Elementos del maltrato de las personas adultas mayores en un contexto migratorio: un tamizaje regional - Gustavo López Castro, Alejandra Ceja Fernández
Dimensions
Elementos del maltrato de las personas adultas mayores en un contexto migratorio: un tamizaje regional
Gustavo López Castro*
Alejandra Ceja Fernández**
DOI: https://doi.org/10.52501/cc.121.01
Resumen
El capítulo presenta los resultados de un estudio sobre el maltrato en personas adultas mayores, en un contexto migratorio en tres localidades de Michoacán. El objetivo del estudio es visibilizar este fenómeno y contribuir a la investigación sobre el tema. Se utilizó un cuestionario diseñado por el Instituto Nacional de Salud Pública con preguntas adicionales relacionadas con la migración. Los resultados muestran que las personas mayores que han tenido experiencias migratorias internacionales tienen un mayor riesgo de sufrir maltrato y abuso, lo que se atribuye a factores como la falta de apoyo social, la discriminación y la vulnerabilidad económica. Se concluye que se necesitan medidas preventivas para proteger a esta población vulnerable, incluyendo programas de apoyo social y económico, así como campañas de concientización sobre el maltrato en las personas adultas mayores. En general, el estudio destaca la importancia de considerar el contexto migratorio al investigar el maltrato en las personas adultas mayores y aboga por una mayor atención a esta población vulnerable.
Palabras clave: Migración, maltrato, adultos mayores.
Introducción
El objetivo de esta investigación es presentar los resultados de un tamizaje sobre maltrato en personas adultas mayores en tres localidades del Estado de Michoacán (Zamora, Jacona y Tangancicuaro), y con ello contribuir a visibilizar un fenómeno que —luego de ser ignorado durante mucho tiempo—, ahora está siendo objeto de múltiples investigaciones. Se centra específicamente en los elementos del maltrato que resultaron en las personas adultas mayores que tienen experiencias de migración internacional, ya sea que ellas mismas hubieran trabajado en Estados Unidos o que tuvieran hijos o hijas viviendo en aquel país o que recibieran remesas; adicionalmente se buscó a personas adultas mayores que vivieran solas.
Sabemos que en México actualmente viven 15.4 millones de personas con 60 años y más, lo que representa el 12% de la población. De todos ellos, 1.7 millones son personas adultas mayores que viven solas en sus hogares y 6 de cada 10 son económicamente inactivos, (inegi, 2020).
En Michoacán, de todas las personas adultas mayores, un poco más de 66 000 viven solas en sus hogares. A partir de algunas de las hipótesis derivadas del trabajo de tipo etnográfico, que se han realizado en El Colegio de Michoacán en la región, suponemos que al menos el 15% de adultos mayores ex migrantes están viviendo solos en los municipios de alta intensidad migratoria. A partir de lo anterior, suponemos también que existe una relación entre las remesas, la migración trasnacional y algunas características de vida de los adultos mayores, como el caso del maltrato.
Maltrato a las personas mayores
El maltrato a las personas mayores es uno de esos fenómenos sociales de los cuales se sabe que existen, pero que se busca mantenerlo en los ámbitos íntimo individual y privado de las familias. Yon et al., estiman que 1 de cada 6 adultos mayores ha sufrido abuso entre 2002 y 2015; un aumento significativo respecto a la cifra anterior aceptada por la oms, que era de 1 de cada 10 (Yon et al. 2017. p. 152).
