VI. EFICIENCIA TERMINAL Y TITULACIÓN DE LA LICENCIATURA EN GEOGRAFÍA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ - Oscar Reyes Pérez, Ana Karen Montoya Tristán, Valente Vázquez Solís

https://doi.org/10.52501/cc.060


Oscar Reyes Pérez


Ana Karen Montoya Tristán


Valente Vázquez Solís


Dimensions


VI. Eficiencia terminal y titulación de la Licenciatura en Geografía de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí

Oscar Reyes Pérez38

Ana Karen Montoya Tristán39

Valente Vázquez Solís40

Resumen

Tal como ocurrió con la UdeG, este capítulo surge después de una publicación con características muy semejantes a las requeridas originalmente para esta obra, a saber, en el libro 70 años del Instituto de Geografía: Historia, actualidad y perspectiva. Por tanto, con el afán de mantener las colaboraciones de todas las instituciones de enseñanza geográfica, aquí nos encontramos con un producto más puntual, que revela algunos de los aspectos más destacados en materia de eficiencia terminal y titulación, de la carrera de Geografía y dos más que forman parte de la Coordinación de Ciencias Sociales, es decir, los resultados derivados del proceso de enseñanza-aprendizaje y profesionalización de esta disciplina en la uaslp. Lo anterior considera, en primera instancia, el posicionamiento de las ciencias sociales en el escenario de la educación superior del país (en especial de la antropología, la geografía y la historia), a través de la dinámica de su matrícula en general y de su comportamiento específico de los programas en la propia uaslp. Se pone especial atención al trayecto escolar y la titulación de egresados de cada uno de los programas, con énfasis en la licenciatura en Geografía.

Palabras clave: eficiencia terminal, titulación, geografía, San Luis Potosí.

Introducción

La educación superior es un componente fundamental para el desarrollo social y económico de un país; por ello, los estudiantes deben titularse en tiempo y forma, tanto para integrarse al ámbito laboral como para seguir preparándose en estudios de posgrado. Sin embargo, factores de diversa índole afectan la eficiencia terminal y la obtención del título profesional. En relación con estos indicadores, el trabajo ofrece un análisis de los avances y retos de la licenciatura en Geografía de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades (fcsyh) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (uaslp). Para tal fin, se hizo una comparación de la trayectoria de 16 de sus generaciones con las correspondientes a las de las licenciaturas en Historia y Antropología, programas educativos con los que en 2002 se integró como parte de la oferta educativa de esta universidad. De tal forma, fue posible identificar las estrategias que fueron exitosas para que los estudiantes pudiesen presentar sus exámenes profesionales.

Para tal efecto, el capítulo se estructura en varios apartados que destacan las aspiraciones de la educación universitaria y la posición de las Ciencias Sociales en México, la importancia de la eficiencia terminal y la titulación como ejes articuladores de la trayectoria escolar en las licenciaturas de Antropología, Geografía e Historia. Asimismo, se revisa su contexto en la educación universitaria en México y como parte de la oferta educativa de la uaslp, para más tarde revisar el objeto central: ingreso, egreso y titulación de las tres carreras, logros, retos y áreas de oportunidad en la materia.

Aspiraciones de la educación universitaria y la posición de las ciencias sociales en México

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (unesco), en el contexto del desarrollo social, considera la educación superior como un elemento fundamental que permitirá poner fin a la pobreza, mejorar la salud, elevar los niveles de bienestar, alcanzar la igualdad de género, contar con trabajo decente, incentivar el crecimiento económico, promover la producción y consumo responsable, contar con paz y justicia, así como disponer de instituciones sólidas (unesco, 2019). Por tanto, la misión a la que se debe aspirar es formar profesionales altamente calificados que sean capaces de comprender los problemas del presente y que tracen el camino que permitirá atender las necesidades presentes y futuras de la sociedad. En otras palabras, es indispensable disponer de ciudadanos que contribuyan activamente en el desarrollo cultural, social y económico, que hagan aportaciones significativas a la investigación científica y tecnológica, y que protejan y consoliden los valores de la sociedad (unesco, 1998).

En relación con lo anterior, la tabla 1 sintetiza los acuerdos que se han establecido en las conferencias mundiales sobre la educación superior que se llevaron a cabo en 1998 y 2009. Como puede apreciarse, la conferencia de 2009 recogió los planteamientos hechos nueve años atrás, los amplió en sus aspiraciones y los adecuó ante los nuevos escenarios que se advertían en el mundo. En este contexto, para México, la educación se concibe como un instrumento vital para su modernización (Cruz López y Cruz López, 2008) y en el caso del nivel superior, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (anuies, 2019) considera que las políticas públicas y la innovación del propio sistema cobran importancia al propiciar el desarrollo social y humano del país.

En 2020, el gobierno de México informó que de las más de 126 millones de personas que habitan el territorio nacional (inegi, 2020), 4 061 644 eran estudiantes universitarios (2 062 566 mujeres y 1 999 078 hombres) en la modalidad escolarizada, cifra a la cual debe restársele aproximadamente un 7.4% que corresponde a la deserción (sep, 2020). Estos datos cobran mayor relevancia si se toma en cuenta que de cada 100 estudiantes que entran a la primaria, sólo 53 concluyen la preparatoria y de estos una proporción importante41 no logra ingresar a la educación superior (imco, 2019).

Tabla 1. Lineamientos de la educación superior según la unesco

Nueva visión de la Educación Superior, 1998
  • Igualdad de acceso.
  • Fortalecimiento de la participación y promoción del acceso de las mujeres.
  • Promoción del saber mediante la investigación en los ámbitos de la ciencia, el arte, las humanidades y la difusión de sus resultados.
  • Orientación a largo plazo fundada en la pertinencia.
  • Reforzamiento de la cooperación con el mundo del trabajo, así como análisis y previsión de las necesidades de la sociedad.
  • Diversificación como medio de reforzar la igualdad de oportunidades.
  • Evaluación de calidad.
  • El potencial y los desafíos de la tecnología.
  • Reforzamiento de la gestión y el financiamiento de la educación superior
Plan de acción para la Educación Superior, 2009
  • Incrementar la inversión en educación superior.
  • Asegurar la inversión adecuada en educación superior.
  • Reforzar sistemas apropiados de aseguramiento de calidad.
  • Intensificar la formación docente.
  • Garantizar el acceso de las mujeres a la educación superior, así como su participación y éxito.
  • Garantizar acceso equitativo.
  • Desarrollar mecanismos que contrarresten los impactos negativos de la fuga de cerebros.
  • Apoyar una mayor cooperación regional en el área de la educación superior.
  • Habilitar a los países menos desarrollados para que aprovechen las oportunidades ofrecidas por la globalización.
  • Perseguir las metas de equidad, calidad y éxito.
  • Incentivar el interés por la carrera académica, asegurando respeto por los derechos y adecuadas condiciones laborales del personal académico,
  • Garantizar la activa participación de los estudiantes,
  • Combatir las usinas de títulos,
  • Desarrollar sistemas de investigación más flexibles y organizados que promuevan la excelencia de la ciencia y la interdisciplinariedad.
  • Apoyar la integración más completa de las tic.

