II. LA LICENCIATURA EN GEOGRAFÍA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO - Patricia Gómez Rey
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II. La Licenciatura en Geografía en la Universidad Nacional Autónoma de México
Patricia Gómez Rey8
Resumen
Este capítulo es el primero que se centra en el análisis de uno de los programas de Geografía, y el primero de todos ellos radicado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. El trabajo hace un breve recorrido histórico de la geografía universitaria en este país, con la intención de brindar al lector un panorama sobre cómo fue el proceso evolutivo de esta disciplina, hasta convertirse en una carrera profesional. En otras palabras, este capítulo describe brevemente el proceso de institucionalización académica de la ciencia geográfica, en la que destaca su perfil profesional en el primer tercio del siglo pasado, así como el surgimiento del Departamento de Geografía y la trayectoria de la carrera de Geografía, desde su ubicación en la Facultad de Ciencias hasta nuestros días. En este recorrido observamos sus distintas etapas, con sus perfiles y orientaciones disciplinares, tales como su argumentación epistemológica, los actores involucrados en los procesos que implicaron la creación, seguimiento, evaluación y reestructuración del plan de estudios que se oferta en la unam hoy día, y que ha servido de base para la creación de otros programas de geografía en el país.
Palabras clave: geografía, licenciatura, Universidad Nacional Autónoma de México.
Introducción
Este trabajo nos introduce en la historia de la geografía universitaria en México, desde la apertura de las primeras cátedras en 1912 hasta el presente. Se trata de un proceso largo y complejo porque formó parte de la edificación y compartimentación organizativa de las ciencias y las humanidades en la Universidad Nacional Autónoma de México, institución que en la actualidad ofrece 130 carreras o licenciaturas. Sin embargo, por razones de espacio y para los propósitos del libro, se hará una sucinta revisión de cómo fueron apareciendo distintas cátedras de Geografía en la Escuela Nacional de Altos Estudios (enae) hoy Facultad de Filosofía y Letras (ffyl), y cómo a partir de estas se fue configurando el campo epistémico moderno de la carrera de Geografía. En esta narrativa destacan los cambios, continuidades de corrientes y enfoques que quedaron plasmados en los distintos planes de estudio. Se finaliza con el actual programa académico de la licenciatura, infraestructura y planta docente del Colegio de Geografía.
Cabe señalar que se prescinde de la historia de la carrera de ingeniero geógrafo, que fue impartida en la Escuela Nacional de Ingeniería hacia las últimas décadas del siglo xix y primeros años del xx, debido a que, si bien fue el primer espacio de enseñanza y profesionalización de la geografía, cimentado en una vieja concepción ilustrada de la disciplina, no tiene ninguna conexión con el proyecto de las cátedras de Altos Estudios. El objetivo de este trabajo es mostrar el origen y los avatares de una licenciatura que ha formado a lo largo de su historia al mayor número de geógrafos en México.
Institucionalización. La etapa formativa de la geografía universitaria 1912-1941. Primeras cátedras. El enfoque espacio temporal y la inclusión de la geografía física
Las primeras cátedras de geografía universitarias aparecen en México con la fundación de la Universidad Nacional de México (unm) y la Escuela Nacional de Altos Estudios en 1910. La nueva universidad quedó conformada inicialmente con la ena y las viejas escuelas superiores establecidas durante el porfiriato, entre las cuales estaba la Escuela Nacional de Ingenieros, que venía ofreciendo la licenciatura en ingeniería geográfica pero que desapareció pocos años más tarde (Mendoza, 2001). La ena fue propuesta por Justo Sierra en 1881 como escuela de estudios de posgrado para formar especialistas, investigadores y profesores de enseñanza superior, a semejanza de las instituciones educativas que, con el mismo nombre, se desarrollaban en Europa y Estados Unidos.
La novedosa escuela abarcaría un gran número de ramas de las ciencias exactas, las humanidades y las ciencias sociales, con la característica de que estaría dotada de un contenido filosófico y humanístico (Ruiz, 1967). Sin embargo, el largo y debatido proceso de aprobación para su establecimiento, que incluso quedó documentado en la prensa, se vería reflejado en la organización y rumbo de los programas académicos ofrecidos durante sus primeros años y “la vida de Altos Estudios sería difícil, pues tratándose de una institución desconocida en nuestro medio, estaría sujeta, por mucho tiempo, al arbitrio de las simpatías o antipatías que despertaba en las autoridades oficiales y también universitarias” (Ruiz, 1967, p. 562).
A dos años de su apertura se abrió, dentro de las humanidades, la primera cátedra de la disciplina, con el nombre de Geografía Histórica (antigua y moderna) en el área de historia. Al año siguiente quedó como Historia General, con nociones de geografía histórica, y en ciencias exactas y naturales se inauguraron las cátedras de Geografía Física y Geología de México, Fisiogeografía, Paleogeografía de la República Mexicana y el estudio de los problemas concretos de irrigación referentes a las grandes comarcas del país, así como la Geografía Botánica y la Zoológica de la República.
A finales de 1915, el profesor que impartía la cátedra de Historia General con nociones de geografía histórica, Miguel Schulz Coronado (1851-1922),9 fue designado director de la enae, donde propuso un giro interesante en los objetivos y fines de los estudios, los cuales fueron aprobados con las disposiciones relativas a la Escuela Nacional de Altos Estudios, el 17 de enero de 1916 (Menéndez, 1996, p. 114). Con un sentido de compromiso con las clases sociales marginadas, Schulz organizó la escuela en tres secciones: humanidades; ciencias sociales, políticas, jurídicas y económicas; y finalmente ciencias exactas, físicas y naturales, las que a su vez se dividieron en subsecciones y áreas (o cursos), con lo cual retomaba el último plan de estudios sugerido por Justo Sierra.
Cabe mencionar que la tercera y última sección abrió sus puertas hasta el año de 1921 y a partir de ese momento se fueron perfilando los estudios de las dos grandes ramas de la disciplina. La geografía humana, por su parte, fue vinculada a la historia y a la antropología,10 al quedar situada en la segunda sección de ciencias sociales, mientras que la geografía física quedó ligada a la astronomía y la geodesia, en la tercera sección de ciencias exactas. En síntesis, en los siguientes años fueron impartidas en una u otra sección las siguientes cátedras: Geografía General, Historia de la Geografía, Geografía (especialmente de América y de México), Geografía Física Mexicana, Climatología, Geografía Física General, Geografía e Historia de cada una de las regiones de la República mexicana, Meteorología y Climatología Mexicana, Geografía de América y Geografía Práctica.
