Capítulo 6. Prácticas de alimentación, disposiciones de cuidado y estado nutricio del lactante


Jorge Luis García Sarmiento


Rosario Edith Ortiz Félix


Patricia Enedina Miranda Félix


Velia Margarita Cárdenas Villarreal


Dimensions


Capítulo 6. Prácticas de alimentación, disposiciones de cuidado y estado nutricio del lactante

Jorge Luis García Sarmiento1
Rosario Edith Ortiz Félix2
Patricia Enedina Miranda Félix3
Velia MargRGarita Cárdenas Villarreal4

Resumen

Introducción: Los lactantes (0 a 23 meses) son un grupo importante en la prevención de Sobrepeso (sp) y Obesidad (pb), ya que los mecanismos de regulación del balance de energía y los patrones de comportamiento duraderos se establecen durante este tiempo. Además del entorno, especialmente las relaciones entre adultos y lactantes tienen un papel esencial en la formación del comportamiento cognitivo, emocional, físico y social del lactante. Objetivos: Comparar las Prácticas de alimentación (pa) por Disposiciones de Cuidado del Lactante (dcl) y asociar las características sociodemográficas y clínicas del cuidador con el Estado Nutricio (en) del lactante. Métodos: El diseño de estudio fue descriptivo correlacional. La muestra final estuvo conformada por 220 diadas. El muestreo fue no probabilístico por conveniencia y fue realizado en dos instituciones de salud, además de una guardería infantil de la ciudad de Los Mochis, Sinaloa. Para medir las variables se aplicaron una cédula de datos, cuestionario de disposiciones del cuidado del lactante y recordatorio de alimentación de 24 horas, además se obtuvieron el peso y la talla del cuidador y del lactante. Resultados: El 19.09% de los lactantes y el 69.54% de los cuidadores presentaron una prevalencia combinada de sp/ob. El 93.63%, 95.59% y 59.09% de los lactantes prensentaron tipo, cantidad y frecuencia de alimentación inadecuada respectivamente. Existe diferencia significativa en las pa por dcl (p = 001). Se encontró que cuando aumenta la edad del cuidador disminuye la puntuación Z peso/edad en el lactante (β = .025; p = .013); asimismo, la puntuación fue menor para aquellos que nacieron por parto natural (β = .001; p = .001). Conclusiones: Se concluye que las PA, las dcl y las características sociodemográficas y clínicas del cuidador se constituyen como factores de riesgo del entorno de cuidado del lactante que pueden repercutir en su estado de salud.

Palabras clave: cuidado del lactante, nutrición del lactante, sobrepeso, obesidad.

Introducción

Los lactantes (0 a 23 meses) son un grupo importante en la prevención de sobrepeso (sp) y obesidad (ob), ya que los mecanismos de regulación del balance de energía y los patrones de comportamiento duraderos se establecen durante este tiempo. Además del entorno, las relaciones entre adultos y niños tienen un papel esencial en la formación del comportamiento cognitivo, emocional, físico y social del lactante (McGinnity et al., 2015; Reidy y Squatrito, 2017).

Se ha demostrado que un aumento de peso corporal y de adiposidad durante este periodo, lo cual puede ser resultado de una alimentación inadecuada, aumenta el riesgo de desarrollar estados crónicos a corto y largo plazo como cardiopatías, resistencia a la insulina (que con frecuencia es un signo temprano de diabetes), trastornos osteomusculares, algunos tipos de cáncer como endometrio, de mama y colon, además de discapacidad (Organización Mundial de la Salud, 2018).

La madre ha sido considerara el cuidado principal del lactante, sin embargo, derivado de las exigencias del mundo actual y del progreso en la equidad de género que experimenta la sociedad hoy en día, las mujeres en todo el mundo persiguen carreras a tiempo completo. El papel tradicional de la madre (quien representa el cuidador principal) está cambiando, lo cual ha provocado que el efecto protector del cuidado proporcionado por la madre se pierda y a su vez ha producido un aumento correspondiente en el uso de cuidado otorgado por otras personas. A medida que los niños pasan menos tiempo bajo el cuidado de sus madres, los cuidadores comienzan a tener una gran influencia en los hábitos de los niños, especialmente en su dieta y actividad física (Gubbels y Raaijmakers, 2014; Maher et al., 2008)both at childcare and at home. Dietary intake during two weekdays was recorded using an observation format applied by childcare staff for intake at childcare, and partially pre-coded dietary journals filled out by parents for intake at home. Children’s intake of energy, macronutrients and energy balance-related food groups (fruit, vegetables, sweet snacks, savoury snacks. Con este antecedente surge el término Disposiciones de Cuidado del Lactante (dcl).