Fuente: elaboración propia con base en la unesco (1998 y 2009).

Ante un escenario poco alentador, la anuies ha planteado diversas directrices para mejorar la educación superior en México, por ejemplo: el fortalecimiento de la gobernanza de este nivel educativo, la ampliación de su cobertura con calidad y equidad,42 el ejercicio pleno de la responsabilidad social, la creación en el corto plazo de una nueva plataforma de políticas educativas, el diseño de un nuevo modelo de calidad centrado en los resultados del proceso de aprendizaje de los estudiantes, la creación del Sistema Nacional para la Evaluación y Acreditación de la Educación Superior y el impulso a la internacionalización (anuies, 2018).

Para el caso de las ciencias sociales en México, debe decirse que, en enero de 1977, a 47 años de haberse creado el Instituto de Investigaciones Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) y a 34 años de fundarse el Centro de Estudios Sociales de El Colegio de México (Giorguli y Solórzano, 2019), surgió el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (Comecso) (Puga, 2012), lo que creó en el país un hito en la docencia e investigación en estas áreas del conocimiento.

Ahora bien, durante la primera mitad de los años setenta del siglo pasado, el crecimiento de la educación universitaria en México tuvo un empuje significativo debido a la intención del gobierno del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) para enfrentar la crisis política, que heredó a raíz del movimiento estudiantil de 1968. Por tanto, si se toma como referencia a los 115 797 estudiantes que en el área de ciencias sociales y administrativas registró la anuies en 1971, puede valorarse el trabajo que a partir de 1977 llevaron a cabo los 11 centros, institutos o facultades que realizaban docencia e investigación en ciencias sociales, para captar el interés de jóvenes egresados de bachillerato, ya que, en 1985, la matrícula ascendió a 423 382 estudiantes y en 2009 llegó a 1 048 232 estudiantes (Puga, 2012).

A su vez, en 2015, el número de instituciones de educación superior vinculadas a las ciencias sociales ascendió a 831, de las cuales el 80% son privadas y el otro 20%, públicas. Sin embargo, aunque se han expandido y descentralizado, lo cierto es que en el proceso han generado una importante heterogeneidad regional,43 por ejemplo, mientras que los estados situados al noroeste del país contabilizan 89, las entidades federativas del sur y sureste concentran 231. No obstante, estas cifras distorsionan la situación real,44 toda vez que algunas instituciones se dedican exclusivamente a la docencia e investigación en ciencias sociales y otras sólo lo hacen parcialmente, ya que son parte de una oferta educativa más amplia (Puga y Contreras, 2015).

Además, ante la necesidad de comprender los cambios suscitados por la globalización y otros procesos (tales como la dinámica de las grandes concentraciones urbanas, la búsqueda de la democracia, la lucha por los derechos humanos, la conformación de nuevos bloques económicos, las innovaciones tecnológicas, la degradación ambiental y el principio de la sociedad del conocimiento), las ciencias sociales y humanidades han tenido que ajustarse a las nuevas demandas del siglo xxi, pues bajo la concepción de costo-beneficio, varios programas educativos se han encontrado ante la disyuntiva de ser suspendidos temporal o definitivamente (Zamitiz, 2015).

Lo anterior puede apreciarse en el informe hecho por la unesco al revelar que “la tendencia del paisaje de las ciencias sociales en el ámbito mundial es hacia la fragmentación, la falta de pluralismo y la separación entre la labor científica y las necesidades sociales” (unesco y Foro Consultivo Científico y Tecnológico Consultivo, 2011). En consecuencia, es inevitable cuestionar el gasto que se hace en ellas, pues a diferencia de otras áreas, sus aportaciones no siempre tienen un impacto en la actividad productiva que pueda medirse de forma inmediata y directa (Giorguli y Solórzano, 2019).

Por ello, los académicos se ven forzados a la producción científica masiva y a demostrar que pueden contribuir a la solución de las diferentes problemáticas que aquejan el planeta; por su parte, los estudiantes evidencian una preocupación constante de sentir que tienen un papel útil para la sociedad. Así, ante los sucesivos recortes financieros a la educación universitaria y el imperativo de aportar al análisis y comprensión de los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo, se generan nuevos perfiles y se reestructuran los planes de estudio para transitar de la ciencia básica o teórica a una ciencia aplicada teórica (Zamitiz, 2015).

Eficiencia terminal y titulación como ejes articuladores de la trayectoria escolar

Entre las corrientes de pensamiento que reflexionan sobre la trascendencia de la trayectoria escolar, como una expectativa de los procesos educativos en todos los niveles escolares, la literatura especializada sobre investigación educativa permite reconocer algunas marcadas tendencias sobre el significado de la eficiencia terminal y la titulación como dos componentes sustanciales de aquella.

En este contexto, la trayectoria escolar emerge en el ámbito nacional como un mecanismo para medir los resultados de las estrategias y acciones implementadas en materia educativa. Antecedentes seculares de la eficiencia terminal como un indicador de excelencia educativa se reconocen en la reforma educativa de 1977, la cual fue llevada a cabo por la Secretaría de Educación Pública, y en donde se asume como una relación aritmética “entre el número de alumnos que egresan de un determinado nivel educativo en un ciclo escolar, por cada cien alumnos de la cohorte inicial del mismo nivel” (sep, 2019), o bien como el “porcentaje de alumnos que concluyen satisfactoriamente un nivel educativo, respecto al número de alumnos inscritos en el último grado del nivel educativo en cuestión” (sep, 2006). En sí, el “éxito” de la eficiencia terminal refleja la eficacia para retener alumnos en toda la etapa de su formación educativa.

Un análisis que trasciende esta perspectiva numérica pone de manifiesto el carácter complejo y polisémico de la eficiencia terminal (en tanto depende de numerosos factores y tiene implicaciones de fondo) y sobre el cual autores como Cuéllar y Bolívar (2006) discuten si se debe reconocer como un fin en sí o bien constituye un parámetro de medición —pero no el único— de la calidad educativa en un sentido más amplio.

