Capítulo 1. Accesibilidad al aprendizaje virtual

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Brenda Alvarado Sánchez


Romina Sinahí Moreno de León


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Capítulo 1. Accesibilidad al aprendizaje virtual

*Brenda Alvarado Sánchez

**Romina Sinahí Moreno de León

Universidad Autónoma de San Luis Potosí

Introducción

Desde hace tiempo, buena parte del sector educativo ha incorporado la tecnología como herramienta de trabajo; sin embargo, esto ha sido de forma paulatina, mas no obligada, al menos en lo que se refiere a instituciones de educación superior (Zubieta García & Rama Vitale, 2015). Esta resistencia al cambio se debe a diferentes circunstancias; entre ellas, mitos sobre la educación virtual y a distancia, como la creencia de que el aprendizaje sólo puede darse en la modalidad presencial (Villegas López, 2009). No obstante, también existen las realidades derivadas del contexto social de la población en México y de la historia natural de la enseñanza en nuestro país; una de ellas es el acceso que tienen los alumnos a una tecnología adecuada que les permita lograr el aprendizaje mediante el uso de medios digitales, y no sólo que puedan acceder a ella, sino que conozcan su uso y que el entorno que los rodea sea favorable para su óptimo aprovechamiento (Cabral, 2008).

La Facultad de Estudios Profesionales Zona Huasteca (fepzh) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (uaslp) se encuentra asentada en una región en donde confluyen al menos dos grupos étnicos —náhuatl y tének—, además de la población mestiza, mientras que buena parte del alumnado proviene de los estratos económico-sociales medio y bajo (Téllez Vázquez et al., 2013), lo cual limita de cierta forma su capacidad para acceder a medios tecnológicos que faciliten su aprendizaje en la modalidad virtual.

Metodología

El presente es un estudio exploratorio y descriptivo en el cual participaron 232 alumnos de la licenciatura en Bioquímica de la fepzh de un total de 302 (76.8%); se aplicó una encuesta electrónica del 2 al 25 de septiembre de 2020, la cual aborda los siguientes aspectos: acceso a medios electrónicos y servicios digitales, ergonomía y necesidades académicas. Las respuestas a las preguntas fueron tipo Likert.

Resultados

En la Tabla 1.1 se describen las características generales de la población estudiada, de lo que se desprende que la mayor parte de los participantes son mujeres y están concentrados en el primero y quinto semestres.

La situación académica que guardaban los alumnos al momento de contestar la encuesta correspondía a que en su mayoría eran estudiantes regulares (87.2%). Esta información es relevante para hacer un seguimiento posterior al semestre agosto-diciembre 2020, en el cual la enseñanza será prácticamente en modalidad virtual, para así determinar la manera en que este valor se ve afectado.

Tabla 1.1. Descripción de la población

No. de personas que contestaron la encuesta:

232

100%

No. de mujeres:

165

67.2%

No. de hombres:

76

32.7%

Periodo de aplicación de la encuesta:

02/09/20

25/09/20

Rango de edad:

17 a 23 años

No. de personas por semestre

Primero

72

31.0%

Tercero

50

21.5%

Quinto

68

29.3%

Séptimo

13

5.6%

Noveno

29

12.5%

Fuente: Elaboración propia.

Acceso a medios electrónicos y servicios digitales

Una vez descritas las características generales de la población se analizó el acceso a medios electrónicos y los servicios digitales con los que cuentan. Para ello se establecieron varias preguntas que permitieran valorar esto. Al cuestionar a los alumnos sobre el acceso a dispositivos electrónicos para uso en actividades académicas, se encontró que 90.1% de los estudiantes cuentan con al menos una herramienta que les permite llevar a cabo dicha labor. Sin embargo, al cuestionarles con cuántas personas comparten el equipo, sorpresivamente 52.6% contestó que comparten el equipo con al menos una persona, llegando en algunos casos (10.3%) a hacerlo con más de tres personas (datos no mostrados), situación que sin duda impacta en el tiempo que pueden dedicar a realizar sus actividades académicas.

En la Figura 1.1 podemos observar que 50% cuenta al menos con teléfono inteligente; sin embargo, sólo 64.4% cuenta con computadora portátil y 17.6% con computadora de escritorio.