A decir por el nombre de las cátedras o cursos y de la revisión de algunos programas, el área de geografía e historia estaba orientada a los conocimientos “básicos sobre geogenia, oceanografía, meteorología, morfología geográfica y climatología que permitiera posteriormente el estudio y descripción [de regiones y países] de las naciones del Antiguo Continente, del Nuevo Mundo, y en particular de la República Mexicana” (Menéndez, 1996, p. 119).
Los títulos por expedirse, en sentido creciente del nivel de conocimiento y años de estudio, eran el de profesor académico, profesor universitario, maestro universitario y doctor universitario; sin embargo, no se otorgaron títulos de estos dos últimos. En lo general, este plan de estudios permaneció hasta 1922 con cambios menores. Menéndez (1996) señala que, de los primeros alumnos inscritos en la enae, se graduaron en total 54 y de estos 16 fueron de la sección de ciencias sociales, políticas, jurídicas y económicas, 11 del área de ciencias geográficas e históricas, y cinco en el área de historia general (p. 126). De los 11 graduados, nueve fueron mujeres y dos hombres.
El perfil de la geografía humana y su núcleo epistemológico
En los siguientes años, Altos Estudios estuvo sujeta a cambios de carácter administrativo y adecuaciones en sus programas, en correspondencia con las necesidades educativas de la época. El cambio de nombre a Facultad de Filosofía y Letras, por decreto presidencial en 1924, fue el más importante, en virtud de que se privilegió nuevamente a la formación de profesores y exigió definir los campos de conocimiento que quedarían bajo su abrigo, proceso que en realidad tomaría casi una década y en el que incidiría también el otorgamiento de la autonomía universitaria en 1929.
En esos años, la geografía estuvo a punto de desaparecer, pues en “los preceptos académicos […] de 1926, 1928 y 1931, los contenidos geográficos solo tuvieron presencia como parte integrante de alguna especialidad” (Menéndez, 1996, p. 397). Las cátedras que se impartieron fueron Geografía Física, Meteorología y Fisiografía, Geografía Física y Geología (especialmente de México), Topografía y Geodesia. Se dictó por primera vez la cátedra de Geografía Económica de la República Mexicana, con una introducción general a la geografía económica y social, cátedra que posteriormente quedó con el nombre de Geografía Social.
Del contenido de las distintas cátedras impartidas se infiere el núcleo epistemológico a partir del cual se fue configurando el campo disciplinar de la geografía. Sobre la geografía histórica, la primera cátedra fue diseñada e impartida por Miguel Schulz, con el propósito de que el alumno examinará y comprendiera las transformaciones de la “carta política del mundo”, desde la dinámica espacial de las distintas sociedades europeas en la formación de los estados modernos territoriales y extraterritoriales, hasta los conflictos derivados de la expansión de las grandes potencias europeas (Gómez, 2012), lo que plantea de forma novedosa la construcción histórica de los territorios. Este enfoque espacio-temporal siguió presente en las cátedras de corte humano, debido a la atención sobre los cambios políticos ocurridos con la Primera Guerra Mundial y las tensiones generadas por los procesos socioterritoriales de la modernidad capitalista.
Los contenidos de las cátedras se ajustaban más a lo que se definiría años más tarde como geografía política y geopolítica, y estuvieron al frente de estas Jesús Galindo y Villa (1867-1937) y José Luis Osorio Mondragón (1885-1944). Estos profesores recuperaron el legado de Miguel Shulz y centraron el debate epistemológico sobre el objeto de estudio de la geografía en la relación sociedad-naturaleza y los conceptos de Estado, medio, región y paisaje, partiendo de las propuestas del geógrafo alemán Friedrich Ratzel y de la escuela francesa de Paul Vidal de la Blache. Las obras publicadas por estos y otros profesores, como Enrique Schulz Ricoy y Carlos Benítez Delorme, son una muestra de la asimilación y adaptación de las ideas geográficas alemanas y francesas en boga en esa época. Por su parte, en las cátedras de geografía física se incorporaron las ideas evolutivas del modelado terrestre del geógrafo estadounidense William Morris Davis. En ellas se analizaba la interacción de los fenómenos físicos y su incidencia en la superficie terrestre (Gómez, 2012).
La propuesta de la geografía humana se fundamenta en el historicismo y convive con la geografía física de corte positivista. Las cátedras de Geografía Física permanecieron sin cambios significativos en los contenidos de los programas, utilizadas como conocimientos auxiliares de otras disciplinas, por ejemplo, de la geología; el profesor con más larga permanencia en dichas cátedras fue el ingeniero geógrafo Pedro C. Sánchez (1871-1956). La cátedra de Meteorología y Climatología gozó de mayor independencia y alcance debido a la utilidad que revestían dichos conocimientos para el desarrollo de la agricultura en el país. En comparación con estas (es decir, con Geografía Física y Meteorología y Climatología), las cátedras de Geografía Humana, como se mencionó, aparecieron integradas como materias auxiliares al campo de conocimiento de la historia. Sin embargo, el trabajo docente en las aulas de Miguel Schulz, Jesús Galindo y Villa y Osorio Mondragón, así como sus participaciones en las reformas de planes y programas de estudio, fue decisivo en el avance y el anclaje institucional de la geografía humana.
El Departamento de Geografía, entre las ciencias y las humanidades. Acuerdos y avances en la delimitación del campo disciplinario
No obstante las diferencias sobre los fundamentos y orientación de las ramas física y humana de la geografía, estas no presentaron conflictos epistemológicos de fondo. De tal suerte que la diversidad teórica y metodológica fue aceptada, por lo que el profesorado se enfocó en resaltar la utilidad del conocimiento geográfico en la formación de profesores y especialistas. Esta situación favoreció la reintegración de la enseñanza superior de la disciplina en la facultad, primero de forma independiente de otras áreas del conocimiento, con la apertura en 1933 del primer nivel de estudios que otorgaba el grado de maestro en Ciencias Geográficas; mientras que en 1935 la disciplina fue integrada nuevamente a la Sección de Ciencias Históricas como subsección de Ciencias Geográficas.11 En 1937 cambió el nombre del grado a maestro en Geografía, con motivo de la creación del doctorado, lo que significó el segundo nivel de estudios de la disciplina.