Otros autores como Pérez (2006) reconocen que, desde el decenio de los noventa del siglo xx, se observa una marcada tendencia a preconizar la evaluación de la eficiencia terminal como el fin supremo de la excelencia académica. Por otro lado, este autor coincide con los autores anteriores al cuestionar si dicho índice dimensiona con claridad la forma en que los programas de educación universitaria cubren sus objetivos, toda vez que la evaluación educativa actual se centra en criterios numéricos, no así en la construcción de aprendizajes.

En este contexto, la trayectoria académica tiene una notable correlación con la permanencia de los estudiantes en un programa educativo. Tal y como lo sugieren Velázquez y González (2017), existen factores intrínsecos —motivación, compromiso, actitudes y comportamiento—, así como otros de origen exógeno asociados al contexto socioeconómico de donde provienen, condiciones que en conjunto deben ser examinadas para entender esta variable en sus múltiples manifestaciones.

Al respecto, la multiplicidad de corrientes investigativas sobre este enfoque sugiere temáticas que privilegian el análisis de las causas del abandono escolar, dimensión opuesta a la que valora la eficiencia terminal, lo que permite entender mejor las circunstancias que interrumpen el proceso educativo (Castro y Rivas, 2006; Fonseca y García, 2016). Otras se interesan en ahondar sobre las consecuencias derivadas de este proceso (Vásquez et al., 2009), en tanto que la anuies, principal organismo que congrega a las instituciones de educación superior, la observa como un instrumento que la política pública debe considerar para abatir los problemas derivados del rezago educativo (anuies, 2019). Por añadidura, el ámbito de la rendición de cuentas constituye un indicador que las instituciones de educación superior deben tomar en consideración para acceder a financiamientos gubernamentales, mantener los existentes o bien justificar los ya ejercidos (Rodríguez Jiménez et al., 2003).

En el panorama de la evaluación educativa, la titulación es un eje que plantea un problema similar. Sin embargo, y aunque la sep no la incluye como indicador en el marco referencial que propone, organismos certificadores como los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (ciees), la Asociación para la Acreditación y Certificación en Ciencias Sociales (Acceciso) y el Consejo para la Acreditación de Programas Educativos en Humanidades (Coapehum) consideran indicadores sobre el tema en sus instrumentos de evaluación de los programas educativos. Por ejemplo, la sección “Egreso del programa”, especifica que se “evalúan las condiciones que ofrece el programa para que los estudiantes cuenten con un procedimiento pertinente y reglamentado para titulación u obtención de grado” (ciees, 2018, p. 12), a través de opciones diversas para lograr dicho objetivo sin menoscabo de la calidad académica que debe sustentarlas.

Por otra parte, estos organismos evaluadores relacionan la titulación con la eficiencia terminal y la obtención del grado. Al respecto, Coapehum (2016) incorpora estos rubros en los indicadores para evaluar una sección denominada “Estudiantes”, y se complementa con la especificación de reglamentos, opciones de titulación acordes con el modelo educativo que puede incluir productos diversos, tales como la tesis, tesina, proyectos u otros programas de tutoría o acompañamiento como apoyo para la titulación. También se evalúan las estrategias y mecanismos implementados por la institución evaluada para incrementar el índice de titulación y establece un umbral superior al 50%, por cohorte generacional, para medir la eficiencia terminal del programa.

Estos componentes se examinarán en el presente trabajo con el enfoque que establece la sep-anuies, dado que las licenciaturas objeto de estudio del presente texto pertenecen a una universidad pública cuyos parámetros de evaluación corresponden con los anteriormente expuestos.

Contexto de la antropología, geografía e historia, su contexto en la educación universitaria en México

En cuanto a la enseñanza-aprendizaje de nivel superior de estos tres campos disciplinares del conocimiento científico, la historia tiene mayor presencia en el país, la antropología se sitúa en segundo lugar y la geografía tiene una representación mínima (véase figura 1). De hecho, con base en el seguimiento estadístico que la anuies hace de la educación superior, pueden identificarse tres hechos: el primero consiste en que las regiones centro-sur y área metropolitana concentran el mayor número de programas educativos; el segundo evidencia que en la región noroeste ninguna universidad privada o pública oferta la licenciatura en Geografía; el tercero muestra que la antropología, al no ser parte de los planes educativos del nivel básico, no forma docentes en esta área del conocimiento (véase tabla 2).

Figura 1. Programas educativos de nivel superior en Antropología, Geografía e Historia en México, por región, 2018

Image

Fuente: anuies, 2018.

Al revisar la matrícula de estos programas educativos de enseñanza superior, en los ciclos escolares de 2015 a 2018, los datos muestran que las licenciaturas en Antropología evidencian tendencias a la baja en las regiones centro-sur y noroeste, para las de Historia ocurre en el noreste y en el sur-sureste, mientras que en el caso de las de Geografía, esta situación se da prácticamente en todas las regiones (véase tabla 3).

Lo anterior ocurre por lo general porque la demanda de ingreso en estos programas educativos es menor a su oferta, debido a los índices de deserción escolar y el número de egresados que algunas veces reúne estudiantes de varias generaciones. Sobre esto último, al comparar las cifras de egresados de los años 2016 a 2018, en relación con las de 2015, las licenciaturas de Antropología e Historia evidencian repuntes prácticamente en todas las regiones. Este logro puede asociarse con dos hechos: que los estudiantes irregulares terminan por aprobar todas las asignaturas de sus planes de estudio y que cada entidad universitaria implementa estrategias y acciones para mejorar este indicador. Ahora bien, las licenciaturas en Geografía presentan avances menos significativos y, en el caso de la región metropolitana, existe una tendencia negativa (véase tabla 3).

Tabla 2. Programas de estudio de licenciatura en Antropología, Geografía e Historia en México, por región, 2014-2018

Regiones Licenciatura
Universitaria y tecnológica En educación normal
Ciclos escolares
2014 2015 2016 2017 2018 2014 2015 2016 2017 2018
Antropología
Centro-occidente 2 2 2 2 2
Centro-sur 8 7 7 7 8
Metropolitana 8 8 9 9 9
Noreste 3 4 3 3 3
Noroeste 4 4 4 4 4
Sur-sureste 9 9 9 9 10
Total 34 34 34 34 36
Historia
Centro-occidente 8 8 8 8 8 8 8 71 6 7
Centro-sur 13 13 12 12 14 17 15 13 10 15
Metropolitana 15 15 15 16 17 2 2 4 4 8
Noreste 6 6 6 6 7 9 9 8 6 8
Noroeste 6 6 6 6 6 5 5 5 5 7
Sur-sureste 6 6 7 7 7 5 4 3 2 4
Total 54 54 54 55 59 46 43 40 33 49
Geografía
Centro-occidente 1 1 1 1 2 4 4 4 3 5
Centro-sur 2 2 2 3 3 3 1 2 2 5
Metropolitana 4 4 4 4 4 3 3 3 3 4
Noreste 1 1 1 1 1 4 4 4 4 4
Noroeste 0 0 0 0 0 2 2 2 2 1
Sur-sureste 1 1 1 1 1 3 2 1 1 2
Total 9 9 9 10 11 19 16 16 15 21

Fuente: anuies (2018).