Las dcl se definen como los tipos de acuerdos de cuidado en el que vive un lactante, ya sea cuidado supervisado o cuidado personal hasta los 24 meses (Capizzano et al., 2000). Estos se clasifican en parental, formal e informal. El cuidado parental se refiere al cuidado otorgado exclusivamente por los padres en conjunto o de manera particular, por lo que puede ser cuidado parental materno y parental paterno. El cuidado formal abarca el cuidado supervisado del niño basado en el centro (guardería o estancia infantil). El cuidado informal se clasifica a su vez en (1) cuidado relativo, el cual es llevado en la casa donde el niño habita y (2) cuidado no relativo que se otorga fuera de casa. Ambos cuidados son otorgados por una persona distinta a los padres, ya sea amigo, vecino, abuelo, niñera o cuidadora no profesional. Además, las dcl abarcan tanto la intensidad del cuidado, que se refiere al número de horas que permanece el niño en el cuidado mientras la madre o el padre trabajan o estudian, así como a la edad de inicio del cuidado (Alberdi et al., 2016; McNeil, 2000; Pearce et al., 2010).

Se estima que alrededor de un tercio de los niños menores de 3 años que viven en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde), entre los que se incluye México, se encuentran actualmente en algún tipo de cuidado infantil (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2017). En relación con el alto porcentaje de niños que acuden al cuidado infantil y al problema de SP/OB que comienza a aparecer a esta edad, algunos estudios han abordado esta relación, encontrando asociaciones entre el uso de cuidado infantil temprano y un mayor riesgo de sp/ob (Benjamin Neelon et al., 2015; Geoffroy et al., 2013; Gubbels y Raaijmakers, 2014; McDonnell y Doyle, 2019). Sin embargo, existen inconsistencias en la literatura, ya que algunos estudios han mencionado también que no existe asociación entre el cuidado del niño y su en (Rapp et al., 2005).

Un tipo de cuidado que recientemente inicia a ser estudiado es el cuidado otorgado por el padre, ya que anteriormente sólo se abordaba a la madre como referencia para evaluar el cuidado formal e informal. Sin embargo, los padres se consideran un factor de riesgo importante para el desarrollo de OB durante la infancia, pues los hábitos alimenticios poco saludables observados en ellos afectan la ingesta dietética de sus hijos y conducen a la OB infantil (Miyakoshi et al., 2018).

Por otro lado, se ha señalado que las características del cuidador pueden tener efecto sobre el en del lactante. Pearce et al. (2010) señalan que el mayor riesgo de sp en el cuidado informal se limitó a aquellos niños cuya madre tenía antecedentes profesionales, contaban con un título profesional o era madre soltera. Por lo anterior, es importante explorar características sociodemográficas y clínicas del cuidador y su potencial efecto sobre el en del lactante.

Un aspecto importante a evaluar dentro del ambiente de cuidado del lactante, además de las características del cuidador, son las prácticas de alimentación (pa), las cuales se definen como las acciones que ejercen la madre, el padre o cuidador sobre el tipo, cantidad y frecuencia de los alimentos para dar respuesta a las señales de hambre y saciedad percibidas en el lactante (Ortiz-Félix et al., 2016). Las pa son muy variadas y están determinadas por diferentes contextos ambientales, culturales y económicos. Se ha descrito que existen factores de antecedentes culturales, incluidas las ideas médicas, religiosas y sexuales, que influyen en las creencias sobre las prácticas óptimas de alimentación (Fildes, 1995; Yovsi y Keller, 2003).

Se sabe que los niños que asisten al cuidado formal son amamantados durante periodos más cortos, esto aumenta el riesgo de sp/ob, asimismo, se ha informado también del efecto protector que tiene la lactancia materna (lm) contra el sp/ob. Por otro lado, la mayoría de los estudios revisados no tuvieron en cuenta la introducción temprana de alimentos sólidos, lo que puede explicar algunos de los efectos adversos del cuidado (Benjamin et al., 2009; Flores y Lin, 2013; Gubbels y Raaijmakers, 2014; Tanskanen, 2013).

La evidencia señala que relacionado con las pa sólo se han evaluado aspectos de LM e introducción de sólidos y su asociación con el EN del lactante, lo que resulta en la necesidad de evaluar aspectos más profundos de las PA como tipo, cantidad y frecuencia en los distintos tipos de cuidado, ya que se ha señalado a ésta como una variable de efecto sobre el estado de sp/ob a esta edad (Alberdi et al., 2016).

La literatura al respecto ha sido generada en entornos de atención informal. Se justifica una mayor exploración de los aspectos obesogénicos de la atención informal y el potencial del cuidado formal como un objetivo para la prevención de la ob, incluida la recopilación de datos sobre comportamientos de balance de energía en ambos entornos. A nivel mundial y particularmente en México, hasta el momento no existe evidencia que analice las dcl y las pa de forma conjunta. Esto proporcionará evidencia para corroborar los hallazgos y hacer recomendaciones para modificar las regulaciones y políticas del cuidado del lactante dirigidas a reducir la ob (Black et al., 2017; Geoffroy et al., 2013)

Además, los hallazgos permitirán que el personal de enfermería aplique los nuevos conocimientos a la práctica en el contexto de su ejercicio profesional, ya sea en el área asistencial al llevar a cabo promoción para la salud en padres y proveedores del cuidado infantil, o bien al instaurar pautas de ingesta dietética y niveles apropiados de actividad física en los centros de cuidado. Para los profesionales de enfermería es un reto y una nueva función prevenir problemas nutricionales en los lactantes. A la luz de los nuevos hallazgos en esta temática, se pueden generar y gestionar políticas incluyentes con el objetivo de evitar posibles resultados adversos asociados con la elección del cuidado infantil por parte de los padres.