En estos años, el primer plan de estudios (pe) contemplaba 13 cursos de carácter obligatorio, de los cuales tres eran propios de la disciplina (geografía física, humana y de México), tres de soporte (curso complementario de matemáticas, geología y cosmografía) y el resto eran cursos suplementarios: dos de historia, tres de antropología, el de sociología y el de economía política. En efecto, como señala Menéndez (1996), con el ordenamiento de 1935 “se adicionaron cuatro cursos nuevos”, a saber, Geografía Política, Geografía Social, Geografía Económica e Historia de la Geografía, al tiempo que se dividieron los cursos de Matemáticas en Geometría Descriptiva y Trigonometría Esférica y los de Geografía Física en Cartografía, Climatología, Orohidrografía y Biogeografía “para atender de manera más específica contenidos más concretos” (p. 398).
Aquí se advierte el esfuerzo por delimitar el campo de estudio de la disciplina, acorde con lo que se venía planteando en otras universidades del mundo. Con los nuevos cursos se buscó legitimar el lugar de la geografía dentro en las humanidades, aunque lo más relevante fue la incorporación, por primera vez, de la enseñanza de la cartografía, la cual, a decir por los cursos de Matemáticas y Cosmografía, estaba pensada como conocimiento aplicado. El experto en la materia, tanto teórica como práctica, era el profesor Pedro C. Sánchez, mientras que el curso de Cosmografía fue impartido por el ingeniero geógrafo Joaquín Gallo Monterrubio (1881-1965).
La carrera de Geografía en la Facultad de Ciencias
La reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México del 19 de octubre de 1933 otorgó la completa autonomía. En consecuencia, se inició un acelerado proceso de reformas en todas las esferas —jurídica, administrativa y académica— de la Universidad. Las reformas fueron definiendo, entre otras áreas, la estructura organizativa de la docencia con dos niveles de estudio (maestro y doctor) y la investigación bajo el esquema de la ciencia moderna. En este contexto se creó en 1937 el grado de doctor en Ciencias Geográficas,12 creado para la preparación de especialistas o profesionales en la rama de la geografía física. Asimismo, a finales de 1938 se aprobó la fundación de la Facultad de Ciencias (fc) con siete departamentos, entre ellos el de Geografía. No obstante, fue con posterioridad al documento de creación de dicha facultad que el director de la ffyl convocó a los profesores Osorio, Sánchez y Gallo para conocer su opinión del traslado de la Geografía a la Facultad de Ciencias. Todo parece indicar que los profesores Sánchez y Gallo, que impartían los cursos —como se mencionó anteriormente— de Geografía Física, Cartografía y Cosmografía, vieron como oportunidad de crecimiento el envío de la disciplina a la fc (Gómez, 2012).
Sin embargo, no fue fácil redireccionar el rumbo de la carrera y después de varias propuestas se aprobó un plan de estudios en 1940. En síntesis, las materias a cursar abarcaban los conocimientos de las subramas de la geografía física y humana, tal como se venían impartiendo, lo cual daba continuidad a la tradición de antiguos planes de estudio donde también se cursaban materias de historia y antropología, así como de sociología y economía política. Las únicas materias nuevas fueron: Etimologías y Toponimia Mexicana, Elementos de Geodesia y Astronomía, Geología Histórica, y Métodos Estadísticos. Con este plan se contrataron a profesores cuyos perfiles profesionales eran diversos, como Jorge Abilio Vivó Escoto (1906-1979), quien desempeñaría un papel muy importante en el devenir de la geografía universitaria y su profesionalización (Gómez, 2012).
Entre las dificultades que se presentaron con la puesta en marcha del PE de geografía en la Facultad de Ciencias estuvieron: el impedimento de ingreso de un gran número de alumnos porque había quedado establecido en los requisitos de ingreso el poseer el certificado de bachillerato sólo del área de ciencias físico-matemáticas; la falta de espacio para impartir las clases, así como la hostilidad de algunos profesores de otros departamentos, quienes criticaban que los estudios de geografía estaban mayormente orientados a la formación de profesores. En la primera reestructura de la Facultad de Ciencias que se llevó a cabo “con el objeto de darle una estructura más homogénea”, se acordó separar “las carreras que no tuvieran un carácter exclusivamente científico dentro del cuadro de las ciencias naturales” (Gómez, 2012, pp. 161-162). Por tal razón, el Departamento de Geografía “en donde se enseñaba las carreras de profesor de geografía y de investigador en geografía humana fue integrado nuevamente a la ffyl, por estar la primera íntimamente ligada con las ciencias de la educación y la segunda a las ciencias sociales y antropológicas que se [estudiaban] en esa Facultad” (Gómez, 2012, pp. 161-162). Aunque también se dispuso que la enseñanza de la geografía física se continuaría ofreciendo en la Facultad de Ciencias, esto nunca ocurrió.
Profesionalización de la carrera. La etapa de desarrollo y consolidación 1942-1970. El retorno de la geografía a las humanidades: la justificación epistemológica del plan de estudios de la licenciatura
Aunque el retorno de la carrera de Geografía a la Facultad de Filosofía y Letras significó un gran reto para la planta docente, así como para la reorganización de los estudios y el cambio de paradigmas, también fue una época de intenso diálogo y debate que creó un ambiente de relaciones basadas en compromisos e intereses comunes, en defensa del restablecimiento del campo disciplinario de la geografía y su profesionalización, acorde con el contexto nacional de la época. Estas relaciones tejieron una extensa malla de contactos institucionales e interinstitucionales, con conexiones internacionales, que fue integrando en el transcurso de dos décadas la primera red de geógrafos mexicanos.
En un documento enviado al rector Mario de la Cueva, fechado el 3 de marzo de 1942 y suscrito por los profesores, se expuso el carácter humanístico de los estudios geográficos, las finalidades culturales y las aplicaciones de índole social de la carrera (Gómez, 2012). En enero de 1943 se abrió nuevamente la carrera con los siguientes cursos: para 1º y 2º semestres, Complemento de Matemáticas, Geografía General, Geografía Regional, Cartografía y Dibujo Cartográfico, y Meteorología y Climatología, además de una optativa de Inglés para geógrafos; para 3º y 4º semestres, Cosmografía, Geografía Humana, Biogeografía y Antropogeografía, Geografía Histórica y Política, y Geografía de México, así como una optativa y alemán (primer curso); para 5º y 6º semestres, Topografía y Geodesia, Geología Histórica y Fisiogeografía, Geografía Económica, Geografía de América, Estadística, y Demografía, sumadas a una optativa y alemán (segundo curso). La lista de materias optativas pertenecía a los departamentos de Filosofía, Historia y Antropología. Por otra parte, ante la falta de literatura geográfica en castellano, Jorge A. Vivó logró el apoyo del Fondo de Cultura Económica y se realizó la traducción de varias obras, entre las que se encuentran Geografía Económica de C. F. Jones y G. C. Darkenwald (1944), Geografía de América: América del Norte, América Central, América del Sur de Schmieder (1946), la Climatología de Köppen (1943), la Geografía Política de Derwent Whittlesey (1948), entre otras (Gómez, 2012).