Tabla 3. Dinámica de la comunidad estudiantil de los programas educativos universitarios en Antropología, Geografía e Historia, por región, 2015-2018

Regiones Licenciaturas universitarias y tecnológicas
Matrícula Egresados Titulados
Ciclos escolares
2015 2016 2017 2018 2015 2016 2017 2018 2015 2016 2017 2018
Antropología
Centro-occidente 325 329 353 368 12 24 16 49 9 28 16 17
Centro-sur 646 640 617 584 70 72 73 71 60 45 49 42
Metropolitana 2 618 2 872 3 017 3 135 225 283 516 384 233 297 137 162
Noreste 241 250 249 240 35 26 24 36 17 28 17 11
Noroeste 240 211 208 160 20 30 24 32 11 13 12 18
Sur-sureste 580 604 593 621 51 48 53 49 68 70 69 70
Total 4 650 4 906 5 037 5 108 413 483 706 621 398 481 300 320
Historia
Centro-occidente 1 342 1 352 1 359 1 362 163 176 160 213 135 133 107 90
Centro-sur 1 014 1 046 1 067 1 168 117 157 129 101 55 92 127 132
Metropolitana 4 237 4 248 5 048 5 312 473 446 489 457 305 241 174 296
Noreste 676 611 629 637 68 76 58 93 43 62 39 57
Noroeste 622 696 688 649 79 111 93 79 75 85 83 85
Sur-sureste 798 735 679 627 108 92 80 112 116 100 98 136
Total 8 689 8 688 9 470 9 755 1 008 1 058 1 009 1 055 729 713 628 796
Geografía
Centro-occidente 297 292 303 325 19 24 25 27 32 44 18 30
Centro-sur 177 151 174 138 35 38 37 23 4 12 14 17
Metropolitana 1 785 1 739 1 725 1 700 305 228 239 213 132 29 38 151
Noreste 103 115 98 92 20 13 22 12 17 23 19 9
Noroeste 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Sur-sureste 218 228 222 208 16 14 12 26 25 14 19 25
Total 2 580 2 525 2 522 2 463 395 317 335 301 210 122 108 232

Fuente: anuies (2018).

En cuanto a las cifras de titulación, independientemente de los altibajos que para todas la regiones se presentaron entre 2015 y 2018 (véase tabla 3), lo cierto es que en la mayoría de las universidades en donde se imparten estos tres programas educativos, el número titulados es menor en relación con los egresados de cada generación, lo cual implica que existe un número considerable de personas que se encuentran en el limbo de la pasantía, con las implicaciones laborales, sociales y económicas que esa condición conlleva.

Antropología, Geografía e Historia como parte de la oferta educativa de la uaslp

El primer intento por introducir las ciencias sociales y humanidades, como opciones profesionales en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, ocurrió en los años cincuenta del siglo pasado. Al respecto, con la apertura de los departamentos de Filosofía, Letras, Historia, Geografía y Arqueología, el 2 de enero de 1955 se fundó la Facultad de Humanidades. Así, con la frase “Siempre enseñando se aprende”, uno de los principales propósitos de esta entidad académica fue que los profesores de preparatoria que impartían clases en estas áreas del conocimiento pudiesen especializarse y dedicarse a la docencia e investigación en esta facultad. Aunque el proyecto inició con un apoyo incondicional por el rector de la universidad y contó con un sólido respaldo económico brindado por el gobierno del estado, en la sesión extraordinaria del 20 de agosto de 1962, el Consejo Universitario, al considerar que la facultad necesitaba una reestructuración, acordó suspender sus actividades; esta decisión derivó en la desaparición de esta entidad académica (Estrada, 2011).

Casi cuarenta años después del cierre de la Facultad de Humanidades se dieron tres hechos que permitieron compensar lo ocurrido. El primero ocurrió el 17 de mayo de 2002, en la sesión ordinaria del H. Consejo Directivo Universitario de la uaslp, al aprobarse la creación de la Coordinación de Ciencias Sociales y Humanidades (ccsyh). El segundo se presentó el 16 de agosto de ese mismo año, cuando la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica notificó la adición de carrera de las licenciaturas en Antropología, Geografía e Historia, que están sustentadas por la propuesta curricular de estos programas educativos que elaboraron académicos de la uaslp y del Colegio de San Luis (ccsyh, 2002). El tercero se dio el 4 de septiembre de ese mismo año a través del Departamento de Certificación y Revalidación de la Universidad, que registró estas nuevas licenciaturas para el nuevo ciclo escolar 2002-2003 (Reyes y Aguilar, 2015).

La oferta educativa de pregrado de la ccsyh se amplió en 2006 con la adición de la licenciatura en Arqueología, en 2007 con la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispanoamericanas y, por último, en la sesión ordinaria del 26 de marzo de 2015 del H. Consejo Directivo Universitario, cuando se aprobó la creación de la licenciatura en Filosofía (uaslp, 2021). Cabe mencionar que en 2013, dos años después de que los programas educativos de Antropología y Geografía recibieron su primera evaluación por Accesciso y la de Historia por Coapehum, la ccsyh se convirtió en escuela y, para 2014, a la par de la creación del Programa de Posgrados en Estudios Latinoamericanos en Territorio, Sociedad y Cultura (peltsc), que en la actualidad forma parte del padrón del Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Conacyt, esta entidad académica adquirió el estatus de facultad.

Ingreso, egreso y titulación en la fcsyh

La ccsyh recibió en principio, por cada ciclo escolar, a 25 nuevos estudiantes por programa educativo. Como facultad, su oferta debido a una tendencia a la baja en el número de preinscritos, la Facultad ha optado por disminuir el número de espacios ofertados por licenciatura llegó a incrementarse hasta llegar a 35 lugares para las licenciaturas en Antropología y Geografía, y a 40 estudiantes para la licenciatura en Historia. Así, a lo largo de 20 generaciones se han inscrito 1 665 estudiantes (véase tabla 4). Ahora bien, de las tres licenciaturas, la de Geografía no ha logrado captar el interés suficiente45 por parte de los estudiantes de bachillerato que buscan ocupar algún lugar entre las 102 carreras que oferta la uaslp. De hecho, una buena proporción de los estudiantes que ingresan a este programa educativo proviene del reacomodo de aspirantes que fueron rechazados en el examen de admisión que aplicaron para ingresar a otras carreras de la universidad.