Particularmente en México, la escasez de estudios sobre el maltrato a las personas adultas mayores es una muestra de la invisibilidad y exclusión de las mismas en la sociedad (Montes de Oca Zavala 2013; Osorio Pérez 2016), de infraestructura pública y privada, así como por una agenda política que incluye programas sociales y marcos legales locales, paralelos a la política nacional, enfocados al desarrollo social de grupos específicos como las personas adultas mayores. Dentro de estos proyectos gubernamentales, se ha comenzado a estudiar el fenómeno de la discriminación hacia grupos sociales, destacando la dirigida hacia personas mayores, pero donde el edadismo y prejuicio hacia la vejez complementan las manifestaciones prejuiciosas. El objetivo del presente artículo es analizar los niveles y dimensiones percibidos donde se ejerce la discriminación en personas adultas mayores en el Distrito Federal (DF), exclusión que se agrava si se considera que desde (Martínez Díaz Covarrubias 2018) hace unas décadas este sector de la población engrosó aún más las filas de las personas en pobreza extrema. Al hacerse este fenómeno social más visible se empezó a conocer su magnitud y con ello a reconocerse la importancia social del maltrato a las personas adultas mayores, ubicándolo en el ámbito de los derechos humanos universales.
La definición de maltrato al adulto mayor ha sido un tema de debate académico y político, pues existen múltiples particularidades que deben ser reconocidas. Reconociendo las particularidades históricas y culturales en cada país y región, una definición generalmente aceptada y que nosotros retomamos para este trabajo aunque eso no quiera decir que esté exenta de críticas es la de la Organización Mundial de la Salud (oms), cuya Declaración de Toronto para la Prevención del Maltrato a las Personas Mayores lo define como:
[...] un acto único o repetido, o la falta de una acción apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde existe una expectativa de confianza, que causa daño o angustia a una persona mayor. Puede ser de varias formas: físico, psicológico/emocional, sexual, financiero o simplemente reflejar negligencia intencional o por omisión” [oms, 2002, p. 332]. Esta definición sigue siendo muy amplia y, debido a las dificultades de establecer el maltrato en personas concretas, por ejemplo, cuando un adulto mayor acude a servicios médicos, se ha desmenuzado y concretizado el concepto de maltrato en cinco tipos principales: maltrato físico, psicológico, abuso sexual, abuso económico y negligencia.
A los anteriores tipos, el inapam agrega:
Abandono: descuido u omisión en la realización de determinadas atenciones o desamparo de una persona que depende de otra, por la cual se tiene alguna obligación legal o moral. Es una de las formas más extremas del maltrato y puede ser intencionada o no.
Maltrato estructural: falta de políticas sociales y de salud adecuadas, la inexistencia, el mal ejercicio y el incumplimiento de las leyes; la presencia de normas sociales, comunitarias y culturales que desvalorizan la imagen de la persona mayor y que resultan en su perjuicio y se expresan socialmente como discriminación, marginalidad y exclusión social.
Ahora bien, para que el maltrato al adulto mayor sea considerado como tal, no es necesaria la concurrencia de varios de estos tipos de maltrato, es suficiente que el adulto mayor haya sido violentado en sus derechos de alguna manera para que se pueda hablar de actos u omisiones que manifiestan maltrato.
La importancia del contexto de la migración trasnacional en la investigación del maltrato en el adulto mayor
La migración entre México y Estados Unidos se caracteriza por una enorme fluidez y, desde la perspectiva transnacional, por una gran y compleja red de relaciones sociales, culturales, políticas y económicas. No obstante, los fenómenos que recorren a las migraciones lo hacen a diferentes velocidades, por ello, la migración de retorno que empezamos a analizar por su fuerza numérica no fue algo que haya empezado súbitamente, no obstante, pero varias circunstancias la catalizaron a partir de 2007: un incremento en el aspecto de securitización de la migración a partir de 2001, una severa recesión económica en todo el mundo y, particularmente, en eua en 2008 y un paulatino endurecimiento de las políticas migratorias en eua que aumentaron las deportaciones y, a nivel social, tuvo repercusiones al fomentar un clima antimigrante.
De acuerdo con Sandra Martínez Díaz (2017), hay dos tipos de retorno de los adultos mayores que migraron a Estados Unidos: quienes regresan con una pensión y quienes regresan a su país de origen en condiciones de precariedad económica; no obstante, debido al carácter indocumentado que ha predominado en la migración mexicana, es plausible pensar que la mayor parte de los migrantes adultos mayores retornados lo hagan sin una pensión y en condiciones de precariedad (R. G. García Zamora y Gaspar Olvera 2016, p. 167).