De 1943 a 1960, el PE sufrió varias reformas, como el cambio de nombre o contenido de algunas materias, la incorporación de materias regionales sobre el mundo, la inclusión de materias con nuevos contenidos como oceanografía, topografía y geodesia o conservación de recursos naturales; asimismo, se incorporaron materias pedagógicas y materias prácticas o laboratorios de introducción a la fotogrametría, meteorología y climatología, topografía y cartografía, así como geología y suelos. Durante el lapso que va de 1943 a 1953, el Departamento adquirió una colección de mapas murales, formó una mapoteca, dispuso de instrumentos de topografía y estableció una estación meteorológica que funcionó en el edificio de Mascarones, antigua sede de la Facultad (1948-1953), antes de la apertura del campus universitario (Vivó y Riquelme, 1961, como se citó en Gómez, 2012, pp. 195 y 196)), la cual posteriormente, con la compra de equipo e instrumental, fue convertida en un observatorio meteorológico que hasta la fecha opera con fines educativos y que diariamente proporciona datos a la red meteorológica nacional y de América del Norte. Con la finalidad de aplicar los conocimientos adquiridos en las aulas, en esos años se empezaron a realizar prácticas de campo, pero fue hasta la década de los sesenta cuando quedaron instituidas en el plan de estudio.
En esencia, en estos años se conservó el PE de 1943 y la disciplina que se desarrolló partía de los presupuestos de la geografía de Alfred Hettner, por lo cual, estaba orientada “al conocimiento de lugares y áreas terrestres, de acuerdo con sus diferencias y con sus relaciones espaciales” (Hettner, 1905, como se citó en Vilà i Valenti, 1968, p. 201), sin abandonar las pretensiones de síntesis y la relación hombre-medio, para situar a la región (o paisaje) en el objeto de estudio de la geografía (Gómez, 2012). En los programas de las materias, se advierte que la mayor parte de la bibliografía geográfica extranjera propuesta por los profesores era de procedencia estadounidense, lo que nos hace suponer que las ideas de Hettner llegaron a México con The Nature of Geography (1939), del geógrafo Richard Hartshorne (Gómez, 2012).
Por su parte, los profesores mantuvieron un especial interés por la geografía alemana y siguen teniendo vigencia las ideas antropogeográficas y geopolíticas de Ratzel. En estos años incorporan la geografía alemana paisajista de Norbert Krebs, Leo Waibel y Oscar Schmieder, seguramente por la presencia en México de los dos últimos, quienes recorrieron y escribieron acerca del país. Más tarde, Carl Troll es invitado a venir a México. Si bien los primeros profesores de geografía tenían cierta preferencia por las ideas geográficas alemanas de Ratzel y Richthofen, algunos de ellos se inclinaban más por las ideas de los franceses, como Martonne, Vidal de La Blache, Jean Brunhes y Camille Valleaux. En esta nueva época de la carrera, no se abandonó, como se ve, la enseñanza de la geografía regional historicista francesa y se enriqueció la formación de los alumnos con las lecturas del alemán W. Köppen, los estadounidenses Gleen Thomas Trewartha, Erwin Raiz y Carl O. Sauer, entre otros (Gómez, 2012).
Expansión de la red de profesores. Profesionalización de la carrera y la geografía aplicada
Por otra parte, en estas décadas se incorporaron a dar clases un mayor número de jóvenes egresados de la carrera, entre ellos, la primera mujer, Dolores Riquelme Vértiz. Esto fue posible gracias a un espacio que facilitó a los profesores la creación de contactos y de relaciones verticales más allá de las aulas universitarias, a saber, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (smge), cuyo fin consistía en promover y legitimar los estudios geográficos universitarios. Hubo una participación activa del profesorado en puestos claves de la Sociedad, como la vicepresidencia, secretaría general (propietario y suplente), prosecretaría, dirección de la sección de Geografía y dirección, secretaría y redacción del Boletín, así como en la participación y organización de eventos nacionales e internacionales.
Como resultado de la labor del profesorado en esta corporación científica, el 6 de junio de 1952 quedó constituido el Comité Mexicano de Geografía, que dos meses más tarde fue aprobado por unanimidad para integrarse a la Unión Geográfica Internacional. No menos importante fue el hecho de que en la smge, los profesores gestionaran y obtuvieran el reconocimiento del Estado, a través de los cual lograron la apertura de espacios laborales para los egresados de la carrera en las oficinas gubernamentales (Gómez 2012).
Un dato poco conocido de esta época es el fallido establecimiento de la carrera de Maestro en Geografía en el Mexico City College (mcg), en 1950, institución educativa que pocos años más tarde dio origen a la Universidad de las Américas. Los impulsores de este proyecto fueron tres destacados profesores de geografía de la unam: Jorge A. Vivó, Margarita Schilling y Carlos R. Berzunza, quienes impartían las cátedras de Geografía en inglés, en dicha institución. Quesada (1963) señala que la carrera desapareció a los tres años debido al cambio de orientación de los estudios en el mcg; no obstante, 10 estudiantes lograron graduarse y cinco de estos continuaron el doctorado en la unam. Este suceso es una muestra de la labor del profesorado en la difusión de la geografía universitaria.
A inicios de la década de los sesenta se expidió un ordenamiento académico en la unam, a través del cual quedaron definidos los tres niveles de estudio: licenciatura, maestría y doctorado, como hasta la fecha se encuentran organizados. Menéndez (1996) señala que se dio un reacomodo del programa académico y dentro del cuadro de asignaturas del primer nivel de licenciatura se eliminaron “aquellas programadas para formar docentes […] también se advierten ciertas innovaciones, ampliaciones y cambios menores [...], estadística se amplió de uno a dos semestres, se incorporaron contenidos nuevos [de geofísica y] fotogeografía, que comenzó a impartirse con carácter obligatorio” (p. 410).