A diferencia de encuestas similares en otras facultades de la uaslp, la computadora de escritorio es un equipo que todavía se usa en buena parte de la población estudiantil de la fepzh; probablemente esté relacionado con el estado socioeconómico en la región. Recordemos que por lo regular se requiere una mayor inversión para adquirir un equipo de cómputo portátil que uno de escritorio, y que buena parte de la población estudiantil de la fepzh es de bajos recursos. Curiosamente, la población estudiada manifiesta que el dispositivo electrónico que más utiliza para realizar sus actividades académicas es el teléfono inteligente, seguido de la laptop, la computadora de escritorio y, por último, la tableta. Esta situación sugiere, entre otras cosas, un mayor acceso a este tipo de dispositivos, ya sea por cuestiones económicas o por preferencia del usuario; en el primer caso, esto limita las actividades académicas que se pueden realizar, ya que la capacidad de los teléfonos es muy variable y sólo los de gama alta permiten utilizar varias aplicaciones a la vez sin tener problemas de funcionamiento.

En la denominada “nueva normalidad”, la educación universitaria a distancia requiere que los alumnos cuenten con servicios de conexión a internet; por ello se les cuestionó a los alumnos sobre el tipo de servicio con el que contaban en el momento. A esto, 89.2% respondió que cuentan con conexión inalámbrica, y una pequeña parte de la población (2.5%) no tiene servicio de internet en casa o plan de datos. Eso deja un restante 8.3% de la población que accede a los contenidos académicos a través de plan de datos. Esto, sin duda, vale la pena considerarlo al momento de seleccionar los materiales de enseñanza, ya que podrían consumir buena parte de su plan de datos y ello repercutiría en su situación económica y académica.

Además de las situaciones ya descritas, existen otras condiciones que afectan el acceso a los materiales de aprendizaje. Al respecto, 86.6% del alumnado manifestó tener problemas de conectividad wifi, además de tener problemas con conexión por datos (22.8%), manejar equipo viejo u obsoleto (22.4%), carecer de habilidades en el manejo de las tecnologías de la información y la comunicación (tic) (13.7%) e inclusive cortes de energía (36.2%) (véase la Figura 1.2). El problema de conexión a internet es una situación generalizada en la región, debido, entre otras cosas, a las condiciones geográficas que dificultan el paso de la señal; sin embargo, esta situación se ha agudizado recientemente debido a que un gran número de familias se vio en la necesidad de contratar servicios de internet de manera apresurada por la contingencia sanitaria, lo que ha llevado a una saturación de los servicios (Mera-Mosquera & Mercado-Bautista, 2019). Estas situaciones deberían ser consideradas por los profesores y las familias, para poco a poco disminuir el número de variables que afectan el acceso a la educación de los estudiantes para que puedan aprovechar al máximo los contenidos propuestos por los profesores.

Además de la problemática relacionada con el acceso a servicios eficientes de internet, una parte importante del alumnado (33.8%) se encuentra desarrollando actividades laborales, por lo que éste es otro factor importante al momento de definir las actividades de aprendizaje a des-
arrollar, ya que, en algunos casos (73%), el horario laboral coincide con el escolar total o parcialmente (datos no mostrados). Aunque a la mayoría de los alumnos que se encuentran laborando (88.3%) se les permite acceder a sus actividades académicas, la concentración y dedicación que les pueden dar a sus estudios sin duda no serán las mismas que las de un alumno que se encuentra dedicado exclusivamente a estudiar (Suing, 2018).

Ergonomía

La ergonomía estudia la forma en que las herramientas de trabajo se adaptan para elevar la productividad de los individuos. En el caso de la educación, la ergonomía tiene un impacto en el rendimiento académico del alumnado. Un ejemplo sencillo es el de un mobiliario que permita estar sentado cómodamente durante largos periodos, o bien la instalación de luz artificial que facilite la lectura y hasta el aislamiento del área para disminuir ruidos fuertes o molestos, así como la climatización de espacios.

En cuanto al estudio, 67% de los alumnos considera que cuenta con un espacio adecuado para desarrollar sus actividades académicas; sin embargo, sólo 16.8% del total cuenta con climatización del área. Por otra parte, sólo 5.6% cuenta con un estudio y 46.5% utiliza su habitación personal para desarrollar sus actividades, mientras el resto de los encuestados utiliza habitaciones compartidas, como el comedor, la sala o la cocina para llevar a cabo sus actividades escolares.