Un problema afín en estas tres licenciaturas es la deserción escolar, la cual ocurre principalmente en los dos años iniciales. Al respecto, uno de los factores que ha generado esta situación proviene del tronco común con la que fueron formuladas sus propuestas curriculares, porque más allá de los beneficios que trae consigo el trabajo multidisciplinario, lo cierto es que, para estos programas educativos (pe), en el primer año, la mayoría de sus profesores no son de tiempo completo (ptc) y, por ende, el acercamiento de sus estudiantes con la disciplina no se ha dado de forma significativa. Desde el primer semestre, varios estudiantes, al no identificarse con su carrera, reprueban todas o la mayoría de las materias. Debido a lo anterior, en 2019, las licenciaturas en Historia y Geografía reestructuraron sus planes de estudio. En estos nuevos diseños curriculares se promueve un conocimiento disciplinario más profundo desde el primer semestre y deja, para semestres avanzados, el trabajo multidisciplinario.

Si consideramos a las 16 generaciones con egresados, la tasa de eficiencia terminal de estos tres programas educativos es de 51.72%. Pero vistos individualmente, se coloca a la cabeza la licenciatura en Antropología (51.79%), después Historia (51.70%) y, por último, Geografía (51.67%) (véase tabla 4).

Aparte del impacto generado por la deserción escolar que se da de forma temprana, la eficiencia terminal de estas licenciaturas es el reflejo de situaciones que aquejan de forma similar a varios de sus estudiantes que llegan a alguno de los últimos tres semestres. Al respecto, están las causas de carácter académico, por ejemplo, la dificultad para acreditar los cinco niveles de inglés que son las materias con mayores índices de reprobación y la limitante para cursar los seminarios de titulación mientras sean estudiantes irregulares. Por otra parte, están los factores de tipo personal que los alejan de la actividad escolar: incorporación a la vida laboral por la presión que tienen de contribuir al gasto familiar, cuadros de depresión, embarazos, alcoholismo, drogadicción, falta de recursos económicos para cubrir cuotas de inscripción, entre otros.

En cuanto al seguimiento académico que se proporciona a los estudiantes, una vez que han elegido la opción de titulación hasta que presentan su examen profesional, las tres licenciaturas han tomado caminos distintos, obteniendo resultados similares en cuanto al número de titulados (véanse tablas 5, 6 y 7). Cabe mencionar que, en la normativa de la uaslp y de la fcsyh, artículos 42 y 209, respectivamente, a partir del momento de egresar, se conceden dos años y una prórroga que suele ser de un semestre para presentar el examen profesional. Ahora bien, si se agrega la fracción III del artículo 228 del reglamento interno de la fcsyh, una vez que se ingresa a alguna de estas carreras, existe un plazo de 14 semestres para concluir el programa y titularse (uaslp, 2019; fcsyh, 2020).

Tabla 4. Trayectorias escolares de los pe de Antropología, Geografía e Historia

Gen* Antropología Geografía Historia
Ingreso Egreso Titulación Ingreso Egreso Titulación Ingreso Egreso Titulación
2002 24 22 20 19 8 7 25 15 14
2003 25 17 15 28 16 15 22 13 12
2004 24 9 8 26 15 14 26 12 12
2005 30 16 14 35 25 23 27 13 11
2006 29 19 14 30 17 16 34 15 15
2007 30 19 16 30 21 15 30 15 15
2008 30 19 13 31 21 18 29 16 11
2009 29 18 14 31 20 17 30 16 10
2010 29 14 10 31 17 15 29 16 15
2011 30 11 7 30 15 15 30 24 14
2012 28 13 4 30 16 13 28 9 6
2013 35 18 14 29 9 7 35 23 9
2014 35 17 4 30 10 8 33 17 8
2015 28 10 3 13 2 1 29 17 7
2016 33 8 0 27 9 3 30 11 5
2017 34 15 2 27 10 1 33 11 1
2018 34 22 31
2019 30 17 35
2020 31 18 19
2021 19 3 16
Total 587 245 158 507 231 188 571 243 165

Al analizar la información de las tablas 5, 6 y 7, se observa que el 48.1% de los egresados de estas licenciaturas se titularon en tiempo y forma. Destaca el pe en Historia, con 58.1%, le sigue el de Geografía, con 44.7%, y, por último, el de Antropología, con 41.5%. Estos datos cobran relevancia si se considera que, según la normativa referida, más de la mitad de estos exalumnos se quedaron sin derecho a presentar el examen profesional.

Tabla 5. Titulados de la licenciatura en Antropología, por generación y por año

Año Generaciones Titulados
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2002 - 2017
2007 5 5
2008 2 4 6
2009 3 1 4
2010 4 4 2 5 15
2011 4 2 3 9
2012 2 1 2 1 2 8
2013 1 2 3 3 9
2014 1 1 2 2 5 3 4 18
2015 2 3 1 5 6 17
2016 1 2 1 3 3 2 1 2 15
2017 1 1 1 6 1 1 3 14
2018 1 1 1 1 2 2 2 1 1 12
2019 1 1 1 1 6 1 11
2020 1 1 1 2 2 7
2021 4 1 1 6
2022 1 1 2
2007-2022 20 15 8 14 14 16 13 14 10 7 4 14 4 3 2 158

Fuente: Control Escolar de la fcsyh.

Tabla 6. Titulados de la licenciatura en Geografía, por generación y por año

Año Generaciones Titulados
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2002-2017
2007 3 3
2008 3 5 8
2009 1 2 1 4
2010 2 3 2 7
2011 5 4 3 12
2012 1 6 2 9
2013 1 7 5 5 18
2014 1 1 2 4 1 2 11
2015 1 1 2 2 2 6 7 3 24
2016 1 1 4 6 2 4 18
2017 1 3 2 3 4 3 16
2018 1 1 2 2 2 1 9
2019 2 1 1 3 3 10
2020 2 2
2021 3 1 2 3 8 7 4 3 2 33
2022 1 1 1 1 4
2007-2022 7 15 14 23 15 15 18 17 15 15 13 8 8 1 3 1 188

Fuente: Control Escolar de la fcsyh.