Por lo anterior se plantea este estudio, cuyo objetivo es comparar las pa por dcl y asociar las características sociodemográficas y clínicas del cuidador con el en del lactante.

Material y métodos

El presente estudio se basó en un diseño cuantitativo, descriptivo correlacional de corte transversal. La población de estudio estuvo conformada por 3 026 diadas madre, padre o cuidador y lactante que acudieron a control con la Enfermera Especialista en Medicina de Familia en una unidad de Medicina Familiar y una guarderia, ambos del Instituto Mexicano del Seguro Social, además de un Centro de Salud Urbano de la Secretaría de Salud, todos del sector público en los Mochis, Sinaloa, México.El muestreo fue no probabilístico por conveniencia. La muestra se calculó con el paquete nQuery Advisor versión 4, con un nivel de significancia de 0.05, con coeficiente de determinación de 0.08 y potencia de 0.90. El resultado fue un tamaño de muestra de 220 diadas.

Se incluyeron lactantes de 6 a 24 meses, así como madre, padre o cuidador que permanecía al cuidado del lactante al momento de la aplicación. Fueron excluidos lactantes con enfermedades que pudieran alterar su crecimiento o peso corporal (diabetes tipo 1, cáncer, cardiopatía, hipotiroidismo), intolerancia a la lactosa, labio leporino y paladar hendido referidos por la madre en pregunta filtro. Asimismo, fueron excluidas aquellas madres que presentaron consumo de alcohol y tabaco durante el embarazo, ya que estas sustancias tienen un efecto en el peso y la estatura del lactante (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 2017). Se eliminaron aquellas madres que no cumplieron con la totalidad del llenado de los instrumentos de medición.

Instrumentos de medición: Se aplicaron instrumentos de lápiz y papel, además de mediciones antropométricas a la diada (peso y talla). Para la recolección de la información, se utilizó una cédula de datos mediante la cual se recabaron datos sociodemográficos y clínicos de la diada. Para evaluar las DCL (tipo, intensidad y edad de inicio) se creó para el presente estudio un cuestionario de disposiciones de cuidado del lactante con base en la literatura existente (Benjamin Neelon et al., 2015; Benjamin et al., 2009; Geoffroy et al., 2013; Gubbels y Raaijmakers, 2014; Maher et al., 2008; Pearce et al., 2010; Tanskanen, 2013).

Para medir el tipo de cuidado se emplearon las preguntas ¿alguien le ayuda a cuidar a su hijo?, ¿quién?, y ¿el cuidado de su hijo se lleva a cabo en su propia casa o en otro lugar?, con opciones de respuesta dicotómicas y opción múltiple.

Los cuidados se clasificaron de la siguiente manera: se clasificó como formal aquel cuidado supervisado del niño basado en el centro (guardería o estancia infantil). Se incluyó en el cuidado informal a aquellas personas distintas a los padres y al cuidador formal, es decir, abuelos, amigos, vecinos, tíos y niñeras no profesionales. El cuidado informal se clasificó a su vez en (1) cuidado relativo, el cual es llevado en la casa donde el niño habita y (2) cuidado no relativo, el cual es otorgado fuera de casa. Se clasificó como parental el cuidado otorgado exclusivamente por los padres. Éste pudo ser cuidado parental materno o paterno, es decir, cuando el cuidado fue otorgado de forma particular por alguno de los padres en la ausencia del otro. Asimismo, fueron clasificados como cuidado parental aquellos tipos de cuidado formal e informal que duraron menos de 10 horas a la semana, ya que estos periodos más cortos de cuidado probablemente no afectaron las pa y la actividad física en un grado que influya sobre el en del lactante, asimismo, si el niño tuvo más de dos cuidados fue categorizado dentro del cuidado en el que pasó mayor tiempo (Maher et al., 2008).

Para medir la intensidad del cuidado se empleó la pregunta: ¿Cuántas horas permanece su hijo bajo este cuidado a la semana?, con opción de respuesta continua. Se clasificó como medio tiempo el cuidado con una duración de 10-30 horas por semana, y como tiempo completo al cuidado con una duración > 30 horas por semana. En cuanto a la edad de inicio del cuidado, ésta fue medida a través de la pregunta ¿a qué edad inició su hijo a asistir a este tipo de cuidado?, con opción de respuesta continua (Pearce et al., 2010).