La convergencia de intereses de los profesores y profesionales de la geografía quedó materializada el 11 de marzo de 1961, cuando se fundó la Asociación Mexicana de Geógrafos Profesionales, con la finalidad de proteger y difundir la profesión, así como fomentar la cooperación entre sus miembros. Además, ese mismo año, como parte del proyecto editorial de la facultad, inician los trabajos del Anuario de Geografía, cuyo propósito expreso consistía en reunir y difundir el trabajo realizado por el personal académico. En sus primeros tomos aparecieron artículos de corte teórico y metodológico sobre un tema geográfico en particular, tales como los estudios sobre población y otros de carácter aplicado, dirigidos a la solución de algún problema del país. Por ejemplo, vieron la luz los artículos de Jorge A. Vivó y Socorro Quesada S. “Necesidad de una reforma constitucional para mejorar la organización municipal” y de Ángel Bassols Batalla “Conceptos teóricos y bases objetivas de las Regiones Económicas” y “Estado que guarda la división regional en México”. Otros temas tratados fueron relativos a la enseñanza de la geografía en sus distintos niveles, la cartografía y el empleo de fotografías aéreas, meteorología y ampliación de la red nacional, entre otros.
El 14 de diciembre de 1967 fue aprobado un nuevo pe para la carrera de Geografía, con una duración de cinco años. En los tres primeros años se cursaban las asignaturas obligatorias y en los dos últimos las optativas agrupadas en dos especialidades: Cartografía y Geografía Aplicada. Esta última comprendía, además, las subespecialidades de Geografía Económica, Geomorfología y Geografía Médica. El adjetivo aplicado de la nueva área significó la renovación de enfoques de las asignaturas y se justificó en el sentido de que los conocimientos teóricos y metodológicos adquiridos en el aula se aplicaban en los trabajos de campo. Sin ahondar en el tema, porque sale de las pretensiones de este trabajo, sólo señalaré que, desde la década de los cincuenta, la comunidad geográfica internacional venía debatiendo en diversos foros académicos sobre la pertinencia del uso del concepto de geografía aplicada, tratando, por un lado, de reivindicar los aportes de la geografía en la solución de diversos problemas socioterritoriales de la época y, por otro, de redefinir —por la vía de la planificación territorial— su papel tradicional de ciencia al servicio de la clase gobernante. De ahí que se hablara también de geografía activa o pragmática y que incluso se acusara a algunos geógrafos de caer en el utilitarismo.
En 1960, a la sazón de los debates, aparecieron dos obras Géographie et action: Introduction à la géographie appliquée de M. Philipponneau y Applied Geography de Dudley Stamp. En 1966 se llevó a cabo la Primera Conferencia Regional Latinoamericana de Geografía de la Unión Geográfica Internacional (ugi) en la Ciudad de México. El discurso inaugural del evento fue pronunciado por Ángel Bassols Batalla, quien dijo “América Latina se encuentra en un proceso de creación económica […] Nuestro deber consiste en impulsar 1os estudios geográficos y ponerlos al servicio del progreso, con el fin de demostrar su utilidad teórica y práctica” (como se citó en Vilà i Valenti, 1968, p. 50). Esta idea era compartida por los profesores de la licenciatura y muchas de sus acciones estaban encaminadas a la diversificación de salidas profesionales. Sin embargo, también un suceso que causó gran conmoción (la muerte repentina de uno de los asistentes a la conferencia regional de Dudley Stamp) condujo a la aceptación unánime dentro del profesorado de crear el área de Geografía Aplicada para honrar la vida y obra del principal difusor de dicho concepto.
Regresando al examen del pe de 1967, la mayor novedad fue la creación de la subárea de Geografía Médica, donde se profundizaba en el conocimiento de temas relacionados con la salud y el medioambiente, en concordancia con las formas de trabajo en el sector gubernamental, ya que desde mediados del siglo xix y hasta la década de los ochenta del siglo xx, la política ambiental en México tuvo un enfoque sanitario (Pérez, 2010) y en las últimas décadas fue la Secretaría de Salubridad y Asistencia (ssa) la oficina encargada de la gestión ambiental en el país. La formación de la subárea de Geografía Médica estuvo impulsada por el profesor Carlos Sáenz de la Calzada. También se aprecia que este PE reforzó una línea formativa tradicional en la carrera del cartógrafo, impulsada por el grupo relativamente numeroso de ingenieros que impartían clases teóricas y prácticas sobre geografía física, topografía, fotogrametría, fotointerpretación, entre otras. Además, se mejoró la enseñanza de determinadas materias a través de las prácticas de campo y clases en laboratorios. Por ejemplo, desde 1969 se complementó la enseñanza de la edafología cuando comenzó a funcionar el Laboratorio de Suelos en un espacio contiguo al Observatorio Meteorológico. Dicho laboratorio sigue operando.
El plan de estudios de 1971: aciertos y agotamiento. Antiguo y moderno perfil profesional
En 1971 se modificó el PE de 1967. Se realizaron cambios mayores, pues se incrementó el número de horas de clase con la apertura de un mayor número de asignaturas optativas, prácticas de campo y trabajo de laboratorio. Además, ese mismo año fue aprobada la licenciatura en Geografía en el Sistema de Universidad Abierta, aunque por razones técnicas y de logística, por tratarse de una nueva modalidad mixta —presencial y abierta—, se abrió de forma regular años más tarde. El PE de 1971 estableció áreas y subáreas de conocimiento con el objetivo de que la enseñanza abarcara “los diferentes campos de actividad profesional”. En ciclos semestrales, la duración de los estudios se mantuvo en cinco años y se cursaban seis materias por semestre; el cómputo total a cubrir era de 60 asignaturas, 36 obligatorias y 24 optativas.
De igual forma que en el plan anterior, las asignaturas obligatorias se cursaban los tres primeros años y a partir del cuarto se podía elegir el área de Geografía Aplicada, Cartografía y Enseñanza de la Geografía. Sólo la primera área se dividía en tres subáreas para el quinto año, en Geografía Aplicada a Economía y Recursos, Geografía Aplicada a la Geomorfología, y Climatología y Geografía Médica. Con este plan aparecieron nuevas materias de carácter teórico y aplicado, tales como Geografía Regional y Prácticas, Seminario de Enseñanza de Conservación de Recursos Naturales, Bioclimatología, Geografía Rural, Antropogeografía y Geopolítica, así como varias relacionadas con el área de Geografía Médica, por ejemplo, Geografía de la Nutrición.
Como se advierte, con esta reforma no se modificó la estructura del plan anterior, sólo se cambió de especialidades a áreas, mientras que la novedad fue el fortalecimiento del perfil de egreso de más larga tradición en la licenciatura, es decir, el de enseñanza de la geografía, que si bien gozaba de un amplio consenso entre el profesorado del Colegio, fue particularmente impulsado por Jorge A. Vivó Escoto, María Teresa Ayllón Torres y Jorge Rivera Aceves, quienes también impartían clases en la especialidad de Geografía en la Escuela Normal Superior (Castañeda, 2004) y habían participado en la III Reunión Regional para el mejoramiento de la Enseñanza de la Geografía en América Latina, que se había llevado a cabo en noviembre de 1970. Por tanto, este perfil se fortaleció con materias de diversos temas geográficos, entre las que se incluían contenidos sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje provenientes de la pedagogía; además, el plan estableció como requisito obligatorio para todos los alumnos la aprobación de determinadas materias del área de enseñanza.