Los migrantes de retorno —según han documentado numerosos estudios— regresan a entornos sociales donde es problemática su reintegración a las comunidades. En el caso de los migrantes de retorno adultos mayores, uno de los principales problemas que tienen que afrontar es la carencia de políticas públicas de los tres órdenes de gobierno para dar una atención adecuada a este sector de la población, principalmente, en lo que respecta a salud. Incluso se les niega el apoyo económico al que tienen derecho los adultos mayores de 65 años por suponer que no lo necesitan (García Zamora y Gaspar Olvera, 2016; García Zamora, 2019; Martínez Díaz Covarrubias, 2018; López Castro y Díaz Gómez, 2016).
Es importante señalar que el contexto social, cultural y económico es uno de los elementos más importantes para conocer las formas y problemáticas del maltrato en los y las adultas mayores. En estos contextos podemos decir que prevalecen ciertos prejuicios y estereotipos que se caracterizan por percibir a las personas adultas mayores como sujetos dependientes, enfermizos, frágiles y sexualmente inactivos; adicionalmente, las personas adultas mayores suelen mostrar dificultades para relacionarse socialmente, lo cual deteriora progresivamente sus recursos psicológicos internos (autoestima, autoconcepto, resiliencia) y afecta negativamente su autopercepción. Además, un ambiente violento los vuelve vulnerables frente al maltrato y los expone a situaciones que los alteran y les producen estrés, incomodidad, malestar emocional e incluso físico, sintiéndose incapaces y creando limitaciones a ciertas situaciones como la recreación, la entretención, la intimidad con su pareja, entre otras (inapam, 2020; imss, 2013).
Se ha detectado que el maltrato es mayor en mujeres y se ejerce regularmente por algún miembro de la familia (imss, 2013). Las personas adultas mayores maltratadas tienen una tasa de mortalidad más alta y una esperanza de vida menor que las que no son objeto de maltrato. Para el caso de esta investigación se presentan dos contextos importantes que influyen en las hipótesis que guiaron los resultados que a continuación se presentan: (1) las personas adultas mayores que tienen experiencia de haber trabajo en Estados Unidos y, (2) las personas adultas mayores que tienen hijos en Estados Unidos.
Se optaron por estas dos condiciones, puesto que el cuidado de las personas adultas mayores juega un papel importante en la cotidianidad y en la vida de las personas adultas mayores; asimismo, el tener una pensión de Estados Unidos o recibir remesas, forman parte de los roles de cuidados económicos necesarios para las personas adultas mayores.
Tamizaje del maltrato en personas adultas mayores
El antecedente de los resultados que se presentan fue que para acercarse al fenómeno de la vejez y los ex migrantes que viven solos en Michoacán, se aplicó el Cuestionario de Tamizaje de Maltrato Familiar en Personas Adultas Mayores que diseñó el Instituto Nacional de Salud Pública (Ruelas González, 2019), con preguntas añadidas relacionadas con el contexto migratorio (se anexa el cuestionario ampliado); las primeras quince preguntas corresponden al cuestionario original del insp y las quince preguntas siguientes fueron añadidas para obtener la información sobre migración. Además, a partir del tamizaje, se hicieron entrevistas de tipo etnográfico a adultos mayores seleccionados por ser migrantes y haber sufrido algún tipo de maltrato. Adicionalmente, se entrevistaron a seis informantes más del personal del dif (médicos y psicólogas/os) de la cabecera municipal de Zamora, Jacona y Tangancícuaro en Michoacán, todo esto en el período de enero de 2020 a marzo de 2021, con un largo período de inactividad en los primeros seis meses del confinamiento.