Para medir las pa se empleó el recordatorio de 24 horas, a través de cual se cuestionó al cuidador sobre la alimentación otorgada al lactante el día anterior a la aplicación del instrumento. Para obtener el tipo de alimentación que consume el lactante, se solicitó información respecto a los alimentos, preparaciones y colaciones que consumió el lactante. Estas pudieron ser a base de Leche Materna (lm), Leche de Fórmula (lf), Alimentación Complementaria (ac), combinación de lm, lf y ac, combinación de lm y lf y, por último, combinación de lf y ac. La cantidad de la alimentación en Kilocalorías (Kcal) se contabilizó mediante el programa Nutrikcal Vo. Se tomaron como referencia los parámetros de la oms, en los que lo adecuado son 600 Kcal para lactantes de 6 a 8 meses, 700 Kcal de 9 a 11 meses y 950 kcal de 12 a 24 meses. La frecuencia de alimentación se evaluó de acuerdo con las directrices para la alimentación en niños de 12 a 24 meses de la oms, en las cuales se señala que la frecuencia adecuada de LM es a libre demanda, de ac es de 2 a 3 comidas al día para lactantes de 6 a 8 meses, y de 3 a 4 comidas para aquellos de 9 a 24 meses con 1 o 2 refrigerios adicionales, si fuera necesario en todas las edades. Asimismo, para los lactantes que no consumen lm, el mínimo de comidas recomendado es cuatro. Para interpretar las respuestas del tipo, cantidad y frecuencia de alimentación se utilizaron los indicadores para las PA de los lactantes propuestos por la oms: (1) lactancia materna continua, (2) inicio de alimentos complementarios y (3) frecuencia de comidas (Organización Mundial de la Salud, 2009, 2010)2009, 2010.

Datos antropométricos

Para la obtención del peso y talla de la diada se entrenaron profesionales de enfermería. El entretenimiento consistió en la revisión del manual de uso de los equipos y las medidas de seguridad a llevar a cabo para la obtención de las mediciones. El peso del lactante fue obtenido mediante el uso de báscula seca 354 con capacidad de 200 kg, y para la obtención de talla se empleó estadímetro seca 233. Posteriormente, se calcularon los indicadores antropométricos y se obtuvo el en de los lactantes mediante el programa who Anthro versión 3.2 de la oms. Se clasificó como: bajo peso con una puntuación −2, peso normal de −1+1, SP +1+2 y OB mayor de +2. En la madre, padre o cuidador, la medición del peso fue realizada por la misma báscula y la obtención de talla se llevó a cabo con un estadímetro portátil marca seca modelo 213. Posteriormente, se calculó el imc mediante la calculadora del sitio Web del cdc, y se clasificó el resultado como: bajo peso < 18.5; peso normal > 18.5 a 24.9; sp > 25 a 29.9, y ob > 30 (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 2020; Organización Mundial de la Salud, 2017).

Procedimiento de recolección de la información

El presente estudio fue aprobado por el Comité de Investigación y Comité de Ética de la Facultad de Enfermería Mochis de la Universidad Autónoma de Sinaloa (cei-000-31) y se apegó a los principios básicos del reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación en Salud (Diario Oficial de la Federación, 2014).

Se identificaron guarderías, estancias infantiles y unidades de salud para solicitar la autorización de realización del estudio. Sólo una guardería del sector público accedió a participar en conjunto con las cuidadoras, también, dos unidades de salud del mismo sector accedieron.

Una vez obtenida la autorización, se procedió a abordar a los padres al inicio o término del horario de asistencia al cuidado formal, para explicar los objetivos del estudio, y se aplicaron una serie de preguntas filtro para identificar los criterios de inclusión y de exclusión, además de asegurar que el lactante permanecía por lo menos diez horas en la guardería.

A las diadas que cumplieron los criterios se les invitó a través de los padres a participar en el estudio, aquellos que accedieron se les explicó, de manera detallada, el consentimiento informado y previa confirmación de su comprensión, y se solicitó la firma de autorización.

Para la obtención de medidas antropométricas en la guardería, se invitó a las cuidadoras a pasar al área de mediciones, la cual fue acondicionada con los equipos una vez que se recibió la autorización por parte de los directivos de la guardería para la realización de los procedimientos. Posteriormente se llevó a cabo la obtención de medidas antropométricas en los lactantes. De forma similar se realizaron los procedimientos para la obtención de los datos del cuidado parental materno, paterno e informal en las unidades de salud que accedieron a la participación en el estudio. Las diadas fueron abordadas de forma previa o posterior a la consulta. Si la diada no se encontraba acompañada, se ofrecía apoyo para el cuidado del hijo mientras se realizaban los procedimientos.

Análisis de los datos

Para el análisis de los resultados se utilizó el paquete estadístico spss (Statistical Package for the Social Sciences) versión 25 para Windows. Para analizar la distribución de las variables se utilizó la prueba Kolmogorov-Smirnov. Asimismo, se empleó estadística inferencial para dar respuesta a los objetivos.

Para describir las características sociodemográficas del cuidador e identificar las características del lactante, se empleó estadística descriptiva a través de medias y desviaciones estándar para variables continuas y frecuencias, y porcentajes para variables categóricas. Para dar respuesta al objetivo “comparar las pa por dcl”, se empleó el estadístico de Kruskal-Wallis. Para asociar las caracterísitcas sociodemográficas y clínicas del cuidador con el en del lactante, se utilizó un modelo de regresión lineal múltiple.

