la medida que actuemos ante ello, daremos un respiro a la flora sonorense y también permitiremos que los grupos ancestrales con su cultura milenaria sobrelleven esta guerra contra la biodiversidad.

La adaptación de pequeños espacios, para convertirlos en huertos comunitarios y que sean cultivados con métodos ancestrales, a diferencia de aquellos cultivos que disponen de tecnología para riego y recolección, no generan productos para venta a gran escala, sino para autoconsumo. Al mismo tiempo, este sistema de cultivo tradicional propicia el rescate de los alimentos tradicionales y productos regionales adaptados al ecosistema imperante en el lugar donde se cultivan. Sin embargo, uno de los grandes desafíos que enfrentan es el cambio climático, ya que, por ser una forma de agricultura de temporal, las sequías o largas temporadas de lluvias afectan su producción. Pero si se cultivan productos que por siglos se han venido adaptando a los cambios, el rendimiento de estos se dará de manera natural.

Los huertos comunitarios, en las zonas donde viven los diversos grupos étnicos del estado de Sonora, además de producir hortalizas nativas, también pueden adaptarse para sembrar y reproducir árbolesque se insertarán en el campo abierto, tales como mezquite, magueyes o nopales, que también son utilizados para bordear campos de cultivo.

Dado que los huertos de traspatio dependen del terreno excedente a la casa que habitan y del medioambiente que enfrentan (con variantes como las temperaturas, agua de lluvia, riego manual y de temporada para el cultivo de las plantas), no se pude considerar como una producción que se destine a la venta o de la cual obtenga un sustento económico, sino, más bien, para autoconsumo alimentario, intercambio de productos entre pobladores y para eventos comunitarios como festividades propias de cada cultura, debido a su carácter de sistema de producción a pequeña escala. Si tomamos en cuenta que muchas de las comunidades se encuentran insertas en zonas naturales silvestres, en donde los pobladores dependen del entorno natural para su sustento alimenticio, los huertos donde se cultivan diferentes tipos de hortalizas y plantas nativas pueden subsanar el hambre y la pobreza al que se encuentran expuestos por delimitación de sus territorios ancestrales. De esta forma podrán contar con su gastronomía tradicional y endémica para ejercer la ritualización de sus fiestas y su cosmogonía la cual se manifiesta a la par que los ciclos productivos de sus cultivos tradicionales. Esto también permitirá el entramado social en la comunicación cotidiana durante el proceso familiar y comunitario de producción agrícola, el cual repercutirá en la preservación de la cultura de cada pueblo.

En cuanto a los beneficios principales que se obtendrán serán:

  • El huerto podrá explotarse todo el año, ya que los cultivos en diferentes estaciones darán para su consumo las flores, las hojas y tallos, los frutos y las semillas. Tal cosa es muy común en hortalizas donde hay frijol y calabaza, pues se puede ir consumiendo la planta por partes según sea su crecimiento (los tallos tiernos del frijol, las flores de este, los ejotes, los frijoles tiernos y, por último, la semilla de frijol seco), en lo que otras como el maíz, el tomate y el chile dan sus frutos.
  • Por temporadas se podrán rotar productos comestibles silvestres como quelites y hierbas comestibles que crecen intercaladas entre los cultivos de maíz, frijol y calabaza.

Es importante mencionar que los huertos, además de beneficiar a los agricultores, también dan sustentabilidad al medioambiente, ya que alimentan animales que son usados en la crianza doméstica como gallinas, conejos y vacas, e incluso a otros como palomas, venados, conejos, liebres y reptiles.

Cuando el proyecto se implemente en las diferentes zonas étnicas dará pie a realizar otras acciones con el fin de que los objetivos a futuro se logren:

  • Se planeará la ejecución de jornadas de capacitación y asesorías de la creación de huertos, con temas de siembra, plagas, recolección y manejo de la tierra.
  • Se buscará incrementar y explotar la actividad cultural gastronómica, resaltando los productos, actividades y experiencias propios de las etnias.
  • Se formarán equipos emprendedores de proyectos sustentables que puedan mostrar al exterior tanto el entorno como la cultura, sin poner el riesgo la idiosincrasia y el patrimonio natural de la etnia.
  • Se promoverá y consolidará la explotación sustentable de la flora local.
  • Se promoverá la participación coordinada de los miembros involucrados de la etnia en las acciones (formar equipos de trabajo para la preparación de la tierra, siembra de semillas y plantas, riego y recolección del producto) para realizar unos huertos en apoyo a sus comunidades.



Referencias

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