Para fines de este documento, sólo nos enfocaremos en los resultados cuantitativos del cuestionario de tamizaje. El instrumento de tamizaje de maltrato lo aplicamos en grupos de adultos mayores organizados por el dif de las localidades mencionadas (Zamora, Jacona y Tangancícuaro), con el fin de proveerles de recreación, pláticas informativas, atención emocional y otros tipos de ayuda, como despensas y alimentos en la sala. En el caso de las entrevistas etnográficas, de las cuales no nos ocupamos en este trabajo, las realizamos en las casas de los entrevistados (60% de ellas) o en la vía pública, específicamente en un parque (25%), en el mercado (10%) o en el atrio de la iglesia local (5%); todas se realizaron cara a cara sin la presencia de otras personas. Como advertimos, la información etnográfica no se presenta en el presente trabajo, ya que está siendo objeto de un tratamiento de tipo cualitativo e interpretativo y se derivan de la información obtenida en el tamizaje; al final se realizaron 17 entrevistas de tipo etnográfico.
En total se realizaron 92 cuestionarios; en las tres localidades encontramos grupos de adultos mayores con predominancia femenina, de los cuales 16 son hombres y una mayoría de 76 mujeres, lo que representa el 17 y 82% respectivamente. La edad promedio fue de 72 años, con valores máximos de 94 años. El 31% del total viven solos o solas en sus casas, 36% con su cónyuge, un 14% con alguno de sus hijos y sus familias y el resto con otros familiares, incluyendo hijos solteros.
El cuestionario original de tamizaje (ver tabla 1) consta de 15 ítems que adoptan un valor de cero o de uno, según la respuesta, y eso resulta en una escala que va de cero a quince, siendo los valores que se acercan a cero la menor probabilidad de sufrir maltrato y los que se acercan a 15, lo contrario (Ruelas-González et al., 2018).
Tabla 1: Cuestionario original de tamizaje del insp
Cuestionario de tamizaje de maltrato familiar en personas adultas mayores |
1. ¿Sus familiares lo visitan frecuentemente? |
2. ¿Lo han dejado solo por largos períodos de tiempo? |
3. ¿Le ayudan en sus actividades personales? |
4. ¿Están con usted cuando se enferma o se siente mal? |
5. ¿Están pendientes de sus medicamentos? |
6. ¿Confía en la persona con la que vive? |
7. ¿Sale de paseo o a realizar alguna actividad de diversión con su familia? |
8. ¿En su familia se enojan frecuentemente con usted? |
9. ¿Lo han lastimado emocionalmente? |
10. ¿Vive con miedo? ¿Por qué? |
11. ¿Se siente amenazado por alguien? |
12. ¿Por quién o por qué causa? |
13. ¿Siente que es causa de problemas? |
14. ¿Siente que le faltan al respeto? |
15. ¿Las personas con las que vive lo ignoran? |
A continuación se presentan los resultados finales del tamizaje aplicado a las 92 personas adultas mayores, pero se analizan las personas mayores bajo los contextos de migración, los cuales fueron: 50 personas con hijos migrantes que representa el 71% de las personas encuestadas; 21 personas que trabajaron en Estados Unidos, que representa el 66%; y 40 personas a las que les envían remesas, que representan el 66%.
Resultados de las personas adultas mayores con hijos en Estados Unidos
Los resultados arrojaron en el cruce de análisis que las personas adultas mayores con hijos en Estados Unidos, y que reportan mayor maltrato percibido, fueron el 32% (16); mientras que las personas adultas mayores que reportan mayor maltrato percibido y que no tienen hijos en Estados Unidos fue el 20% (8). Esto nos llamó la atención, por lo que se realizó una comparación de las respuestas para conocer en cuáles de ellas existían diferencias a partir de si tenían hijos migrantes o no. Encontramos los siguientes resultados y que nos parecen los más significativos: el 68% (34) de las personas entrevistadas que tienen hijos migrantes mencionaron que sus familiares no los visitan frecuentemente; el 70% (35) de ellos y ellas mencionan que los han dejado solos por periodos largos de tiempo; al 74% (37) no les ayudan con las labores diarias; el 82% (41) no están con ellos cuando se enferman y necesitan de cuidados; el 76% (38) no están al pendiente de sus medicamentos; 74% (37) no realiza alguna actividad de diversión con la familia.