Una revisión somera a la bibliografía de los programas de las asignaturas nos advierte que la influencia de la geografía francesa permaneció a través de autores como Max Sorre, Pierre George, Jean Tricart, así como Yves Lacoste, por mencionar algunos, en particular de la geografía regional historicista. Sin embargo, se dio una gran apertura a escuelas y enfoques geográficos de otras latitudes, incluso de otras disciplinas, como las de los geógrafos británicos Richard J. Chorley, John P. Cole y Peter Haggett, de los geógrafos estadounidenses Carl O. Sauer y Richard Harthorner, del economista sueco Gunnar Myrdal y del biólogo estadounidense Eugene P. Odum. Asimismo, para conservar cierta distancia con la Teoría General de Sistemas de Ludwig von Bertalanffy, se promovió el enfoque holístico integrador en los estudios, lo que avalaba la extensa gama de materias ofrecidas por el pe, con las que se pretendió de alguna manera la formación interdisciplinaria de los estudiantes. No obstante, fue prácticamente nula la enseñanza del análisis espacial de la geografía neopositivista, que en otros países alcanzaba un gran desarrollo con diversos enfoques.
En la práctica: los espacios laborales del geógrafo
Durante las décadas de los setenta a los noventa, el perfil de egreso definido en el pe de 1971 respondió ampliamente a las demandas del mercado laboral. Los egresados de la carrera ocuparon distintos puestos en las oficinas gubernamentales, tanto federales como estatales, encargadas de los estudios regionales y urbanos demandados por la política de planificación territorial en auge en esas décadas, debido al crecimiento acelerado de las ciudades y las grandes disparidades regionales que experimentaba el país. Así, un grupo numeroso de geógrafos fueron empleados en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (sedue). También laboraron en la ssa, en el Meteorológico Nacional y en otras dependencias encargadas de asuntos relacionados con la población y la cultura, como el Consejo Nacional de Población (Conapo), la Secretaría de Educación Pública (sep), la Dirección General de Culturas Populares (dgcp), el Instituto Nacional Indigenista (ini) y en otras instituciones que se fueron creando como la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Instituto Federal Electoral (ife), el Instituto Nacional de Ecología (ine), la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), entre otras.
Asimismo, la docencia en instituciones públicas y privadas continuó siendo un espacio importante para el ejercicio profesional del geógrafo, principalmente en la educación media y media superior (secundarias y preparatorias). No menos importante fue la captación de geógrafos en la Comisión de Estudios del Territorio Nacional (Cetenal), oficina que más tarde fue convertida en Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (inegi, 1984) con el propósito de centralizar los estudios geográficos y estadísticos que se realizaban en las distintas dependencias gubernamentales. Desde sus inicios, esta dependencia mantuvo estrecha comunicación con las autoridades del Colegio de Geografía. A través del otorgamiento de becas a estudiantes de los últimos semestres o mediante la realización del servicio social, se seleccionaba para su futura contratación a los alumnos con mayores habilidades en los distintos procesos de elaboración de las cartas.
El contexto nacional y la exigencia de cambio de plan de estudio
A la par de la demanda de geógrafos en las oficinas gubernamentales y en la educación media y media superior, se duplicó la matrícula, que pasó de 90 estudiantes en 1974 a 180 en 1994. Si bien, por espacio de más de dos décadas, el PE de 1971 de la licenciatura en Geografía de la unam preparó a los estudiantes acordé con las necesidades del mercado laboral, en el ocaso del siglo xx empezó a mostrar graves deficiencias, incluso puede afirmarse que quedó obsoleto frente al cambio de rumbo de la economía del país, con la implementación de políticas públicas de corte neoliberal que privilegiaron los análisis económicos macro y micro, pero que dejaron en segundo plano la dimensión territorial en las políticas de desarrollo. A esto habría que sumar el impacto de la aparición de los Sistemas de Información Geográfica (sig) que revolucionaron las formas de almacenamiento de información geográfica, y los métodos y técnicas en el diseño cartográfico.
Pese al atraso en la renovación del PE, los profesores fueron incorporando en sus clases los avances teórico-metodológicos y tecnológicos de la disciplina. Desde el punto de vista operativo “se formó en agosto de 1988 una Comisión para la revisión y elaboración de las modificaciones necesarias” contenidas en el Resumen Ejecutivo Proyecto de Modificación del Plan y Programas de Estudio de la Licenciatura en Geografía (repmpeg) (unam, 2008a, p. 2). Como primera medida encaminada a flexibilizar la realización de los estudios, la comisión solicitó y aprobó la eliminación de “la seriación de las materias que se venía practicando […], salvo en los casos expresos donde el mismo plan lo especificara” (unam, 2008a, p. 2), y se recomendó que la comisión continuara con los trabajos de elaboración de un nuevo PE. Un año más tarde, la comisión recogió por escrito la opinión de los distintos sectores de la comunidad geográfica —profesores, alumnos y profesionistas— como resultado de la convocatoria “Propuestas de agenda y mecanismos de trabajo” que había emitido. La comisión continuó trabajando con muchos altibajos debido a los cambios parciales o totales de sus integrantes; no obstante, buscó el acercamiento y el diálogo con la comunidad por medio de la organización de seminarios, mesas de trabajo y eventos (unam, 2008a, pp. 2-3).
En 1997, la dirección de la FFyL puso en marcha un programa global de reforma de planes de estudio. La primera reunión de trabajo de cada licenciatura por separado se llevó a cabo en Oaxtepec, Morelos, y fue invitada a participar toda la planta docente. Así, del 26 al 28 de mayo se reunió el profesorado del Colegio de Geografía y la comisión en turno presentó una propuesta de PE donde se recogían nueve años de trabajo. En opinión de muchos profesores asistentes, la propuesta de plan era incipiente, lo que dio paso a intensos debates entorno a las corrientes y paradigmas en la geografía, lo cual fue el inicio que marcaría el trabajo de la Comisión Revisora del Plan de Estudios en los siguientes 12 años. Conforme avanzaban los trabajos de revisión se sumaron, a las disputas epistemológicas, las de carácter político. Algunos profesores y alumnos criticaban la falta de pluralidad y representatividad de los distintos sectores de la comunidad y de espacios para el diálogo y consenso de la nueva estructura curricular, selección de asignaturas y contenido de estas.