Resultados

Participaron 220 diadas (madre, padre o cuidador-lactante). El 77.3% de los cuidadores fueron de sexo femenino, y el 22.7, de sexo masculino. El 86.36% tenía pareja y el 13.63% refirieron ser solteros. Asimismo, el 61.82% contaba con empleo, el 35.54% se dedicaba al hogar, y el 2.73% eran estudiantes. La prevalencia combinanda de sp/ob entre los cuidadores fue de 69.54%. La tabla 1 muestra los resultados.

Tabla 1. Características sociodemográficas y clínicas del cuidador

Variable M DE Valores
Mín. Máx.
Edad 35.37 12.70 16 71
Ingreso 7 445.00 6 003.00 700 45000
Escolaridad (años) 11.97 3.29 1 16
Peso 75.73 17.19 43.00 132.00
Talla 1.64 .09 1.50 1.93
IMC 28.15 5.43 17.40 45.70

Nota: n = 220; M: Media; DE: Desviación estándar; Mín.: Mínimo; Máx.: Máximo.

De acuerdo con las características sociodemográficas y clínicas del lactante, se encontró que, del total de la muestra, el 53.2% eran de sexo masculino y el 46.8% de sexo eran femenino.

Al llevar a cabo la evaluación del en, según indicadores antropométricos de la oms (2009), considerando el promedio de las puntaciones Z, se encontró que todos los promedios de las puntuaciones Z resultaron adecuados para la edad, sin embargo, al evaluar el en del lactante, se encontró una prevalencia combinada de sp/ob de 19.09%. La tabla 2 muestra los resultados.

Tabla 2. Características clínicas del lactante

Variable M DE Valores
Mín. Máx.
Edad (meses) 13.83 5.60 6 24
Peso 10.35 2.19 6 18
Talla 76.28 7.29 57 92
Puntajes Z
Peso/longitud .70 1.52 –4.27 5.64
Peso/edad .32 1.32 –3.11 3.82
Longitud/edad -.28 1.68 –5.50 5.96
IMC/edad .71 1.62 –4.88 5.96

Nota: n = 220; peso expresado en kilogramos y talla en centímetros; imc: Índice de Masa Corporal; M: Media; DE: Desviación Estándar; Mín.: Mínimo; Máx.: Máximo.

Disposiciones de cuidado del lactante

En cuanto a las dcl, de las 220 diadas, el 27.3% pertenecían al cuidado parental materno; el 22.7%, al cuidado parental paterno; el 24.5%, al cuidado formal, y el 25.5%, al cuidado informal. El promedio de la intensidad del cuidado fue de 89.05 horas (DE = 56.09), mientras que la media de edad de inicio del cuidado fue de 2.16 meses (DE = 3.13). Al realizar la categorización de la intensidad y edad de inicio del cuidado, se encontró que el 90% de los lactantes tenían una intensidad alta de cuidado, es decir, mayor de 30 horas por semana, mientras que sólo el 10% tenía una intensidad menor a este número de horas. Asimismo, el inicio del cuidado antes de los 12 meses sucedió en el 97.73% de los lactantes y sólo el 2.27% inició después de los 12 meses. Asimismo, dentro del cuidado informal se identificó que el 82.14% es ofrecido por la abuela, y en menor proporción, por una amiga o vecina (1.79%). Además, se encontró que 51.79% de este tipo de cuidado es no relativo, es decir, que es llevado a cabo fuera del hogar del lactante.

Prácticas de alimentación

Tipo de alimentación: Las pa se clasifican en tipo, cantidad y frecuencia. Respecto al tipo de alimentación, se encontró que sólo el 3.85% de los lactantes menores de 12 meses y el 0.86% de los mayores de 12 meses consume una alimentación a base de combinación de lm y ca, la cual es considerada el tipo de alimentación adecuada para los lactantes. La tabla 3 muestra el tipo de alimentación por grupo de edad.

Tabla 3. Tipo de alimentación por grupo de edad

Tipo de alimentación Menores de 12 meses Mayores de 12 meses
f % f %
Lactancia materna exclusiva 1 .96 - -
Leche de fórmula 7 6.73 2 1.72
Alimentación complementaria 10 9.62 59 50.86
LM, LF y AC 4 3.85 1 .86
LM y LF 1 .96 - -
LM y AC 9 8.65 5 4.31
LF y AC 72 69.23 49 42.24
Total 104 100.00 116 100.00

Nota: n = 220; LM: leche materna; LF: leche de fórmula; AC: alimentación complementaria; f: frecuencia; % = porcentaje.

Al llevar a cabo la categorización del tipo de alimentación se encontró que, en el grupo de 6 a 12 meses, el 46.12% de los lactantes presentaron un tipo de alimentación inadecuada, mientras que en el grupo de 13 a 24 meses la proporción fue de 53.88%.

Cantidad de alimentación: Se encontró que en promedio el consumo de kcal fue de 672.22 (DE = 296.45) para los lactantes en general. Asimismo, en el grupo de edad de lactantes menores de 12 meses, solamente el .96% presentaron un consumo adecuado de kcal, mientras que en el grupo de mayores de 12 meses el 3.45% presentó un consumo adecuado, lo que indica que de forma general el 4.41% de los lactantes presentaron un consumo de kcal adecuado para la edad, predominando ampliamente la categoría de sobreingesta en ambos grupos (ver tabla 4).