Tabla 7. Titulados de la licenciatura en Historia, por generación y por año

Año Generaciones Titulados
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2002 - 2017
2007 4 4
2008 4 5 9
2009 1 4 4 9
2010 1 3 5 3 12
2011 1 1 3 5
2012 3 2 6 5 1 17
2013 5 5 2 12
2014 1 2 5 4 4 16
2015 2 1 1 3 7
2016 1 1 3 1 5 3 14
2017 1 3 3 7 1 15
2018 1 1 4 2 2 3 13
2019 2 2 1 6 2 13
2020 1 2 1 2 6
2021 2 1 3 5 11
2022 1 1 2
2007 - 2022 14 12 12 11 15 15 11 10 15 14 6 9 8 7 5 1 165

Fuente: Control Escolar de la fcsyh.

Bajo esta perspectiva cabe el siguiente planteamiento: ¿por qué se titularon si ya no tenían ese derecho? En primer lugar, por la flexibilidad que ha mostrado la universidad para que puedan llevar a buen término la conclusión de sus estudios, pero esta oportunidad se les concedió una vez que el estudiante presentó su trabajo de investigación concluido y avalado por el comité de tesis asignado. En segundo lugar, esto ha sido posible porque estos exalumnos no abandonaron el objetivo de presentar su examen profesional, por el seguimiento que se hace de los egresados y por las políticas de rescate que establece cada coordinación de licenciatura, con el apoyo de sus academias, profesores, directores y asesores de tesis.

El hecho de que casi la mitad de los egresados tardó más de dos años para titularse ha generado efectos negativos, que pueden diferenciarse en aquellos que inciden de forma directa en ellos y los que involucran a sus directores de tesis o a otros estudiantes. Sobre los primeros, algunos egresados ven limitada su incorporación al mercado laboral, debido a que pierden, en varias ocasiones, la posibilidad de un trabajo por la falta de su título profesional; además, para quienes tienen como proyecto de vida continuar con su formación profesional en estudios de posgrado, no pueden participar en las convocatorias nacionales o internacionales, de tal manera que este proceso puede alargarse por varios años. Por otra parte, los que son sus directores46 y asesores de tesis ven afectada su disponibilidad para atender a las nuevas generaciones y en el caso de los estudiantes que inician el Seminario de Titulación I, suelen enfrentar problemas para que alguien los guíe en la elaboración de sus proyectos de investigación, el desarrollo de estos y su conclusión.

Percepción sobre el proceso de titulación en la fcsyh: éxitos y retos

Conforme se examinaban los datos proporcionados por la Secretaría Escolar de la Facultad, fueron visibles diferentes comportamientos en los índices de titulación de estas licenciaturas, pero con resultados similares. En busca de elementos que dieran respuesta a lo anterior, con base en entrevistas, se procedió a recoger la opinión de los coordinadores y los exalumnos. A los primeros se les preguntó sobre el seguimiento escolar de los últimos semestres, la comunicación con los exalumnos y los procesos administrativos; con los egresados de diferentes generaciones se dialogó para conocer su experiencia en esta última etapa de su formación profesional.

Coordinadores

En el diálogo que se estableció con quienes son o han sido responsables de las licenciaturas en Antropología, Geografía e Historia, fue recurrente que hicieran alusión a los dictámenes hechos por ciees en 2008, así como y por Acceciso y Coapehum, entre 2010 y 2011, respectivamente. Comentaron que los pares evaluadores mostraron preocupación por los bajos índices de titulación reportados y que sugirieron la implementación inmediata de acciones que cambiaran la situación. Así, con el objetivo de presentar resultados favorables en las evaluaciones de reacreditación, de forma colegiada acordaron lo siguiente:

  • Que el seguimiento de los trabajos de investigación, para la presentación de los exámenes profesionales, fuera un tema prioritario en la agenda de las academias y que los acuerdos se difundieran a los profesores responsables de los seminarios de titulación.
  • Hacer un ajuste curricular para que los niveles de inglés se cursaran a partir del primer semestre.
  • Hacer una reestructuración de los programas analíticos de los seminarios de titulación.
  • Modificar el número de tesistas que cada ptc puede dirigir o asesorar, de tal manera que se ofrezca la mejor orientación posible.
  • Tener apertura para que la dirección de tesis puedan desempeñarla investigadores externos, profesores de asignatura o egresados de la misma licenciatura, pero que cubran los requisitos estipulados en la normativa de la facultad.
  • Difundir los alcances y ventajas académicas que representan las opciones de titulación aprobadas en la facultad.
  • Incrementar las opciones de titulación de acuerdo con las características de cada licenciatura y del perfil de egreso de sus estudiantes.
  • Instruir a los estudiantes que inscriban el último seminario de titulación sobre los procedimientos administrativos para la presentación del examen profesional.
  • Promover que los jurados de los exámenes profesionales renuncien al pago correspondiente para que el gasto realizado por los egresados sea menos oneroso.
  • Que la presentación de la tesis u otra modalidad de titulación pueda entregarse en formato digital y con ello eliminar los gastos por impresión.

De forma particular, cada licenciatura estableció aquellas estrategias que consideraron más adecuadas para sus estudiantes. Por ejemplo, es común que los estudiantes del Seminario de Titulación I elijan a su directora o director de tesis hasta la conclusión del semestre. En el caso de la licenciatura en Historia, para que hubiera un asesoramiento desde la formulación del protocolo de tesis, se optó que la designación fuera desde la primera semana de clases. A su vez, la academia de la licenciatura en Geografía estableció normas a seguir cuando el director de tesis no es geógrafo de formación y obtuvo la aprobación del Consejo Directivo de la Facultad para que sus egresados puedan titularse, a través de un informe de actividades, esto último sólo si han cubierto como mínimo un año de experiencia profesional en algún trabajo asociado con la disciplina.

Viendo lo anterior podemos preguntarnos, ¿por qué no se han obtenido mejores resultados sobre los índices de eficiencia terminal y de titulación? Los coordinadores consideran que esto ocurre por varias razones, entre ellas,: porque cada generación cuenta con características diferentes; por la deserción de estudiantes de reacomodo ante la falta de una base de datos47 que les permita un monitoreo estricto de las trayectorias escolares y un inadecuado seguimiento de sus egresados; porque las academias no han llegado a un diagnóstico completo de estos problemas; y porque las estrategias implementadas atienden de forma parcial los problemas de fondo.

Además, resaltaron que, al tener serias deficiencias en la redacción de textos científicos, los estudiantes no concluyen sus investigaciones dentro de los plazos establecidos y terminan por abandonar sus proyectos. Consideran que, si bien se han aprobado diferentes opciones de titulación, en los seminarios los profesores privilegian la guía para la elaboración de tesis, lo cual afecta a quienes tienen aspiraciones diferentes a la realización de un posgrado.