La mayor reticencia se dio de parte de un grupo de profesores con más antigüedad en la impartición de clases respecto a la incorporación de la corriente de la geografía crítica. Sin embargo, terminaron aceptando su inclusión en los contenidos de la asignatura obligatoria de Espacio Geográfico y en dos optativas (Sociedad y Naturaleza, y Espacio y Tiempo), materias que formalizaron la lectura de autores como Henri Lefebvre, David Harvey, Neil Smith, Milton Santos, entre otros. El tiempo que tardó el diseño y aprobación de un nuevo PE es la prueba de las discrepancias e incluso de los antagonismos que se dieron al interior de la comunidad del Colegio de Geografía.
El plan de estudios de 2009. Entre la teoría y la práctica profesional. Comparativo con el plan de 1971
Finalmente, en 2008, se aprobó la reforma del PE, con lo que culminaron los trabajos de la Comisión Revisora del Plan de Estudios y de la planta docente que elaboró los programas de las asignaturas. De acuerdo con el calendario escolar de la unam, el nuevo PE de la licenciatura entró en vigor en agosto de 2008 con el inicio del ciclo escolar 2009. En esta ocasión se trató de una reforma en el sentido que se realizaron cambios mayores en su estructura y duración. Las áreas cambiaron por tres líneas de orientación indicativa o pre-especialización: Geografía Física, Geografía Humana y Cartografía y Geomática. El cómputo total de asignaturas por cubrir se redujo de 60 a 56 y la duración de los estudios disminuyó un año, por tanto, durante los cuatro años de estudio se cursaban siete asignaturas por semestre.
En cuanto al carácter de las asignaturas, se mantuvo en 36 el número de las obligatorias, se redujo de 24 a 17 las optativas y se establecieron tres asignaturas obligatorias de la línea de orientación indicativa. En total “las asignaturas obligatorias son 39 […], se cursan entre el primero y el séptimo semestres […]. Las asignaturas obligatorias de elección se cursan en el sexto semestre [...] y las asignaturas optativas pueden cursarse a partir del cuarto semestre” (unam, 2008a, p. 12). Asimismo, no existe la seriación estricta de asignaturas (la obligatoriedad de aprobar una materia para inscribirse a otra), sino que esta solo es “indicativa” o recomendada, con el propósito de que la realización de los estudios sea flexible (véase figura1). Por el tipo de asignatura, el plan de estudios señala que se disminuyó de manera importante el número de asignaturas teóricas, de 41 a 8, mientras que las asignaturas teórico-prácticas aumentaron de 19 a 48. De las 36 obligatorias, 34 tienen la modalidad de curso, cuatro de laboratorio y una de seminario (unam, 2008a).
Como se puede ver en la figura 1, dentro de las obligatorias se conservan las materias tradicionales de las dos grandes ramas del conocimiento geográfico y de la cartografía, en concordancia con las líneas de orientación indicativa; además, se refuerza la historia de la disciplina con tres asignaturas; también, se reduce a dos cursos el estudio de regiones (Geografía de América y de México); y, finalmente, la enseñanza de la geografía casi desaparece al quedar representada con tan sólo un curso de carácter obligatorio.
La lista de asignaturas optativas por orden alfabético son las siguientes: Agroclimatología 1 y 2, Bioclimatología, Cartografía 2, Cartografía Automatizada 1 y 2, Cartografía Matemática 2, Cartografía Temática, Climatología 2, Climatología Médica, Ecología, Economía Política, Elaboración y Evaluación de Proyectos, Espacio y Tiempo, Estudio de Nombres Geográficos, Fitogeografía, Fotogrametría 1 y 2, Fotointerpretación 1 y 2, Geodesia 2, Geografía Ambiental, Geografía Cultural 1 y 2, Geografía de Asia, África y Oceanía, Geografía de Campo, Geografía de Europa, Geografía de la Población 2, Geografía de los Océanos 2, Geografía de los Riesgos, Geografía de los Suelos, Geografía del Género, Geografía Histórica, Geografía Histórica de México, Geografía Médica 1 y 2, Geografía Política de México, Geografía Rural 2, Geografía Urbana, Geografía y Administración, Geografía y Derecho, Geomorfología Aplicada, Geomorfología Dinámica, Geomorfología Estructural, Geomorfología Fluvial, Hidrogeografía 2, Historia de la Cartografía, Historia de la Cartografía en México, Historia de la Geografía en México, Laboratorio de Estadística (Diseño de Muestreo en Geografía), Manejo de Información Geográfica Digital y Métodos Cartográficos, Medicina Básica para Geógrafos, Métodos de Análisis Regional, Métodos y Técnicas en Geomorfología, Naturaleza y Sociedad, Ordenamiento y Gestión Ambiental, Percepción Remota, Planeación General y Regional, Planeación Urbana, Recursos Naturales 2, Seminario de Cartografía, Seminario de Enseñanza de Geografía Económica, Seminario de Enseñanza de Geografía en Bachillerato, Seminario de Enseñanza de Geografía en Secundaria, Seminario de Enseñanza de Geografía Política, Seminario de Geografía Física, Seminario de Geografía Humana, Seminario de Geografía Regional de México 1 y 2, Seminario de Titulación 2, Sistemas de Información Geográfica 1 y 2, Sistemas de Posicionamiento Global, Biogeografía, Temas Selectos de Geografía Económica, Temas Selectos de Geografía Política, Temas Selectos de Recursos Naturales, Topografía y Zoogeografía. En 2011 se aprobaron dos optativas más, Geografía y Migraciones, y Geografía y Ética.
Figura 1. Mapa curricular de la licenciatura en Geografía, plan 2009
Notas: ht = Horas teóricas; th = Total de horas. Es recomendable que el alumno curse las Asignaturas en el orden que se indica en el mapa curricula
Fuente: unam, 2008a, p. 14.