Frecuencia de alimentación: Se encontró que para los lactantes en general la media de frecuencia de alimentación fue de 4.86 comidas (DE = 2.03). Asimismo, al llevar a cabo la categorización de la frecuencia de alimentación, se encontró que predominó la categoría inadecuada en ambos grupos de edad. Para el grupo de lactantes menores de 12 meses, la frecuencia de alimentación inadecuada fue de 63.46%, mientras que en el grupo de lactantes mayores de 12 meses fue de 55.17%. La tabla 4 muestra los resultados.

Tabla 4. Cantidad de kilocalorías y frecuencia de alimentación por grupo de edad

Menores de 12 meses Mayores de 12 meses
f % f %
Cantidad de kilocalorías
Infraingesta 32 30.77 40 34.48
Normoingesta 1 .96 4 3.45
Sobreingesta 71 68.27 72 62.07
Total 104 100.00 116 100.00
Frecuencia de alimentación
Adecuada 38 36.54 52 44.83
Inadecuada 66 63.46 64 55.17
Total 104 100.00 116 100.00

Nota: n= 220; f: frecuencia; %: porcentaje.

Prácticas de alimentación con disposiciones de cuidado del lactante: Para dar respuesta al objetivo uno comparar las pa por dcl, se realizó una prueba de Kruskal-Wallis en la que se compararon los tipos de cuidado con las pa. Se encontró que existen diferencias en el tipo, cantidad y frecuencia de alimentación por tipo de cuidado (p = .001).

El cuidado parental paterno y formal obtuvieron el mayor rango de tipo de alimentación inadecuada. Asimismo, en cantidad y frecuencia de alimentación, el cuidado formal predominó con el mayor rango en la categoría de inadecuada. Es importante señalar que el cuidado parental materno presentó los rangos más bajos de PA inadecuadas. La tabla 5 muestra los resultados.

Tabla 5. Comparación de las prácticas de alimentación por disposiciones de cuidado

Rangos Estadísticos de prueba
Prácticas de alimentación Tipo de cuidado n Rango promedio H p
Tipo de alimentación Parental materno 60 95.50 26.40 .001
Parental paterno 50 117.50
Formal 54 117.50
Informal 56 113.57
Total 220
Cantidadde alimentación Parental materno 60 78.39 55.48 .001
Parental paterno 50 97.31
Formal 54 149.00
Informal 56 119.55
Total 220
Frecuencia de alimentación Parental materno 60 89.50 34.03 .001
Parental paterno 50 111.50
Formal 54 145.31
Informal 56 98.54
Total 220

Nota: n = 220; H = H de Kruskal-Wallis; p = significancia.

Características del cuidador con el estado nutricio del lactante: Para dar respuesta al objetivo número dos, para asociar las características sociodemográficas y clínicas del cuidador con el en del lactante, se realizó un modelo de regresión lineal múltiple para la variable dependiente puntuación Z peso/edad. Se encontró que la edad del cuidador y el tipo de parto contribuyeron al modelo. Específicamente, se encontró que el puntaje Z peso/edad disminuye 0.025 por cada aumento de un año en la edad del cuidador, asimismo, la diferencia en la putuación Z entre aquellos lactantes que nacieron por parto natural y no es 0.001 menor para aquellos que nacieron a través de parto natural. La tabla 6 muestra los resultados.

Tabla 6. Modelo de regresión lineal de las características sociodemográficas y clíncas del cuidador con la puntuación Z peso/edad del lactante

F gl p R2
3.70 11 < .001 40%
Factores Coeficientes no estandarizados
β EE t p
Constante .463 1.382 .335 .738
Edad (años) −.025 010 −2.501 .013
Estado civil (Ref. con pareja)
Sin pareja .360 .256 1.407 .161
Ocupación (Ref. hogar)
Estudiante −1.492 .936 −1.595 .112
Trabajador −.435 .914 −.476 .634
Escolaridad (años) .040 .035 1.168 .244
Horas empleo .000 .007 −.058 .954
Ingreso económico −6.466 .000 −.386 .700
Número de hijos .001 .000 1.730 .085
Tipo de parto (Ref. Cesárea)
Parto natural −.001 000 −3.911 .001
IMC antes parto .000 .000 .556 .579
IMC actual .005 .017 .321 .749

Nota: n = 220; F = F-test; gl = grados de libertad; p = significancia; R2= R cuadrada; β = coeficiente; EE = Error estándar; t = Significancia t-test.

Discusión

Este estudio tuvo como finalidad comparar las pa por dcl y asociar las características sociodemográficas y clínicas del cuidador con el en del lactante. Se observó que los lactantes reciben pa diferentes de acuerdo con el tipo de cuidado en el que se encuentren inmersos, además se encontró que las características sociodemográficas y clínicas del cuidador pueden influir en el EN del lactante, por lo que ambos hallazgos se constituyen como factores de riesgo del entorno de cuidado del lactante que pueden repercutir en su estado de salud.