Tabla 2: Contexto migratorio de las personas adultas mayores encuestadas
No. |
% |
|
Con hijos(as) migrantes |
50 |
71.0 |
Sin hijos(as) migrantes |
40 |
66.0 |
Trabajó en Estados Unidos |
21 |
56.5 |
No trabajó en Estados Unidos |
71 |
81.5 |
Le envían remesas |
40 |
66.0 |
No le envían remesas |
52 |
72.0 |
Personas Adultas Mayores |
92 |
100 |
Lo anterior es evidencia de lo que el contexto transnacional de la migración conlleva, ya que pese a que se puede pensar coloquialmente, y que es consistente con los estudios migratorios sobre las remesas (López y Díaz, 2018), la recepción de dólares desde los Estados Unidos subsana los elementos del bienestar y del cuidado de las personas adultas mayores; sin embargo, existen otros elementos subjetivos que elevan la percepción de maltrato y descuido por parte de la persona mayor. Visibilizar esto permite entender que las personas adultas mayores requieren de la cercanía física para su cuidado o, por lo menos, de la cercanía afectiva y emocional. No obstante, en parte estas necesidades se subsanan con otras personas de la comunidad, ya sean otros parientes, vecinos o integrantes de la comunidad, lo que, por cierto, eleva la probabilidad de maltrato, aunque esto último es aún una veta de investigación futura.
Resultados de las personas adultas mayores que trabajaron en Estados Unidos
De igual manera, los resultados más significativos fueron los que tienen que ver con la distancia en la migración. El 66% (14) de las personas adultas mayores que han trabajado en Estados Unidos dicen que sus familiares no los visitan frecuentemente; el 61.9% (13) dicen que los dejan solos por periodos largos de tiempo; el 71.4% (15) no salen de paseo o a realizar actividades de diversión con la familia. Un alto 90.5% (19) consideran que sus familiares les faltan al respeto, y un porcentaje similar mencionan que sienten que son un problema para los demás, principalmente, para sus familiares.
Resultados de las personas adultas mayores que reciben remesas de Estados Unidos
Los resultados indican que el 65% (26) de las personas mayores que reciben remesas de Estados Unidos mencionan que no los visitan frecuentemente; el 72.5% (29) afirman que los dejan solos por periodos largos de tiempo; sin embargo, y en contraste con lo anterior, el 75% (30) mencionan que sí hay personas que les ayudan en sus actividades personales, pero el 80% (32) responden que no están ni sus familiares ni otras personas cuando se sienten mal, y no hay nadie al pendiente de sus medicamentos. Igualmente pasa con las personas adultas mayores que reciben remesas, mencionan que pese a que reciben remesas no salen de paseo ni realizan actividades de diversión con la familia 77.5% (31).
Un resultado que resulta significativo es que las personas mayores que reciben remesas de Estados Unidos mencionan que se sienten amenazados por alguien 82.5% (33). Esto confirma que los contextos en donde se realizaron los cuestionarios, aparte de ser contextos de alta intensidad migratoria, también son contextos de violencia, por parte de grupos del crimen organizado, lo que aumenta la sensación de amenaza por parte de las personas mayores. La sensación de sentirse amenazados pasa por la sensación de sentirse vulnerables e inseguros ante el incremento de la criminalidad y no tanto por una amenaza real de una personas específica. En las entrevistas, sólo encontramos a dos personas que se sentían amenazadas por personas de su ámbito familiar.
Otro de los resultados es que las personas mayores que reciben remesas sienten que son un problema para los demás 85% (34) y que les faltan al respeto 87.5% (35). Esto puede entenderse como un elemento de maltrato, ya que mandar o retener las remesas ha sido un factor de control y poder sobre los que las reciben; así pues, este también es un elemento muy importante para definir el maltrato transnacional. Otra de las hipótesis es que es mayor la probabilidad de maltrato si se tienen hijos remesadores, ya que mandar, recibir o dejar de hacerlo es una fuente constante de preocupación para las y los que se quedan.