Como autocrítica reconocen que a la fecha han descuidado la comunicación con los empleadores, por lo que no han brindado otras alternativas a los estudiantes. También, consideran que, a pesar de las becas y descuentos, los costos del examen profesional siguen siendo elevados para estudiantes que provienen de municipios con altos niveles de marginación y pobreza.

Egresados

Para conocer la percepción sobre el proceso de titulación por parte de los egresados, se aprovecharon las redes sociales creadas por cada licenciatura para ubicarlos de acuerdo con los registros del Departamento de Vinculación de la Facultad y también gracias a los contactos que mantienen profesores y coordinadores. Obtuvimos 18 entrevistas en donde se les preguntó lo que significa para ellos tener el título profesional, el acompañamiento que han recibido por parte de los académicos y las autoridades de la universidad, los problemas que suelen afectar la elaboración del trabajo de investigación y el pago del examen profesional.

Para los egresados, el título profesional significa contar con el reconocimiento de la profesión que han elegido, el medio para poder competir por un empleo, para buscar una promoción o aspirar a mejores salarios. Estos reconocen que, en muchos casos, en calidad de pasantes han logrado establecerse en colegios, dependencias de gobierno o en la iniciativa privada, pero ante la falta del título han perdido mejores oportunidades laborales. La mayoría mencionó que son suficientes las opciones de titulación y que, en todo caso, la elección depende de los intereses de cada alumno en cuanto a sus planes para el futuro.

Entonces, ¿por qué suelen excederse los tiempos establecidos por la normativa universitaria para concluir los estudios? Las respuestas más recurrentes fueron: la interrupción de la comunicación con sus directores o directoras de tesis, la falta de tiempo al dedicarse a otras actividades, problemas familiares, económicos y situaciones personales: embarazos, depresión, adicciones y la formulación de otros proyectos de vida. Sobre la información y acompañamiento recibido por la universidad, respondieron que sí existe, pero que puede mejorarse con la eliminación de varios trámites escolares, con la agilización de los tiempos de respuesta, mediante la proporción de más becas o la reducción de algunas cuotas escolares. También refirieron que la relación entre director de tesis y tesista puede cambiar para obtener mejores resultados.

Áreas de oportunidad

Por último, tanto a coordinadores como a estudiantes se les solicitó que dieran recomendaciones para mejorar los indicadores de egreso-titulación y del funcionamiento de sus respectivas licenciaturas. Los planteamientos vertidos que ofrecieron se presentan en la tabla 8.

Un salto cuantitativo de la licenciatura en Geografía en el índice de titulación

Como puede apreciarse en las tablas 5, 6 y 7, cada licenciatura ha tenido éxito en las medidas establecidas. Los programas de Geografía y Antropología han logrado recuperar a varios egresados que rebasaron los 14 semestres para titularse, aunque con ello se incrementó el tiempo promedio para presentar el examen profesional. En el caso de la licenciatura en Historia, mejoró la atención a los estudiantes que cursan el último año del plan de estudios y con ello lograron titularse dentro de los primeros dos años después de recibir su carta de pasante.

Tabla 8. Áreas de oportunidad

Programa educativo
  • Que sean constantemente evaluados.
  • Vigilar el cumplimiento de las recomendaciones hechas por los organismos evaluadores.
  • Mejorar la atención que brindan a los estudiantes los departamentos o secretarias de control escolar y vinculación.
Estudiantes
  • Que adquieran compromisos reales en su desempeño escolar.
  • Disposición para trabajar en todas las áreas del conocimiento de sus carreras.
  • Involucrarse en proyectos de investigación que les proporcione experiencia y contactos con posibles empleadores.
  • Mejorar la comunicación con los directores de tesis.
  • Tomar cursos de redacción que ofrece la universidad o buscar cursos gratuitos en línea.
Académicos
  • Recordar que los egresados siguen siendo parte de su comunidad.
  • Ampliar el tiempo para atender los requerimientos de estudiantes y egresados.
  • Ser más flexible en las temáticas que los estudiantes desean conocer.
  • Monitorear y evaluar los índices de titulación por generación.
  • Plantear acciones de forma permanente que faciliten los procesos de egreso y titulación.
  • Pedir la opinión de los egresados para la identificación oportuna de intereses, problemáticas y formas de colaboración.

Fuente: elaboración propia con base en entrevistas.

Por otra parte, las bases de datos proporcionadas por el Control Escolar de la Facultad, en 2021, cuando comenzó a elaborarse este trabajo, revelaban que de los 210 egresados que para ese momento aún no se titulaban, el 70% había rebasado los 14 semestres para poder titularse, lo cual implica que a pesar de los esfuerzos hechos por esos pe para que concluyeran su ciclo en la universidad, la tarea seguía pendiente, pues el porcentaje de egresados que normativamente ya no podían titularse era de 81.5% para la licenciatura en Geografía, 73.1% para la licenciatura en Antropología y 57.7% para Historia.

Esta situación ya había sido detectada por la Licenciatura en geografía, por tanto, en septiembre de 2020, la academia estableció un programa de rescate, el cual consistió en un proyecto para la elaboración de un Atlas temático municipal del estado de San Luis Potosí, que además de permitir que estos egresados pudiesen presentar su examen profesional, también estableció como finalidad que fortalecieran sus habilidades en el uso de los sig, a fin de que fueran más competitivos en el mercado laboral.

Con la aprobación de este proyecto por parte del Consejo Técnico Consultivo de la facultad, entre octubre y diciembre de 2020 se establecieron los procedimientos. En enero de 2021 inició el trabajo con 33 egresados de diferentes generaciones y en julio de este año, 28 de los participantes concluyeron sus respectivos trabajos, de tal manera que el número de titulados se incrementó significativamente en relación con las otras licenciaturas (véase figura 2). Esta estrategia se sumó a la apertura de opciones adicionales que incluyen la propuesta de una Colección de Territorios de México, donde cuatro trabajos de los ocho que conforman el primer volumen destinado al estado de San Luis Potosí, fueron escritos en coautoría por egresadas de la carrera de Geografía, quienes contarán con una posibilidad adicional, al tiempo que profundizan en el ejercicio de las habilidades investigativas que exige un trabajo de esta naturaleza.