En cuanto a los datos descriptivos, se encontró que la prevalencia combinada de sp/ob en los cuidadores fue de 69.6%, es decir, 4.5 puntos porcentuales menos respecto a la prevalencia nacional en 2020, la cual fue de 74.1% en adultos de 20 años y más. Asimismo, de acuerdo con las características clínicas del lactante, a pesar de que la totalidad de los promedios de las puntuaciones Z resultaron adecuados para la edad, se encontró que cerca de la quinta parte de los lactantes presentan una prevalencia combinada de sp/ob. A nivel internacional, esta cifra es similar a la reportada en un estudio realizado en Estados Unidos, donde el 19% de los lactantes presentaron esta condición ligeramente superior a la cifra reportada en un estudio realizado en China, que fue del 17.5% (Feldman-Winter et al., 2018; Instituto Nacional de Salud Pública de México, 2021; Sun et al., 2017).

Asimismo, a nivel nacional, la cifra de sp/ob reportada en este estudio es ligeramente superior a la informada por un estudio realizado en el noreste de México, que señala que el 15.10% de los lactantes presentan esta condición, sin embargo, es inferior a la reportada por otro estudio realizado en el noreste y sureste del país, la cual asciende a 25.30%. Actualmente, estos son los únicos estudios que reportan cifras de sp/ob en lactantes, ya que las informadas por organismos nacionales e internacionales engloban a esta población en el grupo de edad de menores de 5 años, lo cual no ha permitido dar cuenta de la magnitud de este problema en etapas más tempranas de la vida (Cárdenas Villarreal et al., 2018; Flores Peña et al., 2017).

Por otro lado, al evaluar el cuidado infantil, se identificó que la intensidad del cuidado en la mayoría de los lactantes fue alta, lo cual ha sido considerado como un factor de riesgo, ya que la asistencia semanal prolongada a algunos tipos de cuidado representa mayor riesgo para la salud del lactante (Vandell et al., 2010).

En cuanto a la edad de inicio del cuidado, los lactantes en el presente estudio iniciaron a asistir al cuidado en promedio a los 2.16 meses, mientras en que en otros estudios la edad de inicio fue superior, por lo que los lactantes empiezan a recibir la influencia del ambiente del cuidado a más temprana edad respecto a otras poblaciones. Esto ha sido considerado como un factor de riesgo, ya que la edad de inicio del cuidado antes de los seis meses en algunos tipos de cuidado aumenta el riesgo de sp/ob (Benjamin Neelon et al., 2015; Benjamin et al., 2009; Pearce et al., 2010; Tanskanen, 2013).

En cuanto a las PA, se encontró que el porcentaje de los lactantes que consumen un tipo de alimentación adecuada para la edad es bajo, es decir, a base de lm y ac. De forma similar, en el consumo de kcal predominó ampliamente la categoría “inadecuada”, la cual abarcaba sobreingesta e infraingesta de Kcal para la edad, con mayor tendencia a la sobreingesta. Respecto a estos resultados, únicamente la frecuencia de alimentación difirió a lo encontrado en estas dos PA, ya que casi alrededor de la mitad de la muestra presentó una frecuencia de alimentación adecuada, el mismo resultado se observa al tomar en cuenta el promedio de número de comidas por día en los lactantes, el cual se encuentra dentro de los valores recomendados por la oms (2009).

A nivel nacional, estos resultados coinciden con los reportados por Ortiz-Félix (2015) en un estudio realizado en el noreste del país, en el que el tipo y la cantidad de alimentación en lactantes menores de 12 meses se ubicaron en la categoría de inadecuada, mientras que cerca de la mitad de los lactantes obtuvo un número adecuado de frecuencia de alimentación. A nivel internacional, estos resultados coinciden sólo parcialmente con los reportados en un estudio realizado en Uganda, que evaluó de forma similar las pa en lactantes del mismo grupo de edad (Aber et al., 2018).

El estudio reporta que cerca de la mitad de los lactantes tuvieron un tipo de alimentación adecuada. Asimismo, la mayoría de los lactantes obtuvo una cantidad inadecuada en el consumo de kcal pero con tendencia a la infraingesta, es decir, contrario a lo reportado en el presente estudio. Por otro lado, el promedio de frecuencia de alimentación fue similar entre ambos estudios. A pesar de las similitudes, los resultados no pueden ser comparados a gran escala debido a las diferencias sociodemográficas y clínicas de los lactantes (Aber et al., 2018).

Un hallazgo importante del presente estudio fue que los padres ofrecieron mejor tipo de alimentación que la que es otorgada en el cuidado formal. Otro estudio que ha evidenciado la influencia positiva de los padres en la alimentación infantil ha sido el de Wei et al. (2018), en el que los estilos de alimentación que ejercen los padres en sus hijos reflejaron mejores estados nutricios. Sin embargo, a pesar de que en ambos estudios los padres influyen de manera positiva en algunos aspectos de la alimentación de los hijos, no es posible realizar una comparación específica de los resultados, ya que el estudio evaluó los estilos de alimentación, es decir, la forma en que los padres alimentan a los hijos, mientras que el presente estudio evaluó la alimentación en sí.

