15. Crecimiento y salarios

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José Armando Pineda Osnaya


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15. Crecimiento y salarios

La principal razón por la cual los Estados Unidos al igual que el resto de los países más ricos se separaron de los países pobres generando elevados niveles de ingreso no es porque sometieron otros pueblos a través de invasiones militares y coloniales, mucho menos es porque hayan trabajado más que los países más pobres, sino es porque desde 1919, a raíz de los Tratados de Versalles y la creación de la Organización Internacional del Trabajo (oit), los salarios crecieron igual o más que el aumento de la productividad y del costo de la vida. No fue la victoria en las guerras mundiales, ni la invasión y sometimiento de otras naciones más débiles militarmente lo que hizo que unos pocos países fueran más ricos que otros, incluyendo a los Estados Unidos. Entre comienzos del siglo xix hasta fechas recientes se contabilizan más de 10 000 ocupaciones, agresiones y desembarcos de muy diversos tipos realizados tanto por los Estados Unidos como por los países europeos; estas ocupaciones y agresiones militares no hicieron al país más grande. Como hemos mencionado más atrás, lo que sentó las bases para hacer de los Estados Unidos un país desarrollado fue el aumento de los salarios después de 1919 que obligó a las empresas a elevar la inversión ocupando procesos cada vez más tecnificados y desarrollados (Vega, 2001). Si estos países hubieran mantenido el salario reducido y se hubieran dedicado a conquistar el mundo sin que las empresas tuvieran la presión por tecnificarse y reemplazar mano de obra por máquinas, seguramente los Estados Unidos estarían igual que cualquier otro país de mediano desarrollo.

La política neoliberal, al basarse en el estancamiento de los salarios, aniquiló uno de los pilares fundamentales sobre los cuales descansa el aumento de la inversión, la productividad y la producción. La teoría económica hasta el momento ha considerado al salario solo como una variable que compite contra las ganancias en el reparto de la riqueza y al salario se le ve solo como el valor que debe de reproducir a la mano de obra y no se ve la influencia que este ejerce sobre la inversión y el cambio técnico, como lo hemos explicado en el apartado anterior. El neoliberalismo justifica la caída del salario real como necesaria para elevar las ganancias, prometiendo con ello incentivar el crecimiento, la competitividad y la eficiencia, aunque en realidad sucede todo lo contrario, el aumento de las ganancias basado en la reducción del salario provoca una cada vez mayor caída del producto y de la inversión con inflación permanente. En el neoliberalismo, el aumento de la inversión y de la productividad se disociaron de la evolución salario, estas ya no son empujadas por este, ahora se asociaron más con la creación de nichos específicos de mercado, para lo cual fue fundamental reducir costos y aprovechar el poder del Estado para pagar los servicios privatizados y demandar el crédito privado. La demanda de la población de servicios básicos como el abasto de agua potable, la vigilancia, la salud, la educación y otros servicios básicos pasaron a depender de la oferta y de los precios de empresas privadas. La globalización divorció el aumento de la demanda del crecimiento de la oferta, es decir, anteriormente la demanda crecía con el aumento del salario, el que a su vez empujaba por una mayor inversión en el uso de máquinas con mayores innovaciones y cambios técnicos que desplazaban mano de obra por máquinas, permitiendo elevar la producción al mismo ritmo en que aumentaba el salario. A medida que aumentaba el salario, las empresas se obligaban a introducir nuevas máquinas para poder producir con costos más altos de mano de obra, por tanto, la demanda de máquinas crecía paralela al aumento de los salarios. Las ganancias se incrementaron porque finalmente la mano de obra, aunque era mejor pagada, disminuía su número total en la producción, al final la empresa pagaba en total menos salarios. Este proceso terminaba en mayor producción, mayor ingreso y estabilidad de precios. En el modelo neoliberal, este mecanismo de autorreproducción dejó de funcionar, la caída de los salarios disminuyó la demanda de máquinas y en su lugar se buscó ocupar mano de obra barata. La demanda principal ya no provino del consumo humano y de la demanda de máquinas, sino provino del extranjero y de satisfacer las necesidades de la población de salud, vigilancia, educación, seguridad y de todo tipo de servicios controlados por el capital privado. A pesar de la privatización de los servicios públicos, el sistema no se reactivó. La demanda de las industrias perdió dinamismo al disminuir la demanda tanto humana por la caída del salario como de máquinas que reemplazaran mano de obra. Ello hizo necesario trasladar los capitales hacia países dispuestos a sacrificar el bienestar de su población con tal de recibir inversión extranjera cazadora de empleos baratos. El móvil del avance tecnológico cambió radicalmente, este ya no buscó elevar la eficiencia del proceso de trabajo, sino se enfocó a ofrecer nuevos productos, materiales y nuevas funcionalidades de las mercancías. La industria de las telecomunicaciones, el transporte, las armas, entre otras, junto con el gasto estatal en administración, el ejército, las telecomunicaciones, la exploración aeroespacial, el internet y otros renglones se convirtieron en los mayores demandantes del cambio tecnológico.