Continuidades y avances
En la estructura del plan se advierte que, sin mayores complicaciones, se mantiene la división tradicional de la Geografía (Física y Humana), y en la misma jerarquía se coloca a la Cartografía. Se partió de viejos enfoques disciplinares arraigados en la carrera para fundamentar el pe, de ahí que se defina que “la Geografía es la ciencia que estudia y analiza el espacio geográfico (físico y social) a partir de metodologías específicas, en la búsqueda de un mejor aprovechamiento de los recursos naturales en escalas general, regional y local, mediante la planeación y el ordenamiento territorial” (unam, 2008a, p. 5). Esta visión reduccionista se reitera de manera renovada en el uso de los principios geográficos metodológicos de Emmanuel D’Martone, cuando se señala que “en primer lugar, existe consenso en que la Geografía es la ciencia del espacio y que los geógrafos se hacen cuatro preguntas básicas: ¿Dónde se localizan las cosas y los fenómenos en la superficie de la Tierra? ¿Por qué se localizan en ese lugar?, ¿Cuáles son las diferencias entre los lugares? y ¿Cómo interactúa la gente con su ambiente?” según el Proyecto de Modificación del Plan y Programas de Estudio de la Licenciatura en Geografía (pmpeg), (unam, 2008b, p. 19). Por otra parte, se menciona que “la disciplina, sin duda, tiene mucho que aportar, sin abandonar su tradición de ser una forma de ver al mundo: científica, ética y estética, con fines de síntesis de los elementos naturales y sociales”, lo cual respalda la visión holística integradora en la disciplina (unam, 2008b, p. 12 y 13).
Si bien dentro de las novedades del PE se encuentra la incorporación de la geografía cultural, no quedaron contemplados los enfoques epistémicos de la geografía humanística posmoderna de la corriente de la geografía fenomenológica o postfenomenológica. Los conceptos que preferentemente se trabajan en las materias o asignaturas son espacio geográfico, territorio y región, y aunque aparecen nuevas materias como Geografía Cultural y Geografía y Género, se ha restado importancia al estudio del paisaje o lugar. Sin embargo, en la práctica se han logrado avances significativos en campos novedosos, pues cuerpos de materias favorecen la preespecialización de los estudiantes en Geografía ambiental, Geografía de riesgos, Sistemas de Información Geográfica de alta demanda en el mercado laboral y también se preespecializan en análisis socioterritorial, ya sea para emplearse o bien para continuar con estudios de posgrado.
En cuanto a la infraestructura con la que cuenta la licenciatura, en particular para la enseñanza práctica de determinadas materias, se cuenta con una bodega de material topográfico, un salón de cartografía y una sala de cómputo en la facultad y fuera de ella (a un costado de la Alberca Olímpica, se ubica el Observatorio Meteorológico y el Laboratorio de Suelos mencionados anteriormente). En el 2010 y 2016, estos espacios fueron rehabilitados: el observatorio y el laboratorio tuvieron una notable mejoría en cuanto a equipamiento y en el área aledaña a estos se instaló un invernadero destinado a las horas prácticas de la asignatura de Agroclimatología. Sin embargo, la falta de insumos para la enseñanza de las asignaturas de la línea indicativa de Cartografía es una queja recurrente del profesorado, en particular la adquisición de software especializados, pues la facultad no cuenta con una partida presupuestal específica para la compra de este tipo de insumos. Asimismo, las prácticas de campo están contempladas como elemento importante en la formación de los alumnos, y estas se realizan a solicitud del profesorado y de acuerdo con el reglamento y calendario establecido por la facultad para todas las licenciaturas.
La planta docente del Colegio de Geografía está compuesta por alrededor de 110 profesores, de los cuales, la gran mayoría son de asignatura, mientras que sólo 16 son de tiempo completo. En calidad de profesorado de asignatura participan ocho investigadores del Instituto de Geografía y tres del Instituto de Investigaciones Económicas. Casi en su mayoría los profesores son geógrafos, los profesores formados en otras disciplinas provienen de relaciones internacionales, ingeniería, economía, biología y antropología, mientras que son pocos los profesores formados en otras disciplinas. En comparación con otras décadas de la licenciatura, es mínima la presencia de los ingenieros y su participación se limita a la enseñanza de la geografía física, geomorfología y algunas materias relacionadas con la cartografía.
Para finalizar, algunos datos de la licenciatura
En 2004 ingresaron a la carrera 134 alumnos, quienes se sumaron a los 494 de la población escolar existente. A partir de ese año incrementó la matrícula, con registros récord de ingreso en los años de 2011, 2012 y 2014 con 217, 215 y 214 inscritos, respectivamente. La población escolar en 2015 era de cerca de mil alumnos, contando a aquellos estudiantes del plan de estudios de 1971 que se encontraban finalizando sus estudios. En 2017, el ingreso descendió a 135 inscritos y esa cifra casi se ha mantenido. En el sitio web de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa de la Universidad se informa que “el número de aspirantes a ingresar a la licenciatura para el ciclo escolar 2019-2020 fue de 554, pero la oferta de lugares disponibles solo fue de 200” (unam, s.f.). La cifra de alumnos inscritos en primer ingreso, es decir, que cubrieron todos los requisitos, fue de 134 (unam, 2021). La aceptación de sólo el 25 % de la demanda ocurre también en otras licenciaturas de la FFyL y las matrículas de primer ingreso se mantienen estables debido a la falta de espacio en la facultad. Aquí es oportuno señalar que el cambio a la modalidad en línea de los cursos, a causa de la pandemia de COVID-19, tuvo un fuerte impacto en la permanencia de los estudiantes inscritos, pero no modificó la demanda y el ingreso, ya que las cifras se mantuvieron como en otros años. En cuanto a los egresados, en la última década se recibieron alrededor de 80 alumnos cada año. Se estima que el Colegio de Geografía tiene un índice de titulación medio alto con relación con otras licenciaturas de la FFyL. Entre 2017 y 2018 se aplicó una encuesta a 63 egresados y se encontró que “…a los tres y cuatro años del egreso, el 92% […] se desempeñan como empleados y 8% restante en autoempleo como propietarios, socios de una empresa, o como trabajadores independientes. De todos ellos, 88% tiene un trabajo relacionado con su profesión” (unam, s.f.b).
Para finalizar quisiera señalar que, en la última década del presente siglo, el programa de la licenciatura en Geografía de la unam ha ocupado un lugar importante en el ranking internacional, situándose en el primer lugar a nivel Iberoamérica. Los parámetros que posicionan al programa son su antigüedad, el número de egresados año con año, la diversidad de contenidos del plan de estudios y el porcentaje de empleabilidad de sus egresados en su campo de estudio. En el 2019, el qs World University Rankings by Subject ubicó a la licenciatura en el top 50 del mundo, junto con la de ingeniería civil (unam, 2019).
Referencias
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Gómez Rey, P. (2012). Las redes de colaboración en la construcción del campo disciplinario de la Geografía en la Universidad Nacional Autónoma de México, 1912-1960. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Geografía.
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