Por otro lado, en el cuidado formal predominaron totalmente las prácticas inadecuadas de alimentación, es decir, el tipo, la cantidad y la frecuencia de alimentación que se ejercen en los lactantes no se encuentran estandarizadas conforme a las recomendaciones de la oms para este grupo de edad, por lo que estas pa pueden ser un riesgo para el en del lactante. Esta relación de riesgo entre el cuidado formal y el en del lactante ha sido reportada desde hace tiempo por varios estudios y actualmente se realiza investigación al respecto, sin embargo, la literatura ha mostrado inconsistencias, ya que algunos estudios han encontrado asociación, como efecto protector o de riesgo, sin embargo, también se ha descrito que no existe una asociación con el en del lactante, por lo que es necesario mayor evidencia para concluir al respecto. (Benjamin Neelon et al., 2015; Benjamin et al., 2009; Flores y Lin, 2013; Geoffroy et al., 2013; Gubbels y Raaijmakers, 2014; Pearce et al., 2010).

Por último, dentro del cuidado informal, predominó la práctica de tipo de alimentación inadecuada, en conjunto con el cuidado formal. De la misma forma, el cuidado informal se posicionó detrás del cuidado formal en la sobreingesta de kcal, es decir, presentó un alto porcentaje en la práctica de cantidad de alimentación inadecuada. Estos hallazgos coinciden con otros estudios que señalan que el cuidado informal tuvo mayor prevalencia de hábitos alimenticios inadecuados en los niños (Sata et al., 2015; Watanabe et al., 2011).

Además, se encontró que este tipo de cuidado es otorgado mayormente por los abuelos en forma no relativa, es decir, el cuidado es otorgado fuera de la casa donde habita el lactante. Otro resultado relacionado ha sido el de Benjamin et al. (2009), quienes señalan que el cuidado informal no relativo se relaciona con mayores probabilidades de sp/ob en niños menores de 3 años. Esto se puede deber a que probablemente al encontrarse fuera de la presencia de los padres, la abuela podría tener mayor libertad para llevar a cabo pa basadas en su experiencia que, como ya se mencionó, resultan inadecuadas llegando a constituirse como un factor de riesgo para la salud del lactante.

Respecto al objetivo número dos, se encontró que las características sociodemográficas y clínicas del cuidador que influyen sobre el en del lactante son la edad y el tipo de parto. Algunas otras características han sido reportadas en la literatura. Pearce et al. (2010) encontraron que los antecedentes profesionales, contar con un título universitario o ser madre soltera se asociaron con un mayor riesgo de sp en el lactante. Por lo anterior, es necesario determinar las características del cuidador que pueden influir sobre el en del lactante, ya que se ha señalado que en el ambiente de cuidado, las relaciones entre adultos y lactantes influyen en la formación del comportamiento cognitivo, emocional, físico y social del lactante (McGinnity et al., 2015).

Finalmente, algunas de las limitaciones del presente estudio son que el recordatorio de 24 horas para evaluar las PA no representa, en buena medida, la alimentación general del lactante. Asimismo, es la primera vez que se utiliza el cuestionario de disposiciones del cuidado para evaluar el ambiente de cuidado del lactante.

Conclusiones

A través de la realización del presente estudio, se pudo evidenciar que las pa varían en relación con el tipo de cuidado que recibe el lactante antes de los 2 años. Asimismo, se comprobó que las pa que ejerce la madre sobre su hijo son más adecuadas que las que son llevadas a cabo en otros tipos de cuidado, incluso, en el cuidado formal. Además, se comprobó que los padres ejercen pa parcialmente adecuadas al igual que el cuidado informal, mientras que el cuidado formal basado en la guardería resulto con PA inadecuadas.

Otro de los hallazgos es la asociación que existe entre las características sociodemográficas y clínicas del cuidador y el en del lactante, las cuales, además, pueden ejercer influencia sobre las pa, por lo que se requiere mayor exploración de este aspecto.

Por último, es necesario realizar intervenciones destinadas a mejorar las PA en todos los ambientes de cuidado del lactante. De manera particular, resulta apremiante adecuar las pa en el cuidado formal, de tal manera que se encuentren estandarizas con las recomendaciones de la oms para este grupo de edad.

Se recomienda en futuros estudios abordar a población de nivel socioeconómico alto y bajo para verificar si hay variaciones en los resultados. Además, se recomienda incluir otras variables como variedad en la alimentación y características de la alimentación, como el momento de la introducción de leche de fórmula y bebidas azucaradas, la edad de inicio de la ac, además de la duración de la lactancia materna, ya que han sido señaladas como variables de efecto en el en del lactante. Se recomienda también llevar a cabo la evaluación de las pa a través de un recordatorio de tres días, ya que ha sido señalado como más representativo de la alimentación habitual del lactante.

Agradecimientos

Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el cual a través de la Beca Nacional de Posgrados otorgada (pnpc: 005560), contribuyó en parte en la obtención del grado de Maestro en Ciencias en Enfermería.

A las autoridades de las instituciones donde se llevó a cabo el estudio por las facilidades otorgadas para el desarrollo de las actividades y las atenciones recibidas.

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