Desde la Guerra Civil (1861-1865), hasta concluir la Primera Guerra Mundial (1918), el salario real había crecido muy poco, posteriormente este se aceleró, hasta alcanzar en 1973 su nivel más alto, después de ese año inició una nueva caída hasta 1995, cuando alcanzó un nivel comparable al salario de 1964 (gráfica 15.1).

Después el salario volvió a crecer; en los 11 años, de 2010 a 2021, este ha aumentado 9.1% en términos reales. En los años setenta el Senado norteamericano canceló las actas de compensación del costo de la vida y de aumento de productividad que aseguraban la subida del salario, al mismo ritmo en que crecían los precios y la productividad, por lo que el salario real empezó a disminuir a la vez que se desaceleró el aumento de la producción.

Gráfica 15.1. Salarios por hora en dólares americanos, 1865-2009, precios de 1958.

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Antes de la entrada del neoliberalismo el salario real empezó a disminuir y se convirtió en la base principal sobre la cual descansaría el aumento de la competitividad. A precios de 1982, el salario real pasó de 1978 a 1981, de 8.4 dólares por hora a 7.69, 9.3% de disminución en el periodo. La caída real del salario tocó fondo en 1996 cuando el salario a precios de 1982-1984 fue de 7.8 dólares por hora, es decir, en 18 años cayó 12.9%. Posterior a 1996 el salario mostró signos de recuperación. En 2018 el salario nominal era de 22.7 dólares por hora, aunque a precios de 1982-1984 este representó en realidad 9.26 dólares por hora (gráfica 15.2)

Gráfica 15.2. Salarios por hora en dólares americanos y su variación anual, 1975-2018, precios promedio de 1982-1984

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P. preliminar

En el periodo de 1976 a 2021 el salario real aumentó apenas 11.34%, en tanto la productividad aumentó 63.4%, lo que manifiesta un elevado incremento del rendimiento del trabajo no compensado en nada por el salario, el cual prácticamente se ha mantenido estancado (gráfica 15.3).

Gráfica 15.3. Estados Unidos, índice de la productividad y del salario real, a precios promedio de 1982-1984. 1976-2021. 2012=100

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La caída del salario real de 1975 hasta 1980 se acompañó de una caída paralela del pib, de la inversión y de la producción por trabajador, posteriormente el salario real se estancó, a la vez que se deprimió el comportamiento de las otras variables. En 1998 el salario se recuperó y las otras variables igualmente lograron crecer. De 2012 a 2021 el salario aumentó en términos reales 11.7%, la productividad por su parte en los mismos años avanzó 12.1%, apareciendo igualmente el aumento de la inversión en equipos por trabajador y de la producción por trabajador (gráfica 15.4).

Gráfica 15.4. Índice del PIB, del PIB por trabajador, del salario promedio por hora y de la inversión bruta por empleado, 1962-2010, miles de millones de dólares de 1996, 1962=100

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P: preliminar

El momento de mayor crecimiento del pib norteamericano con pleno empleo y estabilidad de precios se encontró en la segunda posguerra y concluyó aproximadamente a inicios de los años setenta. Considerando un primer periodo, de 1960-1973, el pib creció en promedio anual 4.7%, el gasto en inversión fija privada por empleado creció en promedio anual 11.3% y salario real por hora aumentó en promedio anual 2.7%. En cambio, en la segunda etapa de 1974 a 2009 el pib aumentó en promedio anual al 2.9%, la inversión al 8.6% y el salario real por hora apenas y aumentó 0.04%. Antes de la globalización con aumentos de los salarios, la producción y la inversión crecieron casi dos veces más de lo logrado en la globalización con salarios estancados o deprimidos (cuadro 15.1).

Cuadro 15.1. Crecimiento promedio anual del PIB, la inversión fija privada por empleado y del salario promedio privado por hora, 1960-2009, a precios del 2005

PIB

Salario promedio privado por hora

Inversión fija privada/empleo

1960-1973

4.7

2.7

11.3

1974-2009

2.9

0.04

8.6

Finalmente, si se pretende disminuir la producción, estancar la inversión, elevar los precios y la deuda del gobierno a niveles impagables, entonces la mejor receta es reducir o estancar el salario.