A manera de conclusiones
La aplicación del tamizaje permite entender los elementos de maltrato que se viven en las personas mayores encuestadas que, de manera general, se trata de la ausencia de la familia, lo que representa una ausencia en los cuidados, como el estar al pendiente de la persona mayor y sus necesidades. Pese a que la negligencia y el abandono son los tipos de maltrato menos comunes en las personas adultas mayores, ambos aspectos son quizá más frecuentes de lo que se estima en el contexto de adultos mayores ex migrantes de la región, por la falta de satisfacción de necesidades de atención médica, de alimentación, medicación, higiene, ropa, refugio, distanciamiento social, seguridad y ausencia de los hijos (Agudelo Cifuentes et al., 2020).
Sabemos que la migración de retorno es un fenómeno que ya forma parte de los flujos migratorios en un contexto transnacional (García Zamora, 2017). Una parte de estos retornados son adultos mayores (aproximadamente el 6%), los cuales regresan en condiciones precarias, muchas veces a casas construidas con remesas, habitadas únicamente por el propio ex migrante, quien vive solo o sola. Debido a lo anterior consideramos socialmente necesario prestar atención a esta población. Aunque no sea reconocido, los y las ex migrantes que son personas adultas mayores están expuestos al maltrato en sus múltiples formas. Pensamos que, al ser un maltrato a distancia, se propicia su invisibilidad, aunado al hecho de que los propios migrantes lo ven como algo “natural” en sus trayectorias de vida e historias personales.
Otro de los aspectos sobre los que es importante reflexionar en el tema del maltrato a adultos mayores es el que se da por parte de las instituciones; si bien el maltrato institucional no se aborda en el presente capítulo, es importante reconocer esta problemática bajo la cual viven los pam, que es considerada como una gran omisión vital para garantizar que los pam cuenten con los servicios y mecanismos que garanticen su bienestar, así como la atención de las instituciones es sufrir discriminación etaria o ser objeto de estereotipos basados en el edadismo. Por ejemplo, se observa que actualmente son casi 3 millones de persona adultas mayores (20%) que no están afiliadas a ninguna institución de servicios de salud, siendo que este es un sector poblacional vulnerable que frecuentemente presentan padecimientos como síndromes geriátricos ocasionados por la edad; asimismo, se encuentran desprotegidos económicamente al no tener una pensión y no poder acceder a trabajos dignos y de acuerdo a su edad por diversas razones, como el acceso a empleos formales que otorguen el derecho a la seguridad social, los altos niveles de informalidad, el desinterés por la seguridad social pensionaria y los requisitos para la obtención de una pensión contributiva, lo que se ve refleado en los casi 5 millones de adultos mayores que no cuentan con ningún tipo de pensión o de apoyo. Sumado a lo anterior, el estigma social de la juventud perdida, la carga social y familiar que pueden representar y la falta de productividad, último valor de la sociedad capitalista, relega a muchas personas adultas mayores del disfrute de la vida moderna.
Por ello, consideramos necesario reflexionar sobre lo que llamamos el maltrato transnacional, a partir de los estudios e investigaciones teóricas y de investigación acción o incluso desde las ciencias sociales aplicadas, de manera que el maltrato transnacional se visibilice y sea objeto de políticas públicas que ayuden a dignificar las vidas de las personas adultas mayores.
Es claro que se requieren muchos estudios, sobre todo, interdisciplinarios para la comprensión cabal de este fenómeno que no podemos atacar sin información certera y multidimensional. Estos estudios deberán de involucrar a los propios adultos mayores, quienes pueden ser maltratados y no percibirlo como tal. El porcentaje mayor del resultado del tamizaje, con un 74.2%, indica que el maltrato percibido está en las escalas de menor percepción de estar recibiendo maltrato, mientras que el 24.9% responden a mayor percepción de maltrato.
Sin embargo, es importante reconocer la subjetividad del instrumento que se relaciona con el entendimiento y la claridad sobre su percepción de lo que para ellos representa el maltrato, y la naturalización de este.
Bibliografía
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