Para promover esta modalidad de titulación, a los estudiantes que cursen el Seminario de Titulación I se les invitará a participar en la elaboración de capítulos de libros que formarán parte de una colección bianual. Gracias a los esquemas alternativos de titulación que ha buscado la Academia de Geografía, además de la conclusión de tesis, se permitió que en 2021 la licenciatura en Geografía recobrara el primer lugar en el número total de titulados. En lo que va de 2022 se mantiene a la cabeza (véase figura 2). Ante estos avances, las otras licenciaturas de la facultad también han iniciado una revisión de posibles mecanismos de titulación para sus propios estudiantes.

Figura 2. Titulados de las licenciaturas en Antropología, Geografía e Historia en 2021

Image

Fuente: Control Escolar de la fcsyh.

Eficiencia terminal y titulación ante la reestructura curricular del Plan de Estudios

En concordancia con la política de innovación curricular que desde 2018 ha promovido la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en todas sus licenciaturas, en julio de 2019 el Consejo Directivo de la universidad avaló el nuevo Plan de Estudios de la Licenciatura en Geografía (véase figura 3). Así, con base en este nuevo diagrama curricular se proporcionó mayor equilibrio a los contenidos temáticos del área física en relación con la humana; se dotó de mayores espacios de formación para el desarrollo de habilidades orientadas a la enseñanza de la geografía; se ofrecieron tres enfoques de especialización para el ámbito laboral; y los tres seminarios de tesis pasaron a ser dos seminarios de titulación para que los estudiantes decidieran el medio que se ajustaba más a sus intereses para presentar el examen profesional.

Sin embargo, ante los múltiples impactos que ha tenido la pandemia de COVID-19, en todos los ámbitos de México y el mundo, será difícil medir la eficacia del ajuste curricular que la licenciatura en Geografía implementó desde 2019, al menos en el corto plazo. De hecho, ante los niveles más bajos de captación de estudiantes de nuevo ingreso y el incremento en los índices de deserción escolar, se prevé la pérdida de una o dos generaciones. En este sentido, al momento de elaborar este documento se contaba con menos del 50% de los estudiantes de las generaciones 2019 y 2020; en el caso de la generación 2021, sólo ingresaron cuatro estudiantes, de los cuales dos concluyeron el semestre.

Ante la reducción de la matrícula de varias de sus licenciaturas y un menor número de estudiantes que concluyeron la carrera, la universidad ha promovido que todos sus programas educativos reduzcan a ocho semestres la duración de sus planes de estudio. Al respecto, la Academia de Geografía decidió implementar este cambio para el ciclo escolar 2022-2023. Para tal fin, está trabajando con otra propuesta curricular (véase figura 4) que contempla lo siguiente:

Figura 3. Diagrama curricular de la licenciatura en Geografía, 2019

Image

Fuente: Coordinación de la licenciatura en Geografía, fcsyh-uaslp.

  • Desde el primer semestre se desarrollarán habilidades para fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación básica.
  • La mayor carga de materias que deben cursar los estudiantes se dará en los primeros dos años de la licenciatura.
  • A diferencia del Plan de Estudios 2019, donde los estudiantes debían aprobar todos los cursos de un área de énfasis y sólo tres de las otras dos, en la nueva propuesta deberán aprobar la totalidad de materias de las tres áreas de énfasis.
  • Aunque en el sexto semestre desaparecerán los electivos en Geografía, con el ajuste curricular se pasará de 49 a 50 materias.
  • El estudiante podrá cubrir el 70% de los créditos del Plan de Estudios al concluir el sexto semestre, dar de alta el servicio social en el séptimo semestre y egresar en el octavo semestre.

La eficacia de esta nueva malla curricular u otra podrá determinarse hasta 2026-2028, una vez que egresen las primeras generaciones, pero antes de llegar a esta instancia primero deberá contarse con el aval del Consejo Directivo Universitario. Como nota adicional a este trabajo, debe comentarse que, en diciembre de 2021, autoridades de la universidad tomaron la decisión de que este programa educativo y seis más no participaran en la convocatoria de nuevo ingreso del ciclo escolar 2022-2023, ante la disminución de solicitudes de ingreso que han tenido en los últimos cinco años. Esta pausa o suspensión, según ha dicho el rector, tiene como propósito principal hacer una revisión de la pertinencia de estas licenciaturas. A partir de este anuncio, la comunidad geográfica de este programa, integrada por académicos, estudiantes y egresados, ha mantenido un rechazo a la medida administrativa y ha buscado que se valore el trabajo que se ha hecho por 20 años.

Conclusiones

Mejorar los indicadores escolares de la educación superior en México es uno de sus principales retos en la actualidad, pero más allá de números, debe hacerse con trabajo de calidad, toda vez que de ello depende contar con profesionales capaces de aportar al desarrollo social y económico del país. Asimismo, se deben formar personas que sean capaces de entender los problemas del presente para forjar un mejor futuro. Para ello, el trabajo colaborativo será punto clave a fin de alcanzar esta meta que debe corresponder con las directrices o demandas nacionales o globales en materia ambiental, social, política y económica.

En este contexto, contar con información veraz y oportuna a través de publicaciones diversas, darla a conocer a través de redes sociales y todos los medios posibles permitirá aprovechar las aportaciones de todas las disciplinas, en particular de las ciencias sociales, las cuales se encuentran en una posición vulnerable ante la idea de que sólo si aportan beneficios tangibles a la sociedad su existencia se justifica.

El trabajo hecho por casi dos decenios en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí es una muestra de lo que se puede lograr, a pesar de los problemas que enfrentan este tipo de disciplinas en México y en el mundo. Al respecto, ha sido una labor conjunta de autoridades, personal administrativo, académicos y, en especial, de los estudiantes, quienes son la razón de ser de toda universidad. Sin embargo, aunque son varios los éxitos obtenidos, también se han acumulado pendientes escolares que requieren atención inmediata. En el caso de las licenciaturas aquí examinadas, su comunidad tendrá que trabajar para consolidarse y alcanzar ese lugar primordial en la educación superior, como motor del desarrollo del estado y del país.

En referencia particular a la licenciatura en Geografía, la academia de la licenciatura tiene el reto de trabajar de manera colegiada entre pares académicos, con el apoyo de estudiantes, egresados, empleadores y autoridades de la facultad y de la propia universidad, con el propósito de mantener la matrícula de estudiantes que ha decrecido en los últimos años. Se estima que esta tendencia se mantendrá por lo menos en los siguientes dos años.

De manera paralela a la actualización constante del plan de estudios, los retos más evidentes que se visibilizan en el corto y mediano plazo son abatir el rezago de la trayectoria profesional de los estudiantes vigentes y mejorar la eficiencia terminal. En última instancia, los índices de titulación son la expresión final de un complejo proceso educativo que está lejos de considerarse como estático e involutivo.


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