Obvia decir que 54.5% de los alumnos manifestó contar con distractores en sus áreas de trabajo, y esto coincide con el hecho de que prácticamente es la misma proporción de alumnos que manifiesta compartir habitaciones para desarrollar sus actividades escolares. De manera interesante, 71.2% de los alumnos declaró que esos distractores no afectan su rendimiento académico, situación que podrá evaluarse al analizar su condición académica al final de este semestre, así como su percepción de la misma, ya que, en este momento, sólo 3% de la población considera que su rendimiento académico es malo.

Sin duda, la ergonomía aplicada a los espacios de aprendizaje puede ser una situación que pase a segundo término en estos momentos de contingencia sanitaria; no obstante, considerar un espacio adecuado —en cuanto a mobiliario, equipo, iluminación, ruido y confort ambiental general— puede hacer la diferencia en el rendimiento del estudiante. Haciendo una analogía del trabajador con el alumno, podemos decir que se busca mejorar las condiciones del área de trabajo para que éste opere en condiciones óptimas y, por tanto, produzca más; por lo que, en el caso del alumno, se espera que mejore su rendimiento académico en la medida en que las condiciones en las que toma sus clases sean las ideales (González Valdés y González Valdés, 2015).

Necesidades académicas

Uno de los objetivos principales de este estudio fue explorar las condiciones reales de acceso al aprendizaje de los alumnos de la licenciatura en Bioquímica, con el fin último de incidir en las estrategias de enseñanza utilizadas y, por tanto, en el rendimiento académico del alumnado. Por ello, una de las preguntas que se les hizo fue ¿con qué frecuencia requieres asesoría personalizada o grupal del profesor para entender un tema?, a lo cual sólo 32.3% contestó que raramente y 0.4% dijo que nunca (ver la Figura 1.3). Dado que la carrera de Bioquímica tiene una proporción importante de asignaturas prácticas, se cuestionó a los alumnos sobre las herramientas que les permiten comprender mejor este tipo de temas, a lo cual 78% declaró que las prácticas demostrativas son las que mejor les permiten comprender los temas, seguido de los tutoriales (67.6%) y simuladores (43.2%).

Conclusiones

Es importante diseñar actividades de enseñanza y / o aprendizaje tomando en consideración que una porción de la población de estudio no cuenta con dispositivos electrónicos para uso exclusivo (85.7%) y, por tanto, su acceso a la información está limitada a la disponibilidad de éstos. Es importante considerar que 10.8% de los estudiantes no cuenta con internet en casa, por lo que no pueden acceder a servicios digitales las 24 horas del día. Por ello se recomienda disminuir la obligatoriedad de sesiones sincrónicas fuera del horario de oficina, para que estos alumnos puedan acceder a ellas desde redes públicas o privadas de paga. También es importante tomar en consideración que una proporción importante del alumnado (33.8%) se encuentra laborando, por lo que el tiempo que pueden dedicar a realizar actividades académicas es limitado.

Sin duda existe una brecha digital importante que habrá que superar para que los alumnos logren un aprendizaje significativo. Es labor de los docentes y de las autoridades educativas proponer estrategias que permitan disminuir las diferencias digitales existentes entre el alumnado o al menos flexibilizar los procesos en beneficio de los más desprotegidos.

Referencias

Cabral Vargas, B. (2008). Elementos necesarios para una modalidad de educación a distancia en bibliotecología. Investigación bibliotecológica, 22(46), 59-89.

González Valdés, M. D. y González Valdés, S. (2015). El objeto de aprendizaje y la ergonomía. MediSur, 13(5), 572-574.

Mera-Mosquera, A. R. y Mercado-Bautista, J. D. (2019). Educación a distancia: Un reto para la educación superior en el siglo xxi. Dominio de las Ciencias, 5(1), 357-376.

Suing, D. J. N. (2018). La formación a distancia, una necesidad para la formación de los estudiantes. Polo del Conocimiento, 3(9), 287-302.

Téllez Vázquez, Y., Ruiz Guzmán, L., Velázquez Isidro, M. y López Ramírez, J. (2013). Presencia indígena, marginación y condición de ubicación geográfica. Conapo.

Villegas López, G. A. (2009). 10 mitos de la educación virtual. Ponencia presentada en la VIII Conferencia Iberoamericana en Sistemas, Cibernética e Informática, Orlando, Florida.

Zubieta García, J. y Rama Vitale, C. (2015). La educación a distancia en México: Una nueva realidad universitaria. unam.